domingo, 27 de octubre de 2019

Destapemos qué sistema viabilizamos al conciliar con quienes lo establecen para expoliarnos como trabajadores, pueblos, naciones, ...humanidad y naturaleza.

 
Llega a la criminalidad de lesa humanidad de
ocupar vastos territorios, convirtiéndolos en inhabitables, con: monocultivos de agrocombustibles en vez de alimentos; megaminería y extracción hidrocarburífera de gran consumo, envenenamiento y destrucción de las fuentes de agua.

El desafío, abajo y a la izquierda, es generalizar la percepción sobre:

Argentina.

Se habla de hambre y pobreza,

pero no del modelo que los causa


Juan Guahán / Resumen Latinoamericano / 13 de octubre de 2019
En estos días se han conocido los ejes del Plan Argentina sin hambre”, propuesto por el candidato del Frente de Todos. Antes de reflexionar sobre el mismo valen algunos comentarios sobre el lenguaje que se viene utilizando, para definir lo que nos pasa. Hambre y pobreza, al igual que “violencia sobre las mujeres” no son las mejores palabras para designar a fenómenos mucho más graves.
 
Da la impresión que mejor que hablar de “hambre  y pobreza” (que son efectos de lo que ocurre) sería más apropiado hablar de sus causas, que tienen que ver con quienes previamente fueron “desposeídos”, “robados” o “saqueados”. Ello es así porque el constante crecimiento de la concentración del poder económico de unos es la miseria y el hambre de los otros. Esa es –aunque no se la quiera ver o se la niegue- la “grieta” real y profunda que atraviesa a nuestra sociedad.
No es el único tema en el cual el lenguaje oculta la realidad. Hubo otro y muy significativo. En los días previos a una nueva edición del “Encuentro Nacional de Mujeres” en La Plata, un grupo de mujeres indígenas se instalaron en el Ministerio del Interior y pidieron dialogar con el Ministro del ramo.
Las visitó e intentó mediar la antropóloga Rita Segato. En un reportaje allí realizado dijo: “En Argentina me llaman para hablar sobre la violencia a la mujer, pero nunca para hablar de racismo. Creo que es un tema tabú. Hay que levantar el dedo y acusar a la policía como racista y saber que los cuerpos no blancos son los que sufren la represión. Se debe empezar a hablar del racismo argentino”.
Del modelo productivo, ni hablar
En un acto presidido por Alberto Fernández en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, el candidato peronista presentó su “Plan Argentina sin hambre”. Se parte de la realidad de una sociedad, agobiada por el hecho de ser una gran productora de alimentos pero incapaz de alimentar a su pueblo.
Dicho Plan trata de poner en marcha una política de Estado, de respuesta inmediata y de largo plazo que involucre a la  mayor parte de los interesados y a todas las instancias estatales. Junto a medidas básicas como la devolución de IVA a los sectores postergados y ampliar la lista de Precios Cuidados, se intenta darle carácter programático a viejas propuestas de sectores populares que, ni el kirchnerismo, ni menos el macrismo, nunca quisieron aplicar.
Es la participación protagónica de la economía social en el camino a recuperar la soberanía alimentaria, estableciendo una cadena que abarque producción y comercialización en manos de sectores populares que por cercanía territorial tengan las mejores condiciones para hacerlo.
En la misma dirección proponen -en medio de la campaña electoral- “fortalecer la economía social, solidaria y popular como la forma más inmediata de producir riqueza, de generar trabajo sustentable y organización popular”.
De todos modos llama la atención que -junto a esas declaraciones de buena voluntad- no se cuestione el modelo del agronegocio y extractivismo rural, mediante el cual se llevan la histórica riqueza de nuestros suelos, que están en la raíz del modelo productivo y que es uno de los causantes del hambre actual.
Esa ambigüedad estuvo avalada por la presencia en el acto de Antonio Aracre, presidente de la agroquímica transnacional Syngenta, al lado de Felipe Solá, quien aparece como el posible futuro canciller. Solá –como ministro del expresidente Carlos Menem- abrió las puertas para la llegada al país del modelo sojero con sus semillas transgénicas y el respectivo paquete tecnológico.
Syngenta, junto con Bayer/Monsanto se disputan y asocian para el control de estas tecnologías que son la base de la destrucción de la “agricultura de agricultores” y son responsables del daño producido por el arraigo de un modelo productivo concentrador y antinacional. También son responsables por la generalización de enfermedades producidas como consecuencia de las masivas fumigaciones con glifosato.
*Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

 
 
 
Tratemos de indagar y reflexionar respecto a cómo diversidades de abajo están enfrentando al modo extractivista de producción del capitalismo en el Abya Yala y planteando alternativas postcapitalistas de: soberanía alimentaria, agroecología, buenos vivires. Tengamos en cuenta:
 
 
 
 
La actual situación catastrófica del país y del Abya Yala responde a la ofensiva del sistema mundo capitalista contra los pueblos, los trabajadores y los campesinos e indígenas de todo el planeta. El sistema mundo capitalista no lo hace por estar en prosperidad. Desde 2008 está en crisis estructural globalizada por casi nulo aumento en la inversión productiva y la débil generación de plusvalía.
 
En Argentina, las instituciones de representación política y gremial han estado bloqueando la resistencia al ajuste sin anestesia. Se valen ante todo de modelar la esperanza de que los dramas comiencen a superarse mediante las elecciones. Y cuando sucede el rotundo triunfo de la fórmula F-F, lo atribuyen a la sabia voluntad popular. La elogian tanto como si buscasen tapar la realidad concreta de que no resultó en ¡fuera Macri! sino en la continuidad del aguante abajo y de la tregua política pese al constante agravamiento extremo de las condiciones de vida y trabajo para la inmensa mayoría de la Argentina.
 
Se desentienden de estar imponiendo el aguante al hambre, la desesperación y la represión.
 
Es que, en acuerdo con la función de las elecciones, no les preocupa el empobrecimiento y su profundización sino que sólo procuran mantener la gobernabilidad y la legitimación del privilegio a ‘inversores’ y ‘acreedores’ por sobre las necesidades e intereses populares. También así se explica porqué prosiguió el acuerdo entreambos bandos de la ‘grieta’ en acelerar el agravamiento extremo de las condiciones mayoritarias de vida y trabajo. Por un lado, para que el nuevo gobierno justifique no actuar según las expectativas del electorado en razón de la pesada herencia. Por otro lado, acelerar la expansión de extractivismos mediante la implantación estatal de dejar sin sueldos ni obras sociales como, lo ejemplifica, la gravísima situación de docentes y trabajadores estatales de la provincia de Chubut donde el gobierno de Arcione pertenece al Partido Justicialista, Frente de Todos.

Así como José Luís Gioja fue designado presidente del Partido Justicialista en momentos en que se denunciaban derrames de cianuro desde 2011 por la Barrick Gold en el río Jachal, el carácter antipopular de la histórica representación política vuelve a patentizarse en que no se responsabiliza ante las consecuencias presentes y futuras del hambre, la desesperación y la represión mientras el Estado –bajo gestión progresista o neoliberal- en sus distintas jurisdicciones sigue gestionando la expansión de la acumulación gran capitalista. Que se realiza por súper explotación del trabajo social y de la naturaleza y por despojo de territorios (culturas e identidades plurinacionales, tierras y otros bienes comunes).
 
 
Pareciera hoy que ha surgido la ayuda a los desposeídos de todo por el sistema. Ambas “o” (oficialismo y oposición) promulgaron la ley que prorroga hasta el año 2022 la emergencia alimentaria que rige desde 2002. Dicen atender al reclamo de los movimientos sociales. Sin embargo, los del oficialismo celebraron la redacción del proyecto porque las metas fiscales de Cambiemos no son afectadas ni se quita al Poder Ejecutivo la facultad de reasignar partidas presupuestarias.
 
Por su parte, a semanas de las elecciones, el Frente de Todos ha explicitado y consolidado la usurpación del poder popular mediante la unidad de las CTA con la CGT. Persigue la ‘paz social’ o la delegación del poder de decidir el destino común de las grandes mayorías sea como sea y programa la lucha contra el hambre en vez de contra la acumulación de riquezas y poder del gran capital local e imperialista. Por el contrario, la garantiza promoviendo el desarrollo de los extractivismos.
 
 
Ambas “o” mantienen a las mayorías en la creencia de no tener otra que conformarse con sobrevivir. Sobre todo, lo consiguen situándolas de espaldas a las defensas y recuperaciones de territorios y bienes comunes que diversidades de abajo están concretando a lo largo y ancho del país-continente. De ahí lo perentorio de convocar a instalarlas en la agenda social mirando a convertirlas en política de la unión de pueblos y naciones del país-continente.
 
Los incendios de la Amazonía patentizan el porqué de la urgencia de generalizar ese compromiso político cultural con la defensa de los bienes comunes naturales como el agua en sus distintos ciclos, cuerpos y estados; biodiversidades, ecosistemas y biomas como las praderas; climas, suelos, semillas, etc.  Que no tienen fronteras y están siendo destruidos por el sistema mundo capitalista que, cada vez más, sólo procura el lucro de corto plazo de l@s poc@s que los expropian y acaparan.
 
Urge generalizar la toma de conciencia respecto a que los aproximadamente 76.000 incendios de la Amazonía no sólo ocurren en Brasil y Paraguay sino también en la Bolivia del gobierno de Evo Morales-Álvaro García Linera. Son producto de las políticas de estado de promover al sistema global de agronegocios y a la deforestación para la expansión tanto de la agricultura sin campesinos ni indígenas como de la complementaria ganadería industrial. En contraste, un millón quinientos mil indígenas que viven actualmente en la Amazonía, como naciones y comunidades, ejemplifican la relevancia del trabajo comunitario según buenos vivires que -durante siglos- ha creado tan gigantesco bioma con importancia fundamental para la vida en el planeta. Es clave que una creciente mayoría de les de abajo sin fronteras valore la obra indígena que son las selvas y los bosques donde se maximizan las biodiversidades creadoras de los equilibrios ecológicos. Sobre todo, haga el viraje desde su conformismo o resignación a la lógica del Capital hacia la expresada en:

 

Pueblos indígenas de la Amazonia declaran emergencia humanitaria y ambiental

(..)La carta fue hecha pública a través de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), que agrupa a las organizaciones indígenas de los nueve países que comparten el bioma amazónico. Las organizaciones reconocieron que desde su carácter internacional existe un interés común en encontrar modelos de desarrollo alternativo en el que prime la protección de la biodiversidad, la estabilidad climática y las condiciones para garantizar la vida para las generaciones futuras en las que son fundamentales los aportes de los sistemas de conocimiento tradicional y espiritual para la vida de los pueblos indígenas.
 
«Desde hace años los Pueblos y Organizaciones Indígenas hemos advertido sobre la necesidad de cambiar las prioridades en los “Objetivos de Desarrollo Sostenibles” para enfocar todos los esfuerzos sociales, culturales, políticos y económicos en la protección de la vida y del territorio de toda la humanidad, que en una relación armonía y equilibrio puedan garantizar la estabilidad climática global. A pesar de nuestras luchas los avances son pocos, mientras que el modelo económico imperante sigue usando el planeta como un banco de recursos, principalmente los territorios indígenas, con lo que se agrava el riesgo de que el planeta se haga inhabitable, y en donde claramente se evidencia a la luz de los ojos del mundo un Genocidio físico y cultural», escriben en la carta. (..) Leer

 

La quema de la Amazonía aclara sobre qué son los ecocidios y cómo implican genocidios silenciados e invisibilizados. Ocultamiento a destapar facilitando la incorporación protagónica de eses ninguneades a las luchas, de una creciente mayoría, por los derechos humanos y de la naturaleza, los últimos se refieren al funcionamiento básico e imprescindible de la naturaleza para la vida de todes en el planeta.
 
El encubrimiento de los genocidios es posible, ante todo, por gravitación entre les diverses de abajo del racismo y de la concepción burguesa de progreso y bienestar social. Por eso, a quienes somos izquierdas coherentes o anticapitalistas consecuentes, nos urge interpelar e involucrar al «nosotros/as» de les diverses de abajo en cuestionar ese conformismo ideológico con el sistema expoliador. Precisamos facilitar en esas nosotras/os la ruptura con la visión que naturaliza al desarrollo económico e internacional del capitalismo asumiéndolo como el único posible. Nuestre « nosotras/os » necesita descubrirlo mirando en exclusivo hacia les adueñades de las condiciones y medios de vida de casi toda la humanidad. También necesita reparar en que a es@s usurpadores les reconocemos como el imbatible e ineludible poder real.
 
Esta creencia en la fatalidad de que los grandes capitales saqueen y contaminen es cuestionada y transgredida por los pueblos originarios, las comunidades campesinas y la Unión de Asambleas de Comunidades (UAC) al defender los territorios y afirmar autonomías. También lo hacen todas las otras organizaciones de autoconvocados para resistir al despojo de bienes comunes.
 
Las luchas indígenas y socioambientales son estigmatizadas por los poderes dominantes como contrarias al progreso y al empleo de poblaciones empobrecidas. El 60% de los asesinatos mundiales de los líderes de esas luchas, donde las tres cuartas partes eran indígenas, han sucedido en el Abya Yala y se destaca Brasil.
 
Hacer realidad la escucha generalizada a los pueblos originarios sobre sus proyectos de vida, culturas y cosmovisiones nos ayudará a ir estableciendo la reciprocidad de la comunicación entre las luchas por las justicias social y ambiental para asumirlas en sus interdependencias e interacciones tan imprescindibles a la unión en diversidad de l@s de abajo sin fronteras ni discriminaciones de tipo alguno. Aún más ayudará, a una creciente mayoría, a saber de qué lado posicionarse en las disputas de territorios a las corporaciones y estados por asambleas u otras organizaciones de los diversos de abajo y por los Mapuche y los otros pueblos naciones originaries.
 
No pretendamos constituir una nueva organización ni menos liderazgos. Al contrario, debemos basarnos en construcciones de las diversidades de abajo durante sus luchas contra avasallamientos de sus derechos como pueblos e individuos y los de la naturaleza. Seamos apartidarios y sin fronteras ni muros de tipo alguno. Apreciemos que, en Colombia y a partir del 11 de noviembre de 2013 se desarrollaron: la V Cumbre Continental de los Pueblos y Nacionalidades de los Pueblos Indígenas del Abya Yala; la II Cumbre de Mujeres Indígenas en sus seis mesas temáticas; la Asamblea Continental de Comunicación Indígena del Abya Yala; y el III Encuentro Continental de Jóvenes del Abya Yala. En la convocatoria a su V Cumbre, los Pueblos Indígenas del Abya Yala manifiestan:A 520 años de la invasión a nuestro continente, estamos presentes para decir qué resistimos, qué construimos y qué proponemos. Que no pudieron asimilarnos ni exterminarnos. Que nos identificamos como hijos de la Madre Tierra. Que estamos decididos a ejercer nuestro derecho a la libre determinación. A defender nuestros territorios y decidir nuestra propia forma de vida”.
 
Otres protagonistas son fundamentales en analizar el porqué y los cómo entretejer comunalidades, territorialidades y uniones con arraigos en singularidades colectivas que se originan por desobedecer a las normas preestablecidas desde arriba. Son importantes al abrir rumbos hacia potencias imbatibles por nuestros opresores y hacia potencias creadoras de buenos vivires entre les diverses de abajo. Mencionemos a:
  •  El "Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales y personas no binarias" de octubre de 2019 es producto de un andar de décadas desobedeciendo al capitalismo, al patriarcado, a las iglesias…e ir haciendo valer sus derechos. En correlación está la Marea Verde que ejemplifica cuán importante es interpelar a los políticos, uno de los desafíos que se plantea GQG, en el período electoral y además durante la vida cotidiana. Ambos movimientos de los feminismos nos descubren esencial que la defensa de los territorios sea junto a la de los cuerpos y espíritus. En fin, el ecologismo feminista fundamenta el imperativo de viraje desde la economía productivista hacia la economía reproductiva.
  • La Unión de Científic@s Comprometid@s con la Sociedad y la Naturaleza (UCCS), así como l@s médic@s y otr@s profesionales que asumen sus especializaciones en acuerdo con necesidades e intereses populares. En simultáneo están cambiando sus roles programados por el capitalismo, los están socializando como es indispensable que todos los sectores populares lo hagan para ir construyendo desde ahora la democracia real y efectiva.
  • El movimiento internacional de jóvenes reclamando acciones concretas para superar la emergencia climática ha conseguido un amplio consenso intra e intergeneracional tan importante que derechas extremas de Europa que negaban la crisis climática comienzan algunas a incluirlas en sus plataformas electorales.
 
El amplio consenso mundial de atender a la emergencia climática es una oportunidad de multiplicar espacios en común para la deliberación de los pueblos sobre las causas de tan catastróficas situaciones socio-ambientales. Porque las graves perturbaciones climáticas son síntomas de la crisis ecológica que la vida planetaria sufre por el sistema mundo capitalista.
 
Justamente la defensa de los territorios y los bienes comunes naturales se realiza para impedir la devastación ecológica y la desintegración de las comunidades y del país en economías de enclave. Esa defensa enfrenta a las transnacionales, al gobierno-Estado en sus distintas juridicciones y a los poderes económicos locales. Que, en contubernio, llevan a cabo los extractivismos destructores tanto de ecosistemas como de comunidades. Todavía más, todos los extractivismos producen envenenamientos y exclusiones sociales originando enfermedades discapacitantes o mortales, pobreza estructural, desnutrición y hambre.
 
Hagamos un paréntesis y aclaremos qué entendemos por extractivismos para comprender el porqué de las resistencias. Ante todo son acaparamientos a gran escala de tierras y bienes comunes naturales. Implican por tanto a grandes capitales transnacionales y transnacionalizados que son también los que se han apropiado e imponen tecnologías adecuadas a la megaminería; la súper explotación de hidrocarburos (en forma de roca madre a enormes profundidades) mediante el destructivo fracking; las grandes extensiones de soja, de árboles y otras plantas transgénicas que existen sólo con derivados del petróleo (fertilizantes y agrotóxicos). Abarcan, además, los megaemprendimientos turísticos e inmobiliarios. En fin, los extractivismos requieren de infraestructuras: La Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) y Proyecto Mesoamérica. Ambas interconexiones infraestructurales, junto a extractivismos, desterritorializan y reterritorializan a favor de transferencias a gran escala de los ‘recursos naturales’ hacia arcas e industrias de los oligopolios globales.
 
Todos los extractivismos desertifican en los distintos sentidos del término y profundizan la verdadera polarización existente entre quienes componen la minúscula minoría acaparadora tanto de riquezas como de poder y quienes estamos subsumidos en una creciente pobreza por el capitalismo local del sistema mundo y los imperialismos (con las elites locales como socios menores) que ocupan legalmente nuestra economía y nuestros territorios mediante los extractivismos. Por eso, las defensas de territorios y bienes comunes naturales están construyendo la soberanía popular y plurinacional en Argentina al hacerse cargo de recuperar o establecer las soberanías territorial, alimentaria, energética e hídrica.
 
 
En esa creación de la soberanía popular y plurinacional de nuestro país coinciden y la refuerzan quienes, desde larga data, están bregando por la soberanía financiera contra la estafa de la eterna deuda externa pública cuyo pago de intereses ha sido asumido, por todos los gobiernos de turno desde el de Alfonsín hasta hoy, como lo prioritario del presupuesto nacional al precio de ir desmantelando totalmente al Estado social. Ese saqueo empobrecedor de Argentina fue viable, pese a su constante intensificación de la asfixia, mediante el embaucamiento de los pueblos de Argentina con justificaciones como “honrar la deuda externa pública” de Alfonsín cuya vigencia duró los gobiernos de Menem-PJ y de la alianza de la UCR con el Frepaso constituido, en parte principal, por progresistas del peronismo. A su vez los gobiernos K-PJ engañaron con el imperativo del “desendeudamiento” que siguió aumentando la deuda externa pública pero, agregando, la descapitalización de Anses y de los bancos públicos para el pago de esos dolarizados intereses usureros. El gobierno de Cristina Fernández hizo a la posibilidad del gran endeudamiento del gobierno de Macri, lo hizo mediante el pago odioso a Repsol y al Club de París. Después, el kirchnerismo y el PJ fueron cómplices del pago a los buitres, de la nueva descomunal deuda externa pública y de la sumisión al FMI concretados por el gobierno de Macri.
 
En ese entretejerse y comunalizarse es perentorio unirse a construcciones desde abajo en procura de justicia social y por otros modos de vida y trabajo como:
-La de los organismos de derechos humanos por reivindicar a los 30.000 desaparecidos e ir por la condena a cárcel común de los responsables (civiles, militares, policías y esclesiásticos) de planificar, beneficiarse y ejecutar el genocidio.
-Las que denuncian y van contra el Nunca Más “gatillo fácil” y cárceles superpobladas de jóvenes desposeídos de todo y bajo estado de excepción.
-Las redes de educación popular y bachilleratos populares.
-El Foro Nacional por un programa agrario, soberano y popular. Una unión, no sólo de los y las trabajadoras de la tierra, sino también de los que pugnan por una soberanía alimentaria, un avance de la producción agroecológica sin el uso de venenos en los campos, y por sobre todas las cosas con un objetivo claro en el horizonte: la reforma agraria integral que hoy debe ser anticapitalista, rururbana  e independiente del Estado.
 -La economía popular y solidaria que, junto a las organizaciones en procura de recuperar la soberanía alimentaria, promueve: otros modos de producción, circulación, intercambio y consumo.
-Las autoorganizaciones populares mirando por los derechos a viviendas dignas y a la vida en ciudades; de la defensa de los humedales, los espacios verdes y el medio ambiente sano; contra los desarrolladores urbanos que privilegian los mega  emprendimientos comerciales, turísticos e inmobiliarios por sobre la vida humana de las grandes mayorías y la no humana; contra los countries y barrios cerrados que no sólo segregan la sociedad sino también acaparan bienes comunes (naturales y sociales) despilfarrándoles, causan inundaciones mortales y desertifican la Pampa Húmeda, el bioma que sostiene a la producción alimentaria pero cuya super explotación mercantil por el sistema mundo capitalista y su expresión local, la está haciendo desaparecer.

   

Necesitamos instalar el análisis mayoritario sobre qué democracia se ha ido constituyendo por estar al servicio de la conciliación de nosotros, los oprimidos, con el sistema expoliador.


Verificamos la optimización de su carácter
restringido, manipulador y represor
 
 
El desafío, abajo y a la izquierda, es generalizar la discusión de aportes a la descripción de cómo la democracia burguesa transparenta su bloqueo a la participación popular en la toma de decisiones sobre el destino común. Desde:
 

Bolivia. La “solución por el desastre”

Por Rafael Bautista S., Resumen Latinoamericano 23 de octubre de 2019
(...)En ese sentido, la “contienda” electoral –ya contaminada por el odio fermentado– se fue haciendo literal. No sólo la oposición usó los cabildos premeditadamente para inflamar el contexto post-electoral sino también el gobierno, en su autismo habitual, no supo revertir una situación que se perfilaba como un típico callejón sin salida. Las encuestas previas no sólo confirmaban el desgaste de la candidatura oficialista sino la apuesta que la oposición barajaría como el argumento perfecto: segunda vuelta o fraude. La actual consigna de “defensa del voto”, no fue un producto espontáneo sino un recurso discursivo idóneo para manipular el “espíritu democrático” raptado ya por la derecha.
Hagamos un poco de historia. Desde que aparece el “sistema democrático” como fetiche institucionalista, el voto se ha constituido en la única mercancía admitida por la cosmogonía imperial. Ni el “proceso de cambio” pudo superar este diseño político (que lo produce la Comisión Trilateral en 1970), porque cuando se confunde liberación e inclusión, se acaba subsumiendo las expectativas de transformación en la subordinada adecuación al orden imperante. Pero esto no cualifica lo democrático de una real democratización de una sociedad, sino más bien funcionaliza todo proceso de democratización a las necesidades institucionalistas de la reposición de un orden diseñado precisamente para hacer imposible una democratización plena.
Porque si de “demos” hablamos, la concepción aristocrática (que hoy la representa la mitología gringa de la democracia), entiende por ese concepto la representatividad que pelean únicamente los grupos con “poder de negociación”. Se diseña un concepto de democracia como “sistema institucional”, es decir, como mecanismo ideal de funcionamiento perfecto; por eso quienes se creen esto (y se promueven como analistas) acaban en la religiosidad institucionalista de preservación del orden establecido. La democracia acaba siendo la instauración de un orden que puede prescindir de sujetos. Consagran la inercia institucional por sobre las decisiones humanas, por eso imaginan un orden divino que les hace actuar como perfectos inquisidores cuando ese orden se encuentra amenazado. La democracia se vuelve un fetiche que, inevitablemente, exige sacrificios humanos (ese es el neoliberalismo, que promueve una demonización del Estado para impedir cualquier tipo de intervención al orden divino llamado mercado).
Pero una democracia sin sujetos no tiene sentido, porque ello significa privilegiar al “kratos” a costa del “demos”, o sea, el poder a costa del pueblo. Por eso entienden al “demos” sólo como grupos con poder de negociación, es decir, el “demos” se convierte en grupos corporativos que buscan su empoderamiento; en esa operación aparece la posibilidad del prebendalismo como cultura política; por eso también acaban los politólogos sólo como administradores de gobernabilidad y hacen de la “ciencia política” una mera gestión pública. Ya no piensan al sujeto, es decir, al ámbito esencial de toda política y toda democracia: el pueblo. Reducen al pueblo al voto. Las consecuencias prácticas son la consagración de un acto, cada cinco años que, como un acto religioso, se convierte en una “pascua democrática” donde toda la sociedad se inclina ante el becerro de oro del plebiscito.
Pero el voto se puede manipular y hasta comprar (y hasta desconocerlo) y ello comprueba el fetichismo, en cuanto encubrimiento sistemático de lo esencial de la democracia, reducida a mero “sistema democrático”. Pues bien, cuando se cae en esta cosmogonía, incluso con retóricas pretensiones de liberación, no se democratiza nada sino simplemente se restaura las condiciones favorables para hacer expedita la inercia del sistema institucional, es decir, del orden instituido. Eso que se tenía que cambiar acaba domesticando a los revolucionarios y a la revolución. El pueblo sólo sirve para sacarlo como rebaño cada cinco años para avalar lo ya decidido en la negociación previa con los grupos de poder.
Entonces la política se define por los grupos de poder a los cuales admito y esto también define las apuestas que uno se propone. De ese modo, el pueblo desaparece de un proyecto hasta revolucionario y el mismo proyecto se reduce a un mero mantenimiento del poder como único horizonte político. La corrupción no empieza robando dinero público sino desconociendo a la soberanía real del poder –o sea el pueblo– y poner al poder delegado como único poder.
Eso ha pasado con el “gobierno del cambio”. Incluirse al orden imperante y su sistema institucional le lleva también a apostar por los mitos que sostienen al propio capitalismo: el desarrollo y el “progreso infinito”. Por eso también restituye las condiciones para impulsar sólo y exclusivamente una “economía del crecimiento” (que es lo que precisamente entra en contradicción exponencial con las condiciones finitas de la naturaleza). Y eso significa la modernización acelerada como proyecto de vida; en ese sentido, el horizonte indígena alternativo, como el “vivir bien”, ya no tiene sentido y, de ese modo, la propia izquierda derechiza sus propias opciones, porque empieza a restaurar las condiciones que hacen posible únicamente el desarrollismo que precisa una economía que se propone emular la riqueza del primer mundo (y de ese modo restaura también las condiciones que promueven la desigualdad necesaria para el desarrollo como programa de vida).
Por eso las banderas de lucha ahora se trasfieren como “significantes vacíos” al mejor postor que, además, le puede ya poner cualquier contenido, hasta el opuesto. El pueblo se queda sin el aura de liberación y todo por lo que había luchado ahora ya no le pertenece sino que se le es sustraído como una bandera que todos se reparten promiscuamente (hasta la derecha más perversa).
Por eso el voto puede hacerse un recipiente idóneo donde se vacía el desencanto, pero ya mezclado con el odio y el racismo de un discurso señorialista que puede ahora cosechar para su beneficio el abandono que hace el propio gobierno de las banderas populares. Es por la transferencia de legitimidad, que la produce el “gobierno del cambio”, que la oposición de derecha se unge de espíritu democrático. Es decir, el famoso “empate catastrófico” del vicepresidente no es un dato objetivo sino algo producido por la propia perdida de sentido de referencia utópica del proyecto político gubernamental. (...)
  La Paz, Chuquiago Marka, Bolivia, 22 de octubre de 2019
Rafael Bautista S.

autor de: “El tablero del siglo XXI.
Geopolítica des-colonial de un orden
global post-occidental”,
yo soy si Tú eres ediciones.
Dirige “el taller de la descolonización”
rafaelcorso@yahoo.com

 
 
Generalicemos la percepción de (conocimiento e involucramiento en) la democracia real y efectiva que ha echado andar, por ejemplo, mediante:
La lucha por la preservación e implementación de la agroecología campesina, por la reforma agraria, por la soberanía alimentaria y la defensa de los territorios han llegado al temario del 34° Encuentro a través de las mujeres que sostienen estas resistencias y que tienen como base la recuperación de los saberes y la identidad. ¿Cómo impacta en la lucha campesina e indígena el autorreconocimiento y el empoderamiento de las trabajadoras de la tierra a partir del crecimiento del movimiento feminista?
 
 
 

Agroecología y feminismo para cambiar al mundo

24 octubre 2019

 
Con la emociones y las ideas movilizadas a flor de piel, abordamos los primeros balances de tres días históricos que sin duda marcarán un antes y un después en el curso de los feminismos campesinos, populares, indígenas, territoriales y rurales por la defensa de la igualdad, la justicia socioambiental, la soberanía alimentaria y la autodeterminación de los pueblos.
 
“Que se caigan los muros de las casas, las cárceles y las calles,
que las vergüenzas mueran antes de nacer,
que el ruido de las voces de mujeres apague los horrores del grito cotidiano,
que se caigan los muros de todas las cocinas donde haya sufrimiento,
que se acabe el silencio, que se acabe.
Hoy, compañeras, hoy,
nos hemos despertado revoltosas,
sacudimos las sábanas y apoyamos los pies firmes sobre la tierra,
el corazón, el corazón que parecía que iba a estallar,
¡acaba de hacerlo!”      
 
Silvia Morán, primera diputada lesbiana de Guatemala
34° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas,Trans, Travestis, No Binaries, Intersexuales, Bisexuales, Indígenas, Negras, Afro y Racializadas
Compartimos las miradas de Rosalía Pellegrini de la UTT (Unión de Trabajadores de la Tierra), de Argentina; Adriana Guzmán del Feminismo Comunitario Antipatriarcal, de Bolivia; y Verónica Pascual, de la UST (Unión de Trabajadores y Trabajadoras Sin Tierra) de Mendoza, dentro del MNCI.
Rosalía Pellegrini (UTT)
¿Qué evaluación hacés de la participación política de las trabajadoras de la tierra en este último Encuentro y cómo hacemos para ubicar entre los ejes centrales de los debates a la problemática de la tierra?
"Para nosotras fue muy positivo. Poder ir era parte de nuestro objetivo dentro de la agenda del movimiento de mujeres y de la lucha por la igualdad y por visualizar el machismo. Poder introducir la agenda de las mujeres rurales. Creemos que el movimiento de mujeres en Argentina es muy rico, muy diverso, con mucha potencia. Nos sentimos parte, pero hay que reconocer que la agenda de las mujeres campesinas, agricultoras, productoras de alimentos, ha estado, hasta hace poco, un poco ausente. Esto igual no es una crítica sino una realidad de la cual nosotras nos hicimos cargo y desde el laburo que venimos haciendo, muy desde abajo, desde apoyarnos y contenernos ante las violencias, fuimos reflexionando cada vez más. Cómo vivimos las distintas violencias en nuestros cuerpos, en nuestros territorios, en la producción de alimentos, en las mujeres campesinas, y me parece que se pudo notar esa agenda, que nos sentimos parte, que también la perspectiva de lo plurinacional nos contiene porque somos mujeres argentinas, paraguayas, bolivianas, las que le damos de comer a la gente.
 Entonces así como para estas multinacionales no hay fronteras para oprimir a nuestros pueblos, como así lo dice Syngenta cuando habla de la "república de la soja", así las resistencias también tienen que sobrepasar las fronteras, hermanarnos con las compañeras de Brasil, con las compañeras de Guatemala, con las compañeras del pueblo kurdo. Para nosotras fue muy rico juntarnos con toda esa diversidad, esa riqueza, esa fuerza y a su vez que nuestras banderas, nuestras luchas sean levantadas por ese movimiento en esa plaza latinoamericana. Fue muy importante para nosotras, así que creo que nos vamos este Encuentro sabiendo que somos muchas más las mujeres que conocemos cuál es la realidad de las mujeres del campo, que se conoce la fuerza que tenemos y que formamos parte de este gran movimiento de cientos de mujeres feministas argentinas.
Quisimos poner como eje central la problemática, no sólo del acceso a la tierra, sino en general en cuanto a la producción de alimentos. Hay un sujeto súper marginalizado en Argentina, que somos las y los productores de alimentos, las y los agricultores familiares en una Argentina donde parecen no existir. Con el verdurazo demostramos que existimos y ahora queremos demostrar que somos las mujeres las que en gran parte sostenemos un modelo de producción que está asentado en la familia, en las pequeñas familias de agricultura familiar, pero a su vez que se sostiene gracias a que las mujeres reproducimos la vida. La vida en la casa, sostenemos esa familia productora, pero en una situación de fuerte desigualdad, excluidas del acceso a la tierra, excluidas de las decisiones de producción, excluidas de todo lo que tiene que ver con un modelo productivo que entiende la tierra como una fuente de mercancías nada más y no como parte de una naturaleza de la cual nosotras y nosotros somos parte".
Adriana Guzmán (Feminismo Comunitario Antipatriarcal)
Como dice Lolita Chávez, “el cuerpo es el primer territorio de defensa”, y esta autodefensa, esta lucha por la soberanía de los cuerpos se entrelaza directamente con la defensa y soberanía de la tierra en Abya Yala. ¿Cuánto hemos avanzado hoy en este acuerpamiento de los feminismos y los territorios? ¿Qué te ha dejado este 34° Encuentro Plurinacional?
"El feminismo colonial, el feminismo racista, eurocéntrico, es un feminismo liberal, viene de la revolución francesa, defendiendo la propiedad privada y el derecho de las mujeres a acceder a la propiedad privada. Entonces esa lógica se ha trasladado a los feminismos donde también se intenta imponer en estos territorios de Abya Yala una lógica fragmentada. Que no entiende la complejidad del sistema porque no vive en la complejidad del sistema. Cuando nosotras, feministas comunitarias, decimos que el cuerpo es este territorio estamos diciendo que nuestro cuerpo es, como mujeres, nuestro primer territorio de resistencia, de defensa. Pero también estamos hablando de un cuerpo común, de un cuerpo comunitario, de un cuerpo colectivo, de un cuerpo político, que es el que compartimos con otras mujeres. De un cuerpo-territorio que compartimos con otras mujeres. Es el que pisamos, es el territorio en el que estamos. Entonces no hay luchas divididas, pues cuando hablamos de extractivismo es extractivismo que destruye la naturaleza, que contamina los ríos, que destruye las comunidades por la megaminería, por la minería a cielo abierto, desde la explotación, por ejemplo en Bolivia, desde la destrucción del Cerro Rico. Todo ese extractivismo se aprende en el cuerpo de las mujeres.
Todo extractivismo se sostiene en el cuerpo de las mujeres. Porque lo primero que se establece antes de hacer un campamento de explotación minera, petrolera, es un espacio donde se explota a las mujeres laboralmente, sexualmente. Las redes de trata y tráfico tienen su objetivo final en esos campamentos mineros, petroleros, gasíferos. No hay cosas divididas cuando pensamos cómo la humanidad explota de esa manera a la naturaleza, porque lo hace todos los días en el cuerpo de las mujeres, las mamás, las abuelas, las hermanas mayores que se hacen cargo de este trabajo. Entonces, a la pregunta de cuánto hemos avanzado, no sé si hemos avanzado pero lo que hemos logrado en el 34 Encuentro, por ejemplo, en la en la Mesa de Feministas del Abya Yala, es tener todos esos discursos en un mismo espacio, porque no es que a un lado están las defensoras de la tierra, a otro las que están en contra de las hidroeléctricas, y a otro lado tienen que hablar las hermanas colombianas que están siendo asesinadas, y a otro lado las kurdas.
Todo tiene que ver con el saqueo de la tierra, que es el saqueo de nuestro cuerpo, y estar juntas y encontrarnos nos lleva a pensar un feminismo realmente antipatriarcal capaz de entender que el asesinato de las mujeres tiene que ver con el asesinato de los defensores de la tierra, tiene que ver con la explotación de la tierra que es la explotación de nuestro cuerpo, de nuestro territorio, que el bombardeo de Turquía a Rojava, la intervención a las kurdas en Siria, tiene que ver con el escarmiento a nuestros cuerpos por haber tomado un territorio, por defender un territorio que tiene que estar al servicio del capital, al servicio del patriarcado, al servicio de la explotación sexual, al servicio de la explotación minera, al servicio de la explotación laboral. Entonces poder encontrarnos todas y hablar de lo que parecieran ser temas distintos, que podrían verse como medioambientalismo, ecofeminismo, movimientos campesinos, de obreras, trabajadoras, sindicalistas, y saber que estamos hablando un mismo discurso, me parece fascinante. Eso es un Encuentro, eso es un encuentro político, es un encuentro epistemológico, es un encuentro territorial, porque habitamos los mismos discursos, porque habitamos la misma lucha.
Más allá del espacio de Feministas de Abya Yala, el Encuentro también es una evidencia de que nos falta caminar frente a ese feminismo colonialista, racista, que quiere que la Comisión Organizadora siga definiendo, decidiendo cuáles son los temas más prioritarios, quiénes son las personas que pueden hablar y que las originales estén ahí pues, porque siempre han estado nomás. El argumento es colonialismo: ¿cómo lo vamos a llamar plurinacional al encuentro? Sería como negar que los anteriores 33 no han sido plurinacionales. No han sido pues, no han sido porque no nos han nombrado y no nos han nombrado como queremos que se nos nombre. Ésto les preocupa, que vengamos las mujeres originarias indígenas de otros territorios, que nos queramos apropiar del Encuentro, que nos queremos llevar al Encuentro.
La discusión sobre el nombre es sobre la propiedad privada, es la discusión sobre la constitución de los Estados, porque uno de los temores es que si el Encuentro se da plurinacional, ¡después van a querer que el Estado sea plurinacional! Y van a querer reconocer muchos más derechos de los que supuestamente tienen los pueblos qom, wichí, saqueados, empobrecidos, el pueblo mapuche, permanentemente hostigado, masacrado, perseguido. Entonces no, no es una discusión sencilla la del nombre, no pasa solamente por un detalle, es una discusión estructural en la política regional, en la política de este territorio. Quieren acallar nuestras voces, las voces de las mujeres originarias, las voces de los cuerpos plurales, porque así se atenta contra las hegemonías de las cosas.
Entonces, ¿qué nos ha dejado este 34 Encuentro Plurinacional y Disidente? La responsabilidad de seguir construyendo, la responsabilidad de construir un feminismo que no sea colonialista, que no sea racista, que no sea funcional a los Estados. Lo que se ha discutido en el Encuentro, la discusión de la plurinacionalidad es una discusión estructural que traspasa las fronteras. No sólo del Encuentro sino las fronteras de Argentina.
Porque no queremos más imposiciones, porque queremos articularnos más allá de las fronteras, porque no creemos en los partidos, porque los Estados son insuficientes y eso es una bomba pues, un atentado, por eso no hay Encuentros en otros territorios, por eso no se han sostenido los encuentros en otros territorios, porque son un atentado y venimos no para apropiarnos ni para robarles ni para nada, sino para alimentarnos de esto que es indispensable, que se encontrarnos."
Verónica Pascual (UST - MNCI)
La lucha por la preservación e implementación de la agroecología campesina, por la reforma agraria, por la soberanía alimentaria y la defensa de los territorios han llegado al temario del 34° Encuentro a través de las mujeres que sostienen estas resistencias y que tienen como base la recuperación de los saberes y la identidad. ¿Cómo impacta en la lucha campesina e indígena el autorreconocimiento y el empoderamiento de las trabajadoras de la tierra a partir del crecimiento del movimiento feminista?
"Realmente todo lo que tiene que ver con el crecimiento del movimiento feminista, a la lucha de las mujeres, a las mujeres campesinas que estamos organizadas nos ha significado también una revolución, dentro de nosotras y dentro de nuestras propias organizaciones. Porque nos ha hecho pensarnos, repensarnos como mujeres, repensarnos como protagonistas en la lucha. Siempre la lucha ha sido por nuestro territorio, por la soberanía alimentaria, por nuestras semillas, pero nunca pensando en el lugar que teníamos nosotras en eso y cómo también muchas veces el patriarcado operaba en nuestras propias prácticas y hacía invisibilizar nuestro trabajo como mujeres.
Entonces hoy realmente estamos en un momento donde yo digo que hemos descubierto el feminismo, lo hemos empezado a mirar sin perjuicios, a dejarnos poder compartir con las compañeras feministas y poder también pensarnos nosotras como mujeres en esta lucha, por el territorio, por la tierra, también el lugar que tenemos y las opresiones que vivimos. Hoy creo que estamos atravesando un momento donde muchas mujeres que están organizadas, muchas mujeres en el campo estamos cuestionando en nuestras casas pero también estamos cuestionando dentro de nuestros propios movimientos.
En la sociedad tenemos que hacernos visibles, no solo adentro de nuestras tareas productivas para nuestros compañeros, para nuestros padres, para nuestros esposos, para nuestros hijos, todo lo que aportamos a la producción de alimento, a la lucha por el territorio sino también mostrar a la sociedad todo el aporte que las mujeres campesinas hacemos todos los días. Esto hoy no sería posible solas, si no fuera porque nos hemos hermanado con otras hermanas luchadoras, las hermanas latinoamericanas de las cuales hemos aprendido mucho, de las compañeras de otros lugares.
Hoy estamos atravesando un momento muy importante donde también estamos empezando a pensar que la construcción de una reforma agraria no puede estar sobre la base de la opresión de las mujeres, de nuestro silencio, de nuestros miedos, de las violencias a las que se nos somete todos los días. Entonces hoy planteamos que no hay posibilidad de reforma agraria sin nosotras, que no hay realmente una verdadera vida digna en el campo si nosotras seguimos siendo violentadas y cualquier compañera sigue siendo violentada en el campo".
Las mujeres acuerpadas en nuestros territorios son las que han sostenido desde tiempos ancestrales, y hoy continúan sosteniendo, las luchas por la defensa de la integridad del planeta, por la vida digna, por la preservación de la memoria, por la igualdad. Las interpelaciones que plantean los feminismos van encontrando sus raíces a medida que se piensan sobre el suelo en que caminan. A medida que vamos desalambrando las fronteras mentales y territoriales. A medida que las mujeres nos hermanamos con la mirada de la otra, que deja de ser otra para volverse compañera. A medida que vamos asumiendo que somos territorios en resistencia y no eslabones de la cadena de consumo. Hoy, que el fuego de la historia arda en Abya Yala no es casual, pues ha sido mantenido vivo y anidado por ellas, por siglos. Hoy, las soberanías sobre nuestros cuerpos-territorios son la base de toda liberación para, al fin, cambiar el mundo.


Reflexionemos sobre qué trabajo resulta de la conciliación con el capitalismo.

Comprobamos el crecimiento de 
la precarización,
flexibilización e informalidad laboral
según avanza
la acumulación de riquezas y poder
de quienes nos oprimen.
 
 
El desafío, abajo y a la izquierda, es apreciar a subjetividades colectivas que rompen, o tienden a hacerlo, con su estar trabajando en completa subsunción en el Capital.
 

Declaración de Primer Encuentro Nacional de

Mujeres Trabajadoras de la Tierra – UTT

25 octubre 2019

 

Por Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT)
    
Este 10 y 11 de octubre, en Olmos, La Plata, 200 mujeres trabajadoras de la tierra de Jujuy, Salta, Santiago del Estero, Corrientes, Córdoba, Misiones, Santa Fe, Chubut, Mendoza y diversos puntos de la provincia de Buenos Aires nos encontramos, debatimos, nos conocimos y nos posicionamos como mujeres campesinas y productoras de alimentos en la agenda de la lucha de las mujeres por la igualdad. 

A través del debate oral pero también desde herramientas como el teatro, el conocimiento del cuerpo, la defensa personal, técnicas de relajación, talleres de plantas medicinales y muchos momentos más, nos dimos cuenta de que ya no estamos solas y de que tenemos la decisión de organizarnos para salir de los lugares de exclusión, marginación y discriminación en el que nos deja este sistema de dominación capitalista y patriarcal. 

A lo largo de dos días, trabajamos sobre tres ejes que hacen a la integralidad de la vida de las mujeres rurales y sobre cómo vivenciamos la violencia de la cultura machista que queremos transformar: El hogar y la familia. Nuestras Chacras y la producción de alimentos. Nuestras organizaciones y la política. Los sufrimientos arrancan en nuestros hogares, en la distribución de las tareas de cuidado, en que somos siempre las que cocinamos, lavamos, cuidamos a hijas e hijos, los llevamos a la escuela, al hospital e incluso los llevamos con nosotras al campo a trabajar. Con tristeza y rabia pudimos darnos cuenta de cómo en nuestra crianza y en nuestra propia familia nos inculcaron que “la mujer es para la casa”, desatándonos a una vida de doble jornada laboral, en un hogar donde no están claros los límites entre el espacio del personal y del descanso y el espacio laboral y productivo. Todo es uno en sí mismo, no hay fronteras ya que todo es trabajo, y encima no reconocido ni social ni económicamente.
 
Preguntémonos: ¿Cuántas horas de trabajo hay en un cajón de tomate? Seguramente contaremos las horas del trabajo del varón en la chacra pero no contaremos las extenuantes horas de trabajo en la casa ni la larga jornada de trabajo de la mujer en el campo. Pero nosotras ya sabemos que no somos solo “de la casa”. Que la crisis económica también nos empujó al trabajo duro en nuestras quintas, en nuestras chacras. Que ya no solo cuidamos la granja campesina de subsistencia, sino que salimos a buscar changas. Que somos las que levantamos los cajones pesados de verdura a la par del hombre, que trabajamos hasta 16 horas por día para cosechar y preparar la carga de verduras que llevan los camiones que casi siempre nos estafan o nos pagan monedas por nuestra producción, que cuidamos los animales y realizamos el tambo. Somos peonas de nuestras propias chacras sin sueldo ni reconocimiento. Se niega esta realidad sobre un estereotipo de mujer campesina que ya no existe: Nosotras trabajamos, nosotras podemos manejar un tractor, nosotras podemos conducir nuestros propios vehículos, nosotras también podemos ser técnicas en agroecología, y lo somos. Ya no queremos más estar despojadas de los bienes y despojadas de los conocimientos. La mayoría de las mujeres trabajadoras de la tierra no gozamos de los ingresos de lo que producimos, más aún, ni siquiera decidimos sobre Cómo y Qué producir, mientras vemos que los pocos ingresos que llegan a la familia se van en insumos a precio dólar dependientes de las grandes multinacionales del agronegocio. Ya no nos callamos más, queremos gritar a viva voz que Bayer Monsanto, Syngenta y un puñado más de empresas son responsables de nuestra falta de independencia, de nuestra miseria y sobre todo de envenenar nuestras vidas y las de nuestros hijos e hijas. Somos nosotras las que padecemos abortos espontáneos, somos nosotras las que vemos que bajo ese modelo de muerte no se producen alimentos sino mercancías que encima se pagan centavos, somos nosotras las que entendemos que la misma violencia machista hacia nuestros cuerpos es la que se está ejerciendo sobre el suelo, la tierra y nuestros bienes naturales. Así como se nos mata a nosotras, así también se mata la vida en la tierra. Porque ese modelo encontró un aliado en el machismo presente en nuestras familias. Que los varones nos excluyan de las decisiones sobre cómo producir y que los hayan convencido de que la tierra solo es un recurso de donde extraer mas, mas y mas sin darle nada a cambio forma parte del plan estratégico del Agronegocio. Los patriarcas de Bayer Monsanto y el resto de sus socios pactan con el machismo presente en las familias campesinas. Es necesario que también los varones puedan ver esto y saquemos al patriarcado y sus diferentes nombres y apellidos fuera de nuestra vidas.
En el terreno de nuestras organizaciones también las mujeres tenemos propuestas. Al vivir en una sociedad desigual que nos marca todo el tiempo que valemos menos es necesario establecer criterios de participación equitativa en todas las áreas. Nos enseñaron a que No tenemos que participar, a que No tenemos que hablar, a que la política la hacen los varones. Por eso debemos implementar cupos de género en los espacios de representación de la organización. Si solo los hombres van a representar al conjunto entonces serán hombres que decidirán por nosotras, serán hombres los que verán qué es prioritario y qué no, serán hombres los que dirán que los encuentros de mujeres son para “llenarnos la cabeza”, para separar familias o simplemente se burlaran de nosotras. Nosotras nos hemos capacitado, hemos aprendido, hemos abierto nuestros corazones y hemos pactado: no más silencios, no más opresión. Sabemos lo que queremos y queremos explicárselos, queremos enseñarles que la lucha por la igualdad nos sana a todos y a todas. Ese es el Feminismo que queremos construir. Sin esto no hay soberanía alimentaria ni reforma agraria posible. Sin esto más de la mitad de las personas que producen los alimentos que el pueblo consume queda excluida.
Asimismo cuando pensamos nuestras organizaciones debemos establecer que los varones también se hagan cargo de las tareas de cuidado. También deben haber compañeros varones que amorosamente cuiden a nuestros hijos e hijas, que sean promotores de salud, secretarios, administradores de los recursos. Tareas usualmente atribuidas a las mujeres. 

Sostenemos que es necesario resaltar que no debe haber Ni Una Más sin Acceso a la Tierra. Esto implica que las propuestas de acceso a la tierra como la Ley que nuestra organización presentó en el año 2016 a través del primer Verdurazo en el que las mujeres trabajadoras de la tierra participamos con orgullo y valentía DEBE ESTAR PRESENTE CON PRIORIDAD EL ACCESO A LA TIERRA Y SU TITULACIÓN PARA LAS MUJERES, en especial para aquellas que proponemos y desarrollamos la Agroecología. Históricamente las mujeres no accedemos a la tierra, solo los varones de las familias acceden a ser titulares de los contratos de arrendamientos o, en las escasas veces que eso ocurre, a los títulos de propiedad. De esta forma se niegan las desigualdades, violencias y machismos que se ejercen contra las mujeres dejándonos en condiciones de vulnerabilidad cuando hay situaciones de violencia en las que casi siempre somos las mujeres las que debemos dejar nuestros campos junto a nuestros hijos e hijas. Es por esto que decimos: Sin feminismo, sin igualdad, la reforma agraria retrocede. 

Por último, queremos concluir nuestras reflexiones dejando en claro que de todo esto el Estado es responsable, por ser el mismo que convive y permite que estas multinacionales ingresen al país obligándonos a ser dependientes de sus agrotóxicos, que permite que estas empresas también formen a los profesionales en nuestras universidades públicas, que promueve que en los comedores haya alimentos ultraprocesados dañinos para la salud de nuestros hijos e hijas. Le exigimos de manera urgente políticas públicas para nuestro sector que tengan como prioridad a las mujeres campesinas. Nos sentimos abandonadas, aisladas en nuestros territorios, sin acceso a caminos en condiciones, transporte público, viviendas dignas, escuelas, jardines, centros de salud, ni instituciones que tengan como objetivo erradicar la violencia de género. La existencia de esto garantizará el acceso real a nuestros derechos, los que antes desconociamos pero ahora juntas y organizadas tomamos fuerza para hacerlos cumplir. El Estado debe hacerlo, de lo contrario seguirá siendo cómplice de la violencia patriarcal.
 
Es por esto que nosotras, las mujeres trabajadoras de la tierra, las productoras de alimentos proponemos un Programa de Promoción de la Igualdad y Acceso a los Derechos para las Mujeres Rurales que contenga los siguientes puntos:
• Implementación de las Comisarías de la Mujer en todo el territorio nacional teniendo en cuenta en el diseño que haya comisarías en los territorios rurales.
• Acceso a la Tierra con prioridad para las mujeres rurales, especialmente para la producción agroecológica.
• Implementación de una institución, secretaria o dirección especialmente diseñada para promover y desarrollar políticas públicas dirigidas a las mujeres rurales, con presupuesto y participación del sector. Que además realice estudios y brinde estadísticas acerca de la violencia y exclusión tanto física, económica y social a la que estamos inmersas.
• Financiamiento e implementación de un Programa de Promotoras Rurales de Género llevado adelante por mujeres del sector que posea rango institucional y validez jurídica.
• Desarrollo y puesta en práctica de un Programa masivo de alfabetización y escolarización para las mujeres rurales en todo el territorio.
• Transversalización de la perspectiva de género en todas las políticas públicas dirigidas a la agricultura familiar y campesina. Todos los programas y subsidios para compra de maquinaria y asistencia técnica desarrollados por las instituciones del estado enfocadas en el sector deben contener el principio de prioridad hacia las mujeres rurales. Los beneficios tienen que ser también a nombre de las mujeres, no solo de los hombres de las familias agrícolas.
• Desarrollo de un plan de asistencia alimentaria para la población en el que las mujeres tanto urbanas como rurales tengamos protagonismo y que se base en la alimentación sana, segura y soberana proveniente de la producción de la agricultura familiar y campesina. Para llevar a cabo este plan se brindarán talleres acerca de educación alimentaria con el fin de transformar los hábitos alimentarios que en el último tiempo las industrias de alimentos ultra procesados y de mala calidad inculcaron a la sociedad en su conjunto, sobre todo en los sectores más vulnerables. Queremos un pueblo que coma sano y sabemos cómo hacerlo. 

Este programa lo acercaremos a los distintos funcionarios y clase política que gobiernan y gobernarán nuestro país pero queremos dejarlo en claro: Dialogaremos y debatiremos pero estamos cansadas, nuestros cuerpos no soportan un segundo más seguir relegadas y marginadas. Defenderemos este posicionamiento y estas propuestas con lucha y en las calles de ser necesario. Ya no nos callamos más porque estamos organizadas. Somos las que mujeres que alimentamos al pueblo y juntas Venceremos. 

La Plata, Buenos Aires, 14 de octubre de 2019 Secretaria de Género UTT
- Para descargar la declaración en formato pdf, haga clic en el siguiente enlace:

 
 
 
Destaquemos, a diferencia de la anterior declaración más apegada a las formas de establecer el orden en el capitalismo, cómo reflexionan en: "Vivas y vives estamos aquí protegiendo a la madre tierra, protegiendo el territorio tierra, pero también este territorio que lleva la sangre de la tierra, protegemos nuestro cuerpo como primer territorio de defensa.”
 
 
 
 

Con los pies en la tierra,

desde Abya Yala hasta Kurdistán

18 octubre 2019
 

    
A las 12 del mediodía del domingo 13 de octubre, 527 años después de la invasión, del saqueo, del genocidio, allí estaban, iniciando la ceremonia y resistiendo. Haciéndose gigantes, multiplicándose, gritándole al colonialismo que están vivas, rompiendo el cerco mediático que intenta acorralar las voces de nuestros pueblos y nuestros cuerpos: acuerpándose en una multitud que colmó la Plaza San Martín, en la ciudad de La Plata, en el 34° Encuentro, para dar comienzo a la Asamblea de Feministas del Abya Yala.
 
34° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas,Trans, Travestis, No Binaries, Intersexuales,
 Bisexuales, Indígenas, Negras, Afro y Racializadas
Octubre 2019, La Plata
“Aquí no tenemos el tiempo neoliberal, aquí no tenemos el tiempo racista, aquí tenemos los tiempos de Abya Yala”, Lolita Chávez.
A las 12 del mediodía del domingo 13 de octubre, 527 años después de la invasión, del saqueo, del genocidio, allí estaban, iniciando la ceremonia y resistiendo. Haciéndose gigantes, multiplicándose, gritándole al colonialismo que están vivas, rompiendo el cerco mediático que intenta acorralar las voces de nuestros pueblos y nuestros cuerpos: acuerpándose en una multitud que colmó la Plaza San Martín, en la ciudad de La Plata, en el 34° Encuentro, para dar comienzo a la Asamblea de Feministas del Abya Yala.
Encender el fuego de la memoria
(“Las que siguen ardiendo en nuestra rabia y las que iluminan nuestra fiesta”)
Las banderas de los pueblos se entrelazan en caracol en el suelo, el aire empieza a sahumarse, las hojitas de coca pasan de manos en manos hechas cuenco. Comienza la mística inicial. Se nombra a las ancestras, se nombra a Berta Cáceres, a Diana Sacayán, a Marielle Franco, a Macarena Valdez, a Lohana Berkins, se las nombra y se las hace presentes. Los feminismos indígenas, negros, afros, disidentes, campesinos, piqueteros, villeros, populares, de trabajadoras, migrantes, comunitarios y territoriales se acuerpan en el reconocimiento de las identidades, historias y luchas. Las mujeres de los pueblos que resisten comparten la misma raíz, se reconocen en la mirada y declaran al mundo que son parte de la tierra, que la autodefensa es conjunta, contra toda opresión, persecución y extractivismo.
Más de treinta oradoras hicieron temblar el territorio querandí. Entre ellas, Lolita Chávez, del pueblo maya K´ICHE´,de Guatemala; Adriana Guzmán, feminista aymara, de Bolivia; Isabel Huala y Ninoska Pilacura, activistas mapuche, de Argentina; Viviana Catrileo, activista mapuche de Anamuri, CLOC-VC, de Chile; Yurima y Ámbar Miranda, de Honduras; Bernarda Pessoa, del pueblo qom, de Conamuri, Paraguay; Naiara Leite, del Movimiento de Mujeres Negras de Brasil; Jéssica Corpas, activista colombiana del Feminismo Negro y Migrante, de Argentina; Ketty Marcela López, de la Organización de Mujeres Indígenas y Amazónicas, de Perú; Alessia Dro, del Movimiento de Mujeres de Kurdistán; y la presencia, a través de un emotivo audio, de Blanca Chancosa, dirigente de CONAIE, de Ecuador, quien no pudo viajar al Encuentro por estar participando del levantamiento popular contra el gobierno de Lenin Moreno y el acuerdo firmado por el mismo con el FMI. Ana Iris Nogueira Pacheco del Movimiento Sin Tierra de Brasil y Zulma Molloja de la Unión de Trabajadores de la Tierra de Argentina, pusieron en grito a la demanda por la reforma agraria.
La tierra. La tierra como fuente de vida y futuro, y no como propiedad para la explotación y especulación, habló a través de sus voces “contra las trasnacionales de la muerte”.
Contra el racismo y el extractivismo
Lolita Chávez, del Consejo del pueblo maya K´ICHE´fue quien comenzó la mística y encendió el fuego de la Asamblea con cada una de sus intervenciones: “No queremos aliados militares, no queremos guerras, no queremos bombas en nuestros territorios (…) Vivas y vives estamos aquí protegiendo a la madre tierra, protegiendo el territorio tierra, pero también este territorio que lleva la sangre de la tierra, protegemos nuestro cuerpo como primer territorio de defensa.”
Miriam Miranda, de la Organización Fraternal Negra Hondureña (OfraNeH), del COPINH, no pudo viajar al Encuentro, pero estuvieron presentes Yurima y Ámbar Miranda: “Somos un pueblo que lucha contra el extractivismo, que lucha por hacer prevalecer nuestras raíces. (…) Honduras es uno de los países donde es más difícil ser mujer y más cuando se lucha por los derechos, por nuestra ancestralidad, por hacer prevalecer nuestra lengua, somos criminalizadas, judicializadas por eso.” (…) “Queremos un Honduras libre, vivo y sin dictadura. Y no nos cansaremos de pedir justicia para Berta Cáceres.”
Además, se reprodujo un mensaje en audio de la misma Miriam:“ (…) La naturaleza y los recursos naturales nos están haciendo un llamado a las mujeres feministas, mujeres diversas, en cuanto tenemos que poner nuestra voz, nuestra resistencia y nuestra lucha por un planeta mejor. La humanidad definitivamente está en peligro de desaparecer. La crisis climática nos lo dice.”
La presencia y participación política de las mujeres indígenas, campesinas y agricultoras puso en agenda el eje socioambiental ligado al problema de la desigual distribución de la tierra, la soberanía alimentaria, los agrotóxicos, las fumigaciones, los monocultivos, el extractivismo y las corporaciones del agronegocio. Por primera vez se dictaron dos nuevos talleres al respecto: “Mujeres y luchas ambientales” y “Ecofeminismo”, ambos con una masiva concurrencia.
Las desigualdades ejercidas sobre las mujeres migrantes también fueron puestas en debate. Jéssica Corpas, del Feminismo Negro y Migrante, expuso: “No es lo mismo ser una mujer en este cuerpo negro, y entre más negra es la piel más dura es la discriminación y más grande es la desventaja que se tiene ante la sociedad. Este es un espacio también para que nos cuestionemos esos lugares de privilegio que tenemos como feministas, esos lugares de clase, esos lugares de racialización, de nuestras elecciones sexuales, nuestras identidades, por las cuales nos estigmatizan, nos violentan, nos matan. (…) Las mujeres migrantes estamos en la base de la discriminación en la Argentina y eso es algo que queremos visibilizar. (…) Hablamos de engrosar la lucha y salir a las calles pero que muchas compañeras estemos aquí saliendo a las calles implica que hay mujeres que son migrantes que están cuidando nuestros hogares, cuidando nuestros hijos, nuestras hijas, nuestres hijes, y para eso tenemos que luchar unidas, para que todas podamos salir a las calles de una manera justa, igualitaria. (…) Que portar un cuerpo negro no sea una vergüenza, que portar un cuerpo indígena no sea una vergüenza, necesitamos revindicar nuestras identidades, necesitamos que nos acompañen y nos vean como sujetas políticas y no como víctimas ni como vulnerables.”
Así también lo expresó Naiara Leite, del Movimiento de Mujeres Negras de Brasil: “El racismo en Brasil es lo que define si vivimos o no vivimos, si comemos o no comemos, si somos violadas o no somos violadas. Fue el racismo el que definió la ejecución de Marielle Franco. Fue el racismo el que definió la ejecución, hace dos semanas, de una niña de 8 años. Estamos hablando de una nueva esclavización hacia la población de mujeres negras de Brasil.”
“¡Monsanto, Monsanto! ¡Fuera de los campos! ¡Syngenta, Syngenta! ¡Vos no me alimentas!”
Casi al finalizar la jornada, irrumpieron con la fuerza de la tierra, las mujeres de la UTT al grito de: “¡Azo, azo, azo! ¡Se viene el verdurazo!” La fragancia de las verduras frescas y agroecológicas que producen las trabajadoras abrazó la tarde. 50 mil kilos de verduras, en cajones repletos, llegaban pasando de manos en manos, entre sonrisas, saltos y cantos. Zulma Molloja tomó el micrófono y la plaza estalló. “No tenemos viviendas dignas, vivimos en casas precarias (…) Ayer vino la tormenta y arrasó con toda nuestra producción. Y éste Estado nunca está presente. Nuestras viviendas son de madera, sin baños, sin duchas, como tiene que ser. Nuestros hijos sin escuelas públicas, sin escuelas rurales, han quedado en el olvido nuestros hijos. Atrás de nosotras hay nuestros hijos e hijas que necesitan escuelas rurales, caminos. Nosotros hemos quedado en el olvido y aparte nos quieren meter a las multinacionales envenándonos a nosotros y a nuestros hijos. ¡Fuera Monsanto! ¡Que se vayan las multinacionales!
No vamos a permitir que se siga atropellando a todo pequeño productor, al sector rural. Porque nosotras hoy en día nos hemos empoderado, nos hemos levantado para avanzar en la agroecología, por la soberanía alimenaria y empezar a producir sano.”
Zulma se retira ovacionada. Detrás de la glorieta central comenzó el “verdurazo”, y entre brazos que se estiran para brindar alimentos sanos, cuenta: “Hoy estamos acá todas las productoras haciendo ver nuestro trabajo, quiénes somos. Atrás de esa lechuga, de ese tomate, existe una mujer, existe una compañera trabajando la tierra. Hoy estamos acá regalando verdura para que vean de dónde viene, quién lo hace. No de los supermercados. Nosotras alimentamos a todo el pueblo argentino.
El problema de la tierra claro que es central, pero no sólo en el espacio rural sino en general. En los barrios también sucede que hay muchos niños que no tienen vivienda, hay mucha hambre, muchos niños en las calles, muchas mujeres mueren en las calles. Y a raíz de esto nosotros presentamos una Ley de Acceso a la Tierra en 2015 y hasta ahora no hay avance. Queremos que nos den las tierras fiscales, que en vez de estar llenas de yuyos y montes nos las den a nosotras para seguir produciendo agroecológico y sano, para la soberanía alimentaria, para nuestros hijos.”
La Asamblea de Feministas de Abya Yala culmina mientras el sol se pone. La energía de una jornada intensa y radiante parece haber borrado por completo al temporal de los últimos dos días que no pudo interponerse al Encuentro más grande en la historia del feminismo en Argentina. Ahora, comienza la marcha más grande. Y allí van ellas, abriéndole el paso a Cintia, con el tractor, entre las columnas. Abriéndose paso, con las manos curtidas, con los ojos brillantes y abiertos como nunca antes, y con los pies firmes sobre la tierra.