lunes, 19 de mayo de 2014

El trabajo digno de todos nos exige emancipación del capitalismo e imperialismo.


De ahí que sea prioritaria la autoorganización socioeconómica de comunidades hermanadas entre sí y en lucha por erradicar 
las ganancias patronales o la explotación laboral.

Reflexionemos sobre:
¡ Somos los que falta!
Trabajadores por la dignidad
 Buenos Aires, 1-5-2013

 
Este primero de mayo, conmemorando los 45 años del manifiesto de la CGT de los Argentinos, las organizaciones nucleadas en la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) marcharán a partir de las 10:00 hs. desde el Ministerio de Trabajo hasta el Sindicato Gráfico, emblema de la resistencia popular. Reclamarán igualdad de derechos para todos los trabajadores que se desempeñan por afuera del mercado laboral formal, la apertura de una “paritaria social” para discutir los problemas de ese sector y la inscripción de la CTEP como organización gremial representativa de cooperativistas, cuentapropistas, comunitarios e informales en sus distintas ramas de actividad. (...)
 
5.- La injusticia que persiste.- Pero nuestro Pueblo sabe bien que, a pesar de todos los avances paridos durante los últimos años, lejos estamos de vivir en una Patria Justa. La injusticia que persiste se expresa dramáticamente en nuestros diez millones de pobres, en millones de trabajadores sin plenos derechos, en multitud de niños sometidos a trabajo infantil, en la desesperanza de los jóvenes que ni estudia ni trabaja, en cientos de miles de hogares arruinados por el paco, en la opresión de nuestros hermanos esclavizados en prostíbulos y talleres clandestinos, en los campesinos e indígenas desplazados por el agronegocio, en millones de compatriotas sin vivienda digna, en centenares de villas y asentamientos sin infraestructura básica, en los pibes asesinados por el gatillo fácil y el crimen organizado; todas situaciones de injusticia que sentimos en lo más profundo y nos convocan a redoblar el esfuerzo militante.
6.- Los obstáculos a la justicia social.- La madre de estas injusticias son las estructuras que entronizan la ganancia, la cultura consumista, el saqueo de los recursos naturales y la productividad como factor rector de la vida social. En el marco de la crisis global del capitalismo, el capital financiero y las corporaciones transnacionales, en estrecha alianza con las oligarquías y monopolio locales, profundizan una ofensiva que pretende mercantilizar la vida, subordinar la agricultura y los bienes naturales a lógicas especulativas y profundizar la explotación de los trabajadores, provocando la exclusión de grandes masas de pueblo. Son estas estructuras las que mantienen a millones en la exclusión y a nuestro Pueblo trabajador dividido, no entre oficialistas y opositores como quieren hacernos creer los monopolios mediáticos, sino entre integrados y excluidos: esta es la principal contradicción social que atraviesa hoy a nuestro Pueblo. Superarla es la tarea más apremiante del movimiento popular. Somos lo que falta.
 
7.- Los “nuevos” trabajadores.- Los millones de excluidos del mercado formal de trabajo, los millones de expulsados del campo y los que aún resistimos en nuestro territorio, nos fuimos buscando un lugarcito en la periferia social, inventándonos nuestro propio trabajo, aferrándonos a los programas sociales, también sudando en pequeñas empresas informales que no garantizar condiciones dignas de labor. De a poquito nos fuimos organizando, formamos movimientos, asociaciones, cooperativas, recuperamos fábricas, defendimos y recuperamos nuestro territorio y forjamos lazos de hermandad entre nosotros. Los cartoneros, campesinos, artesanos, vendedores ambulantes, feriantes, trabajadores de programas sociales, motoqueros, cooperativistas, microemprendedores y obreros de empresas recuperadas, comenzamos a salir a la luz y a reclamar los mismos derechos que el resto de la clase trabajadora.
 
8.- Trabajo, Organización y Lucha.- Con la dignidad del trabajo, comenzamos a forjar organizaciones para luchar por nuestros derechos. No vamos a esperar que la Justicia Social caiga como maná del Cielo porque creemos profundamente que “sin poder popular no hay justicia social”. Con independencia de la posición política de cada uno de nosotros, reafirmamos nuestra convicción en que sólo la organización y la lucha de los trabajadores puede garantizar un futuro digno para nuestro Pueblo, defender los derechos conquistados y profundizar el camino hacia la liberación nacional y la justicia social.
9.- La necesaria unidad del movimiento obrero.- En ese sentido, la unidad del movimiento obrero es una necesidad estratégica que trasciende ampliamente la coyuntura política. La dispersión de las fuerzas populares y la fragmentación política, social y económica de los trabajadores constituyen el principal obstáculo para avanzar en transformaciones estructurales que rompan las cadenas de dependencia para construir una sociedad sin esclavos ni excluidos, una economía al servicio del Pueblo y una Patria justa, libre y soberana. Y no se trata simplemente de saldar las falsas antinomias que dividen en cinco centrales a los trabajadores formales sino de avanzar en una profunda reestructuración del movimiento obrero que nos incluya también a nosotros y pelee prioritariamente por las reivindicaciones de los trabajadores más pobres.
 
10.- En el mercado formal no hay lugar para todos.- Tras diez años de crecimiento ininterrumpido, aprendimos que el mejoramiento de los indicadores macroeconómicos, que el aumento de la productividad, el desarrollo de la tecnología y el incremento en las inversiones productivas no se traduce en trabajo formal y dignidad para todos nuestros compañeros. Comprendimos que, en el mercado, no hay ni habrá lugar para nosotros. Observamos como desde el Estado, quizás con buenas intenciones, se aborda el problema estructural de la exclusión socio-laboral con asistencialismo encubierto y recetas de “flexibilización progresista”, la nueva cara de las “teorías del derrame” que esperan que a la larga el crecimiento del PBI nos resuelva la vida a todos. Frente a este panorama, tenemos dos opciones: conformarnos con subsistir como “ciudadanos de segunda” magramente asistidos por el estado en las periferias del mercado o construir una nueva economía que rompa con la lógica de la ganancia, la Economía Popular.
 
11.- La Economía Popular como Camino.- Este camino ya lo hemos iniciado, desde abajo y a los ponchazos, a mano y sin permiso. No fue la virtud sino la necesidad la que nos llevó a juntar cartones, recuperar fábricas, defender nuestra tierra, producir alimentos, abrir mercados populares, producir artesanías, pelear por programas sociales, crear miles de cooperativas. Sin embargo, esta necesidad nos fue mostrando como cuidar el ambiente, defender la soberanía alimentaria, proteger nuestro territorio, producir bienes necesarios, sacar a nuestros pibes de la droga, cuidad a nuestros niños. Hoy somos miles, tal vez millones y nos estamos organizando para que se nos reconozca como trabajadores y fundamentalmente para dignificar estos procesos que hoy existen bajo formas precarias, desreguladas y atomizadas.
12.- La Economía Popular como Objetivo.- Creemos que sólo el trabajo estable, digno y con plenos derechos, nos permitirá construir la sociedad que queremos. A la vez, nuestra fuerza de trabajo correctamente orientada permitirá lograr objetivos sociales que están por afuera de las necesidades del “mercado”. Es maravilloso pensar que toda nuestra fuerza de trabajo que hoy está dispersa, precarizada, atomizada se puede poner al servicio del mejoramiento de nuestra comunidad. ¿Cómo lograrlo? Revalorizando los procesos de trabajo popularmente creados, integrándolos, regulándolos, formalizándolos, dignificándolos, planificándolos, coordinándolos e incluso subsidiándolos para canalizarlos hacia los grandes objetivos sociales que siguen inconclusos: la soberanía alimentaria, el cuidado del ambiente, la integración urbana de las villas, la recuperación de la infancia, la erradicación del paco, la promoción de una vida saludable y la provisión de bienes y servicios básicos para la existencia. Para alcanzar una verdadera Economía Popular, la redistribución de la renta es condición necesaria pero no suficiente. Tenemos que avanzar hacia un verdadero cambio de paradigma en el que determinados bienes sociales, el trabajo primero que todos, sean valorados con reglas distintas a las del mercado.

13.- La CTEP como herramienta reivindicativa de los trabadores de la Economía Popular.- En este marco, diversas organizaciones con larga tradición en la lucha popular, hijas de la resistencia contra el neoliberalismo y nutridas de las más diversas tendencias ideológicas, nos hemos unido para formar una herramienta gremial, reivindicativa, de masas , que permita defender los derechos de esta fracción de la clase trabajadora, recuperar los derechos perdidos y avanzar en la construcción de la Economía Popular. Este verdadero sindicato de los excluidos, organizado en cada rama de actividad, se reconoce como parte del Movimiento Obrero Organizado y reclama el otorgamiento de personería gremial.
A medida que se van organizando las ramas de actividad y su estructura orgánica, la CTEP coordina los esfuerzos reivindicativos de sus organizaciones fundadoras. Así, la Confederación está integrada hoy por trabajadores del Movimiento Evita, Movimiento Popular La Dignidad, Movimiento Nacional Campesino Indígena, Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón, Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas, Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas, Movimiento de Trabajadores Excluidos y diversas cooperativas, asociaciones, emprendimientos productivos y federaciones adherentes en todo el territorio nacional. La CTEP, además de coordinar las acciones de sus organizaciones miembro, se organiza por ramas y regionales…
14.- Las reivindicaciones más urgentes.
- Desde la CTEP reclamamos que el Estado Nacional, las Provincias y los Municipios comiencen a dar una respuesta integrada al fenómeno de la informalidad estructural con políticas públicas que permitan la integración, planificación y dignificación de la economía popular. En ese sentido, reclamamos las siguientes medidas:
 · Salir de la Informalidad: Reconocimiento de la necesidad de transformar la economía informal de mercado en Economía Popular mediante el registro, la regulación, la integración, la planificación, la complementación y el control de los procesos económicos que se desarrollan por afuera de las vías institucionalizadas.
· Derechos para Todos: Universalización de la totalidad de los derechos laborales para los trabajadores de la Economía Popular –salario mínimo, vacaciones, aguinaldo, asignaciones familiares, protección a la maternidad, licencias, obra social efectiva, estabilidad laboral, derecho a agremiación- a cargo del Estado y con el aporte de los sectores privados que se benefician de la cadena de valor en la que participan nuestros compañeros.
· Una nueva institucionalidad: Creación de un Ministerio de Economía Popular que registre, regule, planifique y fomente todos los procesos de Economía Popular para garantizar los derechos de sus trabajadores y el desarrollo productivo del sector.
 · Lucha contra la Inflación: Creación de mecanismos de control popular de los precios, incluyendo la formación de una Red de Mercados Populares abastecidos con productos de la Economía Popular subsidiados para servir la mesa de los argentinos.
· Nuevas formas de propiedad y organización: Reconocimiento de la propiedad social, colectiva y/o comunitaria sobre los medios de producción y territorios afectados a actividades de Economía Popular. Actualización de la normativa de cooperativas sin “flexibilizaciones progresistas” y reforma del INAES.
· Fomento estatal: Ley de “Compre Social” con un cupo no menor al 20% del total de las Compras del Estado al Sector Popular de la Economía con prefinanciación.
· Ventanilla única y participación popular en los programas sociales: Coordinación centralizada de la totalidad de los programas sociales con contraprestación laboral reconociendo plenos derechos a sus trabajadores y permitiendo la participación de sus organizaciones más representativas en el diseño, la implementación y el contralor de los mismos. Dichos programas deben apuntar prioritariamente a mejorar la situación de infraestructura, mobiliario social, vivienda, salubridad y ambiente de los compañeros que viven en villas y asentamientos.
· Apoyo a las Empresas Recuperadas y Plan Nacional de Recuperación de Empresas: Ley de expropiación general para las recuperadas, créditos, subsidios, complemento de ingreso, canales de comercialización, renovación tecnológica, apoyo a la comercialización y la exportación.
· Reforma Agraria Integral: Ley de suspensión de desalojos, Función Social de la tierra, reapertura del Consejo Agrario Nacional. Programa Nacional de fortalecimiento de la agricultura campesina para la Soberanía Alimentaria. Creación de una institucionalidad de rango ministerial que aborde la el uso y función de la tierra en el marco de la Soberanía Alimentaria y popular.
· Inclusión de Cartoneros y cuidado ambiental: Programa Nacional de Gestión Social para el Servicio Público de Recolección Diferenciada, Acopio, Reacondicionamiento, Reciclado y Comercialización de Residuos Sólidos Urbanos Secos para la inclusión social de los 300.000 cartoneros que trabajan en la República.
· Erradicación del Trabajo esclavo: Creación de una Red de Polos Textiles Cooperativos para la erradicación del trabajo esclavo en la industria textil y la integración social de 500.000 trabajadores costureros reducidos a servidumbre en talleres clandestinos.
· Incautación de los bienes de corruptos, mafiosos y esclavistas: La incautación y reutilización social de fondos, bienes de capital, bienes de uso, vehículos, campos o inmuebles, que hayan sido instrumento, objeto o producto de los delitos de corrupción, contrabando, narcotráfico, trata de personas, trabajo infantil y trabajo esclavo (ley de extinción de dominio).
 · Protección a los trabajadores de la vía pública: Protección, reconocimiento, registro y regulación a los trabajadores de la vía pública ya sean artesanos, vendedores ambulantes, artistas callejeros.
· Ferias Populares sin Explotación: Protección, reconocimiento, registro y regulación de las Ferias Populares y Ferias Francas de Gestión Social Social. Estatización y reconversión de las actuales Ferias “Internadas” privadas. Reconocimiento pleno de derechos laborales a los feriantes y de los productores que abastecen a la feria.
Fuente: http://ctep-argentina.blogspot.com.ar/2013/04/somos-lo-que-falta.html

Comprobamos que, pese a coincidencias importantes como la ruptura con la lógica de ganancia para desarrollar la economía popular y la reforma agraria integral, hay conciliación con el capitalismo e imperialismo del poder económico y con el Estado a su servicio. Por eso, la CTEP estima:
  • La principal contradicción social que atraviesa hoy a nuestro Pueblo se da entre incluidos y excluidos. Superarla es la tarea más apremiante del movimiento popular. Somos lo que falta.
  • El movimiento obrero debe priorizar la lucha por la inclusión de los excluidos o el goce de iguales derechos que toda la clase.
  • "El Estado Nacional, las Provincias y los Municipios comiencen a dar una respuesta integrada al fenómeno de la informalidad estructural con políticas públicas que permitan la integración, planificación y dignificación de la economía popular. En ese sentido, reclamamos las siguientes medidas:...".
Se desprende que su supuesto básico es la convivencia del capitalismo e imperialismo con la economía popular, la dignidad de la clase trabajadora y la agricultura campesina. No repara que cada vez es más imposible. Apreciemos:

El Estado bajo gestión CFK

YPF, Chevron y liberación nacional
Por Rolando Astarita
(...)El acuerdo firmado con Chevron debe ponerse en un contexto más amplio. El 13 de diciembre, en la celebración del Día del Petróleo, Kicillof dijo que “queremos que las empresas hagan buenos negocios”; y presentó como una señal positiva el aumento a 7,5 dólares por millón de BTU del gas que extraen YPF y otras empresas. El precio estaba en 2,3 dólares, en tanto que el gas importado de Bolivia llegó a pagarse 12 y 13 dólares. Durante mucho tiempo partidos de la oposición y diferentes medios dijeron que esto era irracional, pero los K-defensores respondían que se trataba de argumentos de la derecha. Sin embargo, el creciente el déficit energético (3500 millones de dólares este año en la balanza gasífera) obligó al aumento, anunciado por la presidenta como un gran paso adelante. Poco después, en el encuentro con los petroleros, Kicillof explicaba: “Para llevar a cabo este aumento de producción se debe tener en cuenta la rentabilidad de la inversión en estos costosos proyectos y el tiempo de repago de estas, que en muchos casos exceden los plazos de las concesiones”.
Interpretaciones alternativas
Al producirse la estatización de YPF publiqué una nota (ver aquí) en la que polemizaba con aquellos que interpretaban la medida en términos de la oposición “Estado o mercado”, “Pueblos o corporaciones”, “Liberación nacional o dependencia”, y similares. De acuerdo a esta línea de pensamiento, los acuerdos recientes, o la suba del precio del gas, serian entonces una “claudicación” frente a las fuerzas del capital internacional (aunque el K-progresismo prefiere mirar para otro lado; después de todo, monopolio es Clarín, pero no Chevron).
Mi interpretación, en cambio, es que se trata simplemente de negocios capitalistas, en los cuales diversas fracciones y el Estado discuten por las condiciones de la explotación. La razón de fondo es que YPF, a igual que cualquier empresa, también está sometida, en última instancia, a la lógica de la valorización. Refiriéndome en general a las empresas capitalistas de Estado, en aquella nota sobre la estatización de YPF escribía que de manera creciente “son regidas por directores que se entrenan en las mismas escuelas de negocios que entrenan al personal jerárquico de las privadas. La valorización y los balances son puestos bajo escrutinio de los inversores, que “votan” en las bolsas de valores. Estamos muy lejos del viejo estatismo vinculado a la industrialización por sustitución de importaciones. Los nuevos criterios para definir qué es una ECE, y las ambigüedades que surgen al tratar de establecer los límites entre lo privado y lo estatal, tienen que ver con este giro”. (...) Leer
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Los ataques no paran: de nuevo niños Wichí baleados en Formosa
19 de mayo de 2014
 
Una ola de violencia policial está arrollando a las comunidades indígenas Wichí de Ingeniero Juárez, Provincia deFormosa. Unas semanas después de que unos niños fueran heridos gravemente, la fuerza estatal atacó ayer otra vez contiros de bala de plomo a chicos Wichí de esa localidad, lesionando a varios de ellos. Uno, de 14 años, fue llevado a la comisaría y golpeado brutalmente. 
 
Por Stefan Biskamp para ANRed / Fotos: Agustín Santillán.
Según relatan testigos, a las 10:00hs de la mañana de ayer, sábado 17 de mayo, una decena de policías entró a la comunidad Wichí Barrio Obrero de Ingeniero Juárez en el noroeste de la Provincia de Formosa. “Sin avisar, tiran directo con balas de goma y de plomo, contó un testigo. “Entran al barrio con palabras ’indio de mierda’ y ’mataco’. Cuando los miembros de la comunidad corrían desesperadamente, “los policías se reían”. Un niño de 14 años fue detenido por los efectivos: “Lo llevan a la rastra al niño Leandro. La madre grita, le pegaban y casi la balean también”. (...)
 
Habitualmente, representantes del Estado en las provincias del noroeste como Formosa, gobernada por el kirchnerista Gildo Insfrán, usan el argumento de una supuesta agresión violenta por parte de los pueblos originarios para justificar una represión. Así sucedió por ejemplo cuando en Ingeniero Juárez, el 21 de marzo, tres chicos resultaron heridos por balas. En aquella ocasión, casi idéntica a la de ayer, el niño Nazareno Chávez, de 11 años, sufrió las heridas más graves y los huesos de su rodilla de izquierda fueron astillados por una bala de plomo que disparó un policía. Hace unos días pudo volver a casa, luego de haber estado internado casi dos meses en un hospital en Formosa Capital, a unos 500 kilómetros de su comunidad en Ingeniero Juárez.
Como se pudo documentar en marzo, la herida de Nazareno fue producto de una verdadera cacería de niños realizada por policías provinciales. Aquel día, un grupo de chicos se había sentado tranquilamente en la vereda, frente a la Plaza Juan Domingo Perón, cuando efectivos bajaron de un patrullero, les dispararon y los persiguieron, tirando con balas de goma y de plomo. Llamativamente en ese momento –así como en el contexto de esta nueva violencia policial contra niños Wichí– los efectivos difundieron la versión de que fueron los chicos quienes habían empezado, amenazando con piedras a coches de vecinos criollos y atacando a los policías después. Esta versión oficial se pudo desmentir con una cuidadosa documentación de los hechos.(...) Leer
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ANTE EL FALLO DE LA CÁMARA FEDERAL POR EL MEMORANDO CON IRAN
Por APEMIA
Agrupación Por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la AMIA
 
Después de veinte años de impunidad de la masacre de la AMIA, el fallo de la Cámara Federal que declaró inconstitucional el Memorando ha provocado una nueva crisis política. Los ministros Alak y Timerman prometieron una apelación que no tenían pensada. Pichetto llegó a hablar de un “gobierno de los jueces” para justificar la parálisis y el fracaso de las iniciativas que el gobierno impulsó durante años en el tema del atentado a la AMIA.
Se trata de un fallo al que todas las partes apostaron buscando presentarse como ganadores. El gobierno, para mostrar que su acuerdo con Irán era beneficioso, incluso para Israel y la paz en Medio Oriente. Los jueces, para mantener su “independencia” y tratar de salvar el honor después de veinte años de encubrimiento. Y DAIA/AMIA, para mostrarse como articuladores de una oposición política que sigue encubriendo al Estado nacional y sus reconocidas responsabilidades criminales. (...)
Desde APEMIA llevamos años impulsando la constitución de una Comisión Investigadora y la apertura de los archivos para esclarecer los hechos y llegar a la verdad como único camino para superar veinte años de impunidad y maniobras políticas y jurídicas. Después de tantos años de lucha y debates, los jueces, finalmente, reconocieron en su fallo el valor y la legalidad de estas comisiones de la verdad, aunque no las promuevan.
Nuestra propuesta se plasmó en un Proyecto de Ley que presentaremos públicamente en los próximos días junto a distintos bloques parlamentarios de ambas cámaras que la hicieron propia.
Consiste en la conformación de una Comisión Investigadora que funcione en el ámbito del Congreso Nacional, conformada por una mayoría de personalidades de trayectoria incuestionable en distintos ámbitos, representantes de los familiares de las víctimas y diputados y senadores. Su espíritu se refleja en los antecedentes internacionales que el fallo de Cámara cita.
La condición para su funcionamiento es la apertura de los archivos secretos vinculados al atentado a la AMIA, que el gobierno ya abrió para otras causas de Derechos Humanos.
La constitución de una Comisión Investigadora y la apertura de los archivos es la única vía que nos puede llevar a la verdad que el Estado argentino oculta desde hace veinte años. Y el derecho a verdad, justicia y castigo a todos los culpables es la única salvaguarda contra la impunidad. Leer

Situación de opresión y represión de los trabajadores.

Incompatibilidad del extraordinario crecimiento oligopólico con los derechos de todos los trabajadores.

A propósito del 1 de Mayo

Por: Julio C. Gambina (especial para ARGENPRESS.info)
Resulta interesante, a propósito de la celebración del día internacional de los trabajadores, evidenciar algunos datos referidos al empleo y los salarios en la Argentina, que surgen de un estudio de la FISYP. (1)

En el trabajo se señala que la información proviene de la EPH-INDEC, la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC, con datos para el cuarto trimestre de 2013 y refieren a la situación de los trabajadores asalariados.

Del estudio surge que sólo el 49,4% de los asalariados es a la vez ocupado pleno o a tiempo completo, o sea, que trabaja más de 35 horas semanales y está registrado.

• Que la mitad de los asalariados gana menos de $4.500 por mes en su ocupación principal.

• Que el 33,5% de los asalariados no está registrado por su empleador,
dando cuenta de la permanencia de una situación de impunidad empresarial que persiste en no registrar a sus trabajadores y privarlos de seguridad social.

• Que el 81,2% de los asalariados no registrados gana menos de $4.500 por mes en su ocupación principal.

• Que el salario promedio de los trabajadores no registrados es de $2.903 por mes. El de los no registrados, pero plenos o a tiempo completo, o sea que trabajan más de 35 horas semanales es de $3.745.

• Que el ingreso medio de la ocupación principal de distintos grupos de trabajadores asalariados es de $5.050 al mes.

Ese promedio es resultado de:

• Asalariados Plenos $5.859;

• Varones $5.738 y mujeres $4.182;

• Trabajadores Estatales $6.204;

• Trabajadores Privados $4.758;

• Trabajadores Registrados $6.133;

• Trabajadores No Registrados $2.903;

• Trabajadores Registrados y Plenos $6.652;

• Trabajadores no registrados y pleno $3.745.


Son datos promedios que evidencian la precariedad de ingresos de los trabajadores asalariados y la persistencia de la impunidad empresarial que niega seguridad social a un tercio de los trabajadores.

El conjunto de datos oficiales referencia la base material que justifica la demanda de los trabajadores por mejorar el ingreso y las condiciones de empleo en la Argentina.

En otro trabajo de la Fisyp (2) se destaca la
“recuperación del empleo” en la década transcurrida desde 2002, aunque “asentado sobre dos aspectos que se han demostrado constitutivos e imprescindibles para la sostenibilidad del modelo: un nivel de precarización muy elevado y trabajo “en negro” (no regularizado por impunidad empresaria) en niveles inéditos para períodos de bonanza económica”.

El caso del Estado Nacional es interesante, ya que “a junio de 2013 un 15,7% de sus empleados estaba bajo el formato de “contratados”, constituyéndose en uno de los empleadores que apuntala la situación de precariedad laboral.”

Sobre el trabajo “no registrado” se sostiene que “aparece como una necesidad del modelo económico vigente”, por ser un dato estructural con límites a la baja desde el 2008.

El informe da cuenta de una diferenciada “recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores en la última década”, siendo “Para el sector privado registrado....del 32%...” mientras que “los trabajadores no registrados....apenas han incrementado su capacidad de compra”.

Se señala que “El poder adquisitivo del salario se encuentra, en la actualidad, en niveles comparables con el que tenía un trabajador promedio a fines de la década del ´40, lejos del punto máximo de 1974”.

El estudio señala a propósito de la política social masiva que
“a pesar del alto nivel de empleo existente, los salarios son lo suficientemente bajos como para que se requiera una transferencia importante del Estado para terminar de conformar los ingresos de los sectores populares, incapaces sin esta ayuda de afrontar sus necesidades cotidianas.”

Se concluye destacando “deudas” en este periodo “la precarización laboral, el empleo no registrado y el bajo poder adquisitivo del salario”, en tanto “necesarios para el sostenimiento de un modelo económico que no ha transformado estructuralmente el tipo de empleo que se crea en la Argentina.”

Son estudios que requieren ser discutidos más allá de ideologismo o concepciones propagandísticas sobre el resultado en condiciones de vida de estos años transcurridos luego de la crisis del 2001/02, especialmente para pensar en una estrategia emancipadora desde los trabajadores.


Notas:(...)Fuente: http://www.argenpress.info/2014/05/a-proposito-del-1-de-mayo.html
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Política para la impunidad de quienes acumulan riquezas desposeyendo hasta de su supervivencia a millones que son contenidos frente a tamaña injusticia con otra: la "transferencias de ingresos provenientes de la ANSES".
Argentina: Política social compensatoria
Por: Julio C. Gambina (especial para ARGENPRESS.info)
Hacía un año que no se actualizaban los montos de la Asignación Universal por Hijo (AUH), y esta semana se informó una actualización del 40%. Aun siendo poco representativo para cada perceptor del beneficio, de $460 a $644 por mes, la suma total afectada aporta en el intento de contrarrestar la caída del consumo y la producción que verifica la desaceleración de la economía en el presente.

El ajuste de ingresos por beneficios sociales supone varias consideraciones.
Por un lado significa un reconocimiento de la variación real de los precios de bienes y servicios que consumen los sectores más desprotegidos de la sociedad; y por otro, confirma que los elevados indicadores de crecimiento de la economía en la década no alcanzan para que millones de personas resuelvan su cotidianeidad con recursos provenientes del empleo.

La política económica no ha podido resolver cuestiones estructurales asociadas al ingreso popular, por lo que la política social masiva actúa de forma compensatoria, intentando morigerar indicadores sociales de marginación y empobrecimiento que constituyen legados de cambios regresivos en el orden económico y social gestados en las últimas cuatro décadas.

Vale mencionar que la AUH es el programa más extenso de una política social masiva que involucra a casi 4 millones de beneficiarios, y a la que se suman otros tres millones de diversos planes sociales, entre ellos nuevos jubilados sin historial de aportes previsionales. La política social alcanza a unos 7 millones de personas que reciben transferencias de ingresos provenientes de la ANSES.
El movimiento de trabajadores jubilados cuestiona la distracción de fondos del ANSES para fines que no sean previsionales, sustentando que lo esencial de los recursos de la seguridad social son aportes y contribuciones con ese específico fin. En todo caso, señalan, la insuficiencia de fondos para hacer frente los pagos de jubilaciones y pensiones se asocian a la disminución de aportes patronales gestados en tiempo de Cavallo y Menem y que motivó el reemplazo con recursos tributarios. Este último argumento, la compensación con impuestos para el fondo de la seguridad social es lo que sostiene el gobierno para atender el conjunto de la política social con dinero de la ANSES.

La cuestión parece irresoluble por escasez de fondos, sean del tesoro nacional o del fondo de la seguridad social. Las demandas a satisfacer son cuantiosas y más allá del debate sobre índices de pobreza e indigencia, la realidad es que
una parte importante de la sociedad tiene problemas de ingresos para resolver las necesidades de la vida cotidiana.
En efecto, si son 7 millones los beneficiarios de la política social con ingresos ajustados pero escasos, y unos 5 millones de jubilados nacionales perciben la mínima, por debajo del 50% de lo necesario para una vida digna; y un tercio de los trabajadores están en situación irregular con ingresos menores a los regularizados con seguridad social; queda claro entonces la deuda del orden económico social con la mayoría de la población.

Con ese cuadro de situación se impone la masividad, no necesariamente universalidad, de una política social compensatoria ante una economía que en la crisis mundial creció a valores superiores. Es una situación que la Argentina comparte con la mayoría de los países de la región, aún con orientaciones políticas diferenciadas. En casi todos los países de Latinoamérica se aplican programas de transferencias de renta sustentados en fuertes ingresos fiscales derivados de la particular situación de suba de los precios internacionales de los productos de exportación.

Uno de los problemas a consignar es que en estudios de la CEPAL y de la OIT para la región se anticipan modificaciones en las condiciones globales del rumbo económico, del comercio y de los precios de las materias primas que pueden afectar la cuestión de los ingresos fiscales de los países y convocaran a discutir el uso de los recursos públicos. No en vano, sectores hegemónicos presionan para la disminución del gasto público y aunque no siempre se sostenga claramente, el gasto social está en la mira del objetivo para la reducción.

Otro de los problemas proviene de la evolución de los precios, del 1,8% en abril según el INDEC, que se suma al 10% del primer trimestre, y en particular del de la divisa, que esta semana parece haber iniciado un nuevo movimiento alcista luego de la devaluación de enero. Las mínimas correcciones del valor del dólar impactan en varios precios que sufren precisamente los sectores de menores ingresos, que aun antes de percibir los ajustes ya sufren el impacto de la suba en bienes y servicios de consumo cotidiano.

Fuente: http://www.argenpress.info/2014/05/argentina-politica-social-compensatoria.html
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Prioridad al clima de súper negocios de las petroleras con condena a perpetua a los trabajadores de Las Heras y...
 
CRÓNICA DESDE SANTA CRUZ DEL VIAJE DE ORGANIZACIONES
Libertad inmediata a Oñate, Vivares y Armoa
06 May 2014
 
Por: Alicia Navarro Palacios , Iván Marín 
La provincia de Santa Cruz es desde el año pasado el blanco de todas las miradas por la persecución y criminalización de la protesta social debido al injusto fallo donde se condenó a tres petroleros a cadena perpetua. La movilización de organizaciones de derechos humanos, sociales y políticas ha impedido por ahora que la prisión se haga efectiva. Pero el gobierno, la justicia provincial y las patronales petroleras no conformes con este ataque, siguen su avanzada contra los trabajadores: el 23 de febrero pasado detuvieron a cinco petroleros que se encontraban reclamando por mejores condiciones laborales en la empresa BACSSA.(…)

 

Un Primero de Mayo tras las rejas por luchar

A 128 años en que los Mártires de Chicago iniciaran la lucha por las 8 hs de jornada laboral, y que les costara la vida, siguen las mismas persecuciones a los trabajadores cuando se organizan, incluso en un gobierno que levanta demagógicamente las banderas de los derechos humanos y se reivindica “nacional y popular”. Como dijimos más arriba, en Santa Cruz, provincia donde los Kirchner comenzaron su acumulación de poder político y económico, se condenó a cadena perpetua a trabajadores que luchaban contra el impuesto a las ganancias y la tercerización laboral, y desde febrero están detenidos con prisión preventiva trabajadores de la empresa BACSSA que reclamaban, entre otros puntos, que se cumpla con el ítem de desarraigo, en una provincia donde las distancias entre las localidades son enormes, y por la reincorporación de Víctor Oñate, quien había sido despedido por la empresa. Las causas que les imputan a estos trabajadores son por coacción agravada, entorpecimiento de la producción vía terrestre y violación al domicilio.

En vista de esta situación se llevó a cabo un acto por el Día Internacional de los Trabajadores frente a la Alcaidía de Pico Truncado, donde se encuentra detenido Oñate. Allí se hicieron presentes, entre otras organizaciones, la conducción provincial de la CTA, ATE Pico Truncado, Adosac provincial, Sindicato Judiciales, delegados petroleros, MST, PO, CCC, PSTU, y delegaciones de trabajadores de Las Heras, Los Antiguos, Caleta Olivia, Puerto Deseado, Río Gallegos, Río Turbio, Gobernador Gregores, Perito Moreno, 28 de Noviembre, Puerto Santa Cruz, Comodoro Rivadavia. Desde el PTS nos acercamos al acto para llevar nuestra solidaridad con la causa de estos tres petroleros detenidos y exigir la inmediata liberación de los mismos, el cese de las persecuciones a los que luchan y comunicar la presentación en el Congreso de la Nación del proyecto de ley contra la criminalización de la protesta social. Oñate y Vivares dejaron sus saludos a los presentes en el acto, en una comunicación vía telefónica desde sus lugares de detención. Además, en la plaza central de la localidad de Las Heras también se organizó un acto pese al corte de la luz que se produjo en el preciso momento en que se iba a realizar el mismo, según nos comentaron sus organizadores.(…)
CARTA DE UN PRESO POR LA INJUSTICIA
Hola , soy Justo Martín Oñate, mi apodo, "cuellito"...miembro de Comisión Directiva del Sindicato Petrolero y Gas Privado de la Provincia de Santa Cruz, y estoy detenido, privado de mi libertad en Pico Truncado, en la Unidad de detención de máxima seguridad, también en Caleta Olivia, en la alcaldía se encuentran en similar condición: Néstor Vibares miembro de Comisión Directiva y Jorge "chiru" Armoa, delegado de la empresa Baccsa.
Aclaro, para que se entienda mejor, detenido por luchar, defender lo que nos corresponde, por las leyes convencionales y la L.C .T. 20744 etc. y sin justificación valedera nos han privado de la libertad cuando habíamos realizado todos los pasos legales correspondientes. Aún no entiendo y no puedo creer que en el año 2014 en una etapa que se profesa y habla tanto de democracia sindical, hoy tenemos tres dirigentes detenidos, tres familias sufriendo, compañeros, ciudadanos pasando tanta angustia en una provincia que se jacta de libertad y que también se dice tener el sindicato más grande y más fuerte, de primer grado, como el Sindicato Petrolero de Santa Cruz.
De igual manera creo todavía en la Justicia aunque tengo impotencia, dolor, sufrimiento por que no deberíamos estar ni un día detenidos por las mentiras que un gerente de Neuquén, que abusando de su poder se dirige al juzgado acusando con malicia a trabajadores y dirigentes para acallar los reclamos y así reírse de una institución y hacer este gran mal a nuestra persona...la verdad que tengo mucho para hablar pero más que todo pido la automática libertad de Néstor Vivares, Jorge Armoa y mi libertad, Justo Martín Oñate...
Dios es testigo de esta injusticia que estamos viviendo por eso les pido de corazón como obrero, trabajador, luchador y ciudadano de Las Heras provincia de Santa Cruz que este 21 de mayo en la ciudad de Caleta Olivia se haga marcha, manifestación, acto o como quieran llamarlo, repudiando esta situación y pidiendo nuestra inmediata libertad.
Les solicito o convoco a todos los sindicatos e instituciones, compañeros, sectores políticos, compañeros delegados, agrupaciones petroleras y a todos los medios de comunicaciones escritos y orales que se solidaricen y difundan y que dicho sea de paso les agradezco de corazón...
"GRACIAS A UNA SANTA CRUZ LIBRE, LAS HERAS, PICO TRUNCADO, CALETA OLIVIA, RÍO GALLEGOS.....PRESOS DE LA INJUSTICIA SINDICAL "
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?breve9489
Alternativas al capitalismo desde los diversos de abajo.

Otra economía  para otra civilización
Julio-septiembre de 2013 
 
 
Por Alberto Acosta*
 
Cualquier cosa que sea contraria a la Naturaleza
 lo es también a la razón, y cualquier cosa que sea
 contraria a la razón es absurda. Baruch de Spinoza (1632-1677)
Dejemos sentado desde el inicio que no hay  alternativa alguna dentro del capitalismo.  Son inviables opciones dignas en una  civilización en esencia depredadora y  explotadora que «vive de sofocar a la vida y al mundo  de la vida».  La Humanidad, entonces, tiene que superar  tal civilización, que además está en crisis. Y no se  puede esperar que esta abra la puerta a los cambios;  ellos deben ser construidos e impulsados como parte  de una acción política preconcebida que se aproveche  de la crisis del capitalismo. En ese sentido, es muy importante estar atentos  a aquellos elementos que configuran la esencia  civilizatoria de ese sistema, para no insistir en ellos  y dar paso, dentro de él, a la construcción de una  alternativa. La salida del capitalismo se cristalizará  incluso arrastrando, inicialmente, algunas de sus  taras propias. Pero eso no es suficiente. Hay que transitar del  actual antropocentrismo al sociobiocentrismo. Lo  anterior exige un proceso de mutación sostenido  y plural, como requisito fundamental para llevar a  cabo una gran transformación civilizatoria. La tarea  es organizar la sociedad y la economía asegurando  la integridad de los procesos de la naturaleza,  garantizando los diversos flujos de energía y de otros  materiales en la biosfera, sin dejar de preservar la biodiversidad del planeta. Por lo tanto, no se trata de continuar por la senda  del tradicional progreso en su deriva productivista y del desarrollo como dirección única, sobre todo en su  visión mecanicista de crecimiento económico, en sus  múltiples sinónimos.  Es necesario plantear caminos diferentes, mucho más ricos en contenidos y, por cierto,  más complejos y concretos.

Elementos de una economía solidaria  y sustentable
Cuando se acepta que una economía debe sustentarse  en la solidaridad y en la sustentabilidad, se busca la  construcción de otro tipo de relaciones de producción,  intercambio, cooperación y también de acumulación  del capital y de distribución del ingreso y la riqueza. En el ámbito económico se requiere incorporar  criterios de suficiencia antes que sostener la lógica de la eficiencia entendida como la acumulación  material cada vez más acelerada. De ello se desprende  una indispensable crítica al fetiche del crecimiento  económico, que es apenas un medio, no un fin. Esto  plantea también, como meta utópica, la construcción  de relaciones armoniosas de la colectividad, y del  individuo con la naturaleza.  El objetivo final es establecer un sistema económico sobre bases comunitarias y orientadas hacia la  reciprocidad, que debe ser sustentable; es decir, debe  asegurar procesos que respeten los ciclos ecológicos  y que puedan mantenerse en el tiempo, sin ayuda  externa y sin que se produzca una escasez crítica de  los recursos.  Para lograr este objetivo múltiple será preciso  dejar atrás paulatinamente las lógicas de devastación  social y ambiental dominantes.

El mayor desafío de las  transiciones  se encuentra en superar aquellos patrones  culturales asumidos por la mayoría de la población que  apuntan hacia una permanente y mayor acumulación  de bienes materiales; una situación que no asegura necesariamente un creciente bienestar de todos los  individuos y las colectividades.  No sólo hay que consumir mejor y en algunos casos  menos, sino que se debe obtener mejores resultados con  menos, en términos de mejorar la calidad de vida. Es  imprescindible construir otra lógica económica, que  no radique en la ampliación constante del consumo en  función de la acumulación de capital. En consecuencia,  esta nueva propuesta tiene que consolidarse superando  el consumismo, e inclusive el productivismo, sobre  bases de creciente autodependencia comunitaria  en todos los ámbitos. No se trata de minimizar la  importancia que tiene el Estado, pero sí de ubicarlo  en su verdadera dimensión, es decir, asumir sus  limitaciones y repensarlo desde lo comunitario.   Subordinar el Estado al mercado implica supeditar la  sociedad a las relaciones mercantiles y al individualismo  ególatra. Si bien el mercado total no es la solución,  tampoco lo es el Estado por sí solo. Debe tenerse  presente, como un aspecto medular, que no todos los  actores de la economía actúan movidos por el lucro. Y  que tampoco la burocracia estatal puede suplantar las  expresiones de las comunidades, en la medida en que  ella no garantiza la participación popular en la toma  de decisiones, ni el control democrático.  
 
Eso lleva a comprender que en una economía  solidaria, como parte de una sociedad plenamente  democrática, no puede haber formas de propiedad  capitalista monopólica u oligopólica, y tampoco puede  la empresa pública o estatal totalizar la economía,  al ser considerada la forma de propiedad principal  y dominante. Existen modos distintos de propiedad  y organización: cooperativas de ahorro y crédito, de  producción, de consumo, de vivienda y de servicios,  así como mutuales de diverso tipo, asociaciones de  productores y comercializadores, organizaciones  comunitarias, unidades económicas populares y  empresas autogestionarias. En este universo habrá que  incorporar una gran multiplicidad de organizaciones  de la sociedad civil, que pueden acompañar una  transformación que no se improvisa, e incluso ser su  base. Tal economía parte de una marcada heterogeneidad  de formas de propiedad y de producción. Desde  donde se deberán ir construyendo otras relaciones de  producción y de control de la economía. El Estado y  el mercado tendrán un importante papel; este último  podría ser repensado desde la visión de una economía  socialista de mercado. El objetivo, ya desde la fase de transición, será  impulsar la satisfacción de las necesidades actuales  sin comprometer las posibilidades de las generaciones  futuras. No se trata solamente de defender la fuerza de  trabajo y de oponerse a su explotación.
 
Está en juego la  defensa de la vida misma.
Así, los objetivos económicos subordinados a las leyes de funcionamiento de los  sistemas naturales, deben conciliarse con el respeto a la  dignidad humana y la mejoría de la calidad de vida de  las personas, las familias y las comunidades. No puede  sacrificarse la naturaleza y su diversidad; el ser humano  forma parte de ella y no tiene derecho a dominarla,  mercantilizarla, privatizarla, destruirla.  El autocentramiento en la base  de las transiciones Las transiciones, entendidas como rutas hacia  una nueva civilización, deben ser pensadas sobre  todo desde las nociones de autocentramiento. En esta  aproximación las dimensiones locales quedan muy bien  situadas, lo que supone una estrategia de organización  de la política y de la economía construida desde abajo y  desde dentro, desde lo comunitario y solidario; donde,  por ejemplo, cobran fuerza las propuestas productivas  resultantes de los barrios y las comunidades.  Adoptar esas nociones implica tomar decisiones  políticas colectivas, para lo cual debe seguirse un  camino gradual que vaya desde lo regional a lo  nacional, y luego al mercado mundial. Este empeño  será mucho más fácil si se cuenta con el respaldo del  gobierno central y si hay una estrategia de integración  regional autónoma, es decir, que no esté normada por  las demandas del capital transnacional.   
 
El fundamento básico de la vía autocentrada es el  desarrollo de las fuerzas productivas endógenas, que  incluye capacidades humanas y recursos productivos  locales y el correspondiente control de la acumulación  y centramiento de los patrones de consumo. Todo esto  debe venir acompañado por un proceso político de  participación plena, de manera tal que (sobre todo en  los países donde el gobierno no está sintonizado con  esta visión) se construyan «contrapoderes» (económico  y político) que puedan impulsar paulatinamente las  transformaciones a nivel nacional.  Esto implica ir gestando, desde las localidades,  espacios de poder real en lo político, lo económico y lo  cultural. A partir de ellos se podrán forjar los embriones  de una nueva institucionalidad estatal, así como diseñar  y construir una renovada lógica de mercado, en el  marco de una nueva convivencia social. Estos núcleos  de acción servirán de base para la estrategia colectiva  que dé lugar a un proyecto de vida en común, el cual no  podrá ser una visión abstracta que descuide los sujetos  y las relaciones presentes al reconocerlos tal como son  y no como se quiere que sean. Una propuesta de transición desde el autocentramiento  —en lo económico— prioriza el mercado interno.  Esto no significa volver al modelo de «sustitución de  importaciones» que procuró beneficiar, y de hecho  favoreció, a los capitalistas locales, con la expectativa de fomentar o fortalecer una inexistente «burguesía  nacional».
 
En este nuevo contexto, mercado interno  quiere decir mercados heterogéneos y diversos, así  como de masas. En el último predominará el «vivir con  lo nuestro y para los nuestros», al vincular el campo  con la ciudad, lo rural y lo urbano, para desde allí  evaluar las posibilidades de reinsertarse en la economía  mundial.  No es posible desarrollar proyectos económicos  sin involucrar activamente a la población en su  diseño y gestión. Es necesario fomentar a la vez  la creación y el fortalecimiento de unidades de  producción autogestionarias, asociativas, cooperativas  o comunitarias (desde las familias, pasando por  las «microempresas» a nivel local, hasta llegar a los  proyectos regionales). Tal propuesta exige de modo  imperioso el fortalecimiento de dichos espacios  comunitarios. Así, por ejemplo, los productores  agrícolas deberían formar asociaciones que les  permitan manejar temas claves de manera conjunta,  como el acceso a mercados, créditos, tecnologías,  capacitación, etcétera. Hay que crear, por igual, las condiciones para  propiciar la producción de (nuevos) bienes y servicios,  sobre la base de tecnologías adaptadas y autóctonas.  Esta política debe favorecer a empresas colectivas,  familiares o incluso individuales, pero sin dar paso al  surgimiento y consolidación de estructuras oligopólicas  y menos aún monopólicas. Tales bienes y servicios  deben estar acordes con las necesidades axiológicas  y existenciales  de los propios actores del cambio, a  fin de estimular el aprendizaje directo, la difusión y  el uso pleno de las habilidades, la motivación para  la comprensión de los fenómenos y para la creación  autónoma. En lo social la transición propone la revalorización  de las identidades culturales y el criterio autónomo de  las poblaciones locales, la interacción e integración entre  movimientos populares y la incorporación económica  y social de los ciudadanos en general. Estos deben  dejar su papel pasivo en el uso de bienes y servicios  colectivos y convertirse en propulsores autónomos  de los servicios de salud, educación, transporte, entre  otros, impulsados coordinada y consensuadamente  desde la escala local-regional. Por último, en lo político, tales procesos  contribuirían a la conformación y fortalecimiento de  instituciones representativas y al desarrollo de una  cultura democrática y de participación, para lo cual  habrá que fortalecer los de tipo asambleario, propios  de los espacios comunitarios. 
 
Estos procesos demandan el cambio de los patrones  tecnológicos para recuperar e incentivar alternativas  locales, sin negar los valiosos aportes que pueden  provenir del exterior, sobre todo de las llamadas tecnologías intermedias y «limpias». Hay que entender  que gran parte de las capacidades y conocimientos  locales están en manos de comunidades y pueblos  que por decisión, tradición o marginación, se han  mantenido fuera del patrón occidental. En dichos  segmentos del aparato productivo se utilizan e inventan  opciones para facilitar el trabajo y el consumo de  productos locales, artesanales y orgánicos.  Numerosas prácticas tradicionales tienen tal  grado de solidez que el paso del tiempo parecería  solo afectarlas en lo accesorio y no en lo profundo.  Además, si se observa con detenimiento hay respuestas  productivas, como las de la agricultura orgánica, con  mejores rendimientos económicos en términos amplios  que las promocionadas actividades convencionales.
 
La  construcción de un nuevo patrón tecnológico implica  rescatar, desarrollar, o adaptar viejas y novedosas  tecnologías, que, para ser liberadoras, no deberán  generar nuevos modelos de dependencia (a través de  los transgénicos, por ejemplo), tendrían que ser de  libre circulación y de bajo consumo energético, así  como emitir CO2  en reducidas cantidades, muy poco  contaminantes, al tiempo que aseguran la creación de  abundantes puestos de trabajo de calidad. Ahora bien, hay que tener presente que un proyecto  de organización social y productiva, sustentado en la  dignidad y la armonía, como propuesta emancipadora,  requiere una revisión del estilo de vida vigente, sobre  todo a nivel de las élites, que sirve de marco orientador  (inalcanzable) para la mayoría de la población en  el planeta. Igualmente habrá que procesar, sobre  cimientos de equidades reales, la reducción del tiempo  de trabajo y su redistribución, así como la redefinición  colectiva de las necesidades axiológicas y existenciales  del ser humano en función de satisfactores singulares  y sinérgicos, ajustados a las disponibilidades de la  economía y la naturaleza. (...)

El objetivo final es establecer un sistema económico sobre bases comunitarias  y orientadas hacia la reciprocidad, que debe ser sustentable; es decir, debe  asegurar procesos que respeten los ciclos ecológicos y que puedan mantenerse  en el tiempo, sin ayuda externa y sin que se produzca una escasez crítica de  los recursos.
 
Al rescate de algunas lógicas económicas 
Para empezar una acción transformadora hay que  reconocer que en el capitalismo lo popular y solidario  convive y compite con la economía capitalista y con  la pública.  El sector de la economía social y solidaria está  compuesto por el conjunto de formas de organización  económica-social en las que sus integrantes, colectiva o  individualmente, desarrollan procesos de producción,  intercambio, comercialización, financiamiento y consumo de bienes y servicios. Tales formas  de organización solidaria incluyen en el sector  productivo y comercial cooperativas, asociaciones y  organizaciones comunitarias, así como diversos tipos  de unidades económicas populares. A estas se suman  las organizaciones del sector financiero popular y  solidario, que tienen en las cooperativas de ahorro  y crédito, en las cajas solidarias y de ahorro y en los  bancos comunales sus pilares. Inclusive habría que  rescatar valiosas experiencias con dinero alternativo,  controlado por las comunidades, que han servido no  sólo para resolver problemas en épocas de crisis agudas,  sino que han sido de enorme utilidad para descubrir y  potenciar las capacidades locales existentes.  Organizaciones como estas casi siempre sustentan  sus actividades en relaciones de solidaridad, cooperación  y reciprocidad y ubican al ser humano como sujeto y  fin de toda actividad económica, por encima del lucro,  la competencia y la acumulación de capital. Desde  esa lógica es necesario romper con las expresiones de  paternalismo, asistencialismo o clientelismo, por un  lado; y por otro, con toda forma de concentración y  acaparamiento; prácticas que han dominado la historia  de la región.  El Estado tiene mucho que hacer en este campo.  Por ejemplo, invertir en infraestructura y generar las  condiciones que dinamicen a los pequeños y medianos  productores, los cuales, con una pequeña inversión,  sacan mucho más rédito a la unidad monetaria  invertida que a la que invierten los grandes grupos de  capital. Su problema es que no poseen capacidad de  acumular. Ganan muy poco y viven en condiciones de  inmediatez económica, subordinados muchas veces al  gran capital. Tampoco tienen, mayoritariamente, una  adecuada preparación profesional y técnica, dado que  el Estado no se ha preocupado en ofrecer capacitación  para la apropiada gestión de este sector productivo.  Igualmente, hay que favorecer la cooperación  entre estas empresas de propiedad social, en lo que  se denominan «distritos industriales populares». Al  respecto, existen numerosas experiencias. Lo que  toca es profundizar y ampliar este tipo de prácticas,  para que sean más las empresas que compartan costos  fijos (maquinaria, edificios, tecnologías, entre otros)  y aprovechen así economías de escala, lo que les  aseguraría una mayor productividad. Por ello se vuelve impostergable una reconversión  de la matriz productiva. Esta decisión exige el ejercicio  soberano sobre la economía, la desprimarización de su  estructura, fomentar —e invertir en ella— la innovación  científico-tecnológica estrechamente vinculada con el  nuevo aparato productivo (y no en guetos de sabios);  también demanda la inclusión social, la capacitación  laboral y la generación de empleo abundante y bien  remunerado. Este último punto es crucial para evitar  el subempleo, la desigual distribución del ingreso, el  desangre demográfico que representa la migración,  entre otras patologías inherentes al actual modelo  primario-exportador de acumulación. 
 
Las estrategias de transición tendrán que ser  necesariamente plurales.
Teniendo como horizonte la  vocación utópica de futuro hay que desplegar acciones  concretas para resolver problemas concretos. Y en ese empeño, rescatar y potenciar las prácticas y los saberes  ancestrales, así como todas aquellas visiones y vivencias  sintonizadas con la praxis de la vida armónica y en  plenitud, que apunten en dicha dirección. Otro aspecto fundamental es reconocer que esta  nueva economía no puede circunscribirse al mundo  rural o a los sectores populares urbanos marginados.  Uno de los mayores desafíos radica en repensar las  ciudades, rediseñarlas y reorganizarlas, al tiempo que  se construyen otras relaciones con el mundo rural,  pensar formas diferentes de organizar la vida para y  desde las ciudades.
 
Construcción paciente vs. improvisación irresponsable 
La civilización capitalista ha favorecido el  individualismo, el consumismo y la acumulación
 agresiva de bienes materiales, lo que ha exacerbado  la competitividad entre iguales. Científicamente se  ha demostrado la tendencia natural dominante de  los humanos a la cooperación y la asistencia mutua.  Es necesario recuperar y fortalecer esos valores y  aquellas instituciones sustentadas en la reciprocidad  y la solidaridad.  Hay que valorizar los postulados feministas de una  economía orientada al cuidado de la vida, basada en las  virtudes antes mencionadas. La soberanía debe aflorar  con fuerza en varios ámbitos, como el monetario, el  financiero, el energético o el alimentario. Por ejemplo,  en este último, será un pilar fundamental de otra  economía, que se sustentará en el derecho que tienen  los agricultores a controlar la tierra y los consumidores  su alimentación. Esta debe entenderse como un derecho  humano. Y ello empieza por erradicar el hambre a  través de una verdadera revolución agraria.  Es imprescindible el acceso democrático a la tierra,  que constituye un bien público. Dicha estrategia  demanda respuestas participativas, descentralización  efectiva, reconocimiento de tecnologías propias y  ancestrales. Los campesinos y sus familias serán los  protagonistas de este proceso, sobre todo a través  de asociaciones de productores, comercializadores y  procesadores de alimentos.  El Estado —tanto el gobierno central como los  descentralizados— debe establecer las políticas  adecuadas para fomentar el cultivo ético de la tierra,  desprivatizar el agua y asegurar la gestión social del  riego, implementar adecuados mecanismos de crédito,  impulsar tecnologías apropiadas para el entorno,  fomentar los sistemas de transporte y los mercados  justos, promover la refores tación y cuidar las cuencas  hidrográficas, apoyar los procesos de capacitación de  los campesinos, alentar el establecimiento de indus trias  locales para procesar los productos agrícolas.  Lo anterior requiere una política de aprovechamiento  de los recursos naturales orientada a «transformar antes  que transportar», tanto para artículos tradicionales  de exporta ción como para la producción de consumo  interno. 

Es fundamental proteger el patrimonio genético e  impedir el ingreso de semillas y cultivos transgénicos.  Ello evitará la pérdida de diversidad genética en  la agricultura, la contaminación de variedades  tradicionales y la aparición de superplagas y malezas.  Y por supuesto resulta intolerable la producción de bio  o agrocombustibles. Las finanzas deben apoyar el aparato productivo  y dejar de ser simples instrumentos de acumulación  y concentración de la riqueza, realidad que alienta  la especulación financiera. De ahí que sea preciso  construir una nueva arquitectura en este campo, en la  que los servicios financieros sean de orden público. En  ella, las finanzas populares, por ejemplo las cooperativas  de ahorro y crédito, deberán asumir un papel cada vez  más preponderante como promotoras del desarrollo,  en paralelo con una banca pública de fomento, que  aglutine el ahorro interno e impulse las economías  productivas de características más solidarias. Las  instituciones financieras privadas deberán dejar su  espacio de predominio a favor de ese otro tipo de  estructura. Esta nueva economía consolida el principio del  monopolio público sobre los recursos estratégicos,  pero, a la vez, establece una dinámica de uso y  aprovechamiento de ellos desde una óptica sustentable.  

Asimismo, son necesarios mecanismos de regulación  y control en la prestación de los servicios públicos.  La propiedad privada, comunitaria, pública o estatal  deberá cumplir su función social y ambiental. Los planteamientos expuestos marcan un derrotero  para una nueva forma de organización y de economía.  Quizás convenga rescatar el postulado de Carlos Marx  en su Crítica al Programa de Gotha, en 1875: «de cada  cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus  necesidades». Y todo esto aceptando que los seres  humanos formamos parte de la naturaleza. Estas palabras pueden parecer una utopía. De eso se  trata; hay que escribir todos los borradores posibles de  una utopía por construir, una que implique la crítica de  la realidad desde los principios plasmados en la filosofía  de la vida plena. Una utopía que, al ser un proyecto  de vida solidario y sustentable, constituya una opción  alternativa colectivamente imaginada, políticamente  conquistada y construida, para ser ejecutada por  acciones democráticas. Notas (…) 
*Economista. Profesor e investigador. FLACSO-Ecuador.