domingo, 31 de mayo de 2020

¿Hacia qué sistema orienta el internacionalismo revolucionario de los '60-70?

Ante todo, pluriverso e intercultural

Porque ya a mediados de 2019 los incendios en la Amazonía y en la Chiquitanía patentizaron la criminalidad e irracionalidad del capitalismo sea bajo gestión de la derecha explícita sea la del progresismo. Quemar tan imprescindibles biomas para la vida planetaria sólo mirando a negocios oligopólicos de cortísimo plazo prueba la incompatibilidad del sistema mundo capitalista con la salud del planeta que implica la humana como la actual pandemia del Covid-19 patentiza. Deforesta provocando genocidios, sequías e inundaciones, emergencia socioclimática,  zoonosis y usa esos suelos casi sin fertilidad (en selvas y bosques la descomposición orgánica se halla en circulación por activo intercambio de lo viviente con lo no viviente) para extraer petróleo o minerales, para ganadería extensiva e intensiva y para agrocombustibles que homogenizan extensiones de tierra desertificándolas.
No es cuestión de idealizar a los pueblos originarios del Abya Yala pero sí de valorar que han aportado -a todos los pueblos planetarios- principios guía para encaminar sus respectivas autodeterminaciones. En efecto, orientan significados e implicancias de: el territorio, la comunalidad,  los buenos vivires y los derechos de la naturaleza. Nos ayudan a constituir los pluriversos. 
Comencemos por esclarecernos respecto a:
¿Transformaciones y/o transiciones?

Post-extractivismo y pluriverso

Este texto es parte de la revista “América Latina en Movimiento”, No 473, correspondiente a marzo 2012 y que trata sobre "Extractivismo: contradicciones y conflictividad” -
Por Arturo Escobar
El gran desafío está en visibilizar lo “no-liberal/no-capitalista/no-estatal” en sus propios términos.  Este proceso –no sólo de descolonización epistémica sino de verdadera re/construcción de mundos y conocimientos de otro modo--  desborda el panorama actual de las ciencias sociales modernas, incluyendo las vertientes europeas del pensamiento crítico.  En otras palabras, el proyecto de mundos y conocimientos de otro modo se vislumbra en los bordes o límites de la teoría crítica, pero sólo avanzará a medida que construye otros lenguajes y otras formas del saber (aunque incorpore aspectos de dichas teorías críticas de alguna manera).
 
Transformación o transición
 
Si esta interpretación tiene validez, podríamos concluir que América Latina se encuentra en una encrucijada fundamental: entre proyectos de transformación social y económica, alternativas a las que han predominado en el continente durante la mayoría de su historia, pero que tienen lugar de todas formas dentro el espacio/tiempo cultural definidos por la modernidad dominante; y proyectos de transición cultural o, mejor, de transiciones hacia modelos de vida diferentes a los modelos occidentales modernos que definen la globalización, el desarrollo, la economía y el progreso. 
De hecho, el concepto de «transición» está surgiendo con fuerza a nivel mundial, particularmente a raíz de la crisis combinada de energía, clima, alimentación y pobreza (transiciones hacia sociedades post-petróleo, bajas en consumo de energía, sustentables, y hacia la soberanía alimentaria con producción local y autonomías locales, en particular), pero también en términos culturales y espirituales. 
La mayoría de estos discursos de la transición están animados por una preocupación profunda por la vida.  Al hacer visibles los efectos perniciosos de las ideologías del individuo y del mercado,  estos discursos vuelcan la atención sobre la necesidad de reconstruir las subjetividades y la economía, con frecuencia en tándem con aquellas sociedades donde los regímenes del individuo y la propiedad privada no han llegado a controlar por completo la práctica social. 
Estos discursos igualmente propenden por economías diversas centradas en la vida, cual es el caso de muchas visiones de la economía social y solidaria.  El énfasis de algunas de las visiones de transiciones en la espiritualidad, nos recuerda de la exclusión de esta importante dimensión por nuestras academias e izquierdas tan profundamente seculares.  La importancia de reconectar naturaleza y cultura, por último, significa que los discursos de transiciones ubican en el centro del proceso la necesidad de reconectarse con todos los seres vivientes, humanos y no humanos. Todos estos factores apuntan hacia el surgimiento del pluriverso.(...)
La dimensión cultural de la transición es clara a muchos niveles, por ejemplo en el cuestionamiento de la idea de que el consumo creciente significa mejorar la calidad de vida (Gudynas 2011).  Pensar en el «Buen Vivir» y «los derechos de la naturaleza» significa embarcarse en estrategias ontológico-políticas de transición hacia el pluriverso.  Hablar del pluriverso significa: revelar un espacio de pensamiento y de práctica en el que el dominio de una modernidad única haya quedado suspendido a nivel epistémico y ontológico; donde esta modernidad haya sido provincializada, es decir, desplazada del centro de la imaginación histórica y epistémica; y donde el análisis de proyectos descoloniales y pluriversales concretos pueda hacerse honestamente desde una perspectiva des-esencializada.  



Las alternativas a la modernidad tienden hacia formas de organizar la economía, la sociedad y la política formas otras- que brindan, si no mejores, al menos otras oportunidades de dignificar y proteger la vida humana y no humana y de reconectarse con la corriente de la vida en el planeta.


Escuchamos a quienes se autorganizan dando a conocer su recuperación de territorios y su tomas de posición distintas a las que el sistema les condiciona como ejercicio de sus profesiones. En este sentido Luís Fernando Sarango señala: en esta lucha desigual por defender nuestros derechos y el gobierno por  imponer lo que considera  “de calidad”,  “ superior ” y  “ desarrollado ” en el fondo se  encuentran en juego diferentes filosofías, diferentes cosmovisiones, diferentes  lógicas del  mundo, diferentes visiones civilizatorias, pero que al imponerse por la  fuerza la visión del  más fuerte que en este caso es del gobierno , termina  anulando,  invisibilizando, eliminando a las otras lógicas civilizatorias, porque siempre el superior termina ganando y los inferiores terminan perdiendo y desapareciendo. Pero hoy crece desde abajo y en el mundo entero el ya basta de opresión, de pisoteo a nuestra dignidad humana de pueblos, diversidades e individuos.

Pluriversidad “amawtay wasi” pluriversidad,  interculturalidad y acceso a la universidad:  
el caso de Ecuador 1 
 publicado en marzo 2019
Por: Luís Fernando Sarango 
“La universidad europea ha de ceder a la universidad americana. La historia de América, de los incas acá, ha  de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia es preferible a la  Grecia que no es nuestra. Nos es más necesaria. ... Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco  ha de ser el de nuestras repúblicas”.  José Martí 18911.  
Introducción 
En estos tiempos donde la  estandarización mundial de la  Educación  en general y la Educación  Superior en  particular , ha llegado con  mucha fuerza al Ecuador, las  adelantadas reflexiones de José Martí :  “La universidad europea ha de ceder a  la  universidad  americana ...”, por  ejemplo,  nos vienen de maravilla, en ese  intento de recuperar la dignidad identitaria desde lo llamado  “ Indio ” para Nuestra  América. La estandarización de los sistema s educativos con  exclusivos  parámetros  euronorteamericanos, es una real amenaza a la existencia misma de los pueblos  originarios porque  con ello  se acelera el proceso de  asimilación cultural que ha  venido siendo prac ticado  oficialmente por los  “ Modernos estado - nación ” 3 aunque  de manera disimulada hasta nuestros tiempos. 
Creemos que ha llegado la hora de despojarnos de la “vergüenza histórica”, ha  llegado la hora de “salirnos del  closet ” para identificarnos como somos y  transformar dic ha vergüenza en potencial que brinde alternativas de vida para la  humanidad en este momento  histórico cargado  de una crisis civilizatoria que  afecta a l planeta entero. Por ello , es importante  que hablemos entonces del fin del paradigma civilizatorio establecido como único y universal y demos paso para hablar de varias filosofías,  de  varias matrices  civilizatorias y por lo tanto  de varios  paradigmas civilizatorios de los otros, de los diferentes , ya no de la única fuente de la  verdad, sino de varias fuentes, de lo diverso, de lo plural, de la PLURIVERSIDAD y entre estos establecer el  Tinkunakuy 4 , el  encuentro de los diferentes mediante el  diálogo de sabidurías con miras a construir la sociedad del futuro, la nueva  sociedad, la  «sociedad intercultural convivencial»  pero con equidad. La  «Interculturalidad» es interpretada de acuerdo a quien lo vea, de acuerdo a los  intereses de quienes lo quieren usar políticamente, dependiendo de los actores de  un hecho o proceso social donde se interrelacionan entre dos o más culturas.  

La  «interculturalidad» por tanto  no es un fenómeno social estándar, no es una  práctica homogénea en todo el mundo y con todas las sociedades . Hay  coexistencias interculturales muy asimétricas,  injustas,  de pocas culturas  dominantes frente a varias culturas dominadas, incluso no importa si son  mayoritarias o minoritarias numéricamente hablando. Hay coexistencias forzadas  com o producto o continuidad de la violencia colonizadora que aún no termina en  varias latitudes . La  «interculturalidad» entonces es una propuesta de convivencia humana entre los  diferentes desde los pueblos originarios de Abya Yala. No se trata de incluirme a  alguien o absorber a alguien, se trata de coexistir como somos en espacios donde  quepamos todos.  La «interculturalidad» con equidad, aún es un ideal, es nuestra  utopía ya vivida y  creemos que de toda la humanidad. 
II.  Pluriversidad, recreación desde el  “Ñawpa Pacha” ante la crisis  civilizatoria y de la universidad 
En la Europa medieval, a inicios del II milenio, se crea expresamente y como  institución la UNIVERSIDAD. Así, se fundan  las universidades de Bolonia en  1.088 y Salamanca en 1.218 por ejemplo. Realmente,  la UNIVERSIDAD ha sido  una de las pocas  instituciones que ha durado mucho tiempo,  casi todo el II  milenio, quizá por la importancia relevante que le ha significado históricamente  para el propio Paradigma Civilizatorio Occidental, al concebirla y categorizarla  como la institución de Educación Superior desde donde se emana lo “científico”  como aval  irrefutable de LA VERDAD, que antes era atributo exclusivo de la  iglesia cristiana; y, por el papel preponderante que jugó y juega ésta en la época  del capitalismo y de la globalización, como la entidad que se preocupa de que su  producto final (graduados/profesionales) sean eficientes, eficaces y competitivos y  su marca o etiqueta encarnada en los títulos profesionales y grados académicos  sean de los más prestigiosos, medidos por el parámetro mercantilista de  “Calidad”. Y con mucha razón, algunas universidades miden su “calidad” por su  antigüedad, como el vino por ejemplo,  pues  mientras más viejo,  es  mejor.(...)  Leer
V.  La «interculturalidad» vista desde el gobierno y la práctica de un “ apartheid  epistémico” 
La  «interculturalidad»  folclórica es la práctica predilecta del actual gobierno de la  “revolución ciudadana” porque por un lado le da réditos políticos y clientelares y  por otro le permite minimizar o reducir a un hecho meramente  folclórico los  elementos identitarios de los pueblos y naciones originarias, que según el  gobierno sólo sirven para ello, para adornar, para bailar, para cantar, para  traducir, para la foto y nada más.  Esas colectividades milenarias catalogadas  por él como “oposición ”, van camino  a la desaparición forzada porque la  “ civilización ” , el  “ progreso ” y el  “ desarrollo ” así  lo demandan y el papel del gobierno debe redundar en acelerar tal desaparición ,  tal limpieza étnica para finalmente tener sólo  “ ciudadanos ”, individuos fríos desprovistos de identidad, es decir una  sociedad homogénea, conforme al  mandato de todo “Moderno estado - nación”. 
En efecto, ésa es la práctica de la «interculturalidad» vista  desde lo  gubernamental, pero en el fondo su gran objetivo es la enajenación para una rápida, fácil y mejor asimilación  cultural. Para los pueblos y naciones orig inarias,  hablar de  «interculturalidad»significa reivindicar nuestros derechos, significa  proponer nuevas formas de convivencia entre los diferentes, tiene siempre una  connotación política, pero para los gobiernos de turno seguirá significando  asimilación, civilización, desarrollo, etc., en el ciego convencimiento de que  ellos  son los  “ civilizados ” y  “ desarrollados ” ; y que los otros, - en este caso “los Indios”  - , los diferentes,  son “inferiores”, “bárbaros” y “subdesarrollados” y por lo tanto,  no  tienen otro  camino que el trazado por ellos, desaparecer. Pero el fondo del asunto consiste , en la forma que los gobiernos de los “Moderno  estado - nación”  le dan tratamiento al viejo “ problema del Indio ” .  Problema  éste, el  de la existencia aún de 14 nacionalidades y 18 pueblos originarios en el Ecuador aunque hoy reducidos estadísticamente al  7% 11 del total de la población  ecuatoriana.  
El problema de la implantación del “Moderno estado - nación” de manera unilateral  y su  colapso como proyecto de estado - nación al clásico estilo europeo y burgués  porque justamente, debe serles un problema que existan indios y de varios tipos,  de varias nacionalidades y con muchas lenguas aún y que hoy por hoy no solo  reclaman sino que ya tienen derechos de rango constitucional y en instrumentos internacionales que desarrollan  los  derechos humanos. Es en este contexto  de pensamiento  distorsionado respecto del movimiento  indígena ecuatoriano  que el gobierno actual llega al poder  expropiando y  usurpando los principios y  el discurso del movimiento indígena, de los  trabajadores, de los campesinos y  de los movimientos sociales en general.
 Una vez en el poder, tras la máscara de una Revolución Ciudadana, el gobierno  actual ha centralizado su gestión y ha tomado el control de todos los poderes; y  en materia de  derechos de los pueblos indígenas, estos han sufrido una regresión  que jamás se habría ni siquiera pensado, muchos creemos que dicha regresión  puede ser comparada a lo que había en los años 40 o 50 del siglo pasado. Para empezar, todos los espacios que el movimiento  indígena , logró conseguir  con mucho esfuerzo y sacrificio a lo largo de muchos años han sido eliminados  mediante decretos, reglamentos y  leyes que aparent an avances en derechos y  que al ser implementados y ya en la realidad, eliminan derechos . Por ejemplo en  la Ley Orgánica de Educación Intercultural se habla de  «interculturalidad» pero en  la práctica desmantelan todo proceso educativo comunitario  y autogestionario. Es  decir, eliminan “ todo lo que huela a indio”. Otro de los ejemplos en este campo es el cierre de la Universidad Intercultural de  las Nacionalidades y Pueblos Indígenas “Amawtay Wasi”, usando como  argumento técnico una llamada “evaluación”, que implicó la aplicación de un  modelo de evaluación totalmente ajeno al modelo educativo 12 que se venía  implementando, privilegiando las disposiciones de la Ley Orgánica de Educación  Superior ( LOES ) , y sobreponiéndolos a los derechos colectivos contemplados en  la Constitución y el Convenio No. 169 de la OIT, en el cual incluso  incrustaban la  palabra “calidad” al citar algunos de sus artículos sin que esta existiera en el texto  original del convenio e n el capítulo correspondiente a Educación . 
Al cerrar espacios legal y legítimamente ganados por el movimiento indígena  como el de Salud Intercultural,  Consejo de Desarrollo de las Nacionalidades y  Pueblos del Ecuador ( CODENPE ) , Escuelas Comunitarias,  Institutos Pedagógico  Interculturales,  la Universidad Amawtay Wasi, se lo hace con el pretexto de que  estos espacios carecen de  “ calidad ” o que la  “ interculturalidad ” debe ser un eje  transversal. Para ellos, tiene poca importancia cerrar espacios específicos de los  pueblos originarios porque todo  parece compensar dicha eliminación con poner  en las leyes o reglamentos palabras como «interculturalidad» o “calidad”. Sin  embargo y en la práctica tal “calidad” e “interculturalidad” no aparecen por ningún  lado , especialmente una interculturalidad visionada desde la filosofía de los  pueblos originarios. 

A este ejercicio de eliminar pequeños espacios estatales de gestión compartida,  históricamente ganados por el movimiento indígena, porque no son dádiva de nadie, con el argumento extraño y mercantilista de “calidad”, argumentando la  falta de cumplimiento de parámetros  internacionales, especialmente  euronorteamericanos, y en el fondo con intolerancia, con desprecio, con odio al diferente, en nuestro caso , a lo indio, hemos dado en llamar  “ Apartheid  Epistémico ” 13 .  
Pues en esta lucha desigual por defender nuestros derechos y el gobierno por  imponer lo que considera  “de calidad”,  “ superior ” y  “ desarrollado ” en el fondo se  encuentran en juego diferentes filosofías, diferentes cosmovisiones, diferentes  lógicas del  mundo, diferentes visiones civilizatorias, pero que al imponerse por la  fuerza la visión del  más fuerte que en este caso es del gobierno , termina  anulando,  invisibilizando, eliminando a las otras lógicas civilizatorias, porque siempre el superior termina ganando y los inferiores terminan perdiendo y desapareciendo . 

V I .  Acceso a la universidad o la trampa hacia la enajenación cultural? 
Acceder por acceder a la Universidad sería como dar por aceptado que el tipo de  educación  superior  que tenemos es aceptable y hasta pertinente . Que nada hay  que corregir y por lo tanto el sistema de educación superior es perfecto. Para los pueblos originarios que sentimos que no ha terminad o el proceso de  coloniza ción por parte de los invasores y sus herederos,  sí que es necesario  detenernos a  pensar sobre el tipo de educación que tienen estos  M odernos  estado - nación de corte colon ial. El objetivo principal que lleva en el fondo y el  gran objetivo a nivel planetario. Aquí nos ayuda mucho en la reflexión al respecto  Aníbal Quijano  (Quijano: 2008)  cuando nos dice que :  
El asimilacionismo cultural es la política que se ha procurado  sostener desde el Estado, a través del sistema  institucionalizado de  educación pública. La estrategia, por lo tanto, ha consistido y  consiste en una ‘asimilación’ de los ‘indios’ a la cultura de los  dominadores, que suele ser también mentada como la ‘cultura  nacional’, a través de la educación escolar  formal, sobre todo, pero  también por el trabajo de instituciones religiosas y militares. Por eso,  en todos estos países, el sistema educacional pasó a ocupar un  lugar central en las relaciones entre ‘indio’ y no ‘indio’, fue inclusive  mistificada y mitificada en ambas partes, y no hay duda de que en  países como México o Perú, más en el primero después de la  ‘revolución mexicana’, de todos modos en ambos más que en los  demás países, fue un mecanismo de des - indianización subjetiva,  cultural si se quiere, de una parte no desdeñable de la población.  Un elemento importante en dicha estrategia ha sido también  la apropiación de las conquistas culturales de las sociedades que  fueron conquistadas, destruidas y sus poblaciones colonizadas,  transmitido como  orgullo de lo ‘inca’, de lo ‘azteca’, ‘maya’, etc., en  una palabra, de lo ‘indio’ anterior a la colonización. 14 
En estas condiciones, cuando un originario, afrodescendiente o perteneciente a  cualquier “minoría”, lucha incansablemente por obtener un cupo y  accede a la  Universidad, qué gana a cambio ?. Es posible que logre obtener un título  o grado  académico , hasta un Phd, pero a  qué costo, culturalmente hablando?. Es posible que logre un puesto de trabajo  muy alto en el ámbito académico, empresarial,  gubernamental, etc., la pregunta  es, ¿seguirá siendo el mismo?. No es este un esfuerzo demasiado grande que implica exámenes teóricos, gasto  de recursos económicos para las nivelaciones, influencias, etc., para obtener un  pase seguro hacia la enajenación  cultural? Ese hecho donde dejo de ser yo para  pasar a ser otro?(…)
1, Ponencia presentada en el Seminario Encuentro de Saberes de las Universidades. Bases para
un diálogo interepistémico, celebrado en la Universidad de Brasilia el 16 y 17 de junio del 2015.
2. Kichwa del Pueblo Saraguro, Ecuador. Pushak de la Pluriversidad “Amawtay Wasi”.
Fuente:
https://amawtaywasi.org/wp-content/uploads/2019/03/Pluriversidad-Interculturalidad-y-Acceso-a-la-U.pdf

Situémonos, ahora, en un desafío medular para el actual internacionalismo revolucionario como es construir un mundo confraternal en acuerdo con el:

Llamado Urgente de los Pueblos Indígenas
de la Amazonía.
19 de mayo de 2020

 
Nosotros, miembros de Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca  Amazónica (COICA) y representantes de las nueve organizaciones integrantes:  Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Amazonía Brasileña  (COIAB),Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amaz onía Colombiana  (OPIAC), Confederación de las Nacionalidades de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENIAE),  Organización Regional de Pueblos Indígenas del Amazonas [Venezuela] (ORPIA),  Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP), Confederac ión de  Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), Federación d Organizaciones Autóctonas de Guyana  Francesa (FOAG), Asociación de Pueblos Amerindios de Guyana (APA) y Organizaciones  Indígenas de Surinam (OIS), ante la pandemia del COVID - 19 y otras que azotan a  nuestros  pueblos originarios, el 31 de marzo del presente año, de manera oficial presentamos una  
DECLARATORIA DE EMERGENCIA de la Amazonia, que es el hogar de 511 pueblos  indígenas, miles de comunidades y 66 pueblos indígenas en aislamiento voluntario,  preocupados por la situación crítica que atraviesa nuestras comunidades y pueblos en los actuales momentos, con la certeza de que 
la falta acciones claras y especificas desde  nuestros gobiernos conducirá al exterminio de los defensores de la Amazonia, nos  dirigimos  a ustedes para solicitar su ayuda e intervención en la protección de nuestros pueblos. Desde el pasado 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud  – OMS calificó  el brote del COVID - 19 como una pandemia al haberse extendido en más de 100 países del  mundo. Frente a ello, los gobiernos de los países amazónicos en atención a la emergencia 1 sanitaria han establecido medidas de aislamiento social obligatorio, restricción de movilidad,  cierre de puertos, aeropuertos, acompañados de medidas  y acciones vinculados a la salud,  alimentación, educación, economía,  entre otras. 
Entendemos que el conjunto de estas estrategias tiene una lógica urbana pero no  es culturalmente aplicable a los pueblos originarios. El abandono histórico que ha sufrido la Amazonía y su población, la presión  permanente del  modelo extractivista sobre sus territorios y la ausencia de políticas específicas a favor de los pueblos indígenas, como condición 
estructural en nuestras sociedades, nos pone en una  situación de alta vulnerabilidad. 
Situación actual de la  Amazonia 
Las organizaciones nacionales indígenas de la cuenca Amazónica desde la gobernanza  indígena y derechos territoriales 2, en el ejercicio de su derecho de autodeterminación han tomado acciones 
para hacer frente a esta pandemia. Se han realizado gesti ones para la  atención básica y sanitaria, comunicación y prevención buscando cautelar la salud y la vida  frente al COVID - 19, han generado protocolos, planes de emergencia, atención para sus  comunidades. Se ha instado, a través de documentos y reuniones virtuales a que los  gobiernos actúen, generando también propuestas para gestiones conjuntas con las  diferentes autoridades de gobierno, reflejadas en pronunciamientos y exhortaciones para ser  tomados en cuenta y tener la oportunidad de participar en la toma d e decisiones del Estado. 
Sin embargo, pese a ello percibimos que las medidas adoptadas por los gobiernos atentan  contra los principios de la no discriminación e inclusión, la formulación y aplicación de  políticas de salud culturalmente adecuadas, el respeto a la diversidad cultural y a que las  medidas, planes y presupuestos tengan objetivos específicos para el desarrollo de los  pueblos indígenas, con especial atención a los adultos mayores, mujeres y la niñez indígena. En este contexto, la COICA y sus organizaciones han ALERTADO que durante las medidas  de aislamiento decretadas se ha incrementado los problemas en los territorios indígenas,  con el aumento de la deforestación, actividades extractivas, amenaza, persecución,  criminalización de los dirigentes y defensores indígenas, entre otros, que sumado a los casos  de COVID - 19 y otras enfermedades tropicales,incrementa la vulnerabilidad de las comunidades indígenas y en mayor medida a los pueblos en aislamiento voluntario o en  contacto inicial, por cuanto la relación con este tipo de virosis elevaría su índice de mortalidad. 
Actualmente, en la Amazonia, Brasil es el país con mayores casos de COVID - 19 según  reporte  de REPAM 3  hasta el día 17 de mayo de 2020, alcanza a 58.652 personas contagiadas seguido por Perú con 5.538, Bolivia 3368, Colombia 2016, Ecuador 538, Guyana Francesa 197, Guyana 117, Venezuela 19 y Suriname 10,  de los  cuales según reporte de nuestras organizaciones en total hay 722 indígenas contagiados en toda la cuenca Amazónica y 135 fallecidos. 
Cabe recalcar que, respecto a pueblos indígenas, los  datos son estimados, considerando que en territorio tenemos  serias limitaciones tecnológicas y de infraestructura comunicacional, evidenciando que los datos reales están  por encima de  los indicados. 
Con estos datos recabados y los reportes territoriales, sabemos que los servicios de salud en las ciudades amazónicas y cercanas, se encuentran colapsadas y en mayor medida los  centros de salud que pocas comunidades indígenas disponen, carecen de médicos,  medicinas, implementos de seguridad, test de pruebas, que sumado a la carencia de  alimentos y la falta de atención por parte de las autoridades del Estado,agrava la salud y atenta a la vida y la pervivencia de los pueblos indígenas, tal como se evidencia en Brasil, Perú,  Bolivia y Ecuador , donde los casos se han ido incrementado de manera alarmante, sin la  evidencia  de acciones oportunas al respecto. 

En la Amazonía, la propagación del COVID - 19, apenas empieza. 
En el marco de los derechos que nos asisten como pueblos originarios en los instrumentos internacionales como la Declaración de
Derechos Humanos,  Pacto Internacional de  Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Pacto Internacional de Derechos Civiles y  Políticos, la Declaración sobre Derechos de los Pueblos Indígenas de la Organización de las  Naciones Unidas de 2007, y el artículo 25° del Convenio N° 169 de la 
 Organización Internacional del Trabajo (OIT), que establece que los Estados tienen la  obligación de poner a disposición de los Pueblos Indígenas servicios de salud adecuados,  considerando sus condiciones económicas, geográfica s, sociales y culturales, y sus métodos  de prevención, prácticas curativas y medicamentos tradicionales.
Ante esto, resulta  importante que las diferentes medidas que se implementen frente a la pandemia, sean  planificadas e implementadas en cooperación con  los mismos pueblos indígenas
respetando las estructuras organizativas y su gobernanza, con el objetivo de garantizar que  tanto las acciones como los recursos sean destinados a quienes realmente lo necesitan y  con pertinencia cultural. Por lo expuesto y a nte la alarmante situación de los pueblos indígenas de la Amazonia,  la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica  – COICA,  como organización internacional solicita: 
1. Al Alto Comisionado para los Derechos Humanos y Relator Especial sobre los  Derechos de los Pueblos indígenas ante las Naciones Unidas , emitir informes que  detallen datos y contenidos específicos por pueblos indígenas, dirigidos a los  Estados, con el objetivo de que adopten medidas urgentes ante esta pandemia, con  pertinencia cultural. 
2. Ante la inacción de los gobiernos, AYUDA y ASISTENCIA HUMANITARIA  INTERNACIONAL, 
con el objetivo de precautelar la salud y la vida de pueblos  indígenas de la Amazonia frente a la catástrofe sanitaria,  ya  que si no se toman  medidas urgentes  estamos a puerta de un etnocidio. 
3. Se inste a los  Gobiernos a dar respuestas  y acciones  inmediatas a  las demandas realizadas a través de nuestras organizaciones bases de COICA en el uso de sus  derechos, para la prevención y atención  humanitaria urgente, que se constituyen en  obligaciones innegables de los estados para con nuestras comunidades indígenas. 
4. A sumarse y apoyar la iniciativa de recaudación a través del Fondo de Emergencia  Amazónica, una iniciativa emprendida por la COICA y sus aliados, con el objetivo de  asegurar que la ayuda humanitaria llegue directamente a los pueblos indígenas. Además, instamos a los diversos organismos internacionales que de acuerdo a sus  funciones y competencia, EXHORTEN a los gobiernos de los países amazónicos  
5. Reconocer la diversidad de pueblos indígenas  en los países de la cuenca  Amazónica e implementar acciones URGENTES con pertinencia cultural en el ámbito  de la salud, educación, economía, seguridad alimentaria y generar mecanismos de diálogo y participación con los pueblos indígenas, de acuerdo a sus estructuras  organizativas y gobernanza. 
6. Reconocer la vulnerabilidad de la Población indígena, debido a la presión  permanente del modelo extractivista sobre nuestros territorios y la exclusión  histórica  de los derechos a los servicios básicos e infraestructura de salud, educación,  saneamiento y otros servicios 4, convirtiendo a los pueblos indígenas amazónicos en  un sector extremadamente frágil y vulnerable. Es preciso señalar que dicha condición se agrava en mayor medida para los pueblos en aislamiento y contacto inicial,  tomando en cuenta además, su vulnerabilidad inmunológica. 
7. Reconocer la pandemia del COVID – 19 como una CATÁSTROFE SANITARIA (para la vida y la salud) para los pueblos indígenas,  con el objetivo de que se  designe recursos económicos para atender oportunamente la pandemia. 

José Gregorio Díaz Mirabal Coordinador General COICA Francinara Soares Marlon Vargas Coordinadora de COIAB (Brasil  Presidente CONFENIAE (Ecuador) Tomas Candia Lizardo Cauper Presidente CIDOB (Bolivia) Presidente AIDESEP (Peru) Julio Cesar López Thomas Lemmel Benson Presidente OPIAC (COLOMBIA) Presidente APA (Guyana) Sirito Aloema Jean - Philippe Chambrier Presidente OIS (Surinam) Presidente FOAG (Guyana Francesa) Eligió Da Costa Presidente ORPIA (Venezuela) 
4
Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura
FAO (2015). Pueblos
Indígenas y políticas públicas de Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe.
http://www.fao.org/documents/card/en/c/4cd46e34- 12a2 - 43b9 - 9 a71 - 0c1f5395b5f5 

Fuente: https://rebelion.org/wp-content/uploads/2020/05/Coica_Pron19May2020.pdf


Sigamos profundizando respecto a:

Algunos impactos de la pandemia Covid-19

en los pueblos indígenas rurales

18 mayo 2020


Itzamná Ollantay

En la mayoría de los bicentenarios estados de Abya Yala, la declaratoria del confinamiento “obligatorio”, incluso con el uso de la fuerza, ya lleva más de dos meses. Y los impactos en los pueblos indígenas son crecientes.

Algunos impactos de la pandemia Covid-19 en los pueblos indígenas rurales
Las empresas nacionales y transnacionales no han parado sus actividades, sólo redujeron personal y horarios. En muchos casos, transitaron al teletrabajo predador de derechos laborales. En este sentido, la pandemia abonará aún más a las inmorales desigualdades socioeconómicas ya conocidas en Abya Yala.

En las ciudades, los sectores populares llevan la peor parte de las consecuencias invaluables de la pandemia. En especial, las familias desempleadas, subempleadas y/o las dedicadas a las actividades autónomas. En varios estados, los gobiernos “implementan” ayudas económicas para “asistir a estas familias a costa de millonarias deudas públicas.

La gran mayoría de las comunidades y pueblos indígenas en el área rural, desde hace siglos, subsistimos en el “eterno confinamiento”. Sin Estado, sin derechos. Mucho menos derechos laborales porque casi ningún indígena recibe un salario regular en el área rural.

Producimos alimentos para el autoconsumo y para alimentar a las ciudades, pero casi sin ningún tipo de apoyo estatal, sin caminos, sin mercado, sin bancos. Incluso cultivamos y trasladamos los alimentos en tracción animal.

¿Cómo nos afecta la pandemia y sus impactos?

Discrimina/castiga al productor indígena. Durante el confinamiento las empresas de alimentos y servicios están autorizados para transitar en todo el territorio nacional. Pero, indígenas y campesinos no podemos trasladar nuestros productos hacia los mercados porque el “toque de queda” nos impide. El protocolo de los permisos de transporte están pensados para empresas, mas no así para la producción campesina o agricultura familiar.

Políticas de sanidad y “asistencia económica” son racistas. En países como Guatemala, el requisito para cobrar “bonos” exige presentar recibo de consumo de electricidad o tener cuenta bancaria. Y muchas familias indígenas no cuentan con estos requisitos. En otros casos, los bonos se entregan sólo en las zonas urbanas, ¿cómo salir a cobrar esos bonos si está prohibido el transporte público?

En políticas de sanidad, ¿cómo salimos de emergencia desde las comunidades a las ciudades a disputar cama/ventilador con los otros enfermos si no se permite transporte motorizado?

Persistentes invasiones empresariales hacia los territorios indígenas. El confinamiento no sólo nos limita la libre locomoción, sino también nos prohíbe hacer asambleas comunitarias, ejercer nuestro derecho a la protesta…. Mientras, las empresas extractivas continúan saqueando nuestros territorios, asesinando, en no pocos casos, a nuestros defensores. Colombia, Perú… son muestras claras de la colusión entre pandemia y saqueo violento de los territorios.

Violenta vulneración del derecho a la autodeterminación/autoprotección de los pueblos. Los estados criollos permiten el “auto confinamiento” de las comunidades únicamente si no afecta a las actividades de las grandes empresas. Caso contrario reprimen violentamente cualquier medida o acto de control territorial emprendida por los pueblos.

Ejemplo de ello es Sololá, Guatemala, donde pueblos indígenas ante el libre tránsito de las empresas comerciales, y prohibición del traslado de productos agrícolas campesinas, decidieron cerrar por completo el paso a las empresas… el Gobierno central respondió con represión policial.

Estimula el control territorial indígena. En muchas comunidades y pueblos indígenas, el anuncio de la pandemia nos obligó a ejercer en parte nuestro derecho colectivo a la autodeterminación en nuestros territorios.

Muchas comunidades indígenas decidieron controlar/cerrar el ingreso a sus territorios para evitar la infección, incluso antes de la orden de “confinamiento” de las repúblicas. Y esta medida límite es la que está “evitando” la llegada o propagación de Covid-19 entre los pueblos indígenas, frente a la indiferencia racista de los estados criollos.

Afianza la autoridad indígena en los territorios. El confinamiento territorial ocasionado por la pandemia, en muchos casos, estimuló a las organizaciones/estructuras indígenas legítimas a ejercer autoridad en el territorio, con mayor legitimidad que en otros momentos. Impresiona ver el ejercicio de autoridad indígena, incluso sobre los funcionarios públicos y/o empresas, en el caso de las Rondas Campesinas en el Perú, o de las alcaldías indígenas en Guatemala.

Estimula, visibiliza la solidaridad/trueque inter e intracomunitaria. Mientras las empresas, en su lógica económica destruyen/queman sus excedentes de producción, o en el mejor de los casos especulan con ellos, en estos tiempos de pandemia, indígenas y campesinos en Bolivia, Guatemala, Ecuador, reparten, donan, a las familias necesitadas parte de su producción agrícola.

En estos tiempos de pandemia, con esperanza vemos destellos no sólo de la solidaridad, sino también de la reciprocidad e intercambio de productos en territorios indígenas, campesinos, como ocurre en Chimborazo, Ecuador.

https://www.telesurtv.net/bloggers/Algunos-impactos-de-la-pandemia-Covid-19-en-los-pueblos-indigenas-rurales-20200518-0001.html

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Examinemos cómo los gobiernos de turno, sean progresistas o neoliberales, se ponen a favor de los negocios oligopólicos sin importar el presente futuro de los pueblos ni los ecogenocidios que llevan a cabo.

Pueblos indígenas, el PLUS Beni y la expansión del agronegocio en tiempos de pandemia

4 de mayo de 2020

El biólogo e investigador independiente, Vincent Vos, en el marco de 2da. Asamblea Urgente por los bosques de Bolivia”, -organizada colectivamente y realizada vía virtual el jueves 30 de abril-, expuso un análisis del Plan de Uso de Suelos del Beni, (PLUS Beni), que fue finalmente promulgado a fines de 2019, y advirtió sobre los potenciales impactos económicos y sociales que un Plan de este carácter, implica para la conversión de bosques y amazonía en áreas de depredación para el agronegocio y ganadería extensiva.

El investigador señaló que el Plan de Uso de Suelo es un instrumento técnico normativo de ordenamiento territorial que delimita espacios geográficos y asigna uso al suelo. Sus objetivos supuestamente son los de  garantizar el uso sostenible de suelos  y recursos naturales. Sin embargo, el PLUS Beni, tendría varias falencias y defectos de inicio, entre los más importantes están el que no se lo dio a conocer ni siquiera  a organizaciones como las indígenas, directamente afectadas por la normativa. Carece de precisión técnica en elementos claves y básicos como son las definiciones de “bosque” o “desmonte”, solo como un ejemplo, lo cual  representa un grave problema al tratarse de un documento tan importante y que debería tener, por tanto, el adecuado sustento de investigación.

A la conflictiva aprobación de este Plan, se suma el que no ha tomado en cuenta los planes de manejo de áreas protegidas y a las comunidades de territorios indígenas. En este sentido, puntualiza Vos, el plan ha reducido el manejo de tierras a dos actividades centrales: la ganadería extensiva vacuna y la agricultura mecanizada, que considera solo a dos actores, sin incluir a poblaciones como la indígena, que no viven dentro estos modelos de “desarrollo”, y que, por el contrario, sufren sus consecuencias. El Plus promueve la monoproducción y descarta manejos y promoción de otras formas de manejo de bosques y sus recursos naturales, que sí los han tenido milenariamente los pueblos indígenas. La pesca y el turismo casi no figuran en el PLUS Beni, así como tampoco se toman en cuenta los sitios arqueológicos que abundan en la zona y que son registro de la memoria histórica de los habitantes del Beni y de todxs nosotrxs.

A la par, argumenta el investigador, esta reglamentación otorga permiso para el desmonte inclusive en áreas protegidas, lo cual está evidenciado en los mapas que muestra: las zonas que ahora son de bosque en la provincia Vaca Diez, se convertirán en tierras para agro-silvo-pastoril, lo que afectará directamente a la producción de castaña, una de las actividades más importantes del departamento.

La redacción del PLUS define que su objetivo oficial es garantizar el uso sostenible de los suelos pero a continuación afirma que se modificarán los “patrones tradicionales del lugar”, e impondrá un “nuevo sistema de desarrollo”, fiel a los intereses de la élite beniana, uno de cuyos representantes fue Alex Ferrier, terrateniente y ex gobernador del Beni por el MAS.

La exposición de Vos, muestra que el que se haya aprobado el PLUS Beni, ya durante el régimen de Añez, implica la continuidad de la visión para el Beni que tienen los grupos políticos y de élite que presionan para que se imponga este PLUS: “vacas, soya y eucalipto”, en palabras del expositor.

Si bien, señala Vos, la versión final del PLUS, incluyó algunas consideraciones sobre territorios indígenas, esto es insuficiente, ante la importancia de todas las áreas protegidas, muchas de las cuales aún no tienen reglamentación interna. Ya se está produciendo un fenómeno preocupante que es el de la sabanización de los bosques de la zona, que se agravará de concretarse lo que define el PLUS, además de que debemos tener en cuenta que el 2019, no solo se quemó la Chiquitanía, sino también ardió el Beni, y se vislumbran quemas más grandes este 2020 para la región beniana.

Pandemia, crisis de sistemas de salud y destrucción de ecosistemas

De todo lo expuesto en la presentación, advertimos elementos actuales fundamentales: que el sistema de salud es mucho más precario en el Beni, y en estos momentos de explosión en este departamento, de casos de COVID 19,  se evidencia que la salud de los pueblos indígenas en Bolivia, así como de la población en general, pasa por un cumplimiento de la cuarentena, medidas de distanciamiento y exigencia de dotación de insumos básicos para centros de atención sanitaria, pero también está totalmente ligada al respeto e incentivo de formas de producción campesina indígena agroecológica, manejos sostenibles de bosques y bienes naturales, así como al respeto por territorios indígenas y áreas protegidas.

Permitir, como hizo el gobierno del MAS, a través de una serie de normativas, la consolidación y crecimiento de los sectores agrosoyeros, cañeros y de ganadería extensiva, implica atentar contra la seguridad alimentaria de las comunidades indígenas y de toda la población en general. Las recientes reuniones de las más grandes coaliciones del agronegocio con el régimen de Añez, en miras de ampliar el uso de semillas transgénicas de soya, muestran esto que hemos denominado el continuismo y profundización agroextractivista.

El tema es urgente, mientras en comunicado público la CIDOB orgánica anuncia la  existencia de casos sospechosos de COVID 19 en pueblos indígenas del Beni, el llamado por luchar frente a políticas impulsadas por estado y grupos económica, social y políticamente poderosos, es un imperativo para cuidar la salud de todxs.

¡Salud digna para todxs!

¡Respeto a los territorios indígenas!


 

Reflexionemos sobre que la pandemia:  deja al desnudo el rostro del sistema y abre las puertas a los debates urgentes sobre la necesidad de un nuevo paradigma  civilizatorio. Tal vez sea el momento oportuno para poner el foco en las filosofías de vida que pregonan los pueblos originarios, sintetizadas en conceptos como «sumak kawsay» o «buen vivir»”.

Los pueblos originarios

de América Latina en la era Covid-19

 4 de mayo de 2020


Por Gerardo Szalkowicz
Editor de NODAL

Sin servicios básicos, excluidos por el sistema de salud, sin documentación para acceder a programas sociales y con caminos cortados que impiden abastecerse de alimentos, ¿cómo impacta la pandemia en las comunidades indígenas de Latinoamérica?

“En esta pandemia no estamos todos en el mismo barco, estamos en el mismo mar; unos en yate, otros en lancha, otros en salvavidas y otros nadando con todas sus fuerzas”. La sencilla metáfora a la que apelaron en un comunicado siete organizaciones indígenas en el estado mexicano de Hidalgo ayuda a problematizar a qué sectores sociales afectará más el impacto del coronavirus. En América Latina, los pueblos originarios aparecen entre quienes van tirando manotazos en el agua, resistiendo al menosprecio de gobernantes y ninguneados en pantallas y micrófonos.

Nulas o insuficientes medidas focalizadas o protocolos especiales; carencia de servicios básicos (principalmente agua potable); enfermedades preexistentes vinculadas a la pobreza y ausencia o lejanía de servicios de salud; complicaciones para la venta y compra de alimentos por el cierre de caminos y mercados; falta de documentación para acceder a programas sociales; poca difusión preventiva con enfoque intercultural y en lenguas indígenas. Un combo de problemáticas que dejan a gran parte de las comunidades originarias de la región en extrema vulnerabilidad. Si el panorama previo ya era de emergencia, la pandemia profundiza las desigualdades.

La conquista europea que arrasó con los pueblos que habitaban el continente no sólo tuvo la espada y la Biblia como armas principales. El factor epidemiológico fue clave: las enfermedades importadas (tifus, viruela, peste bubónica) ayudaron y mucho a diezmar a la población autóctona durante el mayor genocidio de la historia, de hecho se dice que fue la viruela la que realmente destruyó al imperio azteca. Otras epidemias, como malaria, sarampión e influenza, también hicieron estragos en territorios indígenas a lo largo de la historia. Por eso la irrupción del Covid-19 encendió las alarmas y multiplicó los reclamos de atención urgente. Su penetración en las comunidades sería trágica y le haría un gran favor a las trasnacionales extractivistas, siempre ávidas de tierras y bienes naturales.

La población indígena en Latinoamérica supera los 45 millones de personas, lo que representa el 8,3% de la región, siendo la zona de mayor densidad demográfica indígena del planeta. Se registran 826 pueblos indígenas distintos. En su informe anual de 2019, la CEPAL destacó que la pobreza de las y los indígenas es 26% mayor a la de las personas no indígenas.

Recientemente, el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC) exhortó a los gobiernos de la región a propiciar una reunión específica sobre el tema y señaló que “ninguna de las fuentes de información globales o regionales incluye datos desagregados con relación a la población indígena”.

Perú: lavarse las manos con agua empetrolada

En la Amazonía peruana, los ríos se tiñeron de petróleo en las últimas décadas, multiplicando problemáticas y enfermedades. Cuatro federaciones indígenas del Departamento de Loreto alertaron sobre “las condiciones precarias en que nos ha encontrado la pandemia: un contexto de persistente contaminación petrolera que envenena el agua y los alimentos, focos de malaria o dengue, y la ausencia del Estado que a menudo implica días de viaje para asuntos básicos como llegar a un centro de salud”.

Las organizaciones reclaman medidas para evacuar a posibles afectados e “información para difundir en las comunidades con claridad, seguridad, pertinencia y en idioma indígena”. El Perú tiene más de 4 millones de personas que se identifican con una lengua diferente al castellano. Si bien algunos materiales de difusión fueron traducidos, aparece otro problema: muchas comunidades no cuentan con internet, electricidad o equipos electrónicos para trabajar con la plataforma educativa oficial “Aprendo en casa”. La Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana, que agrupa a unas 1.800 comunidades nativas, acusó al gobierno de “desatención evidente y reiterada discriminación” y denunció ante las Naciones Unidas “el peligro de etnocidio por la inacción del Estado peruano”.

En el Perú, donde ya se reportan tres indígenas infectados, se está dando otro fenómeno: el éxodo masivo de familias pobres que huyen de Lima a pie por el hambre y la falta de trabajo. Gran parte son indígenas que retornan con lo puesto a la sierra y a la selva

Colombia: la pandemia de la violencia

La población indígena en Colombia –casi dos millones de habitantes, el 4,4% del total- tiene un gran desarrollo organizativo. La Organización Indígena de Colombia (ONIC) emitió por primera vez una alerta epidemiológica y activó un plan de contingencia que incluye el bloqueo de caminos permitiendo sólo el paso de transportes de alimentos y productos básicos. Desde La Guajira hasta el Amazonas, la denominada “Guardia Indígena” impide el ingreso a los poblados de turistas e instituciones privadas. Las primeras en hacerlo fueron las comunidades de la Sierra Nevada de Santa Marta que bloquearon el acceso al Parque Nacional Tayrona, uno de los principales atractivos turísticos. “La estrategia de prevención y contención la dividimos en tres acciones: pedagogía para entender la pandemia, control territorial a través de las guardias indígenas y movilización del conocimiento de los sabedores en medicina indígena”, explicó Ángel Jacanamejoy, dirigente de las Autoridades Tradicionales Indígenas.

La ONIC confirmó la primera muerte por coronavirus e informó que hay siete indígenas infectados y 90 bajo observación. También denunció que “la escasez de agua potable, alimentos e implementos de bioseguridad y el confinamiento por el conflicto armado agravan la situación”. Es que, más allá del Covid-19, el mayor peligro siguen siendo los grupos paramilitares. Durante el gobierno de Iván Duque ya fueron asesinados 162 indígenas. Y el hostigamiento y las muertes no amainaron durante la cuarentena. Luis Fernando Arias, consejero mayor de la ONIC, relató: “En estas últimas semanas se han venido registrando hostigamientos, sobre todo en el norte del Cauca. El genocidio contra los pueblos indígenas se ha convertido en la peor pandemia nuestra en estos últimos años”.

México: defensa zapatista

Con unas 16 millones de personas, México es el país con mayor población indígena de la región. En muchas zonas también se implementó el corte de accesos. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) declaró en alerta roja a sus comunidades y cerró sus centros organizativos “considerando la falta de información veraz y oportuna así como la ausencia de un plan real para afrontar la amenaza de la pandemia”. También colocó retenes y filtros sanitarios en el ingreso a sus comunidades y activó una cuarentena preventiva para quienes regresaron a sus poblados. El EZLN exhortó además a “no dejar caer la lucha contra la violencia feminicida y en defensa del territorio y la Madre Tierra”. El comunicado finaliza diciendo: “Llamamos a no perder el contacto humano, sino a cambiar temporalmente las formas para sabernos compañeras, compañeros, hermanas y hermanos”.

Medidas similares tomó el Congreso Nacional Indígena (CNI). Carlos González, uno de sus dirigentes, coloca otro elemento importante: “En los pueblos indígenas los ancianos y las ancianas juegan un rol fundamental, vital, para la pervivencia de las comunidades y su reproducción. Es una preocupación muy seria”. González coincidió en remarcar la precariedad de las infraestructuras sanitarias pero destacó que, como contraparte, los pueblos originarios “podrán generar una mejor defensa gracias a su propia vida comunitaria”. El CNI prevé que la peor situación para las y los indígenas será en las ciudades, por lo cual realiza colectas para apoyar a las familias urbanizadas.

Desde la Patagonia hasta el Río Bravo

Los mismos miedos, dilemas y exigencias se repiten por toda la geografía del continente.

En Bolivia, la Ley reconoce a 34 naciones y pueblos originarios. En el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), que contiene a 64 comunidades, denuncian la desatención del gobierno de facto, la falta de información y el desabastecimiento de medicamentos y alimentos por la interrupción del comercio. El dirigente Pedro Moye aseguró que “al área rural no llegó ningún material de bioseguridad ni medicinas ni ningún protocolo que debamos seguir en caso de registrar algún contagio. Sólo se abocaron a capitales de provincia”. Y remarcó otra dificultad: “No hay ambulancias ni medios para sacar a un enfermo rápidamente a un hospital. Esa es la preocupación más grande”.

En Brasil, donde ya hay al menos tres indígenas fallecidos y 31 contagiados, sobrevuela el fantasma no tan lejano de la gripe A-H1N1 que provocó la muerte de cientos de indígenas principalmente guaraníes. El temor al Covid-19 se potencia ya que un tercio de las muertes de indígenas en Brasil son por enfermedades respiratorias. El Foro Nacional Permanente en Defensa de la Amazonía exigió “un plan de contingencia que tenga en cuenta las especificidades de sus pueblos y sus formas de vida comunitarias, que sin duda facilitan la rápida propagación del virus”.

La otra gran amenaza se llama Jair Bolsonaro, que además de minimizar la pandemia e ir a contramano de todas las recomendaciones, dio carta blanca a la deforestación de la Amazonía y expulsó al contingente de médicos cubanos, lo que dejó a muchas comunidades sin atención sanitaria. Nice Gonçalves, periodista y activista indígena, señala: “En 2019 aumentó en 12% la mortalidad de niños por la retirada de los médicos cubanos y el desmantelamiento de la salud indígena”.

También es crítica la situación en Paraguay, donde indígenas realizan bloqueos de rutas. La organización Tierra Viva expresó: “Las estadísticas previas a la pandemia ya señalaban que el 65% de los indígenas se encuentran en situación de pobreza y más del 30% en pobreza extrema; a lo que se suma la situación actual de aislamiento que imposibilita salir a trabajar. La exclusión estructural se profundiza y el hambre golpea fuertemente a las comunidades del Chaco”.

Es por ahí

El mundo que está pariendo la pandemia deja al desnudo el rostro del sistema y abre las puertas a los debates urgentes sobre la necesidad de un nuevo paradigma civilizatorio. Tal vez sea el momento oportuno para poner el foco en las filosofías de vida que pregonan los pueblos originarios, sintetizadas en conceptos como “sumak kawsay” o “buen vivir”.

https://kaosenlared.net/los-pueblos-originarios-de-america-latina-en-la-era-covid-19/


 Fuente: https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2020/05/04/nuestramerica-los-pueblos-originarios-en-la-era-covid-19/