Desde sujetes que han dejado de
ser subalternos al Capital
Estado y
de creerse individuos libres.
En las empresas recuperadas se han visto forzados a la
autogestión y a adquirir importante comprensión que no necesitan de la patronal
pero permanecen subordinados al Estado y al mercado interno u orden capitalista.
Reflexionemos sobre experiencia e iniciativa siguiente que ejemplifica cómo es
posible comunalizar o crear desde ahora otras relaciones sociales e
interregionales en Ecuador:
Voces de Guayaquil, epicentro de la pandemia en Ecuador (XVII)
«Con la unión del campo y de la ciudad saldremos de la crisis»
22 de mayo de 2020
Por
Silvia Arana
(Rebelión)
En la décima
séptima entrega de la serie, el dirigente del Movimiento Nacional Campesino
Richard Intriago comenta sobre las Brigadas Campesinas por la Soberanía
Alimentaria. Este proyecto surgió como una respuesta solidaria de los pequeños
productores agrícolas frente al desabastecimiento de alimentos y el sobreprecio
que aquejó a la población de Guayaquil y otras ciudades ecuatorianas en el
contexto de la pandemia. Dice Richard: «Los agricultores lanzamos esta propuesta
a partir de nuestro compromiso con la soberanía alimentaria. Tejimos una
relación solidaria entre campo y ciudad porque pensamos que los alimentos no son
una mercancía sino un derecho humano».
¿Podría
presentarse y contarnos sobre su trabajo con el Movimiento Nacional
Campesino – Fecaol?
Mi nombre es
Ricardo Intriago, soy montubio, agricultor, ingeniero agropecuario, PhD en
Agroecología, fundador del Movimiento Nacional Campesino-Fecaol. No soy el
presidente (alguna gente se confunde)… la Fecaol es una organización con
liderazgo horizontal. Tenemos un comité constituido por nueve dirigentes
nacionales de la Costa, la Sierra y la Amazonía. Apuntamos a tener una
dirigencia diversa y equitativa en género y edades. Representamos a alrededor de
30.000 campesinos de las tres regiones principales de Ecuador.
¿Cómo
definiría ser montubio?
Ser montubio es
algo cultural, es el que siente como propia la cultura de los campesinos de la
Costa.
¿Cuándo y
cómo surge la Fecaol?
Surge hace 19
años. Antes de eso, los grandes terratenientes que concentran la propiedad de la
tierra en la Costa monopolizaban y controlaban al resto de agricultores. Los
pequeños y medianos productores estábamos junto con los grandes exportadores
agropecuarios en la Cámara de Agricultura, que obviamente respondía a los
intereses de los grandes exportadores. Empezamos a cuestionar a esta
organización hasta que rompimos con esa unidad irreal, e iniciamos el proceso
para crear un organismo que defienda los intereses de los pequeños productores.
Fue muy duro, la situación se agravó cuando tomamos una posición contra el uso
de agrotóxicos. Hubo tres compañeros asesinados en El Empalme y amenazas de
muerte contra otros compañeros, incluido yo… pero continuamos hasta hoy.
Ante la
pandemia y la emergencia sanitaria que sumió en una situación de grandes
carencias a la gente trabajadora de Guayaquil y Ecuador, ¿cómo reaccionó el
Movimiento Campesino?
Cuando comenzó la
pandemia estábamos muy preocupados (y seguimos estándolo). Todos tenemos uno o
más familiares o compañeros muertos -no solo por el coronavirus sino también por
otras enfermedades no tratadas por el colapso total del sistema de salud. Pero a
los 15 días de iniciada la pandemia, ya no aguantábamos más y empezamos a
organizarnos para responder a la gente que pedía alimentos de manera
desesperada. Si los funcionarios no hacían nada, nosotros decidimos salir a dar
una respuesta ante la crisis porque somos gente que hace cosas grandes sin tener
plata en el bolsillo.
¿Nos
describiría la propuesta para garantizar la provisión de alimentos directamente
del campo a la ciudad durante la pandemia? ¿Hubo alguna respuesta del gobierno
nacional?
Nosotros, los productores agropecuarios de la Sierra, Costa y Amazonía propusimos las Brigadas Campesinas por la Soberanía Alimentaria para abastecer durante la pandemia de manera directa a las ciudades; sin intermediarios que encarecieran los productos. A pesar de no estar de acuerdo con las políticas del gobierno nacional, debido a la pandemia pensamos que había que poner en segundo lugar los desacuerdos y hacer una propuesta para salir de la crisis alimentaria. Le hicimos llegar la propuesta al gobierno nacional, pero este respondió -a través de intermediarios- que no le interesaba. Entonces difundimos la propuesta nosotros mismos en coordinación con organizaciones sociales de las ciudades. Y tuvimos una gran respuesta en todas partes del país. Las Brigadas Campesinas por la Soberanía Alimentaria comenzaron a repartir canastas de alimentos en todas las regiones del país.
Los agricultores
lanzamos esta propuesta a partir de nuestra convicción con el concepto de la
soberanía alimentaria. Tejimos una relación solidaria entre campo y ciudad
porque pensamos que los alimentos no son una mercancía sino un derecho humano. A
partir de nuestra propuesta, otros se plegaron. Ganamos mucho reconocimiento en
las ciudades. Antes era casi un insulto llamarle a alguien «campesino». Eso
cambió, ganamos un reconocimiento.
¿Cómo
funcionan las Brigadas Campesinas por la Soberanía Alimentaria?
Se garantiza
durante la crisis sanitaria el abastecimiento de los productos del campo a un
costo razonable, sin intermediarios para combatir el desabastecimiento y la
especulación. Nuestro primer paso lo dimos en Guayaquil. Nos instalamos con una
flota de camiones cargados de productos a cinco minutos del mercado más grande
de la ciudad. Empezamos a vender allí a un precio tres veces menor que los
precios inflados en los mercados tradicionales. Hasta ese momento el municipio
de Guayaquil no había realizado ningún control de precio a pesar de las
denuncias de sobreprecio y especulación. Logramos que al día siguiente, enviaran
por primera vez inspectores a controlar los precios en los mercados.
Al día de hoy
tenemos tres centros de acopio y distribución, uno en cada región (Costa,
Sierra, Amazonía) ubicados en las ciudades de Guayaquil, Quito y Zamora.
¿En qué
consiste el proyecto Boticas de Salud?
Las Boticas de
Salud surgen de la cooperación de campesinos con educadores urbanos,
trabajadores del transporte y otras agrupaciones comunitarias para intentar
mitigar las falencias del sistema de salud pública y la ausencia del Estado. En
Guayaquil y en el país muchas personas viven del día a día. Un día que no salen
a trabajar, no tienen para comer ni para comprar un remedio. Entonces con la
cuarentena, muchas personas se quedaron sin recursos, sin herramientas para
cuidarse (ni siquiera paracetamol). Vimos mucha gente deprimida, ancianos que
por un simple resfrío se derrumbaban mentalmente creyendo que era COVID-19.
Entonces, en coordinación con las líderes comunitarias de la ciudad repartimos
miel, eucalipto, jengibre, manzanilla y otras hierbas medicinales que forman
parte de la medicina tradicional del pueblo. Ponemos a disposición de la gente
eucalipto que no curará obviamente el coronavirus, pero aliviará enfermedades
respiratorias. Se han establecido boticas en Monte Sinaí, sector Nigeria de la
Isla Trinitaria, Guasmo Sur…
¿Podría
describirnos las operaciones de trueque entre campesinos de diferentes regiones?
Son intercambios
masivos realizados entre campesinos de diferentes regiones que hacen trueque con
lo que se produce en cada área. Se realiza el transporte por flotas de camiones
-respetando las medidas sanitarias- hacia una localidad determinada. Son
intercambios sin dinero, con los que damos un golpe a la moneda. Nos manejamos
como territorios autónomos dando un ejemplo que fue seguido por muchas otras
personas en las ciudades.
¿Cómo se organizó el trueque masivo entre los campesinos
de la Costa y de la Sierra en la provincia de Tungurahua?
El trueque en
Tungurahua fue coordinado por el Movimiento
Nacional Campesino – Fecaol, Mujeres
Sin Límites Tungurahua, Conferencia
Plurinacional e Intercultural de Soberanía Alimentaria y
la comunidad de Llimpe. En el trueque solidario masivo del 13 de mayo
participaron campesinos de cuatro provincias de la Costa y de la Sierra: Guayas,
Tungurahua, Esmeraldas y Manabí con el objetivo de combatir la crisis
alimentaria que vive el país garantizando la soberanía alimentaria para las
familias ecuatorianas. El próximo trueque masivo solidario será este fin de
semana en la zona amazónica.
¿Cómo continúa evolucionando la pandemia de
COVID-19 en las comunidades campesinas de la Costa?
Sigue muy difícil
la situación. Hace pocos días murió de COVID-19 el compañero Óscar Belduma
integrante de la Dirección Nacional del Movimiento Nacional Campesino – FECAOL,
dirigente de la provincia de El Oro; coordinador político-pedagógico de la
Escuela de Agroecología. Recientemente también fallecieron el compañero
dirigente campesino Héctor Rodríguez del Guayas y Paulo Tapia de El Oro. Junto a
muchos compañeros más que cayeron por esta enfermedad y también por otras
enfermedades. Muchas de estas muertes se podrían haber evitado con un sistema de
salud adecuado que funcione dentro de un modelo económico y social diferente.
Los proyectos de brigadas alimentarias,
trueque masivo y boticas de salud son propuestas de largo plazo para unir el
campo y la ciudad, ¿cómo cree que continuarán postpandemia?
A partir de la pandemia quedó demostrada la importancia y también la potencia de la relación campo-ciudad. Es importante darle continuidad a largo plazo a esta relación. Ya tenemos el tejido básico para unir a las comunidades campesinas con las comunidades urbanas. En Guayaquil estamos trabajando con agrupaciones de mujeres y grupos comunitarios de varios sectores: Monte Sinaí, Isla Trinitaria, Guasmo. También estamos desarrollando un trueque con artistas y con la Federación Nacional de Artistas Autónomos del Arte y la Cultura (FENATAAC). Les proveemos de canastas alimentarias, y ellos nos ayudan a difundir con sus habilidades artísticas nuestras actividades como campesinos (fotografiando, representando teatralmente, grabando). Creemos que con la unión del campo y de la ciudad saldremos de la crisis.
¿Cree que la contaminación ambiental de
Guayaquil -que es la más alta del país- pueda ser uno de los factores por los
cuales esta ciudad es el epicentro de la pandemia?
Creo que en primer
lugar figuran el hacinamiento y las condiciones de extrema pobreza causadas por
el capitalismo neoliberal. Es un modelo al que no le importa el ser humano. ¡En
Monte Sinaí [barrio del sur de la ciudad] no hay ni siquiera agua! No
hay servicios básicos. No hay salud pública. O retrocedemos del desarrollo
capitalista absurdo o nos extinguimos. Para cambiar de modelo, también hay que
reconciliarse con la naturaleza. Y esto no lo digo yo, lo están reconociendo en
todo el mundo.
El gobierno nacional acaba de anunciar una
serie de medidas de recorte del presupuesto público, cierre de empresas
públicas, disminución de salarios. ¿Qué piensan de este paquete económico los
campesinos?
Con estas medidas
el gobierno está profundizando el problema. Las medidas económicas afectan los
derechos de los trabajadores, incluidos los campesinos. Si disminuye el trabajo,
la economía se estanca. El modelo económico basado en la producción y
exportación petrolera no es viable. Debe haber un cambio profundo de rumbo hacia
un modelo económico sostenible y racional enfocado en la producción agropecuaria
sin agrotóxicos; de reconciliación con la naturaleza. Podríamos tener un país
económicamente viable si volvemos la mirada hacia el sector agropecuario que en
el 2016 producía el 14% del PBI -mientras que Petróleo y Minería retenía el 13%.
¿Cuál fue su motivación para trabajar en la
comunidad y en la organización del Movimiento Nacional Campesino?
Yo crecí en
Guayaquil, pero mi familia proviene de Manabí, un área agrícola. Crecí comiendo
buena comida, como plátano con sal prieta y maní quebrado [Ríe]. A los 17 años
participé en la Fundación Sin Manchas con la que llevábamos comida a los chicos
de una escuela del Suburbio. A esa misma edad escribí un libro al que titulé
El poder de elegir, que trataba de cómo superar malos hábitos y hacer
dinero [Risas]. Hoy no escribiría lo mismo. Estudié Agronomía en la Universidad
Católica de Guayaquil. Después de recibirme, me fui a trabajar al campo. Ahí
observé que había muchos niños con hidrocefalia -condición producida por el uso
de agrotóxicos. Cuando me enteré de esto, me vinculé a los grupos que luchan
contra los pesticidas. Y así comenzó…
«Voces de Guayaquil, epicentro de la pandemia
en Ecuador» consiste en una serie de entrevistas a residentes días posteriores a
que su ciudad estuvo en la primera plana de los noticieros internacionales por
los muertos sin sepultura y sus familiares clamando por ayuda a un Estado
aparentemente inexistente. Trabajadores, artistas, estudiantes, docentes
comparten sus vivencias desde la ciudad que es el centro económico y financiero
del país y que paradójicamente también es la ciudad con mayor concentración de
pobreza. Se estima que un 17% de los 2.700.000 habitantes de la urbe viven en
condiciones de pobreza. Recostada sobre las aguas terrosas del río Guayas, con
un clima muy cálido y húmedo que no hace mella en la actividad intensa y el
carácter hospitalario y amable de sus habitantes, Guayaquil tiene la mayor
densidad de población del país y el sistema de transporte público con más
usuarios. Estos elementos junto a las profundas deficiencias del sistema de
salud pública nacional cuyo presupuesto fue reducido un 36% en el último año y
la desorganización del gobierno municipal son factores que ayudarían a explicar
por qué la ciudad concentra el 70% de los casos de COVID-19 en Ecuador y la
mayor cantidad de contagios per cápita en toda América Latina.
Libertad Gills coordinó la realización de
todas las entrevistas de esta serie.
Enlaces a entrevistas previas de la serie:
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