martes, 6 de agosto de 2013

Conflictos vitales en las disputas por territorios.

Se dan en todo el país-continente y 
como distintas formas de defender la vida en el lugar.
 
Jorge Nahuel, representante de la Confederación Mapuche de Neuquén, expresa la disyuntiva implícita en los conflictos territoriales:"Nos parece que cambiar petróleo por vida humana no es algo que podemos admitir.
Algunos ejemplos de esa variedad de luchas en Nuestra América por compartir la ocupación territorial de las corporaciones imperialistas:

78 días de "el tranquerazo": importante movilización a los tribunales de Metán
Por Vecinos Autoconvocados de la Cuenca del Río Juramento
En nuestra demanda legal solicitamos:
Se condene a la firma Nitratos Austin S.A., a abstenerse de realizar toda actividad para producir nitrato de amonio.
Se disponga la inmediata suspensión de de todas las actividades que desarrolla Nitratos Austin S.A. en el predio de Bajo Grande.
Se prohíba a Nitratos Austin S.A. efectuar acopio de cualquier tipo de elemento relacionado con la construcción de la planta.
Se deje en suspenso la habilitación o certificado de "aptitud ambiental" otorgado por la secretaria de industria y comercio de la provincia de Salta.
Llevamos 78 días de acampe permanente, frente a la tranquera de acceso al terreno donde la multinacional estadounidense pretende instalar la planta de nitrato de amonio.
Nuestra demanda legal se presento recién hace 14 días. Demoramos en hacerlo porque teníamos la esperanza de que nuestra heroica resistencia en "el tranquerazo" seria suficiente para que las autoridades del gobierno provincial dejaran sin efecto este proyecto, que no tiene la licencia social de nuestros pueblos del sureste de salta.
Lo asumimos públicamente, fuimos ingenuos, nos equivocamos.
Jamás nos imaginamos que este proyecto fuera parte de un siniestro y corrupto negocio entre el gobernador Urtubey, acompañado de todos sus ministros y funcionarios de la "obediencia debida", y el gerente de Nitratos Austin S.A. Juan Ignacio Rigou, vinculados entre si por una relación familiar.
Un verdadero monumento a la corrupción y el nepotismo
Las presentaciones parlamentarias a nivel nacional del diputado Biella y de la senadora Escudero, la declaración de la comisión de medio ambiente del colegio de abogados de Salta, los aportes técnico-ambientales de VAPUMAS, la creciente solidaridad que fuimos recibiendo de todo Salta y el país, y por sobre todas las cosas la inquebrantable voluntad de lucha de nuestro pueblo nos decidieron finalmente a presentar la demanda legal.
Independientemente de la respuesta dilatoria que hoy nos diera el juez Fucho, basada en los plazos de los procedimientos procesales de la justicia, nuestra voluntad de lucha esta mas firme que nunca, porque si bien y por ahora, no conseguimos el objetivo de expulsar a Austin de nuestro territorio, hemos avanzado en ir acorralando a esta banda de forajidos, que impunemente pretendían saquear nuestros recursos naturales de gas natural y agua dulce, y contaminar nuestra cuenca del río Juramento-Salado a lo largo de Salta, Santiago del Estero y Santa Fe.
Lo decimos con total convicción, más temprano que tarde echaremos a la Austin Powder de nuestro territorio.
Lo decimos porque hoy, martes 30 de julio del 2013, una vez más, hemos sentido en directo el apoyo del pueblo de Metan, cuando en manifestación recorrimos sus calles. Sentimos el apoyo de sus hombres, de sus mujeres, de sus niños de las escuelas y colegios. No recibimos una sola actitud de reprobación en toda nuestra marcha.
Hemos aprendido que la marcha es lenta, pero que sigue siendo nuestra marcha
La marcha de un pueblo que con dignidad se planta frente al atropello de querer imponernos el saqueo de nuestras riquezas naturales y la contaminación de nuestras aguas, aire y territorio.
Esa es nuestra mayor fuerza. Una fuerza que poco a poco fue creciendo y convenciendo de la justicia de nuestra lucha y de nuestras conductas.
AUSTIN CONTAMINA, SI A LA VIDA !!!
FUERA AUSTIN !!!
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Alicia Raillanca, una de las voceras Mapuche Williche de la cuenca del Lago Ranco, en comunicación con Radio del Mar afirmó que “no queremos nuevas conquistas y no deseamos el tipo de desarrollo Winka (occidental)” y llamó a defender los bienes de la naturaleza para que no sean ocupados ni contaminados por las compañías salmoneras.
  
"No debemos darle oportunidades a la gente extranjera a recoger la riqueza de nuestros recursos naturales. Nosotros siempre hemos dicho no queremos nuevas conquistas, no necesitamos el desarrollo winka (occidental), nosotros vivimos y vamos a sobrevivir con nuestros valores, con nuestros patrones culturales; así como vivían nuestros abuelos queremos sobrevivir nosotros. Llamo a mis hermanos Williche a que formemos una cadena de fortaleza para que tengamos toda la fuerza para poder combatir estos tipos de empresarios que solo vienen a buscar riquezas de nuestros bienes y dejan a la deriva y coartan todo el posible desarrollo que desde las comunidades podemos generar", afirma la dirigente Mapuche Alicia Raillanca en el contexto de la imposición de jaulas salmoneras en lagos y ríos de territorio Mapuche.
 
Esta dirigente que por años ha sido una activa defensora de los derechos del Pueblo Mapuche y del medio ambiente en la cuenca de El Ranco, señala que “la empresa MH presentó proyectos para aumentar su producción de cultivo de salmón”. Pero acusa que no han recibido ninguna información de parte del gobierno o de las autoridades locales.
En entrevista con Radio del Mar, Raillanca aseguró que las comunidades no quieren salmoneras en ríos ni lagos, que es necesario hacer valer el Convenio 169 de la OIT y que están empeñados en avanzar a un “desarrollo que desde las comunidades podemos generar”.
 
- ¿Tiene información acerca del bloqueo que EE.UU. impuso al salmón que MH produce en Chile por que contenía residuos de Cristal Violeta, un químico prohibido, que se debe haber usado en alguna parte de la cadena productiva de esta compañía?
- Nosotros como no tenemos acceso a información de cómo funciona el trabajo productivo de la empresa, obviamente no tenemos certeza de que exista, pero las empresas están cerrando todo el acceso a información para que nosotros no reaccionemos. Ellos saben que nosotros nos oponemos al cultivo de los peces de manera artificial y nos oponemos a que se usen químicos porque se está matando toda nuestra flora y fauna de los lagos y ríos. Nosotros hemos declarado en numerosas oportunidades a las autoridades que están a cargo a que se cumpla la Ley, lamentablemente no lo hacen, y nos vemos enfrentados después a graves consecuencia ecológicas que pagamos los pueblos originarios que estamos preocupados por mantener el equilibrio en la naturaleza. Además, las empresas y los supervisores se pasan la información internamente y nosotros quedamos al margen. Yo veo que hay despreocupación de las autoridades nacionales y regionales y no les parece importante que se rompan las leyes, cuando es en pos del desarrollo de piscicultura, ellos hacen vista gorda a esto.
 
- ¿Qué le parece que esta empresa sea de capitales noruegos, un país que tiene altos estándares de respeto a los derechos humanos, que firmó el Convenio 169 y que siempre señala que sus ciudadanos respetan el derecho internacional en todas partes del mundo?
- Creo que eso es solo un discurso. Nosotros perdimos toda confianza en las empresas salmoneras y en las que vienen a intervenir nuestros territorios y nuestras comunidades, porque ellos vienen a provocar desequilibrio en nuestra Madre Naturaleza y no les importa las nuevas generaciones. A ellos solo le importa el recurso económico y como lo obtengan no les interesa que las personas, el medio ambiente y la cultura de los pueblos sea atropellada. El Convenio 169 en Chile no se respeta, las reglas que tiene el Estado para proteger los recursos naturales le importa la misma nada. Entonces para mi es toda una falacia.
 
- ¿Qué mensaje le da a las comunidades respecto a la imposición de estos proyectos piscícolas industriales?
- La conciencia de los pueblos originarios nosotros la llevamos cultivando hace muchos años, lamentablemente con la marginalidad y la pobreza, a la gente le venden una mentira. Yo les diría a las comunidades indígenas que nosotros siempre tenemos que acordarnos del futuro de nuestras generaciones. Así como nuestros abuelos que estuvieron luchando para que nosotros tengamos un buen pasar en esta tierra, nosotros llamamos a cada uno de los dirigentes, los Lonkos, a las autoridades políticas de nuestro pueblo a que tomen conciencia de que mañana o pasado nuestra generación va a quedar sin recursos naturales, sin bienes de capital. Y nuestros lagos, rios, esteros, nuestro Ngienes (espíritus del agua en la cultura Mapuche) que están ahí presentes van a ir perdiendo la fuerza, van a ir perdiendo la legitimidad que tienen en nuestra religión, en nuestro idioma, en nuestra forma cultural. Nosotros tenemos una cultura propia, una religión propia que se sustenta en la Madre Tierra. Entonces no debemos darle oportunidades a la gente extranjera a recoger la riqueza de nuestros recursos naturales. Nosotros siempre hemos dicho no queremos nuevas conquistas, no necesitamos el desarrollo winka (occidental), nosotros vivimos y vamos a sobrevivir con nuestros valores, con nuestros patrones culturales; así como vivían nuestros abuelos queremos sobrevivir nosotros. Llamo a mis hermanos Williche a que formemos una cadena de fortaleza para que tengamos toda la fuerza para poder combatir estos tipos de empresarios que solo vienen a buscar riquezas de nuestros bienes y dejan a la deriva y coartan todo el posible desarrollo que desde las comunidades podemos generar. // Radio del mar

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México: Desposesión, el cuarto ciclo de la colonización indígena

 
Por Francisco López Bárcenas
México. Julio y agosto pueden ser nombrados los meses de la defensa del territorio contra el despojo del patrimonio nacional causado por los megaproyectos, para beneficio de los dueños del capital. Aunque la afectación perjudica a todos los mexicanos, quienes lo sufren de forma más directa son los pueblos indígenas, porque los codiciados bienes se ubican en sus territorios.
Como reacción a los megaproyectos, los días 11 y 12 de julio pasado, en la ciudad de Oaxaca, se reunieron autoridades agrarias de los pueblos zapoteco, mixteco, mixe, chontal, ikoots, mazateco y organizaciones civiles, para analizar las reformas, proyectos y programas que atentan contra el territorio indígena; los días 20 y 21 de julio se realizó en Santa María Zacatepec, Puebla, el “Encuentro nacional en defensa del territorio, la energía y el derecho de los trabajadores”, y los día del 26 al 27 de julio se realizó en la ciudad de Juchitán, Oaxaca, el Seminario Internacional de megaproyectos de energía y defensa del territorio “El istmo en la encrucijada”. Para los días 15 y 16 de agosto, se realizará en la ciudad de Puebla el Foro “Proyectos de muerte y territorio nacional”, en el cual se analizarán los efectos de la minería a cielo abierto, las termoeléctricas, las ciudades rurales, la siembra del maíz transgénico y las presas.
Todos estos eventos y muchos más que con esos fines se desarrollan en todo el país, representan esfuerzos populares por construir espacios colectivos de análisis, reflexión, organización y articulación para oponerse a tales proyectos y, si es posible, construir alternativas de futuro distintas frente al despojo capitalista. En el presente documento se analiza la manera en que el capital está llevando a cabo este despojo y la manera en que los pueblos resisten. Es posible que conociendo como opera el capitalismo en la coyuntura actual, se entienda lo que no se quiere y a partir de ahí imaginar el mundo distinto por el cual luchar.(...)

Resistencia de los pueblos
La lucha de los pueblos indígenas en defensa de sus territorios pone en evidencia el carácter discriminatorio de la sociedad mexicana y el depredador del capital, así como la ineficacia de la legislación que los reconoce. De poco ha servido que nuestra en Carta Magna se reconozca el carácter multicultural de la nación mexicana, igual que los pueblos indígenas y sus derechos, entre ellos el acceso preferente a los recursos naturales existentes en sus territorios si no existen instituciones específicas para aplicarlas; tampoco sirve de algo que la propia Carta Magna establezca la recepción de los derechos humanos reconocidos en los instrumentos internacionales –entre ellos el derecho al control de su territorio y las administración uso y aprovechamiento de los recursos naturales, igual que a la consulta previa antes de realizar en ellos actos que pudieran impactarlos- si en la práctica estos no se respetan. Los pueblos indígenas lo saben. Pero también han aprendido que el discurso legitima, por eso en lugar de dejarlo todo a sus adversarios se apropia de él y lo usan en su beneficio, cuando consideran que les conviene.
No de otra manera se explica que su lucha, cualquiera que sea la forma que asuma, invariablemente incluyan el reclamo de falta de los pueblos como sujetos de derechos colectivos, violación del derecho al territorio y otros derechos asociados a él.
Armados de este discurso jurídico emprenden acciones de diversa índole. Las que invariablemente están presentes en sus movilizaciones son las informaciones públicas a través de las cuales se brinda información a los afectados sobre el problema, lo mismo que a la sociedad en general. Para hacerlo se usa la prensa hablada y escrita, pero también echan mano de radios comunitarias que ellos mismos han ido construyendo, o pintas en caminos rurales, paredes de casas y plazas en las zonas urbanas. Los que pueden elaboran folletos con información sobre los derechos que el estado y las empresas deben respetar, las consecuencias de no hacerlo, crean páginas de internet para explicar los problemas, etcétera. Ninguna de estas acciones se descarta. Cada una tiene su propio fin y público destinatario.
Otra forma de lucha es la movilización. La gente se moviliza para enterarse del problema y analizar soluciones, organizando reuniones comunitarias o regionales, según el caso, donde aprovecha para ir creando relaciones de solidaridad y acompañamiento; pero también realiza marchas públicas, mítines de denuncia. Todas son acciones tradicionales de las que se valen sectores inconformes para hacerse escuchar frente a la inacción o la actuación arbitraria de las autoridades estatales o de las empresas. A ellas suman cabildeos con funcionarios públicos para conocer su postura u obtener información para su lucha; con miembros del poder legislativo para que presionen a las autoridades y se conduzcan conforme a la ley, con representaciones de las empresas para explicarles la razón de su inconformidad y hasta en instancias internacionales donde buscan presionar al gobierno para que respete los derechos que ha reconocido.
Una vertiente que siempre se encuentra presente son los procesos judiciales contra las mineras. Al uso del derecho para justificar públicamente el reclamo de derechos y validar determinados actos como las asambleas comunitarias de rechazo a las empresas, se suman juicios de carácter administrativo, como los que se emprenden contra las actuaciones de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, por no ajustarse a la normatividad ambiental a la hora de aprobar los proyectos; reclamos ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos para que constate la violación de derechos y recomiende a las autoridades estatales cesen los actos violatorios y tome medidas para evitar que se repitan; juicios agrarios para nulificar contratos de arrendamiento, ocupación temporal de las tierras, controvertir montos de pago y hasta solicitar la desocupación de las tierras y amparos ante el poder judicial federal pidiendo su protección ante la violación de garantías constitucionales y evitar que siga sucediendo. Las experiencias en cada caso son distintas, porque los resultados no dependen solo de lo que las leyes digan, sino de una buena combinación de formas de diversas formas de lucha.
Las movilizaciones más novedosas son las de acción directa, expresadas en la ocupación de minas. Como no confían en que las autoridades estatales vayan a fallar en su favor y respeten sus derechos si emprenden un proceso judicial para lograrlo, deciden hacerlo ellos mismos, apelando al derecho que les dan las leyes. Los más imaginativos echan mano de sus propios recursos y se reafirman en su territorio y sus prácticas culturales, delimitando su territorio por la vía de los hechos o fortaleciendo sus lazos comunitarios a partir de su relación con la naturaleza. Este tipo de acciones, aunque no parezca, tienen un grado de efectividad bastante amplio y profundo, al grado que podría decirse que es lo que diferencia la lucha de los pueblos indígenas de las de otros sectores, pues en ella ponen en juego sus recursos identitarios y de derechos colectivos, mostrándose diferentes –culturalmente- del resto de la sociedad, pero iguales en derechos, que es una manera de reclamar la inclusión que tanto se les ha negado. Las luchas emancipadoras de los pueblos, como se ve, no recorren los mismos caminos que el resto de la población.
En todos estos tipos de resistencias existe un denominador común: dejar de ser sociedades colonizadas para integrarse en una sociedad igualitaria y multicultural, pero en serio. Eso explica que el eje central de sus luchas, el que da sentido a todas sus demandas sea la autonomía y alrededor de ella la defensa de sus territorios y los recursos naturales en ellos existentes, que sumados nos arrojan una defensa del territorio nacional y sus recursos naturales. Esto nos lleva a un terreno más pantanoso que es necesario comprender: en el fondo de las reivindicaciones de los pueblos indígenas flota la idea que el paradigma de vida occidental ha entrado en una crisis civilizatoria sin retorno, que nos urge a encontrar nuevos modelos de vida que sustenten nuestras esperanzas de que la vida podrá subsistir por mucho tiempo.
En esto las luchas de los pueblos indígenas tienen mucho que aportar: la relación de respeto de los pueblos indígenas con la naturaleza, la filosofía de la solidaridad por sobre las relaciones económicas, el trabajo y el festejo como dualidad en las relaciones sociales. De ese tamaño es el reto. Por eso las luchas de los pueblos indígenas son luchas de toda la humanidad. En la descolonización de los pueblos indígenas se encuentra la libertad de todos los ciudadanos y pueblos.
Publicado el 5 de agosto de 2013
Fuente original: Desinformémonos


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