domingo, 17 de agosto de 2014

Qué mundo edifican los BRICS se desprende de su subordinación a la acumulación global del capitalismo.

Protagonizan la tendencia de ésta a maximizar
la súper explotación de los pueblos y la naturaleza.
 Averigüemos porqué la reunión de los BRICS en Fortaleza, Brasil, creó el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS y no asumió el boicot contra el Estado terrorista de Israel que está exterminando al pueblo de Palestina:

Los BRICS… o ¿el entierro de la iniciativa latinoamericana?

  
BRICS es la sigla de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, un bloque de naciones de los llamados “mercados emergentes” que desde 2008 (Sudáfrica se incorporó en 2011) vienen reuniéndose y articulando políticas con la idea de contrapesar a la Unión Europea y los Estados Unidos. Tienen en común sus extensos territorios, enormes poblaciones, una gigantesca cantidad de recursos naturales y PBIs que han crecido fuertemente en la última década -si bien Brasil acusa un marcado declive en los últimos años. La tesis que conlleva este agrupamiento es que serán las economías dominantes del globo hacia el 2050. Para orgullo de la cancillería brasilera inicia con la “B” mientras esconde la “C” de China que es la verdadera artífice de esta iniciativa.
Más allá de las declamaciones de la presidente Dilma Roussef de que los BRICS no buscan una nueva hegemonía y de que los países de la UNASUR tendrán “una oportunidad de comenzar un diálogo constructivo con naciones con las que existen muchos intereses compartidos”, varios expertos en relaciones internacionales sostienen que los BRICS están enterrando la iniciativa de integración y emancipación latinoamericana con la que nació la UNASUR y que se da en coincidencia con la muerte de Hugo Chávez. También otras voces saludan la aparición de este actor y señalan el “fortalecimiento de las relaciones sur-sur”… Habrá que ver cuál será el carácter de estas “relaciones”.
Elaine Tavares del IELA (Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Santa Catarina, Brasil) sostiene que: “El proceso de integración latinoamericana que tuvo un profundo crecimiento durante la ascensión del presidente Hugo Chávez en Venezuela está cada vez más roto. Todas las ideas de unión de los países de la Patria Grande, como la creación de Telesur para la diseminación de la cultura que nos une, hasta la creación del Banco del Sur, que debía ser la alternativa de los países para la lógica del FMI, están en franco decline. Ya no soplan más vientos revolucionarios de la parte norte de América del Sur. Venezuela, sin Chávez, se desmorona; Ecuador busca articulaciones con la Comunidad Europea; Bolivia sigue su camino en soledad y Cuba intenta sobrevivir en las revueltas aguas de una economía que no tiene mucho por donde avanzar. Así que el núcleo duro del cambio que incendiara a América Latina en el inicio del siglo XXI ya no está más agitando la posibilidad de una integración propia, abyayálica.”
El punto central de la reunión de los BRICS en Fortaleza, Brasil, fue la creación del Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS con un capital inicial de 50.000 millones de dólares aportado por las cinco naciones en partes iguales, y un Acuerdo de Reservas de Contingencia, fondo que contará con 100.000 millones de dólares y al que el mayor aporte lo realizará la República Popular China. Los representantes de los BRICS en las declaraciones oficiales afirman que la unión de todos en un proyecto de banco de fomento significará autonomía para actuar con otro modelo de desarrollo, que una crecimiento económico con sustentabilidad e inclusión.
Para el profesor de Economía y presidente del IELA, Nildo Ouriques, esa es una idea que no se sustenta en la realidad.
“¿Qué son los BRICS? Iniciales de algunos países con pesos distintos y proyectos distintos. En verdad, sólo existe un país que tiene una estrategia afirmada de hegemonía en el mundo, que es China. Sólo ella tiene un proyecto de transformación en su interior, en el estado nacional, y a escala global. Los demás son coautores de un guión que no dominan bien, países que siquiera tienen un proyecto nacional de desarrollo”.
Ouriques sostiene que el Banco de los BRICS es una oposición abierta al Banco del Sur, iniciativa de Chávez que Lula boicoteó en la práctica más allá del apoyo declamado. “La aceptación de un Banco de los BRICS es la subordinación de la integración latinoamericana en nombre de un proyecto que es chino. El Banco del Sur, que sería una propuesta latino-americana, es una idea extraordinaria que podría generar grados de autonomía en áreas importantes como ciencia, tecnología y cultura. Renunciar a eso es seguir en la dependencia”.

Hacia el “consenso de Beijing”

Ariel Slipak, economista de la UBA y doctorado en la Universidad de General Sarmiento, describe la situación de China. “En simultáneo a los cambios en las formas de producción y acumulación global –las cadenas globales de valor se reorganizan desplazando gran parte de las actividades manufactureras hacia la región de Asia-Pacífico–, se produjeron en China reformas económicas y políticas que permitieron la consolidación de este país, hacia inicios de la segunda década del siglo XXI, como la segunda economía del planeta detrás de Estados Unidos, el primer prestamista de la Reserva Federal estadounidense, el principal productor mundial de manufacturas y el quinto emisor global de inversión extranjera directa (IED). No es menos importante agregar que las altas tasas de crecimiento económico han ubicado también al país asiático como el primer consumidor global de energía eléctrica y el segundo de petróleo”.
Los cambios citados produjeron una creciente necesidad de China de productos básicos provenientes de actividades primario-extractivas lo que se tradujo en un fuerte incremento de los vínculos comerciales con América Latina desde la década de 1990, así como en el desembolso de inversión directa en la región a partir de 2009-2010 y en crecientes vínculos diplomáticos.
Un ejemplo nítido de la influencia creciente de las transnacionales chinas se cristaliza en que, hacia 2013, 89 firmas de las 500 de mayor facturación global son de capitales de ese origen. De ellas, tres se sitúan entre los diez primeros lugares (Sinopec, presente en Santa Cruz, y China National Petroleum, del rubro hidrocarburífero, y State Grid, abocada a la construcción)*1.
Los “optimistas” ven oportunidades en la relación China-Latinoamérica. Haciendo una lectura histórica de lo que ocurrió en la historia argentina y citando a Jauretche, nos preguntamos si estamos cerca de cambiar una vez más de collar para seguir siendo perro. De la relación monopólica con la España colonial, los vientos republicanos y liberales nos llevaron a recostarnos en los brazos de la corona británica y sus agentes comerciales y bancarios. Iniciado el siglo XX dejamos la relación servil con albión para pasar a la órbita del influjo estadounidense y ahora los gritos de sirena de los gerentes locales del capital se aprestan a darnos de comer chop suey por un nuevo período histórico. Parece ser que Brasil se apresta a ser el capataz de la estancia esta vez.
Fuentes originales: 
*Ariel Slipak. “América Latina y China: ¿cooperación Sur-Sur o «Consenso de Beijing»?” en Revista Nueva Sociedad Nº 250, marzo-abril 2014.
*1: Fortune. “Global 500: The 500 Largest Corporations in the World”, 2013.

Fuente: http://www.laolla.tv/2014/07/los-brics-o-el-entierro-de-la-iniciativa-latinoamericana/

Tomemos conciencia del espejismo implícito en:

 

Expectativas con los BRICS
11 de julio de 2014

Por Julio C. Gambina
Existen expectativas, en el país y en la región por las presencias en estos días de los gobernantes de Rusia y de China, dos de los grandes que disputan su lugar en el poder político y económico mundial. Vladimir Putin y Xi Jinping, pasarán esta semana por Argentina, donde se esperan inversiones externas para sostener y potenciar la economía local en recesión.
Entre otras inversiones están las comprometidas por China para las represas en el Sur y la red ferroviaria, también las probables en hidrocarburos que pudiera ofrecer Rusia. Por ello es que el Senado de la Nación dio media sanción a una ley de inmunidad a las inversiones de otros países vía acuerdos de reciprocidad con bancos centrales. Un proyecto empujado por el Poder Ejecutivo con amplio acuerdo parlamentario y que transformará en Ley en la Cámara de Diputados en los próximos días.
La lógica de la inmunidad para otorgar seguridad jurídica a las inversiones externas reproduce la esencia de la institucionalidad de los tratados de libre comercio, o los tratados bilaterales de inversión, todos en defensa de inversores externos y por los cuales la Argentina es el país más demandado ante el CIADI.
 (…)La razón comunicativa apunta a desmarcar el modelo productivo de los BRICS respecto de la especulación exacerbada en tiempos de una crisis que iniciada en 2007/8 no termina de ser superada. Es un dato que la burbuja financiera sigue expandiéndose y puede explotar nuevamente, lo que servirá como excusa para potenciar el ajuste y la regresiva reestructuración del orden capitalista, tal como se generaliza ahora en territorio europeo, último bastión del reformismo capitalista, Estado benefactor mediante.
La afirmación resulta más vigente ante la situación generada por el fallo estadounidense contra la Argentina. Se intenta mostrar la existencia de dos caras del capitalismo. Una despreciable radicada en la especulación financiera, los fondos buitres y otra apreciada en lo productivo, como si pudiera escindirse la producción de la circulación. Como si las transnacionales petroleras, mineras, tabacaleras, farmacéuticas, automotrices, de la comunicación, la energía o el transporte, entre otras, fueran menos buitres que Goldman Sachs, el City, El Santander, el Bilbao Viscaya, u otras entidades del sistema financiero mundial, incluido el Banco Mundial o el FMI
Para ser más precisos, la producción de hidrocarburos de Rusia necesita de la inversión y tecnología de las transnacionales privadas del petróleo; del mismo modo que la fábrica china es resultado de inversiones provenientes del capitalismo desarrollado para valorizarse en territorio oferente de abundante fuerza de trabajo barata.
Ambos países, Rusia y China, son parte del ciclo mundial del capital y forman parte del fenómeno de los países emergentes, es decir, importantes receptores de inversiones externas en tiempo de baja rentabilidad en el capitalismo desarrollado. Rusia se destaca en la economía mundial capitalista por sus cuantiosos recursos naturales, especialmente petróleo y gas. China es el país más poblado del mundo, con un 20% de la población mundial, sustento de la ampliación de la relación salarial a escala global.
Es más, los excedentes generados por esa producción terminan financiando el déficit fiscal de EE.UU. y sosteniendo la militarización de la sociedad mundial que domina Washington.
La reconquista de Rusia y de China para el régimen del capital era una aspiración que se logra en el último cuarto del Siglo XX. No solo producción y circulación mundializada, sino en una territorialidad única, abierta a la libre circulación del capital. Es un objetivo que continúa ampliándose con renovados tratados de libre comercio y por la seguridad de las inversiones externas.
Con la caída del socialismo en el Este de Europa en los 90´, y especialmente la desarticulación de la Unión Soviética, fue gigantesco el flujo de inversores externos para consolidar el nuevo rumbo del capitalismo en esos territorios. Con la modernización de China y el Socialismo de Mercado desde fines de los 70´, se atrajeron enormes cantidades de financiamiento para la expansión  de las relaciones capitalistas hasta convertir al país de Mao en el de mayores reservas internacionales acumuladas y gran prestamista de la potencia hegemónica del capitalismo mundial.

¿Emergentes o independientes?
Ambos procesos son funcionales al desarrollo capitalista contemporáneo, ahora como países emergentes. El problema no es ser emergente, sino independiente. Es una cuestión nacional y de articulación regional contra el orden mundial del capitalismo contemporáneo.(…)

 Veamos una prueba central de la criminal mentira implícita en "gobierno nacional, popular y de derechos humanos:

Los rasgos del “Efecto China” y 

sus vínculos con el extractivismo en América Latina
9 de febrero de 2014


Por  Emiliano Teran Mantovani* (OPSur).

(…) La política oficial del gigante asiático para América Latina (2008) enuncia que “ China tratará a los países latinoamericanos y caribeños en pie de igualdad y respeto mutuo (…) De acuerdo con el principio de beneficio recíproco ” [25]. Sin embargo, la disputa geopolítica, los intereses estratégicos chinos, y en primera instancia, la lógica del capital, orientan esta relación hacia la profundización de nuestra función específica en la División Internacional del Trabajo y de nuestra condición de dependencia sistémica, en un contexto de crisis global que incrementa las vulnerabilidades de nuestra región.

La orientación extractivista de esta relación sino-latinoamericana se hace evidente al comparar el porcentaje de exportaciones de bienes primarios respecto a las exportaciones totales de América Latina en el mundo entre 2008 y 2012, que fue de 56%, y las exportaciones de la región sólo al país asiático, que en bienes primarios representaron la significativa cifra de 86,4%. Si advertimos que el 63,4% de lo que importa China son bienes manufacturados [26], se hace más notorio el papel de provisor de commodities que los asiáticos necesitan que cumplamos, lo que va en dirección opuesta a las reivindicaciones históricas de que Latinoamérica salga de la dependencia de únicamente vender naturaleza al mercado mundial capitalista.
Varios países de la región han visto como prácticamente se duplica su dependencia en la exportación de bienes primarios a China, tales como Brasil (hierro y soja), Argentina (soja), Perú y Chile (cobre y metales no ferrosos para ambos países) [27] . Lo que es fundamental resaltar, es que mientras China crece en importancia como mercado de exportación y genera presiones a la profundización del extractivismo en la región, cae el peso de la exportación de bienes manufacturados respecto al total de ALC, pasando de representar el 53% del total de exportaciones en 2002, al 39,7% en 2012, típico efecto de los ciclos de crecimiento y boom de los ingresos rentísticos por commodities. Además, desde 2008, el 70% de las exportaciones latinoamericanas a China provienen sólo de 6 sectores de 2 o 3 países cada uno, lo que refleja notables niveles de concentración extractiva de productos en su mayoría no refinados, que expone a la región a las fluctuaciones en los precios de los productos básicos [28] , en buena medida influidos por la especulación financiera.
El posicionamiento de las mercancías chinas por la vía de la importación en numerosos países de la región está estrechamente vinculado con las consecuencias “desindustrializadoras” propias del llamado «Efecto China». Nueve de las principales diez importaciones provenientes de China hacia ALC son manufacturadas con un fuerte énfasis en electrónica y vehículos. El tipo de producto manufacturado que se importa primordialmente (en orden de importancia relativa) son equipos y repuestos de telecomunicaciones (9.3% 2008-2012), máquinas y equipos de procesamiento automático de datos (3.8%), barcos, botes y estructuras flotantes (4.0%), instrumentos y aparatos ópticos (3.3%), productos derivados del petróleo (2.7%), calzado (2.5%), maquinaria y aparatos eléctricos (2.3%), motocicletas, ciclomotores, bicicletas y carros (2.0%), repuestos para máquinas de oficina (2.1%), carritos de bebé, juguetes, juegos y productos deportivos (2%) [29] . ¿Son estas importaciones las más convenientes para favorecer a un proceso de transición hacia modelos menos dependientes del capital globalizado?
Las muy significativas diferencias en precio y productividad de la industria china en comparación con la mayor parte de la producción industrial de la región genera grandes presiones que reafirman los procesos de reprimarización económica e impulso extractivista, profundizando los rasgos de la relación funcional centro-periferia. Mientras los exportadores latinoamericanos dependen de unos pocos productos básicos, vulnerables a las fluctuaciones de precios, las exportaciones chinas manufacturadas hacia la región, que son más diversas y menos concentradas, han crecido en cantidad y valor al punto que desde 2011 existe un déficit en la balanza comercial de ALC. Estos efectos mencionados en general, tienen muy importantes implicaciones en el curso de las transformaciones políticas que vive Latinoamérica.

Venezuela, el “Efecto China” y la acumulación por desposesión
China es hoy el segundo socio económico de Venezuela (según estudio del INE) y un aliado geopolítico estratégico. El gigante asiático es uno de los principales inversores en los proyectos de explotación petrolera de la Faja del Orinoco, acompañando al gobierno nacional en su objetivo de aumentar la cuota extractiva en el futuro próximo. China importa casi el 12% del petróleo que consume de América Latina, siendo que cerca de la mitad de éste (46%) proviene de Venezuela.
Según expresara en su momento el presidente Chávez, entre 2001 y 2011 se suscribieron más de 350 acuerdos e instrumentos entre ambas naciones [30] principalmente en áreas de infraestructura —como un proyecto de ferrocarril y la Gran Misión Vivienda Venezuela—, energía, agricultura, minería, petroquímica y transporte, entre otros. Estos proyectos están siendo financiados a partir de la creación del Fondo Chino, establecido una vez que Venezuela iniciara el suministro petrolero a los asiáticos en 2007, y los dos gobiernos firmaran acuerdos denominados de Cooperación Financiera de Largo Plazo para “acelerar el desarrollo social y económico de Venezuela” [31].
Destaca que Venezuela representa casi dos terceras partes del total del financiamiento de infraestructura que China dio en toda Latinoamérica (unos 28.000 millones US$) [32]. A su vez, será el país asiático quien financie nuestro camino a la ampliación de los proyectos de minería —insólito para el país con la mayor reserva de petróleo del mundo—, al firmar Venezuela un convenio a fines de 2009 por mil millones US$ (casi la cuarta parte de lo financiado para minería por China en ALC) con el CDB. La empresa transnacional china Citic elabora en la actualidad, junto con el Instituto Nacional de Geología y Minería (Ingeomin), el llamado mapa minero de Venezuela –«la exploración geológica de las reservas minerales en el país»–, misma empresa que, luego de la nacionalización del oro en 2011 por parte del Gobierno Nacional, firmó a fines de febrero de 2012 un acuerdo con éste, en la figura de empresa mixta, para la explotación de oro en una de las minas más grandes del mundo, Las Cristinas —unas 17 millones de onzas de reservas estimadas [33] .
Además de créditos en forma de financiamientos conjuntos para inversiones discrecionales, un préstamo para el proyecto de refinería Abreu e Lima (2011), y otro para compras de productos relacionados con el petróleo (2012), en 2010 se estableció específicamente una línea de crédito relacionada con el comercio. El plan de créditos de 20.000 millones US$ del Fondo Pesado (2010) también se orienta a proyectos e importación de bienes chinos. Esto se conecta, por ejemplo, con la ampliación en el mercado venezolano de teléfonos celulares marca Haier, y las facilidades de bajos precios y créditos a largo plazo y sin intereses de aires acondicionados, televisores, lavadoras, entre otros, en el marco de la Misión Mi Casa Bien Equipada [34] y la llamada “Cédula del Buen Vivir”.
La recreación de una sociedad de abundancia sostenida en la renta petrolera y articulada a tratados comerciales externos, tiene su génesis en la firma por parte de Pérez Jiménez en 1952 de la versión revisada Tratado Comercial entre EEUU y Venezuela de 1939 para mantener condiciones muy favorables para la importación de bienes manufacturados de ese país, en “defensa del acceso del público a bienes de alta calidad a precios razonables”. La fórmula parece similar en la actualidad, pero sustituyendo en los tratados a los EEUU por China.
Es importante subrayar que los créditos chinos son pagaderos con petróleo, lo que implica que una serie de gastos y compromisos futuros, y la expectativa de realizar otros nuevos en nombre del mentado “desarrollo”, se respaldan en la naturaleza “rentable” que comprende el territorio nacional, y un porcentaje de la producción nacional se destina para pagar dichos préstamos, lo que en un contexto de severas dificultades y desequilibrios económicos en el país, amenazan con la viabilidad económica de la Revolución Bolivariana. Basta pensar en un hipotético escenario de caída de los precios internacionales del crudo —como ya ocurrió en 2009— para hacer más claro la notable vulnerabilidad de esta situación.
A estas alturas, aún si sumáramos los préstamos chinos, los del BID y del BM en América Latina desde 2005, tendríamos a Venezuela en primer lugar de la región en créditos adquiridos, destacando que sólo ella ha recibido casi la mitad de los mismos emitidos por China en toda ALC. El presidente del BANDES, Gustavo Hernández, reconoció en enero de 2014 que el financiamiento de China “supera en todos los tramos más de los 40 mil millones de dólares” [35], de los cuales, según afirmara en agosto de 2013 el Ministro para la Energía y Petróleo, se habrían cancelado 20.000 millones US$ [36]. La extensión de 5 mil millones US$ del Fondo Chino para “viviendas e industrias” depositada en diciembre de 2013, así como nuevas solicitudes crediticias, supondrían un aumento de la cuota de envío de petróleo al país asiático como pago de la deuda, que en la actualidad se encuentra en alrededor de 250.000 barriles diarios, lo cual achicaría y comprometería aún más los montos disponibles para gastos corrientes.
Es fundamental reflexionar sobre las implicaciones que el tipo de encadenamiento bilateral que mantenemos con China pueden tener tanto en las pretensiones de transformar el modelo rentista y llevarlo a formas productivas alternativas —en el caso de las corrientes más voluntariosas de la Revolución Bolivariana, ir hacia el “Estado Comunal”—, como en las propias posibilidades de viabilidad futura de un proyecto social de inclusión popular nacional, en un mundo donde las fuerzas del capital globalizado presionan enormemente para avanzar hacia procesos masivos de acumulación por desposesión.(...)
* Emiliano Teran Mantovani es sociólogo de la Universidad Central de Venezuela, investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG) y hace parte del equipo promotor del Foro Social Mundial Temático Venezuela.
Fuentes consultadas (…)


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