viernes, 24 de octubre de 2014

¿A qué Estado perfeccionó la deKada? El de la seguridad jurídica para oligopolios locales e imperialistas.


Implica instituciones 'reguladoras' del saqueo y el trabajo
pero sobre todo 
guerra contra los pueblos en forma de
criminalización tanto de la protesta social como de la pobreza.
De ahí el desafío abajo de articular la unión en diversidad de una creciente mayoría de quienes son pobres y de quienes pertenecen a las "zonas de sacrificio" de los poderes establecidos para expandir su modelo extractivo exportador.  Es constituir el encuentro y multiplicación, en todo el país-continente, de las autoorganizaciones que se están afirmando sujetos colectivos de derechos. 

Pero cabe reflexionar, previamente, que hay despliegue de las fuerzas de seguridad como ejército de ocupación de las barriadas pobres con el justificativo de erradicar la inseguridad que asocian al pibe chorro. Cuando es conocimiento mayoritario (que se calla al no ser 'políticamente correcto') el carácter mafioso de la policía y de todo el entramado político, judicial que la sostiene. 

 

Caso Luciano Arruga: otra vez la maldita policía
18-10-2014

Luciano Arruga, el joven de La Matanza desaparecido en enero de 2009 tras haberse negado a robar para la policía fue encontrado ayer, muerto y enterrado como NN en el Cementerio de la Chacarita. Tras seis años de búsqueda su familia y los abogados del CELS informaron que el asesinato y la posterior desaparición del cuerpo fueron encubiertos por La Bonaerense y otras instancias estatales.


Por Daniel Satur

Cinco años y ocho meses. 2086 días. Ése es el tiempo que tardó el cuerpo de Luciano Arruga en aparecer. Desde el 31 de enero de 2009 su familia, amigos y gran cantidad de organizaciones de derechos humanos, políticas y sociales exigían su aparición con vida. Pero Luciano apareció muerto y enterrado en una tumba anónima del Cementerio de La Chacarita.
Su cuerpo estaba registrado en una causa por un accidente de tránsito ocurrido en la Avenida General Paz en una fecha coincidente con la de su desaparición. Pero no figuraba como Luciano Arruga sino como NN, que es la forma en que el Estado llama a los muertos sin identificar.
Ayer a la tarde, en una conferencia de prensa realizada en la sede del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), su presidente Horacio Verbitsky informó que se indentificó el cuerpo por el cotejo de sus huellas dactilares.
Verbitsky relató que hace seis meses el juez federal de Morón Pablo Salas hizo lugar por primera vez a un recurso de hábeas corpus para saber dónde estaba Luciano, pidió informes al Ministerio de Seguridad de la Nación y ordenó una compulsa sobre libros de la Policía Científica referidos a cadáveres NN. Los resultados confirmaron que las huellas digitales de un cuerpo enterrado en el Cementerio de La Chacarita eran coincidentes con las que la policía de Lomas del Mirador le había tomado a Luciano en 2008 tras detenerlo.
No obstante estos resultados, el juez Salas ordenó la realización de un ADN al cuerpo que será exhumado.
 

¿Qué parezca un accidente?

La causa judicial por la que se enterró el cuerpo de Luciano en una tumba NN del Cementerio de La Chacarita hace seis años refiere a un accidente de tránsito. En ese expediente dice que el chico fue atropellado pasadas las 3 de la mañana del 31 de enero de 2009, mientras cruzaba la Avenida General Paz a la altura de Emilio Castro. Que inmediatamente fue llevado por una ambulancia del SAME al Hospital Santojanni de la Ciudad de Buenos Aires. Que allí lo operaron pero que a las pocas horas murió. Y que como fue imposible dar con su identidad, terminó enterrado anónimamente en el cementerio.
Quien lo atropelló, según el expediente, era un joven de 21 años que luego del accidente llamó a la policía y se puso a disposición de la Justicia. Al poco tiempo sería sobreseído por no tener culpa ni haber actuado con negligencia.
“Hay muchas cosas que no cierran", dijo Verbitsky en la conferencia de prensa. Para el periodista es muy sospechoso que justo donde supuestamente fue atropellado Luciano "hay un destacamento de la Policía Bonaerense" que, además, se encuentra "muy cerca del lugar donde lo vieron por última vez, donde desapareció". A su vez el accidente es extraño en sí mismo, ya que quien "tiene que cruzar la General Paz no cruza por ahí, por la vía rápida".

Hay un elemento que enturbia aún más lo supuestamente ocurrido esa madrugada de 2009. Mónica Alegre, la madre de Luciano, aquel día empezó a recorrer desesperada lugares en los que podría conseguir alguna información de su hijo. Y llegó al mismísimo Santojanni a preguntar si habían recibido a un adolescente de 16 años. Pero le dijeron que no. “¿Por qué el Hospital Santojanni no dijo nada de lo que pasó?", preguntó Verbitsky.
Según la autopsia realizada en aquel momento al cuerpo de Luciano Arruga (NN para el expediente) su muerte fue por los traumatismos en cabeza, brazo, torso y tobillos causados por el accidente. Y así lo hicieron constar en actas la jueza de instrucción Laura Bruniard y la fiscal Marcela Sánchez, quienes dieron por cerrado el caso sin culpables.
Pero "las contusiones de un accidente de tránsito pueden tapar otras lesiones y eso será materia de investigación", le confió una fuente judicial a la Agencia DyN.

 

Castigo a los culpables

Ayer en la sede del CELS el clima era extraño. El temple ganado por los años de lucha de la familia se mezclaba con la bronca y la tristeza por la confirmación de la peor noticia. Mónica Alegre y Vanesa Orieta, madre y hermana de Luciano, enfrentaron a las cámaras ya no para reclamar la aparición de su ser querido sino para exigir que se haga justicia y se esclarezca qué es lo que pasó con él, quién lo mató, quién encubrió y quién garantizó la impunidad.
"Vencimos. Esto es lo que siento. Vencimos a la desidia, a la impunidad, a la mirada discriminadora y criminalizante sobre los pibes como Luciano”, dijo Vanesa. Pero “seguimos denunciando la violencia institucional hoy más que nunca después de cinco años y ocho meses pidiendo que se busque a Luciano. Cinco años y ocho meses golpeando puertas. Esto no se termina acá. Necesitamos saber la verdad. Los pobres tenemos derechos".
Vanesa y su familia saben de lo que hablan. Fueron años de exigencias a un Estado que a través de todas sus instancias les dio la espalda. Alcanza con recordar que los ocho policías directamente implicados en su desaparición todavía están libres y amparados por Daniel Scioli y Alejandro Granados.
"Fui varias veces junto a mi mamá con las pocas fuerzas que teníamos al Santojanni. Fuimos a los hospitales, comisarías, a todas las instituciones", dijo Vanesa en la conferencia de prensa. Y mirando a las cámaras sentenció: "Ustedes pueden informar que apareció Luciano y que fue atropellado. Y ni más. O pueden informar que acá la familia denunció de forma inmediata, presentó un hábeas corpus que fue rechazado (...) Esto no cierra con que un pibe cruzó la autopista y lo pisó un auto y ya. Queremos saber toda la verdad."
A las preguntas lógicas sobre el supuesto accidente, sobre el accionar criminal comprobado de la maldita Bonaerense, sobre las responsabilidades del SAME y de la dirección del Hospital Santojianni se suman otras que llegan más lejos.
La Izquierda Diario le preguntó a Verbitsky en la conferencia de prensa cuál consideraba él que era la cadena de responsabilidades en la “no investigación” de estos seis años. ¿Qué responsabilidad le cabe a Scioli como jefe de la policía y del Ministerio de Seguridad? ¿Y a Macri como jefe del SAME y del Hospital? “La responsabilidad básicamente es de la policía Bonaerense -respondió- que tenía una relación extorsiva con el chico, lo había detenido varias veces, le había pegado, lo había torturado, o lo había extorsionado. De los funcionarios judiciales que rechazaron el hábeas corpus, desviaron la investigación, no tomaron ninguna de las medidas que aconsejaba una investigación con los antecedentes del caso y que Vanesa y la mamá habían desde el principio. De las instituciones de la Ciudad de Buenos Aires que no investigaron el cuerpo y lo enterraron como un NN y no procuraron ninguna identificación. De la morgue judicial… Yo no le querría poner nombre porque no sabemos cuál es la cadena de responsabilidades, no me gusta tirar nombres al boleo.”
Pero los nombres están. No son NN quienes garantizaron durante seis años que a Luciano, literalmente, se lo tragara la tierra del Cementerio de La Chacarita. Como testimonian en esta edición Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, María del Carmen Verdú de CORREPI y Myriam Bregman del CeProDH, la complicidad del poder político con la policía es evidente. Y ese poder tiene nombres y apellidos.
Periodista en la conferencia de prensa: Rosa Quiara

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“Lo que pasó a Luciano es inseguridad”
21 de octubre de 2014

Pablo Pimentel, miembro de la Asociación Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza, analizó la implicancia de la aparición del cuerpo de Luciano Arruga el viernes pasado. “Se terminó la incertidumbre y con esto se cierra la etapa de la búsqueda del cuerpo, ahora hay que saber la verdad sobre lo que pasó”, exigió Pimentel en entrevista con el programa radial La Revancha. 
 
Por La Revancha
Mónica, la madre de Luciano fue al Hospital Santojanni pocas horas de la desaparición de su hijo. Allí le dicen que no hay ningún registro de que Luciano haya pasado por ese hospital. A cinco años y ocho meses, nos enteramos que lo que dice la versión oficial, es que pasó por ese lugar. ¿Qué crees que pudo haber pasado para que se tarde cinco años y ocho meses en encontrar el cuerpo de Luciano?
- La verdad es que estamos muy sorprendidos. Por un lado Vanesa me decía que está la sensación de descompresión y de descarga de esa mochila tan pesada que es tener durante tanto tiempo la incertidumbre de qué pudo haber pasado con un ser querido. Eso un poco los alivianó. Por otro lado, se abren una cantidad de incógnitas, dudas e hipótesis. Habíamos planteado en estos días que se acompañe y se respete a la familia en su intimidad y en su comienzo del duelo. Y sí, es como decís vos. Al día siguiente empezaron a recorrer todos los hospitales, y a uno de los que fueron por cercanía, fue el Hospital Santojanni.
No es el único episodio de gatillo fácil que acompaña la APDH. Estos casos tienen características muy parecidas de hostigamiento, de discriminación y de maltrato hacia los jóvenes. Es algo que marcó Verbitsky en la conferencia del día viernes. La idea no es sacar conjeturas en este momento en el que hay que darle espacio a la familia y no acelerarse en los tiempos. Pero sí se pueden decir cosas de la otra causa que se ha venido investigando y que arrojó datos positivos que marcan un amedrentamiento de la Bonaerense a Luciano.
- Cuando yo hablé de interrogantes y de dudas es porque hay toda una etapa de investigación primaria que arrojaron resultados positivos. Se hicieron pericias con perros que dieron positivo, es decir que Luciano pasó por un patrullero, un destacamento y un descampado. Por supuesto que ahora la pregunta que habría que hacer, y el juez verá a quién, es qué pasó desde que a Luciano lo suben a un patrullero, hasta que aparece accidentado a las 3:20 de la madrugada el primero de febrero. Eso es lo que los abogados de la APDH y del CELS, a partir de mañana van a empezar a plantearle al juez Salas para que empiece a tomar medidas. A todos estos actores que teníamos desde hace cinco años y ocho meses, se le suman también el SAME, la Policía Federal, personal del Hospital Santojanni. Se les tiene que preguntar cómo fue todo, a quién recibieron, si es que han podido hablar. Según dice este expediente, Luciano llegó con vida al hospital. No se imaginan la cantidad de elucubraciones que se viene haciendo la familia a la que nosotros estamos acompañando. Esto va a ser materia de esta nueva etapa. Por un lado terminó la incertidumbre, si es que se confirma con la exhumación del cadáver y la prueba del cotejo de ADN, y ya se cierra una etapa de la búsqueda del cuerpo. Ahora hay que saber la verdad sobre lo que pasó.
Es bueno recordar, sobre todo cuando uno lee los diarios que tienen esa celeridad por cerrar el caso pronto, que el destacamento donde estuvo detenido Luciano varias veces, fue creado por pedidos de mayor seguridad. La sociedad sigue pidiendo más seguridad y la policía sigue operando de la misma forma. Vos que trabajás en el territorio y que no sólo sos cercano al caso de Luciano, sino al de muchos otros chicos, ¿qué descripción podés hacer del modus operandi que tiene la policía en connivencia con la Justicia y cómo se relaciona esto con el pedido de mayor seguridad de la sociedad?
- Eso es algo sistémico y cultural que viene sucediendo hace muchos años. Con Luciano no se paró nada. Ha seguido ese reclutamiento, ese convocar que hacen algunos policías a jóvenes pobres para que roben para ellos. Eso continúa. Ahí se produce una gran contradicción, un acto hipócrita de parte de policías que son llevados a un determinado barrio porque los vecinos piden más seguridad. La policía que es llevada para que haya más seguridad libera zonas y pone en riesgo a los ciudadanos y a los jóvenes que reclutan e invitan a roba para ellos. Eso es lo que vivió Luciano hace seis años, y por eso hay una causa por la cual va a ir a juicio oral un policía en marzo del 2015. Esto no es sólo lo de Luciano, esto le ha pasado a una cantidad de jóvenes que también venimos acompañando. En el caso de Gabriel Blanco, el joven se negó a ser reclutado para robar y le hicieron la vida imposible, hasta que lo mataron adentro de una comisaría. Estas son situaciones sistemáticas.
La APDH plantea hace mucho tiempo que esto es un entramado que lo conforma parte de la Justicia, parte de la política y parte de la policía. Cuando digo parte de la política, lo digo porque no hay ni compromiso ni control sobre las fuerzas policiales. Lo hubo cuando estaba el ministro Arslanián como ministro de seguridad. Él hizo esfuerzos para mejorar varias cuestiones de fondo y lo había logrado. El problema fue que no sólo no hubo continuidad, sino que hubo una aplicación totalmente distinta de seguir adelante con esos cambios. Sacaron a la autoridad política que venía coordinando y controlando el accionar policial y pusieron a un policía como jefe policial. Ese control ciudadano que había tratado de implementar, también lo sacaron. Todo eso llevó a que mataran a Gabriel Blanco en una comisaría, a que desapareciera Luciano con todos los malos tratos que había recibido previamente.
Ahora el gran interrogante es que alguien explique qué pasó en esas tres horas desde que se lo vio por última vez subir a un patrullero. Ese patrullero es el que dio positivo en las pericias. Claro que lo relacionamos, claro que esta etapa viene vinculada con todo esto que se ha hecho al principio. Algunos medios quieren hacer que quede como un accidente. Si realmente queda así, eso habla de una sociedad que discrimina, que realmente no le importa la vida de los demás y de los pobres. Habla muy mal de las instituciones que tienen que garantizar que funcione todo un sistema de seguridad y cuidado. Lo que le pasó a Luciano es inseguridad. Que suceda un accidente en medio de un lugar muy transitado y que después nunca nadie haya relacionado eso con todo el escrache y la movilización pública que hubo durante cinco años y ocho meses, es inconcebible. La verdad nos deja muy sorprendidos y nos abre una cantidad de dudas. Ahora llega el momento en que se les exigirá a quienes tengan que investigar la verdad. Primero como un resarcimiento a la familia, y después para que sea un antes y un después en donde se modifiquen una cantidad de procederes y una actitud discriminatoria de parte de funcionarios en casos similares.
Audio:...Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article8701
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El asesinato de Luciano Arruga: Crimen de Estado
22 de octubre de 2014
Por: Alejandro Teitelbaum (especial para ARGENPRESS.info)
Después de más de cinco años de búsqueda apareció el cadáver de Luciano Arruga enterrado como NN en el cementerio de la Chacarita de la Ciudad de Buenos Aires. (…)

Y Luciano Arruga fue enterrado, sin más, como NN.

No hay que buscarle la quinta pata al gato.
La intervención de diferentes organismos e instituciones oficiales, de magistrados y funcionarios en jurisdicciones diferentes, todos actuando con negligencia manifiesta para que no se esclareciera la suerte corrida por Luciano Arruga, no es una simple coincidencia: demuestra la existencia de una coordinación a alto nivel de la represión y de la impunidad de la misma, muy similar a la existente durante la dictadura.

Y puede explicar por qué no se esclarecen otros casos de desapariciones “en democracia” como el de Jorge Julio López, desaparecido desde 2006.


El asesinato de Luciano Arruga, porque de eso se trata, y la ocultación de su cuerpo
es un crimen de Estado y merece ser denunciado, como corresponde, a las instancias internacionales.

Sopesemos otro de los múltiples métodos del sistema capitalista para aterrorizar y discriminar a los que desposee de todo.

 

Argentina: la lucha contra el racismo y la criminalización de la pobreza

11 de abril de 2014
 

El racismo y los prejuicios sociales no se erradican aún de Argentina. Incluso, en algunas de sus provincias, adquieren estatus legal. En Córdova, una persona puede ser detenida y encarcelada por ser morena, pobre y caminar por una calle de clase media o alta

 
Fabiana Frayssinet/IPS
Córdoba, Argentina. En esta provincia basta ser joven, moreno, pobre y usar gorra para ser detenido como sospechoso. La arbitrariedad policial se ampara en el “merodeo”, un instrumento de prevención del delito que viola derechos constitucionales.
José María Luque, conocido como Bichi, perdió la cuenta de cuántas veces fue detenido por la policía por esas características en Córdoba, capital de la central provincia homónima.
Residente en un barrio humilde, Luque, de 28 años, fue detenido la primera vez cuando tenía 13 años y volvía del colegio a casa con un amigo, vestido con uniforme escolar. Estuvo 1 semana detenido.
“Nos pararon, pidieron documentos y nos llevaron presos. Así nomás… Me inventaron una causa penal: tentativa de robo calificado y portación de arma de fuego. Salí por sobreseimiento”, cuenta a Inter Press Service (IPS).
Ahora Luque integra el Colectivo de Jóvenes por Nuestros Derechos, que lucha contra el abuso policial. Asegura que tuvo suerte porque su familia pagó un abogado y no le quedaron antecedentes.
Pero esa no es la realidad de muchos jóvenes detenidos por el Código de Faltas cordobés, aplicado desde 1994 y reformado en 2007.
Un estudio de la Universidad Nacional de Córdoba y de la española Universidad de La Rioja reveló que 95 por ciento de los detenidos por ese Código no acceden a abogados.
“Con una falta en tu expediente no accedes al certificado de buena conducta, uno de los requisitos más solicitados por las empresas para dar trabajo”, explica Luque.
El Código sanciona conductas que supuestamente perjudican la convivencia ciudadana, como escándalo en la vía pública, omisión de identificación, resistencia a la autoridad, ebriedad, mendicidad o vagancia.
El estudio indica que a casi el 70 por ciento de los infractores se les acusa de merodeo, una falta muy polémica que permite a la policía detener a sospechosos de merodear, lo que el Diccionario de la lengua española define como “vagar por las inmediaciones de algún lugar, en general con malos fines”.
El artículo 98 del Código sanciona con multas o hasta 5 días de arresto a quienes permanezcan cerca de vehículos o instalaciones urbanas o rurales “en actitud sospechosa, sin una razón atendible [...] provocando intranquilidad entre sus propietarios, moradores, transeúntes o vecinos”.
“Es una figura totalmente subjetiva y arbitraria. No te explica cuál es la actitud que debes tener para no ser detenido”, señala Luque, quien trabaja desde adolescente y ahora ejerce de maestro pizzero.
Bichi y otros jóvenes de similar extracción social suelen llevar un atuendo que los identifica: gorras coloridas, pantalones deportivos y zapatos vistosos.
Pero la policía equipara este hábito cultural con la presunción de culpabilidad.
“Muchos detenidos tienen gorra. La gorra es sospechosa”, subraya Luque, uno de los organizadores de La Marcha de la Gorra, que cada noviembre desde hace 7 años demanda la derogación del Código de Faltas y que en 2013 convocó a 15 mil personas.
“Digan lo que digan, se aplica el merodeo para que cuando hay morochos [morenos] con gorra en los barrios marginales, dando vueltas por algún lugar la policía los detenga”, afirma a IPS el abogado Claudio Orosz, representante en Córdoba de la organización humanitaria Centro de Estudios Legales y Sociales.
Orosz atribuye el código a una sociedad “conservadora y timorata”, heredera de la “represión y del genocidio” de la última dictadura argentina (1976-1983).
Para este querellante en casos de delitos de lesa humanidad, por esa cultura los pobres sufren “el laberinto kafkiano” del merodeo.
Según el estudio universitario, los detenidos por faltas son mayoritariamente jóvenes de entre 18 y 25 años de los sectores desfavorecidos. Durante 2011, fueron detenidas 73 mil personas en la provincia, 43 mil de ellas en la capital.
“Pasa por lo de siempre: vienes de un lugar pobre, eres pobre, tienes una cierta forma de vestir, tienes ciertos rasgos físicos, un cierto color de piel y ya eres peligroso para la sociedad”, asevera Luque.
Uno de los puntos más cuestionados del Código es que otorga atribuciones de juez al comisario de la policía.
Eso es una ironía, porque la policía cordobesa es la que “estructura y sostiene los grandes problemas delictivos, los que generan mayor daño a la sociedad [como] trata de personas, narcotráfico, robo de autopartes y venta de armas”, dice Agustín Sposato, otro integrante del colectivo juvenil.
Otro agravante, según Orosz, son los precarios sistemas de huellas digitales e investigación de antecedentes en las comisarías cordobesas.
“A veces pasan 3 días para saber si tienen antecedentes y después los echan […], lo que constituye verdaderas privaciones ilegítimas de libertad”, considera.
“Es un sistema de control social formalizado por la policía, que hiere los controles básicos de constitucionalidad”, sostiene.
Para el abogado, “el Código de Faltas entrega un enorme poder de selectividad y de control social a las fuerzas policiales, sin ese control judicial”.
Luque lo sabe bien: “Las veces que me detuvieron viví esa sensación de privación ilegítima de la libertad, de secuestro, de que no sabes cuándo vas a salir, no sabes cómo avisarle a los que te quieren que estás allí. La impotencia es muy grande, muy oscura, muy fea”. (...)
 Contralínea 380 / 6 al 12 de abril de 2014

Para comprender porqué:
  • la criminalización tanto de la pobreza como de la protesta se extiende en Nuestra América  e intensifica en forma de leyes anti-terroristas;
  • la  unión abajo en diversidad es perentoria ; y
  • la lucha antiimperialista es ante todo y fundamentalmente anticapitalista,
atendamos a cómo enmarcar este avance del sometimiento totalitario:

La centralidad de América Latina en
la estrategia de seguridad hemisférica de Estados Unidos.
3 de noviembre de 2010

Por María José Rodríguez Rejas (Rebelión)
Estados Unidos ha visto como su condición hegemónica se deterioraba desde fines del siglo XX teniendo que enfrentarse a la competencia con otros bloques (UE, alianza China-Japón, Rusia o la India y sus áreas de influencia). En este proceso de recomposición del capitalismo internacional es un hecho que la hegemonía estadounidense de posguerra tocó a su fin y está siendo disputada por otras potencias. Además, la necesidad creciente de territorios y recursos es cada vez más definitoria en esta contienda. 

Este será el contexto desde el que Estados Unidos (EU) define su proyecto geopolítico para el siglo XXI en relación con América Latina, conocido como Proyecto Hemisférico. El ALCA es su manifestación continental aunque más bien avanza a través de estrategias intermedias como los acuerdos comerciales y de seguridad, unos de carácter bilateral y otros subregional (NAFTA, TLCs, Proyecto Mesoamericano, Plan Colombia, Plan México entre otros). 

En este trabajo abordaremos específicamente la política de Seguridad Hemisférica y sus implicaciones en el proceso de militarización de América Latina. Como veremos, desde la perspectiva geopolítica, éste no es un factor secundario sino un elemento esencial en las necesidades actuales de expansión del capital en busca de territorio, recursos y mercado. En primer lugar, revisaremos la importancia geopolítica que tiene América Latina para EU en tanto área imprescindible en la competencia interbloques. En segundo lugar, nos centraremos en las articulaciones entre acuerdos económicos y de seguridad en su expansión regional para caracterizar el proyecto y sus tendencias. Y por último, plantearemos algunas reflexiones del peso de este factor en la militarización de la política y de la seguridad pública en la región considerando el actual contexto de cambio político en América Latina. 

1. Estados Unidos en la competencia inter-bloques y la importancia geopolítica de América Latina 

El mundo se repartió nuevamente en áreas de influencia en torno a nuevas potencias. Europa absorbió a los países centroeuropeos y a una parte importante de los países africanos, sus antiguas ex colonias. China y Japón controlan un área amplia de Asia. Rusia reconstruyó su zona de influencia en torno a los países del viejo bloque soviético y la India tiene un peso específico propio en relación con su entorno. Las condiciones de especificidad de EU exacerban aún más esta competencia, así como las dificultades que enfrenta y que lo orientan hacia su área más próxima, América Latina. Es además uno de los países con mayor consumo y dependencia energética, especialmente en petróleo (importa más del 50% del crudo que consume) y gas, su fuente alternativa más inmediata. A esto hay que sumar la crisis recurrente por la que atraviesa desde hace décadas, siendo el país más endeudado del mundo, con una balanza comercial deficitaria casi con cualquier otro país, con pérdidas de competitividad en nichos industriales claves, etcétera.
La centralidad del complejo militar-industrial como eje estructurador de su actividad económica y política le confiere un altísimo nivel de dependencia de la guerra que reduce al mínimo su capacidad para reorientar la economía. Así, durante la guerra de Irak, casi el 60 por ciento del crecimiento de la economía estadounidense estuvo determinado por los gastos militares (Red Voltaire, 2005). En estas condiciones, el acceso a nuevos territorios y recursos es vital para EU y sus posibilidades de competencia frente a otros bloques. Estas especificidades le sitúan ante condiciones históricas únicas desde la segunda posguerra y en este contexto América Latina resurge no sólo como su área de influencia natural sino como un área vital para disputar la hegemonía; más aún cuando la catastrófica estrategia de guerra en Medio Oriente dificulta el acceso a los recursos petroleros. 

A menudo olvidamos que América Latina es una de las zonas del planeta más ricas en recursos estratégicos. Como señala CEPAL “la región dispone del 25% de los bosques mundiales, y un 40% de la biodiversidad total del planeta. El 38% de las tierras de la región está destinado a fines agrícolas. Sólo América del Sur dispone del 28% de los recursos hídricos mundiales. En cuanto a los recursos mineros, la región cuenta con el 34% de las reservas de cobre, el 30% de bauxita, 41% de níquel y el 29% de plata, entre las más representativas. El potencial energético aprovechable equivale al 35% del potencial mundial, dentro del cual las fuentes hidroenergéticas son el 36%, el carbón el 27%, el petróleo el 24%, el gas natural el 8% y el uranio el 5%” (Ruiz-Caro, 2005). Lejos de las apreciaciones que señalan que América Latina no está en el campo de interés geopolítico de EU, el propio Comando Sur reconoce su papel estratégico en las directrices para el 2018: “Las naciones de América Latina y el Caribe son estratégicamente importantes para la seguridad y futuro económico de Estados Unidos. Los intereses de largo plazo de Estados Unidos son mejor satisfechos por un hemisferio de naciones democráticas, estables y seguras” y, agrega, que esto se logrará, por supuesto, compartiendo valores como “gobiernos eficientes, sociedades libres y economías de mercado” (Comando Sur, 2008:21). Este es sólo uno de los muchos documentos sobre seguridad en los que se menciona explícitamente a América Latina. Entre los menos conocidos, pero más importantes, está el Documento de Santa Fe IV (Lucier, 2000). 

En el ámbito petrolero, América Latina produce un 15% del crudo mundial y de aquí proceden el 37% de las importaciones petroleras de EU, siendo además los suministros más cercanos y seguros. Venezuela, México y recientemente Brasil están entre los primeros países en cuanto a reservas. En relación con el gas, las reservas latinoamericanas, aunque no están en los primeros lugares mundiales, son equivalentes a las de Norteamérica, incluido Canadá. Esto las convierte en reservorio importante. Los principales países por sus reservas son Bolivia, Venezuela y México. La región es también el gran reservorio de agua dulce del planeta. El mayor caudal se encuentra en la Triple Frontera, seguido de Colombia y Perú (World Resources Institute, 2005). Entre los principales países productores de energía hidroeléctrica están Brasil, Colombia, Perú y México (Business News America, 2004). 

En términos de biodiversidad, América Latina cuenta con los mayores recursos del planeta como podemos ver en la Tabla 1 “Biodiversidad en América Latina y el mundo”. Concentra el 40% de las especies animales y vegetales existentes. Es la primera región del planeta en cuanto a especies vegetales y la segunda en número de mamíferos y aves. Brasil, Colombia, México y Perú destacan como los principales países por sus recursos. Si prestamos atención al rubro sobre Plan Puebla Panamá (PPP) –actualmente Proyecto Mesoamericano-, esta subregión tiene un altísimo potencial. Cuenta con un 35% de los mamíferos de la región, un 36% de las aves y un 37% del total de las especies vegetales. Los datos hablan por sí solos en cuanto a la importancia estratégica de América Latina para EU y además nos permiten apreciar la trascendencia del Proyecto Mesoamericano en el marco del Proyecto Hemisférico estadounidense. El destino de la inversión extranjera directa (IED) y la procedencia de los países inversores ponen de manifiesto no sólo la importancia creciente del sector de los recursos naturales, que ha ido desplazando a las manufacturas y servicios a lo largo del periodo 1997-2006, sino también el hecho de que EU es el primer y segundo inversor en la mayoría de los países de la región (Eclac, 2005; Cepal, 2007; Rodríguez Rejas, 2010:166). 

Si revisamos el rubro de los minerales estratégicos, podemos apreciar que, desde mitad de la década de los noventa, cuando se dispara esta actividad, América Latina cuenta con una parte importante de la producción y reservas de varios minerales cuya principal fuente de destino es EU. De hecho, entre los diez primeros países mineros del mundo hay seis latinoamericanos: Perú, Chile, Brasil, Argentina, México, Bolivia y Venezuela (Castro, 2008; Panorama Minero; Cepal, 2008). En un breve recuento de los datos que presentamos en la Tabla 2 podemos apreciar como los países latinoamericanos están entre los principales productores mundiales de minerales estratégicos y metales preciosos –son catalogados como tales el oro, plata, cobre y zinc-, así como por las reservas probadas de minerales estratégicos con alto precio en el mercado como el antimonio, bismuto, litio, niobio, torio, oro, zinc y uranio entre otros. En varios, el principal receptor de la producción es EU, especialmente en el caso del bismuto (88%), zinc (72%), niobio (52%) y en menor medida la fluorita (45%) y el cobre /45%). 

 
Si además tomáramos en cuenta los recursos estratégicos menos visibles como la exportación neta de capitales vía deuda externa y la fuga de capitales -se estima que el monto asciende a 490,000 mdd. en 2009, el equivalente de la deuda externa pública (Millet y Toussaint, 2009)-, mercado de consumo y mano de obra barata, no cabe duda de que América Latina no sólo es un área estratégica sino vital para EU. ¿Acaso podemos pensar que EU va a abandonar la disputa por los recursos estratégicos de la región? ¿O que esta región tiene un papel secundario en la competencia interbloques que enfrenta EU? Una cosa es que el ALCA se encuentre ahora paralizado por los contrapesos del cambio político latinoamericano de los últimos años (Venezuela, Bolivia, Brasil o Ecuador) pero no podemos confundir este hecho con una falta de interés hacia América Latina. Las intervenciones desestabilizadoras en Venezuela, Bolivia y Honduras así como el injerencismo en Colombia y México no pueden analizarse al margen de la geopolítica estadounidense en la región y sus intereses geoeconómicos. 


2. Seguridad hemisférica y comercio continental: dos caras de una misma moneda 

El Proyecto Hemisférico de EU se ubica en el contexto de competencia interbloques señalado al inicio. En esta parte del trabajo queremos destacar tres elementos centrales para entender la compleja situación en la que nos encontramos actualmente. 

En primer lugar, el Proyecto Hemisférico, que acostumbramos identificar exclusivamente con el ALCA, responde a una clara concepción geopolítica en la que se articulan territorio, recursos, excedentes, expansionismo e intervencionismo. El control político y militar del área es fundamental para ampliar el espacio vital (heartland) sobre el área de influencia (hinterland), en este caso América Latina. Es decir, las perspectivas económica y de seguridad son parte de un mismo proyecto. En segundo lugar, el Proyecto no se agota en el ALCA y aunque no ha logrado implementarse a escala continental cuenta con estrategias intermedias que a menudo subestimamos. En tercer lugar, la estrategia de seguridad y defensa hemisférica corre paralela a los acuerdos político-comerciales de las Cumbres como podemos constatar en la Tabla 3; además, su gestación es muy anterior a los atentados del 11-S y se remonta a fines de los setenta como queda reflejado desde el Documento de Santa Fe I (Tambs,1980). Es decir, estamos ante un ciclo conservador que se extiende hasta nuestros días en el que se va institucionalizando y legalizando la apropiación de recursos, la penetración en el territorio y las estructuras militares que garantizan el acceso a éstos. Lo novedoso no es la concepción de la guerra preventiva o de la seguridad multidimensional sino el aparato institucional y legal de seguridad con que opera ahora EU en la región, en connivencia, por supuesto, con las élites latinoamericanas más conservadoras. 

México y Colombia son los ejemplos más destacados. El ALCA entendido como la primera definición estratégica de EU hacia América Latina desde la Alianza para el Progreso, como señala Jaime Estay (Estay y Sánchez, 2005), encuentra su fundamentación mucho antes de su presentación formal en la 1ª Cumbre de las Américas en 1994. Si revisamos la Tabla 3 encontramos la complementariedad entre los documentos económicos y de seguridad que son la base de dicha propuesta así como del entramado institucional sobre el que se levanta. En 1980, el Documento de Santa Fe I plantea el diagnóstico de crisis y pérdida de liderazgo de EU, definiendo con precisión el papel de América Latina y de sus recursos naturales. Aparece la idea del enemigo transnacional, del terrorismo y del crimen organizado y para hacerle frente recomiendan: “Reactivar, como tercer elemento de nuestro sistema hemisférico de seguridad, nuestras tradicionales vinculaciones militares en el continente americano, con un énfasis particular en los oficiales más jóvenes y en los suboficiales. Ofrecer ayuda técnica y psicológica a todos los países de este Hemisferio en su lucha contra el terrorismo, independientemente del origen de este último” (Tambs, 1980:9). Santa Fe II mantiene las directrices sobre gobernabilidad conservadora, la incorporación del área de influencia latinoamericana y ya hace mención a la vulnerabilidad de México, lo que más recientemente fue definido como el estado fallido mexicano. La Iniciativa para las Américas (2008), publicada en 1990, será uno de los primeros documentos que operativiza la estrategia. Va a contener los principios fundamentales para la reconstrucción de la hegemonía estadounidense: libre mercado, “gobiernos libres” en el sentido de democracias procedimentales y estabilidad política, es decir gobernabilidad conservadora. Por tanto, el Proyecto Hemisférico descansa desde un inicio en la triada acumulación neoliberal, gobernabilidad conservadora y militarización política; características que han marcado la realidad latinoamericana de los últimos treinta años y que se perfilan como tendencias futuras dadas las condiciones de necesidad de EU en este momento. Desde luego, no es casualidad que la Iniciativa se haga pública un año después del inicio de las negociaciones del NAFTA y de Santa Fe II (1988), como tampoco lo es que comparta elementos clave con las propuestas de las Cumbres y los futuros acuerdos comerciales. 

A partir de ese momento encontraremos una clara continuidad política. Así, la National Security Strategy for a New Century (1998), retoma las contenidos ya mencionados e incluye explícitamente, como objetivo de seguridad, los recursos estratégicos y la garantía de acceso a la “libre circulación” de éstos. Además incorpora la doctrina de la seguridad preventiva (concepción que proviene de la Doctrina de Seguridad Nacional y de la Guerra Fría) al “impedir la formación y desarrollo de rivales hostiles”, situación que no puede dejar de preocuparnos ante el cambio político de los últimos años en América Latina. 

Lo que sigue son desarrollos puntuales, articulaciones y el armazón legal e institucional en que se sostiene. Aquí es donde enmarcamos el Act Patriot (2001), la National Strategy for Homeland Security (2002) y la National Security Strategy (2003) que contienen ya un alto nivel de regulación y especificación. Es decir, 2001, como señalábamos, no es el inicio de una nueva estrategia de seguridad sino el reforzamiento de un proyecto que para entonces tenía más de dos décadas y el desarrollo de una institucionalidad que ya venía perfilándose.
En este contexto surge la Carta Democrática Interamericana (2001), emanada de la 3ª Cumbre de las Américas, que es mucho más que un simple documento político. No sólo es una síntesis de la concepción teórica sobre gobernabilidad conservadora que proviene de los setenta sino que inaugura un manual institucional para hacer frente a las amenazas al orden. Es un mecanismo de observación y control multilateral continental. En nombre del Estado de Derecho y del “orden democrático” proporciona las bases de la seguridad preventiva.
  • La intervención en Haití, en 2004, fue el primer funesto experimento multilateral en el que por primera vez los países de América Latina intervienen un Estado de la región. Los costos en materia de derechos humanos de la MINUTASH, a cargo en unas ocasiones de Brasil y en otras de Chile, con permanencia de las tropas desde entonces, han sido altísimos.
  • Una segunda aplicación fue el “golpe constitucional” de Honduras que preparó una salida inusitada en la historia para la recomposición neoligárquica en ese país.
La Carta rescata instituciones continentales prácticamente extintas, unas de carácter político como la OEA y otras de carácter militar como la Junta Interamericana de Defensa. Unos años antes se había creado el Comité de Seguridad Hemisférica (1995) y el Centro de Estudios de Defensa Hemisférica (1997). La Carta es además la continuidad de dos documentos específicos para América Latina: el Compromiso de Santiago de Chile de Defensa de la Democracia (1991), en el que se plantea el tema de la gobernabilidad y las nuevas amenazas, y el Tratado Marco de Seguridad Democrática para Centroamérica (1995) en el que aparece por primera vez el concepto de “seguridad democrática” que años después institucionaliza Uribe en Colombia.
Un año antes del acuerdo sobre La Carta Interamericana, se hace público el Documento Santa Fe IV (2000) que inspira tanto ésta como el documento clave de la estrategia político-militar para América Latina, la Declaración sobre Seguridad de las Américas (2003). La pregunta clave que se formula en Santa Fe IV es “¿cuál es la amenaza?”; es decir, quién es el enemigo y cómo se le enfrenta y contiene. Las amenazas a considerar son además del narcotráfico y terrorismo, migración, pobreza, endeudamiento, deforestación y desastres naturales y lo que denominan “democracias populistas” y “desestabilización potencial”. Esta será la segunda ocasión, después de Santa Fe I, en que se hace una mención explícita a los riesgos de desestabilización como consecuencia de la crisis mexicana; es decir, la mención implícita de “estado fallido”. Plantea un plan de anexión de América Latina en el que, por supuesto, están considerados los recursos estratégicos.
De la 4ª Cumbre Extraordinaria de las Américas, realizada en Monterrey, surge la Declaración de Nuevo León (2004) que, como en el caso de los documentos anteriormente revisados, integra gobernabilidad y seguridad, precisando las directrices de la Carta. Señala: “Reafirmamos nuestra decisión de coordinar acciones inmediatas cuando la democracia corra peligro en cualquiera de nuestros países” (2005:11), e incorpora como precisiones evitar “el riesgo de influencias indebidas”, -en clara alusión a Venezuela-, la lucha antiterrorista y la búsqueda de institucionalización necesaria para ello. Es decir, el Proyecto se va redondeando públicamente desde una perspectiva político-ideológica y militar.

Entre los documentos específicos y más recientes sobre seguridad para América Latina está, como mencionamos, la Declaración sobre Seguridad de las Américas (2003), otra de las directrices de defensa emanada directamente de la Cumbre de las Américas y que es el correlato de la National Security Strategy, de la National Strategy for Combating Terrorism, de ese mismo año, y de la National Strategy for Homeland Security, donde se define el terrorismo como “cualquier acto premeditado, ilegal, peligroso para la vida humana o el bienestar público que pretenda intimidar o coercionar a la población civil o al gobierno (…) Esta descripción incluye secuestro, secuestro aéreo, asesinatos, bombardeos, ataques con armas químicas, biológicas, radiológicas o nucleares, ataques cibernéticos y cualquier otro tipo de formas de violencia premeditada” (2002). La ambigüedad de la definición cuando se señala “cualquier” acto o forma de violencia se presta a una aplicación discrecional en un contexto político conservador. Dicha definición no sólo será recogida en el caso de México sino ampliada con un claro sentido de criminalización de la protesta social al agregar en la definición: “al que utilizando sustancias tóxicas, armas químicas, biológicas o similares, material radioactivo o instrumentos que emitan radiaciones, explosivos o armas de fuego, o por incendio, inundación o cualquier medio violento, realice actos en contra de las personas, las cosas o servicios públicos, que produzcan alarma, temor o terror en la población o en un grupo o sector de ella, para atentar contra la seguridad nacional o presionar a la autoridad para que tome una determinación [cursivas mías]” como aparece en la Reforma del Art. 139 del Código Penal (2007). 

La Declaración sobre Seguridad de las Américas es, sin duda, la culminación de la proyección de la política de defensa hacia América Latina. Este documento es uno de los ejemplos más claros sobre la articulación entre las concepciones comerciales, políticas y de defensa. Surge a raíz del acuerdo de la Cumbre de Santiago de Chile (1998) para crear una Comisión sobre Seguridad de la OEA, encargada de revisar los temas de seguridad y reforzar las instituciones del viejo sistema interamericano. Después, en 2001, en la Cumbre de Quebec, se le pidió a esta misma Comisión, analizar los enfoques comunes sobre seguridad, lo que significó incorporar el enfoque multidimensional de seguridad hemisférica y las llamadas nuevas amenazas. El resultado fue la Declaración de Bridgetown en la que se amplia la concepción de seguridad para “abarcar amenazas nuevas y no tradicionales, que incluyen aspectos políticos, económicos, sociales, de salud y ambientales” (2002). Es decir, la amenaza es total y en este sentido la respuesta es la guerra total y permanente. El acento estará en la cooperación ante las amenazas transnacionales y en la generación de estrategias coordinadas. El resultado final, un año más tarde, fue la Declaración sobre Seguridad que a su vez resalta la contribución de los llamados procesos de integración (NAFTA, PPP y ALCA) a la estabilidad y seguridad hemisférica.

La Declaración sobre Seguridad pone el énfasis en la defensa de la democracia (“seguridad democrática”) y la seguridad preventiva, lo que se traduce en un “esfuerzo permanente para prevenir y anticipar las causas mismas de los problemas que afectan el sistema democrático de gobierno” (2003). Apela a la seguridad multidimensional y a la necesidad de coordinarse para hacer frente a la amenaza del terrorismo estando dispuestos a “intensificar nuestros esfuerzos y fortalecer nuestra cooperación para enfrentar estas amenazas. (...)

4. Conclusiones 

Hemos podido constatar que: a) la concepción y política de seguridad y defensa de EU hacia América Latina son propias de una política injerencista e intervencionista que busca el control del territorio latinoamericano y sus recursos; b) estas concepciones en ninguna medida son novedosas y sus antecedentes se remontan a inicios de los ochenta; c) los supuestos básicos de la DSN y de los manuales de contrainsurgencia son reeditados en la política de defensa hemisférica y legitimados en función de la gobernabilidad; e) una de las especificidades históricas que encontramos en el momento actual, con repercusiones centrales para América Latina, es que el Proyecto de Defensa Hemisférico está construyendo la institucionalidad y legalidad acorde para el injerencismo en la región en connivencia con las élites conservadoras latinoamericanas; f) la política de seguridad hemisférica aspira a convertir a las Fuerzas Armadas de América Latina en policías internos a cargo de la estabilidad del área de influencia de Estados Unidos, lo que apunta a una permanente militarización social y política en la región que tiene una de sus manifestaciones más evidentes en la militarización de la seguridad pública; f) las repercusiones en cuanto a soberanía y posibilidades de construcción de proyectos propios en América Latina se ven amenazados por esta política imperialista estadounidense, factores que deberían tomarse en cuenta en especial en países como México que está en condiciones de sumisión absoluta hacia el exterior así como de descomposición social y política sin parangón. 
Bibliografía:

A poco del arrollador triunfo de Cristina Fernández de Kirchner se plantea abajo:

"Frente a una avanzada represiva en aumento, los movimientos populares tenemos desafíos que van creciendo día a día, entre los cuales se destaca la consolidación de redes de resistencia que fortalezcan nuestras luchas territoriales. Estas redes son nuestra arma más poderosa porque se perfilan desde la solidaridad concreta y cotidiana, y tenemos que destacar que solidaridad es una palabra que no nos han podido robar porque no existe en el diccionario de empresas, gobiernos y justicias que pretenden avanzar sobre nuestros territorios y la autodeterminación de nuestras vidas en búsqueda de mayores ganancias al precio de más represión y de más muertes".

 

Argentina: UAC alerta y en lucha frente a la avanzada represiva y militarista
9 de enero de 2012

"Frente a una avanzada represiva en aumento, los movimientos populares tenemos desafíos que van creciendo día a día, entre los cuales se destaca la consolidación de redes de resistencia que fortalezcan nuestras luchas territoriales."
 
El contexto mundial
Desde los atentados a las Torres Gemelas en 2001 se viene profundizando una etapa caracterizada por el avance de un andamiaje militarista y represivo en todo el mundo. Durante la administración Bush, el contexto mundial era definido, desde el punto de vista militar, como de “guerra contra el terrorismo” en el cual las “operaciones especiales” y la “guerra secreta” ocupaban un lugar central. Si bien era esperable que el gobierno de Obama redujera la aplicación de los mecanismos de guerra secreta, en los cuales tiene un lugar central la actuación de servicios de inteligencia de manera “preventiva” para detectar “sospechosos” de integrar o apoyar de distintas maneras a los grupos terroristas, no fue lo que ocurrió. Por el contrario, la administración Obama ha aumentado, según una investigación del Washington Post del año pasado, “las operaciones especiales a nivel mundial en presupuesto y cantidad”.
Este aumento de las operaciones especiales, es parte de la nueva Doctrina de Seguridad Nacional que el presidente Obama anunció a fines de mayo del año pasado, que tiene determinadas “ventajas”: por un lado, el uso de fuerzas secretas en operaciones estratégicas tiene una ventaja especial en su propia naturaleza clandestina, evitando las críticas y reacciones contra la política de guerra estadounidense por parte de la opinión pública mundial; por el otro, el alto presupuesto de defensa que implican estas operaciones satisface al complejo militar industrial de ese país, que tiene en la sofisticación del armamento y el uso de alta tecnología bélica su gran negocio.
La guerra para la que se viene preparando el estado norteamericano no es una guerra convencional sino irregular, ya que las misiones más importantes de las fuerzas especiales son las de inteligencia, infiltración, subversión, contrainsurgencia y desestabilización que permiten desequilibrar al adversario “desde adentro”. La existencia de agencias como la USAID (United States Agency for International Development; Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) son las fachadas para canalizar fondos hacia actores que promueven la agenda norteamericana y para penetrar la sociedad civil de países con intereses estratégicos para la potencia del norte. Estos mecanismos de guerra contrainsurgente no implican la anulación de las acciones de guerra tradicionales como los asesinatos selectivos, el secuestro y la tortura, que se vienen poniendo en práctica en todas esas regiones estratégicas.
 
El contexto latinoamericano
Son varios los aspectos que tenemos que tener en cuenta para analizar la avanzada militarista en nuestro continente desde el inicio de este milenio:
Por un lado, se considera que existen nuevas amenazas del siglo XXI a la seguridad, que son transnacionales, no tradicionales, entre las cuales se mencionan: el terrorismo, el tráfico de estupefacientes, los desastres naturales y ambientales, las organizaciones criminales transnacionales, la inmigración ilegal, los secuestros y las pandillas criminales.
A partir de estas consideraciones, EEUU viene solicitando la cooperación hemisférica y la revitalización de sistema interamericano, en cuanto a mecanismos de seguridad colectiva, que involucren a todos los países americanos, transformando de esta forma las preocupaciones y amenazas que hacen a la seguridad del estado norteamericano en problemas de seguridad común que requieren respuestas multilaterales. El ámbito en el que se discute esta normativa referida a la seguridad hemisférica es principalmente la Comisión de Seguridad Hemisférica de la OEA, en la cual la principal potencia del continente pretende imponer normas continentales que respalden sus intereses particulares.
La cooperación hemisférica en seguridad propuesta por EE.UU. frente a las nuevas amenazas como el terrorismo requiere, también, un efectivo control de las fronteras latinoamericanas, con el objetivo de reducir las posibilidades de que se concreten atentados terroristas. Respondiendo a esta demanda, algunos gobiernos de América Latina han comenzado a implementar controles en las zonas de fronteras terrestres y del espacio aéreo, a través de la informatización de las oficinas de migraciones y la detección de aviones sospechosos a través de un sistema de radares.
Otro aspecto de la militarización se cristaliza en las maniobras militares conjuntas realizadas entre las tropas estadounidenses y las fuerzas armadas latinoamericanas, que tienen el propósito de preparar la participación de las fuerzas armadas de la región en fuerzas multilaterales, bajo la pantalla de la ayuda humanitaria a los países involucrados. Este tipo de ejercicios militares conjuntos permite a las fuerzas militares extranjeras obtener datos concretos de los territorios en los que operan, tales como existencia de riquezas naturales y las características de las poblaciones. La presencia de tropas extranjeras en la región también contempla la realización de seminarios estratégicos, con miembros del Comando Sur de los Estados Unidos, y el intercambio con expertos en temas de defensa y seguridad, destinados no sólo a las fuerzas armadas, sino también a líderes civiles.
La colocación de bases militares de Estados Unidos en puntos seleccionados del continente es uno de los aspectos más destacados de la militarización de nuestra región. Estas bases tienen dos propósitos explícitos y evidentes: garantizar el acceso a los bienes naturales estratégicos y contener, disuadir y/o eliminar la resistencia ante las políticas hegemónicas y la insurgencia abierta. En este sentido es que debe entenderse el acuerdo firmado en 2009 entre los gobiernos de Colombia y EEUU, que permitió que siete bases colombianas cuenten con presencia de militares norteamericanos.
 
El contexto nacional
En nuestro país se está implementando el uso de fuerzas especiales, que acompañan a las fuerzas represivas del estado, en determinadas “operaciones”. Estas fuerzas pertenecientes a las policías provinciales y a las fuerzas de seguridad nacionales actúan impunemente en los conflictos sociales, y en muchos casos para dirimir conflictos territoriales o reprimir sectores vulnerables de la sociedad. Las formas de operar de estas fuerzas con frecuencia implican la militarización de las comunidades en conflicto por la disputa en torno a los bienes comunes naturales, o de barrios marginales de las grandes ciudades donde habitan los sectores sociales “peligrosos para la seguridad ciudadana”.
Junto a las fuerzas de seguridad públicas y sus grupos de operaciones especiales, observamos también el uso de fuerzas de seguridad privadas que actúan muchas veces conjuntamente, en los conflictos sociales. Se trata de un aumento de la privatización de la represión, ya que la ejercen fuerzas represivas privadas, y del aumento de la represión con fines privados, ya que se defienden intereses empresariales que se oponen a los intereses de la sociedad en su conjunto.
  • En el ámbito estrictamente legal vemos que las estrategias utilizadas para judicializar las luchas sociales van desde la creación de figuras legales hasta la apertura de causas falsas para incriminar a lo/as luchadore/as sociales.
  • En el ámbito simbólico, destacamos la implementación de estrategias de estigmatización de los luchadore/as sociales a través de un discurso mediático y político que justifica la represión y legitima la relación directa entre pobreza y delincuencia.
Otro aspecto central de la militarización que nos interesa remarcar particularmente es la legislación antiterrorista que se viene imponiendo en el continente, que habilita a la vigilancia de la sociedad, -cuyos integrantes nos convertimos en sospechosos frente a la supuesta amenaza del terrorismo-, imponiendo mecanismos de control y una cultura del miedo que es parte de nuestra vida cotidiana.
Desde el 2005 la Argentina viene transitando el camino de aprobar convenios y leyes antiterroristas. Ya ese año, se convirtieron en ley dos convenios, la Convención Interamericana Contra el Terrorismo, adoptada por la OEA en el 2002, y el Convenio Internacional para la Represión de la Financiación del Terrorismo, adoptado por la ONU en 1999.
A su vez, en 2007 se sancionó la ley N° 26.268 que incorporó al código penal los delitos de asociación ilícita terrorista y los de financiación de este tipo de asociaciones.
En esa ley se considera que una asociación ilícita terrorista tiene las siguientes características:
a) Tener un plan de acción destinado a la propagación del odio étnico, religioso o político;
b) Estar organizada en redes operativas internacionales;
c) Disponer de armas de guerra, explosivos, agentes químicos o bacteriológicos o cualquier otro medio idóneo para poner en peligro la vida o la integridad de un número indeterminado de personas.
Ya en ese momento nos preguntamos ¿Quiénes son los terroristas?:
Y comenzamos a construir una respuesta colectiva basada en nuestras experiencias cotidianas de resistencias: Tanto la propagación de distintos odios, como la existencia de redes operativas internacionales, como la puesta en peligro de la vida e integridad de un número indeterminado de personas son características completamente aplicables a las formas de operar de las empresas transnacionales y sus socios políticos locales, en la implementación del modelo extractivo y productivo de esta etapa del capitalismo global, que responden con criminalización, represión, militarización y muerte a quienes se oponen a entregar los territorios y las formas tradicionales de habitarlos, a la mercantilización de la naturaleza y de toda expresión de vida.
Un nuevo proyecto de ley que el poder ejecutivo envió el 14 de octubre al Congreso de la Nación establece un incremento de la escala penal para delitos que tengan por finalidad aterrorizar a la población u obligar a las autoridades públicas nacionales o gobiernos extranjeros o agentes de una organización internacional a realizar un acto o abstenerse de hacerlo. Además, el proyecto establece que será reprimido con prisión de 5 a 15 años el que directa o indirectamente recolectare o proveyere bienes o dinero a sabiendas de que serán utilizados para financiar un delito con finalidades terroristas.
En la fundamentación del proyecto se establece a su vez que quedan terminantemente excluidos de cualquier posible interpretación criminalizante, los hechos de protesta social, toda vez que estos estén dirigidos a reclamar derechos individuales o colectivos.
A pesar de que pareciera ser un texto bastante amigable frente a las acciones de protesta social es necesario que los/as luchadore/as sociales estemos advertido/as, tal como lo expresa la carta pública elaborada por la REDAJ:
1) por el aumento de las penas frente a pretendidos actos terroristas o sus financiadores.
2) porque se utilizan conceptos muy imprecisos que abren la posibilidad de que sean aplicables a las figuras penales frecuentemente utilizadas para la criminalización de la protesta social, como en los casos de resistencia a desalojos, cortes de vías de circulación o actos de protesta en el espacio público.
3) porque el proyecto genera las condiciones para una mayor criminalización de la protesta social a través de la ampliación de las figuras penales, el aumento de las penas y el estigma social de los luchadores populares, por su eventual asociación simbólica al terrorismo.
4) porque, a pesar de que el proyecto establece que no se aplicará en los casos en que se trata del ejercicio de un derecho constitucional, no hay garantías de que los líderes sociales no sean perseguidos y sometidos a proceso bajo estas nuevas figuras ligadas al terrorismo.
5) además, dada la amplitud e imprecisión de los términos, se invierte la carga de prueba, y deberán ser esos líderes sociales los que tengan que demostrar que no son terroristas en los procesos penales.
6) hay que tener en cuenta que este tipo de reformas son exigidas por el GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional) como condición para considerar a nuestro país como un destino seguro para las inversiones externas directas. De esta manera, se subordinan los derechos a la protesta social en pos de cumplir con exigencias impuestas por organismos financieros internacionales.
7) otro aspecto a destacar son los riesgos que corren las organizaciones que apoyen a los movimientos sociales, que podrían ser consideradas como financiadoras del terrorismo en la medida en que las acciones de protesta social de esas organizaciones sean consideradas como acciones terroristas.
De la misma manera que la avanzada militarista y represiva se puede observar en el continente a través del golpe de estado perpetrado en Honduras, de la permanente violación de los derechos humanos en Colombia y de los derechos ancestrales en Chile, por tomar sólo algunos ejemplos, en la Argentina hemos sido testigos de más de una decena de asesinatos vinculados a la defensa del territorio por parte de comunidades y poblaciones, el más reciente de los cuales es el de Cristian Ferreyra, compañero militante del Mocase, asesinado por un banda armada que opera al servicio de uno de los tantos empresarios que protagonizan, en muchas de nuestras provincias, violentos desalojos a comunidades campesinas e indígenas, con el fin de que esos territorios transiten el camino de la mercantilización capitalista.
Finalmente como Unión de Asambleas Ciudadanas nos preguntamos cuáles son las razones del avance de la militarización de los territorios, la criminalización de las organizaciones sociales y la actuación de grupos de operaciones especiales en los conflictos sociales y creemos que se trata de poner en juego formas consideradas más eficaces que las tradicionalmente usadas por las fuerzas represivas del estado. Porque en la historia reciente de nuestro país y nuestro continente quedó demostrado que el pueblo organizado no se asusta ni se calla ante la represión, sino que se empecina en seguir defendiendo la vida y sus territorios. Y este empecinamiento cotidiano sólo tiene una respuesta desde el poder: el aumento de la represión, con la utilización de métodos y estrategias cada vez más sofisticados.
Frente a una avanzada represiva en aumento, los movimientos populares tenemos desafíos que van creciendo día a día, entre los cuales se destaca la consolidación de redes de resistencia que fortalezcan nuestras luchas territoriales. Estas redes son nuestra arma más poderosa porque se perfilan desde la solidaridad concreta y cotidiana, y tenemos que destacar que solidaridad es una palabra que no nos han podido robar porque no existe en el diccionario de empresas, gobiernos y justicias que pretenden avanzar sobre nuestros territorios y la autodeterminación de nuestras vidas en búsqueda de mayores ganancias al precio de más represión y de más muertes.
Diciembre de 2011


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