Honduras lo ejemplifica y
aclara funciones del
golpe de estado (el 28 de
junio de 2009) que Chávez ayudó a encubrir como
democracia.
El desafío, abajo y a la izquierda, es generalizar la
percepción de cuán fraudulenta fue y es la Patria Grande del progresismo. De
cómo extrañó y distancia del internacionalismo revolucionario cuya
construcción dotará a los pueblos planetarios de poder para emanciparse del
sistema mundo capitalista. Incluso promovió la admiración y fanatismo por
los líderes
Verifiquemos significados e implicancias
de la reterritorialización de Honduras:
Muerte y vida de las “ciudades modelo” turísticas hondureñas
27 de septiembre de 2019
José
Mansilla |
OACU
Un análisis de qué son las
“ciudades modelo” que se han diseñado en Honduras y qué recorrido han tenido
hasta la actualidad, con especial atención a las que se han orientado hacia la
actividad turística.
Desde hace algunas décadas, el
turismo viene siendo presentado como una herramienta factible a la hora alcanzar
el tan deseado desarrollo. Sin embargo, como han mostrado, entre otros, Cañada y Gascón (2006)
o Jurdao (1992),
la realidad es mucho más compleja. De hecho, el turismo puede, como fenómeno
social y económico, ser la prueba evidente de que el crecimiento no tiene por
qué estar relacionado con la lucha contra las desigualdades o el bienestar de
las comunidades donde se asienta. Es más, el turismo, bajo ciertos enfoques,
podría suponer una tentadora
oportunidad para realizar
grandes inversiones y obtener enormes beneficios a costa de la mano de obra y la
población local más desfavorecida, obviando los más mínimos niveles de respeto
hacia los derechos humanos.
En 2010, la República
de Honduras aprobó
una iniciativa que pretendía imitar la trayectoria de territorios como Hong
Kong o, más
recientemente, la ciudad de negocios internacionales New Songdo, en Corea
del Sur. Se trataba de la puesta en marcha de enclaves
territoriales que pudieran operar bajo marcos normativos ajenos a la realidad de
su Estado de derecho y que permitieran al país avanzar por la senda del
“desarrollo integral en lo económico y social” (La Gaceta, 2010: 4). Bajo esta
perspectiva se incluían, y favorecían, las inversiones turísticas como potente
elemento vertebrador de la planificación estratégica nacional. Nacían, de esta
forma, las “ciudades modelo”.
Pero, ¿qué son las ciudades modelo?
La aparición de las denominadas Zonas
de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDES),
popularmente conocidas en Honduras como “ciudades modelo”, ha sido de todo menos
fácil. Para su consecución se planteó inicialmente, incluso, una reforma
constitucional. En concreto, la modificación de los artículos 304 y 329 de la Carta
Magna, los cuales hacían referencia a la jurisdicción del Estado
sobre su propio territorio en la aplicación de las leyes y en la impartición de
justicia. De este modo, después de la nueva redacción de los mismos, se creó un
doble fuero jurisdiccional en Honduras: uno especial para estas Zonas, cuyos
jueces serían nombrados por el Congreso
Nacional, aunque a propuesta de las Autoridades de dichas zonas,
y otro general correspondiente al resto del territorio nacional. En la práctica
esto suponía algo así como la quiebra del modelo de Estado surgido de las
revoluciones liberales del siglo XVIII y XIX, del que es deudor la República de
Honduras, y que, entre sus principios, enarbolaban la igualdad ante las leyes de
la totalidad de la ciudadanía dentro de las fronteras estatales.
Justo a este último argumento,
entre otros, se agarraron los jueces de la Corte
Suprema de Justicia hondureña
para señalar, por abrumadora mayoría –13 votos contra uno– la
inconstitucionalidad de la modificación propuesta. En concreto, la Corte señaló
que la propuesta de reforma “vulnera preceptos constitucionales como la
soberanía, el territorio y la forma de Gobierno” (CentralAmericaData.com, 2012)
de la Nación. Ahora bien, el Gobierno neoliberal del presidente
Porfirio Lobo –y
posteriormente de Juan Orlando
Hernández–, impulsor de la medida, no se quedó de brazos
cruzados ante tal imprevisto, presentando, tres años después, en 2013, una nueva
propuesta de modificación de la Carta Magna y purgando,
además, la Corte de aquellos jueces contrarios a la medida. En esta ocasión se
trató de los artículos 294, 303 y, de nuevo, el 329, cuya nueva redacción
permitió, por fin, la puesta en marcha de las mencionadas “ciudades modelo”.
Los factores principales que
permiten la legalidad de esta reforma serían, en esta ocasión, la potestad de
creación de nuevos Departamentos –Regiones- , Municipios y “zonas sujetas a
regímenes especiales” por parte del Congreso Nacional; la constitución de un
Poder Judicial del que también formarían parte aquellos “tribunales con
competencia exclusiva en zonas del país sujetas a regímenes especiales”, y
finalmente, la constitucionalización de las Zonas
de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDES)
como aquellas, literalmente, “sujetas [a] regímenes especiales los cuales
tienen, personalidad jurídica, están sujetas a un régimen fiscal especial,
pueden contraer obligaciones en tanto no requieran para ello la garantía o el
aval solidario del Estado, celebrar contratos hasta el cumplimiento de sus
objetivos en el tiempo y durante varios gobiernos y gozan de autonomía funcional
y administrativa que deben incluir las funciones, facultades y obligaciones que
la Constitución y las leyes le confieren a los municipios” (La Gaceta, 2013:
57-58). En definitiva, se abría paso, finalmente, a la posibilidad de la
aparición de auténticas metrópolis
privadas bajo territorio
hondureño.
Ciudades modelo hondureñas, un modelo singular
Honduras es un país situado en
América Central que cuenta con una población aproximada de 9,5 millones de
habitantes y una superficie total de 112,5 mil km2. Con un PIB per cápita de
2.102 €, se encuentra en la posición 139 del total de países que conforman la
economía global y en la 133 en lo relativo al Índice de Desarrollo Humano (IDH)
de las Naciones Unidas. Es, por tanto, un país de ingresos medios-bajos con
enormes desafíos. En los aspectos relativos a su sector productivo, Honduras no
difiere de otros países de la zona. Según el Banco Mundial (2019), más del 60%
de la población vive en situación de pobreza, extremándose este escenario en el
entorno rural, donde hasta el 20% de sus habitantes vive con menos de 1,9 $/día.
La economía hondureña ha estado, tradicionalmente, especializada en la
exportación de producciones agrarias como el plátano o el café. De hecho, ha
sido esta excesiva dependencia de las grandes producciones agroindustriales la
que ha llevado a sus gobiernos, fundamentalmente desde hace dos décadas, a
buscar una cierta diversificación de su economía. Así, después de la crisis del
2008-2009, las medidas adoptadas –principalmente inversiones públicas, ingresos
por remesas y reorientación productiva industrial y terciaría mediante outsourcing–
consiguieron generar un crecimiento moderado que, para 2019, se prevé alcance el
3,6% anual del PIB.
Es precisamente bajo la excusa
de esta necesidad de fomento del desarrollo y la diversificación económica
nacional hondureña que se pusieron en marcha, en 2010, las mencionadas “ciudades
modelo”. No es casualidad que sea, precisamente, Paul
Romer, economista jefe del
Banco Mundial, uno de los
principales teóricos y promotores de este tipo de desarrollo. Para Romer,
Honduras era el sitio ideal para la instalación de este tipo de ciudades ya que,
textualmente, aunque pueda considerarse “un Estado fallido, de violencia
endémica y cuyas instituciones públicas estaban infiltradas por el
narcotráfico”, cuenta con territorios escasamente poblados que pudieran
convertirse en “islas de buen Gobierno, libres de corrupción y violencia con un
entorno muy atractivo para los inversores extranjeros” (Robinson, 2017). Sin
embargo, conforme el proyecto fue tomando forma, el mismo Romer consideró que su
aventura hondureña había llegado a su fin. En concreto, el economista adujo para
ello dos razones: en primer lugar que las propias élites hondureñas habían visto
en las “ciudades modelo” una forma de continuar expandiendo su control sobre el
país y sus recursos y, en segundo lugar, el protagonismo que habían tomado en el
progreso de las mismas personalidades estadounidenses de marcado perfil
ultraliberal, como el hijo del ex Presidente Ronald Reagan, Michael Reagan, o el
mismísimo Newt Gingrich, aliado de Donald
Trump en el Congreso
de los Estados Unidos, alejando de paso cualquier atisbo de control democrático
de la zona.
Hace aparición el turismo
Aunque la Ley
Orgánica de Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (Decreto
120/2013) recoge que éstas podrán tener como objetivo el desarrollar Centros
Financieros Internacionales, Centros Logísticos Internacionales, Ciudades
Autónomas, Cortes Comerciales Internacionales, Distritos Especiales de
Inversión, Distritos Energéticos Renovables, Zonas Económicas Especiales, Zonas
sujetas a un Sistema Jurídico Especial, así como Zonas Agroindustriales
Especiales, Zonas Turísticas Especiales, Zonas Mineras Sociales, Zonas
Forestales sociales o cualquier otro no especificado que incluya una combinación
de los primeros, finalmente, muchas de las propuestas inicialmente aparecidas
–en un número de hasta 20– han apostado por la cuestión turística como elemento
vertebrador principal de las primeras “ciudades modelos”.
En concreto, las primeras áreas
donde se llevaría a cabo la consulta popular preceptiva para la puesta en marcha
de una ZEDE fueron la comunidad de Peña
Blanca, en el Departamento caribeño de Cortés, que se
convertiría además en municipio turístico, y la aldea Suyapa
de Tegucigalpa, que combinaría turismo, industria y elementos
religiosos (ProcesoDigital, 2013). Mientras la primera de las localizaciones
mencionadas cuenta con una población de 32 mil habitantes, la aldea Suyapa tiene
hasta 60 mil vecinos y vecinas, elemento éste que, por sí solo, serviría para
desdibujar la concepción inicial de la “ciudad modelo” como “territorio
escasamente poblado” según Romer. Las protestas de los habitantes de estas zonas
no se hicieron esperar. Tanto en Peñas Blancas como en Suyapa hubo
manifestaciones de disconformidad y malestar, llegando, en esta última
localidad, a manifestarse hasta en tres ocasiones en contra de la conversión de
su territorio en un área ZEDE (La Prensa, 2013).
Los temores de los pobladores
de estas localidades no son infundados. No solo en lo relativo al control y
posesión de sus tierras, es decir, cuestiones ligadas a su supervivencia
material conseguida tras años de lucha, sino también en aquello relacionado con
el nuevo marco legal que entraría a operar en tales enclaves. Así, según las
investigadoras Helene
Roux y Beth
Geglia (2019) –ésta
última realizó su tesis doctoral precisamente sobre el desarrollo de las
“ciudades modelo en Honduras”–,
las ZEDEs no solo ofrecen a
los inversores regímenes tributarios altamente favorables a sus intereses, sino
también tabla rasa a la hora de instalar las estructuras gubernamentales
necesarias, de carácter tecnocrático y privado. Es más, de acuerdo al abogado Fernando
García, únicamente 6 de los 379 artículos de la Constitución de
la República de Honduras se aplicarían en el interior de estas zonas (Criterio,
2017). Se trataría por tanto de entidades paraestatales que se situarían,
paradójicamente de forma legal, fuera del marco democrático hondureño.
Es precisamente la
construcción de estas para-estructurales legales y tecnocráticas
las que más llaman la atención de partidos políticos de la oposición,
organizaciones no gubernamentales de defensa de los derechos humanos y analistas
sociopolíticos.
De hecho, en una visita llevada
cabo en 2012 por el Relator Especial de las Naciones Unidas para la Promoción y
la Protección del Derecho a la Libertad de Expresión y de Opinión, Frank
La Rue, éste afirmó que la puesta en marcha de estas ciudades
podría suponer una violación de la garantía que tiene el Estado hondureño hacía
la protección de los derechos humanos en su territorio (Charte, 2012). En un
país que, precisamente, no se caracteriza por el respeto a los derechos humanos
–solo en los últimos 4 años, se han recogido 310 casos de violaciones de
defensores de los mismos (La Prensa, 2019)– poner en marcha un sistema de
promoción y desarrollo social y económico que ve legitimada su propia forma de
actuar en lo referente a los derechos humanos y el respeto a las garantías de
los trabajadores y trabajadoras del sector turístico, entre otros, no parece una
buena idea.
No obstante, y tristemente, la
creación de estas “ciudades modelo”, como enclaves territoriales con
jurisdicción ajena al gobierno nacional, no son un fenómeno completamente
novedoso en este país centroamericano. De hecho, las enormes plantaciones de
plátano de la United
Fruit Company norteamericana
funcionaron, de facto, a principios del siglo XX como estados semi-independientes,
con su propia ley y mecanismos de orden, creando de paso el infame término de República
bananera.
Ciudades modelos turísticas: últimas noticias
La complejidad de la tarea, las
propias características de Honduras como país, unida a la disconformidad de
parte de la población hondureña, han conseguido retrasar la puesta en marcha de
las ZEPEs a lo largo de todo el territorio nacional. Ahora bien, retrasar no es
olvidar y, pese a la falta de claridad del Gobierno y los medios de comunicación
hondureños, algo se mueve en torno a las “ciudades modelo”.
En 2014, poco tiempo después de
los hechos de Suyapa, el presidente Juan
Hernández Orlando anunció
la inminente puesta en marcha de tres de estos enclaves: la instalación de un
área logística o libre en el municipio de Alianza,
Valle; la construcción de un puerto en
Amapala, también en Valle; y un centro de investigación y
desarrollo eminentemente agrícola en Nacaome (CentralAméricaData,
2014). Aunque cinco años después, éstas aún no han comenzado a implementarse, Arnaldo
Castillo, Secretario de Desarrollo Económico del Gobierno
hondureño, apareció en abril de este año ante la prensa para anunciar que “en
los próximos dos meses” se vería la primera ZEDE en el país y que ésta se
fundamentaría en “varios sistemas de inversión, como call
center, producción agrícola y desarrollo inmobiliario-turístico”
(Bustillo, 2019).
Casi medio año después, poco se
sabe de la instauración de estos enclaves. Parte de la sociedad civil hondureña
sigue más o menos activa –al menos así lo atestiguan grupos de Facebook como No
a las ciudades modelo en Honduras o No
a la ciudad modelo- , y las noticias sobre su renacimiento
aparecen con cuentagotas. De esta forma, parece que asistamos, a la muerte y
vida de las “ciudades modelo” turísticas hondureñas, las cuales, según
activistas de la Organización
Fraternal Hondura Negra (OFRANEH,
2017) se están hundiendo bajo la creciente violencia y la “cleptocracia
existente en el país [que] ha carcomido la institucionalidad".
Referencias:
Banco Mundial
(2019). Honduras:
panorama general.
Bustillo, Y.
(2019). Primera
ZEDE de Honduras iniciará en dos meses. El
Heraldo.
Cañada, E. y
Gascón, J. (2006). Turismo
y desarrollo. Herramientas para una mirada crítica. Managua:
Fundación Luciérnaga – Acción por un Turismo Responsable.
CentralAméricaData (2012). Ciudades
modelo declaradas anticonstitucionales.
CentralAméricaData (2014). Honduras:
Presentan proyectos de ciudades modelo.
Charte, M.
(2012). Las
“ciudades modelo” de Honduras, entre Hong Kong y EuroVegas. Rtve.es.
Criterio
(2017). Ciudades
Modelo. Un experimento que no marcha bien en Honduras.
Jurado, F.
(1992). Los
mitos del turismo. Madrid: Ediciones Endymion.
La Gaceta de
la República de Honduras (2010). Decreto 283/2010, Reforma
de los Artículos 304 y 329 de la Constitución de la República.
La Gaceta de
la República de Honduras (2013). Decreto 120/2013, Ley
Orgánica de Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEPEs).
La Prensa
(2013). Pobladores
de Suyapa se oponen a ciudad modelo. La
Prensa.
Proceso
Digital (2013). Aprueban
Ley Orgánica de Ciudades Modelo y someten a consulta dos zonas hondureñas. Proceso
Digital.
Robinson, A.
(2017). Paul
Romer habla de las ciudades modelo en Honduras (y Catalunya). La
Vanguardia.
Roux, H. y
Geglia, B. (2019). ¿Excepción
o continuismo? Nuevos enclaves: poder e infraestructuras en Honduras. Into
the Black Box.
Este artículo
se publica en el marco del proyecto «Campaña internacional de visibilización de
las vulneraciones de derechos humanos para la inversión turística en América
Central» desarrollado por Alba
Sud con el apoyo de
la Dirección de Relaciones Internacionales de la Diputación
de Barcelona (convocatoria
Derechos Humanos 2017).
Fuente: http://www.albasud.org/noticia/es/1139/muerte-y-vida-de-las-ciudades-modelo-tur-sticas-hondure-as
Desestructurar
la «contrarreforma agraria integral» del capitalismo e imperialismos nos
plantea, a las diversidades de abajo sin fronteras, cambios radicales en
nuestros enfoques sobre cómo concretar nuestra emancipación del sistema mundo
capitalista y nuestros caminos hacia buenos vivires.
Apreciemos:
México: Pronunciamiento de los Pueblos del Congreso Nacional Indígena,
Concejo Indígena de Gobierno en Chiapas
11 de abril de 2019
¡Zapata
vive, la lucha sigue!
¡Samir vive, la lucha sigue!
¡Samir vive, la lucha sigue!
A los pueblos de Chiapas
A los pueblos de México y el
mundo
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