Es situarse en el gran engaño de más de una deKada y
en el desafío de que nuestro trabajo 
comience a 
emanciparse de las 
transnacionales y sus socios locales 
poniendo en discusión al sistema 
vigente.
 Descubramos 
 el funcionamiento del sistema mundo capitalista: 
Las 
coordenadas de la crisis que viene
14 de 
noviembre de 2015
Por 
Michel Husson
(Viento 
Sur)
Mientras que la zona euro esboza una fase de 
recuperación muy moderada, los pronósticos alarmistas respecto a la trayectoria 
general de la economía mundial se multiplican: por ejemplo, Le 
Monde del 20 de octubre titulaba 
"El crecimiento chino se ralentiza, la economía mundial sufre". Christine 
Lagarde/1 enumera las "razones 
para estar inquietos en torno a la situación económica" y Jacques Attali/2 anuncia 
que "el mundo se acerca a una gran catástrofe económica".
Comencemos trazando un breve panorama de la 
coyuntura: el crecimiento mundial se ralentiza, principalmente en los países 
emergentes, salvo en India. Esta tendencia se retroalimenta con la caída de los 
precios de las materias primas y se transmite a los países avanzados. El 
comercio internacional también se ralentiza, al mismo ritmo que el PIB mundial, 
como si la globalización productiva hubiera tocado techo. La zona euro registra 
una recuperación muy tímida y desigual. Estados Unidos y el Reino unido, siguen 
aprovechándose de las circunstancias (se benefician un poco) pero el crecimiento 
tiende a ralentizarse en un caso y en el otro resulta artificial.
En el campo de la "esfera financiera", el quantitative 
easing (flexibilidad monetaria) 
alimenta la burbuja de activos en lugar de alimentar la inversión productiva, 
que se estanca. Y la única perspectiva -hasta ahora retrasada- de un repunte del 
tipo de interés del FED (Banco 
Central de EE UU) pesa como una espada de Damocles hasta el punto de 
desestabilizar las monedas y los mercados financieros de numerosos países. En 
fin, "la incertidumbre y las fuerzas complejas pesan sobre el crecimiento 
mundial" para retomar la fórmula del FMI en sus últimas perspectivas/3.
De este cuadro puntilloso, se pueden extraer 
las tres características fundamentales de la coyuntura actual:
· La persistencia de las "secuelas de la crisis 
financiera mundial";
· Las perturbaciones de la economía mundial;
· La perspectiva de un "estancamiento secular".
Las 
secuelas de la crisis financiera mundial
La flexibilización 
monetaria permite a un Banco 
Central la compra de títulos. De ese modo crea moneda que, inyectada en la 
economía, debería hacerle despegar. Admitamos que eso haya podido funcionar 
durante un tiempo en Estados Unidos. Pero el hecho nuevo es que se comienza a 
tomar conciencia de que este tipo de medidas tiene efectos colaterales 
preocupantes.
El presidente del Banco federal de Dallas, 
Richard Fisher (de poco peso en el seno del FED), 
resume de esta manera su escepticismo: "el dinero que hemos impreso no se ha 
distribuido tan bien como lo hubiéramos deseados. Un gran cantidad ha servido 
para la especulación corrupta o, con más exactitud, corrosiva"/4. 
Durante esa conferencia, llegó incluso a citar un poema de Jonathan Swift, 
fechado en 1735: "El dinero, la sangre vital de la nación/ Se estanca e 
infecta en las venas/Al menos que una buena circulación/garantice su movimiento 
y su calor"/5.
La ineficacia a largo plazo de las políticas 
monetarias se explica en función de varios mecanismos o de los efectos 
secundarios que pesan en la coyuntura actual. De entrada, la inyección de moneda 
se hace a ciegas y nada garantiza que la liquidez se vaya a utilizar para 
favorecer las inversiones. Por el contrario, termina por alimentar la 
especulación y provocar un incremento del precio de los activos que no beneficia 
más que a los ricos y conduce a la formación de burbujas [financieras].
Tipos de interés históricamente bajos
La flexibilidad 
monetaria conduce simultáneamente 
a una reducción de los tipos de interés (ver gráfico 1). También podría 
contribuir a la recuperación de las inversiones en vivienda y sobre todo en las 
inversiones productivas, puras y simples. La recuperación de las inversiones es, 
por otra parte, la cuestión clave para toda recuperación. Ahora bien, nos 
encontramos con que esta recuperación no llega porque las empresas, a falta de 
mercados y/o de beneficios, no invierten. Restablecen sus márgenes hacen caja, 
multiplican las fusiones y adquisiciones, distribuyen dividendos, pero sus 
inversiones no avanzan.
Gráfico 1Tipo de 
interés real 1972-2014
Al mismo tiempo, es verdad que la inyección de 
moneda conduce a la inflación de activos, pero no a la inflación pura y simple, 
la de los precios. Tipos de interés bajos e inflación débil se combinan entonces 
de tal forma que los tipos de interés reales (descontada la inflación) no pueden 
devenir altamente negativos. Los tipos de interés nominales llevan a lo que los 
economistas americanos denominan ZLB (zero lower bound): cero como tipo base. 
Este límite es para algunos, como Lawrence Summers/7, el resultado del 
estancamiento secular, caracterizado por elevadas tasas de ahorro, una aversión 
al riesgo y una débil disposición a invertir. Para restablecer la situación, 
serían necesarios tipos de interés reales negativos para relanzar la actividad, 
lo que está fuera de toda perspectiva. Esta interpretación es muy discutible 
porque no tiene en cuenta determinantes más estructurales del eventual 
estancamiento secular/8.
Sin embargo, Summers tiene razón en un punto 
cuando pone de manifiesto su temor de que "si se produce una recesión, las 
autoridades monetarias no tendrían instrumentos para hacerle frente. No existe 
más margen para una flexibilización 
[monetaria]". La misma preocupación la expresa Claudio Borio/9, 
economista del BRI (Banco de Pagos Internacional, con sede en Basilea), en la 
presentación de su informe anual: "Los tipos de interés han sido 
extraordinariamente bajos durante un tiempo extraordinariamente largo. Reflejan 
la respuesta de los bancos centrales y de los actores del mercado a una 
recuperación post-crisis inhabitualmente débil, como si estuvieran tanteando a 
ciegas para encontrar nuevas certitudes". Dicho 
de otro modo, a la política monetaria se le ha pedido más de la cuenta para 
relanzar el crecimiento.
Acumulación de deudas
El resultado es una enorme acumulación de 
deudas privadas y públicas. Según un estudio del McKinsey Global Institute/10, 
representan casi 200 billones de dólares a escala mundial; es decir el 286 % del 
PIB mundial, contra el 269 % en 2007, antes del estallido de la crisis. Esta 
progresión resulta particularmente neta para la deuda de los Estados, pero 
también para la de las empresas (gráfico 2)
Gráfico 2 
Deudas mundiales acumuladas Fuente: McKinsey Global Institute
Esta tendencia concierne especialmente a la 
deuda de las empresas no financieras de los países emergentes, que se ha 
cuadruplicado entre 2004 y 2014. El FMI se pregunta si hay que inquietarse por 
ello /11 y 
recomienda prepararse para el endurecimiento de las condiciones para la 
financiación. Como las economías financieras van "a normalizar sus políticas 
monetarias, los mercados emergentes deberían prepararse para un incremento de 
quiebras de empresas".
Por tanto, este panorama conduce a dos 
escenarios de cara al desencadenamiento de la próxima crisis. El primero fue 
descrito por François Morin en su último libro/12. Su punto de partida es 
la existencia de burbujas financieras en torno a las deudas públicas pero, 
también, en los mercados financieros drogados por tipos de interés muy bajos. El 
elemento desencadenante podría ser la quiebra de un banco sistémico, con 
reacción en cadena sobre otros grandes bancos.
El segundo escenario nos remite a las 
inquietudes del FMI en relación a los países emergentes. El elemento 
desencadenante sería entonces, un incremento del tipo de interés del FED de 
Estados Unidos; el endurecimiento de las condiciones financieras evocadas por el 
FMI. Esto conduciría a una explosión de las burbujas, comenzando por los países 
emergentes y, evidentemente, con repercusiones sobre el conjunto de las finanzas 
mundiales.
En resumen, actualmente están reunidos los 
factores de riesgo en torno a esta contradicción: de un lado, las políticas de flexibilización 
monetariano repercuten en la economía real, alimentan las burbujas y sitúan a 
las finanzas mundiales en una trayectoria que no puede continuar así sine 
die. Pero el incremento de los tipos de interés provocaría la explosión 
incontrolada de las burbujas, en un contexto en el que los Estados apenas tienen 
munición para salvar de nuevo a los bancos.
En 
defensa del capital ficticio
Así pues, Christine Lagarde tiene razón cuando 
habla de las "secuelas de la crisis financiera mundial". Más en concreto, el 
esquema global es el siguiente: el periodo precedente de la crisis se 
caracterizó por una enorme acumulación de capital ficticio; dicho de otro modo, 
de derecho adquiridos sobre la plusvalía producida por la explotación del 
trabajo asalariado. Para que el capitalismo despegue de nuevo sobre bases sanas, 
hubiera sido necesario destruir ese capital ficticio (y también, sin duda, una 
parte del capital productivo). Ha habido pérdidas, pero las políticas 
desarrolladas en todo el mundo han estado guiadas por un principio básico: 
preservar el capital ficticio y los derechos adquiridos que representan. Esto se 
ha hecho de dos maneras: de una parte, a través de convertir las deudas privadas 
en deudas públicas y mediante una punción sobre el plus valor a través de las 
medidas de austeridad; de otra parte, por la inyección masiva de liquidez. En el 
primer caso, se puede decir que el capitalismo respeta la ley del valor porque 
busca ajustar la ratio capital ficticio/plus-valía aumentando la plus-valía. En 
el segundo, por el contrario, trata de negar o contornear la ley del valor 
operando sobre el numerador. Por tanto, en su sentido más profundo, la próxima 
crisis se podrá interpretar como una severo recuerdo de la [existencia de la] 
ley del valor.
Incluso si privilegia la austeridad a través de 
"reformas estructurales", la Europa capitalista se vuelve, con cierto atraso, 
hacia soluciones artificiales. Existe laflexibilización monetaria al 
estilo Juncker que patina tanto como en Estados Unidos. Pero hay más: la última 
gran idea de la Comisión europea fue la de lanzar una "iniciativa para la 
titularización"/13 como parte 
de un proyecto más amplio de "unión de mercados de capitales". Bajo la cobertura 
de su reglamentación, el objetivo real es el de relanzar la titularización/14pero 
esta vez "con seguridad total", para obtener por esa vía "más de 100 mil 
millones de euros de financiación suplementaria"; es decir, la mitad de los 
niveles anteriores a la crisis. No hay que olvidar que este objetivo también lo 
fue del FMI en… octubre del 2009, cuando intentaba "discernir cómo la 
titularización podría contribuir positivamente a la estabilidad financiera y al 
crecimiento económico durable"/15. He aquí un ejemplo terrible de la 
voluntad del sistema para favorecer el crecimiento del capital ficticio.
La 
inestabilidad de la economía mundial
Antes de la crisis, la economía mundial estaba 
estructurada en torno al eje China-Estados Unidos, a menudo bautizada como "Chinamérica"/16. 
Este eje está camino de deshilacharse y es, sin duda, uno de los elementos 
fundamentales de la remodelación de la economía mundial.
El 
fin de la Chinamérica
La desinversión es simétrica: de un lado, el 
modelo estadounidense se aleja de su funcionamiento anterior a la crisis 
-crecimiento a base de crédito- debido a la recuperación de la capacidad de 
ahorro de los hogares y de una menor dependencia energética. Estos dos factores 
reducen el papel de motor de la economía mundial otorgado hasta entonces a EE UU.
Por su parte China había entrado en una fase de 
transición, es verdad que dura y difícil, hacia un modelo centrado en la demanda 
interior. Y en todo caso alejada del crecimiento basado en las exportaciones: su 
participación en el PIB chino ha pasado del 36 % en 2006 al 26 % actualmente. La 
complementariedad entre las dos grandes economías se reduce y esta retracción, 
con sus efectos colaterales en los países emergentes y Europa, desequilibra toda 
la economía mundial.
Esta reorientación de la economía china se 
manifiesta a través de un cambio en la estructura de su comercio exterior/17, 
que también contribuye a la ralentización del comercio mundial. Lo que 
constituye otro elemento inquietante para los economistas que se interrogan 
sobre sus causas y se plantean si se trata de un fenómeno pasajero o más 
estructural. Todo hace pensar que se trata de un cambio de tendencia a largo 
plazo/18, que se corresponde con la ralentización del fraccionamiento de 
las cadenas de valor.
Esta organización de la producción, a caballo 
entre diferentes zonas de la economía mundial, característica de la 
globalización contemporánea, está a punto de alcanzar su límite, al igual que el 
crecimiento del comercio mundial a un ritmo más rápido que el PIB que había 
impulsado. Este fenómeno afecta fundamentalmente a China, pero también a EE UU, 
Corea y Japón, lo que confirma que el eje China-EE UU está a punto de 
deshacerse.
Desincronización y volatilidad
La inestabilidad de la economía mundial se 
agrava aún mas debido a la desincronización de las coyunturas entre EE UU y la 
zona euro. Un estudio minucioso del FMI/19 muestra 
que estas divergencias tienen efectos colaterales (spillovers) importantes. 
Ahí también, los autores ponen de relieve su inquietud, planteándose "si el 
despegue de EE UU no sólo podría reforzar el dólar frente al euro sino también 
incrementar los tipos de interés en la zona euro, o si la flexibilización 
monetaria en la zona euro podría no solo debilitar al euro, sino continuar 
presionando a la baja en los rendimientos de EE UU".
El mismo documento arroja una luz interesante 
en lo que concierne a los países emergentes. Sus autores distinguen dos canales 
de transmisión. El canal "tradicional" es que los capitales van hacia la zona 
(EE UU o zona euro) aprovechando un repunte del crecimiento, que tendrá por 
efecto una apreciación de la moneda de la zona que se beneficie de esta 
afluencia de capitales. Pero también identifican otro canal, originado por la 
atracción del riesgo (risk-appetite): los capitales anticipan la recuperación en 
los países emergentes provocada por la de la zona del "centro" (EE UU o zona 
euro). Este flujo de capitales en los países emergentes conducirá a una 
apreciación de su moneda.
Estos análisis muestran que el funcionamiento de la economía mundial escapa a cualquier regulación y que los países emergentes están expuestos a movimientos de capitales que, salgan o entren, tienen efectos desestabilizadores. El período actual se caracteriza precisamente por un incremento de la volatilidad de estos movimientos de capitales.
El 
agotamiento de los incrementos de productividad
Durante la presentación de las últimas 
previsiones de la OCDE, su economista-jefe, Catherine Mann, subrayó que "la 
ralentización del crecimiento potencial en los países avanzados es una 
preocupación permanente"/20. Christine Legarde, por el FMI, hizo 
referencia a la "nueva mediocridad"o, dicho de otro modo, "al 
riesgo de un persistente crecimiento débil " que, 
según ella, se acerca.
Como base de estas afirmaciones está el 
agotamiento de los incrementos de productividad. Esta tendencia no es nueva, 
porque se desencadenó en los países avanzados a mediados de los años 1980, con 
fluctuaciones fuertes en el caso de EE UU. Pero, al final, los países emergentes 
tomaron el relevo y los incrementos de productividad que lograron pudieron ser 
captados en gran parte por los "viejos países capitalistas". Al inicio de la 
crisis, los países emergentes sostuvieron el crecimiento mundial. Pero puede ser 
que esta gran transformación de la economía mundial haya llegado a un punto de 
inflexión: en efecto, los datos más recientes del Conference 
Board muestran que el crecimiento de 
la productividad horaria del trabajo ha retrocedido de forma neta en los países 
emergentes desde el inicio de la crisis (ver gráfico 3)
Gráfico 3 
Tendencia del crecimiento de la productividad del trabajo 
Fuente : The 
Conference Board/21
Ahora bien, 
la productividad y, más en concreto, la productividad global de los factores es 
un elemento fundamental en la dinámica de la tasa de beneficio. Sin embargo, 
esta última se ha recuperado en los principales países capitalistas a pesar del 
agotamiento de la productividad/22. Esta proeza sólo ha sido posible por 
la puesta en pie de toda una serie de dispositivos: financiarización, 
endeudamiento, desigualdades, reducción de las rentas salariales, etc. Al mismo 
tiempo, la rarificación de las oportunidades para inversiones rentables ha 
conducido a un estancamiento de las tasas de inversión productiva.(...)
La 
crisis que viene
Después de este análisis somero una cosa es 
segura: la "Gran recesión" ha abierto un período de "regulación caótica" a 
escala mundial. Hoy en día la perspectiva de una nueva crisis parece casi 
inevitable y es difícil discernir donde se dará el punto de ruptura (¿la bolsa, 
la banca, la deuda, el tipo de cambio?), pero este episodio será en todo caso la 
expresión de profundas contradicciones estructurales.
Hoy en día el capitalismo mundial se encuentra 
sometido a una tensión fundamental. De un lado, la gestión de la crisis que 
estalló en 2008 se abordó según dos principios fundamentales: no arreglar las 
cuentas (sus "secuelas"), y reconstituir el modelo neoliberal previo a la crisis 
tratando de controlar sus efectos más nocivos. En la práctica se trata de 
garantizar los derecho adquiridos por el "1 %" y la libertad de acción de los 
bancos y las multinacionales. Pero, actualmente, el mecanismo fundamental del 
dinamismo del capitalismo, a saber los incrementos de productividad, está 
agotándose.
Esta configuración conduce a interacciones 
complejas entre las evoluciones que se dan en el seno de la esfera productiva y 
el manejo de los instrumentos financieros y monetarios. Por ello, como en 
2007-2008, el punto de desencadenamiento de la próxima crisis no bastará para 
sacar a la luz sus causas profundas.
23/10/2015
Traducción VIENTO SUR
 
 Más de un año electoral 
 y el balotaje entre dos neoliberales han contribuido a tapar en qué 
 resultaron doce años de gobierno K, encubrir la desilusión sobre el 
 "capitalismo serio" e ignorar la crisis civilizatoria en que el sistema nos 
 aprisiona cada vez más.
La crisis mundial como 
trasfondo del debate por el balotaje argentino
13 de noviembre de 2015
13 de noviembre de 2015
Por 
Julio C. Gambina (Rebelión)
Se acerca la fecha del balotaje, el 22/11, y se multiplican los 
análisis sobre las posibilidades futuras de la evolución económica, política y 
cultural de la sociedad argentina bajo el nuevo gobierno que se instale el 
10/12.(…)
La crisis, 
el secretismo y la restricción democrática
La cuestión de fondo que tiñe el debate local, regional y mundial 
es la continuidad de la crisis mundial y la ofensiva capitalista por la 
liberalización, entre lo que destaca el reciente Tratado Trans-Pacífico, el TPP.
A 10 años del No al ALCA, la ofensiva del secretismo vuelve con el 
TPP, demostrando que la lógica neoliberal del capitalismo de ésta época es 
profundamente antidemocrática.
De hecho, el capitalismo está reñido con la democracia, sea por las 
negociaciones secretas de los tratados de libre comercio, como por los acuerdos 
empresarios, caso de YPF con Chevron, ahora con disposición de la Corte Suprema 
para hacerse públicos.
El capitalismo no conjuga con la transparencia y por eso promueve 
democracias restringidas que sólo contemplan los intereses del poder económico, 
que en este tiempo son los de las corporaciones transnacionales, asistidas por 
los Estados de origen y de aquellos Estados que disputan la radicación de 
inversiones externas.
Resulta curioso confirmar como los Estados Nacionales son los que 
discuten, en secreto, los tratados comerciales, de liberalización de la 
economía. El propósito apunta a favorecer las demandas y condiciones de los 
grandes monopolios transnacionales.
En el TPP destacan las presiones de las corporaciones farmacéuticas 
que pujan por privilegios a sus marcas por encima de los genéricos. Defienden 
sus derechos de propiedad intelectual, afirmando la lógica por el derecho a 
propiedad que sustenta el orden capitalista.
No sólo propiedad de patentes, sino también derechos de autor y con 
ello el control sobre internet. El programa de la liberalización sostiene hoy 
una fuerte ofensiva para condicionar cualquier variante en el gobierno de la 
Argentina o de la región.
El libre comercio se agotó hace siglo y medio con la aparición de 
los monopolios. Sin embargo, el debate de ideas que genera sentido común 
mayoritario aboga por la libertad de comercio, el libre cambio y la libre 
competencia, como si ello fuera posible en tiempos de la dominación monopólica 
de las corporaciones transnacionales.
Se trata de un tema clave cuando se piensa en la dominación del 
modelo productivo y de desarrollo en la Argentina y en Nuestramérica, algo que 
se pone en juego en momentos de discusión electoral y de politización de la 
sociedad. Aunque no necesariamente ésta sea la agenda de discusión y muchas 
veces se agota en el debate sobre el mal menor, o quién es peor en este sentido.
La 
hipoteca de la institucionalidad de los 90
El programa de las transnacionales es la liberalización y se 
canaliza por variados mecanismos institucionales y jurídicos que atan a los 
países a la lógica del libre mercado, aunque insistamos que ello es un 
sinsentido en la era de la dominación transnacional.
Los años 90 fueron prolíficos en la suscripción de esta juridicidad 
que hipoteca a los países a la lógica capitalista del ilusorio libre mercado. Es 
el tiempo del ingreso a la política de Macri y de Scioli, ambos de la mano de 
Menem. Las políticas neoliberales de los 90´ generaron cambios estructurales 
regresivos, que al no modificarse condicionan futuros cercanos de restauración 
conservadora.
Un dato importante es que muy pocos países intentaron en estos años 
revertir esos condicionantes en momentos de mayor acumulación de poder 
legislativo y consenso social. Ahora, con mengua en el consenso electoral, ya 
parece tarde para encarar la tarea, mucho más si se dificultó el proceso de 
movilización y organización social.
Entre otras consideraciones, una de las cuestiones más discutidas 
en estas horas remite a la inserción internacional de la Argentina, y por ende, 
de la región. La sospecha de una nueva ronda de subordinación a EEUU aparece con 
mucha fuerza.
Claro que también aparece debilitada la iniciativa por una 
integración alternativa, que incluso desarrolló cierta institucionalidad 
(ALBA-TCP; UNASUR, CELAC) con escasa acción sobre los asuntos estructurales del 
orden económico y la producción.
Es más, existen señales en todos los países vecinos para desandar 
rumbos de profundización de integración regional y reorientar los vínculos con 
el programa liberalizador. El frustrado intento uruguayo de subirse al TISA 
estaba en ese camino, como los obstáculos desde Brasil para la nueva 
arquitectura financiera regional y relocalizada con privilegio hacia China y los 
proyectos del bloque de los BRICS. En el Mercosur crecen las tensiones variadas 
que limitan sus aspiraciones de constituirse en bloque para la integración 
alternativa.
La 
estrategia del poder imperialista y las nuevas resistencias
Por su parte, EEUU está activo al no superar la crisis mundial 
disparada desde su territorio en 2007 y empeñado en no habilitar mayor espacio a 
la acumulación global de poder de otras potencias, máxime luego de los acuerdos 
entre China y Rusia.
Es la política exterior estadounidense la más interesada en la 
promoción y extensión del libre comercio, sustentado en la expansión territorial 
de las empresas transnacionales originadas en ese país.
La orden del día es frenar la expansión y el desafío global de 
China, mientras intenta condicionar la autonomía que Europa pretendió con la 
emergencia del euro. Ese es el marco de la subordinación imaginada de nuestros 
países a su política de liberalización.
Es un problema para la Argentina y para Nuestramérica la situación, 
ya que el cambio de la situación económica mundial, con caídas de los precios de 
las comodities de exportación, que favorecieron holgados presupuestos para 
políticas sociales masivas, parecen agotarse.
La deuda externa aparece como una solución en la agenda de los 
presidenciables, tanto como la apertura a las inversiones externas, lo que 
supone la continuidad esencial del modelo productivo y de desarrollo sustentado 
en la transnacionalización de la economía local, que no es muy distinto de lo 
que acontece en la región Nuestramericana.
El desafío para la sociedad, especialmente para el movimiento popular, más allá del resultado electoral, pasará por reinstalar un debate de ideas y una densidad social organizada y en lucha contra el discurso y las acciones por el libre comercio, la libre competencia y el libre cambio, y así habilitar condiciones de posibilidad para avanzar en el cambio político y en el imprescindible campo de la economía, la gran asignatura pendiente de este tiempo histórico.Sobre el cierre de la Conferencia de CLACSO pude ser comentarista de una conferencia de Theotonio dos Santos sobre Democracia y Socialismo en el Capitalismo Dependiente.Con la trayectoria del teórico de la Dependencia se pudo reinstalar una discusión actual sobre la ilusión del “fin del socialismo” que las clases dominantes pretendieron instalar en los 90´, y la necesidad y el desafío para el pensamiento crítico por discutir el capitalismo actual y prefigurar las luchas presentes y futuras por el socialismo. Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=205640
 
 Más aún la intervención del Estado para garantizar los súper 
 negocios de los grandes capitales locales e imperialistas, hoy y después del 
 balotaje será para continuar con esa seguridad jurídica estigmatizando a las 
 izquierdas anticapitalistas. También se procura proseguir con la impunidad 
 de los altos funcionarios en la política de desmantelamiento del Estado 
 social que es el fomento de la deuda eterna.
♣Intelectuales y académicos por Scioli, contra el voto en blanco
10 de 
noviembre de 2015
Por 
Rolando Astarita
Por estos 
días recibí un mail enviado por la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, con 
la resolución de su Consejo Directivo llamando a apoyar a Scioli en el balotaje. 
En ella se alerta sobre el riesgo “del retorno a políticas neoliberales, 
privatistas y excluyentes de las mayorías populares”. Por eso decide convocar “a 
la comunidad educativa a defender las conquistas” y “alertar sobre probables 
políticas de ajuste y mercantilización, inspiradas por el explícito 
neoliberalismo de uno de los proyectos en pugna en el balotaje electoral”. Se 
trata, sigue el texto, del mismo neoliberalismo “que sumió en la pobreza 
material y cultural a millones de argentinos hasta llegar a la crisis sin 
precedentes de 2001”. Se informa también que la resolución tuvo el apoyo “de 
todas las expresiones políticas representadas, a excepción de los consejeros del 
Partido Obrero”.
También en 
la Universidad de Quilmes se hizo circular entre los alumnos y docentes un mail 
en el cual el Departamento de Economía y Administración convoca a apoyar al 
candidato oficialista. “[C]omo integrantes de la comunidad de profesores, 
investigadores, estudiantes, graduados, becarios y personal administrativo y de 
servicios de la Universidad Nacional de Quilmes, consideramos necesario 
manifestar públicamente nuestra posición sobre las perspectivas de país que se 
abren para los próximos cuatro años”, afirma. El eje del argumento es la mejora 
del presupuesto para las universidades, y la UNQUI en particular.
Dado que 
en otras notas he presentado argumentos a favor del voto en blanco, es obvio que 
no me siento representado por ninguno de estos comunicados (doy clases en ambas 
facultades desde hace años). Reafirmo entonces lo que escribí en otras notas: desde 
una perspectiva socialista no hay ninguna razón para preferir a Scioli o Macri. 
El viejo criterio del marxismo –véase aquí– 
se aplica a la actual situación. Los trabajadores no ganan nada apostando a 
pequeñas y sutiles diferencias entre los candidatos, tan sutiles y pequeñas, que 
hay que buscarlas con lupa. Agregando que el estatismo burgués cumplió, a lo 
largo de estos años, un rol reaccionario con respecto a la clase trabajadora de 
conjunto (véase aquí).
Pero la 
campaña para votar por izquierda al candidato oficialista está con las velas 
desplegadas. Y los que nos oponemos, somos considerados poco menos que traidores 
a la patria. Además, cualquier tipo de argumento parece servir. Como botón de 
muestra: un reconocido intelectual de izquierda, Atilio Borón, llama a votar al 
oficialismo, entre otras razones, porque Scioli “muy probablemente seguirá con 
la política kirchnerista de no reprimir la protesta social. Y no me parece que 
para cualquier militante de izquierda esta sea una diferencia insignificante” (https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=1059493484102915&id=158512757534330). Aunque 
Scioli afirma que tendrá “tolerancia cero hacia los piquetes”. ¿Cómo cuadra con 
el argumento Borón? Vaya uno a saber. ¿Quieren otro argumento estilo “sociología 
Borón”? Pues que Scioli viajó a visitar a Fidel Castro, en tanto Macri llamó por 
teléfono al embajador de EEUU (sic). ¿Y los delegados de Scioli a la asamblea 
del FMI, a sondear en Wall Street y Washington el ambiente? Nada, Borón nos va a 
decir que Beim y Urtubey andaban de vacaciones. Pero… ¿y si aplicamos el 
criterio “recibir apoyo de Castro” a Videla, Idi Amin, Mengistu, Sassou-Nguesso, 
Mugabe y personajes semejantes? Entonces nos van a responder que esa actitud 
mental es propia de quien “vomita su odio contra las revoluciones realmente 
existentes” (sic, cualquier parecido con el argumento tradicional del stalinista 
tradicional no es casualidad). Con la conclusión, lógica en las concepciones 
nacional-stalinistas, de que la izquierda que llama a votar en blanco es “aliada 
del imperio”. Y así discurren los discursos de los oportunismos de toda la vida.
En 
cualquier caso, y a los efectos de colaborar a la elaboración de futuros, 
sesudos y esclarecedores comunicados de las altas autoridades académicas de las 
facultades en las que trabajo, y de los intelectuales afines, aquí van algunos 
datos de complemento.
Salarios
En 2011 el 
salario real promedio en Argentina era más bajo que en 2001. Con un índice 100 
en 2001, en 2011 se ubicaba en 98,9. El dato lo presenta Emiliano López, “La 
situación económica de las clases subalternas en la Argentina post-neoliberal 
(2003-2011)”, en Cuadernos 
de Economía, Año 1 Nº 1, octubre 2014. López elaboró el índice en 
base a datos del INDEC, Ministerio de Economía y Finanzas, CENDA y Ministerio de 
Trabajo y Seguridad Social. Deflactó los salarios reales hasta el año 2006 con 
el IPC-GBA del INDEC; entre 2007 y 2011 utilizó el índice de 7 provincias 
construido por CENDA (era dirigido por Axel Kicillof). Y desde 2011 hasta la 
actualidad el salario promedio se ha estancado.
También en 
el estudio citado se muestra que en 2011 los trabajadores pobres eran el 15,7% 
del total. Esto resultaba de tomar como parámetro los trabajadores que recibían 
un ingreso familiar menor de la Canasta Básica Total calculada por el INDEC. La 
proporción de trabajadores que recibían en 2011 ingresos por debajo del salario 
mínimo vital y móvil vigente en ese año era el 43,7%. En 2011 los salarios de 
los trabajadores públicos habían bajado, con respecto a 2001 (índice 100) a 
71,16 (trabajo citado). ¿Hay que recordar que los salarios de estos trabajadores 
dependen directamente del Estado?
Agreguemos 
que, según el INDEC la mediana del salario es $5500. Aunque todo hace pensar que 
el organismo “infló” los ingresos de los trabajadores informales (habrían 
aumentado más que los ingresos de los trabajadores formales, en condiciones de 
estancamiento de la economía).
Trabajo precarizado
El empleo 
no registrado como por ciento del total fue del 33,9% en 1993; 37,5% en 1998; 
34,3% en 2011; 34,4% a fines de 2014, según datos del INDEC. Esto significa que 
hoy hay 4,1 millones de trabajadores en condiciones de informalidad 
(considerando como tales los que no realizan aportes previsionales; aunque hay 
más formas de trabajo precario). Esta cifra no toma en cuenta a los 
cuentapropistas que tienen empleos en negro; según estimaciones privadas, si se 
incluye estas personas, el trabajo precarizado llega al 42%. De manera que el 
número de trabajadores en condiciones precarias rondaría, en total, los 7 
millones. Según el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad 
Católica Argentina, en 2013 el 49% de la población ocupada no tenía aportes 
provisionales; esto daría 7,9 millones de trabajadores precarios (insistiendo 
que existen otras formas de trabajo precario).
Pobreza
En 1999, 
esto es, al final de la presidencia de Menem, el índice de pobreza era del 
26,7%. Según el Índice Barrial de Precios, la canasta básica que define el nivel 
de pobreza era, en septiembre 2015, de 7377 pesos mensuales para una familia 
tipo. La Canasta Básica Alimentaria era de 3250 pesos. Usando esta metodología, 
el Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales, 
(CIPPES) ubica el nivel de pobreza, en el segundo trimestre de 2015, en el 26,7% 
y el de indigencia en el 5,5%.
Según 
Jorge Sola coordinador del Observatorio de Datos Económicos y Sociales de la 
CGT, la cifra de pobres en el país es de 12 millones de personas; teniendo en 
cuenta que el mínimo para una familia tipo (4 integrantes) es de $8600. Para el 
Observatorio Social de la UCA la pobreza en 2014 alcanzaba al 28,7% de la 
población, que equivale a casi 11,5 millones de personas. De acuerdo a la CTA 
oficialista, en abril de 2014 la pobreza era del 17,8% de la población, 7,5 
millones de personas; estimaba la canasta de pobreza, en 4267 pesos.
Según la 
Comisión Técnica de la Junta Interna de ATE-INDEC, usando la metodología 
tradicional que venía utilizando el organismo antes de la intervención, y solo 
corrigiendo los precios de los productos, la pobreza alcanza al 25,1% de la 
población y la indigencia al 5,6%. De acuerdo a Cynthia Pok, si se hacen los 
ajustes metodológicos y se incluyen otros productos de consumo necesarios, hay 
un 44% de pobres y un 11,3% de personas que no alcanzan a cubrir la canasta 
alimentaria
Situación 
en el sector de la salud
Como 
complemento de lo anterior, presento extractos de una carta abierta dirigida a 
Scioli y Macri por el Consejo Ejecutivo Nacional de la Federación Sindical de 
Profesionales de la Salud de la República Argentina (Fesprosa), que acaba de 
publicarse, en la que plantea que el debate presidencial no puede eludir los 
temas sanitarios. Reproduzco las partes que se refieren al diagnóstico de la 
situación en salud.
“Los 
indicadores de salud colectiva reflejan una situación social que marca la 
persistencia de severos déficits, no superados durante el ciclo de crecimiento 
económico que comenzara en el 2003 y que hoy se encuentra detenido.
No ha 
habido mejorías sustanciales en indicadores sensibles que hacen a la situación 
socio sanitaria: niños y niñas bajo la línea de pobreza, niños y niñas bajo la 
línea de indigencia, tasa  de mortalidad infantil, tasa de mortalidad materna y 
embarazos adolescentes. Podemos afirmarlo a pesar de las dificultades para el 
diagnóstico producidas por la 
tergiversación cuando no destrucción de las estadísticas oficiales. 
(…)
La 
Argentina gasta en salud entre el 8,5 y el 10% del PBI. La deformación de las 
estadísticas públicas impide hoy tener valores confiables y precisos. El sector 
público consolidado (nación, provincias y municipios) invierte solo el 2,6% del 
PBI, es decir, del 25 al 30% del gasto total en salud. El 85% de ese gasto lo 
siguen aportando las provincias. El gasto de bolsillo de la población 
(medicamentos, insumos, aranceles, seguros privados, copagos) supera el 40%. El 
sistema público de salud en la Argentina cuenta con 1.500 hospitales y 6.000 
unidades sanitarias. El sistema posee 70.000 camas de internación (52.000 menos 
que al finalizar la gestión de Carrillo en 1954).
Los 
planes focales, aplicados verticalmente como paquetes promovidos por los 
organismos financieros internacionales, no han solucionado los grandes problemas 
de la salud.
No 
mejoraron las tasas de mortalidad infantil y materna. El Plan Remediar no 
disminuyó el gasto de la población en medicamentos. El Plan Nacer y luego el 
SUMAR no impactaron positivamente en las tasas sanitarias y agravaron la 
precarización laboral.
Las 
tercerizaciones y las privatizaciones fragmentaron y debilitaron al sistema 
público de salud, sin ofrecer respuestas.
Un ejemplo paradigmático ha sido el fracaso de la privatización del Hospital Materno-Infantil de Salta.
Un ejemplo paradigmático ha sido el fracaso de la privatización del Hospital Materno-Infantil de Salta.
El 
Sistema de Formación de Posgrado se encuentra en crisis.
El síntoma más elocuente es que no se cubren más del 25% de los cargos en las Residencias del equipo de salud.
El síntoma más elocuente es que no se cubren más del 25% de los cargos en las Residencias del equipo de salud.
Situación de los trabajadores de la salud.
En la Argentina, en el Sector Público, trabajan 300.000 agentes (profesionales, técnicos, administrativos y personal de apoyo). Siendo la salud una actividad relacional de índole humano-intensiva (gente que atiende gente), la situación de los trabajadores se convierte en un nudo crítico de las políticas sanitarias.
En la Argentina, en el Sector Público, trabajan 300.000 agentes (profesionales, técnicos, administrativos y personal de apoyo). Siendo la salud una actividad relacional de índole humano-intensiva (gente que atiende gente), la situación de los trabajadores se convierte en un nudo crítico de las políticas sanitarias.
El 30% de 
la fuerza laboral está precarizada, con provincias que alcanzan el 80% (San 
Luis) o superan el 50% (Santiago del Estero, Formosa). El principal programa del 
Ministerio de Salud de la Nación, el plan de médicos comunitarios, hoy en vías 
de reconversión, tiene al 100% de su fuerza laboral precarizada, con bajos 
sueldos y cobro irregular. En el Hospital Posadas se encuentran precarizados el 
70% de los profesionales. La situación persiste a pesar de la desprecarización 
de treinta mil trabajadores de todo el país gracias a la lucha de las regionales 
de FESPROSA.
En muchos 
casos los salarios se encuentran por debajo del valor de la canasta familiar 
regional (canasta básica total), y en algunas provincias, como Santiago del 
Estero, por debajo de la canasta alimentaria. La baja tasa de sustitución del 
salario por el haber previsional (40%) lleva al envejecimiento de los planteles, 
dado que los trabajadores postergan al máximo el momento de su jubilación.
Las 
condiciones laborales antes descriptas, el deterioro edilicio y la violencia 
intra y extra institucional, conforman un cuadro que impacta negativamente en la 
salud de los trabajadores de la salud. Hoy se reconoce al desgaste laboral 
crónico y los riesgos psicosociales como parte del propio proceso de trabajo en 
salud. (…) En el orden nacional no existe una instancia de negociación colectiva 
entre el Estado y sus trabajadores. A ello se suma la ausencia de instancias de 
negociación en muchas jurisdicciones provinciales y municipales, unida a la 
falta de libertad sindical”.
El 
deterioro del medio ambiente impacta negativamente en la salud colectiva
El 5 de junio de 2015, varias ONGs, colectivos sociales del país, Cátedras de la Universidad Pública y profesionales de la salud, el derecho, las ciencias sociales y agrarias realizaron una presentación ante el SENASA a fin de que inicie el procedimiento de Análisis de Riesgo de todos los registros con el principio activo Glifosato, conforme lo establece el Punto 3 del Capítulo 18 de la resolución SENASA 350/1999. El glifosato fue declarado como “probablemente cancerígeno para los seres humanos” (Grupo 2A) por el informe del mes de marzo de 2015 del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, órgano que actúa dentro del marco de la Organización Mundial de la Salud. Las evidencias epidemiológicas en los pueblos fumigados y la resolución de la OMS hacen necesarias la prohibición inmediata del glifosato y el 2,4D.
El 5 de junio de 2015, varias ONGs, colectivos sociales del país, Cátedras de la Universidad Pública y profesionales de la salud, el derecho, las ciencias sociales y agrarias realizaron una presentación ante el SENASA a fin de que inicie el procedimiento de Análisis de Riesgo de todos los registros con el principio activo Glifosato, conforme lo establece el Punto 3 del Capítulo 18 de la resolución SENASA 350/1999. El glifosato fue declarado como “probablemente cancerígeno para los seres humanos” (Grupo 2A) por el informe del mes de marzo de 2015 del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, órgano que actúa dentro del marco de la Organización Mundial de la Salud. Las evidencias epidemiológicas en los pueblos fumigados y la resolución de la OMS hacen necesarias la prohibición inmediata del glifosato y el 2,4D.
La 
“Megaminería a cielo abierto” es una de las más devastadoras formas de 
extracción de materias primas minerales (oro, plata y cobre 
principalmente). Tiene enorme impacto negativo a nivel ambiental, social, 
económico y cultural. Sus efectos más nocivos son el agotamiento del agua, la 
contaminación de los bienes comunes, la pérdida de la biodiversidad, la 
destrucción del paisaje y la destrucción de las economías regionales. La 
utilización y liberación de sustancias tóxicas constituye un grave riesgo para 
la salud de la población, como acaba de demostrarse en Jachal”.
Todo 
esto se da en tanto en la última década el país recibió una extraordinaria 
renta, producto de la suba de los precios de las materias primas. Según cálculo 
de El 
Cronista Comercial, solo lo recaudado por 
retenciones en 14 campañas equivale a 149.458 millones de dólares.
 
 
Sin embargo, no se generó ningún cambio significativo en la estructura económica: la misma sigue siendo la típica de un país dependiente y tecnológicamente atrasado. Incluso los principales pilares del crecimiento –el complejo sojero, el complejo maicero, la megaminería y el complejo automotriz- son herencias del menemismo (en el cual participaron, además, tantos y tan destacados miembros del actual gobierno, empezando por los Kirchner y el propio Scioli). Aunque para algunos destacados intelectuales de izquierda, lo que importa es que Scioli le haya dado la mano a Raúl Castro. Como decía Hegel, la medida de un espíritu la da aquello en que se satisface.
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Deuda 
pública y presupuesto 2016
26 de septiembre de 2015
26 de septiembre de 2015
Por 
Héctor Giuliano
En síntesis, un proyecto de presupuesto prácticamente irrestricto o cuasi-ilimitado 
en materia de nueva deuda pública, que deja así preparado otra vez el terreno de 
ampliación de la nueva ola de macro-endeudamiento público que ya ha comenzado 
bajo la administración Kirchner. 
Éste es el programa concreto que el gobierno K deja abierto al presidente electo que lo suceda y ello explica también la coincidencia de fondo de los tres candidatos en danza – con sus respectivos equipos económicos – en torno a que toda decisión importante de sus gestiones sea siempre la misma: más Deuda.
La clave para entender esta complicidad en el proceso de re-endeudamiento y toma de nueva deuda reside en comprender el verdadero rol cumplido por la deuda intra-Estado, que el actual gobierno llevó a cabo durante la denominada “década ganada” a través de su política de pago de deuda externa con reservas internacionales – hasta vaciar de reservas propias al BCRA - y del empapelamiento con títulos impagables a los organismos oficiales, disfrazándolo con el mito del Des-endeudamiento.
El gran engaño a la opinión pública y su destinatario concreto, que es el Pueblo Argentino, consiste en que todos parten de la base que como más del 60 % de la Deuda es deuda intra-Estado, esa deuda no se pagará nunca y, consecuentemente, la Argentina podría acceder al mercado internacional de capitales para volver a endeudarse.
 
Éste es el programa concreto que el gobierno K deja abierto al presidente electo que lo suceda y ello explica también la coincidencia de fondo de los tres candidatos en danza – con sus respectivos equipos económicos – en torno a que toda decisión importante de sus gestiones sea siempre la misma: más Deuda.
La clave para entender esta complicidad en el proceso de re-endeudamiento y toma de nueva deuda reside en comprender el verdadero rol cumplido por la deuda intra-Estado, que el actual gobierno llevó a cabo durante la denominada “década ganada” a través de su política de pago de deuda externa con reservas internacionales – hasta vaciar de reservas propias al BCRA - y del empapelamiento con títulos impagables a los organismos oficiales, disfrazándolo con el mito del Des-endeudamiento.
El gran engaño a la opinión pública y su destinatario concreto, que es el Pueblo Argentino, consiste en que todos parten de la base que como más del 60 % de la Deuda es deuda intra-Estado, esa deuda no se pagará nunca y, consecuentemente, la Argentina podría acceder al mercado internacional de capitales para volver a endeudarse.
Producido así - bajo la gestión del gobierno Kirchner – la descapitalización del 
Banco Central (BCRA), el desfinanciamiento del Sistema Previsional (ANSES), el 
uso del Banco Nación (BNA)  para derivar créditos del Sector Productivo al 
Sector Público y el citado empapelamiento generalizado de los organismos del 
Estado con títulos públicos para sostener con todo ello la política de pagos de 
la Deuda Pública con terceros (Acreedores privados y Organismos Financieros 
Internacionales) se cuenta entonces con que el camino quede allanado para volver 
a tomar Deuda Externa en gran escala.
La deuda intra-Estado habría cumplido, de este modo, el rol de “préstamo-puente” interno para descargar la mayor parte de la deuda con terceros a costa de pasarle el fardo de la gran deuda impagable al propio Estado deudor – sin capacidad de repago – para que el país retorne al mercado externo de deuda conforme los objetivos planteados en el Megacanje Kirchner-Lavagna 2005-2010 y la Hoja de Ruta Boudou de 2008.
En este contexto la administración Kirchner - a través de su manejo de la deuda pública durante la “década ganada” - habría prestado, en las postrimerías de su gestión, uno de los más grandes servicios funcionales a los intereses de la banca internacional en el marco del sistema de endeudamiento perpetuo del Estado Argentino.
La deuda intra-Estado habría cumplido, de este modo, el rol de “préstamo-puente” interno para descargar la mayor parte de la deuda con terceros a costa de pasarle el fardo de la gran deuda impagable al propio Estado deudor – sin capacidad de repago – para que el país retorne al mercado externo de deuda conforme los objetivos planteados en el Megacanje Kirchner-Lavagna 2005-2010 y la Hoja de Ruta Boudou de 2008.
En este contexto la administración Kirchner - a través de su manejo de la deuda pública durante la “década ganada” - habría prestado, en las postrimerías de su gestión, uno de los más grandes servicios funcionales a los intereses de la banca internacional en el marco del sistema de endeudamiento perpetuo del Estado Argentino.
 
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