martes, 18 de septiembre de 2012

Conflictos de vida y dignidad de los pueblos son negados y estigmatizados por la batalla K de ideas.



Porque la batalla K de ideas persigue expandir la conciliación con el capitalismo o la racionalidad e inteligencia de asumir que "no hay intereses tan coincidentes como los de los empresarios y los trabajadores" como dice la Presidenta. ELLA define: “Lo más importante que tenemos que lograr es crear un vínculo entre empresas y trabajadores, que los trabajadores no sientan al empresario como un enemigo ni que el empresario vea a los trabajadores como alguien que es un problema”. Leer

La realidad efectiva e histórica demuestra lo contrario. Observemos, por ejemplo, la recuperación parcial de YPF y las inmediatas negociaciones para explorar y explotar hidrocarburos no convencionales. “Vaca Muerta” es codiciada en esos recursos energéticos, entregada a Chevron y es, a la vez, territorio de 17 comunidades Mapuche. Para la Presidenta no es problema, hay que desplazarlas a otro lugar y suficiente con proveerlas de viviendas. Es decir, las desprecia en sus culturas y pone en evidencia que no es un gobierno de los derechos humanos. Por eso, tampoco le interesa el análisis de las consecuencias sobre toda la provincia e incluso sobre el país entero.

Puelmapu: el suicidio colectivo que expone la hidrofractura
"El gobierno neuquino nos pretende vender un cuento de riquezas y prosperidad con el desarrollo de los hidrocarburos no convencionales. Pero la gran mayoría de los neuquinos desconoce este nuevo criminal disfrazado de progreso"...

De niño me llamó siempre la tentación de cruzar los ríos de la confluencia neuquina. Los ríos Neuquén y Limay son parte de cada persona de esta ciudad. Su anchura es majestuosa y su profundidad es imponente.

Con mi sobrina de 4 añitos nos paramos en la orilla del río. Lewfu kuse, lewfu fvca, lewfu vjca zomo, lewfu wece wenxu nos enseñan desde pequeños los mayores mapuce para saludar y mostrar respeto al newen (energía) de la mujer anciana, hombre anciano, mujer joven y hombre joven del río. Cuatro energías que protegen y viven en el lewfv. Nuestros ancestros Mapuche caminaron por estos lugares y protegieron ésta fuerza que nutre la vida de todos los seres. En los ojitos de la pequeña puedo observar la emoción que genera cada río en las personitas y sus ansias de zambullirse libremente. Me mira y sin decirlo, su sonrisita me invade de un sentimiento visceral que obliga a cualquier persona que piensa en sus hijos a no quedarse quieto.

El gobierno de Neuquén persiste en avanzar con la explotación de hidrocarburos no convencionales. Con antecedentes en el mundo entero que causan pánico, el gobernador Jorge Sapag, del Movimiento Popular Neuquino, pretende sacrificar los ríos de Neuquén por un "desarrollo” que no dejara más que desastre y contaminación.

La denominación de "hidrocarburos no convencionales” (gas y petróleo) se debe a que dichos minerales se encuentran en rocas compactas y a una profundidad que supera a las formaciones que reservan los "convencionales”.

La técnica para la extracción es diferente a la explotación convencional. La perforación es vertical hasta una profundidad que supera los 5000 metros y luego horizontal por otros 2000 metros, atravesando napas y diversas formaciones. Son extraídos a través de la "hidrofractura” o "fracking”. La hidrofractura es un sismo subterráneo producido por medio de explosiones. Se utiliza una gigantesca cantidad de agua dulce junto a una mezcla de 203 productos químicos que contiene "inhibidores de corrosión”, "gelificantes”, "complementos biácidos”, "demulsificantes espesantes” para generar la presión necesaria que rompe la roca que contiene los minerales.

Cada excavación necesita, en promedio, 30 millones de litros de agua, lo que es igual a la cantidad que consume una población de 80.000 habitantes por día. Por cada fractura se vuelven a utilizar otros 30 millones de litros, pero nuevos. Y según los especialistas, un pozo se puede hidrofracturar hasta 18 veces utilizando un total de 540 millones de litros de agua dulce. Los minerales se chupan por los tubos y con suerte, un porcentaje de los químicos y elementos radioactivos vuelven a la superficie, mientras que la mayoría son absorbidos por las napas subterráneas. Los desechos tóxicos se vierten en piletas de almacenamiento a cielo abierto donde se disipan en el aire y se convierten en gases altamente nocivos para el ambiente.

En la provincia de Neuquén, la empresa petrolera Apache comenzó con la técnica de hidrofractura en la comunidad mapuche Gelay Ko. El gobierno neuquino otorgó la concesión a la compañía norteamericana sin el consentimiento de la comunidad originaria. De la misma manera hizo lo suyo YPF. Las dos empresas operan en la formación geológica denominada "Vaca Muerta”, territorio donde viven 17 comunidades Mapuche.
¿De dónde sacan las compañías los millones y millones de litros de agua?

Es una pregunta que el gobierno neuquino se atraganta ante cada respuesta. Hace unos días encontró otra que los hace transpirar como testigo falso. El decreto 1483/12 ordena a las empresas utilizar solo agua de ríos, lagos y acuíferos superficiales, mientras que no podrán usar agua proveniente de las napas subterráneas, según dicen, para resguardar el ambiente y la salud.

La realidad no muestra resultados positivos de controles para creer en el decreto provincial y confiar en el resguardo ambiental del gobierno. Es un hecho que las napas de agua subterráneas son alcanzadas por componentes tóxicos, químicos y radiactivos y no existe forma de controlar esa contaminación como no hay manera de cosechar peras en un olmo.
No hay que ser demasiado inteligente para darse cuenta que este decreto es un absurdo que no tiene otro objetivo más que acallar las voces que alertan sobre esta técnica destructiva. Lo que expone la hidrofractura es la imposición de un modelo de vida basado en la destrucción y la miseria.

Para el gobierno neuquino no existen otras formas de concebir el mundo que no sea explotándolo y generar riquezas para unos pocos. Escuelas sin maestros y maestros sin escuelas. Trabajadores con salarios indignos. Comunidades Mapuche empobrecidas y un sinfín de ejemplos que dan cuenta de la farsa del cuento petrolero de riqueza y prosperidad. Y las consecuencias nocivas que deja ese modelo pretenden esconderlas debajo de la alfombra o para ser más concreto, debajo de la tierra neuquina.

El gobierno neuquino trabaja a diario para garantizar la seguridad jurídica de las empresas petroleras. La promesa: desarrollo para los próximos cincuenta años con minerales que se acaban en menos de dos décadas. Pero ¿quién resguarda nuestros ríos?, ¿quien se ocupa de la seguridad ambiental de los neuquinos?

Y usted lector que tiene hijos, sobrinos y nietos, ¿está seguro que ellos podrán disfrutar de los ríos Neuquén y Limay de la misma manera que usted lo hizo de pequeño?
Fuente original: Mapuexpress
Fuente: Boletín de Noticias de Movida Ambiental. Norberto Costa http://boletinmovidaambiental.blogspot.com/
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A lo largo y ancho del país se extiende la ocupación totalitaria de territorios por el extractivismo  

Hernán Scandizzo al relatar sobre la elaboración colectiva del libro "Zonas de Sacrificio" aclara que el gobierno neuquino no está aislado sino que participa de un proceso de ampliación de la frontera hidrocarburífera. Señala: “(…) El Observatorio Petrolero Sur es una organización que se formó en Buenos Aires hace cuatro años. Nuestro primer objetivo fue dar visibilidad a conflictos que se venían dando particularmente en la provincia de Neuquén, a partir de que el Estado provincial estaba concesionando territorios del pueblo mapuche para que se realizaran trabajos de exploración y explotación de hidrocarburos. Los impactos que genera esta actividad, la competencia por el territorio, la competencia por el agua, generaban una serie de enfrenamientos en muchos casos violentos, con procesos de criminalización y de judicialización de autoridades del pueblo mapuche. Hacia el 2007 empezamos a ver que Río Negro también iba a concesionar áreas en territorio mapuche. Entonces, conociendo la experiencia de Neuquén, decidimos comenzar a trabajar más específicamente en esta problemática para darle mayor visibilidad, para tratar de evitar esas situaciones de conflicto.

Entonces empezamos a trabajar en el sur de Río Negro, en el área Ñirihuau, y ahí nos dimos cuenta de que no era solamente en esa zona de la Patagonia el problema, sino que era más amplio: que se estaba produciendo un proceso de ampliación de la frontera hidrocarburífera.
¿Qué queremos decir con esto? En este mapa (mapa 1) hay zonas que están coloreadas de rojo: Tierra de Fuego, Santa Cruz, Chubut, la cuenca neuquina, Neuquén, Río Negro, La Pampa y sur de Mendoza, Cuyo, y arriba de todo las explotaciones que se están dando en Salta, Jujuy y Formosa. Son diez provincias las que tradicionalmente tienen actividad hidrocarburífera, algunas con mayor intensidad que otras.
Pero a partir de 2006 se termina de dar un proceso de provincialización de los hidrocarburos (provincialización que se viene trabando desde el 92, con la idea de transferir el dominio original de los recursos de la Nación a las provincias, lo que finalmente se ve en la constitución del año 1994: es decir, el Estado nacional deja de ser el que da la concesión de los hidrocarburos, el que negocia con las empresas las concesiones, y pasan a ser las provincias) y las provincias empiezan a dar concesiones en todo el país, ya sean provincias tradicionalmente petroleras como provincias que no tenían esa tradición. Y así vemos todas estas zonas que son pasibles de explotación y explotación de hidrocarburos: de diez provincias con tradición petrolera, pasamos a un conjunto de 23 provincias que acondicionaron su marco jurídico y en algunos casos firmaron convenios con empresas para hacer posible la exploración y explotación de hidrocarburos.

Este proceso nos alarmó muchísimo, porque toda la industria hidrocarburífera es una industria de alto impacto, tanto en lo ambiental –contaminación del agua, del suelo, del aire–, y porque veíamos que la ampliación de la frontera extractiva se daba sobre la vulneración de derechos colectivos. Y veíamos también que estaba motivada solamente por un fin meramente económico.
Si bien el objetivo es generar energía, todo el debate que circuló en torno a esta ampliación de la frontera es un debate económico: quién controlaba el recurso, quién se quedaba con las regalías, sin hablar de estos otros abordajes, como son lo social, lo ambiental, lo cultural. Y ese es el objetivo de OPS:
empezar a entender la energía desde diversos lugares, no solamente desde lo económico; empezar a entender la energía en el marco de un modelo de desarrollo como país, empezar a pensar la energía desde el punto de vista de para qué y para quiénes la generamos: si va a ser para proyectos de mega minería, para profundizar el modelo de sojización, si va a ser para abastecer al pueblo, para permitir que las comunidades que están en zonas más alejadas puedan mejorar su calidad de vida y así consolidar su arraigo en lugares donde la vida es muy dura… creemos que todos esos debates tienen que estar presentes, y que hay que abordar la energía como un derecho humano, y no solamente garantizar la capacidad instalada para que diferentes empresas y proyectos extractivos puedan ser llevados adelante(...)".
Fuente:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=154911
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A esos territorios ocupados por las transnacionales y los poderes locales se los etiqueta “zonas de sacrificio”

Hernán Scandizzo precisa otros objetivos del libro "Zonas de Sacrificio": "Y con este libro no solamente queríamos dar testimonio de estas situaciones, sino también que el libro sea un vehículo para que se escuchen las voces de los propios afectados, ya que generalmente a los lugares donde se dan estas situaciones no llegan ni las cámaras ni lo micrófonos, y cuando llegan generalmente se hace un recorte muy parcial de las situaciones; a veces hasta tienen abordajes de crónica policial, porque se hace hincapié en los enfrentamientos, en la violencia, y demás, pero no se hace un seguimiento del proceso, de cómo se gestó esta situación. Tratamos de reflejar todo eso en este trabajo, que es un libro de confección colectiva.
También decimos que es un trabajo inacabado, inconcluso, porque por un lado éstas son fotos de los diferentes momentos de la avanzada de la actividad hidrocarburífera. Constantemente se va modificando las situaciones. Creemos que no son situaciones irreversibles, sino que depende de la capacidad de organización y de movilización, de las estrategias que nos damos para resistir y para conservar nuestros territorios. Por eso decimos que el final no está escrito. Y también es inconcluso porque no seguimos esa regla de “todas las campanas”: a nosotros nos interesa particularmente ir a hablar con los afectados. Las autoridades públicas tienen diversidad y cantidad de medios para expresar sus posiciones y las empresas tienen millones para pagar pautas publicitarias, que aparecen en formatos de notas periodísticas pero que no dejan de ser publicidades. Nos parece que este es un pequeño grano de arena, y no tenemos ningún problema en decir dónde nos paramos al momento de escribir este libro. Además están todas las fuentes de dónde sacamos la información, para que si alguien lo quiera confrontar con otras, lo pueda hace r(...)".
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=154911


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