Averigüemos cómo Argentina demuestra
que el capitalismo
que el capitalismo
arrasa las condiciones y los medios de vida de toda la humanidad
Mediante terrorismo de estado a mediados de los '70,
los grandes capitales financieros e industriales de las potencias
imperialistas -gracias a la alianza con las elites locales- instauraron el
neoliberalismo como constante apoderamiento de bienes comunes sociales y
naturales. Acumulación que, desde el año 2002, se continúa en la expansión
del modelo extractivista con base en la gran escala e intervención potente
de la modernidad científico tecnológica. Dos cimientos y motores que llevan
a maximizar la concentración, centralización y transnacionalización
económico territorial.
La Sentencia final del Tribunal del Juicio Ético a las Transnacionales
"(…)- La Iniciativa
de Integración Regional Sudamericana (IIRSA)
provee gran parte de la infraestructura necesaria para interconectar las
periferias con los puertos exportadores, proveyendo los caminos más cortos
para el traslado de los bienes comunes naturales. Con ese fin se destruye la
cordillera, se hacen navegables los ríos para el traslado de grandes
cargamentos, provocando daños irreversibles en el ecosistema y en su
biodiversidad irrepetible, en función de favorecer el comercio y obtener
grandes ganancias. Se construyen faraónicas usinas de energía para uso
extractivista de las corporaciones, que endeudan aún más a los países del
Sur e impactan de manera degradante en el medio y en las poblaciones,
generando gigantescas diásporas sociales. Son las nuevas venas abiertas que
delinean “las vías del saqueo”.
- La alta concentración
de las tierras. A través de grandes inversiones agrícolas,
forestales, mineras, el capital se apropia de grandes extensiones de tierra
y fuentes de agua, muchas veces a costa de la expulsión de poblaciones del
interior, pueblos originarios y comunidades campesinas. Como ejemplo
denuncia la fiscalía popular de Alto Paraná que: “La compañía que concentra
la mayor cantidad de tierras es Alto Paraná, propietaria de 230 mil
hectáreas de tierras en Misiones. A esa cantidad deben sumarse los
territorios explotados por medio de testaferros, arrendamientos de tierra y
otros tipos de manejo de la tierra, con lo que la firma trasandina supera
las 280 mil hectáreas, lo que equivale al 10 por ciento de la superficie
total de la provincia de Misiones”.
- La consolidación
del agronegocio implica
la presencia
de una cadena de corporaciones transnacionales, cuyos roles
abarcan desde la provisión de semillas hasta la venta de productos en los
hipermercados, incluyendo la construcción de la infraestructura necesaria
que permite el traslado de las materias primas hacia los países
importadores. La amplia variedad de inversiones que realizan las empresas se
puede ejemplificar con la transnacional Cargill, que se dedica al
procesamiento y comercialización de oleaginosas y de cebada, y que a su vez
ha construido frigoríficos y molinos harineros, además de puertos, caminos,
hidrovías (parte de la Iniciativa IIRSA) así como una extensa red de
acopios. Informa la fiscalía popular de Monsanto que: “A este creciente
control sobre un proceso determinado en la cadena del agronegocio, se agrega
el hecho de que las mayores transnacionales participan a la vez en varias de
estas etapas, logrando ampliar su control sobre el sistema global y, por
ende, acaparando un mayor volumen de negocios, obteniendo más ventas e
incrementando exponencialmente sus ganancias”. (…)
La expansión
de la frontera de la explotación hidrocarburífera y minera
configura
un escenario que favorece a las operadoras privadas, acentúa las asimetrías
ya existentes, aumentando su capacidad de negociación y chantaje frente a
las poblaciones.
Desde el año 1993 hasta la fecha asistimos, en Argentina, a
la cristalización de un modelo altamente favorable al capital
extranjero, gracias a la consolidación de un marco legal que transfirió
nuevas prerrogativas a las provincias, política prácticamente inédita y a
contramano de la tendencia a nivel mundial. De esta manera, se agigantó la
capacidad de negociación de las operadoras privadas.
Profundizando las políticas extractivistas del sector, en los últimos años
han comenzado las explotaciones no convencionales, entre las cuales se
destaca el shale gas o gas de pizarra que se obtiene a partir de la
explotación del esquisto, una roca sedimentaria formada a partir de
depósitos de lodo, cieno, arcilla y materia orgánica. Este tipo de
explotaciones han cobrado relevancia a partir de un contexto económico
favorable, producto del aumento del precio de los hidrocarburos, la
irreversible declinación de las reservas tradicionales, y los avances
tecnológicos que hacen posible la utilización de técnicas más sofisticadas.
Las explotaciones no convencionales implican un mayor despliegue territorial
y la utilización de compuestos químicos que son fuente de contaminación.
- La expansión
de la megaminería a cielo abierto es otra característica del
actual modelo de acumulación. La existencia cada vez más limitada de
minerales de superficie y de alta ley, ha generado la utilización de un
método de extracción que permite obtener el mineral diseminado, mediante la
llamada “minería a cielo abierto”, que implica la realización de enormes
perforaciones (“open pif”) a través de voladuras con explosivos, grandes
maquinarias para la extracción y trituración de las rocas, el transporte del
mineral y la utilización de sustancias tóxicas que permiten separar
(lixiviar) y obtener el mineral. Es un método altamente destructivo que
utiliza ingentes volúmenes de agua y de energía, en detrimento de regiones
que padecen sequías y éxodo poblacional. Se trata de minería a gran escala,
de megaemprendimientos, una actividad que consume enormes cantidades de agua
y energía, y por ende compite por tierra y recursos hídricos con otras
actividades económicas (agricultura, ganadería, turismo). En cuanto al
consumo de energía, por ejemplo, informa la fiscalía de Minera Alumbrera que
ésta “utiliza casi el doble de la energía (175%) que el total de la energía
consumida por todo concepto por la provincia en su conjunto. Las familias
catamarqueñas utilizan sólo el 21 % de la energía consumida por Minera
Alumbrera. Esta situación se viene traduciendo en cortes de energía
sistemáticos, sumados a problemas de tensión y a restricciones en el consumo
en las épocas de mayor demanda energética, generalmente en los días de
temperaturas extremas en los inviernos, y en especial en los rigurosos
veranos de la zona”. Dada la envergadura de los emprendimientos, éstos
tienden a desestructurar y reorientar la vida de las poblaciones desplazando
economías regionales pre-existentes. Por ende, es una actividad económica
claramente asociada con el saqueo, la contaminación y la destrucción de los
territorios, que viene expandiéndose en nuestro país y en otros muchos de
nuestro continente (…)".
Leer
Mediante la siguiente nota comprendamos cuál debe ser nuestra toma de
posición frente al progreso del capitalismo e imperialismo en Nuestra América:
Desafíos ante la nueva frontera
Por Observatorio
Petrolero Sur (OPSur).
- Cuando
las asambleas socio-ambientales cuestionan la mega-minería metalífera y
afirman: “el
agua vale más que el oro”, logran la adhesión de amplios
sectores de la población, incluso de abrumadoras mayorías, en algunas
regiones. El agua es tan necesaria para la vida como el aire que respiramos;
la ecuación es sencilla: sin agua no hay vida. En cambio, podemos prescindir
del oro. Pero si afirmamos: “el
agua vale más que los hidrocarburos”, esa
certeza entra en crisis, se establece una paridad entre ambos, aunque
biológicamente podemos vivir sin consumir los derivados de los
hidrocarburos. Es
decir, lo que entra en juego no es la vida misma sino un modelo de vida: la Era
Petrolera,
que comenzó hace poco más de 150 años, es un ínfimo fragmento de la historia
de la Humanidad.
La respuesta más común a esa consigna es: “vos usas tu auto y yo también”, cerrando el paso a pensar cualquier alternativa, trasladando todo el peso de la existencia de esta matriz energética al consumidor individual y no a decisiones políticas. Aceptando, por ende, la creación de zonas de sacrificio como un hecho irreversible. (Zonas de sacrificio que son territorios que albergan pueblos, culturas, ecosistemas: diferentes formas de vida.) Se evita la reflexión sobre quiénes habitan esas zonas de sacrificio y qué derechos tienen; por acción u omisión se valida la existencia de ciudadanos de segunda.
Desde el momento que se aceptan las zonas
de sacrificio,
se recrea el “desierto”:
todo lo existente en ese lugar virtualmente desaparece, se crean una nueva
geografía y un nuevo sentido del territorio con un único objetivo: extraer
la energía almacenada en las entrañas de la Tierra.
Sin duda la
dependencia de la sociedad actual respecto de los hidrocarburos es muy
fuerte y no sólo en términos energéticos -que
en Argentina representan la base de nuestra matriz-, ya que sus derivados
están también presentes en el día a día: desde la ropa, el calzado y los
recipientes plásticos a una amplia gama de productos que los requieren como
insumo. Nuestro vínculo
-dependencia- con los hidrocarburos no tiene punto de comparación con la
relación que mantenemos con el oro -cuyo
valor responde a una convención social más que a una aplicación material.
El punto no es dejar mañana de extraer hidrocarburos y de
consumir sus derivados -ya que sencillamente es imposible-, sino empezar
de una vez la transición hacia otras fuentes en lugar de profundizar la
matriz existente, con sus costos socio-ambientales, sus zonas
de sacrificio; y buscar otras alternativas para el desarrollo
regional.
Hace años que se debate en ámbitos internacionales si hemos
alcanzado o no el pico del petróleo, el Peak
Oil, el fin del petróleo barato. Haber
llegado a él significa que en adelante extraer hidrocarburos demandará
mayores inversiones, por lo que su precio aumentará y se trasladará a toda
la cadena de producción y consumo; además del incremento de los riesgos
ambientales, ya que se avanza en yacimientos ubicados en
aguas profundas o en ecosistemas continentales muy delicados, fuentes de
biodiversidad. (En el marco del concepto de desarrollo vigente, basado en la
acumulación, la muletilla de la existencia de avances tecnológicos que
disminuyen esos riesgos, los controles estatales y el compromiso ambiental
de las empresas, se desvanecen ante catástrofes como el hundimiento de la
plataforma de British Petroleum en el Golfo de México.)
La carrera del petróleo (los sueños del emirato propio)
La necesidad de seguir inyectando hidrocarburos en el mercado energético se conjuga, en nuestro país, con otra necesidad: la de inyectar fondos para las alicaídas economías regionales. En 2006, con la sanción de la Ley 26.197, culminó la transferencia de la propiedad de los hidrocarburos de la Nación a las provincias -proceso que se inició en 1994 con la reforma constitucional. Desde ese año al presente 21 de las 23 provincias se han lanzado a la carrera de licitar y adjudicar áreas de exploración -por el momento están fuera Catamarca y Buenos Aires, que ya adecuaron su legislación para sumarse a la competencia, y la Capital Federal. Una carrera que no guarda relación con las iniciativas que, desde el ámbito público, se promueven para el desarrollo de energías limpias. (Energías limpias de verdad, no agro-combustibles.)
Este fenómeno
recuerda el recorrido hecho por la agroindustria con el boom del precio de
la soja:
un veloz desplazamiento de la frontera agropecuaria, aumentando año a año
las superficies cultivadas, al costo de desmontes y desalojos de comunidades
indígenas y familias campesinas. El avance de la frontera hidrocarburífera ha comenzado a levantar polvo
en los departamentos salteños Gral. San Martín y Rivadavia, donde ya se
escuchan protestas de comunidades wichí y familias campesinas.
Nuevamente ven caer el monte bajo las topadoras, esta vez abren picadas para
realizar la prospección sísmica.
Esas voces que se alzan preguntan qué pasará con el agua si
avanzan con la perforación de pozos y si de los estudios surge que la
extracción de gas y petróleo es rentable.
· Se lo preguntan porque, en
algunos casos, no tienen acceso al agua en la cantidad y calidad necesaria
para el desarrollo de una vida digna.
· Se lo preguntan porque no fueron informados sobre lo que se
haría en sus tierras y territorios;
porque las comunidades indígenas no fueron previamente consultadas; y porque
-como ha sido denunciado en algunos casos- las obras comenzaron sin la
aprobación de los correspondientes Estudios de Impacto Ambiental ni la
realización de Audiencias Públicas -todos requerimientos de la legislación
vigente.
Por sus
propios medios esas familias indígenas y campesinas se han enterado que
durante la perforación de pozos podrían comunicarse reservorios de
diferentes calidades o secarse sus actuales fuentes de provisión de agua,
si no se toman los recaudos necesarios durante las operaciones. También
que podrían contaminarse las napas con los productos utilizados para la
lubricación de la broca que se adentra en la tierra,
agujereando las rocas; o
por un inadecuado manejo de los residuos generados. Se
preguntan todo eso porque poco va quedando del monte que los alimenta y
sustenta sus culturas. El despojo del agua
sería su final.
Su temor es igual al manifestado por los pobladores de Zapala ante la adjudicación de áreas de exploración en esas latitudes. Porque bajo esa ciudad neuquina se extiende el Acuífero Zapalino, que provee agua de excelente calidad y permite la vida en esa urbe levantada en el desierto. Lo mismo en la provincia de Entre Ríos, donde temen por la suerte del Acuífero Guaraní, una de las reservas de agua dulce más importantes de la región.
Los temores no nacen de la “imaginación”, del
“desconocimiento”, de la “ignorancia” que se le suele adjudicar al pueblo en
estos casos; sino de casos concretos, como el de las comunidades mapuche Kaxipayiñ y Paynemil,
en Loma de La Lata, Neuquén. Ambas se levantan sobre el principal yacimiento
de gas del país, cuya explotación empezó a fines de la década del ’70. Tras
20 años de actividades, promediando la década del ’90, se descubrió la
presencia de hidrocarburos y metales pesados en el agua que consumían en ese
paraje, sustancias que fueron halladas -en niveles alarmantes- en los
cuerpos de mujeres y hombres, niños y ancianos, que explicaban su
deteriorada salud. Su
historia llegó a la prensa de tirada nacional, a los canales de televisión,
e incluso varias películas documentan aquella situación. Y ese es tan sólo
un caso emblemático, pero antecedentes
de contaminación de aguas superficiales o subterráneas, de territorios
degradados, pueden encontrarse en cualquiera de las 10 provincias que
históricamente han extraído gas y petróleo.
La emergencia de asambleas socio-ambientales a comienzos del
milenio instaló en la agenda pública nacional temáticas que resultaban
marginales en años anteriores, incluso aportó una ‘dimensión ambiental’ a
quienes históricamente denunciaron las políticas de saqueo de los bienes
comunes.
Esa emergencia instaló en amplios sectores de la población que, más
allá de las necesidades inmediatas, el agua vale más que el oro. El
desplazamiento de la frontera hidrocarburíferas en ciernes plantea el
desafío de darle otra vuelta de tuerca a nuestra comprensión de mundo,
instándonos a cambiar nuestro modelo de generación y consumo energético.
(*)
Una primera versión de esta nota fue publicada en “Otros Territorios” Número
8 – Año II. Publicación digital del Parque Nacional en Pizarro.
Mediante la siguiente declaración sepamos sobre la ocupación económico
territorial de las corporaciones imperialistas gracias a su alianza con los
poderes locales y el porqué es fundamental nuestra insumisión a la gestión CFK
Declaración de Asamblea Regional a favor de la vida y contra el “Fracking”
Chajarí, 31 de enero de 2013
A 200 años de las “Instrucciones del año 1813” para los Pueblos Libres
Ciudadanos entrerrianos de Colonia Alemana, Colón, San Jaime de la Frontera,
Federación, Concepción del Uruguay, Chajarí, Concordia, Villa del Rosario,
Paraná y de Monte Caseros (Prov. de Corrientes), preocupados ante el plan
gubernamental de implementar la técnica “Fracking” en nuestra región atravesando
y utilizando las aguas de nuestro Acuífero Guaraní, nos hemos reunido en
asamblea con el propósito de intercambiar información y coordinar actividades en
conjunto con miras a concientizarnos, advertir a toda la comunidad y a los
funcionarios responsables, acerca de la realidad de este método experimental no
convencional y sus consecuencias letales para la humanidad y el medio en que
vivimos.
Con documentación a la vista de carácter técnico e institucional, aportes de especialistas, videos de injerencia nacional e internacional y testimonios, hemos comprobado una vez más que el “Fracking” es una técnica de extracción de hidrocarburos sumamente contaminante, aunque las empresas involucradas y nuestros propios gobiernos traten de disimularlo no informando o distorsionando la realidad al minimizar las consecuencias en aras de un supuesto “progreso” que finalmente, a mediano y largo plazo, destruye todos los elementos de la naturaleza y mata. Hemos constatado que el “Fracking” es una forma de extracción con graves, irreversibles y acumulables consecuencias sobre el agua, el suelo, el subsuelo, el aire, la biodiversidad... es decir, sobre la VIDA. Nos llama la atención que no se tenga en cuenta que varios países del 'primer mundo' y algunos Estados de Norteamérica lo han prohibido en su territorio –como Francia, Bulgaria, Rumania, varios Estados de los EE.UU., Irlanda, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Nueva Gales del Sur en Australia, Quebec en Canadá, entre otros casos– ante los innumerables ejemplos y las categóricas investigaciones que confirman los daños que acarrea.
La localidad argentina de Cinco Saltos (Prov. de Río Negro) fue la primera en
Latinoamérica en prohibir por unanimidad la utilización del Fracking en su
territorio, constituyéndose así en un excelente ejemplo a seguir para todos
nosotros.
Es así que hasta la fecha hemos cursado notas a los HCD y Juntas de Gobierno de
Concepción del Uruguay, Colón, San José, Concordia, Federación, Chajarí, Colonia
Alemana, Villa del Rosario, San Jaime de la Frontera y Los Conquistadores
pidiendo que se prohíba la hidrofractura en el ámbito territorial de las
localidades y su Ejido.
El gobierno de Entre Ríos e YPF anunciaron en 2012 que realizarían “exploraciones” en nuestro territorio durante este año con el propósito de extraer gas de esquisto. En ningún momento la ciudadanía fue debidamente informada de parte de las autoridades sobre las implicancias de este preocupante emprendimiento de manera que pueda decidir a conciencia si le otorgará la necesaria LICENCIA SOCIAL. Como tampoco fue consultada ni convocada como parte para conformar los equipos requeridos por la Constitución para realizar los estudios previos de impacto ambiental que sorprendentemente nadie menciona cuando estamos frente a una técnica que en el mejor de los casos puede denominarse como sumamente riesgosa y EXPERIMENTAL. Así mismo constatamos que no se aplica el Principio Precautorio constitucional. Sin embargo se ha seguido adelante a toda marcha despreciando a la gente que no será favorecida porque esta energía extra no está destinada a satisfacer sus necesidades sino para hacer posibles mega-emprendimientos extractivistas y dilapidadores de todos nuestros bienes comunes naturales.
Los aquí reunidos hemos coincidido unánimemente en:
-
Continuar con la presentación de notas en los Honorables Concejos Deliberantes y Juntas de Gobierno solicitando declaren a los respectivos ejidos municipales y comunales “Libre de Fracking”.
-
Solicitar a los HCD y Ejecutivos municipales emitan una Resolución al respecto para que, como es su deber, preserven la vida de los ciudadanos y del ambiente en que vivimos.
-
La Asamblea se auto-convoca nuevamente en la ciudad de Concordia para el corriente mes de febrero con día a confirmar.
-
Invitar a todos los ciudadanos de nuestra Región, a informarse y movilizarse para exigir a los representantes de nuestras comunidades (Presidentes Municipales y de Juntas de Gobierno, Concejales y legisladores provinciales y nacionales, funcionarios locales y del gabinete provincial y a nuestras máximas autoridades) que declaren Libre de “FRACKING” al territorio entrerriano y regional.
Nos definimos como colectivo de lucha en defensa de la vida, por una auténtica
soberanía que tenga en cuenta ante todo el bienestar de la comunidad, la
preservación del ambiente en que vivimos y para que los gobiernos Nacional y
provinciales, no importa de qué tiempo y extracción política, pongan freno a la
avalancha extractivista internacional con relación a los recursos de nuestra
madre tierra.
Foro Ambiental Waj Mapu Dpto Federación; Asamblea Ciudadana Ambiental de
Concepción del Uruguay;
Asamblea Ciudadana de Concordia; Organización Coordinadora por los Derechos y la
Justicia de Monte Caseros, Corrientes;
Asamblea Popular Ambiental Colón Ruta 135; Centro de Comercio de Federación;
Centro Actividades Económicas de Chajarí (CAECh); Movimiento provincial Libre de
“Fracking”, Paraná,
y ciudadanos de San Jaime de la Frontera, Colonia Alemana, Villa del Rosario y
Chajarí.
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Comisión Prensa y Comunicación
UAC Unión de Asambleas Ciudadanas
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Contra el Saqueo y la Contaminación
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