martes, 19 de noviembre de 2013

Otro país-mundo requiere que sus pueblos adquieran visiones integrales.

Superen las fragmentarias y lineales para 
poder construir sus autodeterminaciones.

En la síntesis del libro "Repúblicas Unidas de la Soja" de fines del año 2007,  Javiera Rulli (compiladora) nos sitúa en cómo avanza el arrasamiento de la soberanía nacional y popular. Nos advierte cómo se expande la ocupación económico territorial en Sudamérica:

"El sistema
La soja no es un mero cultivo, la soja es un sistema que condiciona cualquier política. El sistema de la soja es, por lo tanto, la cota ciega sobre la que transcurre la confrontación establecida entre progresismo y neoliberalismo, entre soberanía nacional y globalización, entre hallar el propio destino y la subordinación a un destino colonial. Este sistema se define por políticas agrarias diseñadas para un país, desde remotas oficinas que no pueden evitar -más allá de sus buenas o malas intenciones- la tragedia de que esas políticas desvirtúen las democracias de los países a los que van destinadas.
Las nuevas corporaciones
Los agronegocios son uno de los principales núcleos de poder de las corporaciones que dominan el Cono Sur. Dividen a la región en 3 modelos de monocultivos: producción de oleaginosas, árboles para celulosa, y caña para azúcar y etanol. Estas corporaciones comparten el territorio con las transnacionales mineras y petroleras. Actualmente, en la nueva era de la “Bioenergía”, estos diferentes sectores económicos se están fusionando para generar megaoligopolios. Así, desde el agro se está desarrollando una estrategia regional y un proyecto de integración corporativa. La dominación territorial se expresa a través de la expansión de los monocultivos y la culminación de las vías logísticas de escurrimiento hacia los puertos al exterior. Las actividades de los “agronegocios” y las industrias extractivas constituyen el eje estructural y el origen de los principales conflictos sociales y ambientales en la región sudamericana. (...)

El nuevo modelo
Para entender el modelo de la soja, se debe aclarar que ya no estamos hablando de una agricultura tradicional que emplea escalas moderadas de superficie, abastece al mercado nacional y es una fuente de trabajo. Este modelo supone una agricultura sin agricultores, una agroindustria que consiste en la commoditizacion y primarización de la producción agrícola e implica la industrialización y el empoderamiento del sector por los agronegocios y la (re)estructuración de la dinámica productiva local/ regional. Finalmente, no se puede ignorar que el modelo agroexportador de la soja es una consecuencia inherente de los procesos de integración y globalización económica. Desde las dictaduras de los años 70 en el Cono Sur, se reordenaron los poderes económicos en el territorio, para que posteriormente, en democracia, las instituciones financieras internacionales pudieran diseñar programas económicos con objetivos geopolíticos. En la actualidad, las instituciones financieras y la banca internacional inyectan y especulan con los capitales desde sus diversas caras.
  • Por un lado, la banca multilateral financia la construcción de la infraestructura que soporte al modelo agroexportador -tales como la hidrovía y todo el complejo del IIRSA, que consiste en autopistas, ductos, telecomunicación, puertos, etc.- y que finalmente se traducirá en mayores niveles de deuda externa.
  • Por otra parte, las caras privadas de las instituciones financieras internacionales y la banca privada se dedican a inyectar dinero al sector industrial y de agronegocios promoviendo la expansión de la frontera agropecuaria. En la zafra del 2003/04 cuando los monocultivos de soja se extendían por 14,2 millones de ha, el 60% de la tierra estaba en manos de pooles de siembra o empresas similares.

Cómo funciona
El modelo de la soja consiste en un paquete biotecnológico compuesto por la semilla transgénica de soja RR (Roundup Ready), plaguicidas - principalmente los herbicidas a base de glifosato- y la técnica de siembra directa. Este paquete es indivisible, dado que estos 3 componentes son los que permiten la industrialización de la agricultura, la implementación de grandes superficies de monocultivos y la ventaja de mínima mano de obra. Se trata de una agricultura sin agricultores. En la Argentina actual, con tecnología de punta, para 1000 has sólo se requieren 2 personas trabajando por año. Pero la necesidad de poseer capital, recursos económicos para poder adquirir insumos y solventar la maquinaria necesaria, hacen que la soja se vuelva sólo rentable a grandes escalas y esto genera un proceso violento en el que va desapareciendo el pequeño productor. El productor remanente se convierte en un personaje dependiente de pagar los créditos adquiridos y vive calculando lo que necesitará en insumos hasta la cosecha; depende pues completamente de los créditos y los adelantos que le otorgan los silos y las financieras. Es una carrera contra el tiempo para que este productor mediano desaparezca. La lógica subyace siempre en la obligación de expandirse continuamente para poder mantenerse competitivo.
La cara visible
Con el modelo de la soja se inauguran nuevos grupos económicos; grupos inversionistas especulativos, tales como el grupo Los Grobo de la familia Grobocopatel en Argentina y el Grupo Favero S. A. en Paraguay. Estas son las caras más visibles, los llamados “reyes de la soja", de grandes grupos inversores que alquilan tierras en múltiples lugares, y ni siquiera recurren a comprar los terrenos porque sus proyecciones son “máximo rendimiento a corto plazo”, una especie de maquila agrícola. Según Grobocopatel él se considera el Sin Tierra más grande del mundo y plantea que la biotecnología ha democratizado la agricultura, porque ahora todos pueden dedicarse a la agricultura, solo se requiere tener capital. Así también se da la entrada masiva de capital extranjero, en Argentina el fenómeno de extranjerización de la tierra afecta el 17% de la superficie. También se produce este mismo fenómeno de forma oculta cuando se establecen empresas manejadas por locales, pero con capital extranjero.
La cara oculta
Detrás de la soja, uno encuentra grupos anónimos de inversiones donde especulan con fondos de pensión, participan grupos de inversores que combinan los sectores de comunicación, ganadería y otros. Así se conforman los “pooles de siembra” donde se integran contratistas rurales, empresas de agroquímicos, inversores (nacionales y extranjeros) para llevar a cabo producción agropecuaria. Estos grupos de inversión son los actores más violentos en la penetración de las nuevas áreas. Se trata más bien de mercenarios empresariales con manejos de matones, una especie de “Chicago boys” mezclado con estilos de la “pesada” de la dictadura. Estos personajes, por apropiarse del terreno, en muchos casos no ponen límites en cuanto a la corrupción, violencia y destrucción ambiental. Este sector es la punta de lanza asociada con los silos transnacionales.
Los gigantes de la exportación
La soja es exportada finalmente por unos pocos actores económicos. El mercado internacional está regido por un puñado de Corporaciones de las grandes graneleras -Cargill, ADM y Bunge - se han repartido el territorio del Cono Sur. Los protagonistas de este sector son las corporaciones de cerealeras que actúan como “gigantes invisibles” que controlan todo el mercado alimentario.
La integración vertical de estas corporaciones les permite dirigir íntegramente el desarrollo de la agricultura a través del control total de los productores, convirtiendo a éstos en meros eslabones de una cadena de producción industrial. Con el surgimiento del mercado de agrocombustibles, el futuro de la producción agrícola se torna aún más lúgubre.

El desafío
Los agronegocios ocupan el territorio y condenan a la población a migrar, sea a la pobreza de los márgenes de las ciudades o a los trabajos precarios. Necesitamos hallar los elementos intelectuales que nos permitan visualizar y enfrentar esas nuevas situaciones neocoloniales, poder repensar las relaciones de la ciudad y el campo en épocas de globalización. En este marco de violencia no hay mesa de diálogo posible, ni responsabilidad social empresarial, que sólo pretende mitigar los impactos y desarrollar políticas asistencialistas.
"Repúblicas unidas de la soja" editado por el Grupo de Reflexión Rural Compilación a cargo de Javiera Rulli
 Fuente: http://lavaca.org/notas/la-republiqueta-sojera-radiografia-de-un-modelo-violento/

El avance de esta ocupación económica territorial fue legalizado y legitimado por los gobiernos de turno de la democracia desde 1984. Es decir, continuaron al proceso de reorganización nacional que la alianza de capitales y estados imperialistas con los locales implantó mediante terrorismo de estado.

Expansión de la soja transgénica en la Argentina
En el año 2009 Miguel Teubal se refiere a:"(...)El boom sojero Desde los años setenta el cultivo de la soja ha crecido sostenidamente en la Argentina. La producción pasó de 3,7 millones de toneladas en 1980/81 a 10,8 en 1990/91 y a 35 en 2002/03. En la campaña del 2006 alcanzó 40 millones de toneladas. Se estima que en 2007 fueron sembradas 16,5 millones de Has para producir unas 49 millones de toneladas y así “responder a las expectativas internacionales”. Esto significó que la soja pasó de representar 10,6% de la producción de cereales y oleaginosas en 1980/81 a 28,4% en 1990/91 y a más del 50% en el período 2002/03. Otro tanto ocurrió con la superficie destinada a la producción sojera, pues en 1980/81 representaba el 9,1% del total del área cultivada con cereales y oleaginosas, en la campaña 1990/91 pasó al 24,8%, y en 2002/03 a más del 46%. 
En la actualidad los 16,5 millones de Has que ocupa la producción de soja constituyen más de la mitad de la superficie que se destina a la producción de granos en el país.(véase Teubal, Domínguez y Sabatino, 2005 y datos oficiales recientes). Asimismo, la casi totalidad de la producción sojera es transgénica y se destina a exportación. En 2005 las exportaciones del complejo sojero representaron 8.460 millones de dólares (24,5% del total nacional). La mayor parte de estas exportaciones fueron harinas y otros subproductos de la soja, destinados fundamentalmente al consumo del ganado de los países europeos, ya que después de la crisis de la “vaca loca”, la soja se transformó en uno de los alimentos balanceados más apetecibles para alimentar los pollos, las vacas y los cerdos del antiguo continente. Ciertamente no es un cultivo que por definición contribuye a paliar el hambre en el mundo y, menos aún, en Argentina, como sostienen sus defensores. Estas tendencias se han dado en detrimento de la producción ganadera, de otros cereales tradicionales, de los tambos (productores de ganadería lechera) de las explotaciones que producen frutales y los tradicionales cultivos industriales del interior del país. En efecto, entre las campañas agrícolas de 1997/98 y 2004/05 la producción sojera aumentó casi 20 millones de toneladas, mientras que la de girasol cayó 2 millones, la de arroz 0,5 millones y la de maíz se mantuvo más o menos constante. En la provincia de Córdoba el auge de la soja fue acompañado por la pérdida del 17% de las cabezas de ganado. A nivel nacional, de 1988 a 2003, la cantidad de tambos pasó de 30.141 a aproximadamente 15.000 establecimientos.
Estimaciones recientes plantean que en la actualidad los productores de lácteos no superan los 11.500 productores. También cayó la producción de frutales y de los cultivos industriales tradicionales (por ejemplo el algodón) del interior del país. En los últimos años el auge de la soja también ha desplazado a frutas y hortalizas producidas en los entornos de las grandes ciudades, incidiendo en el alza de los precios de productos básicos de consumo popular, como el tomate y la papa. La soja transgénica arrasa: de haber sido uno de los “graneros del mundo” la Argentina se ha transformado en una “república sojera”. Rápidamente la economía se ha “reprimarizado” (retornado a actividades primarias), y más que en cualquier otra época de la historia del siglo XX, depende de un sólo producto de exportación, con todo lo que ello significa en términos de vulnerabilidad externa. Es más, tal como lo señalan los defensores del modelo, el auge de la producción de biodiesel y otros biocombustibles, así como la demanda sostenida que parece generarán China y la India en el futuro, podrían darle nuevo oxígeno al modelo sojero. 
Constituye un modelo que tiende a menoscabar la tradicional agricultura familiar. Entre los censos de 1960 y 1988 desaparecieron 51.000 explotaciones agropecuarias, 1.800 por año. Entre los censos de 1988 y 2002 –en plena era neoliberal– desaparecieron 87.000 explotaciones agropecuarias, esto es, 6.263 por año. Y las que desaparecieron fueron fundamentalmente las de menos de 200 Has (75.293 explotaciones) mientras que en el estrato de 200 a 500 Has, desaparecieron 7.561. En cambio, aumentaron las de más de 500 Has, particularmente las del estrato de entre 1.000 a 2.500 Has. Se fue ejecutando inexorablemente la propuesta de los funcionarios públicos del “menemismo” (seguidores del ex Presidente Menem) en el sentido de que indefectiblemente debían desaparecer 200.000 productores agropecuarios, considerados “ineficientes” por naturaleza. El agro argentino se fue transformando a paso acelerado en una agricultura sin agricultores, ya que las explotaciones que desaparecieron fueron principalmente las medianas y las pequeñas (Teubal, Domínguez y Sabatino, 2005). 
Los productores que han logrado sobrevivir y mantenerse en el sector se ven sujetos más que nunca a las pautas impuestas por las transnacionales que proveen no sólo la semilla, sino también el paquete tecnológico involucrado en el modelo. Por tanto, el qué, cómo y con qué tecnología producir tienden a ser cuestiones dictaminadas cada vez más por estas empresas. En definitiva, algunas de las consecuencias de estos procesos son: la desaparición de la agricultura familiar, la transformación del sector en una agricultura sin agricultores, la creciente dependencia del productor agropecuario de las transnacionales, y la pérdida de soberanía alimentaria (dejar de producir los alimentos básicos de consumo popular masivo). (...)
 
El avance de esta totalitaria ocupación económica territorial se afianza hoy con la promoción de la de China, con la justificación de que nos hace progresar y alcanzar bienestar social. Veamos:


La lógica progresista e izquierdista que procura nuestro aval al avasallamiento de nuestros pueblos.
Martín Burgos, en "La ruta de la soja: Aportes para el entendimiento de la relación Argentina-China". La revista del CCC [en línea]. Septiembre / Diciembre 2012, n° 16. [citado 2013-11-19].

1. Introducción
En el inicio del siglo XXI, Argentina conoce un cambio importante en su comercio exterior, esencialmente por el peso creciente de los países como Brasil y China, que de a poco reemplazan a socios más tradicionales como los países europeos y Estados Unidos como los mayores destinos de las exportaciones y origen de las importaciones. Estos cambios, sin dudas, son el reflejo de las grandes transformaciones que está conociendo la economía mundial, que se traducen en reacomodamientos de todos los países en un nuevo contexto. En buena medida, los cambios que estamos presenciando se deben a la emergencia de la República Popular China como potencia económica mundial: este nuevo “taller del mundo” conoce una revolución industrial que modifica su estructura productiva interna, y se proyecta en su comercio exterior, colocándolo como el primer exportador de mercaderías del mundo, y el segundo importador. ¿Quien recuerda que hasta mediados de los años 80, sus exportaciones consistían por la mitad en productos primarios: petróleo y alimentos? Hoy las exportaciones chinas se componen de todo tipo de bienes industriales, no solo productos de consumo masivo (electrodomésticos, computadoras), sino también bienes de capital.

Desde nuestro continente, la faceta más conocida de esta nueva división internacional del trabajo que se desarrolla alrededor de China la constituyen sus importaciones de materias primas (alimentos, petróleo y minerales), que llegan desde regiones lejanas como África, América Latina, Medio Oriente y Oceanía. Nuestro país se encuentra en esa situación, la de proveedor de materias primas e importador de bienes industriales desde China. Varios autores ven en esa relación la reproducción de la relación desigual que Argentina mantenía con el Reino Unido durante el modelo agroexportador, algunos para criticarla y otros para alabarla. Los argumentos son variados, y pasan por el déficit de nuestro comercio bilateral, las inversiones directas realizadas por capitales chinos orientados exclusivamente hacia la explotación de los recursos naturales, y la dependencia de nuestro país respecto de la venta de soja hacia China.
Aunque los argumentos vertidos parecen razonables, y que el riesgo de caer en una relación de dependencia es una posibilidad, resulta necesario marcar otros aspectos de la relación bilateral con China que matizan o directamente contradicen esa interpretación, para avanzar hacia un mayor entendimiento de la situación actual. En este estudio nos centraremos en dos argumentos de peso para evaluar la relación de nuestro país con China: por un lado, la evolución del comercio bilateral a través de la balanza comercial, y por otro el patrón de comercio bilateral.
La evolución de la balanza comercial de Argentina respecto de China fue superavitaria hasta 2008, año a partir del cual el saldo empezó a ser negativo por más de 1.000 millones de dólares, y creciendo hasta llegar a más de 4.000 millones de dólares en 2011. Pensado desde la perspectiva del mediano plazo, los datos de los últimos años no parecen muy alentadores: el comercio con China, lejos de dejarnos divisas, pareciera acercarnos al freno que implica la restricción externa al crecimiento. Esta preocupación llegó a un consenso bastante grande entre los especialistas pero, si bien es clave para nuestra relación con China, merece un mejor análisis de los datos del comercio exterior bilateral. Por eso la primera parte de este trabajo se dedicará al estudio de las estadísticas del comercio bilateral que, pese a ser un punto básico, ha sido poco atendida. En efecto, las investigaciones dedicadas a la relación bilateral con China toman los datos de exportaciones e importaciones argentinos como ciertos, cuando se sabe que las diferencias estadísticas existentes entre los datos oficiales argentinos y chinos son muy grandes. Nos proponemos enfrentar ese problema y llegar a datos de exportaciones e importaciones que se acerquen a la realidad, para sacar conclusiones respecto de la dinámica del comercio bilateral y sus resultados.
En la segunda parte nos dedicaremos a otro de los temas que generan bastante consenso en la literatura especializada sobre el tema, en cuanto el patrón de especialización comercial que se generó entre Argentina y China nos condena a una “dependencia” de exportación de materias primas, en particular la soja y sus productos derivados. En esa interpretación, Argentina tendría muy escasos márgenes de maniobra para defender su industria nacional, y la adopción de una política comercial adversa a los intereses chinos será respondida con fuertes represalias. Si bien queda bastante esclarecida la importancia de China en el comercio exterior argentino, para tener una correcta apreciación de la relación bilateral es necesario un estudio de la estructura de las importaciones chinas con el objetivo de ubicar el papel de Argentina como proveedor y su posición respecto de otros competidores. Es el trabajo que nos proponemos realizar en esa segunda parte, para poder entender en su totalidad cuales son los temas económicos subyacente a los roces comerciales que existen entre ambos países, y para evaluar los márgenes de negociación existentes para la política de defensa de la industria nacional llevada adelante por el gobierno nacional. Leer
El acaparamiento de China a favor de su acumulación.
El gobierno del gigante asiático ratificó su interés en participar, a través de la compañía Bridas, de la explotación de los recursos disponibles en el yacimiento de Vaca Muerta, algo que podría concretarse a partir del año próximo.
"Bridas tiene mucho interés en participar. Ordenaron estudios, pero demandan un año y esperan ver los beneficios que da el Gobierno argentino a la inversión", indicaron fuentes diplomáticas del país asiático.
Después del acuerdo entre la petrolera argentina y la estadounidense Chevron, China se mostró muy dispuesto a sacar tajada de las opciones que se abren.
Los voceros diplomáticos confirmaron que informes internacionales le aseguraron al gobierno chino que las reservas de petróleo y gas no convencional en ese campo argentino son "formidables".
China tiene tres compañías petroleras de propiedad estatal, Sinopec y CNPC, CNOOC, pero para evitar competencia interna la que interviene en el proceso argentino es la última, debido a que ya tiene operaciones en el país a través de Bridas, consorcio en el que está asociado con la familia Bulgheroni. Leer
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A pocas horas de haberse adjudicado–junto con la empresa local Electroingeniería– la megaobra de las represas santacruceñas con una oferta de $ 22.925 millones, el grupo chino Gezhouba salió a redoblar la apuesta y confirmó que tiene en la mira Chihuido, otro millonario proyecto hidroeléctrico en Neuquen.
“Elegimos venir a Argentina por su potencial económico y por las necesidades energéticas que tiene el país para atender su crecimiento de los próximos años”, afirmó Yuan Baoyi, vicepresidente de Gezhouba International (GGI). Leer
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Yang Shidi, consejero de asuntos comerciales y de negocios de la nación oriental, confirmó que además de la búsqueda de materias primas, el gigante participará del saneamiento del Matanza, la expansión del tren, y la construcción del subte de Córdoba. China ya es el segundo socio comercial del país 

En ese sentido, Yang destacó que la compañía estatal China Communications Construction Company Limited (CCCC) tendrá a su cargo el saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo, el curso de agua más contaminado del país y entre los 30 más contaminados del mundo. 

En esa área al sur de la capital se instalaron hace décadas varias industrias petroquímicas que ante la falta de control gubernamental causaron un daño irreparable en el medio ambiente de la zona. La Corte Suprema de Justicia ordenó en 2008 al gobierno acelerar el traslado de las industrias y sanear las aguas. 

Otro rubro con una fuerte presencia china serán los ferrocarriles, comentó Yang. 

La semana pasada ambos gobiernos confirmaron que la compañía China Machinery Engineering Corporation (CMEC) tendrá a su cargo las obras para reactivar el ramal Belgrano Cargas por 2.500 millones de dólares. Esa línea ferroviaria, de 1.700 kilómetros, une la capital con las provincias del norte del país. 

A su vez, la empresa China Railway Engineering Corporation construirá el subterráneo en la mediterránea provincia de Córdoba, con financiamiento del banco chino Eximbank. 

Hay otros tres proyectos en el rubro ferrocarril bajo estudio.
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La ocupación extractivista de China va contra el buen vivir en Argentina y Nuestra América
Cumbre empresarial china en América Latina: más allá de los negocios
Por Henry Picado
Entre los días 26 y 27 de noviembre se espera que arriben a Costa Rica 800 empresarios y políticos para celebrar la VII Cumbre Empresarial entre China, América Latina y el Caribe a desarrollarse en la cuidad capital, San José. Dicho evento es publicitado por el Ministerio de Comercio Exterior como un espacio para los “buenos negocios”, pero se sabe que hay muchas otras cosas detrás.

En realidad la agenda es más que una reunión empresarial, ya que tiene un programa con contenido altamente político. El corazón de dicha reunión de empresarios se sitúa en el libre comercio y muy particularmente en la propiedad intelectual, la economía verde, las grandes infraestructuras, los monocultivos y la biotecnología.
Un espacio para sus “buenos negocios” a contrapelo de la realidad costarricense, donde seguirán alzando la bandera de liberación económica, la privatización y la mercantilización de la vida. A más de 20 años de aplicación de la receta neoliberal, en Costa Rica azota el desempleo, la desigualdad social, la privatización de los servicios de salud, la precarización de nuestros derechos fundamentales y el despojo de los territorios rurales.
Sumado a esto, la propuesta de empresarios y políticos para esta cumbre es profundizar aspectos como la protección a las inversiones, a la propiedad privada, pero especialmente a la propiedad intelectual, La jornada del primer día se dara apertura al evento con frases como “...las economías emergentes como China y los países de América Latina deberán confrontar restricciones institucionales e impulsar reformas para promover el desarrollo futuro. Sólo mediante el mejoramiento de los mecanismos de mercado y de la protección de la propiedad intelectual, los países pueden motivar de una manera más eficiente el emprendedurismo y la innovación.”Mecanismo que atenta muchas veces a derechos fundamentales del grueso de las personas y que brindan privilegios a las inversionistas y empresas.

Por supuesto, el tema de la energías está presente, por un lado se prevé el impulso a la polémica Refinería China, pero el centro de la discusión será la explotación de gas esquisto por fractura hidráulica(fraking), tecnología que es sumamente peligrosa y contaminante de las fuentes de agua potables. Junto con esto la negociación con países insulares y continentales para la explotación de petróleo por parte de la compañía petrolera china será un punto a tratar.
Políticos-empresarios de 36 países y transnacionales se darán la mano una vez más para fomentar los monocultivos y los agroquímicos. China es uno de los países con menor área cultivable por habitante, lo cual hace que su abastecimiento de comida dependa de las importaciones especialmente de los países del sur global. Esta economía asiática es una de las más grandes acaparadoras de tierra en América Latina y por su puesto en esta Cumbre el tema de inversiones agrícolas es una de las más fuertes. Su agenda plantea el impulso de la biotecnología en la agroindustria, el fomento de la liberación de transgénicos de todo tipo y las inversiones en producción de agrovenenos, incluso los prohibidos, como el 2,4-D ahora usado en soya y maíz transgénico e impulsado por el gigante asiático.
Está ampliamente demostrado que el fomento de los monocultivos genera desplazamiento forzado del campo a la cuidad. En esta Cumbre empresarial se impulsará la creación de centros urbanos en el campo, es decir la urbanización de lo rural. Es una de las consecuencias de la descampesinización y el despojo y estos empresarios chinos lo ven como una gran oportunidad de negocios en lugar de un síntoma de la crisis del campo. Impulsarán además las Ciudades Modelos y la Zonas Económicas Especiales, propuestas aplicadas en la región que funcionan como Estados dentro de los Estados donde pueden instalar industrias y sembrar todo tipo de transgénicos, por ejemplo. Incluso en Honduras se plantean estas zonas con legislación y gobiernos separados de Estado, una especie de feudo medieval hiper-tecnificado. En resumen, por los temas planteados en la agenda de esta Cumbre, publicada en su sitio web, se deja ver que el objetivo de estos 800 empresarios y políticos es seguir acumulando poder y riqueza a costa del sufrimiento y explotación de los pueblos de América Latina.
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Ferrocarriles chinos
Septiembre 2011

Por Martín Scalabrini Ortiz - Federico Ferrer (especial para ARGENPRESS.info)
Durante los últimos años, Argentina inició negociaciones para concretar varios acuerdos con la República Popular de China. Entre los acuerdos, hay ocho en materia ferroviaria: dos están en funcionamiento, cinco están para la firma y otros dos en los pasos iniciales de cooperación (ANEXO I). Si se concretaran estos convenios, no sólo dejarán al país con una deuda inicial de 10.000 millones de dólares, sino que también se colocará al país en una posición de dependencia tecnológica inaceptable en materia ferroviaria con el país asiático. La negociación entre los pares impulsarían.

La compra de 44 locomotoras y más de 650 coches, con un costo superior a los U$S 1.100 millones, se encuentra en vías opuestas al potencial de desarrollo y capacidad del Estado Argentino para reactivar la industria ferroviaria. De este modo, se anula la posibilidad concreta de fabricar nuevos materiales rodantes y reabrir talleres para la reparación y actualización de locomotoras y vagones -que generan diversos puestos de trabajo de alta calificación-.
La compra de 500.000 toneladas de rieles UIC 54, de producción china, se encuentra muy lejos de impulsar un plan siderúrgico. “El acero más caro es el que se compra”, fue una de las tantas razones para que el Gral. Savio impulsara el Plan Siderúrgico Argentino que dio como resultado la creación de Somisa -Sociedad Mixta Siderurgia Argentina- el 11 de julio de 1947. A fines de los años 80, Somisa tenía más de 11.000 trabajadores a pesar del desguace sufrido durante la dictadura militar.
La planificación y construcción de los subterráneos y del sistema ferroviario estará a cargo de cinco empresas de origen chino. En estos acuerdos, no hay ninguna mención que especifique un cupo mínimo para el contrato de profesionales argentinos. Esto es una clara indicación de que los acuerdos son del tipo “llave en mano”. Es decir, que no sólo se compra material importado proveniente de China, sino que también se está adquiriendo valor agregado de profesionales extranjeros. De esta manera, el Estado Argentino se estará endeudando por trabajo extranjero, mientras que en nuestro país existen más de 30 universidades públicas que forman los profesionales que podrían desarrollar la tecnología apropiada.
Todos estos convenios indican una clara falta de políticas concretas para generar los espacios necesarios para reindustrializar realmente nuestro país. .Se cede la fabricación de material rodante, la producción de acero, su planificación y su construcción. Sin embargo, lo más peligroso es que Argentina no exija la administración de sus ferrocarriles, y es ahí donde cabe preguntarse sobre la función que realmente se le dará al ferrocarril. Raúl Scalabrini Ortiz dijo: "Aún cuando las empresas inglesas no hubiesen cometido tropelías, ni sobornado presidentes, ni burlado la ley, su función nociva hubiera existido igualmente porque el mal fundamental deriva de la función imperialista del ferrocarril como instrumento de dominación semicolonial" [1].

El Belgrano Cargas es una red que se extiende por todo el norte argentino y que tiene como terminales los puertos del Litoral y de Buenos Aires. La decisión de rehabilitarlo no es un dato menor. Su primera fase será el ramal Rosario - Chaco, la segunda es Chaco - Salta. Lo curioso es que en Chaco empresarios del Estado de China están interesados en invertir en la producción de soja, trigo, biodiesel, arroz y madera [2]. Asimismo, en Salta están negociando en las áreas de minería, exploración y explotación de hidrocarburos y en el sector tabacalero [3]. También, cabe destacar las relaciones comerciales que ya existen: el “equilibrio” comercial de los primeros nueve meses del 2010 significó que más del 96% de las exportaciones a China sea materia prima o productos relacionados y que más del 80% de las importaciones sea maquinaria, vehículos y manufacturas. (ANEXO II)
De esta manera, el Belgrano Cargas significará , ni más ni menos, que el transporte barato para poder exportar materias primas por los puertos, en una lógica de dependencia similar a la que teníamos con Inglaterra en el siglo XIX con los ferrocarriles ingleses. Nuevamente, los grandes capitales construirán las infraestructuras capaces de dominar las relaciones económicas de un pueblo que supo ser independiente y soberano.
Los ferrocarriles deben ser del pueblo argentino, de lo contrario, encarnarán el antiprogreso.

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El neodesarrollismo continúa al neoliberalismo y lo hace más efectivo acordándolo con el devenir social e histórico.
Consideremos el rol del Estado en el avasallamiento de los pueblos de Argentina por privilegiar al 'Mercado'.
 
Observaciones al Anteproyecto del Código Civil y Comercial de la Nación
Por Stella Maris Biocca
 
Cabría preguntarse cuáles son los principios que fundamentan las normas que se vinculan con el régimen económico. En la actualidad hay dos grandes corrientes: las que son el soporte legal del neoliberalismo y las que otorgan al Estado un rol regulador y de intervención en las distorsiones del mercado, sean estas últimas las corrientes desarrollistas o las neokeynesianas.
 
El anteproyecto de Código Civil y Comercial que se presentó al Senado de la Nación para ser evaluado previamente por una Comisión Bicameral es una reforma imprescindible, en tanto amplía los derechos de las personas humanas, eliminando toda suerte de discriminaciones y acordando mayores posibilidades con respecto a la identidad y a la familia.
En cambio, en ciertas normas generales cuanto en las específicas de derecho internacional
privado, introduce los instrumentos más caros y eficaces del neoliberalismo, reduciendo
claramente la actuación del Estado aun en las relaciones jurídicas en el que el Estado es parte.
Estos instrumentos son la privatización de las reglas. Es decir, pensar todas las relaciones jurídicas internacionales sometidas al derecho privado
. Y por tanto excluirlas de la jurisdicción y de la ley aplicable dictadas por el Estado para las relaciones que tengan alguna vinculación con su territorio.

En suma, cualquiera sea el lugar donde se desarrolle la relación jurídica, las partes pueden elegir la ley que se aplique aunque nada tenga que ver la relación jurídica con la ley que puede pertenecer a otro Estado.

De igual manera, las partes pueden elegir otro Tribunal privado o no, interno o internacional distinto al de los Estados en los que surge el conflicto y se desarrolla la relación jurídica.
Paradigma de este criterio del neoliberalismo son los Tratados de Protección de Inversiones y la
sujeción de los conflictos al CIADI.
Los países industrializados –dice Francois Rigaux-, para obtener la máxima protección de sus intereses, exigen a los países de recepción una total privatización de las reglas, las que así les resultan apropiadas y ventajosas convirtiendo al derecho internacional en un artilugio que permite universalizar la privatización del poder económico, que se complementa con las restricciones a la inmunidad jurisdiccional y la privatización de la justicia a fin de afianzar la concepción meramente privatista de las relaciones económicas.

Estos principios sólo se aplican a los Estados débiles, a los periféricos y a los que, como Argentina, tienen una escuela internacionalista dominante en este sentido desde fines del siglo XX. La privatización es funcional a la globalización hegemónica pues le resta poder decisorio en lo político, lo jurídico y lo económico al Estado.

Los ejes centrales de esta privatización se encuentran en la preponderancia dada a la autonomía de la voluntad para elegir la ley aplicable y la jurisdicción competente. Y en la privatización de la justicia desplazada por el arbitraje.
 
VER PONENCIA COMPLETA
Fuente: http://www.aldorso.com.ar/25-AGO-12_Biocca.htm
 
 
Estamos subsumidos en la reestructuración agraria, urbana e industrial que optimiza la acumulación de riquezas y poder por el capitalismo imperialismo. Liberarnos es asumir la «reforma agraria integral» como proceso y producto de la construcción de poder popular  Es organizarla e impulsarla mediante la creación del buen vivir por cada una y todas las comunidades, hermanadas entre sí formando un país-mundo tendiente a fundar la democracia en sus múltiples dimensiones.

Es la recuperación de las relaciones socioeconómicas entre, y por, los diversos de abajo que arraigan en sus bienes comunes e historias compartidas. Es dirigir  dichas relaciones hacia la convivencia local, provincial, nacional e internacional por ir concretando sus contenidos y sentidos de reciprocidad.

La «reforma agraria integral» parte de las actuales disputas por territorios al capitalismo imperialismo que llevan a cabo:
  • los pueblos originarios, la Unión de Asambleas Ciudadanas, el Movimiento Nacional Campesino Indígena y organizaciones de trabajadores desocupados;
  • las luchas por vivienda, hábitat,  transporte y trabajo dignos y contra el narcotráfico, contra la criminalización tanto de la pobreza como de la protesta social;
  • los trabajadores que autogestionan sus empresas y los que defienden al sector público;
  • los artistas e intelectuales que no se someten a las reglas de juego en vigencia;
  • la Red Nacional de Medios Alternativos, etc..
 
 
 



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