La geopolítica de
Washington
y las Zonas Económicas Especiales
16 de septiembre de 2017
Por Carlos Fazio
(Alainet)
Desde finales de los años 80, ante las amenazas a su hegemonía por competidores
inter-imperialistas, Estados Unidos (EU) ha venido desplegando una renovada
estrategia de apropiación neocolonial de territorios y refuncionalización del
espacio a escala mundial. Como las dos caras de un mismo proyecto hegemónico, el reposicionamiento
militar de EU en el área llegó acompañado de una serie de planes geoestratégicos que
combinan intereses de seguridad y económicos relacionados con el acceso a zonas
privilegiadas por sus recursos geoestratégicos e infraestructura crítica
instalada, con una acción de control directo sobre poblaciones y puntos
geográficos determinantes, para los que han sido diseñados megaproyectos de
infraestructura (redes multimodales de carreteras, puertos, aeropuertos, vías
de ferrocarril, canales, cables de fibra óptica, etcétera).
Desde entonces asistimos a una nueva fase de
acumulación capitalista que remite a la acumulación originaria descrita por Marx en el capítulo 24 deEl
Capital (basada en el saqueo,
la depredación, el fraude y la violencia), y que David Harvey ha denominado
“acumulación por desposesión” o despojo, lo que junto con la financiarización y
reprimarización de la economía (con eje en el extractivismo), implica una
mercantilización y privatización de territorios, incluida la tierra como mercancía
y otros recursos geoestratégicos de ámbitos hasta entonces cerrados al mercado,
así como la expulsión del campesinado de tierras bajo propiedad ejidal, y su
utilización como una mercancía más susceptible de ser desechada (matable,
diría Agamben) o como fuerza de trabajo excedente, en algunos casos bajo
regímenes de semiesclavitud.
Del nuevo “arreglo espacial” se deriva que la
acumulación de capital construye una geografía a la medida de sus necesidades,
y que en momentos de crisis sistémica como el actual, el capital desplaza sus
contradicciones mediante un proceso de construcción violenta del espacio. En
ese marco, la irrupción de nuevas formas de acumulación legales, que muchas
veces derivan de actividades
ilegales, ha propiciado una nueva geografía del capital generada a base de una
violencia criminal que es utilizada para la ocupación de nuevos territorios,
así como para la desocupación o reocupación de otros.
Lázaro Cárdenas: un ejemplo
Un caso paradigmático era el de Los Caballeros Templarios, que
según la versión oficial difundida, controlaban “todas” las operaciones del
estratégico puerto de Lázaro Cárdenas, en Michoacán, que por razones de
soberanía y seguridad nacional estaban −o deberían estar− bajo control
constitucional de la Marina de Guerra y del Centro de Investigación y Seguridad
Nacional (Cisen, la policía política).
Ubicado en una de las nuevas zonas de
influencia geopolítica en disputa entre EU, Canadá y China –con eje en la pelea
por materias primas y las rutas comerciales marítimas−, Lázaro Cárdenas es el
segundo puerto industrial y comercial del continente americano sobre el Océano
Pacífico, después de Long Beach, en Los Ángeles, California.
Asiento de uno de los puntos principales de la
industria siderúrgica nacional, Lázaro Cárdenas se conecta a través de una red
multimodal de transporte a 13 estados del centro-norte de la República mexicana
que generan 60 por ciento del producto interno bruto nacional. En sus muelles
se descargan materias primas y manufacturas que abastecen el mercado nacional,
y los componentes que demandan las plantas maquiladoras instaladas en la región
del Bajío, principalmente empresas ensambladoras de automóviles y del rubro
aeroespacial. Y a través de una red ferroviaria controlada por la empresa
estadunidense Kansas City Southern de México (KCSM), se enlaza a través de dos
ramales (cuyos destinos son Nuevo Laredo y Matamoros) con la frontera norte,
pero en particular con la costa este de EU y Asia, gracias a una conexión
transfronteriza con el mundialmente conocido corredor Singapur-Kansas City.
El puerto de Lázaro Cárdenas fue rediseñado
como una pieza clave en la dinámica desordenar/destruir/reconstruir/reordenar
iniciada por Felipe Calderón, que tuvo continuidad en el Plan de Desarrollo
2013-2018 del presidente Enrique Peña Nieto, donde anunció la creación de tres
Zonas Económicas Especiales (ZEE). Publicada en el Diario Oficial de la Federación el 1 de junio de 2016, la Ley Federal de Zonas
Económicas Especiales responde al capitalismo criminal y militarizado de
nuestros días y a la nueva fase de acumulación por desposesión o despojo
neocolonial.
Sus escenarios principales serán el puerto de
Lázaro Cárdenas, abarcando los municipios colindantes de la Tierra Caliente y la Costa Grande de
Michoacán y Guerrero; Puerto Chiapas (antes Puerto Madero), en el municipio
chiapaneco de Tapachula; el corredor industrial interoceánico
Coatzacoalcos-Salinas Cruz en el istmo de Tehuantepec, que unirá el estado de
Veracruz sobre el golfo de México con el Pacífico oaxaqueño, y el corredor
petrolero que irá desde Coatzacoalcos hasta Ciudad del Carmen, Campeche,
pasando por Tabasco.
Enclaves productivos de exportación
Promovidos por el Banco Mundial (BM), la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Universidad
de Harvard, y con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y
el sector público y privado, los territorios incluidos en las ZEE serán tomados
por el gran capital y funcionarán como enclaves productivos de exportación al
gusto del capital transnacional, con eje en empresas maquiladoras.
Las inversiones incluirán importantes
autopistas (como la que conecta Michoacán con Puerto Chiapas), la modernización
de Tuxtla Gutiérrez, obras de infraestructura, gasoductos y la rehabilitación
del Ferrocarril del Istmo.
En junio de 2014, Petróleos Mexicanos (Pemex)
informó que había comenzado la operación del poliducto del Corredor
Transístmico (o Cinturón Transoceánico), que a lo largo de 381 kilómetros
enlazará por un lado la terminal logística de Pajaritos, en Coatzacoalcos,
Veracruz, con la
refinería Antonio Dovalí Jaime en el puerto de Salina Cruz,
en Oaxaca, lo que permitirá trasladar gas LP hacia el litoral del Pacífico y,
por otro, un gasoducto de Chinameca, Veracruz, a Salina Cruz, para el traslado
de gas natural. Ambos gasoductos, que atravesarán 14 municipios veracruzanos y
13 oaxaqueños, fueron proyectados hacia la costa oeste de Estados Unidos y el
mercado del sureste asiático y permitirán trasladar hidrocarburos en sólo siete
días, en comparación con los más de 16 que requiere un buque para cruzar por el
canal de Panamá.
Con respecto a Chiapas, la ZEE contempla la
creación de un agroparque en el Soconusco conectado con Puerto Chiapas. También
está proyectado un gasoducto que enlazará Salina Cruz con Puerto Chiapas y
Guatemala, cuyo objetivo es transportar gas natural desde la terminal oaxaqueña
de Salina Cruz a Guatemala a lo largo de 600 kilómetros . El
proyecto forma parte de una estrategia de encadenamiento regional que involucra
a México con los países del Triángulo Norte de Centroamérica, con asesoría y
apoyo financiero del BID y del Departamento de Estado de EU a través del Buró
de Recursos Energéticos.
Las ZEE incluyen estados como Michoacán,
Guerrero, Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Quintana Roo, Campeche y Tabasco, ricos en
biodiversidad, recursos forestales y que albergan riquezas arqueológicas y
etnológicas que han sido permanentemente amenazadas por el gran capital. Más
del 50 por ciento de los terrenos necesarios para las ZEE son una mezcla de
propiedades estatal, municipal y privada, lo que emergerá como una nueva fuente
de conflictos por la tenencia de la tierra y la conservación de los ecosistemas
y las culturas locales . Según el legislador Luis Sánchez, la ley afectará al
menos a 5 mil 866 ejidos, a 37 mil 877 localidades en 266 municipios y 12
estados con previsiones de gas o petróleo.
El 8 de julio de 2016, el ex presidente del
Consejo Coordinador Empresarial (CEE), Gerardo Gutiérrez Candiani, fue nombrado
titular de la
Autoridad Federal para el Desarrollo de las Zonas Económicas
Especiales (AFDZEE). El funcionario cuenta con autonomía técnica, operativa y
de gestión, y desde allí tendrá oportunidad de servir a los nuevos zares
energéticos mexicanos, que compartirán los negocios con las megapetroleras
mundiales. Entre ellos destacan Carlos Slim (Grupo Carso Oil&Gas), Germán
Larrea (Grupo México), Alberto Bailleres (Petrobal), Bernardo Quintana (Grupo
ICA), Armando Garza Sada (Grupo Monterrey, Alfa), Ricardo Salinas Pliego (Grupo
Salinas, Typhoon), Pedro Aspe (Evercore) y Luis Téllez (Monterra Energy/KKR).
Según la gaceta parlamentaria del 8 de marzo
de 2015, el ejemplo de referencia de las ZEE de México son las Zonas de Empleo
y Desarrollo Económico, también conocido como “ciudades Modelo”, aprobadas en
Honduras en 2011. El modelo hondureño no se restringe al sector de las
manufacturas, sino que puede incluir centros financieros y centros logísticos
internacionales; ciudades autónomas; distritos especiales de inversión;
distritos de energéticos renovables; zonas agroindustriales especiales; zonas
turísticas especiales; zonas mineras sociales; zonas forestales sociales o
cualquier otro régimen especial no especificado que incluya una combinación de
varios de esos regímenes, pero además incluye zonas sujetas a un sistema
jurídico especial, que podrán recurrir a cortes comerciales internacionales.
En el caso mexicano el proyecto pretende
formar zonas exclusivas para el capital, con excepcionalidad arancelaria,
libres de impuestos, con tribunales autónomos e independientes con competencia
exclusiva sobre las mismas, que podrán adoptar sistemas o jurisprudencia
conforme a “las mejores prácticas internacionales”. Contarán además con reglas
laborales propias y los incrementos salariales de los trabajadores se
determinarán por productividad y desarrollo de conocimientos.
Carlos Fazio, escritor, académico de la UNAM y
la UACM. Periodista
de investigación, colaborador del diario La
Jornada de México y el
semanario Brecha de Montevideo.
Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento de ALAI No. 527: Los territorios de la guerra (Coedición con OLAG).
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=231603
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