viernes, 28 de septiembre de 2018

Analicemos qué mundo sostiene la sociedad de consumo para beneficio de los oligopolios.

Es involucrarnos en las luchas antiextractivistas para defender la vida y la dignidad humana.
En cambio, el progresismo las estigmatiza.

Tomemos en cuenta a lo inadmisible para la vigencia de las justicias social y ambiental:

Las víctimas colaterales del “progreso” económico
9 de agosto de 2018
 
Por Homar Garcés (Rebelión)

Como parte del sentido común y de la vida cotidiana, la realidad ilusoria y deformada de las ventajas materiales individuales -propiciada por la gran industria ideológica que resalta los valores capitalistas- impulsa a mucha gente alrededor del mundo a emigrar de sus países natales en búsqueda de unas mejores y más seguras condiciones de vida. Esto se ve año tras año en la frontera que separa a Europa de África o en la que separa a Estados Unidos de nuestra América, lugares donde comúnmente acontece una infinidad de situaciones que condenan a los inmigrantes (indocumentados, para mayor precisión) a la detención, la deportación y, en el peor de los casos, la muerte sin dolientes, incluyendo a niños, como se pudo apreciar mediante las imágenes difundidas a nivel global en relación con el trato dispensado a los hijos de inmigrantes retenidos por las autoridades de Estados Unidos, siendo colocados en jaulas cual si se tratara de animales.
Esto comprueba, además, el grado en que el modo de producción -como régimen de producción y reproducción de la vida social- ha marcado, cual hierro candente, la mentalidad de muchas personas (hasta podrá afirmarse que al cien por ciento de la humanidad), por lo cual se esmeran en hallar un trabajo asalariado de mejor remuneración, al margen de cualquiera otra consideración que supondría despojarse de la falsa conciencia que poseen. Ello está acompañado por el comportamiento asumido en la actualidad por el Estado en muchas naciones del mundo al privilegiar la protección de los intereses supremos de las grandes corporaciones transnacionales más que la de sus propios ciudadanos, a quienes les reserva una situación de represión y militarización en previsión de exigencias económicas y políticas que hostilicen su nuevo rol al servicio del capital. Algo, por cierto, nada excepcional, en vista de sus antecedentes históricos, pero que ahora se cumple con una mayor notoriedad y desparpajo.
Como se extrae de la afirmación hecha por Zygmunt Bauman en el libro ‘Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias’, “refugiados, desplazados, solicitantes de asilo, emigrantes, sin papeles, son todos ellos los residuos de la globalización. No obstante, no se trata de los únicos residuos arrojados en cantidades crecientes en nuestros tiempos. Están también los residuos industriales ‘tradicionales’, que acompañaron desde el principio a la producción moderna. Su destrucción presenta problemas no menos formidables que la eliminación de residuos humanos, cada vez más horrorosos, y por razones muy similares: el progreso económico que se propaga por los rincones más remotos del ‘saturado’ planeta, pisoteando a su paso todas las formas restantes de vida alternativas a la sociedad de consumo”.
Para los dueños del capital, estas víctimas colaterales del “progreso” económico, en un sentido amplio, sólo tendrían algún derecho a existir siempre y cuando estén impregnados (y así lo hagan ver, sin disidencia alguna) de la visión e intereses de los sectores dominantes. Es lo que ocurre en diversas naciones, incluyendo las periféricas, con gentes de toda edad, deambulando en las calles, sin atención social. Así, junto a los graves efectos de la depredación sufrida año tras año por la naturaleza a nivel mundial, hay que considerar también lo equivalente respecto a las personas excluidas por este “progreso”.
A fin de evitar su multiplicación negativa, la misma dinámica socioeconómica del sistema capitalista globalizado impone la necesidad de construir unas nuevas formas de vivir y de comprender la vida, además de nuevas institucionalidades que tengan por fundamento una mayor expresión de democracia; todas las cuales, en conjunto, representarían abrir caminos a una nueva clase de sociedad. Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=245101

 
Reparemos que "junto a los graves efectos de la depredación sufrida año tras año por la naturaleza a nivel mundial, hay que considerar también lo equivalente respecto a las personas excluidas por este 'progreso'. A fin de evitar su multiplicación negativa, la misma dinámica socioeconómica del sistema capitalista globalizado impone la necesidad de construir unas nuevas formas de vivir y de comprender la vida, además de nuevas institucionalidades que tengan por fundamento una mayor expresión de democracia; todas las cuales, en conjunto, representarían abrir caminos a una nueva clase de sociedad".
 
Esto exige derrotar al progresismo que se presenta como la izquierda posible y valorar las luchas de los pueblos originarios por recuperar o defender sus territorios.
 

Por la unidad del movimiento indígena
La reforma no puede estar en manos de los reformistas
8 de agosto de 2018
 
Por Leonidas Iza Salazar
CONAIE

En distintas asambleas, los taitas se preguntan “¿qué pasa con los jóvenes?”; la respuesta es sencilla: durante diez años los planes de estudio fueron diseñados por un Estado neocolonial, que excluyó la necesidad de recuperar la identidad como principio político de superación de la exclusión, discriminación y marginación. ¿De qué sirve que el Estado se reconozca como plurinacional y que el kichwa sea una lengua de intercambio cultural, si en ninguna escuela se enseña?

Con esta frase, Lenin (el verdadero), planteaba la necesidad de luchar por objetivos concretos que permitan conseguir mejores condiciones para los miembros de las organizaciones. Las reformas no son nuestra meta, pero muchas de ellas deben disputarse en el campo de lo político, con el único propósito de acumular el mayor volumen de fuerzas posibles. Las reformas sociales arrancadas al Estado por medio de la lucha de los pueblos constituyen etapas en el camino hacia el objetivo final de la transformación de la sociedad.
A partir de la firma del decreto de restitución de la educación bilingüe (Latacunga – 6 julio), la CONAIE convocó a sus bases a participar del acto formal con la presencia del presidente de la República, Lenin Moreno. El Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi (MICC) fue el anfitrión, demostrando su capacidad de movilización y diálogo al interior de la organización. Sin embargo, una serie de comentarios y análisis contribuyeron a enriquecer los planteamientos de nuestra organización, y recuperar el debate perdido durante años. Con sorpresa, recibimos las versiones de diversos sectores del movimiento indígena y de la izquierda, acusándonos de “entreguistas” “negociadores” y “gobiernistas” a los dirigentes que estuvimos al frente de este evento, y con ello tratar de autodenominarse como “radicales”.
Ante lo cual, es necesario hacer un poco de memoria. Como ya lo expusimos en el discurso de orden aquel día, llegamos al diálogo luego de diez años de resistencia y lucha del movimiento indígena; el pueblo Panzaleo, al igual que las diversas nacionalidades y pueblos indígenas del Ecuador, luchó con un enorme saldo de heridos, criminalizados y dirigentes perseguidos. Lo planteamos ahora, no como una pose propagandística, sino como una referencia de las batallas que sostenemos desde hace años. Recordamos la frase de Mamá Tránsito Amaguaña “yo he viajado, he caminado por todos los lugares, pero jamás he negociado con la sangre de mis hermanos”, no como anécdota ni cita, sino como una tesis política y declaración de intenciones frente a la actual coyuntura que nos exige un alto nivel de consecuencia con nuestras bases.
La eliminación de la educación bilingüe fue una estrategia para desmovilizar al movimiento indígena, pues se suponía correctamente, que la educación es arma de reproducción ideológica, a través de la cual, el gobierno de Alianza País pretendió cooptar organizaciones, funcionalizar cuadros jóvenes y romper el entendimiento comunitario, esencia y fuerza de la movilización.
En distintas asambleas, los taitas se preguntan “¿qué pasa con los jóvenes?”; la respuesta es sencilla: durante diez años recibieron un pensum de estudios diseñado por un Estado neocolonial, y sin comprender la necesidad de recuperar la identidad como principio político de superación de la exclusión, discriminación y marginación. ¿De qué sirve que el Estado se reconozca como plurinacional y que el kichwa sea una lengua de intercambio cultural, si en ninguna escuela se enseña? No entender la dimensión integral de la educación bilingüe, como parte del proyecto político de la CONAIE, es actuar de manera sesgada y sin estrategia política.
Somos absolutamente conscientes de que la restitución de la educación bilingüe es un hito importante, pero no el más importante, y todavía tenemos que pelear en contra de la inequidad y la explotación. En el fondo, nuestra lucha es contra el modelo de acumulación y su expresión más perversa: el extractivismo, ahora base de la economía capitalista ecuatoriana. El cambio de la matriz productiva no pasó de ser un adorno más del discurso populista. Por más intenciones de diálogo que tenga el actual régimen, estas demandas se resolverán mediante la lucha y movilización directa de nuestras bases.
Nuestras mamas, taitas y wawas nos demandan un sistema de educación acorde al modo de pensar y entender el mundo andino. Estamos dispuestos a trabajar por construir una propuesta de nueva escuela y de nuevos paradigmas para el conocimiento. Por ello, el decreto de restitución va más allá de un edificio, recursos, escuelas en mal estado o voluntad política del gobernante; la restitución demanda una minga para edificar el proyecto de educación liberadora que soñamos.
Estamos absolutamente claros de que el diálogo con el gobierno es una táctica dentro de la estrategia de lucha del movimiento indígena. Las grandes transformaciones de la sociedad no se harán desde el Estado neocolonial capitalista. El movimiento indígena debe ser crítico con el “período de transición postcorreista” que atraviesa el país, el cuál es un momento de burda repartición de espacios de poder copados por gran parte de la derecha tradicional. Las políticas del presidente Moreno no son sustancialmente distintas a las de Rafael Correa. Lo único cierto hasta el momento es el diálogo, cuyos frutos todavía son escasos.
La radicalidad no está representada por quién hace más ruedas de presa, convoca más medios de comunicación, grita más fuerte, o acusa a los demás de no ser lo suficientemente radicales; la radicalidad es entender la estrategia y el proyecto político del movimiento indígena y la izquierda ecuatoriana. Sólo acumulamos fuerzas en la medida que comprendemos la necesidad de caminar con la gente, visitar comunidades, fortalecer organizaciones, intensificar el quehacer político cotidiano, diciendo-haciendo como enseñaron los abuelos.
Es necesario trabajar en la unidad del movimiento indígena, incentivar el debate y la discusión de posturas, prepararnos para afrontar la agudización de la crisis económica que se aproxima junto con la consolidación de la derecha. Escenario ante el cual debemos responder y conducir la lucha del campo popular. Que la crisis no nos encuentre divididos.
Leonidas Iza Salazar: presidente del Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi - MICC
 
"Llamamos a que en este juicio se permita esclarecer, no solamente los hechos del 2 de marzo, sino todos los antecedentes y el contexto en el que se produce este crimen contra Berta Cáceres, la coordinadora general del COPINH y lideresa del pueblo indígena Lenca".
 
Apreciemos que este llamado arraiga en el:
 

 

VIII Foro Mesoamericano de los Pueblos.

Declaración de Minatitlán
13 de abril de 2011

 

"Los pueblos de Mesoamerica vivimos hoy una de las etapas más difíciles de nuestra ya larga historia ; los grandes megaproyectos como el Plan Puebla-Panamá ( hoy Proyecto Mesoamérica) y los Tratados de Libre Comercio sólo han traído más miseria y violencia para nuestras gentes."
Reunidos los días 8,9 y 10 de Abril del 2011 en este pueblo de Minatitlán, Veracruz, México en el corazón de la tierra olmeca, los representantes de organizaciones, comunidades, redes y movimientos de toda Mesoamérica emitimos la presente Declaratoria.

Los pueblos de Mesoamérica vivimos hoy una de las etapas más difíciles de nuestra ya larga historia ; los grandes megaproyectos como el Plan Puebla-Panamá ( hoy Proyecto Mesoamerica) y los Tratados de Libre Comercio sólo han traído más miseria y violencia para nuestras gentes. En nuestros territorios se vive una nueva invasión. Millones de hogares mesoamericanos están hoy desgarrados por la pobreza y la migración y somos las mujeres las que sufrimos con mayor fuerza la discriminación y la violencia.

L
os derechos de nuestros pueblos son pisoteados por oligarquías al servicio de las grandes corporaciones trasnacionales. La creciente militarización demuestra que la democracia en nuestros países es sólo una farsa. La persecución en contra de los hombres y mujeres que defienden sus derechos es una muestra más que quienes nos gobiernan son súbditos del gran capital y de sus proyectos de muerte.

Como resultado de la terrible desigualdad que existe en nuestros países, diariamente miles y miles de mesoamericanos dejamos nuestras casas, para viajar al Norte en busca de empleo. Los migrantes son objeto de gravísimas violaciones a sus derechos, a diario decenas mueren por accidentes, pero también por ataques y agresiones del crimen organizado y de la policía. Esta tragedia en buena parte es responsabilidad de los gobiernos y en particular del mexicano que le hace el trabajo sucio a los intereses norteamericanos

En los últimos años nuestros territorios han sido escenario de grandes siniestros, miles y miles han muerto o han perdido sus viviendas, animales y cultivos. El llamado Cambio Climático producido por el ritmo enloquecido del modelo capitalista neoliberal afecta principalmente a los más pobres.
La Madre Tierra viene sufriendo grandes daños y son las mismas empresas y gobiernos responsables de este desastre quienes promueven falsas soluciones, como el REDD que significa el despojo y la privatización de selvas y bosques muchas de ellas de propiedad inmemorial de los pueblos indios.

En nuestros países, son muchas las familias que han sido desplazadas de sus hogares, por la construcción de represas hidroeléctricas, carreteras y otros proyectos como los de ganadería extensiva. También son muchos los pobladores que han sido desalojados de sus viviendas por proyectos de urbanización salvaje.

Las inversiones extranjeras apoyadas por los gobernantes de nuestros países están orientadas al saqueo de nuestros recursos naturales, hoy mismo el 14% del territorio mesoamericano ha sido concesionado a empresas mineras extranjeras principalmente canadienses, las cuales explotan brutalmente la fuerza de trabajo de nuestra gente, destruyen ríos, contaminan tierras y dividen comunidades. Los gobiernos de Norteamerica, Asia y Europa impulsan iniciativas de muerte disfrazadas de cooperación y a través del llamado Libre Comercio sólo buscan favorecer los intereses de las grandes empresas trasnacionales.

Los pueblos de Mesoamérica somos herederos de antiguas culturas, contamos con costumbres y conocimientos milenarios y con una larga tradición de resistencia y lucha. En base a esta historia es que este Foro condena al Modelo Neoliberal el cual es impulsado por los gobiernos y empresas trasnacionales; modelo que sólo nos ha empobrecido y que ha dañado profundamente a nuestra Madre Tierra.

Es por ello que este VIII Foro Mesoamericano de los Pueblos ha tomado los siguientes acuerdos:

Luchar por la Soberanía Alimentaria, la defensa de nuestras semillas nativas y de los conocimientos tradicionales.

Impulsar la defensa de los Derechos Humanos, y en contra de la Militarización, la criminalización de la protesta. Exigimos cese el feminicidio y la discriminación hacia las mujeres y la comunidad lésbico-gay.

Defender nuestras tierras y recursos naturales, enfrentando los proyectos hidroeléctricos, mineros, turísticos, de ganadería extensiva, plantaciones forestales y de infraestructura. Lucharemos en contra del desplazamiento de población por parte de estos megaproyectos y de los desarrollos urbanos.

Movilizarnos en contra de la persecución que sufren los y las jóvenes por el sólo hecho de ser jóvenes. Asimismo intensificaremos nuestra acción en contra de las agresiones que sufren a diario los migrantes.

Rechazar el papel del Banco Mundial en el financiamiento de las falsas soluciones a la crisis climática. Que el desastre lo paguen quienes lo provocaron

Fortalecer la solidaridad entre nuestros pueblos en su lucha por transformar radicalmente esta realidad injusta y caminar juntos por la construcción de sociedades equitativas, justas y libres.

Ante el gran reto que tenemos enfrente los pueblos de Mesoamérica se hace necesario que impulsemos una nueva etapa de movilización conjunta, para lo cual aportaremos nuestros esfuerzos para construir juntos y juntas un instrumento de coordinación y comunicación que nos permita movilizarnos para derrotar al sistema capitalista, neoliberal y patriarcal.

Hoy nace en Minatitlán, un nuevo movimiento, el movimiento de los pueblos mesoamericanos. En el día que recordamos la muerte de Emiliano Zapata, nacemos con dignidad y coraje en este nuevo caminar, que es el caminar de nuestros antepasados y que será el caminar de nuestros hijos e hijas.

Basta ya de despojos, basta ya de miseria y atropellos, Es la hora de los Pueblos de Mesoamérica Libre

Minatitlán, Veracruz . a 10 de Abril del 2011

Organizaciones, Pueblos, Redes de Guatemala, México, Nicaragua, ElSalvador, Panamá, Honduras y Costa Rica

Minga Informativa de Movimientos Sociales
---

Exigimos un juicio justo para Berta Cáceres y el COPINH
21 de septiembre de 2018
Por M-4 (Rebelión)

 El Estado hondureño tiene el deber y la oportunidad de mostrar al mundo a través de este proceso judicial que es posible luchar contra la impunidad. Llamamos a que en este juicio se permita esclarecer, no solamente los hechos del 2 de marzo, sino todos los antecedentes y el contexto en el que se produce este crimen contra Berta Cáceres, la coordinadora general del COPINH y lideresa del pueblo indígena Lenca.
Los abajo firmantes hemos dado seguimiento del caso del asesinato de Berta Cáceres y de Gustavo Castro en tentativa de homicidio desde el día 2 de marzo de 2016. Nunca habían estado los reflectores de todo el mundo atentos a un acontecimiento como éste. Honduras ha estado en la lupa de la comunidad internacional y ha observado la cantidad impresionante de violaciones a los derechos de las víctimas durante el proceso así como violaciones a sus mismas regulaciones procesales.
Ha sido evidente cómo la conducción de la fiscalía integrada por los fiscales Ingrid Figueroa, Melissa Aguilar, Javier Núñez, David Salgado, Roger Matus, Roberto Blen, bajo la dirección del Fiscal General, Oscar Chinchilla, ha significado, de mala fe e incluso dolo, la obstaculización del proceso judicial , al evitar la realización de peritajes, entorpecer el debido proceso, ocultar información, operar con negligencia en las investigaciones, imposibilitar el análisis de pruebas y peritajes, así como evitar a toda costa el análisis de pruebas de los allanamientos que implican a la empresa DESA y la familia Atala.
Una y otra vez el Ministerio Público se ha negado a presentar la información y los peritajes fundamentales para el proceso de búsqueda de la verdad , ha sido la regla de su actuación y esto merece una corrección ejemplar.
El gobierno hondureño se negó a la creación de una Comisión Independiente que garantizara una adecuada investigación para la procuración de justicia , y ahora se ven las consecuencias de ello.
Por otro lado, los jueces del Tribunal de Sentencia responsables de la resolución de este primer proceso judicial, Esther Carolina Flores, José Anaím Orellana y Delia Lizeth Villatoro, han negado que el COPINH sea reconocido como víctima cuando es obvio que el actor fundamental como defensor de los Derechos Humanos es el colectivo indígena ; además no han admitido la propuesta de testigos claves que den fe de la actuación de empleados de DESA frente al crimen y se niega a la transmisión en vivo de las audiencias y del juicio. Nos preguntamos, ¿quiénes son los beneficiados de que no se conozca y evidencie en el juicio el contexto del crimen de Berta?
Nos preocupa además, el trato discriminatorio y racista por parte de las autoridades de la Corte Suprema de Justicia contra los miembros del COPINH que claman justicia y que ejercen su derecho a la verdad al presentarse a observar las audiencias y ser maltratados por su proveniencia. La observancia de las garantías para que el pueblo Lenca representado por el COPINH participe del juicio debe ser una prioridad entendiendo la trascendencia de este proceso.
El gobierno hondureño se negó a la creación de una Comisión Independiente que garantizara una adecuada investigación para la procuración de justicia, y ahora se ven las consecuencias de ello.
El Estado hondureño tiene el deber y la oportunidad de mostrar al mundo a través de este proceso judicial que es posible luchar contra la impunidad . Que en Honduras existe el Estado de Derecho y un Poder Judicial autónomo sin intereses más que la procuración de justicia, verdad y la garantía por los Derechos Humanos , por eso llamamos a que en este juicio se permita esclarecer, no solamente los hechos del 2 de marzo, sino todos los antecedentes y el contexto en el que se produce este crimen contra Berta Cáceres, la coordinadora general del COPINH y lideresa del pueblo indígena Lenca. Esperamos que cumplan con ese deber y abonen a saldar la deuda con las víctimas de este condenable crimen.
Atentamente,
Comparte esta acción a través de tu correo o redes sociales desde este enlace >>http://movimientom4.org/2018/09/exigimos-un-juicio-justo-para-berta-caceres-y-el-copinh/
 
-- 
Movimiento Mesoamericano contra el Modelo extractivo Minero -M4-
 

movimientom4.org 

Síguenos en Facebook y Twitter 
También estamos en YouTube y Flickr 
En Skype somos MovimientoM4

 
Comprobamos cómo confronta (hasta asesinar) el poder establecido. Se ha constituido para  la superexplotación tanto de los trabajadores y pueblos como el saqueo y devastación de la Madre Tierra. Sin embargo:
 
"El rostro de Berta, su pensamiento, su causa, está en cada rincón del planeta.

Independientemente del resultado del juicio, ya no van a poder borrar eso. Se trata de lo que significa Berta para el país y para los pueblos del mundo. Hoy mucha gente se levanta desde los territorios en nombre de Berta Cáceres.

Debemos seguir fortaleciendo su legado, su lucha, su presencia en cada rincón de nuestras tierras, su ejemplo en no quedarse callada, pasiva, con miedo".
 

 
Honduras
“Hablar de Berta es hablar de las luchas que vamos a emprender”
21 de septiembre de 2018
Por Giorgio Trucchi
Rel-UITA


El pensamiento político y el legado de Berta Cáceres fueron los temas abordados en el Foro “No se agüiten, compas”, organizado por la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras, y realizado en el marco de las actividades que acompañaron el inicio del juicio contra los imputados por el asesinato de la dirigente indígena lenca. 

Miriam Miranda, coordinadora de la 
Organización Fraternal Negra Hondureña
 (Ofraneh), conversó con La Rel sobre este importante momento.
-¿Cuál es el contexto en que se desarrolla este juicio? 
 
-Es un contexto adverso que dificulta la búsqueda de la verdad. Siempre debemos recordar que, inmediatamente después del asesinato de Berta, desde el Estado se impulsó una estrategia para ocultar el verdadero motivo del crimen.

Asimismo se fue tejiendo toda una trama para desvirtuar su figura y su pensamiento.

No quieren que el mundo sepa que Berta fue asesinada por el trabajo y la lucha que emprendió, junto al Copinh[1], en defensa de la tierra y los bienes comunes, de los derechos de los pueblos indígenas, en contra de un modelo neoliberal, racista y patriarcal que impulsa proyectos de muerte.

Es por eso que en el banquillo de los acusados no están los autores intelectuales del crimen, los que planearon y financiaron el asesinato. Ni siquiera aceptaron que el Copinh figurara como víctima y que miembros de la familia Atala Zablah[2] testificaran en el juicio.

Es por eso que el Ministerio Público se ha negado a entregar a las partes toda la información que posee sobre el caso.

El Estado es cómplice y no tiene la voluntad política para buscar la verdad. Ni siquiera tuvo la decencia de cerrar el proyecto hidroeléctrico Agua Zarca, que originó el conflicto que llevó al asesinato de Berta.
-Hay un clima muy hostil hacia quienes defienden la tierra y los bienes comunes. 
 
-Exactamente. Esto va más allá de lo que le hicieron a Berta. En Honduras hay una voluntad firme de defender a toda costa este modelo saqueador y depredador. Y van con todo contra quienes nos oponemos al modelo.

Nos estigmatizan, criminalizan, amenazan y asesinan. Dicen que estamos en contra del desarrollo, que somos vándalos, delincuentes, terroristas.

Mientras tanto arrecian la represión con nuevos desalojos de comunidades enteras que luchan contra la minería, los proyectos energéticos, la expansión de la palma africana.

Honduras está a la venta y no hay ninguna intención de reconocer los derechos indígenas, el derecho a ser consultados y a decidir sobre nuestros territorios y los bienes comunes.
-Cuando los medios hablan de Berta dicen que era ambientalista… 
 
-Me rehúso a decirle ‘ambientalista’. Era mucho más que eso. Su principal legado fue haber contribuido a que Honduras se diera cuenta que no sólo los pueblos indígenas existían, sino que tenían y tienen derechos.

Cuando miraron que no bajábamos a la ciudad a pedir comida sino a reivindicar derechos, comenzó la represión.

Tenemos siglos resistiendo y luchando para que no nos desaparezcan. Nuestra lucha es el dolor de cabeza más grande de esta clase política corrupta, de esta mafia económica que tiene secuestrado al país.

Vivimos en un Estado fallido, sin gobernabilidad, ni institucionalidad, ni independencia de poderes.

Cuando se reanude el juicio por el asesinato de Berta debemos arreciar la campaña de solidaridad nacional e internacional con los familiares y el Copinh. Debemos exigir justicia para las víctimas y castigo para los autores materiales e intelectuales.
-¿Cuál es el legado más importante de Berta? 
 
-Hablar de Berta es muy doloroso. Pero me da fuerza ver a sus hijas e hijo, ver cómo van creciendo y la fuerza que tienen. No pudieron matarla. La sembramos y ya estamos viendo los primeros frutos. Esta juventud rebelde que crece y se fortalece con su legado.

Hablar de Berta es hablar de lo que hay que hacer, de las luchas que vamos a emprender, de no agachar nunca la cabeza, de seguir movilizándose, de buscar siempre alianzas y articulaciones, de llamar las cosas por su nombre.
-¿Fue un error asesinarla? 
 
-Se equivocaron y nunca se imaginaron lo que se les iba a venir encima. El rostro de Berta, su pensamiento, su causa, está en cada rincón del planeta.

Independientemente del resultado del juicio, ya no van a poder borrar eso. Se trata de lo que significa Berta para el país y para los pueblos del mundo. Hoy mucha gente se levanta desde los territorios en nombre de Berta Cáceres.

Debemos seguir fortaleciendo su legado, su lucha, su presencia en cada rincón de nuestras tierras, su ejemplo en no quedarse callada, pasiva, con miedo.
Vamos a seguir alzando la voz y eso nunca lo van a poder detener.
 
Notas:
 
[1] Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras 
 
[2] Una de las familias más influyente de Honduras, cuyos miembros controlan la empresa Desarrollos Energéticos SA (DESA), considerada por el Copinh corresponsable del asesinato de Berta Cáceres 
 
 
 
Aclaremos que los desafíos emancipatorios nos interpelan a indagar en caminos abiertos desde las luchas antiextractivistas para superar la crisis civilizatoria en que nos subsume el capitalismo tanto neoliberal como neodesarrollista.
 

Documentar la lucha indígena por la vida 
y contra el capitalismo
22 de septiembre de 2018
 
Por Gilberto López y Rivas (La Jornada)

Como jurado de la categoría Indígenas, del concurso del X Encuentro Hispanoamericano de Cine y Video Documental Independiente, que organizó la asociación civil Contra el Silencio Todas las Voces, tuve la oportunidad de ver 18 documentales que participaron en esta importante reunión del ámbito cinematográfico. A partir de los criterios generales en cuanto a guión, fotografía, sonido, montaje, posproducción y realización, mi tarea consistió en escoger los trabajos que mejor plasmaran la realidad de los pueblos originarios en la actual etapa de mundialización capitalista; se debían distinguir aquellas obras fílmicas que atestiguaran e interpretaran procesos y luchas de las resistencias étnicas en favor de sus autonomías, autogobiernos, sistemas socio-culturales y cosmogónicos que refuerzan la sustentabilidad y defensa de la naturaleza, en el contexto de un proceso de recolonización de los territorios y la visible y observable crisis civilizatoria que, incluso, pone en riesgo la sobrevivencia misma de la especie humana.
La mayoría de los documentales presentados a concurso, procedentes de América Latina y otras regiones del planeta, resultaron impactantes porque muestran la uniformidad con que el sistema capitalista lleva su guerra de exterminio contra los pueblos, y, ciertamente, una buena parte de ellos cumplía con los criterios señalados, por lo que fue difícil decidir, concurso al fin, primeros lugares. Finalmente, el jurado integrado por Jaime Kuri, Liliana Cordero Marines y quien escribe emitió un veredicto de premiación al Mejor Documental del género, distinguiendo, además, con mención honorífica, a dos películas más.
El documental mexicano El maíz en tiempos de guerra, realizado por Alberto Cortés, se llevó el primer lugar. Constituye un excelente testimonio fílmico sobre el maíz y el mundo cultural que resiste y lo defiende contra los intentos corporativos por desaparecer a los actores socio-étnicos o pueblos campesinos que viven, trabajan y luchan por su preservación y, particularmente, en contra de los transgénicos y la apropiación corporativa de las semillas. “Defender la semilla es defender a todo Méxnb el documental. Presenta dos ejemplos de tierras recuperadas, uno en Chiapas, a partir del levantamiento zapatista de 1994, y otro, en la región wixárica. La narrativa incluye testimonios en torno a los esfuerzos de los pueblos en contra del crimen organizado, otra empresa capitalista más que invade territorios en busca de materia prima y fuerza de trabajo barata, así como también contra la minería. Resulta extraordinaria la forma en que se va describiendo todo el ciclo agrícola del maíz, proceso de preparación de la tierra, tumba, roza y quema, siembra, cuidado, cosecha y los múltiples usos como bebida y alimento.
Se concedió mención honorífica a un documental, también de factura nacional, Pies ligeros, de Juan Nuñch, que, acorde al Acta de Dictaminación, de modo entrañable y conmovedor muestra la resistencia cultural de los corredores pertenecientes a uno de los grupos indígenas más marginados, los rarámuris. La mirada del realizador nos introduce con sensibilidad a su mundo, en donde correr enormes distancias es parte de los rituales comunitarios.
Otra de las menciones correspondió al documental brasileño Martirio, producido por Vídeo nas Aldeias. Relata la historia y situación actual del pueblo guaraní en Matto Groso, Brasil; constituye un trabajo de largo aliento, impresionante por la integralidad del relato, siempre coherente y fluido, con base en una larga relación entre el realizador, Vincent Carrelli, y el pueblo investigado. El documental ofrece en detalle la invasión de los territorios, las luchas por su recuperación, la constante violencia del Estado, los procesos de asimilación forzada, incluso formas de esclavitud, las reservaciones o reducciones, los suicidios colectivos, los asesinatos masivos y selectivos, el papel de las guardias blancas, aparatos judiciales y de seguridad, en suma, el genocidio y etnocidio que sufre este pueblo. Paralelamente, se ofrece la riqueza del patrimonio cultural, cosmogónico y espiritual del pueblo guaraní, pese a la represión, la invisibilidad de la problemática indígena y el papel ambivalente de los organismos indigenistas. El filme presenta singulares escenas en las que se observa el racismo de legisladores y terratenientes integrados en organizaciones ruralistas, que expresan sin reparo su odio anti-indígena. Este trabajo ofrece una visión sintética de la conflictiva relación sociedad, Estado brasileño y pueblos indígenas.
Contra el Silencio Todas las Voces AC realiza una excelente labor de concientización social al estimular la producción de documentales que fehacientemente muestran ese otro mundo que pretenden destruir las corporaciones de la muerte, con la complicidad de gobiernos neoliberales o neodesarrollistas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario