Ante todo, pluriverso e intercultural
Porque ya a mediados de 2019 los incendios en la Amazonía y en la Chiquitanía
patentizaron la criminalidad e irracionalidad del capitalismo sea bajo gestión
de la derecha explícita sea la del progresismo. Quemar tan imprescindibles
biomas para la vida planetaria sólo mirando a negocios oligopólicos de cortísimo
plazo prueba la incompatibilidad del sistema mundo capitalista con la salud del planeta que
implica la humana como la actual pandemia del Covid-19 patentiza. Deforesta
provocando genocidios, sequías e inundaciones, emergencia socioclimática,
zoonosis y usa esos suelos casi sin fertilidad (en selvas y bosques la
descomposición orgánica se halla en
circulación por activo intercambio de lo viviente con lo no viviente) para
extraer petróleo o minerales, para ganadería extensiva e intensiva y para agrocombustibles
que homogenizan extensiones de tierra desertificándolas.
No es cuestión de idealizar a los
pueblos originarios del Abya Yala pero sí de valorar que han aportado -a todos
los pueblos planetarios-
principios guía para encaminar sus respectivas
autodeterminaciones. En efecto, orientan significados e implicancias de: el territorio, la comunalidad,
los buenos vivires y los derechos de la naturaleza. Nos ayudan a
constituir los pluriversos.
Comencemos por esclarecernos
respecto a:
¿Transformaciones y/o
transiciones?
Post-extractivismo y pluriverso
Este texto es parte de la
revista “América Latina en Movimiento”, No 473, correspondiente a marzo
2012 y que trata sobre "Extractivismo: contradicciones y conflictividad”
-
Por Arturo Escobar
El gran desafío está en visibilizar lo
“no-liberal/no-capitalista/no-estatal” en sus propios términos. Este
proceso –no sólo de descolonización epistémica sino de verdadera
re/construcción de mundos y conocimientos de otro modo-- desborda el
panorama actual de las ciencias sociales modernas, incluyendo las
vertientes europeas del pensamiento crítico. En otras palabras, el
proyecto de mundos y conocimientos de otro modo se vislumbra en los
bordes o límites de la teoría crítica,
pero sólo avanzará a medida que
construye otros lenguajes y otras formas del saber (aunque incorpore
aspectos de dichas teorías críticas de alguna manera).
Transformación o
transición
Si esta interpretación tiene validez, podríamos concluir que
América
Latina se encuentra en una encrucijada fundamental: entre proyectos de
transformación social y económica, alternativas a las que han
predominado en el continente durante la mayoría de su historia, pero que
tienen lugar de todas formas dentro el espacio/tiempo cultural definidos
por la modernidad dominante; y proyectos de transición cultural
o, mejor, de transiciones hacia modelos de vida diferentes
a los modelos occidentales modernos que definen la globalización, el
desarrollo, la economía y el progreso.
De hecho, el concepto de «transición» está surgiendo con fuerza a nivel mundial, particularmente a raíz de la crisis combinada de energía, clima, alimentación y pobreza (transiciones hacia sociedades post-petróleo, bajas en consumo de energía, sustentables, y hacia la soberanía alimentaria con producción local y autonomías locales, en particular), pero también en términos culturales y espirituales.
La mayoría de estos discursos de la transición están animados por una
preocupación profunda por la vida. Al hacer visibles los efectos
perniciosos de las ideologías del individuo y del mercado,
estos
discursos vuelcan la atención sobre la necesidad de reconstruir las
subjetividades y la economía, con frecuencia en tándem con aquellas
sociedades donde los regímenes del individuo y la propiedad privada no
han llegado a controlar por completo la práctica social.
Estos discursos igualmente propenden por economías diversas centradas en la vida, cual es el caso de muchas visiones de la economía social y solidaria. El énfasis de algunas de las visiones de transiciones en la espiritualidad, nos recuerda de la exclusión de esta importante dimensión por nuestras academias e izquierdas tan profundamente seculares. La importancia de reconectar naturaleza y cultura, por último, significa que los discursos de transiciones ubican en el centro del proceso la necesidad de reconectarse con todos los seres vivientes, humanos y no humanos. Todos estos factores apuntan hacia el surgimiento del pluriverso.(...)La dimensión cultural de la transición es clara a muchos niveles, por ejemplo en el cuestionamiento de la idea de que el consumo creciente significa mejorar la calidad de vida (Gudynas 2011). Pensar en el «Buen Vivir» y «los derechos de la naturaleza» significa embarcarse en estrategias ontológico-políticas de transición hacia el pluriverso. Hablar del pluriverso significa: revelar un espacio de pensamiento y de práctica en el que el dominio de una modernidad única haya quedado suspendido a nivel epistémico y ontológico; donde esta modernidad haya sido provincializada, es decir, desplazada del centro de la imaginación histórica y epistémica; y donde el análisis de proyectos descoloniales y pluriversales concretos pueda hacerse honestamente desde una perspectiva des-esencializada.
Las alternativas a la modernidad tienden hacia formas de organizar la economía, la sociedad y la política –formas otras- que brindan, si no mejores, al menos otras oportunidades de dignificar y proteger la vida humana y no humana y de reconectarse con la corriente de la vida en el planeta.Escuchamos a quienes se autorganizan dando a conocer su recuperación de territorios y su tomas de posición distintas a las que el sistema les condiciona como ejercicio de sus profesiones. En este sentido Luís Fernando Sarango señala: en esta lucha desigual por defender nuestros derechos y el gobierno por imponer lo que considera “de calidad”, “ superior ” y “ desarrollado ” en el fondo se encuentran en juego diferentes filosofías, diferentes cosmovisiones, diferentes lógicas del mundo, diferentes visiones civilizatorias, pero que al imponerse por la fuerza la visión del más fuerte que en este caso es del gobierno , termina anulando, invisibilizando, eliminando a las otras lógicas civilizatorias, porque siempre el superior termina ganando y los inferiores terminan perdiendo y desapareciendo. Pero hoy crece desde abajo y en el mundo entero el ya basta de opresión, de pisoteo a nuestra dignidad humana de pueblos, diversidades e individuos.
Pluriversidad
“amawtay wasi” pluriversidad, interculturalidad y acceso a la
universidad:
el caso de Ecuador 1
publicado
en
marzo 2019
Por: Luís Fernando Sarango 2
“La universidad europea ha de ceder a la universidad
americana. La historia de América, de los incas acá, ha de enseñarse al
dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia es
preferible a la Grecia que no es nuestra. Nos es más necesaria. ... Injértese
en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras
repúblicas”. José Martí 18911.
Introducción
En estos tiempos donde la estandarización
mundial de la Educación en general y la Educación Superior en
particular , ha llegado con mucha fuerza al Ecuador, las adelantadas
reflexiones de José Martí : “La universidad europea ha de ceder a la
universidad americana ...”, por ejemplo, nos vienen de maravilla, en ese
intento de recuperar la dignidad identitaria desde lo llamado “ Indio ” para
Nuestra América. La estandarización de los sistema s educativos con exclusivos
parámetros euronorteamericanos, es una real amenaza a la existencia misma de
los pueblos originarios porque con ello se acelera el proceso de asimilación
cultural que ha venido siendo prac ticado oficialmente por los
“ Modernos estado - nación ” 3 aunque de manera disimulada hasta nuestros
tiempos.
Creemos que ha llegado la hora de despojarnos de la “vergüenza histórica”, ha llegado la hora de “salirnos del closet ” para identificarnos como somos y transformar dic ha vergüenza en potencial que brinde alternativas de vida para la humanidad en este momento histórico cargado de una crisis civilizatoria que afecta a l planeta entero. Por ello , es importante que hablemos entonces del fin del paradigma civilizatorio establecido como único y universal y demos paso para hablar de varias filosofías, de varias matrices civilizatorias y por lo tanto de varios paradigmas civilizatorios de los otros, de los diferentes , ya no de la única fuente de la verdad, sino de varias fuentes, de lo diverso, de lo plural, de la PLURIVERSIDAD y entre estos establecer el Tinkunakuy 4 , el encuentro de los diferentes mediante el diálogo de sabidurías con miras a construir la sociedad del futuro, la nueva sociedad, la «sociedad intercultural convivencial» pero con equidad. La «Interculturalidad» es interpretada de acuerdo a quien lo vea, de acuerdo a los intereses de quienes lo quieren usar políticamente, dependiendo de los actores de un hecho o proceso social donde se interrelacionan entre dos o más culturas.La «interculturalidad» por tanto no es un fenómeno social estándar, no es una práctica homogénea en todo el mundo y con todas las sociedades . Hay coexistencias interculturales muy asimétricas, injustas, de pocas culturas dominantes frente a varias culturas dominadas, incluso no importa si son mayoritarias o minoritarias numéricamente hablando. Hay coexistencias forzadas com o producto o continuidad de la violencia colonizadora que aún no termina en varias latitudes . La «interculturalidad» entonces es una propuesta de convivencia humana entre los diferentes desde los pueblos originarios de Abya Yala. No se trata de incluirme a alguien o absorber a alguien, se trata de coexistir como somos en espacios donde quepamos todos. La «interculturalidad» con equidad, aún es un ideal, es nuestra utopía ya vivida y creemos que de toda la humanidad.
II. Pluriversidad,
recreación desde el “Ñawpa Pacha” ante
la crisis civilizatoria y de la universidad
En
la Europa medieval, a inicios del II milenio, se crea expresamente y como
institución la UNIVERSIDAD. Así, se fundan las universidades de Bolonia en
1.088 y Salamanca en 1.218 por ejemplo. Realmente, la UNIVERSIDAD ha sido
una de las pocas instituciones que ha durado mucho tiempo, casi todo el II
milenio, quizá por la importancia relevante que le ha significado
históricamente para el propio Paradigma Civilizatorio Occidental, al
concebirla y categorizarla como la institución de Educación Superior desde
donde se emana lo “científico” como aval irrefutable de LA VERDAD, que antes
era atributo exclusivo de la iglesia cristiana; y, por el papel preponderante
que jugó y juega ésta en la época del capitalismo y de la globalización,
como la entidad que se preocupa de que su producto final (graduados/profesionales)
sean eficientes, eficaces y competitivos y su marca o etiqueta encarnada en los
títulos profesionales y grados académicos sean de los más prestigiosos,
medidos por el parámetro mercantilista de “Calidad”. Y con mucha razón, algunas
universidades miden su “calidad” por su antigüedad, como el vino por ejemplo,
pues mientras más viejo, es mejor.(...) Leer
V. La «interculturalidad» vista desde el
gobierno y la práctica de un “ apartheid epistémico”
La «interculturalidad» folclórica es la práctica predilecta del actual
gobierno de la “revolución ciudadana” porque por un lado le da réditos
políticos y clientelares y por otro le permite minimizar o reducir a un hecho
meramente folclórico los elementos identitarios de los pueblos y naciones
originarias, que según el gobierno sólo sirven para ello, para adornar, para
bailar, para cantar, para traducir, para la foto y nada más. Esas
colectividades milenarias catalogadas por él como “oposición ”,
van camino a
la desaparición forzada porque la “ civilización ” , el “ progreso ” y el
“ desarrollo ” así lo demandan y el papel del gobierno debe redundar en
acelerar tal desaparición , tal limpieza étnica para finalmente tener sólo
“ ciudadanos ”, individuos fríos desprovistos de identidad, es decir una
sociedad homogénea, conforme al mandato de todo “Moderno estado - nación”.
En efecto, ésa es la práctica de la
«interculturalidad» vista desde lo gubernamental,
pero en el fondo su gran
objetivo es la enajenación para una rápida, fácil y mejor asimilación
cultural. Para los pueblos y naciones orig inarias, hablar de
«interculturalidad»significa reivindicar nuestros derechos, significa proponer
nuevas formas de convivencia entre los diferentes, tiene siempre una
connotación política, pero para los gobiernos de turno
seguirá significando asimilación, civilización, desarrollo, etc., en el ciego
convencimiento de que ellos son los “ civilizados ” y “ desarrollados ” ; y
que los otros, - en este caso “los Indios” - , los diferentes, son
“inferiores”, “bárbaros” y “subdesarrollados” y por lo tanto, no tienen otro
camino que el trazado por ellos, desaparecer. Pero el fondo del asunto
consiste , en la forma que los gobiernos de los “Moderno estado - nación” le
dan tratamiento al viejo “ problema del Indio ” . Problema éste, el de la existencia aún de 14
nacionalidades y 18 pueblos originarios en el Ecuador aunque hoy reducidos
estadísticamente al 7% 11 del total de la población ecuatoriana.
El problema de la implantación del “Moderno
estado - nación” de manera unilateral y su colapso como proyecto de
estado - nación al clásico estilo europeo y burgués porque justamente, debe
serles un problema que existan indios y de varios tipos, de varias
nacionalidades y con muchas lenguas aún y que hoy por hoy no solo reclaman sino
que ya tienen derechos de rango constitucional y en
instrumentos internacionales que desarrollan los derechos humanos. Es en este
contexto de pensamiento distorsionado respecto del movimiento indígena
ecuatoriano que el gobierno actual llega al poder expropiando y usurpando los
principios y el discurso del movimiento indígena, de los trabajadores, de los
campesinos y de los movimientos sociales en general.
Una vez en el poder, tras la máscara de una Revolución Ciudadana, el gobierno actual ha centralizado su gestión y ha tomado el control de todos los poderes; y en materia de derechos de los pueblos indígenas, estos han sufrido una regresión que jamás se habría ni siquiera pensado, muchos creemos que dicha regresión puede ser comparada a lo que había en los años 40 o 50 del siglo pasado. Para empezar, todos los espacios que el movimiento indígena , logró conseguir con mucho esfuerzo y sacrificio a lo largo de muchos años han sido eliminados mediante decretos, reglamentos y leyes que aparent an avances en derechos y que al ser implementados y ya en la realidad, eliminan derechos . Por ejemplo en la Ley Orgánica de Educación Intercultural se habla de «interculturalidad» pero en la práctica desmantelan todo proceso educativo comunitario y autogestionario. Es decir, eliminan “ todo lo que huela a indio”. Otro de los ejemplos en este campo es el cierre de la Universidad Intercultural de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas “Amawtay Wasi”, usando como argumento técnico una llamada “evaluación”, que implicó la aplicación de un modelo de evaluación totalmente ajeno al modelo educativo 12 que se venía implementando, privilegiando las disposiciones de la Ley Orgánica de Educación Superior ( LOES ) , y sobreponiéndolos a los derechos colectivos contemplados en la Constitución y el Convenio No. 169 de la OIT, en el cual incluso incrustaban la palabra “calidad” al citar algunos de sus artículos sin que esta existiera en el texto original del convenio e n el capítulo correspondiente a Educación .
Al cerrar
espacios legal y legítimamente ganados por el movimiento indígena como el de
Salud Intercultural, Consejo de Desarrollo de las Nacionalidades y Pueblos del
Ecuador ( CODENPE ) , Escuelas Comunitarias, Institutos Pedagógico
Interculturales, la Universidad Amawtay Wasi, se lo hace con el pretexto de
que estos espacios carecen de “ calidad ” o que la “ interculturalidad ” debe
ser un eje transversal. Para ellos, tiene poca importancia cerrar espacios
específicos de los pueblos originarios porque todo parece compensar dicha
eliminación con poner en las leyes o reglamentos palabras como «interculturalidad» o “calidad”. Sin embargo y en la práctica tal “calidad” e “interculturalidad”
no aparecen por ningún lado , especialmente una interculturalidad visionada
desde la filosofía de los pueblos originarios.
A este ejercicio de eliminar
pequeños espacios estatales de gestión compartida, históricamente ganados por
el movimiento indígena, porque no son dádiva de nadie, con el argumento extraño
y mercantilista de “calidad”, argumentando la falta
de cumplimiento de parámetros internacionales, especialmente euronorteamericanos,
y en el fondo con intolerancia, con desprecio, con odio al diferente, en nuestro caso , a lo indio, hemos dado en llamar
“ Apartheid Epistémico ” 13 .
Pues en esta lucha desigual por defender nuestros derechos y el gobierno por imponer lo que considera “de calidad”, “ superior ” y “ desarrollado ” en el fondo se encuentran en juego diferentes filosofías, diferentes cosmovisiones, diferentes lógicas del mundo, diferentes visiones civilizatorias, pero que al imponerse por la fuerza la visión del más fuerte que en este caso es del gobierno , termina anulando, invisibilizando, eliminando a las otras lógicas civilizatorias, porque siempre el superior termina ganando y los inferiores terminan perdiendo y desapareciendo .
V I . Acceso a la universidad o la trampa hacia la
enajenación cultural?
Acceder por acceder a la Universidad sería como dar por
aceptado que el tipo de educación superior que tenemos es aceptable y hasta
pertinente . Que nada hay que corregir y por lo tanto el sistema de
educación superior es perfecto. Para los pueblos originarios que sentimos que no
ha terminad o el proceso de coloniza ción por parte de los invasores y sus
herederos, sí que es necesario detenernos a pensar sobre el tipo de educación
que tienen estos M odernos estado - nación de corte colon ial. El objetivo
principal que lleva en el fondo y el gran objetivo a nivel planetario. Aquí nos
ayuda mucho en la reflexión al respecto Aníbal Quijano (Quijano: 2008)
cuando nos dice que :
El asimilacionismo cultural es la política que se ha procurado sostener desde el Estado, a través del sistema institucionalizado de educación pública. La estrategia, por lo tanto, ha consistido y consiste en una ‘asimilación’ de los ‘indios’ a la cultura de los dominadores, que suele ser también mentada como la ‘cultura nacional’, a través de la educación escolar formal, sobre todo, pero también por el trabajo de instituciones religiosas y militares. Por eso, en todos estos países, el sistema educacional pasó a ocupar un lugar central en las relaciones entre ‘indio’ y no ‘indio’, fue inclusive mistificada y mitificada en ambas partes, y no hay duda de que en países como México o Perú, más en el primero después de la ‘revolución mexicana’, de todos modos en ambos más que en los demás países, fue un mecanismo de des - indianización subjetiva, cultural si se quiere, de una parte no desdeñable de la población. Un elemento importante en dicha estrategia ha sido también la apropiación de las conquistas culturales de las sociedades que fueron conquistadas, destruidas y sus poblaciones colonizadas, transmitido como orgullo de lo ‘inca’, de lo ‘azteca’, ‘maya’, etc., en una palabra, de lo ‘indio’ anterior a la colonización. 14
En estas condiciones, cuando un originario, afrodescendiente
o perteneciente a cualquier “minoría”, lucha incansablemente por
obtener un cupo y accede a la Universidad, qué gana a cambio ?. Es posible que
logre obtener un título o grado académico , hasta un Phd, pero a qué costo, culturalmente
hablando?. Es posible que logre un puesto de trabajo muy alto en el ámbito
académico, empresarial, gubernamental, etc., la pregunta es, ¿seguirá siendo
el mismo?. No es este un esfuerzo demasiado grande que implica exámenes
teóricos, gasto de recursos económicos para las nivelaciones, influencias,
etc., para obtener un pase seguro hacia la enajenación cultural? Ese hecho
donde dejo de ser yo para pasar a ser otro?(…)
1, Ponencia presentada en el Seminario
Encuentro de Saberes de las Universidades. Bases para
un diálogo interepistémico, celebrado en la
Universidad de Brasilia el 16 y 17 de junio del 2015.
2. Kichwa del Pueblo Saraguro, Ecuador.
Pushak de la Pluriversidad “Amawtay Wasi”.
Fuente: https://amawtaywasi.org/wp-content/uploads/2019/03/Pluriversidad-Interculturalidad-y-Acceso-a-la-U.pdf
Fuente: https://amawtaywasi.org/wp-content/uploads/2019/03/Pluriversidad-Interculturalidad-y-Acceso-a-la-U.pdf
Situémonos, ahora, en un desafío
medular para el actual internacionalismo revolucionario como es construir un mundo confraternal en acuerdo con el:
Llamado
Urgente de los Pueblos Indígenas
de la Amazonía.
19 de mayo de 2020
19 de mayo de 2020
Nosotros, miembros de Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca
Amazónica (COICA) y representantes de las nueve organizaciones integrantes:
Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Amazonía Brasileña (COIAB),Organización
Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amaz onía Colombiana (OPIAC),
Confederación de las Nacionalidades de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENIAE),
Organización Regional de Pueblos Indígenas del Amazonas [Venezuela] (ORPIA),
Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP), Confederac ión
de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), Federación d Organizaciones Autóctonas
de Guyana Francesa (FOAG), Asociación de Pueblos Amerindios de Guyana (APA) y
Organizaciones Indígenas de Surinam (OIS), ante la pandemia del COVID - 19 y
otras que azotan a nuestros pueblos originarios, el 31 de marzo del presente
año, de manera oficial presentamos una
DECLARATORIA
DE EMERGENCIA de la Amazonia, que es el hogar de 511 pueblos indígenas, miles
de comunidades y 66 pueblos indígenas en aislamiento voluntario, preocupados
por la situación crítica que atraviesa nuestras comunidades y
pueblos en los actuales momentos, con la certeza de que
la falta acciones claras y especificas desde nuestros gobiernos conducirá al
exterminio de los defensores de la Amazonia,
nos dirigimos a ustedes para solicitar su ayuda e intervención en la
protección de nuestros pueblos. Desde el pasado 11 de marzo de 2020, la
Organización Mundial de la Salud – OMS calificó el brote del COVID - 19 como
una pandemia al haberse extendido en más de 100 países del mundo. Frente a
ello, los gobiernos de los países amazónicos en atención a la emergencia 1
sanitaria han establecido medidas de aislamiento social obligatorio, restricción
de movilidad, cierre de puertos, aeropuertos, acompañados de medidas y
acciones vinculados a la salud, alimentación, educación, economía, entre otras.
Entendemos que el conjunto de estas estrategias tiene una lógica urbana pero no es culturalmente aplicable a los pueblos originarios. El abandono histórico que ha sufrido la Amazonía y su población, la presión permanente del modelo extractivista sobre sus territorios y la ausencia de políticas específicas a favor de los pueblos indígenas, como condiciónestructural en nuestras sociedades, nos pone en una situación de alta vulnerabilidad.
Situación actual de la
Amazonia
Las organizaciones nacionales indígenas de la cuenca Amazónica desde la
gobernanza indígena y derechos territoriales 2, en el ejercicio de
su derecho de autodeterminación han tomado acciones
para hacer frente a esta pandemia. Se han realizado gesti ones para la atención
básica y sanitaria, comunicación y prevención buscando cautelar la salud y la
vida frente al COVID - 19, han generado protocolos, planes de emergencia,
atención para sus comunidades. Se ha instado, a través de documentos y
reuniones virtuales a que los gobiernos actúen, generando también propuestas
para gestiones conjuntas con las diferentes autoridades de gobierno, reflejadas
en pronunciamientos y exhortaciones para ser tomados en cuenta y tener la
oportunidad de participar en la toma d e decisiones del Estado.
Sin embargo, pese a ello
percibimos que las medidas adoptadas por los gobiernos atentan contra los
principios de la no discriminación e inclusión, la formulación y aplicación de
políticas de salud culturalmente adecuadas, el respeto a la diversidad cultural
y a que las medidas, planes y presupuestos tengan objetivos específicos para el
desarrollo de los pueblos indígenas, con especial atención a los adultos
mayores, mujeres y la niñez indígena. En este contexto, la COICA y sus organizaciones
han ALERTADO que durante las medidas de aislamiento decretadas se ha
incrementado los problemas en los territorios indígenas, con el aumento de la
deforestación, actividades extractivas, amenaza, persecución, criminalización
de los dirigentes y defensores indígenas, entre otros, que sumado a los casos
de COVID - 19 y otras enfermedades tropicales,incrementa la vulnerabilidad de las comunidades indígenas y en mayor medida a los
pueblos en aislamiento voluntario o en contacto inicial, por cuanto la relación
con este tipo de virosis elevaría su índice de mortalidad.
Actualmente, en la Amazonia, Brasil es el país con mayores casos de COVID - 19 según
reporte de REPAM 3 hasta el día 17 de mayo de 2020, alcanza a 58.652 personas
contagiadas seguido por Perú con 5.538, Bolivia 3368, Colombia 2016, Ecuador 538, Guyana
Francesa 197, Guyana 117, Venezuela 19 y Suriname 10, de los cuales según
reporte de nuestras organizaciones en total hay 722 indígenas contagiados en toda la cuenca Amazónica y 135 fallecidos.
Cabe recalcar que, respecto a pueblos indígenas, los datos son estimados,
considerando que en territorio tenemos serias limitaciones tecnológicas y de
infraestructura comunicacional, evidenciando que los datos reales están por
encima de los indicados.
Con estos datos recabados y los reportes territoriales, sabemos que los servicios de
salud en las ciudades amazónicas y cercanas, se encuentran colapsadas y en mayor
medida los centros de salud que pocas comunidades indígenas disponen, carecen
de médicos, medicinas, implementos de seguridad, test de pruebas, que sumado a
la carencia de alimentos y la falta de atención
por parte de las autoridades del Estado,agrava la salud y atenta a la vida y la pervivencia de los pueblos indígenas, tal como
se evidencia en Brasil, Perú, Bolivia y Ecuador , donde los casos se han ido
incrementado de manera alarmante, sin la evidencia de acciones oportunas al
respecto.
En la Amazonía, la propagación del COVID - 19, apenas empieza.
En el
marco de los derechos que nos asisten como pueblos originarios en los
instrumentos internacionales como la Declaración de
Derechos Humanos, Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Declaración sobre Derechos de
los Pueblos Indígenas de la Organización de las Naciones Unidas de 2007,
y el artículo 25° del Convenio N° 169 de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), que establece que los Estados
tienen la obligación de poner a disposición de los Pueblos Indígenas servicios
de salud adecuados, considerando sus condiciones económicas, geográfica s,
sociales y culturales, y sus métodos de prevención, prácticas curativas y
medicamentos tradicionales.
Ante esto, resulta
importante que las diferentes medidas que se implementen frente a la pandemia,
sean planificadas e implementadas en cooperación con los mismos pueblos
indígenas,
respetando las estructuras organizativas y su gobernanza, con el objetivo de
garantizar que tanto las acciones como los recursos sean destinados a quienes
realmente lo necesitan y con pertinencia cultural. Por lo expuesto y a nte la
alarmante situación de los pueblos indígenas de la Amazonia, la Coordinadora de
las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica – COICA, como organización
internacional solicita:
1. Al Alto Comisionado para los Derechos Humanos y Relator Especial sobre los
Derechos de los Pueblos indígenas ante las Naciones Unidas , emitir informes
que detallen datos y contenidos específicos por pueblos indígenas, dirigidos a
los Estados, con el objetivo de que adopten medidas urgentes ante esta
pandemia, con pertinencia cultural.
2. Ante la inacción de
los gobiernos, AYUDA y ASISTENCIA HUMANITARIA INTERNACIONAL,
con el objetivo de precautelar la salud y la vida de pueblos indígenas de la
Amazonia frente a la catástrofe sanitaria, ya que si no se toman medidas
urgentes estamos a puerta de un etnocidio.
3. Se
inste a los Gobiernos a dar respuestas y acciones inmediatas a
las demandas realizadas a través de nuestras organizaciones bases de COICA
en el uso de sus derechos, para la prevención y atención humanitaria urgente,
que se constituyen en obligaciones innegables de los estados para con nuestras
comunidades indígenas.
4. A
sumarse y apoyar la iniciativa de recaudación a través del Fondo de Emergencia
Amazónica, una iniciativa emprendida por la COICA y sus aliados, con el
objetivo de asegurar que la ayuda humanitaria llegue directamente a los pueblos
indígenas. Además, instamos a los diversos organismos internacionales que de
acuerdo a sus funciones y competencia, EXHORTEN a los gobiernos de los
países amazónicos
5. Reconocer
la diversidad de pueblos indígenas en los países de la cuenca Amazónica e
implementar acciones URGENTES con pertinencia cultural en el ámbito de la
salud, educación, economía, seguridad alimentaria y generar
mecanismos de diálogo y participación con los pueblos indígenas, de acuerdo a
sus estructuras organizativas y gobernanza.
6. Reconocer la vulnerabilidad de la Población indígena, debido a la presión
permanente del modelo extractivista sobre nuestros territorios y la exclusión
histórica de los derechos a los servicios básicos e infraestructura de salud,
educación, saneamiento y otros servicios 4, convirtiendo a los
pueblos indígenas amazónicos en un sector extremadamente frágil y vulnerable.
Es preciso señalar que dicha condición se agrava en mayor medida para los
pueblos en aislamiento y contacto inicial, tomando en cuenta además, su
vulnerabilidad inmunológica.
7. Reconocer
la pandemia del COVID – 19 como una CATÁSTROFE SANITARIA (para la vida y la
salud) para los pueblos indígenas, con el objetivo de que se designe recursos
económicos para atender oportunamente la pandemia.
José Gregorio Díaz Mirabal Coordinador General COICA Francinara Soares Marlon Vargas Coordinadora de COIAB (Brasil Presidente CONFENIAE (Ecuador) Tomas Candia Lizardo Cauper Presidente CIDOB (Bolivia) Presidente AIDESEP (Peru) Julio Cesar López Thomas Lemmel Benson Presidente OPIAC (COLOMBIA) Presidente APA (Guyana) Sirito Aloema Jean - Philippe Chambrier Presidente OIS (Surinam) Presidente FOAG (Guyana Francesa) Eligió Da Costa Presidente ORPIA (Venezuela)
José Gregorio Díaz Mirabal Coordinador General COICA Francinara Soares Marlon Vargas Coordinadora de COIAB (Brasil Presidente CONFENIAE (Ecuador) Tomas Candia Lizardo Cauper Presidente CIDOB (Bolivia) Presidente AIDESEP (Peru) Julio Cesar López Thomas Lemmel Benson Presidente OPIAC (COLOMBIA) Presidente APA (Guyana) Sirito Aloema Jean - Philippe Chambrier Presidente OIS (Surinam) Presidente FOAG (Guyana Francesa) Eligió Da Costa Presidente ORPIA (Venezuela)
4
Organización de las Naciones
Unidas para la alimentación y la agricultura
–
FAO (2015). Pueblos
Indígenas y políticas públicas
de Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe.
http://www.fao.org/documents/card/en/c/4cd46e34- 12a2 - 43b9 - 9 a71 - 0c1f5395b5f5
Fuente: https://rebelion.org/wp-content/uploads/2020/05/Coica_Pron19May2020.pdf
Algunos impactos de la pandemia Covid-19 en los pueblos indígenas rurales
Por Gerardo Szalkowicz
Sigamos
profundizando respecto a:
Algunos impactos de la pandemia Covid-19
en los pueblos indígenas rurales
18 mayo 2020
Itzamná Ollantay
En la mayoría de los bicentenarios estados de Abya Yala, la declaratoria del confinamiento “obligatorio”, incluso con el uso de la fuerza, ya lleva más de dos meses. Y los impactos en los pueblos indígenas son crecientes.
Algunos impactos de la pandemia Covid-19 en los pueblos indígenas rurales
Las empresas nacionales y transnacionales no han
parado sus actividades, sólo redujeron personal y horarios. En muchos casos,
transitaron al teletrabajo predador de derechos laborales. En este sentido,
la
pandemia abonará aún más a las inmorales desigualdades socioeconómicas ya
conocidas en Abya Yala.
En las ciudades, los sectores populares llevan la peor parte de las consecuencias invaluables de la pandemia. En especial, las familias desempleadas, subempleadas y/o las dedicadas a las actividades autónomas. En varios estados, los gobiernos “implementan” ayudas económicas para “asistir a estas familias a costa de millonarias deudas públicas.
La gran mayoría de las comunidades y pueblos indígenas en el área rural, desde hace siglos, subsistimos en el “eterno confinamiento”. Sin Estado, sin derechos. Mucho menos derechos laborales porque casi ningún indígena recibe un salario regular en el área rural.
Producimos alimentos para el autoconsumo y para alimentar a las ciudades, pero casi sin ningún tipo de apoyo estatal, sin caminos, sin mercado, sin bancos. Incluso cultivamos y trasladamos los alimentos en tracción animal.
¿Cómo nos afecta la pandemia y sus impactos?
Discrimina/castiga al productor indígena. Durante el confinamiento las empresas de alimentos y servicios están autorizados para transitar en todo el territorio nacional. Pero, indígenas y campesinos no podemos trasladar nuestros productos hacia los mercados porque el “toque de queda” nos impide. El protocolo de los permisos de transporte están pensados para empresas, mas no así para la producción campesina o agricultura familiar.
Políticas de sanidad y “asistencia económica” son racistas. En países como Guatemala, el requisito para cobrar “bonos” exige presentar recibo de consumo de electricidad o tener cuenta bancaria. Y muchas familias indígenas no cuentan con estos requisitos. En otros casos, los bonos se entregan sólo en las zonas urbanas, ¿cómo salir a cobrar esos bonos si está prohibido el transporte público?
En políticas de sanidad, ¿cómo salimos de emergencia desde las comunidades a las ciudades a disputar cama/ventilador con los otros enfermos si no se permite transporte motorizado?
Persistentes invasiones empresariales hacia los territorios indígenas. El confinamiento no sólo nos limita la libre locomoción, sino también nos prohíbe hacer asambleas comunitarias, ejercer nuestro derecho a la protesta…. Mientras, las empresas extractivas continúan saqueando nuestros territorios, asesinando, en no pocos casos, a nuestros defensores. Colombia, Perú… son muestras claras de la colusión entre pandemia y saqueo violento de los territorios.
Violenta vulneración del derecho a la autodeterminación/autoprotección de los pueblos. Los estados criollos permiten el “auto confinamiento” de las comunidades únicamente si no afecta a las actividades de las grandes empresas. Caso contrario reprimen violentamente cualquier medida o acto de control territorial emprendida por los pueblos.
Ejemplo de ello es Sololá, Guatemala, donde pueblos indígenas ante el libre tránsito de las empresas comerciales, y prohibición del traslado de productos agrícolas campesinas, decidieron cerrar por completo el paso a las empresas… el Gobierno central respondió con represión policial.
Estimula el control territorial indígena. En muchas comunidades y pueblos indígenas, el anuncio de la pandemia nos obligó a ejercer en parte nuestro derecho colectivo a la autodeterminación en nuestros territorios.
Muchas comunidades indígenas decidieron controlar/cerrar el ingreso a sus territorios para evitar la infección, incluso antes de la orden de “confinamiento” de las repúblicas. Y esta medida límite es la que está “evitando” la llegada o propagación de Covid-19 entre los pueblos indígenas, frente a la indiferencia racista de los estados criollos.
Afianza la autoridad indígena en los territorios. El confinamiento territorial ocasionado por la pandemia, en muchos casos, estimuló a las organizaciones/estructuras indígenas legítimas a ejercer autoridad en el territorio, con mayor legitimidad que en otros momentos. Impresiona ver el ejercicio de autoridad indígena, incluso sobre los funcionarios públicos y/o empresas, en el caso de las Rondas Campesinas en el Perú, o de las alcaldías indígenas en Guatemala.
Estimula, visibiliza la solidaridad/trueque inter e intracomunitaria. Mientras las empresas, en su lógica económica destruyen/queman sus excedentes de producción, o en el mejor de los casos especulan con ellos, en estos tiempos de pandemia, indígenas y campesinos en Bolivia, Guatemala, Ecuador, reparten, donan, a las familias necesitadas parte de su producción agrícola.
En estos tiempos de pandemia, con esperanza vemos destellos no sólo de la solidaridad, sino también de la reciprocidad e intercambio de productos en territorios indígenas, campesinos, como ocurre en Chimborazo, Ecuador.
https://www.telesurtv.net/bloggers/Algunos-impactos-de-la-pandemia-Covid-19-en-los-pueblos-indigenas-rurales-20200518-0001.html
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Examinemos cómo los gobiernos de turno, sean progresistas o neoliberales, se
ponen a favor de los negocios oligopólicos sin importar el presente futuro
de los pueblos ni los ecogenocidios que llevan a cabo.
Pueblos indígenas, el PLUS Beni y la expansión del agronegocio en tiempos de pandemia
4 de mayo de 2020
El biólogo e investigador independiente, Vincent Vos, en el marco de 2da. Asamblea Urgente por los bosques de Bolivia”, -organizada colectivamente y realizada vía virtual el jueves 30 de abril-, expuso un análisis del Plan de Uso de Suelos del Beni, (PLUS Beni), que fue finalmente promulgado a fines de 2019, y advirtió sobre los potenciales impactos económicos y sociales que un Plan de este carácter, implica para la conversión de bosques y amazonía en áreas de depredación para el agronegocio y ganadería extensiva.
El investigador señaló que el Plan de Uso de Suelo es un instrumento técnico normativo de ordenamiento territorial que delimita espacios geográficos y asigna uso al suelo. Sus objetivos supuestamente son los de garantizar el uso sostenible de suelos y recursos naturales. Sin embargo, el PLUS Beni, tendría varias falencias y defectos de inicio, entre los más importantes están el que no se lo dio a conocer ni siquiera a organizaciones como las indígenas, directamente afectadas por la normativa. Carece de precisión técnica en elementos claves y básicos como son las definiciones de “bosque” o “desmonte”, solo como un ejemplo, lo cual representa un grave problema al tratarse de un documento tan importante y que debería tener, por tanto, el adecuado sustento de investigación.
A la conflictiva aprobación de este Plan, se suma el que no ha tomado en cuenta los planes de manejo de áreas protegidas y a las comunidades de territorios indígenas. En este sentido, puntualiza Vos, el plan ha reducido el manejo de tierras a dos actividades centrales: la ganadería extensiva vacuna y la agricultura mecanizada, que considera solo a dos actores, sin incluir a poblaciones como la indígena, que no viven dentro estos modelos de “desarrollo”, y que, por el contrario, sufren sus consecuencias. El Plus promueve la monoproducción y descarta manejos y promoción de otras formas de manejo de bosques y sus recursos naturales, que sí los han tenido milenariamente los pueblos indígenas. La pesca y el turismo casi no figuran en el PLUS Beni, así como tampoco se toman en cuenta los sitios arqueológicos que abundan en la zona y que son registro de la memoria histórica de los habitantes del Beni y de todxs nosotrxs.
A la par, argumenta el investigador, esta reglamentación otorga permiso para el desmonte inclusive en áreas protegidas, lo cual está evidenciado en los mapas que muestra: las zonas que ahora son de bosque en la provincia Vaca Diez, se convertirán en tierras para agro-silvo-pastoril, lo que afectará directamente a la producción de castaña, una de las actividades más importantes del departamento.
La redacción del PLUS define que su objetivo oficial es garantizar el uso sostenible de los suelos pero a continuación afirma que se modificarán los “patrones tradicionales del lugar”, e impondrá un “nuevo sistema de desarrollo”, fiel a los intereses de la élite beniana, uno de cuyos representantes fue Alex Ferrier, terrateniente y ex gobernador del Beni por el MAS.
La exposición de Vos, muestra que el que se haya aprobado el PLUS Beni, ya durante el régimen de Añez, implica la continuidad de la visión para el Beni que tienen los grupos políticos y de élite que presionan para que se imponga este PLUS: “vacas, soya y eucalipto”, en palabras del expositor.
Si bien, señala Vos, la versión final del PLUS, incluyó algunas consideraciones sobre territorios indígenas, esto es insuficiente, ante la importancia de todas las áreas protegidas, muchas de las cuales aún no tienen reglamentación interna. Ya se está produciendo un fenómeno preocupante que es el de la sabanización de los bosques de la zona, que se agravará de concretarse lo que define el PLUS, además de que debemos tener en cuenta que el 2019, no solo se quemó la Chiquitanía, sino también ardió el Beni, y se vislumbran quemas más grandes este 2020 para la región beniana.
Pandemia, crisis de sistemas de salud y destrucción de ecosistemas
De todo lo expuesto en la presentación, advertimos elementos actuales fundamentales: que el sistema de salud es mucho más precario en el Beni, y en estos momentos de explosión en este departamento, de casos de COVID 19, se evidencia que la salud de los pueblos indígenas en Bolivia, así como de la población en general, pasa por un cumplimiento de la cuarentena, medidas de distanciamiento y exigencia de dotación de insumos básicos para centros de atención sanitaria, pero también está totalmente ligada al respeto e incentivo de formas de producción campesina indígena agroecológica, manejos sostenibles de bosques y bienes naturales, así como al respeto por territorios indígenas y áreas protegidas.
Permitir, como hizo el gobierno del MAS, a través de una serie de normativas, la consolidación y crecimiento de los sectores agrosoyeros, cañeros y de ganadería extensiva, implica atentar contra la seguridad alimentaria de las comunidades indígenas y de toda la población en general. Las recientes reuniones de las más grandes coaliciones del agronegocio con el régimen de Añez, en miras de ampliar el uso de semillas transgénicas de soya, muestran esto que hemos denominado el continuismo y profundización agroextractivista.
El tema es urgente, mientras en comunicado público la CIDOB orgánica anuncia la existencia de casos sospechosos de COVID 19 en pueblos indígenas del Beni, el llamado por luchar frente a políticas impulsadas por estado y grupos económica, social y políticamente poderosos, es un imperativo para cuidar la salud de todxs.
¡Salud digna para todxs!
¡Respeto a los territorios indígenas!
Reflexionemos sobre que la pandemia:
deja al desnudo el rostro del
sistema y abre las puertas a los debates urgentes sobre la necesidad de un nuevo
paradigma civilizatorio. Tal
vez sea el momento oportuno para poner el foco en las filosofías de vida que
pregonan los pueblos originarios, sintetizadas en conceptos como «sumak kawsay»
o «buen vivir»”.
Los pueblos originarios
de América Latina en la era Covid-19
4 de mayo de 2020
Por Gerardo Szalkowicz
Editor de NODAL
Sin servicios básicos, excluidos por el sistema de salud, sin documentación para acceder a programas sociales y con caminos cortados que impiden abastecerse de alimentos, ¿cómo impacta la pandemia en las comunidades indígenas de Latinoamérica?
“En esta pandemia no estamos todos en el mismo barco, estamos en el mismo mar; unos en yate, otros en lancha, otros en salvavidas y otros nadando con todas sus fuerzas”. La sencilla metáfora a la que apelaron en un comunicado siete organizaciones indígenas en el estado mexicano de Hidalgo ayuda a problematizar a qué sectores sociales afectará más el impacto del coronavirus. En América Latina, los pueblos originarios aparecen entre quienes van tirando manotazos en el agua, resistiendo al menosprecio de gobernantes y ninguneados en pantallas y micrófonos.
Nulas o insuficientes medidas focalizadas o protocolos especiales; carencia de servicios básicos (principalmente agua potable); enfermedades preexistentes vinculadas a la pobreza y ausencia o lejanía de servicios de salud; complicaciones para la venta y compra de alimentos por el cierre de caminos y mercados; falta de documentación para acceder a programas sociales; poca difusión preventiva con enfoque intercultural y en lenguas indígenas. Un combo de problemáticas que dejan a gran parte de las comunidades originarias de la región en extrema vulnerabilidad. Si el panorama previo ya era de emergencia, la pandemia profundiza las desigualdades.
La conquista europea que arrasó con los pueblos que habitaban el continente no sólo tuvo la espada y la Biblia como armas principales. El factor epidemiológico fue clave: las enfermedades importadas (tifus, viruela, peste bubónica) ayudaron y mucho a diezmar a la población autóctona durante el mayor genocidio de la historia, de hecho se dice que fue la viruela la que realmente destruyó al imperio azteca. Otras epidemias, como malaria, sarampión e influenza, también hicieron estragos en territorios indígenas a lo largo de la historia. Por eso la irrupción del Covid-19 encendió las alarmas y multiplicó los reclamos de atención urgente. Su penetración en las comunidades sería trágica y le haría un gran favor a las trasnacionales extractivistas, siempre ávidas de tierras y bienes naturales.
La población indígena en Latinoamérica supera los 45 millones de personas, lo que representa el 8,3% de la región, siendo la zona de mayor densidad demográfica indígena del planeta. Se registran 826 pueblos indígenas distintos. En su informe anual de 2019, la CEPAL destacó que la pobreza de las y los indígenas es 26% mayor a la de las personas no indígenas.
Recientemente, el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC) exhortó a los gobiernos de la región a propiciar una reunión específica sobre el tema y señaló que “ninguna de las fuentes de información globales o regionales incluye datos desagregados con relación a la población indígena”.
Perú: lavarse las manos con agua empetrolada
En la Amazonía peruana, los ríos se tiñeron de petróleo en las últimas décadas, multiplicando problemáticas y enfermedades. Cuatro federaciones indígenas del Departamento de Loreto alertaron sobre “las condiciones precarias en que nos ha encontrado la pandemia: un contexto de persistente contaminación petrolera que envenena el agua y los alimentos, focos de malaria o dengue, y la ausencia del Estado que a menudo implica días de viaje para asuntos básicos como llegar a un centro de salud”.
Las organizaciones reclaman medidas para evacuar a posibles afectados e “información para difundir en las comunidades con claridad, seguridad, pertinencia y en idioma indígena”. El Perú tiene más de 4 millones de personas que se identifican con una lengua diferente al castellano. Si bien algunos materiales de difusión fueron traducidos, aparece otro problema: muchas comunidades no cuentan con internet, electricidad o equipos electrónicos para trabajar con la plataforma educativa oficial “Aprendo en casa”. La Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana, que agrupa a unas 1.800 comunidades nativas, acusó al gobierno de “desatención evidente y reiterada discriminación” y denunció ante las Naciones Unidas “el peligro de etnocidio por la inacción del Estado peruano”.
En el Perú, donde ya se reportan tres indígenas infectados, se está dando otro fenómeno: el éxodo masivo de familias pobres que huyen de Lima a pie por el hambre y la falta de trabajo. Gran parte son indígenas que retornan con lo puesto a la sierra y a la selva
Colombia: la pandemia de la violencia
La población indígena en Colombia –casi dos millones de habitantes, el 4,4% del total- tiene un gran desarrollo organizativo. La Organización Indígena de Colombia (ONIC) emitió por primera vez una alerta epidemiológica y activó un plan de contingencia que incluye el bloqueo de caminos permitiendo sólo el paso de transportes de alimentos y productos básicos. Desde La Guajira hasta el Amazonas, la denominada “Guardia Indígena” impide el ingreso a los poblados de turistas e instituciones privadas. Las primeras en hacerlo fueron las comunidades de la Sierra Nevada de Santa Marta que bloquearon el acceso al Parque Nacional Tayrona, uno de los principales atractivos turísticos. “La estrategia de prevención y contención la dividimos en tres acciones: pedagogía para entender la pandemia, control territorial a través de las guardias indígenas y movilización del conocimiento de los sabedores en medicina indígena”, explicó Ángel Jacanamejoy, dirigente de las Autoridades Tradicionales Indígenas.
La ONIC confirmó la primera muerte por coronavirus e informó que hay siete indígenas infectados y 90 bajo observación. También denunció que “la escasez de agua potable, alimentos e implementos de bioseguridad y el confinamiento por el conflicto armado agravan la situación”. Es que, más allá del Covid-19, el mayor peligro siguen siendo los grupos paramilitares. Durante el gobierno de Iván Duque ya fueron asesinados 162 indígenas. Y el hostigamiento y las muertes no amainaron durante la cuarentena. Luis Fernando Arias, consejero mayor de la ONIC, relató: “En estas últimas semanas se han venido registrando hostigamientos, sobre todo en el norte del Cauca. El genocidio contra los pueblos indígenas se ha convertido en la peor pandemia nuestra en estos últimos años”.
México: defensa zapatista
Con unas 16 millones de personas, México es el país con mayor población indígena de la región. En muchas zonas también se implementó el corte de accesos. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) declaró en alerta roja a sus comunidades y cerró sus centros organizativos “considerando la falta de información veraz y oportuna así como la ausencia de un plan real para afrontar la amenaza de la pandemia”. También colocó retenes y filtros sanitarios en el ingreso a sus comunidades y activó una cuarentena preventiva para quienes regresaron a sus poblados. El EZLN exhortó además a “no dejar caer la lucha contra la violencia feminicida y en defensa del territorio y la Madre Tierra”. El comunicado finaliza diciendo: “Llamamos a no perder el contacto humano, sino a cambiar temporalmente las formas para sabernos compañeras, compañeros, hermanas y hermanos”.
Medidas similares tomó el Congreso Nacional Indígena (CNI). Carlos González, uno de sus dirigentes, coloca otro elemento importante: “En los pueblos indígenas los ancianos y las ancianas juegan un rol fundamental, vital, para la pervivencia de las comunidades y su reproducción. Es una preocupación muy seria”. González coincidió en remarcar la precariedad de las infraestructuras sanitarias pero destacó que, como contraparte, los pueblos originarios “podrán generar una mejor defensa gracias a su propia vida comunitaria”. El CNI prevé que la peor situación para las y los indígenas será en las ciudades, por lo cual realiza colectas para apoyar a las familias urbanizadas.
Desde la Patagonia hasta el Río Bravo
Los mismos miedos, dilemas y exigencias se repiten por toda la geografía del continente.
En Bolivia, la Ley reconoce a 34 naciones y pueblos originarios. En el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), que contiene a 64 comunidades, denuncian la desatención del gobierno de facto, la falta de información y el desabastecimiento de medicamentos y alimentos por la interrupción del comercio. El dirigente Pedro Moye aseguró que “al área rural no llegó ningún material de bioseguridad ni medicinas ni ningún protocolo que debamos seguir en caso de registrar algún contagio. Sólo se abocaron a capitales de provincia”. Y remarcó otra dificultad: “No hay ambulancias ni medios para sacar a un enfermo rápidamente a un hospital. Esa es la preocupación más grande”.
En Brasil, donde ya hay al menos tres indígenas fallecidos y 31 contagiados, sobrevuela el fantasma no tan lejano de la gripe A-H1N1 que provocó la muerte de cientos de indígenas principalmente guaraníes. El temor al Covid-19 se potencia ya que un tercio de las muertes de indígenas en Brasil son por enfermedades respiratorias. El Foro Nacional Permanente en Defensa de la Amazonía exigió “un plan de contingencia que tenga en cuenta las especificidades de sus pueblos y sus formas de vida comunitarias, que sin duda facilitan la rápida propagación del virus”.
La otra gran amenaza se llama Jair Bolsonaro, que además de minimizar la pandemia e ir a contramano de todas las recomendaciones, dio carta blanca a la deforestación de la Amazonía y expulsó al contingente de médicos cubanos, lo que dejó a muchas comunidades sin atención sanitaria. Nice Gonçalves, periodista y activista indígena, señala: “En 2019 aumentó en 12% la mortalidad de niños por la retirada de los médicos cubanos y el desmantelamiento de la salud indígena”.
También es crítica la situación en Paraguay, donde indígenas realizan bloqueos de rutas. La organización Tierra Viva expresó: “Las estadísticas previas a la pandemia ya señalaban que el 65% de los indígenas se encuentran en situación de pobreza y más del 30% en pobreza extrema; a lo que se suma la situación actual de aislamiento que imposibilita salir a trabajar. La exclusión estructural se profundiza y el hambre golpea fuertemente a las comunidades del Chaco”.