Encontramos respuesta en los
muchos feudos provinciales
con décadas de existencia pero hoy
esa autocracia se ha extendido y
profundizado.
Recordemos el Pacto de Olivos entre los dos partidos de estado, el Partido
Justicialista y la Unión Cívica Radical. Carlos Menem y Raúl Alfonsín, en
secreto, acordaron impulsar la reforma de la Constitución. En la Constitución de
1994 se amplían derechos y se dirige la atención mayoritaria a que se posibilita
la reelección pero el cambio central fue establecer un federalismo más parecido
a un neofeudalismo en favor de las transnacionales extractivistas. Los llamados
recursos naturales pasan al dominio de las provincias donde existen y las que
son elegidas por las megamineras imperialistas han sido empobrecidas (hasta ser
calificadas como inviables) por el neoliberalismo implementado según Consenso de
Washington por el partido Justicialista bajo liderazgo de Carlos Menem. Y este
poder de sometimiento se consolida con:
El Senado y la democracia para ricos
25
de agosto de 2018
De espaldas a millones, la
casta reaccionaria de macristas, radicales y peronistas que pueblan el
Senado rechazó el proyecto de ley sobre la legalización del aborto, tal como
se lo exigió el mismísimo Papa Bergoglio. El Senado y su lugar dentro de la
democracia para ricos.
Por
Federico Puy
y Sol Cheliz
Un verdadero Jurassic Park
La creatividad con que se
manifestó la revelación del carácter reaccionario del Senado recorrió las redes
sociales y las manifestaciones artísticas del mismo 8A, emparentando a la
vetusta institución con un parque jurásico de dinosaurios.
No muy lejos de la verdad con
el atinado apodo, el término Senado viene del latín “senex”, que significa
anciano. Se trata de una institución arcaica que tiene su origen en la Roma
antigua donde las familias acomodadas esclavistas encontraban su órgano de
gobierno en el senado, o consejo de ancianos.
La función de la “cámara alta”
o senado en la historia de la dominación burguesa ha sido la de ponerle un
límite aún mayor al amañado sistema parlamentarista. Un organismo cuya función
es parte de un “sistema de contrapeso y frenos” para balancear la
representatividad más popular en términos relativos de la “cámara baja”, a favor
de los sectores más privilegiados y conservadores.
En Inglaterra, cuna del
“parlamentarismo”, aún se denomina la Cámara de los Lores que funciona junto a
la Cámara de los Comunes, toda una declaración del título de nobleza que le dio
origen.
En Argentina la composición y
sistema de elección más reaccionario en este sentido fue el otorgado por la
efímera Constitución de 1819, en la que el Senado se componía de los
representantes de las provincias, junto a obispos y eclesiásticos, militares y
hasta los rectores de las universidades mediante elección censitaria. La de 1853
y 1860 se basaron en una consideración federal, base de la actual Constitución
reformada a partir del Pacto de Olivos, aunque se trata de
un federalismo no
en beneficio del pueblo trabajador de las provincias que lo componen sino de los
gobernadores y sus benefactores burgueses (“nacionales” e imperialistas)
manteniendo la esencia del carácter cuasi feudal del Senado.
¿Alguien se atrevería a afirmar por ejemplo que los senadores de las provincias del nordeste representan los intereses de la enorme población de trabajadores rurales en condiciones de semiesclavitud? ¿o que los patagónicos no son los legítimos herederos de Roca y Chevrón antes que del pueblo mapuche y los trabajadores petroleros?
El régimen político argentino está
diseñado para sub-representar a los distritos más numerosos, donde se concentran
los principales batallones de la clase trabajadora, los pobres urbanos y la
juventud estudiantil. Esto ya ocurre en la Cámara de Diputados
porque la división por distritos provinciales hace que, por ejemplo, haya un
diputado de la provincia de Buenos Aires por cada 220 mil habitantes mientras
que en Tierra del Fuego hay uno cada 25 mil. Sin embargo, los votos de los
diputados “valen lo mismo” a la hora de decidir cosas como el saqueo a los
jubilados o el pago a los fondos buitres.
En el Senado esta subrepresentación aumenta porque todas las provincias eligen tres representantes, sin importar la cantidad de habitantes y electores que tenga cada una. Por lo tanto, un Senador por la provincia de Buenos Aires representa a 5 millones de habitantes mientras que un Senador por Tierra del Fuego representa a 42 mil. ¿Este es el juego de la representatividad de la democracia burguesa?
Un reducto de privilegiados con atribuciones
Actualmente luego de la reforma
constitucional de 1994, el Senado se conforma de 72 miembros, “representando” a
las 23 provincias y la ciudad de Buenos Aires. La duración del mandato es de
seis años (un período mayor al de cualquier cargo), y la cámara se renueva a
razón de un tercio cada dos años.
Para ser senador se requiere
“tener la edad de treinta años, haber sido seis años ciudadano de la Nación,
disfrutar de una renta anual de dos mil pesos fuertes o de una entrada
equivalente, y ser natural de la provincia que lo elija, o con dos años de
residencia inmediata en ella” (Art. 55 C.N.). La reaccionaria constituyente del
´94, cuyo único fin esencial fue dar al presidente la reelección, ¡ni siquiera
guardó las formas en quitar de este artículo el requisito de una renta!
Un senador hoy puede alcanzar
un sueldo neto de $ 200.000, entre salario, canje de pasajes y plus por
desarraigo, como es el caso de Valverde. Veinte veces más que el salario mínimo,
vital y móvil, que hoy está en $10.000. Un contraste contundente. Sería
imposible de entender esta actitud sino es porque los senadores forman parte de
una casta política de sueldos exorbitantes y privilegios inusitados, como
obtener $ 70.000 de más a cambio de canjear pasajes no utilizados.
En cuanto a las atribuciones
del Senado, entre otras, cuenta con la de dar autorización al Presidente para
declarar el Estado de Sitio en caso de ataque exterior, ser cámara de origen en
la Ley Convenio sobre coparticipación federal de impuestos, y la de prestar
acuerdo al Poder Ejecutivo para la designación de magistrados judiciales y de
oficiales superiores de las Fuerzas Armadas.
Por su composición,
restricciones y atribuciones el Senado compone una verdadera casta cuasi feudal,
poblada de apellidos patricios además de un lugar de “retiro” de ex presidentes
y gobernadores (sin ir más lejos actualmente hay tres ex presidentes: Cristina
Fernández, Adolfo Rodríguez Saa y Carlos Menem).
Una institución para reforzar la representación y “gobernabilidad” de los partidos tradicionales
El mecanismo por el cual se
eligen los senadores, tres por provincia correspondiendo dos bancas al partido
político que obtenga el mayor número de votos, y la restante al partido político
que le siga en número de votos, facilita la representación de los partidos
burgueses tradicionales y dificulta aún más que la cámara de diputados el acceso
de representantes de los intereses del pueblo trabajador. Incluso en la
Provincia de Buenos Aires y la ciudad homónima, más aún por la subrepresentación.
El caso de Pino Solanas por
ejemplo, quien apareció como un “plebeyo” para los ojos del público juvenil pero
no de los mayores con algo de memoria, ingresó al senado nada más y nada menos
que a través de la, ya fracturada, alianza UNEN con Elisa Carrió.
Oficialismo y
oposición burguesa, con alternancia entre los partidos tradicionales, han
sostenido la gobernabilidad de los empresarios para atacar los intereses del
pueblo trabajador. Ejemplos pasados, y que fueron gestando el “que
se vayan todos”, se pueden encontrar en el escándalo de la ley “Banelco” como se
bautizó a la reforma laboral de la ruista parida con la coimas en el senado, la
ley de superpoderes a Cavallo y el recorte de los salarios estatales y
jubilaciones en el 2001 con la venia del peronismo. Actualmente,
el macrismo no
tiene mayoría en el Senado ni en el Congreso y para las diferentes leyes de
ajuste contó siempre con los votos del peronismo. Ayer contra los jubilados, hoy
contra las mujeres.
Miguel Ángel Pichetto, jefe de
la bancada del Peronismo Federal que representa a los gobernadores, operó sobre
las grandes leyes con el macrismo. Recordemos que el ahora flamante candidato a
presidente, fue protagonista en la bochornosa
contrarreforma jubilatoria que se consumó en diciembre del año pasado, donde
junto a su bloque otorgó los votos necesarios para consagrar por ley el saqueo.
También el
Consenso fiscal y la ley de Responsabilidad Fiscal fueron acordados por el
gobierno nacional y los mandatarios de todas las provincias, a excepción de San
Luis. Un acuerdo que congela el gasto de las provincias que impactará en la
salud, la educación, y medidas que desfinanciarán la ANSES.
Cabe señalar también que muchos
de los senadores y senadoras que votaron en contra del derecho al aborto habían
ingresado a la Cámara Alta en años anteriores como candidatos del Frente para la
Victoria, cuando era la propia Cristina Kirchner, todavía como presidenta, la
que tenía una influencia importante en la elección de los candidatos para las
listas. Algunos de ellos se destacaron por hacer los discursos más retrógrados
como Rodolfo Urtubey.
La abolición del Senado y el llamado a la movilización por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana
La división de
poderes es una farsa, siendo que se trata una subdivisión y reparto del poder de
una misma clase explotadora. Inspirado en la experiencia de la Comuna de París
de 1871, Marx sacaba la conclusión de la necesidad de poner fin a las
instituciones emanadas de la división de poderes, por medio de la fusión entre
las funciones ejecutivas y legislativas en una Cámara única y que todos los
jueces y funcionarios de Estado ganen como un trabajador y sean revocables.
León Trotsky a mediados de 1934
durante la ola de huelgas en Francia que surgía como respuesta a la ofensiva de
la burguesía, pero donde aún sobrevivían fuertes ilusiones democráticas por
influencia de las direcciones obreras reformistas, planteaba: “Somos, pues,
firmes partidarios del estado obrero campesino, que arrancará el poder a los
explotadores. Nuestro objetivo primordial es el de ganar para este programa la
mayoría de nuestros aliados de la clase obrera. Sin embargo, y mientras la
mayoría de la clase obrera siga apoyándose en las bases de la democracia
burguesa, estamos dispuestos a defender tal programa de los violentos ataques de
la burguesía bonapartista y fascista. Sin embargo, pedimos a nuestros hermanos
de clase que adhieren al socialismo “democrático”, que sean fieles a sus ideas:
que no se inspiren en las ideas y los métodos de la Tercera República sino en
los de la Convención de 1793.”
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Y sobre esta base establecía un
programa de acción que junto a medidas para que la crisis no la pagaran los
trabajadores, incorporaba una serie de consignas democráticas radicales: "¡Abajo
con el Senado, elegido por sufragio limitado, y que convierte la potencia del
sufragio universal en una mera ilusión! ¡Abajo la presidencia de la República,
que sirve como punto oculto de concentración para las fuerzas del militarismo y
de la reacción! Una asamblea única debe combinar los poderes legislativo y
ejecutivo. Sus miembros serían elegidos por dos años, mediante sufragio
universal de todos los mayores de dieciocho años, sin discriminaciones de sexo o
de nacionalidad. Los miembros serán elegidos sobre la base de las asambleas
locales, constantemente revocables por sus electores, y reciben el salario de un
trabajador calificado." (Un programa de acción para Francia)
Frente a la naturaleza
reaccionaria del Senado, como hemos visto, planteamos como parte de un programa
su abolición, junto a la figura presidencial que tiene poderes de “monarca”, y
reemplazarlo por una cámara única con miembros elegidos por sufragio universal
entre todos los mayores de 16 años, con lista conformada por distrito único
combinada con una proporcionalidad para que todas las provincias tengan su
representación. Todas las decisiones que atañan en forma directa a los estados
provinciales deberán votarse con una mayoría especial en ésta cámara.(...)
Consideremos
crítica al artículo 124 de la Constitución de 1994 pero desde la visión
nacionalista:
"El dominio federal de los
recursos mineros e hidrocarburíferos fue, según Sampay, el motivo del
derrocamiento de Yrigoyen. Era causa de los partidos populares, el radicalismo,
y el peronismo luego. Su razón es muy clara: las fuentes de energía definen una
Nación.
Por otro lado, un país como la
Argentina con dominio federal, puede negociar desde un escalón equivalente con
las grandes petroleras, cuyos patrimonios netos a veces igualan al PBI anual de
nuestro país. Cualquier provincia argentina está en inferioridad absoluta para
negociar con semejantes corporaciones".
El camino inverso al desarrollo nacional
4 de febrero de 2011
Por Sergio Acevedo
y Félix Herrero.-
Nosotros entendemos que la
política petrolera de Carlos Menem, continuada por la Alianza y la actual
administración, no ha beneficiado al país porque, además de privatizar YPF
(transfiriendo el cuasi monopolio estatal al privado), cedió la libre
disponibilidad del crudo, sus ingresos de exportación y la decisión de invertir.
Creemos que son temas de gran
relevancia que hacen al modelo de país, y que hay continuidad con la política de
los noventa aunque por las retenciones de la exportación, que es una
indiscutible herramienta constitucional de la Nación, se establezca el precio
interno del petróleo, pero con la reciente liberación del precio de los
combustibles se vuelve a aumentar las ganancias de las petroleras a expensas del
pueblo. Es mejor un modelo de las características que propuso Lula para el
Presal, que establece una empresa ciento por ciento pública que otorga regalías
a todos los Estados (provincias), no sólo a los petroleros. La decisión errada
en nuestro país fue aprovechar el esfuerzo público de casi un siglo otorgando su
explotación, ya que casi todos los descubrimientos relevantes fueron de la YPF,
mientras hoy hemos perdido la autosuficiencia.
Respecto del dominio del subsuelo, el economista y empresario Mariano Fragueiro legislaba en 1953 para que el Estado nacional mantuviera el dominio original del subsuelo. Es bastante común la afirmación que dice que la administración de las provincias traería beneficios para el país y que no hay incentivos para la exploración e inversión petroleras: la falta de combustibles de hoy muestra el fracaso de la política de ayer. La reforma constitucional de 1994 fue la contracara de la de 1949. Y, por cierto, pensamos que el talento de Perón era muy superior al que inspiró la norma del actual artículo 124 de la Constitución Nacional, tan poco discutida en las campañas políticas, que ni siquiera se lo previó en el pacto de Olivos ni en la ley que declaró la necesidad de la reforma y cuya constitucionalidad sería discutible si la Corte mantuviera la “doctrina Fayt”.
El dominio federal de los
recursos mineros e hidrocarburíferos fue, según Sampay, el motivo del
derrocamiento de Yrigoyen. Era causa de los partidos populares, el radicalismo,
y el peronismo luego. Su razón es muy clara: las fuentes de energía definen una
Nación.
Por otro lado, un país como la
Argentina con dominio federal, puede negociar desde un escalón equivalente con
las grandes petroleras, cuyos patrimonios netos a veces igualan al PBI anual de
nuestro país. Cualquier provincia argentina está en inferioridad absoluta para
negociar con semejantes corporaciones.
Esta visión fue corroborada por
la reciente historia. Un ejemplo: el pésimo negocio que hicieron Chubut y Santa
Cruz y la Argentina al prorrogar la concesión de Cerro Dragón, tanto que BP y
Bridas, sin pedir ni siquiera permiso, vendieron nuestro yacimiento a una
compañía china. Todo un símbolo de gobernantes poco serios. Si vemos las
prórrogas a favor de Repsol-YPF o a la Oxy, el resultado es similar. Martínez de
Hoz defendía ya en 1956 la provincialización de los recursos mineros y
petroleros.
Un segundo aspecto al que nos
referimos es la supuesta falta de incentivos para las petroleras. Es falso.
Basta mirar los balances de las mismas. Sus rentas son obscenas. Ninguna
descubrió nada ni invirtió en exploración. Todas compraron (o les fueron
entregadas) las concesiones a valores que en ningún caso suponían un barril
superior a 50 dólares. El costo promedio de extracción de un barril no supera
los 6 dólares. ¿Dónde está el desaliento? No conocemos ninguna empresa petrolera
que en la Argentina haya devuelto una concesión por no tener rentabilidad.
Ese fue el modelo de Menem, que nos llevó a la situación actual. El gobierno de Néstor Kirchner tomó algunas medidas de coyuntura, como los aumentos del derecho de exportación, pero profundizó el modelo neoliberal al aprobar la llamada “ley corta” que consolidó el dominio provincial, la explotación sin límites y sin recuperación de las reservas y la privatización al prorrogar las mejores concesiones con contratos que, en derecho privado o civil, serían descalificados por cualquier juez por “lesión subjetiva” (Art. 954 del Código Civil) o prodigalidad.El camino al desarrollo nacional es inverso al que se sigue desde Menem. No es mantener el hidrocarburo como una commodity en lugar de tratarlo como un recurso estratégico, como una riqueza que es de los pueblos y que fue creada por Dios (para los creyentes) o por la naturaleza (para los no creyentes). No obedece su existencia a un invento o al esfuerzo de los hombres.
Se deben recuperar para la
Nación las herramientas estratégicas, jurídicas y económicas respecto de las
fuentes de energía, entre ellas los yacimientos de hidrocarburos. Esto puede
merecer una reforma constitucional, pero también podría hacerse con la actual
normativa mediante la sanción de una ley federal de energía que reconstruya una
petrolera pública. Basta de girar remesas al exterior para que las petroleras
internacionales o las nuevas, acostadas en el poder, paguen los activos que
adquirieron o las acciones que compraron con la propia renta de YPF y no
reinviertan sus utilidades en la búsqueda de reservas.
Esto puede hacerse prohibiendo
por ley la prórroga de las concesiones y expropiando los derechos de las
petroleras que lograron esas vergonzosas prórrogas, y con una investigación
administrativa y penal seria que ponga luz en un negocio que genera enormes
sospechas.
No inventamos nada. Yrigoyen,
Mosconi, Perón o Sampay construyeron un camino. Sería bueno que la dirigencia,
en lugar de dejarse llevar por neoliberalismos caducos, pensara primero en la
Nación. No solamente para reivindicar la historia sin mitificaciones, sino para
tener un presente y un futuro con bienestar y esperanza. Nada más ni nada menos.
Acevedo fue gobernador de Santa
Cruz.
Herrero es director del Instituto Proyectos de Proyecto Sur.
La Nación
Herrero es director del Instituto Proyectos de Proyecto Sur.
La Nación
Reparemos
en cómo se está iniciando construcción de democracia desde unión de los
pueblos sin fronteras capitalistas:
Desde Putaendo
(Chile) y Uspallata (Argentina), pueblos de montaña hermanados por una
naturaleza, historia y destino común, estamos iniciando un plan de lucha
conjunto con acciones coordinadas y simultáneas, para oponernos y enfrentar
a los proyectos megamineros, que están adquiriendo tal grado de envergadura,
que individualmente ya representan una amenaza de magnitud areal y
afectación similar a uno y otro lado de la cordillera.*
*Nos estamos uniendo no
sólo para eso, sino para plantear a gobiernos y organismos internacionales
la protección y conservación de la naturaleza y patrimonio, como forma de
preservar nuestras fuentes de agua, enfrentar el cambio climático, poner en
valor nuestra historia común y asegurar nuestro modo de vida en armonía con
el entorno, de la mano del buen vivir, como una alternativa fundamentada y
válida al modelo extractivista que saquea, depreda y mata todo a su paso.*
*La primera de nuestras
acciones conjuntas consiste en el lanzamiento de una campaña internacional
para solicitar que las Rutas del Ejercito Libertador de los Andes (donde hoy
se localizan los proyectos megamineros más grandes) sean declaradas por la
UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.*
*Es muy importante tu
apoyo, participación y difusión.*
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