martes, 23 de octubre de 2012

Impunidad de los poderes establecidos con terrorismo de estado


Si volvemos la mirada a la celebración del día de la industria (02-09-2012)tenemos un cuadro de situación de la impunidad vigente. La Presidenta anuncia modificaciones al sistema de riesgos del trabajo y la UIA aplaude, después respalda al proyecto de ley para su sanción. ACTA explica porqué la UIA está contenta y presiona la promulgación: "(...)Las modificaciones propuestas sólo procuran evitar los costos de la prevención, la participación de los trabajadores y fomentar un sistema elusivo de la justicia; al mismo tiempo que, propiciar el subregistro, la omisión de denuncias, la negación de las enfermedades de origen laboral, el desconocimiento de los más mínimos derechos de todos aquellos que el sistema no contempla e invisibilizar más de 7500 muertes anuales de trabajadores por causas relacionadas con el trabajo.

El sistema vigente fracasó no sólo en su faz preventiva, sino además en lo prestacional; por lo que al sumir en el desamparo a los trabajadores accidentados, lesionados o afectados en su salud por enfermedades laborales, no les dejó otra alternativa que apelar a la Justicia. Es fácil inferir, pues, que mediante el aumento de los montos previstos en la tarifa que habrá de fijar el remozado régimen, se procura oxigenar una ley agonizante que ha sido parida bajo la matriz ideológica y cultural del neoliberalismo.
 
Sin embargo, no es descabellado suponer que el gobierno ha estimado que con las modificaciones planteadas no logrará el saneamiento constitucional del régimen. Mientras consigue un valioso tiempo hasta que un caso llegue a la Corte Suprema y ésta comience nuevamente a recorrer el camino de demolición de la Ley de Riesgos del Trabajo accede a las pretensiones de la Unión Industrial Argentina, satisface la codicia del capital financiero, dueño de las ART y regala un nuevo negocio al Sindicalismo Empresario. Tres actores sociales estratégicos para asegurar la estabilidad al orden social y económico(...)". Leer

Reflexionemos sobre la impunidad de la UIA desde larga data:
 Verónica Baudino (El Aromo nº 52) señala: "La Revolución Argentina, comandada por el general Juan Carlos Onganía, contó desde sus inicios con el apoyo político de la Unión Industrial Argentina. Ésta demostró su total confianza en las autoridades militares tanto en el acto de su asunción, como a través de comunicados oficiales. En este contexto, la UIA expuso su programa económico. Consistía en una serie de medidas tendientes a relanzar la economía por la vía de la disminución del gasto público, la reducción impositiva, la estabilización de la inflación, el destino exclusivo de los fondos de los bancos oficiales para la promoción agraria e industrial, el impulso del comercio exterior y la modificación del sistema previsional, a su juicio oneroso e ineficiente.
No se olvidaron de la clase obrera: la dictadura debía anular aquellas “pseudo-conquistas” sociales que atentasen contra el desarrollo industrial general. Completando un programa tendiente a favorecer el avance de los sectores más concentrados del capital, la UIA sostuvo que si bien la industria necesitaba cierta protección de la competencia extranjera, “ésta no debía ser tal que la libere de preocuparse de producir bien y a bajo costo”. Así se entiende su apoyo a la dictadura: las demandas que expresaba implicaban abrir un proceso de liquidación de capital sobrante y un ataque a la clase obrera. Medidas altamente impopulares que difícilmente podían realizarse en democracia (...)".
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“La última dictadura tenía un beneficiario muy preciso”
Por Manuel Barrientos 
El ensayista Alejandro Horowicz analiza la significación política y moral de las causas en las que se investiga a las corporaciones empresarias por su participación en crímenes de lesa humanidad.(...)

¿Por qué en su último libro define al régimen iniciado en 1976 como una “dictadura burguesa terrorista unificada y contrarrevolucionaria”?
En primer lugar, porque tradicionalmente se suele hablar de dictadura a secas, como si fuera una especie de institución romana, cuando en rigor fue una dictadura de clase, que tiene un beneficiario muy preciso y que quedó absolutamente claro cuando terminó el Proceso. En el libro El nuevo poder económico, Eduardo Basualdo, Miguel Khavisse y Daniel Aspiazu demuestran que, al final de la dictadura, poco más de treinta grupos económicos globalizados financieramente transan el setenta por ciento del producto bruto de la Argentina. Es decir, se trató de una etapa de altísima concentración económica. 

¿Qué aspectos emblemáticos permiten evidenciar esa concentración?
Si uno mira ese modelo empresarial y lo compara con el de 1960, se puede observar que el fenomenal proceso de crecimiento de las PyMES -el más importante de América Latina- había sido totalmente destruido. Además, ese rango de concentración no sólo es excepcional en la historia argentina, sino que tiene ramas aun más concentradas que la economía norteamericana. Entonces, se observa un proceso de concentración que se hizo con intencionalidad previa y que no es el resultado de una situación azarosa. Se produjo a partir de la valorización de activos financieros que permitieron conformar -deuda externa mediante- una especie de sociedad anónima que reemplaza el conflicto que había anteriormente entre campo y ciudad. 

¿Cómo se integra esa sociedad?
La valorización de los activos financieros permitió transformarlos en activos líquidos y colocarlos en el mercado financiero internacional. Y esa política que ejecutó José Alfredo Martínez de Hoz convirtió al bloque de clase dominante en rentistas financieros a perpetuidad, y volvió mucho mayor la significación de los activos radicados en el exterior que los radicados en territorio argentino. En consecuencia, el eje de la economía argentina pasó de la producción y el mercado interno al pago de la deuda externa. Esa lógica que se desarrolla entre 1975 y 1983 es la lógica que tiene como resultado un nuevo ciclo económico político que recién estalló en 2001. El derecho de tener derechos se canceló. El único derecho legítimo era el de propiedad y, todos los demás, estaban sometidos a éste. Y el derecho de propiedad era, simplemente, el derecho de la burguesía a transformar en capital líquido aquello que había estado encerrado en los límites del mercado interno. Eso explica por qué es una dictadura de clase, por qué es burguesa y por qué es unificada, porque los conflictos que antes dirimían sus diferencias desaparece. Y es unificada no de cualquier forma sino bajo un método de política terrorista.
¿Por qué fue Martínez de Hoz el encargado de poner en marcha el plan económico de la última dictadura? ¿Qué sectores económicos permitía anudar su figura?
Martínez de Hoz sintetiza a los sectores tradicionales. Cuando uno mira los debates que se dan entre 1971 y 1975, ve que los integrantes del bloque de clases dominantes -a través de las cámaras empresarias- modifican su postura en esos años. En 1971 se planteó el Plan Gelbard, entre la Confederación General Económica (CGE) y la CGT. En ese programa, José Ber Gelbard arrastraba detrás al movimiento obrero encabezado por José Rucci y las 62 Organizaciones, sobre todo porque ellos habían quedado fuera de la cancha política ya que los sectores dinámicos del movimiento obrero -que son los que encabezan las luchas populares- no eran exactamente ellos. Al mismo tiempo, el general Alejandro Agustín Lanusse respaldó esa idea y, siendo él el caudillo azul del Ejército, se lo planteó como el nuevo plan para el conjunto de bloques de la clase dominante y el sustrato del Gran Acuerdo Nacional, con la idea de que Juan Domingo Perón también respaldara ese plan. Pero Perón les hizo un terrible corte de manga y les dijo que de ninguna manera lo iba a acompañar. 

¿Cuál fue la postura de los grupos empresarios?
La Sociedad Rural, la Unión Industrial Argentina y la Acción Coordinadora de las Instituciones Empresarias Libres (Aciel), el grupo empresario encabezado por Martínez de Hoz, rechazaron airadamente el plan porque era estatista y socializante. Sin embargo, cuando Héctor Cámpora ganó las elecciones, el 11 de marzo de 1973, quedó claro que el peronismo iba a ser el pivote de esa nueva versión del Plan Pinedo. Y, en el marco de la CGE, la UIA se fusionó con la Confederación General de la Industria. Por su parte, la Sociedad Rural firmó, ni bien asumió Héctor Cámpora, un acta de compromiso por la que aceptaba que los valores de la producción tenían que incrementarse en un quantum determinado para acercar las divisas requeridas por el programa industrial. Pero cuando murió Perón, el programa estalló; en especial, porque el mercado negro había liquidado el funcionamiento de la gran paritaria nacional. Esto es, el acuerdo de mantener los precios de bienes intermedios, los precios finales y los salarios.

¿Por qué se rompió el pacto?
Por un lado, porque la presión sindical exigía un reparto mayor. Por otro, porque la vida real de la economía argentina imponía que las cajas registradoras no aceptaran los precios máximos y el mercado negro se devoraba el mercado formal. Desaparecían cosechas enteras. Los precios que figuraban en las facturas y los que se pagaban efectivamente estaban disociados. Ahí se produjo la construcción de una nueva entidad empresarial, que es una especie de institución clandestina, porque nunca terminó de fundarse, que fue la Asociación Permanente de Entidades Gremiales Empresarias (Apege), que reunió la vieja base de la CGE, la UIA y la Aciel, capitaneados por Martínez de Hoz. Este grupo elaboró un programa de conjunto que fue el que presentó el ingeniero Celestino Rodrigo en 1975. En otras palabras, el plan Rodrigo no es simplemente el proyecto que se le ocurrió a un seguidor sectario de López Rega, sino que fue el nuevo plan del bloque dominante que había sido rehecho por el conjunto de las clases dominantes bajo la fórmula de Martínez de Hoz. Y ese nuevo programa económico va de la mano de la puesta en marcha del Operativo Independencia en Tucumán (...)".
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En el año 2008, el gobierno CFK consigue que la Mesa de Enlace sea el enemigo, encubriendo:

La ofensiva del capital en la agricultura
Por Rebelión
La Asamblea Continental de la CLOC-VC se realiza en un momento histórico para el futuro de la clase campesina y trabajadora del mundo, señaló Roberto Baggio, militante del Movimiento Sin Tierra de Brasil al iniciar el debate en la mesa de la Ofensiva del Capital en la Agricultura. Hoy nuestro continente campesino, indígena y negro tiene la tarea fundamental en este periodo de defender los intereses de la agricultura popular, soberana desde una perspectiva socialista, afirmó.
Breve recorrido histórico de los cambios en la agricultura
Con el nacimiento del capitalismo en la agricultura, se organiza una forma de producción en el mundo. Durante la fase inicial, el capitalismo comercial, utilizaba el trabajo esclavo y exportación de materias primas. Durante la fase industrial la agricultura se torna dependiente y subordinada a la industria, en esta fase los campesinos podían tener pequeñas propiedades pero siempre subordinadas a la gran industria.
A partir de los años 90, con la hegemonía del capital financiero, éste controla toda la economía. Ahora el movimiento del capital en la agricultura entra en una nueva fase, usando los bancos que compran las acciones de las grandes empresas transnacionales y monopolizan toda la producción. El origen de esta acumulación y de esta riqueza no viene de la producción, sino de la especulación. En esta fase del capitalismo la economía se dolarizó y hay precios únicos de los commodities que son determinados por la bolsa de valores y  por los grandes centros de comercio. Antes del capital financiero, los estado-nación de los países definían sus políticas públicas en la agricultura, ahora los instrumentos son la OMC, el Banco Mundial, la FAO, entre otros.
Este modelo del capital en la agricultura depende de insumos de las empresas transnacionales y de los créditos bancarios. Los bancos pasan los recursos a las empresas transnacionales y éstas a su vez pasan a los campesinos, es un modelo hegemónico conocido como agronegocio, un proyecto de dominio de toda la agricultura, de apropiación de la naturaleza.
Según, denuncia Roberto Baggio, la ofensiva del capital en la agricultura es resultado de una alianza de clase, en torno a un proyecto de clase, que involucra al sistema bancario internacional, las grandes empresas transnacionales que son propietarias de los paquetes tecnológicos y los insumos, los capitalistas locales que aplican este modelo, los medios de comunicación social que reproducen esa ideología y este proyecto, y los aparatos de los estados nacionales al servicio de este modelo agrícola.
Las áreas prioritarias de expansión del capitalismo en la agricultura son: el monopolio de las semillas, las nuevas leyes de patentes a escala internacional, el control de la tierra, por eso en este momento histórico no hay espacio para hablar de reforma agraria popular, el control del agua, de los ríos, de las fuentes, de los bosques, los minerales y la celulosa.
El modelo del agronegocio genera contradicciones, por eso debemos estar atentos, porque en la medida que se acumule fuerzas podemos disputar las contradicciones que este modelo tiene.
Entre las principales contradicciones que se identifica desde los movimientos sociales son: la poca generación de trabajo, pues no requiere mano de obra, una alta dependencia de químicos que son importados, el control de las empresas de semillas transgénicas que tienen control de los países centrales. Los precios de los commodities agrícolas son muy caros. Además, hay una contracción pues genera un desequilibrio con el medio ambiente y no desarrolla las economías municipales, locales.
En este contexto histórico, compete a la CLOC y Vía Campesina desarrollar un proyecto político con la perspectiva de construir un modelo de agricultura soberano y popular en todo el continente, afirma Baggio.
En ese sentido señala una serie de tareas:
- Construir grandes jornadas de lucha contra nuestros enemigos estratégicos como las grandes empresas transnacionales del agronegocio, los bancos. Jornadas masivas y prolongadas. Sólo las luchas alteran la correlación de fuerzas.
- Dar ritmo y velocidad en la construcción de este proyecto popular y soberana, organizando la producción, organizando la educación sólo la educación nos emancipa, transformando la matriz productiva en agroecología.
- Articular el apoyo y construir alianzas políticas con la clase trabajadora y los pobres de la sociedad, construir una práctica internacionalista de los pueblos. Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=157975
 
Aún más, la ofensiva del capitalismo e imperialismo se da contra la vida y la dignidad de los pueblos. Avanza quitando y envenenando el agua. Destruye la cordillera y las reservas y fuentes hídricas. En síntesis, mercantiliza la naturaleza y la monopoliza sobre todo mediante el extractivismo. Al asumir la resistencia a esta destrucción de las condiciones y medios de vida, las asambleas ponen en cuestión los conceptos de especialistas universitarios.
 

Glaciares, periglaciares y expertos - Informe especial

11/08/10 Por Javier Rodríguez Pardo
(…)En el foro de abril 2009 en la Cámara de Diputados, me tocó exponer y comunicar, tal mi oficio, que cualquier definición debería contemplar el concepto de intangibilidad en ambas áreas y en todo cuerpo de hielo porque intervenir un ecosistema tan frágil significa acabar con las fuentes de agua, con la fábrica del agua, sin entrar en diletantismos mayores, porque en estas exposiciones y debates, aprendimos que la visión académica del caso, suele ignorar el método extractivo con que opera la minería a cielo abierto, desconoce la necesidad que tienen las mineras de derretir glaciares para obtener agua. Los titulados glaciólogos ignoran que miles de sondajes degradan glaciares cubiertos y descubiertos buscando agua porque las mineras la requieren a razón de más de mil litros por segundo, las veinticuatro horas del día durante 15 ó 20 años de explotación, en tan sólo una de las tantas plantas de lixiviación. Y este dato, oculto en anaqueles de la oficina minera de Estados Unidos, permanece “olvidado” por los acólitos de la minería y los espurios expertos en el consumo de aguas. Por lo menos, los versados en glaciología, preocupados verdaderamente por la sostenibilidad de los ecosistemas andinos, debieran estar al corriente de que en Chile se derriten glaciares para obtener el cobre y que del lado argentino, en Veladero, se omitieron más de 40 glaciares de roca para poder operar sobre ellos. El senador chileno Antonio Horvath Kiss, infería la imposibilidad de hacer una ley de protección de glaciares en el país trasandino; “Codelco, la minera estatal del cobre chileno -dijo el congresista- tiene más de 100 hectáreas de glaciares que interviene para obtener agua, por eso el gobierno no apoya legislación alguna” (…). Leer
 
A lo largo y ancho del país se constituyeron y constituyen asambleas. Ejercen la representación de necesidades y aspiraciones de los de abajo. Defienden derechos básicos como la salud, el agua, la permanencia en su comunidad y territorio identitarios, la participación en decidir sobre el destino común, etc. También denuncian al sistema de saqueo y desertificación. Sin embargo, la impunidad del capitalismo e imperialismo cuenta desde -los gobiernos K- con el apoyo de progresistas e izquierdistas. Lo ilustra:
"El dirigente cooperativista Ángel Petriella, adscripto al directorio del Banco Credicoop Cooperativa. Ltdo. y titular de IDELCOOP, una entidad destinada a la educación para la gestión cooperativa. Trató sobre “Las cooperativas como herramientas de transformación de la  sociedad” (...) y señaló que “ el cooperativismo tiene cosas para decir, ideas y modelos para sugerir porque la crisis financiera no puede seguir sustentándose sólo en el lucro y la ganancia, y la fabricación de pobres”.(...)
El otro principio que plantea el cooperativismo es que es posible organizar las sociedades con el concepto de la solidaridad, democracia e interés público en las organizaciones.
En ese sentido, Petriella afirmó que un capítulo central ha sido “haber declarado de interés público las actividades hidrocarburífera y minera por parte del Estado argentino”".Leer
Coincide con la Presidenta en la política de bloquear la lucha abajo y a la izquierda contra el crecimiento económico de corporaciones y bancos. Por un lado, contra la realidad del propio Credicoop, pretende convencer que el cooperativismo conduce a crear otra sociedad y oculta que el capitalismo (no su crisis financiera) se centra en la alta rentabilidad oligopólica. Por otro lado, también niega en qué se concretaron inmediatamente las medidas positivas del gobierno K, destaca como lo nuevo o lo emancipatorio a YPF y al COFEMIN cuando sirven al extractivismo imperialista.


Pienso en la necesidad abajo y a la izquierda de constituir un frente cultural político:
  • "Frente" no sólo para potenciar las posibilidades de hacer retroceder el incesante hallazgo de súper negocios en los distintos territorios del país. "Frente", sobre todo, para aunar esfuerzos en el trabajo constante de elaboración conjunta de los marcos conceptuales para el enfoque de nuestros problemas fundamentales como pruebas de que el capitalismo e imperialismo es incompatible con la vida y dignidad de los pueblos; y de métodos para facilitar el diálogo abajo que instale y multiplique los espacios en común de deliberación y toma de decisiones sobre otra sociedad y otro país-mundo acordes con el buen vivir de los diversos de abajo.
     
  • "Cultural" porque es un frente con origen en el establecimiento de un encuentro o hermanamiento de todas las organizaciones que hoy resisten al modelo, proponen otro modo de vida que el capitalismo y miran por la soberanía de los pueblos. También por tener el objetivo de entablar reciprocidad de la comunicación y los vínculos con los otros de abajo, apreciando que participen desde sus diferencias y discrepancias en qué hacer, porqué, cómo...en la autoorganización comunitaria y hermanada a las del país-mundo.
     
  • "Político" porque todas las relaciones sociales de nuevo tipo que crea y crean los de abajo se dan en el estar cada vez más metidos en las luchas de resistencias, de reivindicaciones, de puestas en debate de los proyectos e ideas ninguneados, silenciados e invisibilizados; también de desenmascaramiento de la gran burguesía local e imperialista como  principal impune de genocidios, devastación y  malvivir de las mayorías. Además, porque contextualiza esas luchas tanto para asumirlas articuladas entre sí contra el capitalismo como por promover el viraje desde decidir por sí solo o grupalmente a responsabilizarse por el autogobierno de la comunidad y el internacionalismo que ponga fin al desarrollo del capitalismo imperialismo.

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