sábado, 2 de noviembre de 2013

Todos los problemas vitales a los de abajo derivan del neocolonialismo hoy profundizado mediante extractivismo.


Emanciparnos exige nuestro protagonismo en poner fin al acaparamiento capitalista imperialista.
 
 
Pero, entonces, nuestro desafío es establecer el hermanamiento entre los pueblos del país y de Nuestra América mediante involucramiento en la resistencia y en la afirmación como sujetos colectivos de derechos que diversos de abajo llevan a cabo en los distintos países del continente. Es el encuentro por encima de las gobernabilidades neoliberales o progresistas del modelo extractivo ya que comparten al:
 
 
Manifiesto de La Jagua contra el modelo neocolonial
minero-energético

Por Organizaciones sociales colombianas e internacionales
Sábado 12 de octubre de 2013
Hoy reina en gran parte del mundo el modelo macroeconómico internacional, la llamada economía del mercado, la que a finales del siglo XVIII Adam Smith en su libro La riquezas de las naciones denominó la de «la mano invisible». Estamos en el siglo XXI y a nivel mundial este modelo viene produciendo hambrunas; guerras de ocupación; concentración absoluta del poder económico y político en manos de bancos, corporaciones multinacionales; desindustrialización; ejecución de proyectos minero-energéticos sin ninguna clase de consulta previa de las comunidades, cuyos modos de vida entran en contradicción con los intereses de ganancia máxima de las multinacionales causando graves afectaciones ambientales, de los tejidos sociales y de proyectos de vida; despojo de comunidades campesinas, indígenas y afro descendientes; privatización de recursos naturales y bienes públicos acompasados del destierro y del desplazamiento forzado; desigualdades escandalosas entre los países y al interior de los mismos, acompañada de corrupción rampante; desempleo de millones de seres humanos; firma de tratados de libre comercio y adecuación de leyes para favorecer a las multinacionales; judicialización de la propuesta popular; destrucción de vestigios prehispánicos y costumbres ancestrales; y una crisis económica social en todos los órdenes de la vida y los países neocolonizados, al igual que entre los sectores populares de las metrópolis neocolonizadoras, causadas por el poder y la codicia del sector financiero, una verdadera molienda humana y de los entornos naturales.
 
Una de las expresiones más salvajes del mundo neoliberal es entonces ese modelo transnacional de despojo que destruye hombres, ríos, aire, tierra fértiles y alimentos, y condena a muchos al desplazamiento y la desaparición forzada o a masacres espantosas ejecutadas por el paramilitarismo en convivencia con las fuerzas militares del Estado para preparar la llegada de grandes multinacionales, además de convertir la soberanía nacional en ficciones. Hoy este modelo es una realidad en gran parte en América del Sur, por supuesto en Colombia, uno de los países más desiguales del mundo donde se regalan los recursos naturales a las empresas transnacionales que se llevan todo, no pagan impuestos, y gozan de exenciones tributarias y subsidios del Estado. Es decir, aquí el Estado paga a esos Goliat extranjeros para que se lleven las riquezas naturales del país, las que, como en la canción América del cantautor campesino huilense Fabián Loaiza “van volando a otras tierras / no son nuestras, no son nuestras/ y dejan sangre y dolor/ mientras tu pueblo va respirando miseria”. En este contexto el Estado se transforma en un simple mediador entre las multinacionales y las comunidades, pero, claro está, en calidad de cómplice de las primeras.
 
El caso del Quimbo aquí en el Huila, es emblemático e ilustrativo de algo que había pasado inadvertido: la transnacional Enel no es lo que parece y dice ser. No está en realidad interesada en producir energía, sino en lucrarse con negocios financieros derivados de las construcción de la represa, tales como la venta de bonos de carbono o permisos de contaminación a otras empresas aún más contaminantes, como se explicó en este evento. Los campesinos del Quimbo se preguntaron entonces entre sorprendidos e indignados: ¿y para eso es que están destruyendo el Magdalena, nuestras tierras que son las más fértiles del Huila, nuestros proyectos de vida y de futuro de nuestros hijos? Si, así es. Todo eso se ha desmaterializado para convertirse primero en mercancía y después en esa abstracción de los bonos que se negocian en el mundo financiero. Como pasa en el universo de Don Quijote de Cervantes, donde el mago Freston podía hacer que una cosa pareciera otra.(...)
 

Aclaremos, las Organizaciones sociales colombianas e internacionales se refieren al capitalismo-imperialismo nombrándolo modelo neoliberal y continúan advirtiéndonos:
 

En síntesis, lo que se ha conseguido con este modelo neoliberal no es la riqueza de las naciones, sino mas bien la pobreza de las naciones. Habría que decir entonces como el filosofo Daniel Bensaid “para que la mano invisible es preciso que el otro sea ciego”. Los pueblos de América no somos ni hemos sido ciegos, ni sordos, ni mudos, ni insensibles, sino vendados y amordazados por gobiernos cipayos al servicio del gran capital. Ahora están cayendo vendas y mordazas porque hemos venido en un autodescubrimiento de lo que hemos sido y somos, y tenemos una visión propia y universal del porvenir. Estamos haciendo una especie de nueva Expedición Botánica que nos está revelando un continente bello, lleno de vida y de esperanzas, esa Tierra de Promisión de la que hablo nuestro José Eustasio Rivera, habitado por pueblos trabajadores, creativos y solidarios.
Estamos en RESISTENCIA DE VIDA. ESTAMOS EN PLAN DE DECIDIR SOBRE NUESTRAS VIDAS Y NUESTROS TERRITORIOS. ES UNA MOVILIZACIÓN MUNDIAL que exige de nosotros romper con el modelo de producción y consumo energéticos, hoy planteado como nueva forma de explotación.
No estamos ya condenados a la soledad y al olvido, y de verdad que vemos, organizados y en unidad por encima de diferencias no esenciales, construyendo nuestra segunda oportunidad sobre la tierra. Es la defensa de la Madre Tierra, del territorio, de la especie humana, de la vida en todas sus manifestaciones, de los sueños y de las utopías hoy inéditas, pero sin duda realizables. Es un gran grito de lucha y coraje que resuena por selvas, montes, campos y ciudades contra el modelo neoliberal de muerte, odio, guerra, y destrucción que se oyó en todo el país durante el reciente paro agrario en boca de campesinos, indígenas, estudiantes, sindicatos, amas de casa, sectores consecuentes del clero, partidos y movimientos políticos identificados con las causas populares, entre otras, presagiando así la unidad del campo y la ciudad, en la vía de construir, ese país que queremos para acabar con ese viejo país que agoniza. Y cuando una realidad agoniza, pues ha pasado a ser innecesaria, irracional y ha perdido su razón de ser, es reemplazada por una nueva realidad nueva y vital. Todo lo que existe merece perecer. Es decir, podemos reemplazar la Colombia que hoy existe construyendo desde abajo y entre toda esa Colombia que queremos, en donde ha de reinar el amor y no el odio, pues los seres humanos no estamos para el odio sino para el amor. Si, con eso sonamos, pero es una suerte de sueño con los pies bien puestos en la tierra. Nosotros sonamos una Colombia en paz en donde las comunidades disfruten del territorio y construyan sus imaginarios culturales, que no será posible con el modelo neoliberal expoliador y perturbador de la paz pública que predomina también en los discursos oficiales. Ya hemos abierto bien los ojos y el mundo de tinieblas y ceguera empieza a desviarse. Como escribió José Martí, “es hora de los hornos y no ha de verse más que la luz”.
El Encuentro Internacional concluye:
  1. Rechazar El Modelo Extractivista Minero Energético impuesto por las empresas transnacionales en nuestros en territorios con las complicidad de los Estados.
  2. Exigir la suspensión inmediata del Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo e indemnizar todos los daños causados.
  3. Celebrar la realización de la primera audiencia temática sobre represas -caso Colombia- convocada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para el próximo 31 de Octubre en Washington.
  4. Reconocer y respaldar las luchas contra las grandes obras de generación de energía en Italia, en especial la toma de la sede de la Alcaldía de Archidosso en Tuscona por parte del movimiento monte libre, contra la explotación geotérmica del monte Amiata. Además in memoria de las 1910 víctimas por la tragedia Vajont el 9 de Octubre de 1963, condena la irresponsabilidad de la empresa ENEL causante del desastre.
  5. Condenar el asesinato del dirigente Nelson Giraldo, la desaparición de Miguel Pabon, los desplazamientos violentos de Estado, despojo, la destrucción de las cadenas productivas, de la seguridad alimentaria, de los proyectos de vida de las todas comunidades afectadas por la construcción de Represas y especialmente los integrantes del Movimiento Ríos Vivos.
  6. Solucionar de manera inmediata las demandas de los campesinos del Catatumbo y el cese del proceso de judicialización de sus líderes, en especial el compañero Cesar Jerez.
  7. Respaldar las movilizaciones de los indígenas previstas a partir del 14 de Octubre contra los tratados de libre comercio, la defensa y recuperación de nuestros Territorios.
  8. Participar de la Cumbre Agraria Nacional con el propósito de coordinar las resistencias en torno a una sola agenda única por la defensa de los territorios y la construcción de una política minero –energética, alimentaria, soberana y popular.
Firmantes:
Movimiento Ríos Vivos (Colombia)
Asociación de afectados por el proyecto hidroeléctrico El Quimbo - ASOQUIMBO
Asociación de zonas de reservas campesinas –Anzorc-
Asociación de cabildos indígenas del Cauca –ACIN-
El Sindicato de los trabajadores de la Industria de energia Electrica de Florianopolis y Región –SINERGIA-SC
Red Stop Enel 
Fórum Italiano de los movimientos por el Agua
Comisión intereclesial de Justicia y Paz
Comunidades de Guatemala afectadas por la represa palo viejo de ENEL 
Observatorio de Multinacionales en América Latina - Paz con Dignidad (Estado español)
HEGOA - Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional (Estado español)
Entrepueblos-Entrepobles-Herriarte-Entrepobos (Estado español)
 
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Podemos enfocar la diversidad en la unión a crear abajo y a la izquierda si tenemos en cuenta:
 
 
EL IMPERIALISMO, HOY
 
 Por Pablo González Casanova
 
A fines del siglo XX, el imperialismo, que es la formación más avanzada
del capitalismo, domina en el mundo entero, con excepciones como Cuba, muy poco explicadas en la teoría de las alternativas.
 
Desde los años 70 y 80, las redefiniciones o reestructuraciones del imperialismo dieron una fuerza especial al proceso conocido como “globalización”. Bajo ese proceso se delinearon las nuevas formas de expansión de las grandes potencias, en particular de Estados Unidos.
 
En la década de los setenta, Estados Unidos pasó a la ofensiva en el control mundial al imponer el dólar en vez del oro, que hasta entonces había sido el referente de todas las monedas. Con Europa y Japón, Estados Unidos formó una Triada a la que encabezó y con ella impulsó una política de endeudamiento interno y externo de los gobiernos que enfrentaban una crisis fiscal creciente o una crisis en la balanza de pagos. Sus víctimas principales fueron los gobiernos de los países dependientes, incapaces de alterar la relación de intercambio desfavorable, o el sistema tributario regresivo, y urgidos a la vez de satisfacer demandas populares mínimas para mantener su precaria estabilidad.
 
La política global de endeudamiento de los poderes públicos y nacionales renovó el viejo método de sometimiento de los deudores por los acreedores y ocurrió a nivel mundial macroeconómico, incluyendo a muchos gobiernos de las ciudades metropolitanas. El proceso de endeudamiento correspondió al desarrollo de un capitalismo tributario y al sometimiento financiero renovado de los países dependientes.
 
Con tasas de interés móviles, que podían aumentar a discreción del acreedor, la política de globalización impuso un sistema de renovación automática de una deuda creciente e impagable que hizo de la dependencia un fenómeno permanente de colonialismo financiero, fiscal y monetario.
 
Desde l973, tras el golpe de Estado de Pinochet, se implantó en Chile el neoliberalismo. Desde los ochenta, el neoliberalismo se convirtió en la política oficial de Inglaterra, con la Tatcher, y de Estados Unidos, con Ronald Reagan. Las fuerzas dominantes enaltecieron al neoliberalismo como una política económica de base científica y de aplicación universal, reafirmando y renovando la ofensiva anglosajona que desde el siglo XVII impulsara Inglaterra bajo el manto del liberalismo clásico para aprovechar las ventajas que le daba en el comercio mundial ser el país más industrializado.
 
La globalización neoliberal iniciada a fines del siglo XX tuvo también como objetivo central la privatización de los recursos públicos, la desnacionalización de las empresas y patrimonios de los Estados y los pueblos, el adelgazamiento y la ruptura de los compromisos del Estado social, la “desregulación” o supresión de los derechos laborales y de la seguridad social de los trabajadores; el desamparo y la desprotección de los campesinos pobres para beneficio de las grandes compañías agrícolas, en particular las de Estados Unidos; la mercantilización de servicios antes públicos (como la educación, la salud, la alimentación, etc.); la depauperación creciente de los sectores medios; el abandono de las políticas de estímulo a los mercados internos; la instrumentación deliberada de políticas de “desarrollo del subdesarrollo” con el fin de “sacar del mercado” globalizado a los competidores de las grandes compañías...
 
El neoliberalismo globalizador exportó la crisis a las periferias del mundo al tiempo que se apropió de los mercados y medios de producción y servicios que habían creado en la post-guerra, sustituyendo los que no eran rentables, y estableciendo un neocolonialismo cada vez más acentuado y represivo, en que compartió los beneficios con las oligarquías locales, civiles y militares, y negoció con ellas privatizaciones y desnacionalizaciones para asociarlas al proceso. (...) Leer

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La deuda y la espada:

Neoliberalismo en América Latina y el sur de Europa

Por Rodrigo Fernández Miranda | Alba Sud
(…)La deuda y la espada
La historia de la implantación del neoliberalismo ha estado relacionada con la deuda externa. La cuarta crisis de la deuda latinoamericana [1], iniciada en 1982 con el default de México, dio lugar al inicio de la llamada “década perdida” de América Latina.
Con el pretexto de reducir el déficit público y liberar divisas para el pago de la deuda externa, durante los siguientes años comenzaron a aplicarse en la región los dogmas neoliberales. Los llamados planes de ajuste estructural (PAE) produjeron una gran transferencia neta de capitales desde la región hacia el Norte económico (más de 200 mil millones de dólares). En concepto de “servicio de la deuda”, entre 1982 y 2000 AL devolvió más de cuatro veces el stock total de su deuda [2]. El endeudamiento, incluyéndose la estatización de la deuda privada de las oligarquías nacionales, creció sin parar desde entonces (Toussaint, 2003):
Fue la deuda de países latinoamericanos lo que dio inicio a la hegemonía del neoliberalismo, sin embargo, se debe ir más atrás para conocer la dócil aceptación de esta doctrina en la región: los golpes, la represión y el terrorismo de Estado de los años 70. Los gobiernos militares [4] generaron una enorme deuda externa y fueron dando lugar, a punta de fusil, al desmantelamiento del Estado y a la articulación de una nueva forma de dependencia económica y dominación política. Un resultado: el enorme acrecentamiento de la brecha entre clases populares y élites.
En Europa la denominada “crisis de la deuda soberana” que derivó en la “crisis financiera” también supuso un paso adelante en la instalación de un férreo programa neoliberal en el sur del continente, en los países peyorativamente llamados PIGS [5]. El trasfondo del endeudamiento público de la periferia europea se relaciona directamente con la hegemonía de un sistema de gobierno y un Banco Central (BCE) afines con los intereses de la banca y de la economía alemana.
El BCE imprimía dinero para prestarlo a un tipo de interés muy bajo a la banca, no a los Estados de la UE. La misma banca compraba deuda pública a un interés varias veces mayor (6 ó 7 veces en el caso español). Si el Estado hubiera recibido fondos del BCE al 1% de interés (lo que pagaba la banca), a 2012 la deuda pública sería del 14% del PIB, no del 90%. En lugar de imprimir dinero para comprar deuda pública y de esa manera reducir el interés que pagan los Estados periféricos [6]: “El Banco Central está ahí para defender a su Estado frente a la especulación de los mercados financieros. En contra de lo que se dice y de lo que se escribe, los intereses de la deuda los decide un Banco Central, no los mercados financieros” (Navarro, 2012).
La deuda externa se constituye como forma de dominación. Los mercados son quienes definen las políticas públicas, induciendo un ajuste sin precedentes, con el subterfugio de una hipotética recuperación de la confianza de estos mismos mercados. Mercados que “castigan” o “premian” haciendo variar el precio del financiamiento público, en función de la medida en que las decisiones políticas sean más o menos beneficiosas para sus intereses, siempre especulativos, pecuniarios y de corto plazo.  

Lo que el neoliberalismo dejó (y deja)
El Consenso de Washington fue el marco en el cual se formalizó la hegemonía del neoliberalismo en casi toda AL. Los ejes centrales de las políticas propuestas por el Consenso eran: desregulación económica, privatización, reducción del nivel salarial, apertura y liberalización de flujos de bienes y capitales extranjeros, y prioridad de los intereses del capital financiero. En concreto, sus líneas de actuación se centraron en los siguientes aspectos de los países deudores (Bell Lara & López, 2007).
Medidas que, en última instancia, se resumían en un cambio de los ejes de poder: la retracción de un Estado, cada vez más limitado en su capacidad y su autonomía, y la expansión de un mercado, cada vez más poderoso y presente en más aspectos de la vida del país. 
Las décadas de neoliberalismo en AL dejaron secuelas a diferentes niveles. Consecuencias de la implementación de este modelo que, con las diferencias del caso, empiezan a ser incipientes en los países neoliberalizados de la periferia europea.
Desigualdad. El paso del neoliberalismo por América Latina dejó a la región como la más desigual del planeta. En el período entre 1975 y 1995 el 83,9% de la población latinoamericana residía en países en los que la desigualdad se acentuó. En 2001, AL sufría el peor nivel de desigualdad desde que éste se calcula (CEPAL, 2001).
A la transferencia de riqueza Sur-Norte, se le añade la transferencia entre clases sociales, con una pérdida sostenida de ingresos y poder adquisitivo de las clases medias y medias bajas (los salarios en el Producto Bruto disminuyeron 10 puntos en estas dos décadas).
Este mismo resultado está teniendo el neoliberalismo en el sur de Europa: desde 2012, después de cinco años consecutivos de crecimiento, el Estado español ocupa la primera posición en desigualdad social de la UE. Seguida de cerca por Grecia y Portugal, España es por primera vez el país con una mayor distancia entre rentas altas y bajas.
Desempleo y precarización del trabajo. El desempleo ha sido otra de las duras manifestaciones de las políticas neoliberales en Latinoamérica. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2002 la tasa de desempleo en la región fue la más alta de las últimas dos décadas. Los jóvenes y mayores de 50 años fueron entonces especialmente castigados por aquel mercado de trabajo.
A la falta de empleo se le sumaba la precarización y el rápido retroceso de conquistas y derechos adquiridos por décadas de lucha sindical y obrera. La mentada “flexibilización laboral” conllevó una importante reducción de la seguridad en el trabajo, con “contratos basura” y despidos más fáciles y baratos [7]. A la inseguridad laboral se le añadía el miedo de los trabajadores a perder el empleo: en 2004 el 76% de las personas empleadas en la región consideraba que podía estar desempleada durante el siguiente año (Corporación Latinobarómetro, 2004).
Subiendo la vista en el mapa, el desempleo en el territorio español superaba a finales de 2012 el 26% de la población activa (más de 6 millones de personas desempleadas y la destrucción de 850 mil puestos de trabajo desde la Reforma Laboral [8]), mientras que en Grecia alcanzaba la cifra record del 26,8%. La tasa de desempleo juvenil superaba el 50% en España (INE, 2012) y el 61,7% en Grecia (ELSTAT, 2013).
 
Empobrecimiento. Entre 1990 y 1999 once millones de personas se incorporaron a las bolsas de pobreza de AL. En los albores del Siglo XXI, el 43,8% de la población latinoamericana vivía en condiciones de pobreza y un 18,5% en condiciones de indigencia (CEPAL, 2001).
Volviendo a la periferia europea, a finales de 2012 la tasa de pobreza económica en España superaba el 25% (Fundación Luis Vives, 2011) y los hogares sin ingresos aumentaron un 50% desde el inicio de la “crisis” (Fundación FOESSA, 2012). En Grecia un tercio de la población estaba en situación de pobreza en diciembre de 2012, 11 millones de personas contra 3,1 millones que lo estaban un año antes.
Este deterioro de las condiciones de vida de las mayorías supone una movilidad social descendente: una parte significativa de las clases medias se incorporan a la creciente “nueva pobreza” que va dejando tras de sí el neoliberalismo.
 
Recorte de derechos y decadencia democrática. La transferencia de poder hacia las élites económicas globales, con la connivencia de las instituciones políticas nacionales, supone un avance en la expropiación de la soberanía popular y el recorte de derechos sociales y políticos. La ciudadanía es limitada y la política vaciada de contenido, “el reino del ciudadano termina en la antesala de la economía (…) La democracia se convierte en un mecanismo para elegir quién va a ejecutar las decisiones de un organismo transnacional. La política nacional se vacía de poder” (Bell Lara & López, 2007).
El equilibrio del presupuesto público se persigue recortando partidas directamente vinculadas con derechos sociales de amplias mayorías, a pesar del enorme fraude fiscal de grandes capitales (en España se estima en 80 mil millones de euros). En nombre de la “eficiencia” se ponen en marcha procesos de mercantilización y privatización: de esta manera, lo que eran derechos se convierten en mercancías, accesibles sólo para quienes tengan capacidad de comprarlos. Asimismo, se añaden otro tipo de intervenciones del Estado como el retraso en la edad de jubilación, la reducción de salarios, la reducción del seguro por desempleo, la limitación o eliminación de beneficios sociales y laborales, entre otros.
 
Las instituciones políticas comienzan a sufrir una crisis de legitimidad, reduciéndose la afección social y la participación electoral.(…)Leer
La deuda es una forma de sometimiento de los pueblos a las políticas neoliberales. Está es una de las conclusiones de los organizaciones que piden la abolición de la deuda externa que junto con intelectuales y economistas internacionales están tratando de luchar contra la deudocracia.
La deuda no es una cuestión meramente financiera. Es una herramienta de sometimiento y de expansión de políticas neoliberales altamente lesivas para el medio ambiente y los derechos  sociales. Leer
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Percatémonos que la democracia centrada en "honrar la deuda" o en "el desendeudamiento" es representativa de los intereses de los grandes capitales imperialistas y los locales. Son quienes han ganado como nunca con el modelo extractivista en plena expansión desde 2002. Constituyen el poder económico e imperialista que impulsó la aplicación del terrorismo de estado para instaurar su neoliberalismo.
 
Tomemos conciencia sobre que los gobiernos constitucionales desde 1983 no rompieron con lo establecido y planificado durante la dictadura genocida convirtiendo el legado de esta última en responsabilidad fundamental del Ejecutivo. Tampoco los gobiernos K rompieron con el neoliberalismo implantado mediante terrorismo de estado. Como la propia Presidenta calificó, fueron y son pagadores seriales en ese sistema premeditadamente organizado para la perpetuidad en el empobrecimiento del país y los diversos de abajo y en el desmantelamiento de los bienes comunes tanto sociales como naturales.
Se refuerza este proceso de acumulación oligopólica de riquezas por desposesión y violación de derechos mediante la transnacionalización económica y el hecho de que los motores productivos empleen poca mano de obra y estimen a las grandes mayorías como población sobrante e incluso estorbo. Porque tienen carácter exportador y optimizador de su Mercado con lo cual atienden al consumo suntuario.
 
 
La postconvertibilidad basa su origen en la precarización tanto del trabajo como de la vida en la mayoría de los de abajo y su éxito en la profundización de la transnacionalización económica que resulta tanto en mayor desigualdad social como en agravación del mal vivir entre los diversos de abajo. Veamos significados y sentidos de la pobreza en expansión.

SOMOS EL 34,5% en Negro

Por una Década sin Precarización del Trabajo y de la Vida
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Extracto del Documento Político
En la Argentina de la “década ganada” el PBI creció a tasas chinas durante años. El comercio exterior generó un ingreso de 300.000 millones de dólares en los últimos 10 años, que fueron en gran medida para darle dólares a quiénes siguen pagando la deuda externa ilegítima o a quienes los fugan. En estos años ya se pagaron 173.000 millones de dólares, y se busca abrir una y otra vez los canjes de deuda para pagar hasta la última moneda. A pesar de los gigantescos pagos, sigue creciendo y ya supera los 200.000 millones. Toda esa riqueza, que se llevan en gran parte otros, la producimos nosotros y nosotras.
Los trabajadores y trabajadoras sabemos que el 34,5% de los asalariados no estamos registrados ni registradas. 
Pero este número del 34.5% de empleo no registrado, en negro, no dice nada sobre toda la variedad de situaciones laborales cotidianas con las que nos enfrentamos. Quienes trabajamos en estas condiciones somos mucho más que el 34,5%. Somos más del 50% de los trabajadores y trabajadoras del país!
Mientras que para rastrear algunas de esas condiciones de trabajo ni existen datos, para algunas pocas hay números terribles: De 18 millones de personas que trabajan o quieren trabajar, los sobreocupados son 5 millones, los subocupados son 1 millón 700 mil, los desocupados 1 millón 250 mil. Sobran horas para trabajar, pero falta el trabajo!!!
Precarización contractual, salarial y en el proceso de trabajo son parte de nuestro lenguaje cotidiano que se afirmó en esta última década como la condición que nos impusieron con las reformas laborales neoliberales de los años 90s, y contra las que hoy día seguimos peleando.
Así vivimos la precarización... 
La precarización salarial: Cuando nos niegan un salario digno, nos pagan una parte por fuera de lo que figura en el recibo, o nos la pagan de menos. Cuando un funcionario, una facultad, un intermediario se queda con una parte de lo que deberíamos llevarnos como salario..
La precarización contractual: relaciones laborales encubiertas bajo la modalidad monotributistas, contratos temporales, subcontratación y tercerización, periodo de prueba, encuadramiento colectivo fraudulento, o inexistente.
La precarización en el proceso de trabajo: turnos rotativos, extensión de la jornada de trabajo, falta de condiciones y elementos de seguridad, flexibilidad de las tareas y puestos de trabajo. Todo esto es la forma que tiene el capitalismo en nuestro país de arrancarnos la máxima plusvalía. Es una situación estructural del sistema en este momento histórico, son las condiciones que se dan en la producción y que se nos imponen desde mediados de los 70s. Mientras nuestros puestos de trabajo están listos para cualquier ajuste, los precios no dejan de subir. Lo intentan ocultar con la intervención del INDEC, nos dicen que la inflación apenas es del 10% por año, pero sabemos que es mucho más alta, y golpea especialmente los precios de los alimentos y otros bienes básicos. La canasta básica ya se encuentra cerca de los $8300 (Estadística y Censos CABA), y se pretende que sea un gran logro que el salario mínimo sea de $3300!!! 
 
La precarización no afecta sólo al trabajo sino también todas nuestras condiciones de vida.
Viviendas precarias y un enorme déficit habitacional en todo el país, donde nuestras familias viven hacinadas y faltan servicios básicos esenciales.
Un sistema de salud deficiente, hospitales donde falta personal y presupuesto hasta para insumos básicos, mientras hacemos largas colas en las madrugadas para sacar turnos para dentro de meses.... Un sistema educativo fragmentado y totalmente desfinanciado, donde el Estado nacional terceriza a las provincias la educación. Donde el plantel docente tienen que hacer enormes esfuerzos por superar el rol del “contenedor” dentro del aula de chicos que vienen cruzados por mil dramas puertas afuera de los colegios. Un transporte público digno del movimiento de ganado, pésimos transportes por los que les subsidian cada vez más, son decenas de miles de millones de pesos en estos últimos años.
La inversión en en las propias industrias todos estos años fue bajísima, lo sentimos en las condiciones de seguridad que faltan en miles de empresas. Lo vemos con la baja productividad que se esconde el pedido de devaluación con el que quieren licuar otra vez nuestros salarios. 

El Estado no sólo es cómplice de esta situación. La convalida día a día: Es el mayor precarizador del país. 
También, un número importantísimo de trabajadores precarizados que hace más de una década están condenados prácticamente a la subsistencia con salarios cercanos a los 2000 pesos por mes, a merced del manejo punteril y clientelar de los gobiernos municipales, provinciales y de Nación. A pesar de dicha situación un amplio espectro de organizaciones sociales se viene organizando, exigiendo al Estado soluciones para todas los reclamos de los trabajadores precarizados, y la puesta en marcha de programas de empleo al servicio de las necesidades de los barrios más humildes a través de obras básicas de infraestructura. 
La precarización generalizada no sería posible sin el acuerdo de la mayoría de las direcciones sindicales, que miran para el costado cuando precarizan a los trabajadores y trabajadoras de sus gremios. La lucha contra las burocracias sindicales es la bandera que levantamos con Mariano Ferreyra, presente acá hoy, y siempre. A tres años de su asesinato, seguimos la lucha por justicia, no aceptamos ningún tipo de rebaja a la pena que le corresponde a Pedraza y todos los culpables, la perpetua.
Montones de experiencias de colectivos, compañeras y compañeros van marcando un camino de lucha en todo el país contra las ganancias empresarias que crecen a costa del desprecio de nuestras condiciones de trabajo y de vida:
  • CONTRA TODAS ESTAS FORMAS DE PRECARIZACIÓN PELEAMOS Y NOS ORGANIZAMOS!!!
  • CONTRA LAS EMPRESAS, CONTRA EL GOBIERNO, Y CONTRA LAS DIRECCIONES SINDICALES BUROCRÁTICAS Y PATRONALES
  • Salario Mínimo, Vital y Móvil de $8000 
  • Trabajo en blanco, Vivienda, Salud y Educación para todos 
  • Mejores condiciones laborales (seguridad laboral, aportes jubilatorios, obra social para todos/as) 
  • Aumento de las asignaciones familiares. 
  • Derogación de la nueva ley pro-patronal de ART. 
  • Más impuestos a los ricos, más derechos para los de abajo. 
  • Basta de privilegios impositivos para empresarios que precarizan. 
  • Eliminación del impuesto al salario (mal llamado a las “ganancias”). 
  • Por una canasta básica de alimentos sin IVA. 
  • No a la Ley Antiterrorista. ¡Basta de criminalizar la protesta social
  • Por libertad y democracia sindical. 
    Organizarse por un sindicalismo democrático y participativo.
    Convocan 
    ATE SUR - Lomas de Zamora, CPS Rompiendo Cadenas, AGTCAP, Agrupación Víctor Choque de ATE, ATE Desde Abajo, COB La Brecha, FPDS, MULCS, MIR, Agrupación Domingo Menna, Organización Popular Fogoneros, Cátedra Americanista, Colectivo desde el Pie, Corriente de Estudiantes del Pueblo, AyL, OTR, Opinión Socialista, CUS
Otros sectores urbanos nos advierten porqué el sistema capitalista avanza arrasando con la vida y las posibilidades mayoritarias de buen vivir.

 

CONVOCATORIA: Juicio Ético y Popular a

las Corporaciones en la Ciudad de Buenos Aires

29 agosto 2013
Movimientos populares, organizaciones sociales, colectivos culturales, de investigación y educación popular, radios comunitarias, activistas feministas, de derechos humanos, estamos promoviendo la realización de un “Juicio Ético y Popular a las Corporaciones en la ciudad de Buenos Aires”, inspirados en los Juicios Éticos y Populares a las Transnacionales realizados en el año 2011, como parte del proyecto de Resistencias Populares a la Recolonización del Continente.
Quienes venimos luchando contra la imposición de un modelo de ciudad expulsivo, exclusivo, inadecuado para vivir, observamos una relación muy especial y funcional entre lo que sucede en el ámbito urbano con la especulación inmobiliaria y la emergencia habitacional, y con la sobreexplotación, mercantilización y exportación de nuestros bienes comunes en los ámbitos no urbanos.
 
En los últimos años se han multiplicado en la Ciudad de Buenos Aires las resistencias a este modelo, y también su articulación -que tuvo por un lado su expresión en el enfrentamiento a las leyes del pacto Pro-K, y por otro lado en la denuncia de las distintas modalidades de represión, criminalización de la pobreza y judicialización de la protesta-. Hemos denunciado que el modelo, tanto en la Ciudad como en el país, representa la concentración de la propiedad de la tierra, el desprecio por la naturaleza y los bienes comunes, el extractivismo -que reproduce una política de saqueo neocolonial-, la sojización del campo, el control represivo de la población, y el arrasamiento de la soberanía de los pueblos. Todo esto ligado íntimamente a mecanismos de corrupción, de clientelismo, de mercantilización de las relaciones, como modalidad para ganar voluntades para los proyectos del gran capital.
 
Argentina es hoy un país subordinado a las corporaciones transnacionales. Esto se ejemplifica en la Cordillera de los Andes, con la megaminería y la entrega a la Barrick Gold, en el campo con el monocultivo, el uso masivo de agrotóxicos (que afecta a la salud de la población también en las ciudades), y la expansión del agronegocio –que benefician a las grandes corporaciones como Monsanto, Cargill, etc.), en la explotación petrolera con los acuerdos realizados con transnacionales como Chevron, que fueron enjuiciadas y en algunos casos expulsadas de otros países por sus políticas de destrucción de las poblaciones y de la naturaleza.
En la Ciudad de Buenos Aires, estas políticas se expresan en la entrega de cientos de hectáreas para que empresas como IRSA construyan de manera indiscriminada, apropiándose de la plusvalía generada por toda la ciudad; en la construcción de redes de comunicación y transporte, de infraestructura funcional a las rutas del saqueo; en la creación de los gigantescos mercados y shoppings en los que se extiende el agronegocio; y en general, en la organización colonial, capitalista y patriarcal del territorio urbano, de acuerdo con un modelo mal llamado de “desarrollo”, que es el que hoy domina en Nuestra América.
Si nos preguntamos ¿quién produce la ciudad? ¿Quién y cómo se gobierna? ¿Quiénes son sus dueños? ¿Quiénes son los expulsados y expulsadas? ¿Quiénes resultan excluidos y excluidas? ¿Quiénes son tratadas? ¿Quiénes son sometidos y sometidas a trabajo esclavo? ¿Quiénes son los reprimidos? ¿Quiénes “no caben” en el transporte, en la vivienda, en los hospitales, en los lugares de recreación? ¿Quiénes acceden al espacio público? ¿Quiénes acceden a los servicios públicos? ¿En qué condiciones están los mismos? ¿Quiénes quedan vulnerables en las inundaciones? ¿Quiénes son maltratados y maltratadas en manicomios y lugares de encierro? ¿Quiénes sobreviven en la marginación de la ciudad? ¿Quiénes mueren por causas evitables? Si nos preguntamos éstas y otras preguntas sobre la vida cotidiana, las respuestas nos conducen de un lado a identificar quiénes se benefician de la Ciudad, de sus negocios, de su mercantilización: las grandes corporaciones ligadas al poder político. Y quiénes son los sacrificados y sacrificadas: el pueblo pobre.
 
Entre los “ganadores”, que en estos años se han llenado de súper ganancias, nos encontramos con una empresa como IRSA, la gran terrateniente de la Ciudad, que es propietaria de 16.250.000 m2 de la tierra de Buenos Aires, entre edificios, shoppings y terrenos: la misma superficie que los barrios de Belgrano, la Boca y Recoleta juntos. Si se agregan las propiedades en el resto del país, IRSA es propietaria de 21 millones de m2.
 
Para permitir e incluso promover ese “desarrollo”, y esa apropiación desenfrenada, son ninguneados los mecanismos previstos en la Constitución local, así como las diferentes leyes que garantizan la participación ciudadana en las decisiones de planificación urbana, incumpliéndose así derechos humanos fundamentales.
 
El gobierno de la Ciudad promueve la especulación inmobiliaria y la valorización del suelo, sin concebir al suelo urbano como un bien social, común y estratégico, que tiene que garantizar los derechos sociales, económicos y culturales, para el conjunto de la ciudadanía.
 
Frente a esta lógica mercantil, que piensa el desarrollo urbano bajo el imperio de la valorización empresaria, impulsando los negocios privados de grandes constructoras, inmobiliarias, empresas contratistas de obras y servicios, que necesita del consumo ilimitado como paradigma de la felicidad, sostenemos una lógica diferente: la del Buen Vivir en la Ciudad, donde el desarrollo urbano, la calidad de vida de la población, y en general la satisfacción popular en torno al hábitat, la vivienda y el ambiente, estén basadas en las necesidades sociales y en la utilidad social de la tierra, por sobre y más allá del capital.
 
El gobierno de la Ciudad y el gobierno Nacional se han enfrentado en distintos temas que afectan la vida de quienes vivimos y transitamos la Ciudad de Buenos Aires. Por ejemplo, con el traspaso del subte, de las tierras fiscales donde se asientan barrios populares, el traspaso de la jurisdicción del puerto, el manejo del juego, las competencias de la policía, por nombrar solo algunos de los temas. Pero han acordado la entrega de las tierras públicas a las grandes corporaciones, y el desarrollo inmobiliario indiscriminado. Las leyes votadas en la Legislatura a fines del 2012, como parte del Pacto PRO-K (avalado por el PRO, Radicales, el Frente Para la Victoria y sus aliados), son un claro ejemplo.
 
Por ello, entendiendo que los gobiernos actuales de Ciudad y Nación promueven las súper ganancias de las corporaciones transnacionales y locales, y la entrega del territorio como espacios de acumulación del capital, es que decidimos llevar adelante este Juicio Ético Popular a las Corporaciones de la Ciudad de Buenos Aires.
En el sistema jurídico actual, las leyes y códigos están puestos al servicio de la defensa de la propiedad privada, la ganancia capitalista, el orden neocolonial y patriarcal, antes que del cuidado de las personas, las poblaciones, las generaciones presentes y futuras, y los territorios que sufren las consecuencias de dicho “orden”. Esta justicia criminaliza sistemáticamente a las y los pobres, a quienes protestan frente a las injusticias, a quienes se organizan y se rebelan. Cuestionarla desde la ética, es señalar los límites de su accionar, y los intereses a los que sirve.
Es desde esta perspectiva, basada no en los marcos actuales de la legalidad, sino en el concepto profundo de legitimidad, de reivindicación histórica de los derechos de los pueblos y de la naturaleza, que se ha constituido este Juicio Ético Popular, que tiene un sentido profundamente humano: la salvaguarda de la vida, y su reproducción actual y futura, en todas sus dimensiones e implicancias.
Sostenemos que el Derecho a la Ciudad, no es simplemente, el derecho de acceso a una vivienda, ni el acceso igualitario a los servicios públicos o a la tierra, sino también el derecho a transformar la Ciudad en algo radicalmente distinto: en un espacio a habitar, en el que puedan crecer nuestros sueños y proyectos como pueblo, sobre la base de la participación popular y la creación; y no de la destrucción de nuestros vínculos entre seres humanos, en la naturaleza.
Integran el Tribunal Ético Popular: 
Adolfo Pérez Esquivel. Premio Nobel de la Paz. Serpaj 
Nora Cortiñas. Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora 
Mirta Baravalle. Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora 
Osvaldo Bayer. Escritor 
Vicente Zito Lema. Escritor y abogado de derechos humanos. 
Herman Schiller. Periodista. 
Liliana Daunes. Comunicadora feminista 
Gabriela Massuh. Escritora 
Maristella Svampa. Socióloga y escritora 
Enrique Viale. Abogado Ambientalista. 
Alberto Sava. Frente de Artistas del Borda.

Coordinación del Tribunal Ético Popular: Claudia KorolCoordinación de las Fiscalías Populares: Jonatan Emanuel Baldiviezo
El Juicio Ético y Popular a las Corporaciones en la Ciudad de Buenos Aires es una iniciativa promovida por un conjunto de organizaciones sociales, políticas y culturales junto a colectivos en lucha del país y de América Latina. 
Convocan: Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, Colectivo por la Igualdad, Frente Popular Darío Santillán, Movimiento Popular La Dignidad, Frente de Artistas del Borda, Pan del Borda, Movimiento Popular Latinoamérica en Camino de los Libres, Laboratorio de Políticas Públicas (LPP), Encuentro Nacional de Espacios Culturales Autónomos (ENECA) - Regional Capital Federal, Equipo de Educación Popular Pañuelos en Rebeldía, Centro de Investigación y Formación de los Movimientos Sociales Latinoamericanos, Asamblea del Parque Centenario, COB La Brecha.
Fuente: http://juicioalascorporacionescaba.wordpress.com/2013/08/29/convocatoria-juicio-etico-y-popular-a-las-corporaciones-en-la-ciudad-de-buenos-aires/#more-5
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En consecuencia, es hora de revisar si es enfrentamiento liberador:

Progresismo y neoliberalismo

Por Raúl Zibechi
Es cierto. Las derechas latinoamericanas han aprendido de errores y fracasos del pasado reciente, están adecuando nuevas tácticas y preparan ofensivas que pretenden retrotraer la situación del continente al periodo anterior a los triunfos populares de comienzos de este siglo. Aspiran a instalar gobiernos conservadores, quitar de en medio algunos aspectos molestos para la dominación de las elites y dejar el camino libre para cercar y aniquilar a sus verdaderos enemigos: los movimientos sociales populares. La resolución de la crisis en Honduras será una prueba de fuego. La consolidación de los golpistas, como ha señalado Fidel Castro, puede alfombrar el camino a regímenes autoritarios.
Sin embargo, una parte sustancial de los análisis miran en exclusiva sólo una parte del escenario, la que conforman los gobiernos, dejando de lado el hecho decisivo de que han sido y siguen siendo los movimientos de los de abajo los capaces de modificar a fondo la relación de fuerzas. Incluso en Bolivia, donde se han producido los mayores avances en un sentido antineoliberal, ha sido la movilización popular, junto a la decidida acción del gobierno de Evo Morales, la que puso en retirada a la oligarquía de Santa Cruz en septiembre del año pasado. Fue el cerco multitudinario a la ciudad dominada por los fascistas lo que modificó las cosas. No hay cambios profundos sin el concurso de los de abajo organizados en movimientos. Colocar el foco del análisis en los gobiernos supone dejar de lado nada menos que la parte decisiva de la realidad, por lo menos desde una mirada antisistémica.
Por otro lado, parece necesario comprender que la ofensiva de la derecha es consecuencia, en buena medida, de las políticas de esos gobiernos progresistas, de la continuidad y profundización del neoliberalismo, de su incapacidad para torcer el rumbo del modelo de acumulación vigente. La elección de José Mujica como candidato del Frente Amplio en Uruguay es un hecho auspicioso y positivo, pero no debe olvidarse que fue ministro de Ganadería y Agricultura durante cuatro años, un periodo de notable expansión de los monocultivos de soya, libres de impuestos, al contrario de lo que sucede en Argentina. Un mínimo balance de casi una década de progresismo en la región supone abordar por lo menos cinco aspectos.
Uno. Hasta ahora, el progresismo ha sido relativamente exitoso en el rediseño del mapa regional, y muy en particular en la autonomización de Estados Unidos. La creación de la Unasur y del Consejo Sudamericano de Defensa son hechos que afianzan al subcontinente como una fuerza política con voz propia. La creación del Banco del Sur también podría ser parte del mismo proceso, aunque la iniciativa demoró mucho en ponerse en marcha y aún tiene alcances muy limitados. Otros proyectos, como el Gasoducto del Sur, han quedado en el camino. Y se está implementando la IIRSA, la mayor iniciativa de construcción de infraestructura que no hace más que consolidar el libre comercio, generando grandes desigualdades entre países y regiones, con consecuencias muy negativas sobre el medio ambiente y los pueblos indígenas.
Dos. El modelo neoliberal, una vez superada la fase de las privatizaciones, se asienta en la minería a cielo abierto, los monocultivos de soya y caña de azúcar para biocombustibles, y en el complejo forestación-celulosa. Los gobiernos progresistas apoyan con fervor ese modelo y no muestran la menor intención de frenarlo. No sólo el gobierno de Lula, que está permitiendo un avance espectacular de las multinacionales sobre la Amazonia, sino también el ecuatoriano de Rafael Correa, que ha reprimido la protesta indígena y popular contra la minería. Argentina muestra cómo no frenar los monocultivos de soya fortalece a la derecha, que obtiene más poder económico y político. Este es uno de los aspectos más negativos del progresismo.
Tres. Los planes sociales no son conquistas sino nuevas formas de dominación sobre los más pobres, los llamados excluidos o marginados. Alrededor de 100 millones de personas son beneficiarias de planes que alivian la pobreza, 50 millones sólo en Brasil. Son menos pobres, sí, pero no tienen derechos universales sino apenas prestaciones, que las derechas no pretenden cortar porque han mostrado ser beneficiosas para la estabilidad política, toda vez que hacen más difícil la organización de los de abajo. Es cierto que con los gobiernos progresistas la represión es mucho menor que con los gobiernos conservadores, pero en gran medida ello es posible por la cooptación y domesticación que auspician los planes sociales. La desmovilización de abajo beneficia a las derechas.
Cuatro. La fase actual del modelo de acumulación, incluyendo la llamada crisis económica, impone drásticas medidas para cortar en seco la especulación financiera, las fusiones entre megaempresas como la sucedida en Brasil entre Sadia y Perdigao, y el impulso a la organización y la lucha de los de abajo. No puede haber cambios de fondo sin modificar la distribución de la riqueza. Por el contrario, en la mayor parte de los países de la región no se registran cambios en la desigualdad. Un reciente estudio difundido por el Ministerio de Desarrollo Social de Uruguay reconoce que, pese a los planes sociales y el notable crecimiento económico de los últimos años, disminuyó la pobreza pero la desigualdad es mayor aún que antes de la crisis de 2002.
Cinco. No hay salida del modelo neoliberal sin crisis política y social. Son demasiados los intereses en juego, y no son pocos los aliados de los de arriba entre las clases medias, como para pensar que se puede salir del modelo con paz social, sin una potente lucha de clases como la sostenida por los de abajo en Bolivia y Venezuela. Muchos progresistas en el gobierno le temen a una crisis política y tratan de evitarla. Eludir lo inevitable conduce a la derrota, y no tiene gracia culpar de ello a la impaciencia o inmadurez de los movimientos. Los pueblos amazónicos de Perú y los indígenas de Colombia nos muestran un camino. Leer
 
Es tiempo de involucrarnos en que podemos construir el buen vivir como alternativa al modo de producción y desarrollo del capitalismo sea neodesarrollista sea neoliberal.





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