viernes, 14 de agosto de 2015

Necesidad de ver qué Estado falsifica la democratización social.

   Es ver qué economía  ha establecido más de una deKada.
 
Con ese fin prestemos atención a:
 
La economía argentina y el presupuesto para el 2014.
¿Qué propone y qué oculta? Los debates que necesitamos.
septiembre 2013
Por: Julio C. Gambina (especial para ARGENPRESS.info)
El poder ejecutivo presentó al Parlamento el pasado jueves 12/9 el proyecto presupuestario para el 2014, incluyendo el pronóstico del cierre del 2013. El crecimiento previsto del PBI para este año es del 5,1% y para el próximo un 6,2%, con la hipótesis de mejoras en la economía de EEUU y Brasil, dos importantes socios comerciales del país. La inflación se supone en 10,3 para el 2013 y del 10,4 para el 2014, y el dólar se establece a un promedio de 6,33 pesos por dólar. Es verdad que cuesta creer en las cifras de evolución de precios para este año y el próximo, aunque en los próximos días puede presentarse una nueva metodología de medición de precios por el INDEC, según compromiso asumido por el gobierno con el FMI.
A priori señalemos que el presupuesto presentado al Congreso pone de manifiesto la continuidad de la política económica y de los instrumentos en curso, sea escamotear la verdadera inflación de precios con impacto en la ponderación de la medición de la propia actividad económica, como eludir los problemas que presenta el modelo productivo y la inserción internacional subordinada. En este último sentido destaca la hipoteca de la deuda pública, la gigantesca importación de combustibles y la sostenida fuga de capitales. Son datos que no favorecen el mentado objetivo de la inclusión social y la distribución del ingreso, mucho menos de la riqueza socialmente generada.
Superávit fiscal para seguir pagando deuda

El superávit fiscal primario establecido en el Presupuesto, es decir, antes de pagos por la deuda, alcanza a 83.889,3 millones de pesos, equivalentes a 14.614,8 millones de dólares (tipo de cambio= 5,74). Al mismo tiempo, el proyecto de presupuesto incluye 80.310 millones de pesos para hacer frente a compromisos de pago de intereses de la deuda pública, unos 13.991 millones de dólares al tipo de cambio actual. En definitiva, el ahorro previsto tiene destino en la cancelación de la deuda, un tema que estuvo en la entrevista de la Presidenta que difundió la TV pública el sábado 14/9.

Lo curioso es que CFK, a dos días de presentado el proyecto presupuestario, al historiar el endeudamiento del Estado Nacional, explica el fraude de la deuda, resaltando que la banca no pretende la cancelación de la deuda, sino la renovación, lo que explica que pese a pagos por más de 173.000 millones de dólares en una década, el país registre una deuda superior a los 209.000 millones de dólares. El argumento presidencial remite a que por más que se cancele deuda, el mecanismo es la refinanciación y la hipoteca estructural. Argentina es “pagador serial” de una deuda imposible de cancelar. Encima de ello, en el Parlamento, con voto mayoritario del oficialismo y la oposición sistémica, con muy pocos votos por la negativa, se reabrió el canje de deuda en forma “indefinida”. Un pronóstico nada halagüeño en el futuro del endeudamiento y compromisos públicos que postergarán una vez más demandas sociales de empleo, salud, educación, seguridad o promoción de un modelo productivo y de desarrollo alternativo.

Por eso, más allá de confiar en las discutibles y poco creíbles cifras presupuestarias,
todo el superávit fiscal primario tiene destino en los acreedores de la deuda pública, por unos montos que superan y en forma a las previsiones de gasto para educación, cultura o salud, entre otros.

Llama la atención en el discurso presidencial la mención crítica al papel de la vigente reforma financiera de 1977 con relación a la deuda y el papel de la banca en el privilegio a la especulación. Recordemos que al modificarse recientemente la Carta Orgánica del BCRA, el argumento de CFK remitió a lo innecesario de reformar la legislación financiera heredada de la dictadura genocida. Hay que reiterar que el país, con estos datos de deuda pública y las propias reflexiones de CFK, debería denunciar la deuda, iniciar un proceso de investigación, o de auditoria, máxime cuando el discurso presidencial manifiesta que la ganancia de los inversores externos que demandan a la Argentina en Nueva York pretenden una ganancia del 1.300%, es decir, más que usuraria. Con esa rentabilidad, dice la Presidenta, quién quiere invertir en la producción, siendo mucho más rentable la especulación financiera.

Claro que mientras la Argentina siga formalizando contratos que permita que los inversores externos demanden en sede judicial extranjera, caso YPF-Chevron, el tema no se termina nunca.
No alcanza entonces con investigar y mientras suspender los pagos de deuda, sino que también deben anularse la pérdida de soberanía jurídica y los tratados internacionales en defensa de las inversiones y la presencia en el CIADI, base de la enorme presión judicial extranjera que pende sobre el país y augura nuevas expansiones del total de la deuda pública.
Los datos del comercio exterior

El superávit de comercio exterior se estima en 10.556 millones de dólares para el 2013, y de 10.124 millones de dólares para el 2.014. Esta misma semana, el titular de YPF ha señalado la gravedad de la situación energética del país, que este año insumirá una factura del orden de los 13.000 millones de dólares, y si la previsión es de crecimiento para el próximo año, todo augura un mayor gasto en la importación de combustibles.

Por ello,
pese a los auspiciosos datos expresados en el presupuesto, los problemas de fondo siguen sin solución alternativa y se repite una estrategia que supone un freno deliberado a las importaciones para intentar sostener la situación superavitaria y contener la pérdida de reservas internacionales.
No existen pistas de cambios en la inserción internacional de Argentina, ni señales de discusión regional para otra inserción regional en la economía mundial. Se sigue apostando a la superación de la crisis capitalista de los principales compradores del país, en lugar de proponer modificaciones al modelo productivo y de desarrollo que suponga otro orden económico, financiero y social sobre la base de una mayor integración y articulación productiva regional.

Vale lo sostenido porque la proyección de la economía latinoamericana para el 2014 no reproduce altas tasas de crecimiento y empieza a manifestar explícitamente efectos de la crisis mundial. El impacto llegará con afectación a las variables sociales de ingresos populares, desempleo, subempleo y precariedad, carestía de la vida y empobrecimiento.
El Banco del Sur se anunció en diciembre del 2007 y aún no está funcionando, retrasando las ideas de una nueva arquitectura financiera en la región, e intentar una relativa desconexión del capitalismo mundial. Hugo Chávez insistió hasta el cansancio en una política energética común para Nuestramérica, y la tendencia es a la asociación con transnacionales a fines de intentar “soluciones” nacionales.

No se trata s
ólo de una crítica relativa a la Argentina, sino a la situación que en general se presenta en la región como desafío. O se asume una nueva inserción de Nuestramérica unida en el mundo, o cada país resuelve como puede sus problemas en asociación con el poder económico mundial.

Algunas conclusiones
Son reflexiones a propósito de un Presupuesto para el 2014 que sugiere la continuidad de la política económica en curso y sin perspectiva de cambio para otro modelo productivo y de desarrollo.

En el balance presidencial se sostiene que en el 2013 se vive mejor que en el 2007, base para pensar en los apoyos logrados hacia el 2011 y que no explican el retroceso de las recientes PASO.
El problema es que la percepción de amplios sectores de menores ingresos de la sociedad no coincide con los datos oficiales y demanda rupturas y no continuidades. Remito al tercio de trabajadores precarizados; a los trabajadores cuyo ingreso promedio mensual ronda los $4.000, insuficiente para pagar bienes y servicios para una vida digna; a los jubilados y pensionados, que aún con actualizaciones perciben en una gran mayoría ingresos menores a lo necesario para satisfacer la canasta familiar; a una mayoría de pequeños productores y empresarios que asocian su destino a la capacidad de compra de los ingresos populares. Solo por mencionar cuestiones económicas, motivo del presente escrito. Es cierto que también existen otras cuestiones en el descontento que manifiestan organizaciones sindicales y territoriales de trabajadores y otros sectores sociales, con reivindicaciones más allá de lo material y económico y que conducen a cuestiones democráticas en el ámbito de la política. Es un terreno que remite a la crisis presente de la política, y especialmente de la alternativa política popular.
Al debatir el proyecto presupuestario se debe intentar ir más allá de la cuestión numérica y habilitar una discusión sobre el país que se tiene y el que se pretende, algo que insinúa el movimiento por una constituyente social que sostiene la CTA e incluso la propuesta de una consulta popular en defensa de los bienes comunes, lo que implica discutir el modelo productivo y de desarrollo en curso y el que se pretende en una perspectiva emancipadora, no capitalista, por el socialismo.
Con el objetivo de ver cómo se expropian los fondos públicos persistamos en el análisis de la Ley anual donde se planifica cómo  se aplicarán para satisfacer las necesidades de la población y cómo el gobierno CFK procede al revés. Lo hace continuando a todas las gestiones anteriores de la democracia restringida.
 
Presupuesto 2014: Más para pagar deuda que para salud y educación
 
Por: Fabiana Arencibia (RED ECO)
El presupuesto presentado por el Gobierno Nacional vuelve a realizarse sobre la base estadísticas oficiales cuestionadas, mostrando una inflación irreal, datos de un crecimiento de dudoso alcance, aumento de la deuda intra-estado y un incremento del 73 por ciento en el pago de intereses de deuda pública a la cual se destinan más recursos que a Salud y Educación.

El próximo miércoles entrará al Congreso el proyecto de Presupuesto 2014 presentado por el Poder Ejecutivo para su debate. El mismo plantea un crecimiento de la Economía (PBI) del 6,2 por ciento, una inflación del 9,9 por ciento y un dólar a $6,33. También contiene las prórrogas de los impuestos al cheque y del adicional de emergencia del cigarrillo, necesarias porque están incluidas como recursos en la recaudación que el proyecto prevé.

Además buscará la aprobación de
la prórroga de la ley de Emergencia Económica por dos años. Por esta vía el Poder Ejecutivo puede ampliar el gasto y reasignar partidas por fuera de lo aprobado en el Parlamento. Subestimando gastos y recursos se logran “excedentes” que, a través de esta ley, dejan a decisión del Ejecutivo cómo disponer de ellos.

Hace pocos días, a través de un decreto de necesidad y urgencia, el gobierno amplió el gasto aprobado en el presupuesto en poco más de 23 mil millones de pesos para destinarlo principalmente a energía eléctrica e hidrocarburos (ENARSA y CAMMESA), a subsidios para empresas de transporte público de pasajeros y asignaciones a Vialidad Nacional. Además reasignó recursos cercanos a los 19.400 millones de pesos por no estar obligado a abonar el próximo diciembre los cupones de bonos atados al PBI de 2012 (el crecimiento en ese año no llego al 3,2 por ciento que es el porcentual que obliga al gobierno a su cancelación).

El economista y diputado nacional Claudio Lozano ya había denunciado el año pasado que
“entre el 2003 y el 2012 pasaron por fuera del Parlamento, gastos por 850.000 millones de pesos, el 43 por ciento del gasto total que se realizó”.

Al igual que años anteriores, cuando se presenta el proyecto de ley se conocen opiniones tanto de legisladores de la oposición política como de diversos economistas que cuestionan las proyecciones presupuestarias por no reflejar la realidad.

La más visible es la cotización del dólar que se estimó en $5,10 para el 2013, mientras que a la fecha la cotización oficial es de $ 5,75 pesos y el dólar paralelo trepó hoy a $9,35.

La más cercana a los bolsillos de los ciudadanos es la inflación. En 2013 el presupuesto la calculó en un 10,8 por ciento. Estimaciones que realizan diversos economistas y también quienes sin serlo asistimos al aumento regular de precios de bienes y servicios, la acercamos con optimismo a un 20 por ciento.
Estos tres elementos del presupuesto (dólar, inflación y crecimiento) son importantes en cuanto a su consistencia y veracidad porque de ellos se desprenden los cálculos de ingresos y gastos. Si esos datos no son reales es lógico que tampoco lo serán el resto de los que se presupuestan.

Al analizar esta compleja ley de 380 páginas y 79 artículos intentamos hacer una lectura política además de analizar las partidas que componen el presupuesto.
El Ministerio de Economía publicó los lineamientos del proyecto y en ellos se expresa la continuidad de la política de aumentar la deuda intra-estado para cubrir los vencimientos de deuda al afirmar que se llevarán a cabo “políticas públicas no dependientes de programas diseñado por terceros, sin necesidad de acudir a los mercados internacionales para refinanciar los servicios de la deuda pública”.

 
Respecto a los intereses de la deuda de 2014 que deberían cancelarse con los organismos públicos de los cuales se toman los recursos (fundamentalmente la ANSes), la cartera económica expresa que estos organismos “tendrán los recursos necesarios y la autorización correspondiente para refinanciar sus obligaciones”, o sea, no será necesario cancelar las deudas con ellos.

Por otra parte, plantea la captación de fondos destinados al pago de intereses de deuda (mayoritariamente con organismos públicos) que no puedan cubrirse con recursos fiscales. Esto será así porque para cerrar los números de este proyecto de presupuesto se vuelve a cerrar con endeudamiento
.
Economía también manifiesta la decisión de “seguir avanzando en el proceso de regularización de pago de deuda pendiente de reestructurar” como una clara señal ante el conflicto con los llamados “fondos buitres”. Se suma como otra señal la confirmación de que 2013 cerrará con un crecimiento del PBI de 5,1 por ciento lo cual habilita a los bonistas a cobrar el cupón PBI por una cifra cercana a los 4.000 millones de dólares (cosa que no sucedió el año pasado).
Algunos números globales en el proyecto de presupuesto

Para explicarlo en forma sencilla,
el presupuesto muestra las entradas y salidas de dineros públicos que el Estado debe administrar como parte de su responsabilidad para satisfacer las necesidades colectivas así como fuentes de financiamiento. Es el instrumento de programación económica, financiera y social que prevé de dónde obtendrá los recursos para hacer frente a los gastos, a posibles déficits, a ahorros en inversiones.

Daremos algunos datos que nos parecen relevantes para el análisis político-económico.

Los ingresos presupuestados ascienden a 860.411 millones de pesos y los gastos a 768.295 millones de pesos. Esto muestra un superávit primario de 78.116 millones de pesos. Cifra que se reduce a sólo 869 millones (resultado financiero) ya que el pago de intereses de la deuda pública ascendería en 2014 a 77.247 millones de pesos. Tengamos en cuenta que uno de los “lineamientos” de Economía es la posibilidad de que los organismos públicos refinancien estos pagos.


Estos números se desprenden del cuadro “Cuenta de Ahorro, Inversión y Financiamiento”. Aquí queremos resaltar que cuando se elaboró el presupuesto 2013 se mostraba un Resultado Financiero con un superávit de 587 millones de pesos. Sin embargo el actual proyecto blanquea que el mismo no fue positivo ya que a fines de 2013 cerrará con un déficit de 44.612 millones de pesos. Lo marcamos como un elemento más para pensar los cuestionamientos que se le hacen a los números que presenta el gobierno en sus proyectos de presupuesto.
Ingresos en el proyecto de presupuesto

Tal como viene sucediendo, los ingresos para financiar los gastos reúnen tanto a los recursos tributarios como a las Contribuciones de Seguridad Social,
cuando estas últimas no son recursos presupuestarios que, por lo tanto, no deberían ser usados para cubrir los gastos.
Sin embargo son, en el ranking de ingresos del presupuesto, los primeros en la lista (250.040 millones de pesos) representando un 29% del total. Le sigue el IVA (18,6%), el Impuesto a las Ganancias (14%) y los Derechos de Importación y Exportación (14%). Atrás quedan el Impuesto al Crédito y Debito Bancario, el Impuesto sobre los Combustibles Líquidos, los impuestos Internos y “otros”. Dentro de estos últimos está el Impuesto sobre los Bienes Personales que se paga sobre los bienes tales como inmuebles, rodados, acciones, saldos en cuentas corrientes bancarias, artículos suntuarios como yates, obras de arte, etc. Este ítem, que es una clara exteriorización de riqueza, aporta apenas un 1,4 % del total de ingresos presupuestados.

Respecto a los ingresos podemos decir que muestran un crecimiento del 27,2 por ciento respecto a los del año 2013. Sin embargo, planteamos que existe una subestimación que se viene dando desde hace varios años para disponer vía aplicación de la Ley de Emergencia de recursos reasignables en forma directa por el Ejecutivo.
Gastos en el proyecto de presupuesto

El crecimiento de los gastos presupuestados se prevé en un 19,2 por ciento. Estos incluyen los intereses de la deuda pública.

En este ítem el ranking lo encabezan los gastos de Seguridad Social (jubilaciones, pensiones, asignaciones familiares, asignación universal por hijo, seguro de desempleo) con un 44 por ciento del total de lo presupuestado. En segundo lugar se encuentran los de Energía y Combustibles que son de un 9,3 por ciento (mostrando nuevamente la crisis energética). El tercer lugar lo ocupan los intereses de la deuda pública con un 9 por ciento del total de los gastos presupuestados. Le siguen Educación y Cultura (7,9%), luego Transporte (6,5 %) y lejos, en sexto lugar, queda Salud con solo 3,4%.
Respecto a los gastos, el crecimiento sería superior a la tasa de inflación proyectada en el presupuesto pero inferiores a la inflación real que algunos economistas evalúan para el 2014 en cercana al 25% (Por otra parte los gastos del presupuesto 2013 están cerrando con un crecimiento del 32% anual). ¿Es un dibujo, es un ajuste social o es subestimar los gastos para no cerrar el presupuesto con déficit financiero?

Párrafo aparte merece los intereses de deuda pública que a valor dólar del presupuesto 2014 (6,33) se estarían llevando 12.203 millones de dólares en un año, o sea 33,4 millones de dólares diarios, 1,40 millones de dólares por hora, 23 mil dólares por segundo. Pero además representan un incremento del 73 por ciento respecto a los que se estiman terminarán de liquidarse en 2013. Por otra parte es necesario agregar que el presupuesto autoriza a endeudarse en 80.300 millones de pesos (12.690 millones de dólares a cotización presupuestada)

Tal como expresa el economista Julio Gambina: “Más allá de confiar en las discutibles y poco creíbles cifras presupuestarias, todo el superávit fiscal primario tiene destino en los acreedores de la deuda pública, por unos montos que superan y en forma a las previsiones de gasto para educación, cultura o salud, entre otros.”
A modo de cierre

Retomamos lo que decíamos el año pasado en la nota Presupuesto Nacional para principiantes:
Esta Ley de Leyes debería ser pensada y elaborada desde los datos más cercanos a la realidad actual y la que se proyecta para el próximo año. Como así no ocurre, pierde la utilidad sobre todo para poder luego exigir rendición de cuentas sobre el uso de los fondos públicos. Conocer al menos lo básico de su estructura creemos que sirve para poder decodificar los mensajes y el relato de un gobierno que insiste en afirmar que seguimos el camino del desendeudamiento y de la distribución de la riqueza. Fuente: http://www.argenpress.info/2013/09/presupuesto-2014-mas-para-pagar-deuda.html
 
Con la mirada puesta en descubrir al Estado falsificador de la democratización social a través de la economía centrada en transferir los fondos públicos a los grandes capitales (y a sus socios menores, los altos funcionarios) mediante el sistema de la deuda externa pública,  hallamos razones de la Primera Conferencia Internacional: Deuda, Bienes Comunes y Dominación. Leer  En efecto:


Ley Hidrocarburos, evasión de impuestos, buitres petroleros, y pingüinos empetrolados
29 de Octubre de 2014
 
 
Por: Javier Llorens (especial para ARGENPRESS.info)

(...)Una ley absolutamente fuera de contexto
 
En concreto, se está emitiendo absurdamente una ley enteramente fuera de contexto, como si los legisladores oficialistas vivieran 50 años atrás, en 1967, y fueran senadores y diputados del Frente para la Victoria del Gral. Onganía y el industrial Krieger Vasena. Confeccionada cuando el petróleo valía u$s 2 el barril, que ajustado por inflación hoy sería u$s 20 el barril, y preveía una regalía del 12 %, que podía reducirse hasta un 5 %, y ahora puede hacerse hasta menos de un 4 %.

La que no obstante preveía una tasa especial sobre la renta petrolera del 55 % (art 56 Ley Hidrocarburos). Que en los ´90 fue dejada de hecho sin efecto por Menem y Cavallo, reduciéndola a la tasa general del 35 %, que hasta ahora se mantiene.
Siendo además otra notable carencia de contexto, el desconocimiento absoluto de los mecanismos de evasión y elusión de impuestos desarrollados por el sector petrolero, que se verán seguidamente, ante los cuales la AFIP parece estar enteramente en Babia. Y les permite pagar ínfimos montos por el impuesto a las ganancias, pese el notable aumento que han tenido en sus ingresos.

En concreto el quid de la cuestión es la renta petrolera, y quién disimuladamente se la lleva. Conforme el dicho de John Rockefeller, el legendario dueño de la Standar Oil -EXXON - MOBIL, quien decía hace un siglo que “el negocio más rentable del mundo, era una compañía petrolera bien administrada. Y el segundo negocio más rentable, era una petrolera mal administrada”. Y que sus inversiones las planificaba firmando cheques, como si fuera el Tío Rico. Como consecuencia de que el costo de los combustibles, llega a ser hasta menos del 10 % de su precio de venta al público. Generando así una enorme renta, que permite la autofinanciación de la actividad, potenciada por la modalidad de pago contado con que opera.
 
Ese viejo dicho del Tio Rico Rockefeller, ha cobrado ahora una notable actualidad, con el enorme aumento en el precio de los hidrocarburos registrados desde el 2000 en adelante. Cuestión que la troika de los ex secretarios de Energía, que proponen pomposamente establecer políticas de estado para el petróleo, se empeñan a toda costa en soslayar como si esa renta no existiera. Y para disimularlo se despachan hablando de generalidades siempre favorables a las compañías petroleras.

No siendo extraño que esa troika de ex, este liderada por Alieto Guadagni, el último secretario de Energía del Proceso Militar, que renegoció entonces los contratos de las petroleras con la YPF estatal, enteramente a satisfacción de éstas. Y luego durante la democracia lo fue del presidente Eduardo Duhalde, y se olvidó enteramente de recordarle a este el mandato del Congreso de ponerle retenciones a los hidrocarburos, hasta que fue apercibido con una denuncia penal.

También está Julio César Araoz, secretario de Energía de Menem, que fue acusado de reducir los muebles robados a los desaparecidos en el campo de concentración de La Perla en Córdoba. De ser “íntimo amigo” del jefe del mismo, el capitán Héctor Vergez de tétrica figura. Y de colaborar con el batallón de inteligencia cordobés, dedicándose a chantajear a familiares de las víctimas para que delataran a los amigos de estas, para así tener posibilidades de volver a encontrarlos con vida.

Figura también Julio Apud, que sólo estuvo unos días en el cargo, en el interregno de dos semanas de Ricardo López Murphy como ministro de Economía en el 2001, previo al ascenso de Cavallo. Y Raul Ollocco que estuvo menos de 30 días en el cargo en 1989, durante la estrepitosa caída del presidente Alfonsín. Y Daniel Gustavo Montamat, que llegó a ese puesto con el presidente Fernando De la Rua, gracias a ser yerno de Conrado Storani.

El que a su vez fue otro opaco ex secretario de Energía, quién pese ser médico obstetra, ocupó ese puesto dos veces. La primera durante la reversión de la rescisión de los contratos petroleros, durante la presidencia de Illia. Y la segunda durante la presidencia de Alfonsín, en la que convalidó e incluso mejoró a favor de las petroleras, la renegociación de los contratos petroleros efectuada por Guadagni en los estertores del Proceso Militar. Luego lideró el acuerdo por el Beagle con Chile, para que las megapetroleras internacionales pudieran poner en explotación los yacimientos que detentaban en el estrecho de Magallanes.
En los ambientes políticos se sabe que el puesto de secretario de Energía, igual que otros puestos estratégicos de la administración pública, se “vende” a cambio de la financiación de la campaña electoral. Pero además todos los últimos nombrados son dueños de consultoras de energía, que tienen que tienen como rumbosos clientes a las compañías del sector petrolero, por lo cual en cualquier país serio del mundo, en vez de ser presentados como expertos, como hacen CLARIN y LA NACION, serían calificados como lobistas rentados de dudosa credibilidad.
Hay un dicho que segura que el error conlleva una doble ignorancia: la ignorancia de lo que se afirma, y la ignorancia de la propia ignorancia. Eso es lo que me sucedió al analizar de apuro una ley que se refiere a una riqueza equivalente a 400 años de consumo de gas natural. Pero no obstante se la subsumió junto las regalías del petróleo, y a la ley en cuestión se le dio un tratamiento intempestivo de solo una semana, lo cual es otra clara muestra de la enorme degradación que sufre Argentina. Pero dicho error también fue un acicate, para refrescar conocimientos del pasado referidos a la evasión de la renta petrolera, que es el quid de cuestión actual, siendo propio de la condición humana, llegar a la verdad por aproximaciones sucesivas, o sea por vía del error.


Los dibujos contables del cartel petrolero

La estructura cartelizada del sector petrolero tiene, entre otras, una curiosa evidencia proveniente de la época del último gobierno militar, durante el cual afianzó su estructura notablemente. Al haber sido los petroleros que hoy siguen cortejando al poder, los principales socios comerciales de ese sangriento y cruento Proceso Militar.


Ella consiste en el dibujo de sus balances o estados contables legales, durante el periodo entre 1979 al 1981. En los cuales en forma consolidada se repitió a lo largo de esos años, una ganancia consolidada por parte de sus principales empresas intervinientes, de exactamente un cinco por ciento; conforme se puede verificar en el siguiente cuadro, cuyos datos se pueden constatar en el ranking anual de empresas publicado por la revista Mercado:
De esos guarismos, provenientes supuestamente de empresas independientes entre sí, surge un constante y exacto resultado en una tasa de ganancia clásica de Utilidades sobre Ventas, fija e invariable, del 5,000 anual con tres decimales. Pese a las enormes variaciones en las cifras de ventas nominales, que se incrementaron un 152 % en 1980, y un 92 % en 1981, fruto de la elevada inflación de entonces, como para que la Bolsa y la DGI AFIP, no se preocuparan demasiado por ese sector.
 
Resulta evidente a todas luces que ese resultado sólo puede provenir de un "dibujo contable", o sea de un hecho determinístico y no aleatorio, como sería de suponer. Lo cual indica la existencia de una contabilidad consolidada paralegal, y de un refinado sistema de evasión impositiva, a los efectos de poder dibujar ese módico resultado para el conjunto del cartel.


Al que no obstante se puede arribar fácilmente, mediante la curiosa modalidad de socios - competidores que adoptó dicha actividad tras el shock petrolero de 1983, que decuplicó (multiplicó por 10) el precio del petróleo, y
elevó sideralmente las ganancias del mismo. La que cual tiene su manifestación en la red o maraña de UTEs (Unión Transitoria Empresas) con que se desenvuelve el sector, conforme se puede visualizar en los sociogramas que se encuentran en el escrito antes referido.
En concreto, esa maraña o red de UTEs opera como vasos comunicantes, que conjugados con los cierres diferidos de sus balances legales, que están lejos de coincidir en una misma fecha, permiten mantener a sus Ganancias e incluso sus posiciones de IVA en el aire. Sin que se reflejen en la fotografía puntual de sus estados contables para una determinada fecha, distinta para cada uno de los integrantes del cartel.

El instrumento para también es muy concreto, son las ahora famosas facturas apócrifas, que han salieron a la luz con motivo de su uso por el socio del poder Lázaro Baez, pero están lejos de haber sido inventadas por este. Las que consisten simplemente en prestaciones ficticias, que nunca se realizaron, pero le permiten al pagador de ellas inflar gastos o costos, y generar créditos de IVA, con las que se pueden hacer múltiples combinaciones. No siendo casual que en el listado publicado recientemente por la AFIP, aparezcan petroleras como YPF, ESSO; EXXON, DAPSA, QUITRAL CO, etc. Aunque la emisión de las mayorías de ellas en el sector petrolero no provendrían de usinas del extra sector, sino de firmas del intra sector.
Radiografía del opaco negocio petrolero a la luz de los guarismos de la AFIP
Del cotejo de los Anuarios de Estadística Tributaria de la AFIP del 2001 y 2013, que brindan datos de los años 2000 y 2001, y 2012 y 2013 respectivamente, y de los datos que suministra la Secretaría de Energía en cuanto a precios y cantidades,
surge que el negocio petrolero se ha tornado muy próspero. Con un notable y sostenido aumento en sus precios, que aun no ha cesado, que ha compensado con creces una notable disminución de algunas de sus cantidades. Pero que no obstante a generado una bajísima tributación, que no alcanza a ser ni la mitad del 2001.

Volúmenes y precios

En el upstream (exploración y extracción) la cantidad de petróleo extraída disminuyo un 36 % entre el 2000 y 2013 (pasó de 42,8 a 27,6 millones m3) mientras que el gas natural bajo un 8 % (de 37,7 a 35,8 miles de millones m3). En TEP (Toneladas Equivalentes Petróleo) incluyendo los rubros menores de Gas licuado de petróleo y Gasolina y Condensados, la disminución fue de un 21 % (pasó de 75 a 60 millones).

Pero esta disminución de cantidades, fue compensada con creces con los precios internos. Al aumentar el petróleo entre el 2001 y el 2013 un 1.604 % en pesos, y un 216 % en dólares (pasó de u$s 23,3 a u$s 73,6 el barril, calculado con un dólar a $ 5,4 promedio anual) o sea un nivel cercano al precio internacional actual. Por su parte el gas natural aumento un 702 % en pesos, y un 49 % en dólares (pasó de u$s 45 a u$s 67 el millar de m3). Lo cual expresado en TEP equivale a un aumento del 1.353 % en pesos y un 170 % en u$s (pasó de u$s 119 a u$s 282 la tonelada), evolución con la cual cualquier actividad en Argentina se sentiría muy conforme.

En cuanto al downstream (Elaboración y Comercialización de combustibles) el volumen de venta entre 2001 y 2012 subió un 34 % en las motonaftas (pasó de 4,2 a 5,7 millones m3), y bajó menos un 12 % en Kerosene y Aerokerosene (pasó de 1,6 a 1,4 millones) menos un 21 % en Gas Oil y Diesel Oil (pasó de 10,8 millones a 8,6 millones) y menos un 82 % en Fuel Oil (pasó de 0,5 a 0,1 millón m3). Lo que representa una caída en el volumen comercializado de esos principales productos del 7 % (de 19,2 a 17,8 millones m3).

Y nuevamente con los precios sucede todo lo contrario. El litro de nafta súper a mayoristas sin impuestos aumentó entre el 2001 y el 2013 un 1937 % en pesos y un 260 % en dólares (pasó de $/u$s 0,34 a $ 6,59 y u$s 1,22). Y el litro de Gas Oil grado intermedio aumentó un 1.826 % en pesos y un 239 % en dólares (pasó de $/u$s 0,28 a $ 5,11 y u$s 0,95). No obstante lo que significa un notable transferencias de impuestos a favor de las petroleras, y no del consumidor como se dice generalmente, esos aumentos no se reflejaron enteramente en el precio en el surtidor. Ya que la nafta súper tuvo ínterin un aumento del 918 % en pesos, y del 71 % en dólares (pasó de $/u$s 1 a $ 9,19 y u$s 1,71). Mientras que el gas oil intermedio tuvo un aumento de 1.219 % en pesos y 127 % en dólares (paso de $/u$s 0,6 a $ 7,3 y u$s 1,36).
Ventas

De esa manera las ventas totales declaradas a la AFIP por el sector petrolero aumentaron entre el 2001 y el 2013 un 1.516 % en pesos y un 200 % en dólares (pasaron de $/u$s 22 mil millones a $ 361 mil millones y u$s 67 mil millones). Superando incluso el sustancial crecimiento físico que tuvo el país, cuyas ventas crecieron ínterin un 1.450 % en pesos y un 188 % en dólares. Pese la notable reducción del volumen físico que registró el sector petrolero, cuyo crecimiento lo hizo a fuerza de precios.

En el mercado interno, las ventas del sector treparon un 1.683 % en pesos y un 231 % en dólares (pasaron de $/u$s 27 mil millones, a $ 329 mil millones y u$s 61 mil millones) mientras que las ventas totales del país subieron un 1.438 % en pesos y 186 % en dólares. O sea que superaron el nivel de estas, pese la dismución del volumen físico. E incluso del número de firmas intervinientes en el sector, que se redujeron un 6 %, al pasar de 5.967 firmas a 5.742 firmas. Evidenciado esto la concentración del sector, que detenta el 7 % del volumen total de ventas del país, con solo el 0,7 % del total de firmas. Y por su parte las exportaciones se incrementaron un 54 %, al pasar de u$s 4 a u$s 6 mil millones, equivalente a un 7,4 % del total del país.

No obstante el upstream superó esas cifras ya que sus ventas crecieron un 1.695 % en pesos, y un 233 % en dólares (pasaron de $/u$s 12,5 mil millones a $ 226 mil millones y u$s 42 mil millones). Siendo notable en este sector el crecimiento de las firmas dedicadas a servicios petroleros, pese a la reducción de su actividad, las que se incrementaron un 76 % (pasaron de 282 a 497) con un incremento en su facturación del 3.458 % en pesos y del 561 % en dólares (pasaron de $/u$s 1.013 millones a $ a 36 mil millones y u$s 6,7 mil millones). Poniendo esto en evidencia una agresiva política de tercerizaciones, que como se verá, es una de las maneras de inflar los costos para no tributar ganancias, cuya incidencia en el upstream pasó de un 8 % en el 2001, al 16 %, o sea el doble en el 2013.

En el dowstream se da a la inversa una reducción de su incidencia en el total del negocio, ya que paso de representar el 44 % del sector en el 2001, a solo el 37 % del mismo en el 2013. Poniendo esto en evidencia el traslado de la renta petrolera del dowstream al upstream, o sea de la refinación y comercialización, hacia la extracción del petróleo, actividad sobre la que se está legislando, para aumentarla aún más.

En el downstream entre el 2001 y 2013, hubo una disminución de las firmas intervinientes en un 9 % (pasaron de 5.465 a 5.000). Siendo esa disminución proporcionalmente mucho mayor en el refino, donde se redujeron un 28 % (pasaron de 138 a 108) que en la Comercialización, con estaciones de servicio incluidas, que registro una merma del 8 % (pasaron de 5.328 a 4.892). Siendo esto otra muestra de la concentración del sector.

Por su parte las ventas totales del dowstream aumentaron un 1.285 % en pesos, y un 157 % en dólares (pasaron de $/u$s 9,8 mil millones, a $ 135 mil millones o u$s 25 mil millones). Acrecentando por su parte la comercialización su participación, que pasó de un 52 % a un 57 %, con un aumento en sus ventas de 1.414 % en pesos, y del 181 % en dólares (pasaron de $/u$s 5,1 mil millones, a $ 78 mil millones, o u$s 14 mil millones. Y por su parte el refino aumento sus ventas en un 1.144 % en pesos, y un 131 % en dólares (pasaron de $/u$s 4,6 a $ 58 mil millones, o u$s 10,7 mil millones). Y además aumento sus exportaciones en un 146 %, las que pasaron de u$s 0,78 mil millones, a u$s 1,9 mil millones.
Empleadores y empleados
El análisis de los indicadores referidos al personal entre el 2001 y el 2013 es otra notable muestra de la bonanza en la que se desenvuelve el sector petrolero. En los grandes números ella se refleja en que en el 2013 tenía el 0,75 % de los empleadores, pero detentaba el 1,8 % de los empleados del país. Cuando en el 2001 eran el 1,12 % de los empleadores y detentaban el 1,5 % de los empleados.

O sea que su participación como empleadores decreció un 33 %, a la par que su participación en el empleo creció un 18 %. Habiendo aumentado solo un 2 % los empleadores (pasaron de 4.175 a 4.275) pero un 59 % los empleados (pasaron de 72.227 a 114.853). O sea que la casi la misma cantidad de empresas aumentaron sustancialmente sus empleados, en un marco de gran crecimiento de empleadores (pasaron de 371.950 a 571.064 en total, con un crecimiento del 54 %). Lo que vuelve a evidenciar la concentración con la que se desenvuelve el sector.
En cuanto al upstream específicamente, los empleadores crecieron un 71 % (pasaron de 221 a 378) mientras que los empleados crecieron un 174 % (pasaron de 18.942 a 51.985) lo que no se condice para nada con la notable caída en la producción que registra este subsector. Y la mayor incidencia de ese crecimiento la aportan las empresas de Servicios relacionadas con la extracción de petróleo, que crecieron un 90 % (pasaron de 157 a 298) y no la de Extracción de petróleo, que crecieron sólo un 24 % (pasaron de 65 a 80). Habiendo registrado las primeras un crecimiento de empleados del 304 % (pasaron de 8.295 a 33.484) contra un crecimiento de las segundas de sólo un 74 % (pasaron de 10.646 a 18.501) lo cual evidencia a las claras la notable tercerización de la actividad que se produjo ínterin.

Por su parte el downstream muestra por contrario un estancamiento, dado que los empleadores decrecieron un 1 % (pasaron de 3.953 a 3.897) mientras que los empleados crecieron un 18 % (pasaron de 53.285 a 62.868). La mayor incidencia en ese desarrollo lo aporta el subsector de la comercialización, donde los empleadores disminuyeron un 1 % (pasaron de 3.875 a 3.825) mientras que los empleados crecieron un 24 % (pasaron de 45.634 a 56.555). Por contrario en el subsector de la refinación disminuyeron los empleadores un 8 % (pasaron de 78 a 72) mientras que los empleados cayeron un 17 % (pasaron de 7.652 a 6.133).
Remuneraciones
La evolución de las remuneraciones del sector petrolero son otra notable muestra de la bonanza que atraviesa el sector, pese la notable caída en sus niveles de producción. La masa salarial para el total del sector registró entre el 2001 y el 2013 un aumento del 1.510 % en pesos y del 358 % en dólares (pasó de $/u$s 1,08 miles de millones a $ 28,5 miles de millones, o u$s 5,3 mil millones). Teniendo no obstante en el 2013 una participación de solo el 7,9 % sobre el total de ventas, que no obstante es sensiblemente superior al 5,9 % registrado en el 2001.

Pero es en el upstream donde se registran los mayores aumentos, pese la caída física de esa actividad, ya que allí masa salarial arroja un aumento de 3.750 % en pesos y 625 % en dólares (pasó de $/u$s 0,55 mil millones, a $ 21,4 mil millones, o u$s 4,0 mil millones). Repartiéndose esta última suma en u$s 1,6 millones para la Extracción, con un aumento del 320 %, y u$s 2,4 mil millones para los Servicios, con un aumento del 1.260 %. Lo que nuevamente habla a las claras del proceso de tercerización de la actividad, que registró en el 2013 un 59 % de la masa salarial tercerizada, cuando en el 2001 solo era del 31 %.

Por su parte en el downstream se registró un aumento del 1.220 % en pesos, y del 290 % en dólares (pasó de $/u$s 0,53 mil millones a $ 7 mil millones o u$s 1,3 mil millones) repartiéndose esta suma con u$s 0,3 mil millones para el refino, con un aumento de solo el 65 %, y 1,0 mil millones para la comercialización, con un aumento del 208 %. Lo que habla a las claras del estancamiento en la refinación de combustibles, que pasó de una participación del 38 % en el 2001 en la masa salarial de este subsector, a solo el 22 % en el 2013.

En cuanto las retribuciones promedio del sector, se pueden apreciar en el cuadro adjunto los notables aumentos que registraron desde el 2001, concentrados sobre todo en el upstream. Y también la enorme dispersión que tienen ellas, que pasan de un promedio mínimo de $ 8.000 y u$s 1.500 en el sector de Comercialización, semejante al del promedio del país, hasta un nivel de $ 39.000 o u$s 7.260 en la Extracción. Donde además se registran los mayores aumentos desde el 2001, que casi llegan a duplicar el promedio del país, mostrando esto la enorme bonanza de ese sector, adonde se ha traspasado la renta del petróleo.

Párrafo aparte merecen los aportes a cargo del empleado, y sobre todo las contribuciones a cargo del empleador. Los primeros aumentaron en el total del sector un 1.760 % en pesos, y un 250 % en dólares (pasaron de $/u$s 0,143 mil millones, a $ 2,7 mil millones, o u$s 5 mil millones). Pero los correspondientes al upstream aumentaron un 2.360 % en pesos y un 360 % en dólares (pasaron de $/u$s 73 millones a $ 1,8 mil millones o u$s 336 millones).

Pero a estos números lo superan largamente las contribuciones, que evidencian la generosidad de los petroleros en relación a la fuerza sindical, con el claro objeto de cooptarla a su favor. Lo cual se manifiesta en la ausencia de toda crítica y el apoyo explicito dado a la patronal, en cuestiones estratégicas para el sector, como el contrato con Chevron y la actual ley de hidrocarburos.

Ellas aumentaron en el total del sector un 2.610 % en pesos y un 400 % en dólares (pasaron de $/u$s 158 millones, a $ 4,3 mil millones o u$s 800 millones). Pero las correspondientes al upstream aumentaron un 3.890 % en pesos y un 640 % en dólares (pasaron de 79 millones a 3,2 mil millones, o u$s 585 millones).

En términos per cápita en el total del sector aumentaron un 1.600 % en pesos, y un 217 % en dólares (pasaron de $/u$s 2.196 a $ 37.509, o u$s 6.965). Por su parte las correspondientes al upstream aumentaron un 1.490 % en pesos, y un 180 % en dólares (pasaron de $/u$s 4.103 a $ 63.898, o u$s 11.865).
Las sospechas que arroja el IVA
No obstante el notable aumento en el precio registrado entre el 2001 y 2013 de los productos que surgen de las extrañas de la tierra, reseñados previamente, en el cotejo de la posición de IVA del sector petrolero entre ambos años, surge una notable y sospechosa regularidad. Como si esos productos minerales hubiesen surgido de las entrañas de la tierra con un crédito del IVA bajo el brazo, para neutralizar el debito del IVA que deparaba el gratuito mayor valor agregado a esos productos por efecto del precio.

En concreto el Debito fiscal del total del sector petrolero se incremento entre el 2001 y 2013 14,34 veces en pesos (pasó de $ 5,4 mil millones a 77,4 mil millones). Pero contra lo que era de esperar, el Crédito por el mayor valor agregado de lo extraído aumento aún mas, 14,56 veces (pasó de $ 4,76 mil millones a 69,3 mil millones). Por lo que la relación Débito/Crédito apenas varió de 1,13 en el 2001, a 1,12 en el 2013, e incluso descendiendo en vez de aumentar como era de esperar. Cabiendo apuntar al respecto que en el total de la economía, esa relación se mantuvo estable en 1,23 veces en ambos años, o sea bastante más arriba que la del sector petrolero.

En cuanto al upstream la estabilidad fue aún más notable, contra lo que cabía esperar, ya que el Débito aumento 21,48 veces (pasó de 2 mil millones a 42,8 mil millones). Mientras que el Crédito aumento 21,35 veces (pasó de $ 1,65 mil millones a $ 35,3 mil millones) conservándose en consecuencia con una mínina variación una relación Débito/Crédito de 1,21, parecida al de la economía en general.

Esto es consecuencia de que por un lado al revés de lo esperado, en la Extracción hubo mas aumento de Crédito que Débito, ya que el primero aumento 20,92 veces (pasó de $ 1,5 mil millones a 31,5 mil millones). Mientras que el Débito aumento solo 19,76 veces (paso de $ 1,8 mil millones a 35,3 millones) por lo cual la relación Débito/Crédito bajó notablemente de 1,19 a 1,12, en forma absolutamente contraria a lo que era de esperar.

Por su parte los servicios para la extracción lo hicieron a la inversa. El Débito fiscal aumento 36,36 veces (pasó de $ 0,207 mil millones a $ 7,5 mil millones). Mientras que el Crédito solo lo hizo 25,7 veces (paso de $ 0,148 MM a $ 3,8 MM). O sea que paso de una relación Débito/Crédito de 1,4 a 1,98, acorde con lo que supuestamente debería haber sucedido con la extracción, pero en un volumen mucho mayor.
Estos indicadores están señalando por donde se escurriría la renta petrolera sin su debida tributación. Que no sería otra cosa que mediante facturaciones apócrifas, sin que haya existido la correspondiente prestación. Que en la práctica permiten pagar como máximo a través del IVA, una tasa de ganancia subrepticia del 17,35 % (1/1,21-1), que es la mitad de la tasa de ganancia general del 35 %. Y menos de la tercera parte de la tasa especial del 55 % establecida en la ley de hidrocarburos vigente, pero que no se encuentra vigente.

Por su parte en el downstream también los Créditos aumentaron más que los Débitos. Los primeros lo hicieron 14,99 veces (pasaron de 1,55 mil millones a 23,3 mil millones) mientras que los Débitos lo hicieron 14,5 veces (pasaron de 1,7 mil millones a 24,7 mil millones. Por lo que la relación Débito/Crédito pasó 1,10 en el 2001 a 1,06 en el 2013, con un estrechamiento del margen de utilidad. Cifra que corresponde esencialmente al Refino, que pasó de una relación de 1,01 a 0,93 superando los Créditos a los Débitos, mientras que la Comercialización bajo levemente de 1,19 a 1,18.

La masiva evasión petrolera del impuesto a las ganancias
Las sospechas que arroja la evolución del IVA, se confirma plenamente al analizar las ganancias y los costos del sector petrolero, que en los Anuarios Estadísticos de la AFIP del 2001 y 2013 corresponden al ejercicio fiscal del 2000 y 2012 respectivamente. Por un lado, tal como se puede apreciar en el siguiente cuadro, las ganancias declaradas difieren sustancialmente entre las personas físicas y sociedades. Y además mientras las primeras aumentan sustancialmente entre el 2000 y 2012, las segundas se reducen sustancialmente en el mismo periodo.

Tanto en el cuadro y gráfico adjunto se puede ver que en el 2000 las Personas físicas declararon ganancias del 2,3 %, 11,4 %, 5,8 %, 13,1 %, y 2,1 % sobre ventas, en relación al Total petróleo, Extracción, Servicios, Refino, y Comercialización respectivamente. Frente a una ganancia del 6,5 % y del 4,5 %, respecto el Total de actividades y Explotación de minas y canteras.

Y en el año 2012 acorde al sustancial aumento de la materia prima, esas ganancias suben sustancialmente , y pasan respectivamente a ser 17,6 %, 21,7 %, 17,9 %, 24,1 %, y 16,7 %, habiéndose multiplicado en promedio 7,74 veces la ganancia del sector. Frente una ganancia del 13,7 y 17,3 % en el Total de Actividades y Explotación de minas y canteras, que también subieron entre 2 y casi 5 veces.


No obstante en las Sociedades, que concentra el 90 % de la actividad, se registró extrañamente todo lo contrario. Ya que en el año 2000 las ganancias fueron del 7,3 %, 13,3 %, 2,9 %, 0,2 %, y 0,7 % sobre ventas en el Total petróleo, Extracción, Servicios, Refino, y Comercialización respectivamente. Frente a una ganancia del 2,1 % y del 11,4 %, en el Total de actividades y Explotación de minas y canteras, respectivamente.

Pero en el año 2012 en forma inversa al sustancial aumento de la materia prima, ellas se reducen sustancialmente, y pasan respectivamente a ser 3,3 %, 4,7 %, 2,8 %, y 1,1 %, y 1,6 %, habiéndose disminuido un 54 % la ganancia promedio del sector. Pese que curiosamente aumentaron las ganancias del dowstrean 3,44 veces, pero a la par que inexplicablemente las del upstream disminuyeron un 64 %.

Esto se dio frente una ganancia del 3,0 % y 5,4 % en el Total de Actividades y Explotación de minas y canteras, registrándose en consecuencia un aumento del 51 % en la primera, y una caída del 53 % en la segunda, por la incidencia del sector petrolero. Indicando claramente esto que hay algo podrido, no en Dinamarca, sino en la tributación de la actividad hidrocarburífera argentina, y también en la minera, que pese a los sustanciales aumentos de las materias primas que se han registrado, han visto caer inexplicablemente sus ganancias.

Esto se ve visualizado elocuentemente en el gráfico adjunto, en donde las declaraciones de ganancias de las Personas físicas en la actividad petrolera, que crecen sustancialmente entre el 2000 y 2012, se convierten en testigos de la enorme evasión impositiva sistematizada por las Sociedades dedicadas a las actividades petroleras y mineras, que a la inversa decrecen sustancialmente entre esos años. Asimetría producida seguramente por los riesgos penales que afrontan las personas físicas por los delitos de evasión, que pueden ser diluidos o dispersados en las sociedades anónimas, sin tanto riesgo personal.

La clave de la evasión petrolera: Otros gastos vinculados al costo
El agujero por donde el sector petrolero evade las ganancias, parece estar directamente relacionado con el rubro Otros Gastos vinculados al costo. Respecto el cual lamentablemente la AFIP no informa en su Anuario Estadístico del 2001, ya que lo hace recién desde el 2008, por lo que no se puede repetir la metodología comparativa concretada hasta ahora.

No obstante en el siguiente grafico se visualiza la tremenda importancia que adquiere ese rubro estrictamente hablando, en relación a las ventas en el caso del upstream. Ya que en la extracción del petróleo ellos trepan nada menos que al 47 % de las ventas, cuando en el Total de Actividades solo llega al 13 %, y en la Extracción de minerales no metáliferos solo es del 15 %.

Siendo por lo tanto el subsector petrolero, y específicamente el Upstream el que levanta la proporción al 40 % en el sector de Explotación de minas y canteras. Y al 29 % en el Total petróleo, como promedio con el Dowstream, que solo registra un 1 % de Otros gastos vinculados al costo, contra el 44 % promedio que ostenta el Upstream.

A su vez en el cuadro subsiguiente se ha estimado el posible monto de evasión en juego por parte del sector petrolero en el año 2012, en base a ponderar que los Otros gastos vinculados al costo del Upstream, tienen una incidencia real del 15 % sobre ventas, igual que el correspondiente a la Extracción de minerales metalíferos no ferrosos (megamineras del cobre, oro, y plata, etc). Cálculándose de esa manera por diferencia con los montos declarados, y una alícuota del 35 %, el monto del impuesto a las Ganancias evadido.

Del mismo surge que existiría en el Upstream un impuesto a la Ganancia evadido del orden de los u$s 3,5 mil millones, habiéndose declaro efectivamente solo u$s 1,5 mil millones. Lo que representa un monto total de ganancias de u$s 5 mil millones, con una tasa de evasión del 70 %, y una rentabilidad real sobre ventas por parte del Upstream del 15 %.

El cual resulta superior al 12,5 % declarado por el Upstream en el año 2000, pero inferior al 19 % declarado por las Personas físicas para ese mismo subsector en este mismo año 2012. Que incluso en la Extracción se eleva al 21,7 %, y se ve promediado hacia abajo por los Servicios, que detenta una tasa de ganancia del 17,9 %. Y en base a estos parámetros el impuesto a la ganancia total podría elevarse a u$s 7,1 mil millones, llegando la evasión en este a un 79 % del mismo.

Dicha cifra equivale a nada menos que 2,7 veces el monto destinado a la Asignación Universal por Hijo (AUH) en el año 2012. Y además, si en vez de aplicar la alícuota general de ganancias del 35 %, se aplicara la tasa especial del 55 % prevista en la ley de hidrocarburos (art 56) el monto de ganancias en cuestión treparía a los u$s 11,2 mil millones, equivalentes a 4,2 AUH.

Ciñéndose a las cifras arrojadas por el cuadro, en el mejor de los casos una ínfima parte del monto de evadido del impuesto a las ganancias de u$s 3,5 mil millones, equivalente a 1,3 veces la AUH, podría haber vuelto como IVA, con una tasa efectiva de tributación sobre los montos evadidos del 17,4 %, conforme la incidencia de la tasa del IVA del 21 %. Lo que equivale a u$s 0,6 mil millones, quedando de tal manera un monto de evasión neto de u$s 2,9 mil millones, equivalente a poco mas de una AUH de ese año.

Pero si se considera la referida tasa especial prevista en la ley de Onganía y Krieger Vasena, que hoy no se aplica, el monto total del impuesto treparía a u$s 7,8 mil millones equivalentes a tres AUH. El que restándole los ingresos tributarios canalizados a través del IVA y el impuesto a las ganancias declarados por los petroleros, se reduciría a u$s 5,7 mil millones, equivalentes a 2,2 AUH.

En concreto, en términos socioeconómicos, la evasión y elusión en ganancias por parte de los petroleros por fraude contable, y no aplicación de la alícuota especial prevista en la ley de hidrocarburos, supone un monto que equivale anualmente a entre dos y cuatro AUH, que actualmente beneficia a 3,5 millones de niños, y 1,8 millones de adultos en situación de carestía extrema.

Muy otra sería la situación de estos, y de todos los argentinos en términos de seguridad y paz social, si esos dineros se recaudaran efectivamente, y se redistribuyeran en los más necesitados de la sociedad, y/o se destinaran a sustentar fuentes de empleo dignos que eleven su nivel social el bienestar general.

Párrafo aparte merece la labor de la AFIP y su supuesto sistema de control por parámetros de la actividad, que parece estar enteramente desenervado en relación al rumboso y muy próspero sector petrolero, ya que como dice el cancionero, “Poderoso caballero es Don don don Dinero”. Pero que celosamente pesca en una pecera, recaudando el impuesto a las ganancias que cae actualmente sobre los empleados en blanco de medianos ingresos. Como consecuencia de la actualización de las escalas y alícuotas.

El quid de la cuestión, cuánto le queda al pueblo de la renta petrolera

Conforme lo expuesto, la imagen de la portada donde un buitre hace retroceder al ministro Axel Kicillof, que pierde hasta su calzado en el retroceso, para quedarse con la bolsa, es lamentablemente una vívida metáfora de la actual situación. En la que conforme la imagen vecina, los antes orgullosos pingüinos parecen haber quedado atrapados y empetrolados.

En septiembre pasado el precio de paridad del combustible importado puesto en el sur de Sudamerica, era de u$s 0,795 el litro de nafta súper, y de 0,792 el del Gas Oil intermedio.

Mientas que en las estaciones de servicio el precio sin impuesto de esos especímenes en la Capital Federal, según datos de la Secretaría de Energía, era de $ 6,692 y $ 6,728. O sea u$s 0,7966 y u$s 0,8009 respectivamente. Por lo cual evidentemente el precio de los derivados de petróleo interno, sigue fielmente el nivel internacional.

Esos mismas especímenes tenían a su vez un precio de venta al público, que incluye márgenes del expendedor, ITC (Impuesto a la Transferencia Combustibles), Ingresos Brutos, IVA, etc, de $ 11,45 para la nafta súper, y $ 10,4 para el Gasoil intermedio. O sea un recargo del 71 % y 55 % respectivamente, a cargo de los sufridos bolsillos argentinos.

Por lo tanto actualmente ni el ITC, que en el 2013 recaudó $ 31 mil millones, ni el IVA son parte de la renta petrolera, sino que son tributos adicionales sobre esta, a cargo del consumidor final. Y de esa manera la renta petrolera se reduciría en esencia a las regalías petroleras, el impuesto a las ganancias, y los derechos de exportación (retenciones).

En circunstancias en que el petróleo aumento diez veces su valor, entre el nivel mínimo registrado en la década de los 90, y los máximos de la década actual. Hasta llegar a un pico de u$s 125 el barril del WTI, manteniéndose hasta ahora con oscilaciones, en un nivel de u$s 100 el barril, frente a costos de producción históricos que rondaban entre u$s 6 y u$s 10 el barril. O sea que claramente en el mundo del petróleo, al menos en el convencional, lo que realmente importa no son los costos, sino la renta.

No obstante en el año 2012, además del impuesto a las ganancias de u$s 1.738 millones declarados por el sector, este pagó otros u$s 2.119 millones en concepto de regalías hidrocarburíferas a las provincias. Al que se puede agregar un monto de u$s 530 millones, en concepto de ingresos brutos, tomando una alícuota del 3 % generalizada para todas las provincias.

Respecto a los derechos de exportación, por un lado no se consigue información desagregada de ellos en la web, y por el otro lado la consulta efectuada al mecon, es como recorrer un laberinto de derivaciones, en donde ni siquiera funciona la dirección de contacto de la Subsecretaría de Ingresos Públicos. Pero a su vez esa recaudación, como se verá seguidamente,
ha sido malversada a los efectos de subsidiar a la misma actividad petrolera, mediante la emisión de Certificados de Crédito Fiscal que podían ser aplicados al pago de esos derechos.
De tal manera la renta petrolera recolectada en el año 2012, treparía a un monto de u$s 4.387 millones, contra ventas por u$s 52.166 millones, representando solo un módico 8,4 % de ellas. Por debajo incluso del mezquino 12 % fijado para las regalías por la ley de Onganía y Krieger Vasena, que se ha visto ratificado con la modificación que se pretende aprobar. Siendo este un monto enteramente inicuo para compensar la extracción y uso de una riqueza no renovable, que de esa manera sólo será aprovechada por algunas generaciones, sin dejar nada para las futuras. (...)
Fuente: http://www.argenpress.info/2014/10/ley-hidrocarburos-evasion-de-impuestos.html

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