domingo, 24 de noviembre de 2019

Atendamos hacia qué Abya Yala avanza la «contrarreforma agraria integral» del capitalismo.


Honduras lo ejemplifica y aclara funciones del
golpe de estado (el 28 de junio de 2009) que Chávez ayudó a encubrir como democracia.
El desafío, abajo y a la izquierda, es generalizar la percepción de cuán fraudulenta fue y es la Patria Grande del progresismo. De cómo extrañó y distancia del internacionalismo revolucionario cuya construcción dotará a los pueblos planetarios de poder para emanciparse del sistema mundo capitalista. Incluso promovió la admiración y fanatismo por los líderes
Verifiquemos significados e implicancias de la reterritorialización de Honduras:

Muerte y vida de las “ciudades modelo” turísticas hondureñas

27 de septiembre de 2019
José Mansilla | OACU
Un análisis de qué son las “ciudades modelo” que se han diseñado en Honduras y qué recorrido han tenido hasta la actualidad, con especial atención a las que se han orientado hacia la actividad turística.
Desde hace algunas décadas, el turismo viene siendo presentado como una herramienta factible a la hora alcanzar el tan deseado desarrollo. Sin embargo, como han mostrado, entre otros, Cañada y Gascón (2006) o Jurdao (1992), la realidad es mucho más compleja. De hecho, el turismo puede, como fenómeno social y económico, ser la prueba evidente de que el crecimiento no tiene por qué estar relacionado con la lucha contra las desigualdades o el bienestar de las comunidades donde se asienta. Es más, el turismo, bajo ciertos enfoques, podría suponer una tentadora oportunidad para realizar grandes inversiones y obtener enormes beneficios a costa de la mano de obra y la población local más desfavorecida, obviando los más mínimos niveles de respeto hacia los derechos humanos.
En 2010, la República de Honduras aprobó una iniciativa que pretendía imitar la trayectoria de territorios como Hong Kong o, más recientemente, la ciudad de negocios internacionales New Songdo, en Corea del Sur. Se trataba de la puesta en marcha de enclaves territoriales que pudieran operar bajo marcos normativos ajenos a la realidad de su Estado de derecho y que permitieran al país avanzar por la senda del “desarrollo integral en lo económico y social” (La Gaceta, 2010: 4). Bajo esta perspectiva se incluían, y favorecían, las inversiones turísticas como potente elemento vertebrador de la planificación estratégica nacional. Nacían, de esta forma, las “ciudades modelo”.

Pero, ¿qué son las ciudades modelo?

La aparición de las denominadas Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDES), popularmente conocidas en Honduras como “ciudades modelo”, ha sido de todo menos fácil. Para su consecución se planteó inicialmente, incluso, una reforma constitucional. En concreto, la modificación de los artículos 304 y 329 de la Carta Magna, los cuales hacían referencia a la jurisdicción del Estado sobre su propio territorio en la aplicación de las leyes y en la impartición de justicia. De este modo, después de la nueva redacción de los mismos, se creó un doble fuero jurisdiccional en Honduras: uno especial para estas Zonas, cuyos jueces serían nombrados por el Congreso Nacional, aunque a propuesta de las Autoridades de dichas zonas, y otro general correspondiente al resto del territorio nacional. En la práctica esto suponía algo así como la quiebra del modelo de Estado surgido de las revoluciones liberales del siglo XVIII y XIX, del que es deudor la República de Honduras, y que, entre sus principios, enarbolaban la igualdad ante las leyes de la totalidad de la ciudadanía dentro de las fronteras estatales.
Justo a este último argumento, entre otros, se agarraron los jueces de la Corte Suprema de Justicia hondureña para señalar, por abrumadora mayoría –13 votos contra uno– la inconstitucionalidad de la modificación propuesta. En concreto, la Corte señaló que la propuesta de reforma “vulnera preceptos constitucionales como la soberanía, el territorio y la forma de Gobierno” (CentralAmericaData.com, 2012) de la Nación. Ahora bien, el Gobierno neoliberal del presidente Porfirio Lobo –y posteriormente de Juan Orlando Hernández–, impulsor de la medida, no se quedó de brazos cruzados ante tal imprevisto, presentando, tres años después, en 2013, una nueva propuesta de modificación de la Carta Magna y purgando, además, la Corte de aquellos jueces contrarios a la medida. En esta ocasión se trató de los artículos 294, 303 y, de nuevo, el 329, cuya nueva redacción permitió, por fin, la puesta en marcha de las mencionadas “ciudades modelo”.
Los factores principales que permiten la legalidad de esta reforma serían, en esta ocasión, la potestad de creación de nuevos Departamentos –Regiones- , Municipios y “zonas sujetas a regímenes especiales” por parte del Congreso Nacional; la constitución de un Poder Judicial del que también formarían parte aquellos “tribunales con competencia exclusiva en zonas del país sujetas a regímenes especiales”, y finalmente, la constitucionalización de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDES) como aquellas, literalmente, “sujetas [a] regímenes especiales los cuales tienen, personalidad jurídica, están sujetas a un régimen fiscal especial, pueden contraer obligaciones en tanto no requieran para ello la garantía o el aval solidario del Estado, celebrar contratos hasta el cumplimiento de sus objetivos en el tiempo y durante varios gobiernos y gozan de autonomía funcional y administrativa que deben incluir las funciones, facultades y obligaciones que la Constitución y las leyes le confieren a los municipios” (La Gaceta, 2013: 57-58). En definitiva, se abría paso, finalmente, a la posibilidad de la aparición de auténticas metrópolis privadas bajo territorio hondureño.

 

Ciudades modelo hondureñas, un modelo singular

Honduras es un país situado en América Central que cuenta con una población aproximada de 9,5 millones de habitantes y una superficie total de 112,5 mil km2. Con un PIB per cápita de 2.102 €, se encuentra en la posición 139 del total de países que conforman la economía global y en la 133 en lo relativo al Índice de Desarrollo Humano (IDH) de las Naciones Unidas. Es, por tanto, un país de ingresos medios-bajos con enormes desafíos. En los aspectos relativos a su sector productivo, Honduras no difiere de otros países de la zona. Según el Banco Mundial (2019), más del 60% de la población vive en situación de pobreza, extremándose este escenario en el entorno rural, donde hasta el 20% de sus habitantes vive con menos de 1,9 $/día. La economía hondureña ha estado, tradicionalmente, especializada en la exportación de producciones agrarias como el plátano o el café. De hecho, ha sido esta excesiva dependencia de las grandes producciones agroindustriales la que ha llevado a sus gobiernos, fundamentalmente desde hace dos décadas, a buscar una cierta diversificación de su economía. Así, después de la crisis del 2008-2009, las medidas adoptadas –principalmente inversiones públicas, ingresos por remesas y reorientación productiva industrial y terciaría mediante outsourcing– consiguieron generar un crecimiento moderado que, para 2019, se prevé alcance el 3,6% anual del PIB.
Es precisamente bajo la excusa de esta necesidad de fomento del desarrollo y la diversificación económica nacional hondureña que se pusieron en marcha, en 2010, las mencionadas “ciudades modelo”. No es casualidad que sea, precisamente, Paul Romer, economista jefe del Banco Mundial, uno de los principales teóricos y promotores de este tipo de desarrollo. Para Romer, Honduras era el sitio ideal para la instalación de este tipo de ciudades ya que, textualmente, aunque pueda considerarse “un Estado fallido, de violencia endémica y cuyas instituciones públicas estaban infiltradas por el narcotráfico”, cuenta con territorios escasamente poblados que pudieran convertirse en “islas de buen Gobierno, libres de corrupción y violencia con un entorno muy atractivo para los inversores extranjeros” (Robinson, 2017). Sin embargo, conforme el proyecto fue tomando forma, el mismo Romer consideró que su aventura hondureña había llegado a su fin. En concreto, el economista adujo para ello dos razones: en primer lugar que las propias élites hondureñas habían visto en las “ciudades modelo” una forma de continuar expandiendo su control sobre el país y sus recursos y, en segundo lugar, el protagonismo que habían tomado en el progreso de las mismas personalidades estadounidenses de marcado perfil ultraliberal, como el hijo del ex Presidente Ronald Reagan, Michael Reagan, o el mismísimo Newt Gingrich, aliado de Donald Trump en el Congreso de los Estados Unidos, alejando de paso cualquier atisbo de control democrático de la zona.

 

Hace aparición el turismo

Aunque la Ley Orgánica de Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (Decreto 120/2013) recoge que éstas podrán tener como objetivo el desarrollar Centros Financieros Internacionales, Centros Logísticos Internacionales, Ciudades Autónomas, Cortes Comerciales Internacionales, Distritos Especiales de Inversión, Distritos Energéticos Renovables, Zonas Económicas Especiales, Zonas sujetas a un Sistema Jurídico Especial, así como Zonas Agroindustriales Especiales, Zonas Turísticas Especiales, Zonas Mineras Sociales, Zonas Forestales sociales o cualquier otro no especificado que incluya una combinación de los primeros, finalmente, muchas de las propuestas inicialmente aparecidas –en un número de hasta 20– han apostado por la cuestión turística como elemento vertebrador principal de las primeras “ciudades modelos”.
En concreto, las primeras áreas donde se llevaría a cabo la consulta popular preceptiva para la puesta en marcha de una ZEDE fueron la comunidad de Peña Blanca, en el Departamento caribeño de Cortés, que se convertiría además en municipio turístico, y la aldea Suyapa de Tegucigalpa, que combinaría turismo, industria y elementos religiosos (ProcesoDigital, 2013). Mientras la primera de las localizaciones mencionadas cuenta con una población de 32 mil habitantes, la aldea Suyapa tiene hasta 60 mil vecinos y vecinas, elemento éste que, por sí solo, serviría para desdibujar la concepción inicial de la “ciudad modelo” como “territorio escasamente poblado” según Romer. Las protestas de los habitantes de estas zonas no se hicieron esperar. Tanto en Peñas Blancas como en Suyapa hubo manifestaciones de disconformidad y malestar, llegando, en esta última localidad, a manifestarse hasta en tres ocasiones en contra de la conversión de su territorio en un área ZEDE (La Prensa, 2013).
Los temores de los pobladores de estas localidades no son infundados. No solo en lo relativo al control y posesión de sus tierras, es decir, cuestiones ligadas a su supervivencia material conseguida tras años de lucha, sino también en aquello relacionado con el nuevo marco legal que entraría a operar en tales enclaves. Así, según las investigadoras Helene Roux y Beth Geglia (2019) –ésta última realizó su tesis doctoral precisamente sobre el desarrollo de las “ciudades modelo en Honduras”–, las ZEDEs no solo ofrecen a los inversores regímenes tributarios altamente favorables a sus intereses, sino también tabla rasa a la hora de instalar las estructuras gubernamentales necesarias, de carácter tecnocrático y privado. Es más, de acuerdo al abogado Fernando García, únicamente 6 de los 379 artículos de la Constitución de la República de Honduras se aplicarían en el interior de estas zonas (Criterio, 2017). Se trataría por tanto de entidades paraestatales que se situarían, paradójicamente de forma legal, fuera del marco democrático hondureño.
Es precisamente la construcción de estas para-estructurales legales y tecnocráticas las que más llaman la atención de partidos políticos de la oposición, organizaciones no gubernamentales de defensa de los derechos humanos y analistas sociopolíticos.
De hecho, en una visita llevada cabo en 2012 por el Relator Especial de las Naciones Unidas para la Promoción y la Protección del Derecho a la Libertad de Expresión y de Opinión, Frank La Rue, éste afirmó que la puesta en marcha de estas ciudades podría suponer una violación de la garantía que tiene el Estado hondureño hacía la protección de los derechos humanos en su territorio (Charte, 2012). En un país que, precisamente, no se caracteriza por el respeto a los derechos humanos –solo en los últimos 4 años, se han recogido 310 casos de violaciones de defensores de los mismos (La Prensa, 2019)– poner en marcha un sistema de promoción y desarrollo social y económico que ve legitimada su propia forma de actuar en lo referente a los derechos humanos y el respeto a las garantías de los trabajadores y trabajadoras del sector turístico, entre otros, no parece una buena idea.
No obstante, y tristemente, la creación de estas “ciudades modelo”, como enclaves territoriales con jurisdicción ajena al gobierno nacional, no son un fenómeno completamente novedoso en este país centroamericano. De hecho, las enormes plantaciones de plátano de la United Fruit Company norteamericana funcionaron, de facto, a principios del siglo XX como estados semi-independientes, con su propia ley y mecanismos de orden, creando de paso el infame término de República bananera.

Ciudades modelos turísticas: últimas noticias

La complejidad de la tarea, las propias características de Honduras como país, unida a la disconformidad de parte de la población hondureña, han conseguido retrasar la puesta en marcha de las ZEPEs a lo largo de todo el territorio nacional. Ahora bien, retrasar no es olvidar y, pese a la falta de claridad del Gobierno y los medios de comunicación hondureños, algo se mueve en torno a las “ciudades modelo”.
En 2014, poco tiempo después de los hechos de Suyapa, el presidente Juan Hernández Orlando anunció la inminente puesta en marcha de tres de estos enclaves: la instalación de un área logística o libre en el municipio de Alianza, Valle; la construcción de un puerto en Amapala, también en Valle; y un centro de investigación y desarrollo eminentemente agrícola en Nacaome (CentralAméricaData, 2014). Aunque cinco años después, éstas aún no han comenzado a implementarse, Arnaldo Castillo, Secretario de Desarrollo Económico del Gobierno hondureño, apareció en abril de este año ante la prensa para anunciar que “en los próximos dos meses” se vería la primera ZEDE en el país y que ésta se fundamentaría en “varios sistemas de inversión, como call center, producción agrícola y desarrollo inmobiliario-turístico” (Bustillo, 2019).
Casi medio año después, poco se sabe de la instauración de estos enclaves. Parte de la sociedad civil hondureña sigue más o menos activa –al menos así lo atestiguan grupos de Facebook como No a las ciudades modelo en Honduras  o No a la ciudad modelo- , y las noticias sobre su renacimiento aparecen con cuentagotas. De esta forma, parece que asistamos, a la muerte y vida de las “ciudades modelo” turísticas hondureñas, las cuales, según activistas de la Organización Fraternal Hondura Negra (OFRANEH, 2017) se están hundiendo bajo la creciente violencia y la “cleptocracia existente en el país [que] ha carcomido la institucionalidad".
Referencias:
Banco Mundial (2019). Honduras: panorama general.
Bustillo, Y. (2019). Primera ZEDE de Honduras iniciará en dos meses. El Heraldo.
Cañada, E. y Gascón, J. (2006). Turismo y desarrollo. Herramientas para una mirada crítica. Managua: Fundación Luciérnaga – Acción por un Turismo Responsable.
Jurado, F. (1992). Los mitos del turismo. Madrid: Ediciones Endymion.
La Gaceta de la República de Honduras (2010). Decreto 283/2010, Reforma de los Artículos 304 y 329 de la Constitución de la República.
La Gaceta de la República de Honduras (2013). Decreto 120/2013, Ley Orgánica de Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEPEs).
La Prensa (2013). Pobladores de Suyapa se oponen a ciudad modelo. La Prensa.
Roux, H. y Geglia, B. (2019). ¿Excepción o continuismo? Nuevos enclaves: poder e infraestructuras en Honduras. Into the Black Box.
Este artículo se publica en el marco del proyecto «Campaña internacional de visibilización de las vulneraciones de derechos humanos para la inversión turística en América Central» desarrollado por Alba Sud con el apoyo de la Dirección de Relaciones Internacionales de la Diputación de Barcelona (convocatoria Derechos Humanos 2017).

Desestructurar la «contrarreforma agraria integral» del capitalismo e imperialismos nos plantea, a las diversidades de abajo sin fronteras, cambios radicales en nuestros enfoques sobre cómo concretar nuestra emancipación del sistema mundo capitalista y nuestros caminos hacia buenos vivires.

Apreciemos:

México: Pronunciamiento de los Pueblos del Congreso Nacional Indígena,
Concejo Indígena de Gobierno en Chiapas
11 de abril de 2019

¡Zapata vive, la lucha sigue!
¡Samir vive, la lucha sigue!

A los pueblos de Chiapas
A los pueblos de México y el mundo

A las organizaciones y colectivos en resistencia y rebeldía

A las redes de resistencia y rebeldía

A la sexta nacional e internacional

A los medios de comunicación

Hoy es un día muy significativo para el pueblo de México, se cumplen 100 años del asesinato de él general Emiliano Zapata, aquel que el gobierno tirano mandó a matar porque su voz era para defender al pueblo, a los campesinos que tanto sufrimiento estaban viviendo.

Zapata muere luchando por la libertad de los pueblos y porque las tierras regresaran a quienes se les fueron arrebatadas por manos del mal gobierno, los ricos y terratenientes.

Hoy nos recordamos que la lucha es por todos y para todos, que la lucha que inició el general Emiliano Zapata ya había comenzado desde hace mucho tiempo atrás, cuando a los pueblos originarios les fue saqueado el territorio, y todas las riquezas que en él habían. Porque un día llegaron los poderosos a estas tierras ahora llamadas México, para llevarse el oro, la plata y cuanta riqueza quisieran y encontraran.

De gran número de hermanos y hermanas muertas se vistió la conquista a los pueblos originarios, los que lucharon por la madre tierra y porque no fuéramos exterminados.

Un día los poderosos tomaron las mejores tierras, pero sobre todo, tomaron las vidas de nuestros abuelos y abuelas, y así es como a más de 500 años después, toman la vida de nuestros compañeros que luchan por libertad y tierra, tal como lo hizo el mal sistema capitalista arrebatándole la vida a nuestro compañero Samir Flores de la comunidad de Amilcingo, Morelos.

Así como a él, muchos otros compañeros y compañeras, el sistema con sus malos gobiernos ha mandado a matar, a desaparecer, a torturar, a encarcelar para que dejemos la lucha por la vida, para que le tengamos miedo y nos olvidemos de nuestro origen, del trabajo en común y el motivo de seguir en pie de lucha.

Las injusticias a los pueblos originarios del campo y la ciudad no se acaban, sino que se hacen cada vez más grandes, más crueles e inhumanas. Y así vemos que pasa no sólo en nuestro territorio, no sólo en México, también les pasa a otros pueblos en otras geografía, porque este sistema capitalista todo lo destruye, todo lo devora y especialmente a los territorios de los pueblos originarios, a quienes nos quieren arrebatar otra vez las riquezas que en nuestras tierras, en nuestras montañas se encuentran y con ello nuestras vidas.

Este sistema capitalista neoliberal está dispuesto a exterminar todo lo que en su camino se cruce, lo que a su paso encuentre, un exterminio más a los pueblos originarios, a los territorios en donde habitamos es la forma de hacer llegar el progreso pero a los grandes capitales, a las trasnacionales que buscan hacerse más ricos mientras nosotros nos hacemos más pobres y de una vez nos morimos.

Esto lo sabemos muy bien porque lo vivimos cada día, porque no es mentira que los finqueros que controlan el poder y el dinero en todo el mundo, a través de sus capataces y mayordomos nos traen más miseria, más hambre, más muerte. Y nos es diferente ahora de otros tiempos, porque los malos gobiernos siempre han demostrado estar al servicio de su patrón, de su dueño y del dinero.

Lo vemos y lo sentimos porque cada vez es más difícil la vida y la seguridad para los pueblos originarios, pero sobre todo para nuestras hermanas, madres, hijas, esposas, compañeras que el patriarcado oprime con mayor fuerza tanto en el campo y la ciudad, a todas ellas a quienes el sistema también les niega justicia y libertad.

No es diferente en esta llamada “Cuarta Transformación” en contra de México y en contra de los pueblos que lo formamos, porque quienes se vistieron de izquierda sólo han utilizado máscaras de buena cara pero de muy malas intenciones. Usan ropas de otros colores y se hacen llamar con otros nombres, pero a nosotros los pueblos originarios en lucha y resistencia no nos engañan, son los mismos capataces que quieren imponer sus proyectos de muerte con sus consultas mentirosas y amañadas. No nos preguntan si queremos vivir, en sus consultan preguntan de qué manera aceptamos morir.

Son muchas las guerras a las que nos enfrentamos, pero no les tenemos miedo, porque las ganas de que nuestros hijos, hijas sus hijos, hijas, nietos, nietas puedan vivir es más grande que este monstruo de 1000 cabezas, al que nuestros hermanos, hermanas mayores Zapatistas llaman la hidra capitalista.

Hemos tomado la decisión de defender la tierra, la vida que en ella se encuentra, la vida que nos da, a pesar de que el mal gobierno ya tenga preparadas sus armas, sus engaños, sus burlas para dividirnos como pueblos que somos. Sabemos cuáles son sus formas, como pone vendas en los ojos engañando al pueblo con las migajas, como con cinismo promete el progreso y desarrollo que sólo es para los banqueros, los dueños de las trasnacionales, de la miseria, que en el campo y la ciudad vivimos.

El gobierno capataz no escucha, no entiende, sólo obedece a su patrón que son los empresarios, aquellos que miran al revés, porque para ellos la vida, la tierra no significa más que dinero.

El mal gobierno de estos tiempos con AMLO también trae mentiras, desprecio, discriminación, inseguridad, amenazas, violencia, represión, tortura, esclavitud y muerte a nuestros pueblos, el despojo y destrucción a nuestros territorios, con su Plan Nacional de “Desarrollo” y todos esos sus mega-proyectos de muerte, como son el Corredor Transísmico, las Zonas Económicas Especiales, el Proyecto Integral Morelos de termoeléctricas, gasoductos y acueductos que ya nos arrebató a uno de nuestros compañeros, con el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México que continúan con obras en tierras de los pueblos como lo hacen con la autopista México Tuxpan-Peñón Texcoco de la empresa PINFRA, con la cientos de concesiones mineras que envenenan la madre tierra, nuestras aguas, nuestros ríos, nuestros alimentos, extendiéndose por todo el país, con sus Parques Eólicos como de la empresa Francesa EDF en terrenos comunales del pueblo binniza de Unión Hidalgo, o los eólicos que quieren imponer en el Itsmo de Tehuantepec Oaxaca, sus presas y represas y también, con su mal llamado Tren Maya con el que quieren despojar a los pueblos mayas de Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo y a nosotros aquí en Chiapas.

Ese su tren Maya no es en beneficio de los pueblos sino en contra de ellos, porque sólo esta echo para transportar la venta de nuestras tierras, las enfermedades y muerte que promete la agroindustria transgénica, todo para que el patrón haga más grande sus ganancias aunque destruya la misma madre tierra en la que se encuentra.

Así lo vienen haciendo los malos gobiernos en el mundo, en México y en Chiapas que tratan de imponernos sus proyectos, como lo están haciendo nuevamente con la amenaza a muchos pueblos y de entre ellos el pueblo Tseltal de de San Juan Cancuc para la construcción de la autopista San Cristóbal – Palenque. O al pueblo Zoque que le quieren arrebatar 84 mil hectáreas desde Ixtapanganjoya hasta Tecpatán para poner 12 pozos petroleros, las 70 mil hectáreas que quieren saquear desde Tapalapa hasta Ostuacan para los empresarios trasnacionales que buscan extraer minerales y agua. Así como quieren ampliar la presa de Chicoasen que desplazo a varia comunidades, con represas en Ocotepec y Ostuacan, también como ahora lo pretenden hacer en Simojovel, Huitiupan y Pantelho, y por si fuera poco, con la geotérmica que quieren poner en el volcán Chichonal, tierras que están amenazadas y pretenden ser saqueadas para los próximos 30 o 50 años, depende como el patrón lo pida. Y en otras geografías de Chiapas, como hace unos días las fuerzas de represión del estado lo hicieron desalojando predios urbanos, así como recientes las amenazas de desalojo a la colonia la libertad, colonia Molino los Arcos y comunidad 5 de Marzo de este municipio de San Cristóbal de las Casas.

 

La justicia verdadera no vendrá de los capataces, de estos malos gobiernos ni mucho menos de los empresarios, de los finqueros, es por eso que nosotros como pueblos del Congreso Nacional Indígena en Chiapas estamos en pie de lucha y seguiremos luchando y defendiendo la naturaleza, la vida, la madre tierra y todos sus recursos naturales. Con conciencia defenderemos nuestra cultura, nuestra identidad, nuestro origen. Construyendo a través de la autonomía, de la resistencia y rebeldía como nos han venido dando el ejemplo nuestros compañeros y compañeras, hermanos y hermanas mayores del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional.

El Congreso Nacional Indígena, Concejo Indígena de Gobierno en Chiapas, les decimos a los malos gobiernos, que cueste lo que cueste no permitiremos que sus ideas podridas con sus megaproyectos entren y nos despojen de nuestro territorio. Porque el mal gobierno no va a venir a mandar, a callar e intimidar en nuestras casas aunque ya lo estén pensando hacer con su Guardia Nacional para imponer el Tren Maya que no dejaremos pasar.

Aunque lo quiera hacer a través de sus militares y paramilitares, con sus grupos de choque, con la cooptación de los pueblos y con sus guerras de baja intensidad que han asesinado y llevado a desplazar a muchos hermanos y hermanas de Aldama, Magdalena de la Paz, Chalchihuitan, Chenaló y muchos otros más.

A pesar de que sus fuerzas militares nos quieran desaparecer como lo hicieron con los 43 estudiantes de Ayotzinapa, y con todas las muertes de los migrantes en manos de los intereses de los que tienen el poder y el dinero.

Saludamos la lucha de otros hermanos y hermanas en Chiapas, México y el mundo, saludamos la lucha emprendida por todos los presos políticos y quienes hoy se encuentran en huelga de hambre por justicia y libertad y les decimos que estamos con ellos; saludamos la lucha de otras organizaciones que caminan en contra del sistema capitalista neoliberal, y que construyen a través del trabajo en común y de la autonomía; saludamos a todos aquellos pueblos del mundo que luchan por la vida, por la tierra, la justicia y la libertad.

Hemos venido en este día para vernos, encontrarnos, sentirnos, escucharnos, compartir nuestras luchas y para invitar a otros pueblos originarios, a la sexta, a las redes, colectivos y organizaciones, al pueblo creyente, a los diferentes sectores de trabajadores, de estudiantes, de hombres y mujeres, niños y ancianos, jóvenes y campesinos del campo y la ciudad que sufren la explotación y el despojo de hidra capitalista, a que nos organicemos y nos tejamos todos, todas aquellos, aquellas que estamos por la vida y contra el sistema capitalista neoliberal y sus mega proyectos de muerte.

Los pueblos originarios desde abajo con nuestras luchas en todas las geografías, seguimos y seguiremos construyéndonos, organizándonos, seguiremos sembrando la semilla de la autonomía en nuestra digna lucha, nos seguiremos tejiendo con todos y todas aquellas que estén desde la resistencia y rebeldía, porque sus luchas son reflejo, son espejos no solo para el CNI – CIG, sino para todos aquellos que creemos que siembran la esperanza.

Por eso decimos:

ZAPATA VIVE, VIVE, LA LUCHA SIGUE, SIGUE

SAMIR VIVE, VIVE, LA LUCHA SIGUE, SIGUE

Atentamente

Desde la plaza de la Resistencia y de la Paz, San Cristóbal de las Casas, Chiapas;

Congreso Nacional Indígena y Concejo Indígena de Gobierno en Chiapas

A 10 de abril de 2019


Por la Reconstitución Integral de Nuestros Pueblos

Nunca más un México Sin Nosotros

Congreso Nacional Indígena

Concejo Indígena de Gobierno en Chiapas


No hay comentarios:

Publicar un comentario