Significa que el trabajo social atiende
necesidades e intereses populares.
Y previene el buen vivir de generaciones
futuras.
La apreciación de que "el agua vale más que el oro" nos desafía a
los de abajo a nuestra autoorganización socioeconómica para el cambio desde
nuestro
estar al servicio de la acumulación de riquezas y poder en contra de
nosotros, a desarrollar la variedad de economías y culturas que
satisfagan las necesidades de todos de felicidad. Esto nos plantea
adueñarnos de nuestras
capacidades e inteligencias actuales y las que poseemos en potencia.
Pero antes de afirmarnos en la confianza sobre el poder de los pueblos,
precisamos cuestionar nuestra subordinación al capitalismo o subsunción en
su acaparamiento de trabajo e intelectualidad para el
crecimiento ilimitado de la tasa de ganancia de oligopolios.
Es un camino hacia crear espacios en común donde aprender a escucharnos y discutir
soluciones a problemas compartidos en forma local, provincial, nacional
e internacional. Procura diálogos que originen elaboraciones conjuntas de
proyectos sobre transformaciones de esas convivencias de distinta
extensión y comprensión. Diálogos que, al mismo tiempo, persigan
suscitar compromisos en concretar el trabajo humanizante y humanizador de todos. Se orienten a
constituir colectivos laborales que se hagan responsables por tareas
cooperativas con la comunidad de vida y ésta, a su vez, coordine o se
hermane con las otras del país-mundo. Lo medular son los nuevos vínculos
entre los nosotros cada vez más amplios y profundos por crecer en
reciprocidad, en aliento mutuo a valorar relaciones con los distintos y
en práctica del internacionalismo revolucionario.
Por
supuesto, estamos inmersos en el capitalismo mundializado y local
que despliega contra nosotros su enorme potencial de dominio
psicológico, represor y económico. Pero, por su criminalidad de lesa
humanidad, despierta la resistencia de las poblaciones directamente
afectadas. Les quita el agua y les deja la envenenada, inutiliza sus
suelos, les contamina su producción agropecuaria, demuele sus
montañas, las fumiga, deforesta arrasando los territorios campesinos
e indígenas, provoca la quiebra de pequeños y medianos productores,
comerciantes e industriales. También ocupa con la especulación
inmobiliaria a los humedales fundamentales para el sostenimiento de
la vida
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, las grandes ciudades a las que somete a
inundaciones catastróficas y la Pampa Húmeda, una de las pocas
regiones del planeta con fertilidad óptima para la producción de
alimentos diversos y de calidad que el capitalismo está aniquilando
(con lo cual hasta está yendo contra su propio aprovechamiento expoliador).
Observamos
distintas luchas abajo en todo el país. Se dan en defensa colectiva
del lugar en que se vive o se trabaja y de los bienes comunes. Un
ejemplo es la
Asamblea en Defensa de lo Público que realizó cortes en 22 puntos de
la ciudad de Buenos Aires “en contra de la mercantilización de
los espacios públicos” y por “una ciudad inclusiva y
democrática”. En la convocatoria señaló: “El eje de esta
protesta es la denuncia a los grandes grupos económicos que, en pos
de generar mayores ganancias y más negociados, generan una situación
completamente excluyente y exclusiva de lo público”. La acción
se concretó mediante unidad con las fuerzas kirchneristas por lo
cual no hubo discusión respecto a que no es una invasión oligopólica sino
que se ha legalizado y legitimado contra la voluntad expresada por
el Espacio “Es Nuestra la
Ciudad”.
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Tampoco cuestiona cómo funcionan los poderes públicos en todas sus
instancias como reacción de los de arriba al 2001 (dentro de la que
se incluye: el enrejado de plazas y parques) ni instala el debate
sobre el "modelo productivo y nacional-popular". Debate censurado
ante todo por su nombre eufemístico ya que aplica los planes
transnacionales o imperialistas de economías de enclaves y
corredores.
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Esta fractura del país y disolución nacional se completa con los
megaemprendimientos turísticos, comerciales e inmobiliarios para
súpernegocios transnacionalizados.
Los grandes capitales
financieros e industriales de los países imperialistas en sociedad
con las elites locales avanzan expulsándonos de nuestros lugares
(territorios, profesión, empleo, etc.) y despojándonos de derechos
tan básicos como el agua potable y el alimento. De ahí que sea
prioritaria la propagación de la conciencia de que la resistencia al
extractivismo de las asambleas y otras organizaciones nos interpela
a involucrarnos en asumir la responsabilidad por la vida y el futuro
de Argentina y Nuestra América. En este rumbo e importante
compenetrarse con los cambios en la cotidianeidad para el buen vivir
abajo.
El “Encuentro en
defensa del espacio público”:
Informa a los
vecinos de Caballito
Otra vez las
torres nos invaden
El avance de la construcción inmobiliaria en nuestra ciudad y en
particular en nuestro barrio, viene trayendo graves perjuicios para
quienes vivimos aquí. Se esta cambiando terreno absorbente por
cemento, no respetando la relación espacio verde por habitante
(mientras la OMS- organización mundial de la salud-establece como
necesario recomienda 10 metros cuadrados por habitante, el barrio
tiene apenas 1,2m2 x habitante y la ciudad solo tres
. Tampoco hay en el barrio, en proporción suficiente, espacios
culturales, recreativos y para deportes de libre acceso y uso
gratuito.
Estas políticas traen aparejadas mayor contaminación ambiental
(gases tóxicos, ruidos, problemas de tránsito, mayor temperatura,
aumento en la cantidad de basura) como asimismo frecuentes cortes de
luz, disminución de la presión del gas, zonas con baja presión de
agua, sectores inundables, falta de estacionamiento vehicular,
insuficiente oferta de vacantes en instituciones escolares públicas
en el barrio especialmente en jardines de infantes y maternales y
escuelas de doble jornada.
La voluntad de las vecinos -contraria a estas políticas- quedó manifiesta en la audiencia pública en la legislatura, que fue convocada premeditadamente en condiciones absolutamente fuera del sentido común ; se produjeron confusiones de horario y se estableció una sola hora para su desarrollo cuando se habían inscripto 400 vecinos. Pudieron hablar menos de 70 en medio de un desorden mayúsculo, y una inmensa mayoría se opuso al proyecto inmobiliario que comparten el poder ejecutivo nacional y el gobierno de la ciudad.Pese a todo ello, el 20 de diciembre en la legislatura con el voto del Pro y el Frente para la Victoria y sus aliados -Nuevo encuentro y otros- y la oposición de los demás legisladores, se aprobó un paquete de leyes para vender diversas tierras públicas, entre otras las que pertenecieron al ferrocarril (en Caballito, los terrenos de la ex playa de maniobras del Ferrocarril Sarmiento), para construir torres de alto costo y no para resolver los problemas de vivienda, con el pretexto de financiar parcialmente el soterramiento del tren.El proyecto no sólo agrava el problema edilicio, sino que usurpa parte de tierras que hoy ocupa el Club Ferrocarril Oeste, no resuelve los problemas de tránsito norte/ sur, y amenaza con la construcción de un shopping que, además, perjudicaría al pequeño y mediano comercio del barrio, poniendo en peligro cientos de fuentes de trabajo.
Para colmo se incluye el uso de las plazas linderas con las vías,
Dr. Favaloro y Del Caballito (cuya construcción se logró por la
lucha de los vecinos que hoy la cuidan con su esfuerzo) y se
pretende hacer un puente de características desatinadas, proyecto
que, reafirmando nuestra posición ha sido objetado por la
Defensoría del Pueblo de la ciudad.
No tenemos mas reserva de tierras. este no es un espacio vacío, es
el ultimo que nos queda para compensar en parte el daño ya hecho. En
medio de la embestida que hay en la ciudad contra los centros
culturales, se arremete también contra nuestros emprendimientos
comunitarios.
Los reclamos que se identificaron en su momento por los movimientos de 100 % parque y basta de torres, tienen muchos años y dieron lugar a resoluciones favorables en la legislatura de la ciudad en numerosas oportunidades. En 1998 el decreto 837/98 desafectó las tierras del uso ferroviario y en el año 2000 se firmó, entre la nación y la ciudad, un convenio de transferencia de dichas tierras "con destino a parquización y espacio público” y se sustanció un concurso. La crisis del 2001 frustró la concreción de ese proyecto y luego, desde el 2002 en adelante, hubo ocho proyectos presentados por distintos bloques de la legislatura y una iniciativa popular apoyada por más de 12000 firmas de vecinos.
Ahora diversos legisladores -que durante las últimas elecciones
tomaron el compromiso en sus plataformas electorales de defender
estas tierras para ser destinadas a parque público-acompañaron con
su voto un proyecto presentado por el Frente para la Victoria,
burlándose así del voto de sus electores. En una semana, sin
informe técnico ni despacho de comisión, y contra la oposición
masiva de los vecinos, se consagra este proyecto inmobiliario que
intenta tirar por la borda toda la lucha vecinal y lo resuelto en
tantos años.
no es este un reclamo caprichoso es una necesidad en defensa
de nuestros derechos humanos y ciudadanos. reclamamos un parque
garantice el espacio verde que tanto necesitamos y que se
recupere la historia de estos terrenos , que es parte de la historia
del ferrocarril oeste, lo que se quiere sacrificar para lucro de
unos pocos.
Por esto un grupo de vecinos y organizaciones sociales y políticas del barrio y de la línea del oeste hemos constituido el "Encuentro en Defensa del Espacio Público."Nosotros no creemos que cada uno deba defenderse solo , creemos en la solidaridad colectiva, creemos que la unidad hace la fuerza y que la participación en las decisiones es un derecho democrático que consagra la constitución de la ciudad.
Defendamos nuestro derecho, defendamos la democracia.
Encuentro por la Defensa del Espacio Público
Caballito, 3 de febrero de 2013
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