De ahí la necesidad de un Frente cultural
político para
plantear qué país se devasta con la
extorsión
presidencial a consumir.
Se
trata de escudriñar el progresismo que se autoproclama como la alternativa
al neoliberalismo pero elude la realidad de su actual profundización y
perfeccionamiento como lo patentizan el supermercadismo y el sistema
financiero formando parte de la minoría privilegiada por el 'modelo'. De ahí
la importancia de ver en qué anduvo y anda Nuevo Encuentro pese a su casi
nula representatividad del Kirchnerismo que se sostiene en el Partido
Justicialista y la CGT de los gordos, la expresión más menemista del
sindicalismo empresario.
El 28 de abril de 2009,
en
la constitución de la mesa del frente, Sabbatella declara:
"Nuevo Encuentro expresa capacidad de gobernar desde una
perspectiva progresista y popular. Nuevo Encuentro une ética pública,
compromiso social y capacidad de gestión. Rompe con la cultura del
progresismo testimonial y construye un progresismo de gobierno, un
progresismo que se hace cargo". Nuevo Encuentro
incluye al Partido Comunista de la Argentina y se funda como un frente
independiente al Frente Para la Victoria. Afines del año 2011, Martín Sabbatella
y Carlos Heller votaron por la ley antiterrorista como
diputados de
Nuevo Encuentro. Es decir, éste ha degenerado la política también lo
hizo bloqueando a dos luchas gremiales con consecuencias
a favor de todos los trabajadores, como la de los docentes y la de los
trabajadores del subte.
Prueba que los
reformistas hoy sólo pueden servir al capitalismo e imperialismo.
El
Frente cultural político
precisa desenmascararlo mediante la deliberación popular sobre qué progreso e
izquierda representa.
Sabbatella:
“El kirchnerismo es presente y es futuro”
5 de octubre de 2014
Más de 30 mil militantes del Frente Nuevo Encuentro protagonizaron este sábado
un masivo acto en el Estadio del Club Atlanta de la Ciudad de Buenos Aires. Bajo
la consigna “Cristina presente y futuro”, el frente kirchnerista reunió a
militantes de todo el país como demostración de apoyo y defensa del proyecto
nacional y el liderazgo de Cristina, por la continuidad del rumbo que vive
nuestro país desde 2003.
El acto se inició formalmente con el Himno Nacional, interpretado desde el escenario por el artista popular Horacio Fontova. Luego, los referentes provinciales Cinthia Luján (San Luis) y Hugo Condorí (Jujuy), y el diputado nacional Carlos Heller se dirigieron a la militancia. El cierre estuvo a cargo de Martín Sabbatella quien expresó que: “para nosotros el kirchnerismo es una huella profunda en la historia de nuestro país, una identidad fundante, que construye un sentido de pertenencia. El kirchnerismo es un diálogo profundo con la historia, es la intensidad de las transformaciones del presente, y es mirar con esperanza al futuro”.
Además de la dirigencia de Nuevo Encuentro de todo el país, estuvieron presentes en el acto referentes políticos, sociales y culturales de todo el arco kirchnerista, nucleados en el espacio Unidos y Organizados.
El acto se inició formalmente con el Himno Nacional, interpretado desde el escenario por el artista popular Horacio Fontova. Luego, los referentes provinciales Cinthia Luján (San Luis) y Hugo Condorí (Jujuy), y el diputado nacional Carlos Heller se dirigieron a la militancia. El cierre estuvo a cargo de Martín Sabbatella quien expresó que: “para nosotros el kirchnerismo es una huella profunda en la historia de nuestro país, una identidad fundante, que construye un sentido de pertenencia. El kirchnerismo es un diálogo profundo con la historia, es la intensidad de las transformaciones del presente, y es mirar con esperanza al futuro”.
Además de la dirigencia de Nuevo Encuentro de todo el país, estuvieron presentes en el acto referentes políticos, sociales y culturales de todo el arco kirchnerista, nucleados en el espacio Unidos y Organizados.
Durante su discurso, Sabbatella remarcó que “el kirchnerismo es historia, es presente y es futuro. Dialoga y se nutre de lo mejor de nuestra historia nacional, popular y latinoamericana. El kirchnerismo son esos gritos libertarios, son las luchas emancipatorias de nuestra América morena, es la potencia plebeya de los movimientos populares, es el pensamiento nacional, popular y democrático en el siglo XXI”, arengó el principal referente de Nuevo Encuentro.
“Somos orgullosamente kirchneristas y defensores del proyecto nacional y popular. Somos orgullosamente soldados de la presidenta porque creemos en este proyecto, porque nos emociona y nos enamora lo hecho, y nos duele lo que falta. Y como nos duele lo que falta, defendemos este camino porque sabemos que, lo que falta, sólo se hace posible por este rumbo y con Cristina a la cabeza”, expresó el dirigente kirchnerista.
“El 10 de diciembre de 2015, Cristina deja de ser presidenta pero no dejará de ser la líder de este movimiento político; que tiene el rol histórico de seguir defendiendo los intereses del pueblo por los próximos largos años de la Argentina”, remarcó Sabbatella.
“Néstor Kirchner se comprometió a no dejar las convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno, y lo que hizo fue llenar la Casa Rosada de esas convicciones. Son las mismas que Cristina defiende día a día. Ahora, nuestro mayor desafío, el del conjunto de la militancia kirchnerista, es garantizar que esas convicciones no salgan nunca más de la Casa Rosada”, cerró el dirigente de Nuevo Encuentro.
Por su parte, el diputado nacional Carlos Heller sostuvo: “Nosotros estamos aquí firmemente convencidos del rumbo que se ha elegido, nosotros estamos aquí profundamente comprometidos con respaldar este rumbo, vuelvo a decir: tenemos un proyecto al que bancamos, tenemos un liderazgo que reconocemos en el presente y en el futuro”.
“Tenemos propuestas para cada una de las cosas que tenemos que llevar adelante, creemos que efectivamente hay que seguir profundizando, lo dice la propia Presidenta, nadie dice que está todo bien ni que está todo resuelto. Nadie, nosotros tampoco”, continuó el dirigente nacional.
“Lo que sí decimos con absoluta convicción es que todo lo que falta está en el camino que vamos y que cambiar el rumbo es empezar a desandar todo lo que hemos conquistado. Entonces, compañeros y compañeras, con la fe, con la fuerza, con las convicciones, con el convencimiento de que este es el camino correcto, con el respaldo que todos ustedes nos dan para seguir peleando por todo eso, vamos sin desmayo a seguir construyendo el futuro, que para que estas cosas sean concretas hacen falta largos períodos, que no se resuelven en 8 años. Los que plantean la alternancia lo hacen porque saben que lo conservadores no necesitan mucho tiempo para conservar lo que está. Tiempo hace falta para cambiar”, concluyó Heller, referente nacional del frente kirchnerista. (...)
Deschavarlo
mediante contrastación de su discurso o el de CFK con la realidad concreta
que denuncian las organizaciones en resistencia al avasallamiento de
derechos humanos. Pero también mediante escrutinio de propósitos y
propuestas de Marea Socialista
que forma parte de UNETE y de
PSUV en Venezuela. Análisis que permitirá al
Frente cultural político promover el
protagonismo popular con rumbo hacia adueñarse del destino común.
“Podremos defender con posibilidades de éxito el Proceso
Bolivariano y sus conquistas y enfrentar los intentos desestabilizadores de la
derecha internacional y local, la de adentro y la de afuera”. Si del debate con
las bases del proceso “se avanza hacia lograr que la crisis actual la paguen los
que la provocaron los empresarios, las cúpulas políticas y la burocracia
corrupta y no el pueblo”.
Editorial nº 1 del 23/02/2015
El intento de golpe y la nueva Coyuntura…
25 de febrero de 2015
25 de febrero de 2015
Por Marea Socialista
(Rebelión)
El frustrado
intento de golpe viene a probar el nivel al que ha llegado la crisis en el país.
A la situación económica, alarmante para la mayoría del pueblo que vive de su
trabajo, se suma el impacto que tiene en el imaginario colectivo la acción
golpista develada el 12 de febrero último.
Una intentona
realizada por oficiales activos de la FANB que contaría con la inspiración de
parte destacada de la dirección política de la derecha local, como sugiere la
detención del Alcalde Mayor Antonio Ledesma y con claro respaldo internacional
de Estados Unidos y sus subordinados del PP español y de Suramérica. Así se ha
agrietado, quiérase o no, un elemento, quizás el último, que perduraba como base
de estabilidad política: la certeza de que las fuerzas armadas como un todo
sostenían al gobierno.Pero confundir la dinámica de la situación con el momento concreto, es decir, la grieta con el quiebre total, puede ser el mayor error que se cometa en el análisis de situación. El gobierno del Presidente Maduro tiene una ventaja: aún hoy, a pesar de que se desarrollan, con velocidad de vértigo una serie de condiciones, de las cuales la más grave es la crisis económica, la situación está represada, aunque esta ventaja esté rodeada de un mar de confusiones y de conflictos aislados. Sin embargo, la detención de Ledezma, la vuelta de La Hojilla y el pedido sobre Julio Borges y María Corina Machado, muestran que estamos en el inicio de una nueva coyuntura política.Porque decir que la situación está contenida no significa que esté quieta. No es que con la develación del golpe haya terminado, es que ha empezado una batalla decisiva. Y, en este caso, como en los primeros minutos de un match de box, los actores sociales y políticos se estudian, hacen fintas, se mueven, amagan con lanzar un golpe para estudiar la reacción del oponente y así, hasta definir su línea de combate. Por ahora no está claro en cuál escenario se dará el round decisivo de esta coyuntura. Por eso cualquier situación puede presentarse. De todas formas, pareciera que lo más probable, en todo caso lo más sensato, es que todos los escenarios futuros deberían pasar primero por la alcabala de las elecciones legislativas de este año.
Visto desde el lugar de los que defendemos el Proceso Bolivariano,
es tiempo de pensar con cabeza fría, debatir las causas profundas que nos han
traído hasta aquí y definir los pasos a seguir. No es tiempo de propaganda
hueca, vacía, tampoco de polarización electorera. Se trata de explicar
pacientemente a nuestro pueblo las condiciones reales que hoy plantea la lucha y
de hacer las propuestas para que, cambiando el rumbo actual, el gobierno aplique
las políticas y medidas de solución a la crisis que el pueblo perciba como
correctas para defender sus derechos.
El debate
en la oposición: Dos tácticas que confluyenLa crisis en la oposición está asentada en una diferencia de política. Y ese matiz es transversal a los partidos y formaciones que integran ese arco, no corresponde sólo a algunos partidos o grupos. Aunque algunos de estos partidos o dirigentes son la avanzada de cada una de las tácticas.
Mientras que el sector con métodos más contrarrevolucionarios, más radicalmente fascistoide, sostiene la necesidad de una “salida” abrupta del gobierno, y la viene impulsando, acompañado por el gobierno norteamericano y la ultra derecha continental, otros actores, todavía aparentemente mayoritarios entre los dirigentes opositores al chavismo, diseñan un rumbo más gradualista, de acumulación de fuerzas y por ahora electoral. Estas dos tácticas en realidad expresan dos caras de la misma moneda.
Pero creer que esas diferencias tácticas son insalvables, o que
alguno de esos sectores es “pacífico o democrático”, es ilusorio. Ellos, más
allá de sus diferencias, tienen un acuerdo estratégico: los dos quieren liquidar
la Revolución, el Proceso Bolivariano. Ambos buscan borrar de la faz de la
tierra hasta el recuerdo del Legado de Chávez. Es decir: las conquistas
sociales, políticas, culturales y económicas del Proceso. Y sobre todo pretenden
borrar la idea de Justicia Social que se logró instalar en el alma de nuestro
pueblo. Para esto cuentan además del apoyo internacional con la colaboración de
la derecha interna anidada en el gobierno.
Un nuevo
llamado a la rectificación al presidente MaduroDesde Marea Socialista hemos presentado reiteradamente propuestas para la emergencia. Estas propuestas son alternativas a las medidas que viene implementando el gobierno del presidente Maduro. Son muchos los que sostienen propuestas similares a las nuestras, como el Profesor Luis Brito García, (Miembro del Consejo de Estado) entre ellos.
Pero no han sido escuchadas. Las medidas del gobierno siguen por otro rumbo: Las leyes habilitantes de fin del año 2014, con la apertura de las zonas económicas especiales y la nueva ley de inversiones extranjeras. La apertura del SIMADI, un nuevo mercado cambiario de características especulativas similar al “dólar permuta” que llevó a la crisis bancaria del 2009, y que ha provocado una fuerte devaluación. La reducción de importaciones para cumplir los pagos de una deuda externa sospechada de ilegítima. Noticias periodísticas como la aparecida el sábado 21 de febrero, donde altas fuentes del gobierno dicen que se prepara la devolución de empresas nacionalizadas, el ajuste de precios permanente en los productos básicos como pollo, carne, azúcar, harina, arroz, transporte público, el desabastecimiento, el próximo aumento del precio de la gasolina, y un salario deteriorado en extremo, todo ello complica, todavía más, la situación del pueblo que vive de su trabajo.Estas medidas que está aplicando o aplicará el gobierno y las consecuencias que provocan, son las que, desde nuestro punto de vista, atacan en primer lugar las conquistas del Proceso y están provocando un malestar creciente en nuestro pueblo.
De continuar este rumbo, se profundizará y se hará irreversible la pérdida de una parte sustancial de la base social que viene sosteniendo al gobierno y al Proceso Bolivariano. Ese es hoy el principal peligro que enfrentamos. Por eso nuestro nuevo llamado al presidente Maduro a rectificar el rumbo, para recuperar las palancas de soberanía, real participación popular y justicia social que son pilares del Legado de Chávez.
No caer en la tentación autoritaria que provoca la crisis
La combinación de crisis económica, aplicación de contrarreformas contra algunas de las conquistas del Proceso, y la inestabilidad política nos está poniendo a las puertas de una crisis de gobernabilidad. Esta situación presiona a algunos de los dirigentes del gobierno y del partido a una tentación suicida, una solución autoritaria.
Ya hay síntomas peligrosos, aunque todavía aislados, de lo que eso significaría, algunos de ellos son: la intervención antidemocrática en procesos electorales autónomos de trabajadores, como el caso SIDOR. El desconocimiento y violación de puntos fundamentales de la Ley Orgánica del Trabajo, en el caso específico de la inamovilidad laboral, los fueros sindicales y muchos otros puntos. La persecución, retaliación política y detenciones arbitrarias en ámbitos locales o regionales y laborales. La violación de derechos civiles por parte de autoridades políticas, por ejemplo la represión brutal contra los campesinos de la Cañada Avileña. Estos casos son algunos de muchos que suceden cotidianamente y donde se violan derechos elementales de nuestro pueblo. Estos hechos aislados que creemos no cuentan con el respaldo del gobierno deben ser frenados.
Es necesario vencer la tentación autoritaria que provoca toda
crisis. La razón de ser del Proceso es la participación democrática del pueblo
en la conducción de su propio destino. Si presionados por la situación se busca
cortar los canales de expresión al pueblo que vive de su trabajo o acotar las
garantías constitucionales, se estaría cometiendo un error grave. Se debilitará
la posibilidad de defender al proceso de nuevos intentos golpistas.
Para
enfrentar la agresión, moralizar al pueblo que vive de su trabajoLa agresión se está desarrollando. Las declaraciones, cada día más injerencistas del gobierno de Estados Unidos, el acompañamiento que de esas declaraciones hacen los sectores más de derecha de América Latina, como Álvaro Uribe, lo mismo que la derecha española. A esto se suman errores propios que preparan la justificación de una escalada de esa injerencia.
Se ha vuelto imprescindible abrir un profundo debate con las bases
del proceso.
Con el pueblo que vive de su trabajo.
Un debate donde el gobierno escuche a su
base social y no sólo le hable.
Si se abre ese debate, si se logra que del mismo surjan medidas a
favor del pueblo trabajador, si se avanza hacia lograr que la crisis actual la
paguen los que la provocaron los empresarios, las cúpulas políticas y la
burocracia corrupta y no el pueblo; entonces empezaremos a recorrer el camino
para moralizar y poner en pie de lucha a un pueblo castigado por el
desabastecimiento, la carestía, el maltrato y la confusión.
Sólo así podremos defender con posibilidades de éxito el Proceso
Bolivariano y sus conquistas y enfrentar los intentos desestabilizadores de la
derecha internacional y local, la de adentro y la de afuera. De lo contrario
estaríamos recorriendo la breve distancia que nos separa de una crisis de
gobernabilidad de consecuencias impredecibles.
“Estamos
convencidos que podemos aplicar auditorias a todo lo que consideremos debe
aplicarse. Que nuestro dinero birlado y depositado en cuentas privadas en bancos
extranjeros puede repatriarse. Que los corruptos pueden ser expulsados de la
revolución y paguen sus delitos. Que el candidato que quiera nuestro voto debe
cumplir con un perfil. Que el golpe de timón lo podemos dar entre todos. Que
podemos hacer que la crisis la paguen los responsables y no quienes no lo
somos”.
Proceso
Constituyente de Marea Socialista: cuestión de estilos
24 de abril de 2015
24 de abril de 2015
Por Gustavo Martínez Rubio (Aporrea)
"En uno de los films de la estupenda Tetralogía del Poder
de Alexander Sokurov, Stalin visita a un Lenin ya casi agonizante en su dacha, y
le entrega un bastón con el puño exquisitamente labrado, que le envía de regalo
el Comité Central. Compungido (cínicamente, hay que entender: al ascendente
Stalin no se le puede escapar la simbología de regalarle un bastón al declinante
Lenin), le informa que se había pensado inscribir en él una dedicatoria: al más
grande hombre de la URSS, padre del socialismo, héroe titánico de la revolución,
cosas por el (deplorable) estilo. El problema es que una decisión tan importante
(¿?) requiere el voto unánime de todos los miembros del Comité y ha habido un
voto en contra. Lenin lo interrumpe sin vacilar: "Ya me imagino: Trotsky". La
tragedia que ya ha empezado a atravesar a la Revolución Rusa está plenamente
condensada en este episodio –sea verídico o imaginario–: poco tiempo después
Lenin estará muerto, Trotsky será un paria, Stalin transformará el gobierno de
los soviets en su personal dictadura burocrática y sanguinaria. La anécdota
también pinta de cuerpo entero una posición política e intelectual de Lev
Davidovitch Bronstein (a) Trotsky: los liderazgos son respetables y necesarios,
pero la causa revolucionaria, llevada adelante por las masas en su conjunto, no
puede ni debe reducirse al culto de la personalidad, así la "personalidad" sea
el mismísimo Lenin. Cuando eso termina triunfando, se puede decir que ya está
casi todo perdido. Las personas sin duda existen: no hay dos hombres que sean
iguales, los "estilos" (políticos, literarios, lo que fuere) de los líderes
pueden hacer mucha diferencia en la historia. Pero la diferencia es en la
historia: los individuos y las masas la hacen, en condiciones que no pueden
elegir –para hacer una cita canónica–. Tampoco pudo elegirlas Trotsky. Pero sí
eligió no traicionar la parte de la historia de la que había sido un
protagonista central. Y no traicionarse a sí mismo, ni siquiera –y quizá sobre
todo– en el estilo."
Fragmento del artículo "Trotsky, un hombre de estilo" autoria de
Eduardo Grüner.
¿Se sabe exactamente como se las ingenió Hugo Chávez para contener
a organizaciones e individualidades de distintas tendencias, formaciones y
tradiciones, más allá de guiñarle el ojo a todos? ¿Lo tuvo tan claro desde un
principio o con el recorrido fue alcanzando la precisión con la cual en
determinados momentos lograba que todo el mundo estuviera en sintonía en función
de su liderazgo? Por ahí, un compañero recientemente ha dicho que Marea
Socialista viene aplicando el "método" Chávez.
Pareciese ser un poco más claro que desde inicio se percibió que
Chávez traía consigo algo distinto, que iba desde sentir que hablaba como
nosotros, pasando por ser alguien que asumía responsabilidades, hasta pensar que
las tenia bien puestas, como muchos próceres que hicieron sus grandes aportes en
500 años de historia (entendiendo que Chávez se da a conocer en 1992). Más
contenido, agarró todo lo anterior, cuando siendo poder constituido, se desdobló
al poder constituyente por allá en 1999.
Esa fue una de las grandes gestas de Chávez: poner a decidir al Poder
Originario.
Esa conjunción Pueblo-Chávez, fue agarrando forma, dinámica y carácter de contenido emocional, pasional, religioso, y obvio que no faltó lo teórico. Pero siempre en el marco de la diversidad. Como no recordar cuando proponía leer a Guevara, Mao Tse Tung, Gramsci, Rosa Luxemburgo, Lenin o Trotsky. Por cierto que nunca se le escucho reivindicar ni hacer bromas con Stalin.
Chávez era hijo del proceso revolucionario. Proceso que hoy día se
encuentra en riesgo de perderse. Causas económicas, sociales y políticas como
las que viene padeciendo el pueblo venezolano, golpean fundamentalmente a la
base social que sostiene a la revolución, que se encuentra desmoralizada y muy
desorientada ante todo lo que está pasando. ¿Por falta de consciencia? ¿Es que
no entiende? Creemos que una de las grandes razones a la cual se debe el estado
colectivo en que se encuentra nuestra base, amen de las condiciones objetivas,
es la falta de espacios acompañados de verdaderos debates políticos.
Cuando hablamos de diversidad, hablamos de democracia. Esa que
aparece contemplada en la constitución del ya mencionado año 1999. Democracia
que dice ser participativa y protagónica. Es un proyecto o pacto social que
emergió de debates y aportes colectivos. Valor que es desdeñado y violentado
cuando se suspenden elecciones (del nivel que sea) de manera repentina y que
infieren vicios, cuando se condena o se expulsa a miembros de cualquier
organización política como medidas de retaliación, cuando se les niega el
espacio a los trabajadores en las empresas que administra el gobierno para que
hagan sus propias actividades o como más reciente el sonado caso de la
eliminación de el voto directo para elegir a los diputados al Parlamento
Latinoamericano. Solo por citar esos de muchos ejemplos que lamentablemente
podríamos traer a colación.
Empalmar con la gente se hace exageradamente necesario
en medio de todo el descontento y confusión reinantes. Convocar un proceso
constituyente 26 años después del 27 de febrero de 1989, es una forma de
reencuentro, de sabernos, de ponernos al día con un gran déficit que tenemos el
pueblo bolivariano. Que debemos saldarlo con un amplio debate, con balances, con todo
lo amplio y diverso que es nuestro proceso. Es parte del nuevo fenómeno, que
refiere exigencias, que demanda crítica, que no se la cala, que no tiene claro
lo que se asoma en lontananza pero esta presto, muy presto.
Eso lo hemos
comprendido desde Marea Socialista. Por eso nuestra construcción ahora va
vinculada a un proceso que apuesta por recoger la mayor amplitud, retomar la
memoria histórica, sistematizar el esfuerzo de miles y miles de militantes
revolucionarios que han dado y siguen dando todo lo que esta a su alcance con la
convicción de que un mundo mejor es posible.
¿Podemos construir algo distinto con corruptos? ¿Podemos enrumbar a
la revolución bolivariana con sectarios, dogmáticos y reformistas? ¿Podemos
fortalecer la unidad bajando líneas? ¿Se es más chavista siendo un obediente
ciego, estigmatizando compañeros sólo por pensar distinto o repitiendo que este
no es el momento? ¿Se solucionarán los problemas sólo aludiendo a los mismos con
retóricas vacías y escuetas? Creemos que la respuesta a todo lo anterior es NO.
Por el contrario estamos convencidos que
podemos aplicar auditorias a todo lo que consideremos debe aplicarse. Que
nuestro dinero birlado y depositado en cuentas privadas en bancos extranjeros
puede repatriarse. Que los corruptos pueden ser expulsados de la revolución y
paguen sus delitos. Que el candidato que quiera nuestro voto debe cumplir con un
perfil. Que el golpe de timón lo podemos dar entre todos. Que podemos hacer que
la crisis la paguen los responsables y no quienes no lo somos.
De eso y mucho más se trata el proceso constituyente de Marea
Socialista. Es consolidar orgánica, inaugurar Las Casas de las Mareas,
encontrarnos para acordar, luchar por nuestros derechos y defender nuestras
conquistas. Es una gran oportunidad de enaltecer una de las
claves de nuestro proceso, de encontrarnos con nuestro pueblo y con el ángulo
anticapitalista, antiimperialista y profundamente humanista de Chávez. Lo dicho
pues, el proceso constituyente de Marea Socialista, también es una cuestión de
estilo.
http://www.aporrea.org/actualidad/a206605.html
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=198011
Habrá
que descubrir la situación compartida de Argentina con Venezuela para ir
creando "un acuerdo democrático radical".
Leer
Es
diferenciar el kirchnerismo del Proceso Bolivariano con el fin de aclarar
que el debate debe abrirse entre los diversos de abajo en resistencia al
avasallamiento de derechos y orientar ese debate hacia los objetivos que
formula Marea Socialista:
"Se ha vuelto imprescindible abrir un profundo debate con las bases del proceso. Con el pueblo que vive de su trabajo. Un debate donde el gobierno escuche a su base social y no sólo le hable.Si se abre ese debate, si se logra que del mismo surjan medidas a favor del pueblo trabajador, si se avanza hacia lograr que la crisis actual la paguen los que la provocaron los empresarios, las cúpulas políticas y la burocracia corrupta y no el pueblo; entonces empezaremos a recorrer el camino para moralizar y poner en pie de lucha a un pueblo castigado por el desabastecimiento, la carestía, el maltrato y la confusión".
Recesión industrial y retorno al endeudamiento
público
27 de abril de 2015
27 de abril de 2015
Por Julio
C. Gambina
(Rebelión)
Estos días se presentan “celebratorios” en el discurso
gubernamental respecto de cuestiones económicas, tales como la vuelta a los
mercados externos de préstamos de la Argentina, tanto como a la suscripción de
variados acuerdos de inversión suscriptos en la reciente visita presidencial a
Moscú.
Otra vez con más deuda
Respecto de la deuda, el Ministerio de Economía
demandó financiamiento vía el BONAR 2024, o sea con vencimientos a 10 años, por
500 millones de dólares. Se informó que se receptaron ofertas por casi 2.000
millones de la moneda estadounidense, y que finalmente se aceptó la colocación
de títulos de la deuda pública por 1.410 millones de dólares.
Una parte importante de más de 1.200 millones
de dólares engrosaron inmediatamente las reservas internacionales que al viernes
24 de abril contabilizan 32.600 millones de dólares. La recuperación del piso de
los 27.300 millones de dólares en octubre del 2014 está motivada en las
operaciones de crédito externo que se habilitaron luego de los pagos a Repsol,
el arreglo con el Club de París y a las sentencias del CIADI.
Así se confirma que la Argentina paga para
volver a tomar deuda, y que toma deuda para seguir pagándola. Aunque se diga que
los dólares ingresan para obras, la verdad es que esos dólares engrosan las
reservas y se usan pesos emitidos localmente para financiar esas obras. Las
reservas luego son utilizadas para cancelar deuda con dólares u otras divisas.
Desde la oposición vinculada a las clases
dominantes se destacaba que el país debía pagar a los fondos buitres para volver
al mercado de crédito, y algunos sostenían que el intento de emitir deuda podía
ser obstaculizado desde EEUU, y de hecho, los fondos buitres lo intentaron. El
gobierno operó en la postergación de un acuerdo y pago de la sentencia Griesa y
por ello valoró la operación financiera de colocar Bonos con vencimiento en el
2014.
Así se pronunciaron varios funcionarios,
especialmente desde el Ministerio de Economía, donde se valoró la capacidad de
reinserción en el sistema financiero con una colocación de títulos de
legislación local, sorteando la restricción pretendida por los fondos buitres y
la justicia de Nueva York. Al respecto, Emmanuel Álvarez Agis, Secretario de
Política Económica y Planificación del Desarrollo de la Nación, reivindicó la
buena recepción de los títulos de la deuda pública señalando que “nosotros
pagamos en estos años más de 200 mil millones dólares y la mayor parte del
mercado financiero sabe que pagamos. De hecho, el año pasado, los bonos
argentinos fueron de las mejores inversiones a la que un ahorrista podría
aspirar”. La información puede encontrarse en: http://www.mecon.gob.ar/alvarez-agis-esta-colocacion-de-dueda-es-una-respuesta-contundente-a-los-fondos-buitre/
Un detalle no menor es que la tasa de interés de este endeudamiento es del 8,95%, menor a ofertas anteriores que realizó el país, sí, pero el doble de la tasa que pagan varios países en la región, y muy alejada de las bajas tasas del mundo del capitalismo desarrollado, con una tasa de interés que tiende a cero. Se trata de una renta muy apreciada por los inversores especulativos en las condiciones financieras actuales. Agreguemos que parte del éxito se debe a compras de títulos realizadas desde el Fondo de Garantía de Sustentabilidad que administra la ANSES con recursos de los trabajadores y la seguridad social.
Expectativas por inversiones externas
Los acuerdos integrales con Rusia son diversos
y están en el rumbo de los acordados oportunamente con China e incluso se
proyectan más allá de la economía, a la cultura y la defensa. En cuestiones
económicas se trata de probables inversiones en el área energética,
especialmente en hidrocarburos no convencionales y electricidad. Pero también en
mejoras del intercambio comercial, deficitario para la Argentina desde el 2011 y
en la provisión de material militar. Son avanzados los acuerdos en la
cooperación nuclear, un rubro que Argentina desarmó en los noventa ante la
presión de EEUU, donde el acercamiento con Rusia y China genera tensión.
Todavía es incierto el desembarco de capitales
rusos y queda por ver la letra chica de los contratos; los que, sí remiten al
estilo del acuerdo YPF con Chevron, se reitera la prórroga de jurisdicción a
propósito de los contratos por ingresos de capital de riesgo o préstamos.
Además, son inversiones que
insisten en potenciar el
modelo productivo en curso, asentado en la dinámica inversora del capital
externo, no sólo por límites del capital local, sino y especialmente por la
imposibilidad de disposición de recursos públicos afectados al pago de la deuda.
No se trata sólo de incomodar a EEUU, incluso a los inversores del capitalismo desarrollado, sino de discutir el sentido de la inversión productiva en la Argentina. Es interesante pensar en la diversificación relativa a la inserción internacional, pero previo se requiere discutir el modelo productivo y de desarrollo.Es por tanto materia de análisis la celebración oficial, lo que supuso cierta euforia en el mercado de capitales, con evidentes alzas de acciones y títulos en la Bolsa ante esos anuncios, sea por ingresos de divisas vía préstamos o inversiones.Queda claro que los inversores en el mercado local ven con satisfacción la reinserción del país en el mercado de deuda, que parecía cerrado desde la cesación de pagos del 2001, y más aún la perspectiva de ingreso de inversiones externas.
Recesión industrial
La euforia resulta contrastante con la
información del Indec que puede recogerse del informe de prensa fechado el
viernes 24 de abril. La información del INDEC puede leerse en: http://www.indec.mecon.ar/uploads/informesdeprensa/emi_04_15.pdf
Se señala que “De acuerdo con datos del
Estimador Mensual Industrial (EMI), la actividad industrial de marzo de 2015
muestra disminuciones del 1,6% en la medición con estacionalidad y del 1,9% en
términos desestacionalizados con respecto a marzo de 2014.”
El informe del Indec continua destacando que
“La actividad industrial del primer trimestre de 2015 con respecto al primer
trimestre del año anterior presenta bajas del 2% tanto en la medición con
estacionalidad como en términos desestacionalizados.”
Agrega en el informe mencionado que “El
indicador de tendencia-ciclo observa en marzo de 2015 una merma del 0,2% con
respecto a febrero pasado.”
Con estos datos se confirma el problema de la
caída industrial en Argentina, que lleva 20 meses de recesión productiva en el
sector industrial, donde sobresale la caída del sector automotor,
mayoritariamente orientado a las exportaciones, especialmente de Brasil, con
serias dificultades para que el país vecino pueda estabilizar su economía y por
ende las compras a la Argentina. Es importante también la caída del sector
textil, y se morigera el promedio de la caída general por el alza de la
producción de petróleo, que no alcanza para cerrar la crisis energética y que
motiva una factura anual superior a los 7.000 millones de dólares.
Esa mejora en petróleo explica el éxito del
endeudamiento de YPF, quien esta semana salió a buscar 500 millones de dólares y
obtuvo ofertas por 1.500 millones de dólares, cerrando la búsqueda de crédito
externo para el 2015.
La situación productiva en la industria se
compensa con alzas de la producción agraria con 59 millones de toneladas de
soja, 30 millones de toneladas de maíz, 13 millones de trigo y totalizando más
de 114 millones de toneladas en la cosecha récord. La producción es expansiva en
el sector primario y recesivo en el sector de la industria. Esa es la razón por
la cual se informa del crecimiento de la actividad económica en general, donde
los beneficios no se reparten equitativamente.
Síntesis
En síntesis, los “mercados” contentos, el
MERVAL subió con nueva deuda estatal por 1.500 millones de dólares del Estado
Nacional y otro tanto de YPF, y a la espera de nuevas inversiones externas
rusas. La nueva deuda estatal y los inversores hacen subir las cotizaciones y
las ganancias en la Bolsa. ¿Qué pasa con el empleo, los salarios y otros
ingresos populares? De eso se habla menos en el marco de un fuerte
condicionamiento de las patronales y el Estado ante la demanda de las
organizaciones sindicales.
Queda clara la iniciativa política de las clases dominantes, en la cuestión de la deuda y la dependencia de las inversiones externas. Se necesita más visibilidad a la iniciativa política popular, caso de la lucha por la investigación de la deuda y mientras la suspensión de los pagos, como se sostiene en la Audiencia Pública del próximo martes 28 en el Parlamento. En la ocasión, se recordará a Alejandro Olmos a 15 años de su muerte, un 24 de abril del 2.000.
No sólo se trata de esa u otras actividades,
sino de la densidad social y política que se requiere para instalar una
propuesta alternativa al orden vigente. Algunos sostienen que el debate es sólo
en el marco de lo posible y por ende sólo se puede abonar el camino de lucha
dentro del capitalismo, en una búsqueda neo-keynesiana o pos-keynesiana contra
el neoliberalismo ortodoxo.
Otros pensamos que se puede ir más
allá y organizar en nuestra cotidianeidad una propuesta anticapitalista,
antiimperialista, anticolonial, por la liberación y el socialismo.
Aunque desde el posibilismo nos llamen
utópicos, con Galeano repetimos que la Utopia nos ayuda a caminar en la
construcción de una cotidianeidad para la transformación y la emancipación.
Es
no desfallecer ante la evidente subsunción de las grandes mayorías en la
euforia y celebración de los de arriba que se ratifica en las elecciones. Ni
desalentarse porque las izquierdas vean a las últimas como la disputa
central y ni se atrevan a establecer "un acuerdo democrático radical"
Leer Tampoco
se plantean
"que se
puede ir más allá y organizar en nuestra cotidianeidad una propuesta
anticapitalista, antiimperialista, anticolonial, por la liberación y el
socialismo".
Sin embargo, hay potencia abajo
para ir desestabilizando
"el fuerte condicionamiento de las patronales y el
Estado ante la demanda de las organizaciones sindicales"
y la alianza de los grandes capitales locales e imperialistas con el Estado
en sus distintos niveles y divisiones. Sólo hace falta escuchar e indagar en
el ya basta de los de abajo. Pero, a la vez, insistiendo en desarraigar la
conciliación de clases que naturaliza el ajuste
Leer
e induce a creer diferentes a los candidatos del sistema.
Es
poner
fin a la extorsión presidencial a consumir para tener patria (producción y
trabajo). Es distanciarse de que la vida abajo valga como consumidor y elector.
Es repudiar la conversión en adicto al juego de
azar y al consumo.
Al mismo tiempo de estas
rupturas abajo con la adaptación al sistema, es observable que la dirigencia e intelectualidad de izquierda no
intenta la discusión sobre la
irracionalidad del proauto, procrear...ni desenmascara a quiénes son los grandes
beneficiados. Por tanto, el
Frente cultural político debe ir construyendo
abajo y a la izquierda esa visión multifacética e integral de todo el
país-mundo que el capitalismo destruye y fragmenta hasta con su esquema
electoral.
Necesita involucrar a los
de abajo en investigar o asociar ante una situación concreta como la
muerte de dos niños completamente encerrados en el subsuelo de un taller
clandestino para ir al trasfondo de la sociedad de consumo.
Los niños de la esclavitud
29 de abril de 2015
Fuego, humo,
asfixia. Esta vez fueron dos niños de 7 y 10 años los devorados por las llamas
en el sótano de la casona de Páez 2796, casi Condarco, en Flores. Enrejada y con
puertas tapiadas. Dormían aún, a media mañana, cuando se desató un incendio en
el taller textil en el que vivían con sus padres: Amparo Menchaca y Julián
Rojas, que siguen internados en el Hospital Alvarez con quemaduras. La utopía
con la que llegaron desde Bolivia se extinguió velozmente. Como nueve años atrás
ocurrió también para Juana Vilca Quispe, de 25 años, embarazada; Elías Carbajal
Quispe, de 10; Rodrigo Quispe Carbajal, de 4; Harry Rodríguez Palma, de 3;
Wilfredo Quispe Mendoza, de 15, y Luis Quispe, de 4 años, en la fábrica textil
de Luis Viale al 1269.
Por
Claudia
Rafael para APe
Son unas 25
cuadras las que hay entre uno y otro taller. Pero la densidad y la brutalidad
del fuego fue exactamente la misma. La crueldad con que oprime, desde sus duros
zarpazos el sistema que tributa al capital, trasciende los tiempos. Puede
modificarse en sus números, en las particularidades de sus efectos, pero padece
de la misma y oprobiosa intensidad.
El taller
del barrio porteño de Caballito estaba habilitado desde 2001 para cinco personas
y como lugar de trabajo. Aunque vivían unas 65 y trabajaban allí 25. “Esa tarde
había pocos chicos, porque la mayoría estaba en el colegio. Pudo haber sido una
desgracia mayor. Los padres de Harry estaban en la planta baja con Kevin, el
otro hijo del matrimonio. No pudieron subir por la escalera y tampoco pudieron
entrar por las ventanas del primer piso porque estaban enrejadas”, decía un
sobreviviente nueve años atrás.
Aquel incendio dejó al desnudo que la clandestinidad de la industria textil que
mueve más de 700 millones de dólares al año sólo entre la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires y el Conurbano requiere de reducir a la esclavitud para rendir.
Doce, catorce y dieciséis horas diarias de trabajo, hacinamiento, salarios
ínfimos, enfermedades evitables.
En mayo de 2008, un informe publicado en el diario La Nación, revelaba que “en
febrero último, dos popes de la industria textil, Ignacio de Mendiguren (Cámara
de la Indumentaria) y Víctor Benyacar (Cámara Argentina de Indumentaria de Bebes
y Niños), reconocieron que el 78% de la industria textil está en negro”.
Clarín, en tanto, publicó en octubre de 2011 que “el 78% de la ropa que se
produce en el país se hace con trabajadores fuera del sistema legal. Se lo
reveló José Ignacio de Mendiguren, hoy titular de la UIA, cuando era
vicepresidente de la Cámara Argentina de la Indumentaria, al entonces ministro
de Economía Martín Lousteau, en febrero de 2008. Es decir, entre 150.000 y
200.000 trabajadores. La Defensoría del Pueblo estimó en 12 mil los talleres
clandestinos en todo el país y por lo menos 3.500 en la Capital Federal”.
En la vieja
casona de Páez 2796, del barrio de Flores, la puerta de ingreso estaba tabicada.
La causa penal está caratulada como “incendio seguido de muerte” por el simple
hecho de que no existe en ningún Código una figura que exponga para este tipo de
muertes una calificación profunda, que vaya a la médula de la perversidad, que
defina claramente que se trata de crímenes evitables. Que si murieron dos niños
ahora y varios más hace nueve años es porque
hay un Estado que consiente. Que pacta. Porque “clandestino” significa “oculto,
secreto” y la existencia de este tipo de talleres que prolongan el viejo sistema
de la cama caliente es un secreto a voces: obreros esclavizados descansan
rotativamente en una cama mientras sus compañeros de infortunio trabajan. Se
reemplaza así a la vieja estructura en la que las grandes marcas tenían talleres
propios de producción.
Lily
Whitesell retrata en “Y aquellos que partieron: retratos del éxodo boliviano”
historias como las de Simona Velásquez: “Sus horas de trabajo empezaban a las 8
am y no terminaban hasta la 1 am, siete días a la semana. Al final del día ella
y sus seis hijos dormían en un cuarto ubicado atrás de la fábrica, que
compartían con otros obreros. Los dedos de Simona se deformaron por el
reumatismo y sus hijos empezaron a toser incesantemente por el aire pesado de la
fábrica. Cuando se quejó de ello, su jefe le dijo: “No has venido a enfermarte,
has venido a trabajar,” y la amenazaron con devolverla a Bolivia. Poco después
de que dejó la fábrica, el mayor de sus hijos pasó de su severa tos a la
tuberculosis. Nunca se recuperó. A pesar del tratamiento, murió semanas más
tarde”.
Kosiuko, Cheeky (casualmente de la familia política de Mauricio Macri), Portsaid, Zara, Ayres y Cara y Cruz han sido denunciadas, investigadas, condenadas. Pero no hay cambios sustanciales. Porque en los márgenes se sigue viviendo y muriendo de la manera más cruel. Los talleristas muertos en un incendio, asfixiados o incinerados, son velozmente reemplazados en una nueva sede del taller que no es nunca clandestino porque se sabe cómo, dónde y para quién trabaja. Porque existen procesos financieros y de mercado que tienen más importancia que la vida humana en estos tiempos en que la gran utopía de los poderosos tiene sonido metálico en los bolsillos.Los ritmos propios de las grandes marcas imponen tendencia, definen rumbos, tienen la responsabilidad política y social por la existencia de los talleres, pactan con un Estado connivente y cómplice hecho por ellos, para ellos y a su medida. Y esos dos niños de Páez al 2700 fueron la pieza de recambio como hace nueve años los seis de Luis Viale al 1200. Todos ahogados en émulos de un Cromañón que las mayorías olvidarán con celeridad a la hora de calzarse un nuevo jean o una nueva camisa que tenga la etiqueta perfectamente colocada. Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article9758
Es
apreciar la lucha abajo, en este caso la de la Asamblea de Parque
Avellaneda, que va contra esta violación de derechos humanos del
empresariado en sociedad con gobiernos y estados.
Nace
la Fundación "Alameda" para combatir el trabajo esclavo.
19 de
diciembre de 2007
Por
Agencia Walsh
(AW). La Fundación "Alameda", una ONG que tendrá como
objetivo luchar por el trabajo digno y combatir el trabajo esclavo en todas sus
formas, será presentada esta tarde en una conferencia de prensa.
La integrarán los principales referentes de la lucha contra el trabajo esclavo en la industrial textil que se ha desarrollado en los dos últimos años: Gustavo Vera y Nestor Escudero, principales dirigentes de la Cooperativa la Alameda y la Unión de Trabajadores Costureros; Rodolfo Yanzón de la Fundación Liga Argentina por los Derechos del Hombre y el abogado que patrocina la querella contra las 85 marcas de indumentaria denunciadas; Mario Ganora , quien como jefe del área contra la discriminación y la violencia institucional de la Defensoria del Pueblo, llevó adelante gran parte de la investigación sobre trata, trafico de personas y trabajo esclavo; Alejandro Pereyra, el ex subsecretario de Trabajo que impulsó la investigación y denuncia contra la empresa Kosiuko; Ariel Liutier, quien lo sucedió en la subsecretaria de trabajo e impulso la investigación y denuncia contra las firmas Cheeky, Soho, Puma, Bensimon, Le Coq, Arena, Scombro, entre otras; Luis Palmeiro, el abogado que patrocinó gratuitamente a la mayoría de los costureros que salían de los talleres clandestinos en sus demandas laborales contra los fabricantes y las marcas; Miguel Maiorana, un destacado militante contra el trabajo esclavo de la Subsecretaria de Derechos Humanos de la Nación, entre otros.
La integrarán los principales referentes de la lucha contra el trabajo esclavo en la industrial textil que se ha desarrollado en los dos últimos años: Gustavo Vera y Nestor Escudero, principales dirigentes de la Cooperativa la Alameda y la Unión de Trabajadores Costureros; Rodolfo Yanzón de la Fundación Liga Argentina por los Derechos del Hombre y el abogado que patrocina la querella contra las 85 marcas de indumentaria denunciadas; Mario Ganora , quien como jefe del área contra la discriminación y la violencia institucional de la Defensoria del Pueblo, llevó adelante gran parte de la investigación sobre trata, trafico de personas y trabajo esclavo; Alejandro Pereyra, el ex subsecretario de Trabajo que impulsó la investigación y denuncia contra la empresa Kosiuko; Ariel Liutier, quien lo sucedió en la subsecretaria de trabajo e impulso la investigación y denuncia contra las firmas Cheeky, Soho, Puma, Bensimon, Le Coq, Arena, Scombro, entre otras; Luis Palmeiro, el abogado que patrocinó gratuitamente a la mayoría de los costureros que salían de los talleres clandestinos en sus demandas laborales contra los fabricantes y las marcas; Miguel Maiorana, un destacado militante contra el trabajo esclavo de la Subsecretaria de Derechos Humanos de la Nación, entre otros.
La Fundación nace para
asesorar gremial y jurídicamente a los costureros tanto de los talleres
clandestinos, como de las fábricas registradas; constituirse en querellantes en
todas las causas vinculadas al trabajo esclavo y darle un seguimiento
sistemático; capacitar a los nuevos cuerpos de delegados y a los abogados e
intelectuales que se suman a la lucha; sistematizar teóricamente las
conclusiones de las luchas en curso, dotando de herramientas a quienes quieran
sumarse a la misma y alertar a la sociedad sobre lo que se oculta detrás de la
cortina del glamour y el mundo fashion. Establecer alianzas con otros
movimientos que luchan contra el trabajo esclavo, la trata y el tráfico de
personas en la Argentina y en otros lugares del planeta, tales son los objetivos
por los cuales nace la Fundación Alameda.
Una selección de hombres y nombres que no nació en la mesa de un escritorio, sino en el devenir del combate contra el trabajo esclavo en los últimos dos años y que con su nombre hace honor a la asamblea barrial y a la cooperativa que desde la más extrema precariedad de recursos conmovió a la Princesa de Holanda, escandalizó al mundo de la moda, hace desfilar por tribunales a dueños de las marcas y dio voz y esperanzas a quienes hasta no hace muy poco vivían encerrados en talleres clandestinos. Los esperamos.
El siguiente es el listado de marcas denunciadas judicialmente por la Alameda acompañada en varios casos por la Defensoría del Pueblo y la Subsecretaría de Trabajo.
Una selección de hombres y nombres que no nació en la mesa de un escritorio, sino en el devenir del combate contra el trabajo esclavo en los últimos dos años y que con su nombre hace honor a la asamblea barrial y a la cooperativa que desde la más extrema precariedad de recursos conmovió a la Princesa de Holanda, escandalizó al mundo de la moda, hace desfilar por tribunales a dueños de las marcas y dio voz y esperanzas a quienes hasta no hace muy poco vivían encerrados en talleres clandestinos. Los esperamos.
El siguiente es el listado de marcas denunciadas judicialmente por la Alameda acompañada en varios casos por la Defensoría del Pueblo y la Subsecretaría de Trabajo.
Kosiuko- 2. Montagne- 3. Lacar- 4. Rusty- 5.Graciela Naum- 6. PortSaid- 7.
Coco Rayado- 8. Awada- 9. Akiabara- 10. Normandie- 11. Claudia Larreta- 12.
Mimo- 13. Adidas- 14. Puma- 15. Topper- 16. Cueros Crayon- 17. Gabucci- 18. MUUA-
19. Kill -20. Martina Di Trento- 21. Yagmour- 22.
Ona Saez- 23. Duffour- 24. Chocolate- 25. Marcela Koury- 26. Rash Surf - 27. 47
Street- 28. Cheeky- 29.
45 Minutos- 30. Cueros Chiarini.31 - Brugston - 32 DM 3 - 33. Chorus Line - 34.
Casa Andy - 35. Capitu - 36.
Vago's - 37. Seis by Seis - 38. Pamplinas - 39. By me - 40. Batalgia - 41.
Lidase - 42. By Simons - 43. Bensimon - 44. Tavernitti - 45.
Escasso - 46. Belen - 47. Batalgia - 48. Rush Serf - 49. Yakko - MC Básica - 50.
Yessi - 51. Zanova - 52. Zaf - 53. ND - 54. Denitro - 55. Perdomo - 56. Manía -
57. Viñuela- 58. Ciclo - 59. Leed's - 60. Mela - 61. Fiers - 62.
Maibe - 63. Jomagui -64. Cossas - 65. Eagle - 66. Aleluya - 67. Dany - 68.
Casazu - 69. Zizi - 70. Bill Bell .
72. Eagle; 73. Cleo - 74. Keoma - 75. Tobaba - 76. DOS - 77. Criguer.- 78.
Bombes.- 79. Fila.- 80. Le Coq Sportif.- 81. Arena.-82. Scombro.-83. Pampero.-
84. Areks.-85 Top Design
Informes: 1561584835/41155071/4671-4690
Agencia de Comunicación Rodolfo Walsh
Es destapar
la dinámica del círculo
virtuoso de consumo-producción que CFK fomenta
dentro de un país cada vez más empobrecido o primarizado. De modo concreto
surge la falsedad de tener presente y futuro dignos en el capitalismo para
la inmensa mayoría de la población . Aún más la profundización en el
análisis de dicha realidad ayuda a volver evidente el funcionamiento
de la "República Unida de la Soja" (Argentina, Bolivia, Paraguay, Brasil y
Uruguay).
Leer
La
Salada y la industria textil
La trama de un negocio que oculta fraude, abusos y extorsión.
16 de octubre de 2011
La trama de un negocio que oculta fraude, abusos y extorsión.
16 de octubre de 2011
Mercado
informal
Por Marcelo Larraguy
En noviembre de 2008, Mauricio Jiménez escuchó en una radio de Bolivia un aviso que anunciaba que en Buenos Aires necesitaban trabajadores para talleres de costura. Se contactó, le pagaban el pasaje, Jiménez llegó a Liniers. Lo recibieron en la estación de micros. Una combi lo llevó a un taller del conurbano bonaerense, que producía ropa para ferias como La Salada. Le prometieron 450 pesos por mes. Empezó a trabajar de 7 a 22, de lunes a viernes, 5 horas los sábados y la promesa de salir el domingo cuando saldara el pasaje.
En la pausa laboral tenía un plato de comidas para alimentarse en el cuarto que compartía con otros inmigrantes. Las ventanas tenían rejas y las puertas de calle estaban cerradas con llave. Nadie podía salir por su propia voluntad. Los domingos, cuando Jiménez empezó a salir, le retenían su cédula boliviana. En cuatro meses de trabajo, le debían 1.500 pesos, pero con el descuento de vales por comida sólo llegó a cobrar cien pesos.
Es la misma historia de Beti Quispe, que trabajó un mes para pagar el pasaje desde Bolivia, o la de Victor Alanoca, interceptado apenas llegó a Liniers, y enviado al taller, bajo la promesa de brindarle vivienda, comida y trabajo. O la de Jhonny Carlos Mamani que llegó con su esposa, y confeccionaba 70 prendas por día en un taller de Villa Madero del que no podía escapar hasta no poder “pagar sus deudas”.
Muchos inmigrantes quedan atrapados, sin documentos ni dinero en los talleres, y en algunos casos, las jóvenes son sometidas a las peores degradaciones por los talleristas que las contratan.
Los expedientes judiciales están repletos de historias como éstas, historias que permanecen asfixiadas en el subsuelo de la Argentina, donde el único relato que se escucha es el de la marginación y el abuso; historias que están sucediendo en talleres de Flores, Villa Madero, San Martín y en los cascos urbanos de las provincias en los que se fabrica ropa, y donde al Estado le da pereza golpear la puerta para intervenir.
De los expedientes se desprende una metodología recurrente: transporte de las víctimas desde Bolivia, el engaño, la coerción al trabajo, la amenaza, muchas veces violencia, la reducción a la servidumbre y la trata de personas, siempre con el mismo escenario: el taller de confección.
Según el convenio laboral, un costurero debe ganar, en promedio, alrededor de
3.000 pesos por ocho horas. En los talleres clandestinos es difícil que logren
obtener la mitad de ese dinero por el doble de la carga horaria.
El 78% de la ropa que se produce en el país se hace con trabajadores fuera del sistema legal. Se lo reveló José Ignacio de Mendiguren, hoy titular de la UIA, cuando era vicepresidente de la Cámara Argentina de la Indumentaria, al entonces ministro de Economía Martín Lousteau, en febrero de 2008. Es decir, entre 150.000 y 200.000 trabajadores. La Defensoría del Pueblo estimó en 12 mil los talleres clandestinos en todo el país y por lo menos 3.500 en la Capital Federal. La Salada es apenas la punta de ese iceberg.
Ya terminó la época en que las marcas de ropa tenían sus propios talleres en los que ejercían todo el proceso productivo, hasta llevarla a los locales de venta. Pero todavía cuentan con talleres de corte. En esta instancia, en términos laborales e impositivos, las cuentas suelen estar más o menos en orden. Pero cuando los cortes de la prenda se derivan hacia otros talleres para su confección, la producción ingresa en territorio sórdido y comienza a desentenderse del circuito legal.
Funciona así: la marca encarga los paquetes de sus telas cortadas a una empresa intermediaria y esta, a su vez, se la entrega al tallerista para que la confeccione en las máquinas de coser con su personal informal, hasta que los paquetes vuelven otra vez al depósito de la marca.
También puede suceder que algunas marcas envíen en forma directa sus cortes a los talleres clandestinos. O que marca, taller y local de venta sea del mismo propietario. En este proceso, la marca puede obtener ganancias entre el 30 y el 50% del precio de venta de la prenda (Infografía de pág. 32)
El 78% de la ropa que se produce en el país se hace con trabajadores fuera del sistema legal. Se lo reveló José Ignacio de Mendiguren, hoy titular de la UIA, cuando era vicepresidente de la Cámara Argentina de la Indumentaria, al entonces ministro de Economía Martín Lousteau, en febrero de 2008. Es decir, entre 150.000 y 200.000 trabajadores. La Defensoría del Pueblo estimó en 12 mil los talleres clandestinos en todo el país y por lo menos 3.500 en la Capital Federal. La Salada es apenas la punta de ese iceberg.
Ya terminó la época en que las marcas de ropa tenían sus propios talleres en los que ejercían todo el proceso productivo, hasta llevarla a los locales de venta. Pero todavía cuentan con talleres de corte. En esta instancia, en términos laborales e impositivos, las cuentas suelen estar más o menos en orden. Pero cuando los cortes de la prenda se derivan hacia otros talleres para su confección, la producción ingresa en territorio sórdido y comienza a desentenderse del circuito legal.
Funciona así: la marca encarga los paquetes de sus telas cortadas a una empresa intermediaria y esta, a su vez, se la entrega al tallerista para que la confeccione en las máquinas de coser con su personal informal, hasta que los paquetes vuelven otra vez al depósito de la marca.
También puede suceder que algunas marcas envíen en forma directa sus cortes a los talleres clandestinos. O que marca, taller y local de venta sea del mismo propietario. En este proceso, la marca puede obtener ganancias entre el 30 y el 50% del precio de venta de la prenda (Infografía de pág. 32)
Pero la clandestinización de la producción también supone riesgos. Como los
talleristas cuentan con la tela y el molde para confeccionar la prenda, el
“secreto industrial” queda liberado. Les resulta muy sencillo vender sobrantes
de la producción en ferias como La Salada. Muchos talleristas reconstruyen la
moldería, la confeccionan y venden la ropa de marca como propia.
Si hay un bajo nivel de fidelización del taller clandestino con la marca puede suceder que un vehículo utilitario se lleve la mercadería confeccionada para el depósito de la empresa y luego al shopping. Y que desde el mismo taller, de la misma producción, quizá con una confección algo menos delicada, otro utilitario la lleve a La Salada y la venda el propio tallerista. Esta “fuga de la producción” es un riesgo calculado de las marcas. A menudo optan por pagarle la confección con parte de la producción.
Si hay un bajo nivel de fidelización del taller clandestino con la marca puede suceder que un vehículo utilitario se lleve la mercadería confeccionada para el depósito de la empresa y luego al shopping. Y que desde el mismo taller, de la misma producción, quizá con una confección algo menos delicada, otro utilitario la lleve a La Salada y la venda el propio tallerista. Esta “fuga de la producción” es un riesgo calculado de las marcas. A menudo optan por pagarle la confección con parte de la producción.
La metodología no es novedosa. También la aplica la mafia napolitana. El libro “Gomorra”,
de Roberto Saviano, relata que un boss de una familia convoca a talleristas para
una subasta: confeccionar las prendas de los mejores diseñadores italianos,
Valentino, Ferré, Versace. Él les da la tela y el molde, y escucha ofertas. Al
primero que cumple, le paga en dinero. Al resto, con parte de la producción. Y
no se trata de imitaciones. Lo más parecido a una copia auténtica. Y las prendas
con errores de confección las mandaban al oulet o a la venta callejera.
La Feria de La Salada, el mercado de venta informal más popular de América Latina (véase infografía página 33) se fue gestando hace poco más de veinte años por un pequeño grupo de talleristas bolivianos que se rebelaron contra los cheques a 90 días que les entregaban las marcas a las que le confeccionaban la ropa. Hasta que uno de ellos decidió venderla en el baúl de un auto en Puente La Noria a precios populares. En pocas horas agotó el stock. Y cobraba en el momento y en efectivo, como revela el periodista Nacho Girón en su libro “La Salada”.
De esta manera, si el tallerista clandestino, liberado de toda estructura impositiva o de trabajo formal, asume la venta directa de su producción, sólo tiene costos de alrededor del 20% del precio de la prenda. El resto es ganancia. Esto, por una parte, explica la diferencia de valor entre una prenda de La Salada o de un shopping, aunque sea la misma. También explica el fenómeno comercial: en La Salada hay 30.000 puestos de 3 o 4 m2 por los que los talleristas pagan entre 150 y 500 pesos en efectivo y por día. Si lo desean comprar, vale U$S 100.000
“Nosotros sinceramos la cadena de valor. Sinceramos los precios. Argentina es el país que vende la ropa más cara del mundo. Me compré esta camisa Tommy en Orlando a 15 dólares. Acá vale más de 500 pesos. Para nosotros, el que fabrica vende. Terminamos con la intermediación”, afirma Jorge Castillo, hombre fuerte de La Salada, mientras prepara una ronda de negocios con talleristas y marcas para exportar el modelo de La Salada a Miami (véase Entrevista).
En cambio, para Gustavo Vera, responsable de la Fundación La Alameda y “cazador” de talleres clandestinos, el secreto de La Salada no está en la alta productividad de sus talleres, sino en la ilegalidad. “En términos reales, si los talleres que producen para La Salada estuvieran en regla, con trabajadores registrados y un sueldo de convenio, y pagaran impuestos, la mercadería no tendría el precio que tiene”. Y continúa: “Es cierto que La Salada fue una rebelión de talleristas contra las marcas. Pero no cambiaron la estructura laboral: los costureros están en la misma situación, aunque produzcan para La Salada o para las grandes marcas. Replicaron el sistema”.
Este es un punto clave de disenso. “En los talleres que trabajan para La Salada no hay servidumbre. Cada uno produce lo que quiere. Los mueve la ambición. Son Pymes familiares muy productivas”, asegura Castillo. ¿Vos querés que yo ponga en blanco a mi hermana? ¿Para qué? ¿Para que se la lleven los otros?”, pregunta un tallerista que acompaña al CEO.
Vera
promovió una megacausa judicial en la que están denunciados penalmente por
distintos delitos a 106 marcas. Su estrategia fue hacerlos
responsable del trabajo esclavo en los talleres a los que llegaban sus prendas para confeccionar. Esta semana fue llamado a declaración indagatoria por el juez federal Julián Ercolini el presidente de Kosiuko, Federico Bonomi, por “presunta reducción” a la servidumbre en un taller donde su producción habría sido “tercerizada”. Además, en la megacausa, 25 talleristas y dos intermediarios entre las marcas y los talleres clandestinos, fueron procesados por la justicia. Según Vera, a las marcas les duele más “el daño a su imagen” que las causas judiciales.
Una de las singularidades que produce la venta de ropa en La Salada es el cruce social. Los consumidores de clase media, asiduos visitantes de la feria, “compran marca” a un costo ínfimo. Si es necesario, simulan que la adquirieron en comercios. En las zonas pobres, los chicos sueñan con
comprar zapatillas en locales del shopping para sentirse más integrados a una sociedad que los excluyó. Desprecian los productos de La Salada por “truchos”, aunque no sean tan diferentes a los “originales”. El 17 de julio de 2011, Clarín dio cuenta de una banda de jóvenes delincuentes de un barrio de La Matanza que cuando reunían dinero de varios robos compartían un código: gastarla, todos juntos, en ropa del shopping del Abasto.
Toda ropa de marca. Fuente: http://www.clarin.com/zona/stylecolorBF1424La-Salada-industria-textilibrLa-negocio_0_573542840.html
responsable del trabajo esclavo en los talleres a los que llegaban sus prendas para confeccionar. Esta semana fue llamado a declaración indagatoria por el juez federal Julián Ercolini el presidente de Kosiuko, Federico Bonomi, por “presunta reducción” a la servidumbre en un taller donde su producción habría sido “tercerizada”. Además, en la megacausa, 25 talleristas y dos intermediarios entre las marcas y los talleres clandestinos, fueron procesados por la justicia. Según Vera, a las marcas les duele más “el daño a su imagen” que las causas judiciales.
Una de las singularidades que produce la venta de ropa en La Salada es el cruce social. Los consumidores de clase media, asiduos visitantes de la feria, “compran marca” a un costo ínfimo. Si es necesario, simulan que la adquirieron en comercios. En las zonas pobres, los chicos sueñan con
comprar zapatillas en locales del shopping para sentirse más integrados a una sociedad que los excluyó. Desprecian los productos de La Salada por “truchos”, aunque no sean tan diferentes a los “originales”. El 17 de julio de 2011, Clarín dio cuenta de una banda de jóvenes delincuentes de un barrio de La Matanza que cuando reunían dinero de varios robos compartían un código: gastarla, todos juntos, en ropa del shopping del Abasto.
Toda ropa de marca. Fuente: http://www.clarin.com/zona/stylecolorBF1424La-Salada-industria-textilibrLa-negocio_0_573542840.html
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“No hubo
ningún gobierno que se metiera con nosotros”
16 de octubre de 2011
16 de octubre de 2011
Por Marcelo Larraguy
Jorge
Castillo está acompañado por un grupo de siete personas en un bar del barrio de
San Cristóbal. Explica su plan de llevar el modelo de negocios de La Salada a
Miami. “Cuando viajé, vi un sector muy carenciado en el barrio latino, parecido
al conurbano de los ‘90, y dije ‘acá podemos armar algo’. Tengo varios galpones
en vista para alquilar”. Castillo piensa en una feria con locales techados,
abierta todos los días. “Estoy presentando el negocio a talleristas y marcas.
Algunos podrían exportar la ropa o vender marcas de allá. En Estados Unidos la
tela es barata porque tiene una carga impositiva del 6% y en Argentina, con IVA,
Ganancias, tenemos el 35%.
Tendrían que
trabajar en blanco.
Acá también
se podría funcionar en blanco. Pero el Gobierno piensa que es imposible arreglar
La Salada. No tiene la decisión política. Esto es muy fácil: tolerancia cero.
Pero el gran flagelo es la venta en la calle. Ahí sí que nadie paga nada. Es
todo corrupción.
¿Usted produce ropa?
Ya no. Tengo dos funciones: soy el CEO de La Salada y además soy accionista de
una sociedad que alquila puestos.
¿Qué diferencia hay
entre las marcas originales y las de La Salada?
La confección de La Salada es “meta palo y a la bolsa”. Con hilos colgando. Las
primeras marcas tienen una confección más cuidada. Pero es muy posible que el tallerista de La
Salada haya trabajado para primeras marcas y ya tenga el modelo. Entonces compra
20 kilos de tela, produce la remera y la vende.
La Salada funciona
porque se produce ropa a bajo costo en talleres clandestinos. ¿Es así?
No, no es así. Los que producen son cuentapropistas. Yo soy zapatero, técnico
modelista recibido. Tengo una fábrica grande cerrada. Cuando empecé a los 18 me
ataba a la pata de la máquina para trabajar. Me compré una máquina de coser por
las horas de trabajo. El que trabaja en un taller clandestino, como le dicen,
tiene que arreglar con todo el mundo para abrir. Y después tenés a la policía en
la puerta para arreglar. Es complicado. No hay una legislación que los proteja.
Pero la ley
dice que no se pueden trabajar más de 8 horas.
Se termina
ganando más plata en negro que en blanco. Ahí no hay sindicato, razón social ni
nada. Si estás en blanco tenés que darle la plata “a los gordos”. Yo tengo que
hacer en el día, si es posible, diez mil cuellos de camisa. Yo lo he hecho. La
ambición (de los costureros) de generar plata los lleva a trabajar tanto. Un
dólar me cobraban a mí los bolivianos para hacer un pullover. Y laburaban de las
7 de la mañana a las 12 de la noche. ‘Un dólar´, ‘un dólar …’ esa es la forma de
trabajar. Los argentinos, con los sindicatos, nos acostumbramos a no trabajar.
El empleado debería trabajar a destajo. Todos. Y se acaban los “gordos” ladrones
que nos roban a los empleadores. Y el que no produce se muere de hambre. Yo
arranqué con dos metros de cuero para ser zapatero.
El libro “La Salada”
dice que para que la feria exista, hubo una connivencia con la policía, la
política …
No, la connivencia fue la necesidad de salir de la recesión de Menem. Muchos intentaron armarla en otro lado y no pudieron. Yo soy
cuentapropista. No voy a depender de una bolsita del político de turno. Voy a
generar la mía.
¿Este
negocio, como usted lo entiende, se lo explicó a algún político, intendente,
gobernador? -No, porque ellos no tienen capacidad. Pueden ser estadistas, pensar
el país pero no entender esto. Mira, entre la CAME (Confederación Argentina de
la Mediana Empresa) y el Sindicato de Comercio de Cavalieri, crearon un seguro
por daño, aparte de la ART, que le saca 72 millones de pesos por mes a los
empleados. Se lo sacan por recibo. Hay mucha mentira en esto. La Salada tiene
cosas malas como toda la Argentina ¿Cuánto factura La Salada? Entre 150 y 200
millones de pesos por día.
Todo al contado.
Eso en
blanco.
¿Qué blanco?
Somos todos morochitos. En la panadería la factura.
Es raro que
los políticos no quieran echar mano de La Salada.
Porque no
pueden. No los dejamos. No entra ni la intendencia. Son tan inútiles que no
tienen capacidad para llevársela. Entra la policía, sí, porque dentro de todo
donde hay “zonas calientes”, te ponen un patrullero, pagás el adicional. Ahora
si lo blanquean o no, no es nuestro problema.
Tengo
entendido que La Salada aportó para la campaña electoral del 2009: un millón de
pesos al PJ y 700.000 pesos a la UCR.
No, nunca.
Un aporte de
campaña suyo como empresario, me refiero.
Nunca. La
Salada soy yo y soy radical. Es mentira. Es verdad que junté gente para los
actos de Alfonsín. Pero después de que se unió con De Narvaéz dije basta. Ahora Alfonsín me está llamando para que le pongamos fiscales. No se los voy a dar …
Si entregó el partido al PJ bonaerense. No hubo ningún gobierno que se metiera
con nosotros. Yo me reuní con (Guillermo) Moreno y él reconoce que La Salada es
marcadora de precio en el mercado textil. Y al gobierno eso le sirve. Acá nos
están ‘chorreando’ con la ropa.
Habrá
que hallar
cómo ir abriendo caminos emancipatorios de este entrampamiento de nosotros,
los de abajo, en vivir y trabajar en acuerdo con la acumulación de riquezas
y poder de quienes nos dominan.
Es
comenzar por el cuestionamiento a las justificaciones de los gobiernos
progresistas respecto al extractivismo que promueven.
Coincide con ellos
Miguel Benasayag
cuando explica:
"en Argentina, hay una
contradicción entre justicia social y justicia ecológica. Porque la justicia
ecológica dice no a los transgénicos o a la minería y justamente de ahí está
sacando el gobierno de Cristina Kirchner la plata para pagar los planes
sociales. Entonces, al chico que está en una villa miseria con riesgo de morir
de malnutrición, la justicia ecológica le puede parecer perfectamente un lujo de
ricos y una abstracción. Las dos luchas son coherentes, pero no armónicas. Es
exactamente así la cosa, no hay
solución global en un mundo complejo, no hay síntesis.
Es decir, hay luchas que son justas y sin
embargo no son armonizables, son irreconciliables (al menos en esta época). No
se puede exigir la coherencia de la lucha y la armonía de
las luchas. Cuando aparece el
típico partido que pone juntos a un representante de cada lucha -una mujer, un
homosexual, un obrero, un inmigrante, una prostituta, etc.- eso está podrido de
entrada. Tenemos que aprender a vivir y a pensar entre situaciones múltiples que
deben abandonar todo deseo de armonía. No existe “el movimiento”, sino una
pluralidad de situaciones que no encajan, no convergen, no se sintetizan en
ninguna unidad".
Miguel Benasayag descontextualiza . El capitalismo se
desarrolla a costa de la desigualdad social desde sus orígenes históricos. En su
etapa de imperialismo inicia su intensificación de la creciente desigualdad
entre unos pocos países y la inmensa mayoría de la humanidad. Hoy a la
superexplotación de los trabajadores incorpora a la de naturaleza.
Humberto
Márquez Covarrubias
sostiene:
"La eclosión de la gran crisis del capitalismo contemporáneo en la
alborada del siglo XXI desnuda los mecanismos orientados a concentrar capital,
poder y riqueza en manos de una delgada élite transnacional en el marco del
desarrollo desigual entre países centrales y periféricos y, en contraste,
evidencia el crecimiento de las desigualdades sociales en el mundo. De manera
inevitable, afloran los riesgos inmanentes a la desmedida explotación del
trabajo, la depredación ambiental y la financiarización de la economía, además
de los peligros derivados de las escaladas de violencia y guerra. Para el
sistema capitalista, hoy como nunca antes, la vida humana representa un recurso
desechable, cuya existencia se encuentra en predicamento en distintos ámbitos
del planeta, mientras el capital, en tanto forma suprema de las relaciones
sociales, tiene primacía absoluta".
"Ante la respuesta tentativa del gran capital, que aún contempla la
superexplotación laboral, la devastación ambiental y la acumulación
centralizada, se postula la necesidad de generar alternativas de desarrollo
posneoliberal o poscapitalista, a fin de generar mejores condiciones de vida y
trabajo para la mayoría de la población y así, poner en el centro la necesidad
de garantizar la reproducción de la vida humana en el planeta".
Leer
Leer
A su vez
Alberto
Acosta
advierte:
La
experiencia de las economías petroleras y mineras de la región nos ilustra, y el
presente nos confirma, que estas actividades extractivistas, tal como se
mencionó antes, no generan encadenamientos dinámicos tan necesarios para lograr
un desarrollo coherente de la economía. No se aseguran los tan esenciales
enlaces integradores y sinérgicos hacia delante, hacia atrás y de la demanda
final (en el consumo y fiscales). Mucho menos se facilita y garantiza la
transferencia tecnológica y la generación de externalidades a favor de otras
ramas económicas del país. De la anterior constatación se deriva una clásica
característica adicional de estas economías primario-exportadoras, incluso desde
la colonia, que es su carácter de enclave: el sector petrolero o el sector
minero, así como muchas actividades agrarias, forestales o pesqueras de
exportación, normalmente están aisladas del resto de la economía. En esta línea
de reflexión también debe incluirse la energía nuclear (12) y la producción de
biocombustibles (Houtart, 2011). Las enormes rentas diferenciales o ricardianas
que producen estas actividades, conducen a sobreganancias que distorsionan la
asignación de recursos en el país. Derivadas de la actividad de exportación de
bienes primarios, se consolida y profundiza la concentración y centralización
del ingreso y de la riqueza en pocas manos, así como el poder político.
La masiva concentración de dichas rentas se registra en pocos grupos económicos, muchos de los cuales no encuentran ni tampoco crean alicientes para sus inversiones en la economía doméstica. Prefieren fomentar el consumo de bienes importados, con frecuencia sacan sus ganancias fuera del país y muchos manejan sus negocios con empresas afincadas en lugares conocidos como paraísos fiscales. Como consecuencia de lo expuesto, las empresas que controlan la explotación de los recursos naturales no renovables en forma de enclaves, por su ubicación y forma de explotación, se convierten en poderosos entes empresariales dentro de relativamente débiles Estados nacionales. Grandes beneficiarias de estas actividades son las empresas transnacionales, a las que se les reconoce el “mérito” de haberse arriesgado a explorar y explotar los recursos en mención. Nada se dice de cómo estas actividades conducen a una mayor “desnacionalización” de la economía, en parte por el volumen de financiamiento necesario para llegar a la explotación de los recursos, en parte por la falta de empresariado nacional consolidado y, en no menor medida, por la poca voluntad gubernamental de formar alianzas estratégicas con sus propias empresas estatales o inclusive con empresarios privados nacionales. Por lo demás, desafortunadamente, algunas de esas corporaciones transnacionales han aprovechado su contribución al equilibrio de la balanza comercial, para influir sobre los balances de poder en el país, amenazando permanentemente a los gobiernos que se atreven a ir a contracorriente. Comúnmente las compañías extranjeras han gozado y aún gozan en muchos casos de un marco referencial favorable y, en no pocas ocasiones, sus propios directivos o sus abogados ocupan puestos clave en los gobiernos. De esta manera, cuentan también con el respaldo de poderosos bufetes de abogados y en no pocas ocasiones, con el apoyo de la gran prensa, velando así directamente para que las políticas aplicadas o las reformas legales les sean ventajosas. Esta situación alentada por organismos como el BID y sus hermanos mayores, el Banco Mundial (13) y el Fondo Monetario Internacional? se ha registrado una y otra vez en los sectores petrolero y minero de América Latina. Con estos esquemas altamente transnacionalizados se ha dado paso a un proceso sumamente complejo: la “desterritorialización” del Estado. El Estado se desentiende (relativamente) de los enclaves petroleros o mineros, dejando, por ejemplo, la atención de las demandas sociales en manos de las empresas. Esto conduce a un manejo desorganizado y no planificado de esas regiones que, inclusive, quedan en la práctica muchas veces al margen de las leyes nacionales. Todo eso consolida un ambiente de violencia generalizada, pobreza creciente y marginalidad que desemboca en respuestas miopes y torpes de un Estado policial, que no cumple sus obligaciones sociales y económicas.
A lo anterior se suma el hecho, bastante obvio (y
desgraciadamente necesario y no sólo por razones tecnológicas) de que, a
diferencia de las demás ramas económicas, la actividad minera y petrolera genera
poco aunque bien remunerado trabajo directo e indirecto. Son actividades
intensivas en capital y en importaciones. Contratan fuerza directiva y
altamente calificada (muchas veces extranjera). Utilizan casi exclusivamente
insumos y tecnología foráneos. La consecuencia de estas prácticas hace que el
“valor interno de retorno” (equivalente al valor agregado que se mantiene en el
país) de la actividad primario-exportadora resulte irrisorio. En estas economías
petroleras y mineras de enclave, la estructura y dinámica políticas se
caracterizan por prácticas “rentistas”; la voracidad y el autoritarismo con el
que se manejan las decisiones, disparan el gasto público más allá de toda
proporción y acarrean distribución fiscal discrecional, como se analizará más
adelante. Debido a estas condiciones y a las características tecnológicas de las
actividades petrolera y minera, no hay una masiva generación directa de empleo.
Esto explicaría también la contradicción de países ricos en materias primas
donde, en la práctica, la masa de la población está empobrecida. Adicionalmente,
las comunidades en cuyos territorios o vecindades se realizan estas actividades
extractivistas, han sufrido y sufren los efectos de una serie de dificultades
socioambientales derivadas de este tipo de explotaciones. La miseria de grandes
masas de la población parecería ser, por tanto, consustancial a la presencia de
ingentes cantidades de recursos naturales (con alta renta diferencial). Esta
modalidad de acumulación no requiere del mercado interno e incluso no lo
necesita, puesto que funciona con salarios decrecientes. No hay la suficiente
presión social para obligar a reinvertir en mejoras de la productividad.
Este gigantismo provoca la generación de impactos ambientales enormes. Los efectos nocivos no sólo afloran en la fase de exploración y explotación, cuando se abren gigantescos hoyos en la Madre Tierra o cuando se usan químicos tóxicos para procesar los minerales extraídos, sino también en la movilización del material extraído que afecta grandes extensiones de territorio. Los desechos mineros, al ser acumulados durante muchos años, pueden derramarse y contaminar el medio ambiente, particularmente con metales pesados o drenaje ácido de roca. Este último fenómeno, que puede darse por decenas y decenas de años, ocurre cuando las aguas de lluvia, o aún el aire, entran en contacto con las rocas que han sido desplazadas desde el subsuelo hacia la superficie y acumuladas en las escombreras, en el cráter o en los diques de desechos de la mina. Generalmente existe un alto riesgo de que se produzca una oxidación de minerales sulfurados por la lluvia o el aire húmedo, que terminan por provocar una acidificación inusual de las aguas que corren sobre estas rocas. En el Ecuador, muchos yacimientos mineros estarían particularmente expuestos a este problema porque tienen rocas sulfurosas, conocidas por generar drenaje ácido. Este tipo de contaminación es particularmente devastadora para el agua. En numerosas ocasiones, el agua termina por ser inutilizable para el consumo humano y para la agricultura. La contaminación de las fuentes de agua provoca además un conjunto de impactos en términos de salud pública, como enfermedades degenerativas o de la piel, entre otras. Y todo esto sin considerar los graves impactos sociales que conlleva esta mega actividad extractivista. Si bien las distintas actividades extractivas tienen una prolongada y conocida historia de depredación en el mundo, en la actualidad se registra ?en la medida que es notorio el agotamiento de los recursos naturales, especialmente en los países industrializados? una creciente presión en los países subdesarrollados para que estos entreguen sus yacimientos minerales o petroleros. Incluso la creciente defensa del ambiente en las sociedades consideradas como desarrolladas genera una presión sobre los países empobrecidos con el fin de que estos abran su territorio para satisfacer la demanda de minerales de la economía mundial. Es preciso recordar que normalmente las empresas transnacionales y los gobiernos cómplices destacan exclusivamente los “enormes” montos de reservas mineras y petroleras existentes, transformados en valores monetarios. Con estas cifras, en general altamente exageradas, se quiere sensibilizar a la opinión pública a favor de la minería. Sin embargo, esta mirada resulta incompleta. Habría que sumar los llamados costos ocultos, ambientales y sociales, incorporando por ejemplo, el valor económico de la contaminación. Éstas son pérdidas económicas que normalmente no aparecen en los proyectos y que son transferidas a la sociedad; recuérdese la devastación social y ambiental en el nororiente de la Amazonía ecuatoriana, que luego dio lugar a un juicio en contra de la compañía Chevron-Texaco. También deberían entrar en la lista de costos los denominados “subsidios perversos” que se expresan a través de la entrega de energía a precios menores, agua sin costo o con costo reducido, e inclusive infraestructura de transporte (Gudynas, 2011c). ¿Se han presentado estas evaluaciones? No. Probablemente porque el asumir estos costos disminuiría notablemente la rentabilidad de las empresas y se pondría en evidencia los magros beneficios para el Estado. Estas actividades extractivistas generan, a su vez, graves tensiones sociales en las regiones en donde se realiza la extracción de dichos recursos naturales, en la medida en que son muy pocas las personas de la región las que normalmente pueden integrarse a las plantillas laborales de las empresas mineras y petroleras. Los impactos económicos y sociales provocan la división de comunidades, peleas entre ellas y dentro de las familias, violencia intrafamiliar, la violación de derechos comunitarios y humanos, un incremento de la delincuencia y violencia, el tráfico de tierras, etc. LeerEl rentismo determina la actividad productiva y por cierto el resto de relaciones sociales. Como corolario de lo anterior, estas actividades extractivas, petrolera o minera, promueven relaciones sociales clientelares, que benefician los intereses de las propias empresas transnacionales, pero impiden el despliegue de adecuados planes de desarrollo nacionales y locales. Este tipo de economías extractivistas deteriora grave e irreversiblemente el medio ambiente natural. El examen de la actividad minera o petrolera alrededor del planeta evidencia un sinnúmero de daños y destrucciones múltiples e irreversibles de la Naturaleza. Por igual son incontables las tragedias humanas, tanto como la destrucción de las potencialidades culturales de muchos pueblos. En el ámbito económico la situación tampoco es mejor. Los países cuyas exportaciones dependen fundamentalmente de recursos minerales o petroleros son económicamente atrasados, en donde los problemas ambientales crecen al ritmo que se expanden las actividades extractivistas. Fijemos un momento nuestra atención en la minería. La explotación minera industrial moderna implica la extracción masiva ?y en un tiempo muy corto?, de la mayor cantidad posible de recursos minerales; recursos que se han formado en procesos de muy larga duración, a escalas tectónicas. En la actualidad, los sitios de alta concentración mineral se van agotando. Sin embargo, los elevados precios del mercado mundial permiten que la explotación minera sea rentable aún en los yacimientos en donde el mineral es escaso. Para hacer producir estos yacimientos, es necesario aplicar una minería industrial de gran escala, con uso masivo de químicos a veces sumamente tóxicos (cianuro, ácido sulfúrico, entre otros), un consumo cuantioso de agua y la acumulación de grandes cantidades de desechos.
En fin Raúl Zibechi aclara:
-
Neoliberalismo y neocolonialismo en América Latina. Pan para hoy, incertidumbre mañana
La explotación y
exportación de recursos primarios o bienes comunes, está permitiendo a los
gobiernos de la región atravesar la crisis global sin grandes cataclismos
internos, a lo que pueden sumar extensas políticas sociales. Queda en el tintero
un amplio debate sobre el modelo extractivo y sus consecuencias a mediano plazo.
El gobierno de
Evo Morales consiguió acumular, por vez primera en la historia de Bolivia,
reservas internacionales que superan los 9.000 millones de dólares que el
próximo año superarán los 10.000 millones. En los últimos 15 años Bolivia casi
duplicó el ingreso per cápita pasando de 896 dólares anuales a 1.683 dólares en
2009, aunque esas cifras no contemplan la inflación. Ambos incrementos se deben
al impacto de los ingresos que percibe el país por sus exportaciones.
Hace doce
años, en 1998, las exportaciones mineras e hidrocarburíferas suponían el 47 por
ciento de las exportaciones de Bolivia. Hoy representan el 80 por ciento, según
un reciente informe difundido por el CEDLA (Centro de Estudios para el
Desarrollo Laboral y Agrario). Una tendencia no muy diferente a la que se
registra en la mayor parte de los países de la región, donde la reprimarización
de la producción y las exportaciones viene siendo la norma. Los altos precios de
las commodities alientan esta tendencia que, sin embargo, augura problemas para
el futuro inmediato-
Pobreza y control territorial
La extracción
empobrece a los países productores y enriquece a las multinacionales. Paga
impuestos apenas simbólicos y en ocasiones nada, ya que estos emprendimientos
suelen implantarse en limbos jurídicos como las zonas francas y aprovechan todas
las ventajas que les ofrecen los países propietarios de esas riquezas.
Forma parte de lo
que el geógrafo David Harvey ha definido como “acumulación por desposesión” o,
si se prefiere, por robo o apropiación. Aún cuando pueda cuestionarse el
desarrollismo, el exctractivismo no se inscribe ni siquiera en esa genealogía,
ya que se salta el proceso industrializador en los países donde se instala. El
reciente informe del Banco Mundial, “Los recursos naturales en América Latina y
el Caribe. ¿Más allá de bonanzas y crisis?”, afirma que los países de la región
“llegaron a ser de los más prósperos del mundo gracias a la producción de
metales precios, azúcar, caucho, granos, café, cobre y petróleo”.
Suena extraño que
la expoliación colonial sea leída de ese modo por una institución que pretende
orientar las políticas nacionales. Más aún, asegura que “las exportaciones de
bienes primarios siempre han activado las economías de la región, llenando las
arcas de los gobiernos”, y que América Latina “puede derivar beneficios
significativos por ser la mina y el granero” de las economías centrales. Casi un
insulto.
Omite, por
ejemplo, la creciente militarización de áreas enteras para despejar población
molesta para este tipo de acumulación, que tiene en la guerra colombiana su
mayor expresión. Los territorios de la guerra son exactamente aquellos donde las
multinacionales han puesto sus ojos para apropiarse de los bienes comunes como
lo muestran varios estudios. En paralelo, el agronegocio se apropia de millones
de hectáreas desplazando a la población campesina productora de alimentos, con
lo que la seguridad alimentaria de las naciones de debilita.
En consecuencia,
este modelo genera pobreza y exclusión. El economista argentino Claudio Katz
recordó un estudio de CEPAL que afirma que en la Argentina el decil más rico
tiene un ingreso per cápita mayor que ese mismo sector en los países
anglosajones, en tanto la población con menores ingresos es veinte veces más
pobre que los estratos más bajos de los países desarrollados.
-
Para cortarle alas al golpismo hay que salir del extractivismo
(...)El
extractivismo es mucho más que un modelo productivo y de acumulación de capital.
En rigor, forma parte del complejo especulativo-financiero que hoy domina el
mundo. En nuestros países tiene efectos depredadores: está creando un nuevo
bloque de poder, corruptor políticamente, polarizador y excluyente socialmente y
depredador del medio ambiente.
En lo político,
el modelo extractivo necesita un conjunto de gestores que alimenta con sus
inmensas ganancias (soya, minería a cielo abierto y varios monocultivos), que
velan por sus intereses (universidades, gobiernos nacionales o locales, medios e
intelectuales). Exagerando apenas, el extractivismo juega un papel desintegrador
similar al del narcotráfico, porque destruye el tejido social, expulsa a los
campesinos de sus tierras, infla ciudades hasta límites insoportables y mata a
la gente, en particular a los más pobres, que no tienen acceso a un sistema
sanitario de calidad.
En todos los
países de nuestra región, paraísos extractivos del capital especulativo global o
de los intereses expansionistas de países emergentes como China, una larga
década de extractivismo no ha hecho sino fortalecer a las derechas. No me
refiero sólo a los partidos o políticos conservadores, sino a una derecha
difusa, social y cultural, que promueve el individualismo, un consumismo atroz y
depredador de los vínculos sociales, comportamientos casi fascistas hacia los
pobres, o sea contra los jóvenes de las barriadas populares, en particular las
gentes del color de la tierra.
Denunciar el
golpismo es imprescindible. Defenderse del Pentágono es urgente. Incrementar la
militancia es clave (no sólo las declaraciones y los desplegados). Pero el
modelo extractivo sigue criando y creando camadas de jóvenes conservadores que
buscan líderes ultraderechistas.Movimientos, crisis, movimientos
Luego del monumental trabajo coordinado por
Giovanni Arrighi y Beverly Silver, Caos
y orden en el sistema mundo moderno, hay
argumentos suficientes para concluir acerca de la relación entre las crisis y
las luchas sociales y alumbrar algo más la situación actual del sistema
capitalista. En efecto, el estudio sostiene, con abundante información
comparativa, que la crisis (mal llamada) económica comienza a raíz de una oleada
de militancia obrera fabril en los años 60, que fue capaz de pulverizar el
modelo fordista-taylorista de sujeción y control de los trabajadores. La actual
coyuntura puede leerse, bajo esa óptica, como una consecuencia de larga duración
de aquella oleada de movimientos que forzaron al capital a mudar, convirtiéndose
en capital financiero especulativo.
Más allá de un
debate, siempre necesario, sobre cuestiones teóricas, vale la pena detenerse en
ese enfoque, ya que puede contribuir a una mejor comprensión del movimiento real
que está sucediendo ante nuestros ojos, como apuntaba Marx. La primera cuestión
es que no son las crisis las que motivan la acción social sino al revés: la
movilización, la ruptura de los controles, es lo que provoca reacomodos en el
modo de dominación, forzando a los de arriba a introducir cambios no sólo en el
terreno de la economía sino cambios societales que abarcan todos los terrenos de
la vida. Por eso mismo no podemos hablar, en rigor, solamente de crisis
económica.
En la década de
los años 60, la oleada de militancia obrera fue apenas una expresión,
importante, decisiva, pero una más, de una profunda oleada nacida en el subsuelo
de las sociedades que pugnaba por la transformación. Mujeres, niños, jóvenes,
campesinos sin tierra, obreros no calificados, indios, negros, y un largo
etcétera, jaquearon los modos de dominación establecidos en la familia, la
escuela, la localidad rural y urbana, la fábrica, la hacienda, la universidad…
La crítica al patriarcado se manifestó también en el rechazo al poder del
profesor, del capataz, del varón blanco de clase media, en fin, un proceso
democratizador antiautoritario que minó los modos de dominación y, por tanto, de
acumulación.
En segundo lugar,
esa oleada nació y se manifestó por fuera de los cauces establecidos y de las
instituciones, entre ellos los partidos comunistas y los sindicatos. André Gorz
hablaba, en el terreno fabril, de la existencia de una verdadera guerrilla
obrera fuera del control sindical, que provocó ingentes pérdidas a los
empresarios. En América Latina no sólo fueron desbordados los partidos de
derecha e izquierda sino los propios sindicatos y las centrales burocratizadas.
Algunos de los momentos más críticos de la lucha obrera en Argentina, por poner
apenas un ejemplo, entre elcordobazo de 1968 y las Coordinadoras Fabriles de 1975, se dieron no
sólo por fuera sino contra las estructuras sindicales. Al parecer, una verdadera
oleada capaz de subvertir el orden no puede canalizarse a través de lo ya
establecido y debe crear otros cauces, como fueron la CUT (central de
trabajadores) y el MST (movimiento sin tierra) en Brasil, y decenas de nuevas
organizaciones en todo el continente.
En tercer lugar,
los ciclos de protesta y de movilización no sólo cambian el escenario
político-social sino también a los propios movimientos. Por eso, los movimientos
que protagonizan un ciclo suelen ser un obstáculo en el ciclo siguiente, ya que
se han institucionalizado, pasaron a formar parte de la cultura del poder, han
incrustado sus mejores cuadros en el sistema que un día combatieron. Un
verdadero ciclo rebelde crea nuevas organizaciones, pero también nuevos modos de
luchar y, sobre todo, nuevos paradigmas para concebir el cambio social, o la
revolución, o como cada uno quiera llamarle.
Los procesos profundos y verdaderos nacen de y en las periferias, nunca en el centro del sistema, tanto a escala planetaria como en cada país. Los zapatistas han acuñado el concepto del más abajo para referirse a ese sector social donde nace la revuelta. Así como en los años 60 fueron los obreros no calificados, las mujeres y los jóvenes la fuerza motriz de las luchas, en América Latina en el periodo neoliberal fueron los sin (sin derechos, sin tierra, sin trabajo, etcétera) los que estuvieron a la cabeza de la deslegitimación del modelo. En el lenguaje de Marx, los que no tienen nada que perder. ¿Quiénes serán los principales protagonistas durante la actual crisis? Aquí aparece un nuevo tema, ya que el sistema ha trasladado los modos de control fuera de los espacios de disciplinamiento tradicionales, como forma de dominar los territorios de la pobreza, allí donde no llegan los estados, ni los partidos, ni los sindicatos.
Estas nuevas formas de control, por lo menos en América Latina, se llaman planes
sociales.
Son herederos de las
políticas focalizadas hacia la pobreza creadas por el Banco Mundial para
contrarrestar el desmontaje de los estados benefactores durante el periodo más
crudo de las privatizaciones. Ahora se han ampliado y perfeccionado.
Alcanzan a
alrededor de 100 millones de personas sólo en Latinoamérica (50 de ellas en
Brasil), o sea el núcleo de los más pobres, de los que ahora tienen para perder
miserables bonos de 30 a 60 dólares mensuales, suficientes para no morir de
hambre pero no para salir de la miseria. Los gestores de esos planes son a
menudo cientos de miles de ONG que conocen en detalle los territorios de la
pobreza, que son a menudo los territorios de la resistencia. Son la punta de
lanza de estados capilares que buscan desorganizar e impedir levantamientos y
sublevaciones sociales.
Por lo tanto,
serán aquellos colectivos y sujetos capaces de neutralizar el control que
ejercen los planes sociales, los que vayan a protagonizar las nuevas, necesarias
e imprescindibles oleadas de protesta, porque, bien sabemos, la crisis no tiene
salidas económicas sino políticas. Una política desde abajo, enraizada en las
periferias urbanas y rurales; una política diferente, no institucional,
asamblearia, tumultuosa, incierta.
-
Vida material, capitalismo y cambio social
La mayor parte de
los análisis políticos, con intencionalidad antisistémica, están orientados a
comprender cómo funcionan las grandes empresas multinacionales y el conjunto de
la economía capitalista, el papel que juegan los estados-nación, y las
relaciones de fuerza geopolíticas a escala nacional, regional y global, en suma,
en el modo como dominan los poderosos. Contamos también con un buen puñado de
estudios sobre las luchas sociales y políticas de los sectores populares, desde
las luchas locales hasta las coaliciones más amplias que establecen a escala
nacional y global, y cómo estas formas de acción van cambiando a lo largo del
tiempo.
Podría decirse
que buena parte de estos análisis y estudios dan cuenta de la realidad del
sistema y de las diversas realidades antisistémicas. Sin embargo, contamos con
muy pocos trabajos sobre lo que Fernand Braudel denominaba la vida
material, a la que llamó también el
océano de la vida cotidiana, el reino del autoconsumo, lo
habitual, lo rutinario, la esfera básica de la vida humana que en su opinión es
el gran ausente de la historia (La
dinámica del capitalismo, Alianza).
Y, habría que agregar, el gran ausente en las teorías revolucionarias y en las
propuestas emancipatorias.
Como sabemos,
Braudel definió tres esferas: la vida material, que es el reino del valor de
uso; la vida económica o economía de mercado, dominada por los intercambios y el
valor de cambio, y encima de ambas el capitalismo o el antimercado, donde
merodean los grandes depredadores y rige la ley de la selva. En esta peculiar
mirada del mundo el Estado no hace sino auxiliar al capitalismo y es antitético
a la economía de mercado, como recuerda Immanuel Wallerstein.
Para completar el
análisis, habría que repetir con Braudel que el capitalismo hunde sus raíces en
la vida material pero no penetra nunca en ella. La acumulación de capital se
produce básicamente en la esfera de los monopolios donde no funciona el merado,
no así en la vida material y en la vida económica. Es cierto que los estratos
superiores se apoyan en los inferiores, de los cuales también dependen, pero no
es menos cierto que la vida cotidiana o material es relativamente autónoma y no
está nunca completamente subordinada a la esfera de la acumulación.
El interés y
actualidad del modo de mirar de Braudel consiste en que la lucha antisistémica
está anclada básicamente en la vida material y, de algún modo, en la vida
económica, pero no puede apoyarse en las esferas del capitalismo, sean las
empresas o los estados. La enorme potencia de los movimientos antisistémicos
territoriales actuales, tanto los rurales como los urbanos, es que organizan
colectivamente el océano de la vida material, desde ese lugar se relacionan con
la vida económica, los mercados, y desde allí resisten al capital y al estado.
Incluso en las
grandes ciudades. En el corazón de una megaciudad como Buenos Aires pululan
experiencias de este tipo, que también pueden encontrarse en muchas otras urbes
latinoamericanas (ver cipamericas)
y, por supuesto, abundan en las zonas rurales. Una amplia red de espacios
(merenderos, comedores populares, centros de salud, primarias y bachilleratos
populares, centros de mujeres, cuadrillas de trabajo, medios de comunicación) le
dan forma colectiva a la vida material de los más pobres, convirtiendo la vida
cotidiana en espacios de resistencia pero también de alternativa al sistema.
De ese modo la
rutina, lo cotidiano, cobra nuevos
sentidos. Las organizaciones populares, por lo menos las que no se limitan a
parasitar la vida material, trabajan por organizar el autoconsumo más allá del
espacio familiar. Sobre todo se empeñan en que ese espacio de autonomía que es
la vida cotidiana sea lo más integral posible, que abarque no sólo necesidades
urgentes como la alimentación, que es el suelo donde comenzó a florecer el
movimiento piquetero argentino,
sino que se expanda hacia áreas como la educación y la salud, la dignidad de las
mujeres, los juegos infantiles y los órganos de decisión, como las asambleas.
Organizar la vida
material, profundizar sus sentidos colectivo y comunitario, es tanto como
politizarla y darle más autonomía ante las otras esferas, muy en particular
frente a las multinacionales y los estados. Eso pasa también por dotarla de
órganos para adoptar decisiones y hacerlas cumplir, para defenderse frente a las
otras esferas, o sea, órganos de poder. Cuando la vida material se organiza como
movimientos antisistémicos, las asambleas cumplen esa función.
¿Cómo se paran
frente a los monopolios capitalistas? En el caso que comento, los movimientos de
las villas de Buenos Aires, recuperan lo que necesitan mediante la acción
directa. Para conseguir medicamentos para sus centros de salud, hacen piquetes frente
a las grandes distribuidoras farmacéuticas, impidiendo la salida y la entrada de
camiones. Lo mismo para arrancarle alimentos al municipio o al gobierno de la
ciudad. La cámara que utiliza una televisión comunitaria la consiguieron
mediante un escrache a
un hotel de cinco estrellas. Y así con todo.
¿Es posible
revolucionar la sociedad desde la vida material o cotidiana? Depende del
concepto de revolución que cada quien maneje. La vida material es, entre muchas
otras cosas, el espacio de la gente común, el que puede limitar o darle alas al
capitalismo. No existen otros espacios donde pueda nacer y crecer algo diferente
al mundo de la acumulación. Miradas así las cosas, el cambio social es un modo
sistemático de desparasitar la vida material de capitalismo.
En ningún otro
estrato puede nacer un mundo nuevo y diferente. No quiero decir con ello que la
vida material/cotidiana no contenga opresiones, como el machismo. Sólo se puede
construir lo nuevo desde relaciones asentadas en el valor de uso, y comandadas
por la gente común. Hacerlo desde otros espacios es tanto como reproducir la
dominación o instalar una nueva clase dominante.
-
El territorio como espacio emancipatorio
Los movimientos
de base territorial, rurales y urbanos, integrados por indígenas y
afrodescendientes, campesinos y sectores populares, jugaron un papel decisivo en
la resistencia y deslegitimación del modelo neoliberal. Desde sus territorios
lanzaron formidables ofensivas que abrieron grietas en el sistema de partidos
sobre el que se asienta la dominación y modificaron el escenario geopolítico
regional. De modo directo e indirecto, influyeron en lo local, lo nacional,
regional y global.
Han jugado y
jugarán también un papel decisivo en la construcción de un mundo nuevo. Si ese
mundo, como señala Immanuel Wallerstein (La
Jornada, 12 de enero de
2013), será el resultado de una
infinidad de acciones nanoscópicas, las pequeñas
mariposas capaces de construirlo
habitan territorios en los que resisten y en ellos pueden construir relaciones
sociales diferentes a las hegemónicas. No es con manifestaciones ni
declaraciones, por más masivas y necesarias que sean, como se crea el
socialismo, sino con prácticas sociales en espacios concretos. Territorios en
resistencia que son a la vez espacios en los que va naciendo lo nuevo.
Hasta ahí, son
temas que hemos venido debatiendo en los últimos años. El capitalismo puede ser
derrotado si somos capaces de expropiarle los medios de producción (y de cambio)
en un largo proceso. Pero la cuestión no se agota allí. El sistema aprendió a
desorganizar, diluir, cooptar y aniquilar por la fuerza (todo junto, no una u
otra acción) a los sujetos nacidos y arraigados en la resistencia territorial.
La combinación de fuerza bruta (militar y policial) con políticas sociales
paracombatir la pobreza es parte de
esa estrategia de aniquilación.
Ante esta
situación compleja y difícil, crece la tentación de replegarse de los
territorios en los que nacieron múltiples sujetos colectivos, buscando lugares
más propicios donde seguir creciendo. A veces se apuesta por lo sindical, otras
a lo estudiantil y en otras por lo electoral. Un debate de este tipo atraviesa
sobre todo a movimientos en Argentina, Chile, Paraguay y Perú, aunque está
presente en casi todos los países.
Es cierto que lo
territorial por sí solo no alcanza. Que debe incluir formas diferentes de hacer
política donde la gente común decida y ejecute; que hace falta crear formas de
poder distintas a las estatales; que para garantizar la autonomía territorial es
imprescindible asegurar la sobrevivencia material, o sea salud, educación,
vivienda y alimentación para todos y todas.
Pero no podemos
olvidar que los territorios son claves para la lucha por un mundo nuevo por dos
razones, digamos, estratégicas: se trata de crear espacios donde podamos
garantizar la vida de los de abajo, en todas sus multifacéticas dimensiones; y
porque la acumulación por despojo o guerra –que es el principal modo de
acumulación del capitalismo actual– ha convertido a los movimientos
territoriales en el núcleo de la resistencia. La mutación del capitalismo que
conocemos como neoliberalismo es guerra contra la vida.
A ellas se podría agregar un tercer argumento: sólo es posible resistir en las relaciones tejidas en torno de valores de uso, ya sean materiales o simbólicos. Si sólo nos movemos en las esferas de los valores de cambio, nos limitamos a reproducir lo que hay. Cerrados los poros de la vida en las fábricas por el posfordismo, es en los territorios, barrios, comunidades o periferias urbanas donde –aun esos mismos trabajadores– se vinculan entre sí en formas de reciprocidad, ayuda mutua y cooperación que son relaciones sociales moldeadas en torno del intercambio de valores de uso.No es una cuestión teórica y por lo tanto sólo se puede mostrar. Se conoce y se practica, o no se entiende. Resistir hoy es proteger la vida y construir vida en territorios controlados colectivamente. El punto es que si abandonamos los territorios, ganaron los de arriba. Y en este punto no hay dos caminos. Sólo queda hacerse fuertes y autónomos allí, neutralizando las políticas sociales que quieren destruir lo colectivo salvando al pobre individualmente.
El pueblo mapuche
resiste desde hace cinco siglos aferrándose a sus territorios. Así derrotaron a
los conquistadores españoles, y en ellos se repusieron de la derrota que les
infligió la República criolla en la guerra de exterminio conocida como Pacificación
de la Araucanía en la segunda mitad
del siglo XIX. En sus territorios aguantaron el diluvio de la dictadura
pinochetista y las políticas antiterroristasde
la democracia, debidamente condimentadas con políticas
sociales para someter con migajas lo
que no pudieron con palos.
No es la
excepción sino la regla. Chiapas, Cauca, Cajamarca donde se resiste el Proyecto
Conga, Belo Monte, El Alto o el conurbano de Buenos Aires, entre muchos otros,
muestran que la combinación de guerra y domesticación son los modos de
esterilizar las resistencias. Lo que diferencia esos territorios es que allí
existen los modos de vida heterogéneos sobre los cuales es posible crear algo
distinto a lo hegemónico. No nos engañemos: esa posibilidad no existe hoy ni en
las fábricas ni en los demás lugares donde todo son valores de cambio, desde el
tiempo hasta las personas.
Por eso las
políticas sociales se han territorializado, porque los gestores del capital
percibieron que allí venían perdiendo pie ante el nacimiento de sujetos
integrados por los que no tienen nada que perder: mujeres, hombres y jóvenes sin
futuro en este sistema, aquellos que por el color de su piel, su cultura y su
modo de ser no tienen cabida en las instituciones, ni siquiera en las que se
reclaman de izquierda o defensoras de los trabajadores. Allí sólo existen como representados,
o sea como ausentes.
No hay
alternativas al trabajo territorial, ni atajos para hacer más corto y soportable
el camino. La experiencia reciente muestra que es posible doblegar el cerco del
sistema contra nuestros territorios, superar el aislamiento, sobrevivir y seguir
adelante. Persistir o no, es una cuestión de pura voluntad.
Leer
Agendas y culturas
políticas
en los movimientos
sociales latinoamericanos.
28 de abril de 2015
28 de abril de 2015
Por Raúl
Zibechi (Noticias
Aliadas)
Una
somera radiografía de las movilizaciones más importantes de los últimos años,
como las masivas manifestaciones de millones de brasileños en 353 ciudades en
junio del 2013, puede contribuir a visibilizar a los nuevos actores que
protagonizan el activismo social en América Latina. El 84% de los manifestantes
no tenían preferencias partidarias, el 71% participaba por primera vez en
protestas y el 53% tenía menos de 25 años1.
Las movilizaciones
brasileñas se focalizaron en el rechazo al aumento del precio del transporte
urbano, como parte de una lucha más amplia por el acceso a la ciudad y contra la
represión policial. La organización convocante, el Movimiento Passe Livre (MPL),
es una pequeña red asentada en decenas de ciudades e integrada por jóvenes de
los sectores medios que
estudian en la universidad, que se movilizan cada vez que aumenta el transporte
(uno de los más caros del mundo). Con los años, el movimiento ha ido
evolucionando hacia la demanda por el derecho a la ciudad, que sienten limitada
por el costo del transporte y la especulación urbana2.
Las protestas en Brasil
tienen cierta similitud con el movimiento Yo
soy 132 lanzado por los
estudiantes universitarios mexicanos, exigiendo la democratización de los medios de
comunicación durante las elecciones presidenciales del 20123. Aunque
ambos se dispersaron en poco tiempo, los grupos que estuvieron en la base de las
movilizaciones brasileñas estaban organizados desde mucho tiempo antes y siguen
adelante luego del momento álgido de las acciones de calle.
En
los últimos 10 años han surgido tantos movimientos que resulta difícil hacer un
listado que los incluya a todos. Entre
los más conocidos, figura el movimiento estudiantil de Chile, agrupado en la
Asamblea Coordinadora de
Estudiantes Secundarios (ADES); las decenas de asambleas locales contra la
minería y el modelo extractivo en Argentina, coordinadas en la Unión de
Asambleas Ciudadanas; la potente resistencia a la minería en el departamento de
Cajamarca, en el norte del Perú, en particular contra el proyecto Conga, en la
que destacan las comunidades indígenas andinas, por mencionar apenas tres casos
distintos. A ellos, habría que sumar infinidad de movimientos locales, como la
Asamblea Malvinas Lucha por
la Vida, que consiguió frenar la instalación de Monsanto en una pequeña
localidad cercana a la ciudad de Córdoba (Argentina)4. O la
importante resistencia a la especulación inmobiliaria en Río de Janeiro, con
motivo del reciente Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos del 20165.
Bloques sociales y temáticos En el continente podemos identificar, por su
pertenencia social, tres grandes bloques de movimientos: los indígenas, los
campesinos y los de sectores populares urbanos. Cada
uno de ellos se asienta en espacios diferentes y enarbolan, en principio,
demandas distintas. Los primeros, anclados en sus territorios ancestrales,
reivindican la defensa y reconocimiento de esos territorios frente a la
expansión del extractivismo minero y agroexportador, pero también exigen
autogobierno en base a sus usos y costumbres, así como poder decidir aspectos
centrales de las políticas educativas y de salud que afectan a los pueblos.
La actividad de los
movimientos campesinos gira en torno a la
tierra. Como los
indígenas, enfrentan también al agronegocio, en particular la expansión de los
cultivos de soja que provocan migraciones y contaminan aguas y poblaciones. Su
lista de demandas incluye desde la reforma agraria (caso del Movimiento Sin
Tierra de Brasil) hasta la exigencia de créditos para la producción y precios
para sus productos. En los últimos años algunos de ellos han incrementado sus
movilizaciones contra los efectos de tratados de libre comercio con Estados
Unidos, y llegan a exigir su derogación, como la
Mesa Nacional de
Unidad Agraria y decenas de organizaciones campesinas en Colombia6.
El tercer bloque está
conformado por los sectores populares que viven en las periferias de las grandes
ciudades. En estos espacios, que en ocasiones denominan también como
territorios, se aglomeran familias que fueron expulsadas por el agronegocio, las
guerras y violencias de paramilitares, narcotraficantes, militares y guerrillas,
pero también trabajadores formales cuyas empresas quebraron en la última crisis
y migrantes de países de la
región. Han levantado
sus viviendas en base al trabajo familiar, espacios y equipamientos colectivos
(en ocasiones escuelas y clínicas de salud) gracias a la cooperación y la
reciprocidad (minga). En general, son familias que sobreviven en el empleo
“informal”, pero también encontramos trabajadores mal remunerados que se
desempeñan en la construcción, el trabajo doméstico y la venta ambulante.
Las demandas han sufrido algunos cambios a lo largo de los años. Si hubiera que
encontrar alguna característica común, es el rechazo a la desigualdad y la lucha
por cambios de carácter estructural .
Sin embargo, muchos de estos movimientos comienzan reclamando algo tan simple
como poder vivir. Algo así reclaman Máxima Acuña Atalaya, su familia y sus
vecinos: que les permitan quedarse en las tierras que compraron hace 20 años,
que ahora reclama una multinacional de la minería en la
laguna Azul , en las alturas de Cajamarca7. El derecho
a la vida es también el reclamo que
mujeres y personas de la diversidad sexual han instalado en la agenda pública de
muchos de los países de la región para acabar con la impunidad de la que gozan
los responsables de feminicidios y crímenes de odio.
En efecto, las luchas por
el agua, la tierra y el derecho a la vivienda, aún para quienes viven en favelas y
asentamientos precarios, atraviesa a campesinos, indígenas y sectores populares
urbanos. Pero a
medida que esas demandas se convierten en movilizaciones, desde lo local hasta
lo nacional, chocan con las diversas facetas de la desigualdad (desde el acceso
a los medios de
comunicación hasta la representación en el sistema político). En
este punto enfrentan lo que el sociólogo peruano Aníbal Quijano ha denominado “colonialidad
del poder”: un patrón de
relaciones asimétricas, de raza, género y generación, que siempre perjudica a
los indios, negros y mestizos, y de modo particular a las mujeres y los jóvenes
de esos sectores.
El nacimiento de feminismos
comunitarios, populares, indígenas y afrodescendientes, forma parte de este
proceso de enraizamiento de los movimientos entre los grupos subalternos,
marcando claras diferencias con la primera generación de feministas formadas en
las academias y los partidos políticos, y volcadas hacia las ONGs y las
instituciones8. Una característica de esta nueva realidad, es la
aparición de grupos de mujeres (como FEMUCARINAP9), que no se
identifican como feministas, pero que luchan por la emancipación de las mujeres.
En el mundo juvenil se
pueden observar procesos similares. A través de expresiones como el hip
hop, los jóvenes negros de
ciudades como Río de Janeiro buscan un lugar en una sociedad que los excluye10.
Los medios de
comunicación nacidos en las villas de
Buenos Aires, donde grupos juveniles expresan sus diferencias culturales,
enseñan la politización no domesticada de los jóvenes pobres en las grandes
ciudades latinoamericanas11.
Una nueva cultura política
Tan importante como las
demandas, son las culturas políticas que expresan los movimientos. Se trata de
abordar lo que no dicen los programas políticos, ni las listas de
reivindicaciones, ni las consignas que agitan en las calles. Sabemos que hoy los
movimientos luchan contra los extractivismos minero, agropecuario y urbano, por
más libertades y derechos. Pero también importa cómo lo hacen, de qué manera
trabajan, cómo están dispuestas sus fuerzas en el interior de los colectivos y
grupos.
Los nuevos movimientos muestran otros modos de organizarse, una cultura política
que el MPL sintetiza en cinco rasgos: autonomía, horizontalidad, federalismo,
consenso para tomar decisiones y apartidismo (que diferencian del anti-partidismo). En
paralelo, suelen posicionarse contra un amplio abanico de opresiones: de clase,
de género, de raza y generacionales, además de la defensa de la
naturaleza. Casi todos
los movimientos asumen varias identidades, no limitándose a una sola, lo que
constituye una característica de los movimientos integrados por jóvenes.
La más reciente camada de
movimientos nació en un período caracterizado por la crisis del viejo
patriarcado y la deslegitimación de las instituciones basadas en la
representación, como los partidos, los sindicatos y los parlamentos. En ambos
casos, los nuevos sujetos (en particular mujeres y jóvenes) tienden a construir
organizaciones que rehúyen las jerarquías, el tipo de estructuras gobernadas por
varones, donde las bases están sujetas a las direcciones y tienen pocas
posibilidades de hacer que sus opiniones sean tenidas en cuenta. Quisiera
destacar cinco aspectos que considero atraviesan a la mayor parte de los
movimientos más dinámicos y creativos y que conforman el núcleo de la cultura
política emergente en el actual activismo social y político.
- Crean
organizaciones pequeñas y medianas, donde los vínculos cara a cara sustituyen la
figura de la representación en las grandes organizaciones de “masas”. La
preferencia por grupos de tamaño reducido no ha impedido la eficacia de la
movilización. En esos
grupos se crean fuertes lazos de camaradería y confianza, similares a los
vínculos de carácter comunitario. Son esos vínculos los que potencian la acción
colectiva, sostenida en el tiempo, y no los aparatos burocráticos de carácter
masivo. Esto facilita su autonomía del Estado y los partidos.
- Para
la coordinación de acciones entre gran cantidad de grupos, establecen
coordinaciones puntuales, “livianas”, capaces de articularse en poco tiempo, que
tienden a desarmarse cuando ya no son necesarias. Esta peculiaridad de los
colectivos de jóvenes y mujeres suele desconcertar a los varones anclados en la
“vieja” cultura política, ya que hay un evidente desfasaje entre la capacidad de
movilización y la estabilidad y visibilidad de los núcleos organizados.
- La
horizontalidad, entendida como la inexistencia de jerarquías permanentes y
fijas, es una de las principales características de los modos de hacer de los
movimientos actuales. En
vez de representantes, eligen voceros; en vez de dirigentes, nombran personas
para coordinar cada reunión, asamblea o actividad, que no suelen ser las mismas
que ya realizaron esa tarea en momentos anteriores. En no pocos casos, aparece
la figura de la rotación o turno, propia de las culturas indígenas, aunque la
mayor parte de las veces no las nombran de ese modo.
- Se
percibe un evidente rechazo a un tipo de crecimiento destructivo de la
naturaleza y también de la sociabilidad entre las personas. Rechazan
la contaminación y el crecimiento económico que no aporta calidad de vida a las
comunidades. En algunos
casos adoptan la consigna de “Buen Vivir” para designar el tipo de sociedad a la
que aspiran, aunque otros movimientos prefieren hablar de “socialismo”. No todos
los movimientos rechazan el desarrollismo, aunque hay una tendencia creciente a
la crítica al modelo de crecimiento perpetuo.
- Por
último, una de las características más novedosas de los movimientos es que no
sólo demandan a los Estados y gobiernos, sino que crean
espacios propios donde empiezan a construir relaciones sociales diferentes a las
hegemónicas. Inspirados en
las comunidades indígenas y en las culturas juveniles, se empeñan en construir
ahora el mundo de sus sueños.
NOTAS: (…)
Fuente original: http://www.noticiasaliadas.org/articles.asp?art=7159
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=198144