miércoles, 29 de agosto de 2018

I. Mirar a qué Estado construir, es concebirlo arraigado en el poder de las comunidades con autogobierno sobre sus territorios.

Pero, a la vez, con solidaridad de 
afirmación en el Nunca Más 
países y zonas de sacrificio para
el enriquecimiento de uno
por ciento de la humanidad.

Situarnos en el actual Estado represor nos plantea asociarlo a los poderes fácticos que, sobre todo, adquirieron potencial de planificación e imposición de la transferencia de riquezas e ingresos desde la diversidad de abajo hacia sus arcas en el exterior del país a partir de los setenta.


Podemos conectar con la masacre de Trelew (y nos ayuda la siguiente nota realizada cuando se concretaba la ronda de alegatos) el inicio por la alianza entre capitales-estados imperialistas y los locales de la criminalidad de lesa humanidad  para instaurar su "reorganización nacional"

 

Trelew: Para los querellantes, la masacre fue un antecedente claro del plan de exterminio.

17 de septiembre de 2012


Rawson (Enviado especial).- La Masacre de Trelew fue "un hito en el plan clandestino de represión, que alcanzó su máxima intensidad durante la última dictadura" de 1976-83, afirmó hoy la querella al comenzar los alegatos finales en el juicio por el fusilamiento de 19 presos políticos perpetrado en 1972. "Estamos en la etapa final de este juicio por la Masacre de Trelew, luego de más de 30 años de silencio e impunidad", dijo Eduardo Hualpa, uno de los abogados de la querella de familiares de víctimas de la Masacre del 22 de agosto de 1972. Hualpa expuso los hechos previos al fusilamiento que causó 16 muertes y heridas graves a otros tres prisioneros en la base Almirante Zar de la Armada, desde la fuga, una semana antes, de 25 detenidos del penal de Rawson, la capital de Chubut.
Seis participantes de esa fuga completaron la huida en avión a Chile, mientras que otros 19, cercados por tropas militares en el viejo aeropuerto de Trelew, pactaron su rendición con garantías el  15 de agosto, en presencia de un juez  y periodistas. El letrado expuso luego la secuencia que derivó en la ejecución de los prisioneros y relató también hechos posteriores, como la persecución a sobrevivientes, familiares de las víctimas, abogados y miembros de la Comisión solidaria con los presos políticos, integrada por vecinos de Rawson y Trelew. 

"Representamos en este juicio a nueve familias marcadas y algunas diezmadas, por quienes estamos alegando", dijo Hualpa, sobre la querella que integra junto a las abogadas Carolina Varsky y Daiana Fusca, del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). 

Hualpa dedicó parte del alegato a desmontar la versión oficial de la dictadura y la Armada sobre que el prisionero Mariano Pujadas hubiese arrebatado un arma a la guardia y comenzado a disparar en un supuesto nuevo intento de fuga. Dijo además que los cinco marinos acusados en el juicio que se desarrolla en Rawson "están imputados por gravísimos delitos que configuran sin duda crímenes de lesa humanidad", aunque tocará a Varsky mañana la calificación de los mismos y el pedido de penas.

Por su parte, Fusca expuso sobre el contexto histórico de la Masacre de Trelew, durante la dictadura de 1966-73 y su Doctrina de la Seguridad Nacional, que definió un "enemigo interior llamado subversión". En ese marco, citó normativa y reglamentación "reservada" o secreta, incorporada al expediente, que preveía el uso de tormentos, con eufemismos como "método de la acción compulsiva" para obtener información e "interrogatorios estrictos". 

Esa documentación del régimen  dictatorial preveía también que la población "podrá sufrir las consecuencias de la represión militar", a la vez que confirma que ya entonces existían los Grupos de Tareas clandestinos, generalizados a partir de 1976. La abogada recordó además la creación del fuero antisubversivo y de El Camarón, como se conoció a la Cámara Federal en lo Penal conformada en 1970, un tribunal ad hoc sin derechos a apelación, concebido como parte del aparato represivo. 

La "motivación ideológica comunista, calificación encomendada a la SIDE", servía para perseguir a militantes estudiantiles, políticos, sindicales, sociales y sacerdotes, añadió Fusco.     Como contrapartida, aludió a "la movilización social", con expresión saliente en el Cordobazo del 29 de mayo de 1969, "a la aparición de organizaciones revolucionarias y a las agrupaciones de defensa de los presos", como la surgida en las principales ciudades de Chubut en torno a detenidos en el penal de Rawson. 

Fusco recordó que entre los presos de la Unidad 6 de Rawson se hallaba el sindicalista Agustín Tosco, principal líder del Cordobazo, y que Pedro Bonet, asesinado el 22 de agosto, había dicho una semana antes a la prensa: "somos hijos de mayo de 1969, somos hijos del pueblo". 

Citando testimonios y documentación reunida durante el juicio, la abogada señaló que la represión en la Argentina cobró forma bajo la influencia de la estadounidense Escuela de Panamá, donde se formaban oficiales latinoamericanos, y de la "escuela francesa". "El plan clandestino de represión" se conformó entre fines de  los `60 y comienzos de los `70, incluidos doctrina y cursos, también "los primeros secuestros y asesinatos", por los que "todo estaba listo" para ponerlo en ejecución con la Masacre de Trelew, señaló  Fusco. 

Además de los familiares de las víctimas, también es querellante en el juicio la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, representada por los abogados Germán Kexel y Martín Rico, que alegarán al parecer el miércoles próximo. Según estimaron fuentes de la causa, el jueves pronunciaría su alegato el fiscal federal Fernando Gelvez. Después vendrá el turno de la defensa de los cinco marinos acusados: Emilio Jorge Del Real, Carlos Amadeo Marandino, Jorge Enrique Bautista, Luis Emilio Sosa y Rubén Norberto Paccagnini, y la sentencia se conocería a mediados de octubre próximo.

Nos urge generalizar el destape al partido de estado que es el Partido Justicialista como esencial al Estado represor. Hasta  ejerció terrorismo paraestatal mediante la impune Alianza Argentina Anticomunista (Triple A) y estatal como "El Operativo Independencia" cuya actuación fue ordenada por el Decreto Nº 261/75 del gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón.

Veamos cuándo y cómo comienza la homogeneización del PJ hasta ser sólo de derecha desde 1984 hasta hoy, tan imprescindible para hacer gobernable al neoliberalismo e ir convirtiendo a la dirigencia del bipartidismo (PJ-UCR) en socios menores de los poderes fácticos.

La Masacre de Ezeiza:

“bautismo de fuego” de la derecha peronista

Los ataques perpetrados por la derecha peronista, durante la Masacre de Ezeiza, marcaron el inicio de una serie de enfrentamientos violentos destinados a terminar con la vanguardia obrera y de izquierda.
20 de junio de 2018
El 20 de junio de 1973 el General Juan D. Perón regresaba a Argentina luego de 18 años de proscripción y exilio. Desde Madrid partió rumbo a Buenos Aires acompañado de una comitiva conformada por su esposa Isabel Perón, el presidente Hector Cámpora, los sindicalistas Rucci y Lorenzo Miguel y José López Rega –ministro de Bienestar Social– todos ellos hombres muy cercanos a Perón sobre todo el “brujo”. El líder peronista aterrizó en la base militar de Morón recibido por los Comandantes en jefe de las FFAA mientras que dos millones de personas se habían reunido en los alrededores de los bosques de Ezeiza, lugar elegido para realizar el acto de bienvenida. Esperaban el encuentro con el líder peronista.
Desde las primeras horas de la mañana, los hombres del teniente coronel Jorge Osinde (como veremos más adelante, uno de los organizadores de la represión) comenzaron un enfrentamiento desde los palcos y el escenario disparando con armas largas sobre las columnas de la izquierda peronista, representadas por la JP y Montoneros (la Tendencia), en forma indiscriminada.La derecha peronista tuvo su “bautismo de fuego” en la Masacre de Ezeiza, montando un verdadero operativo de guerra.
Lo que se pensaba que sería una fiesta histórica del peronismo se convirtió en una tarde de terror para el conjunto de las personas movilizadas. Los acontecimientos en Ezeiza iniciaron una fuerte ofensiva de la burocracia sindical y de los sectores más conservadores y reaccionarios del peronismo buscando dar un golpe palaciego al Gobierno de Héctor J. Cámpora. Su objetivo: neutralizar y disminuir la influencia de los sectores de izquierda dentro del peronismo y aniquilar a la vanguardia obrera y popular.
 

Los antecedentes de la Masacre de Ezeiza

Perón volvería al país para contener el ascenso obrero y popular –que se inició con el mayo cordobés– y terminar con las experiencias políticas que la vanguardia obrera venía desarrollando en las fábricas. La única carta posible que podía jugar la burguesía era la vuelta de Perón y fue el presidente de facto, Alejandro Lanusse, el encargado de abrir nuevamente el juego electoral al partido proscripto a través del Gran Acuerdo Nacional(GAN). No nos olvidemos que el peronismo es el partido burgués al que respondía políticamente el movimiento obrero y su burocracia (1).
Las ilusiones que despertaba el retorno de Perón en las masas se había manifestado ya en los multitudinarios festejos de asunción del Presidente Cámpora el 25 de mayo de 1973, ese mismo día el nuevo gobierno liberó a los presos políticos de la dictadura producto de la intensa movilización popular.
Los sectores representantes de la izquierda peronista habían ganado influencia política dentro del Movimiento y del propio gobierno camporista. Por ejemplo, tanto la gobernación de la Provincia de Buenos Aires como la de Córdoba (entre otras), representadas por Bidegain y Obregón Cano, eran aliadas de la Juventud Peronista. Los dirigentes sindicales, por su parte, estaban incómodos con la campaña presidencial que se estaba gestando en marzo del 73 y buscaron alcanzarle su preocupación al líder exiliado sobre la presencia de “infiltrados” en el Movimiento y el avance de la izquierda en los sindicatos. Perón, quien oscilaba entre dar aire a los sectores más radicalizados y apoyarse en los sectores ortodoxos según el momento político que atravesaba, se apoyó en los primeros para facilitar su vuelta al país y el retorno a la presidencia. Pero la “primavera camporista” no detuvo el ascenso de la lucha de clases y se produjeron masivas tomas de edificios públicos. Para el día 14 de junio más de 180 escuelas, hospitales y Ministerios se encontraban tomadas por sus trabajadores.
Esta situación llevó a Perón a pactar, tiempo antes de su llegada al país, con los sectores sindicalistas y las organizaciones de la derecha peronista representadas tanto por el “brujo” como por Rucci. Esto también explica porqué la Comisión Organizadora del acto de bienvenida en Ezeiza estaba formada por el Secretario General de la CGT, Lorenzo Miguel (Jefe de los metalúrgicos), la neofascista Norma Kennedy por la rama femenina, el Secretario de Deportes y Turismo Jorge Osinde –que en la práctica es quién dirigió los ataques desde una habitación del Hotel Internacional de Ezeiza– y, por último, Juan Manuel Abal Medina (Secretario general del Movimiento Peronista) único que tenía buenas relaciones con la izquierda peronista. La relación de fuerzas desde esta perspectiva era más que clara.
 

Los hechos

Mientras en la madrugada del miércoles 20 de junio las columnas peronistas se dirigían hacia el sur del Gran Buenos Aires, cerca de tres mil hombres armados hasta los dientes al mando de Osinde y del Jefe de la Policía, gral. Iñiguez, se apostaron en los alrededores del palco esperando la llegada de la JP y los Montoneros. El selecto grupo estaba integrado por parapolicías, guardaespaldas sindicales y activistas de derecha que eran miembros regulares de las organizaciones de la derecha peronista: la Concentración Nacional Universitaria (CNU), el Comando de Organización (CdeO) de Brito Lima y la Juventud Sindical Peronista (JSP), recientemente creada por Rucci para competir directamente en el terreno de la JP. Todos ellos tenían la orden de disparar si las columnas avanzaban hasta ocupar los espacios más cercanos al escenario que correspondía a los primeros 300 mts, destinados para la gente llevada por los sindicatos que no alcanzaba las 200.000 personas, un número ínfimo si lo comparamos con la gente que llevó la JP.
En el transcurso del día se sucedieron una serie de episodios confusos: balaceras, corridas, se cantaba el himno y, luego, volvían a escucharse disparos. A partir de las 15 hs el ataque contra las masas dispersas era evidente mientras el conductor del acto Leonardo Fabio intentaba contener la histeria general. A las 16:20 Fabio repetía desde el micrófono una vez más que Perón estaría pronto a llegar, cuando minutos más tarde el avión descendía en la base de Morón. Aunque los organizadores del acto aseguraron que el aterrizaje en la base aérea había sido improvisado debido a la tensa situación que se estaba desencadenando en los alrededores de Ezeiza, lo cierto es que ya se sabía desde hacía horas que a Perón lo estaban esperando en Morón. Incluso Miguel Bonasso cuenta en La Voluntad que antes de ir a Ezeiza se cruzó en la Casa Rosada con Oscar García Rey – funcionario de López Rega – quien le dijo que no gastase en ir al acto de bienvenida porque Perón no iba a llegar nunca allí (2).
Las ambulancias del Ministerio de Bienestar Social tuvieron un rol destacado en la represión. Fueron las encargadas de trasladar el armamento hasta la zona (se utilizaron escopetas de caza, fusiles fal, subametralladoras uzi, metralletas halcón, pistolas calibre 45, fusiles de miras telescópicas, entre otra) y funcionaban como unidades operativas de la CdeO, identificados con un brazalete blanco mientras que la JSP usaban uno verde). En el palco los prisioneros eran golpeados y tajeados mientras miles de palomas “de la paz” que iban a ser utilizadas para la bienvenida de Perón volaron sobre el terreno de enfrentamiento para generar distracción durante la balacera. La descripción de la escena expresa el desconcierto y la confusión general. Se había ocupado el Hogar Escuela Santa Teresa como base de operaciones mientras que el Hotel Internacional se utilizó para la tortura de los prisioneros, a cargo del jefe de Seguridad de Rucci, el negro Corea.
Por su parte el Automóvil Club Argentino (ACA) le brindó a Osinde y a Iñiguez unas quince grúas, tres camiones y dos coches para coordinar las comunicaciones del aparato de seguridad.
El SMATA, la UOM y la UOCRA fueron tres de los sindicatos que más hombres brindaron al operativo. El SMATA particularmente ocupó la parte izquierda del palco y controlaban la zona del Puente 12 bajo las órdenes del pistolero Adalberto Orbiso quien fuera interventor del SMATA en Córdoba luego del Navarrazo y, más recientemente, aliado de Massa y del Frente Renovador en Morón en las elecciones del 2013. Al día siguiente de los hechos, el SMATA publicó una solicitada reivindicando los acontecimientos en Ezeiza y defendiendo abiertamente los ataques. Esta costumbre del SMATA se mantiene hasta la actualidad. La lucha de los trabajadores de Lear dio cuenta de que los sucios métodos de la burocracia sindical de los setenta continúan presentes en el sindicato liderado por Pignanelli.
Al día siguiente los medios más importantes hablaron de enfrentamientos y peleas entre grupos antagónicos (ver La Prensa, Clarín y La Razón del 20/7 y 21/7) cuando en realidad fue una emboscada organizada con antelación por la derecha peronista y avalada por el propio Perón. Los datos de Vertbitsky en Ezeiza hablan de un saldo de 13 muertos, 365 heridos y decenas de hombres torturados.
Perón no tardó en ubicarse del lado de los pistoleros y de la “patria peronista”. El 21 de Junio habló por Cadena Nacional en televisión y, sin repudiar los violentos ataques del día anterior, dijo: “Es preciso volver a lo que fue en su hora el apotegma de nuestra creación: de casa al trabajo y del trabajo a casa, porque sólo el trabajo podrá redimirnos de los desatinos pasados. Ordenemos primero nuestras cabezas y nuestros espíritus […] Por eso deseo advertir a los que tratan de infiltrarse en los estamentos populares o estatales que por ese camino van mal. Así, aconsejo a todos ellos tomar el único camino genuinamente nacional: cumplir con nuestro deber de argentinos sin dobleces ni designios inconfesables”. El mensaje no solamente buscaba interpelar a los sectores del peronismo más radicalizados sino que también le daba vía libre al accionar de los grupos fascistas para aniquilar la vanguardia obrera y estudiantil.

Después de Ezeiza

La primavera camporista duro apenas 49 días, el 13 de julio el tío presentaría su renuncia siendo reemplazado por Raúl Lastiri -yerno de López Rega- hasta que en Octubre asumió Perón. En su tercera presidencia gobernó junto con los sectores más reaccionarios del Movimiento Peronista manteniendo muy buenas relaciones con la burguesía nacional. El General no estaba cercado, como solía justificar una y otra vez la “juventud maravillosa”, sino que tomó una decisión política: enfrentarse a las organizaciones de izquierda que le disputaban el poder a su viejo aliado sindical y organizar la represión obrera y juvenil utilizando dos vías: la legal y la clandestina.
La escalada de violencia fue in crescendo con la creación de la Triple A, banda parapolicial creada por el Estado y organizada desde el Ministerio de Bienestar Social (3). Según Ignacio González Janzen en La tripla A, el debut de la banda fascista fue en Ezeiza aunque el primer atentado reconocido por ellos fue en noviembre de 1973 cuando le colocan una bomba al auto del senador radical Solari Yrigoyen.
El año siguiente fue testigo del fortalecimiento del giro a derecha del gobierno de Perón con la reforma del Código Penal, la prohibición de la ocupación de fábricas y la aprobación de la Ley de Asociaciones Profesionales y el golpe policial cordobés conocido como el Navarrazo.
La Masacre de Ezeiza fue el huevo de la serpiente. En los dos años siguientes el conjunto de organizaciones parapoliciales encabezadas por la Triple A secuestraron y asesinaron a más de dos mil personas que formaban parte de la vanguardia obrera y estudiantil del campo peronista pero también del clasismo y la izquierda. Muchos de los integrantes de la Triple A y del resto de las bandas se reacomodaron durante la dictadura participando de los grupos de tarea organizados por las FFAA a partir del ´76 o colaboraron desde los sindicatos con el nuevo gobierno militar como recordó nostálgicamente Barrionuevo hace algún tiempo. También hombres como Moyano - que comenzó su vida política y sindical en la JSP de Mar del Plata acusada de perseguir militantes de izquierda en coordinación con la Triple A y la CNU- mantiene su liderazgo sindical hasta hoy. Otro de los casos más conocidos es el del actual titular de la UOCRA que tuvo sus inicios en el área del espionaje.
Actualmente la mayoría permanece impune y, no sólo eso, sino que se mantienen en las direcciones de los sindicatos reproduciendo las viejas lógicas propias de los matones de los setenta. Por este motivo, la tarea principal de la vanguardia obrera continúa siendo recuperar los sindicatos para echar definitivamente a estos dirigentes sindicales que continúan siendo leales a los intereses de los empresarios y gobiernos de turno.
Referencias:
1. Ver Insurgencia Obrera. Ruth Werner, Facundo Aguirre, 2007, ed IPS. Pag. 72.
2. Ver La Voluntad Vol II, Eduardo Anguita, Martin Caparrós, ed Planeta. pag 62.
3. Ver Andrea Robles, "La Triple A y la política represiva del gobierno peronista" en Insurgencia Obrera.
Fuente:
 https://www.laizquierdadiario.com/La-Masacre-de-Ezeiza-bautismo-de-fuego-de-la-derecha-peronista
 
Verificamos que todos los gobiernos progresistas surgen en respuesta a rebeliones populares antineoliberales o a crisis de representación del bipartidismo tradicional. Sólo en Argentina el más eficiente en el cautivar-reprimir de la democracia restringida y con identidad de derecha como es el PJ deviene gobierno progresista. En cambio, todos los otros son nuevos ganadores del amplio consenso y se originan en las izquierdas. Al principio tres aparecen consecuentes con dicha identidad política y desde pocos años atrás, dos: los gobiernos de Chávez-Maduro y de Evo Morales.
 
En las izquierdas predominan dos objetivos que no cuestionan al Estado en vigencia y por tanto, procuran la presidencia vía electoral y las nacionalizaciones pero sobre todo soslayan el funcionamiento del sistema mundo capitalista en subsistemas: de agronegocios, de megaminería, de hidrocarburos... . Reflexionemos sobre qué sucede en Bolivia y es similar en nuestros países:
 


Los dispositivos políticos de la máquina capitalista

15 de agosto de 2018 Imprimir

Por Raúl Prada Alcoreza
(...)A pesar de la nacionalización de los recursos y de algunas de las empresas en los sectores mineros y de hidrocarburos – y de la evidente tendencia hacia un mayor papel del sector social de cooperativas pequeñas y medianas (cuyas operaciones podría decirse tienen implicaciones desarrollistas mayores que las del capital extractivo) -, el gobierno sigue dependiendo de la inversión extranjera y de las compañías trasnacionales tanto para la obtención de capital como de tecnología. La dependencia del gobierno de la Inversión Extranjera Directa se refleja en la política gubernamental de ampliar sus reservas de divisas – que es una señal clara hacia los inversionistas de que el país está abierto a los negocios y que es un puerto seguro para la inversión productiva -, así como en el número de concesiones mineras otorgadas desde el 2006 (258 hasta el año 2010).
Como se puede ver, lejos de salir del modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente, el “gobierno progresista” lo ha ahondado, extendiéndolo intensivamente, haciendo al país más dependiente. No tiene pues mucho sentido perderse en las distinciones entre “gobiernos progresistas” y gobiernos neoliberales, entre “izquierdas” y “derechas”; estas distinciones son ideológicas, incluso pueden corresponder a diferentes estilos de gobierno; sin embargo, asistimos a distintas modalidades de lo mismo, del despliegue de la dominación de la hiper-burguesía de la energía fósil y de sus aliados, las burguesías rentistas, las burguesías nacionales, las formas cooperativas empresariales extractivistas, además de otras burguesías, como las que corresponden al lado oscuro de la economía.(...)

Volvamos al artículo Los dispositivos políticos de la máquina capitalista, Raúl Prada Alcoreza lo comienza haciendo referencia a Brasilia y al nuevo palacio de gobierno en Bolivia:
 
(...)Bueno pues, uno de los dispositivos políticos, entonces, tiene que ver con esta ocupación urbana, que emplea un modelo arquitectónico de inspiración; en el caso de Brasilia, la arquitectura moderna; en el caso de “La Casa del Pueblo”, la arquitectura barroca populista. En el caso que nos ocupa, el sentido político e ideológico de la edificación del nuevo palacio de gobierno, podemos decir que la arquitectura barroca populista es un dispositivo de poder del Estado rentista, en su etapa crepuscular, y del modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente. En el momento presente, que forma parte del periodo del capitalismo tardío, es decir, de la fase de clausura del sistema-mundo capitalista y quizás de la civilización moderna, de dominación del capitalismo financiero especulativo, la dominación de clase pasa por el dominio de la hiper-burguesía de la energía fósil y de las burguesías nacionales rentistas, que la circundan. Para comprender los fenómenos políticos singulares, en los espesores coyunturales del presente, es menester desembarazarse de los esquematismos ideológicos usuales, por ejemplo, los relativos a las “derechas” e “izquierdas”, incluso, “conservadurismos” y “progresismos”, así como también liberales y socialistas, neoliberales y populistas. Estos nombres referenciales forman parte de los discursos en boga; ahora bien, el discurso, como dijimos, no solamente cumple una función enunciativa, dice lo que trasmite en la emisión discursiva, sino también cumple otra función, dice lo que no transmite la función enunciativa, dice lo que se hace efectivamente. Mas o menos ocurre lo siguiente, que se expresa de la siguiente manera: puedo decir lo que sea, pero lo que vale es lo que hago; lo que digo forma parte de lo que hago y lo que hago no es la consecuencia del discurso, sino todo lo contrario.
Si se embauca a la gente con el discurso de convocatoria populista, teñido de convocatoria “izquierdista”, además, con ribetes “indigenistas”, se lo hace no para adelantar lo que se va a hacer, sino para hacer lo que se tiene que hacer, que tiene que ver muy poco con el discurso político. Lo que se tiene que hacer tiene que ver con el modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente; tiene que continuar la expansión intensiva de lo que los economistas llaman modelo primario exportador. Tiene que continuar la efectuación de la geopolítica del sistema-mundo capitalista, que separa centros de periferias, que, en las condiciones y circunstancias del periodo que nos toca, incluye a los puentes o transiciones de las llamadas potencias emergentes, BRICS. El “gobierno progresista” de Bolivia es un engranaje en la heurística de las máquinas de poder de la dominancia del capitalismo financiero, especulativo y extractivista.
Se entiende pues, desde esta perspectiva expuesta, entendiendo que se trata de la forma de gubernamentalidad clientelar, como dispositivo de la dominación mundial de la hiper-burguesía de la energía fósil, que es coherente lo que hace: las concesiones a empresas trasnacionales extractivistas en el TIPNIS; la proyección de demoledoras represas que alimentaran al crecimiento de la potencia emergente de Brasil, que, a su vez, forma parte de la geopolítica del sistema-mundo capitalista, centros cambiantes, potencias emergentes, periferias; la apertura al capital internacional a través de concesiones dadivosas y de mecanismos jurídicos tan comprometedores como en el periodo neoliberal; la promulgación de la Ley Minera, que continua ostensivamente el entreguismo a las empresas trasnacionales saqueadoras y depredadoras; las disposiciones forestales que permiten la continuidad devastadora de la destrucción de bosques; la práctica de inversiones que se evaporan y construyen elefantes blancos o, en su caso, peor, elefantes fantasmas. Sin hablar de la corrosión institucional y la galopante corrupción que acompañan. Todo esto forma parte del ejercicio del poder del Estado rentista y del modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente.
En contra de lo que se esperaba, las gestiones del “gobierno progresista” expandieron el carácter extractivista de la estructura económica. ¿A qué se debe esto? Según Henry Veltmeyer se debe al carácter del desarrollismo voluntarista y al carácter pragmático del extractivismo. Sin dejar de compartir lo que dice Henry Veltmeyer, para nosotros, tiene que ver con la aceptación de la geopolítica del sistema capitalista y la continuidad del círculo vicioso del poder. El “gobierno progresista” es un dispositivo jurídico-político-institucional de la dominación global de la hiper-burguesía de la energía fósil y de la dominancia del capitalismo especulativo-extractivista.
La dominación del capitalismo financiero, especulativo y extractivista se efectúa de manera pragmática. No importan mediante qué ideología o discurso se efectúa; lo que importa es que se efectúe; puede darse mediante el ejercicio del ajuste estructural neoliberal o mediante el ejercicio político barroco de la forma de gubernamentalidad clientelar. La realización de esta dominación imperial, del orden mundial, puede investirse de las pretensiones técnicas neoliberales o de las pretensiones de justicia social populistas; lo que importa no es tanto la manera de presentarse, sino el desenvolvimiento de la facticidad. El hecho es que el despliegue de la dominación mundial se da, en cualquiera de las formas que se presente, que la huella ecológica se extiende por el planeta y en la geografía de los países, encubierta en cualquiera de las formas ideológicas y de las formaciones discursivas políticas.(...)

 
Establezcamos si sucede que todos los gobiernos progresistas basan sus relaciones con las diversidades de abajo en aparatos clientelares y en políticas de embaucamiento ideológico. A partir de la confirmación descubramos que su conciliación de clases es sobre todo complicidad con el poder que es, a la vez, concentrado e imperialistas. Le  entrega los bienes comunes sociales y naturales e incluso las comunidades.
 
 
América Latina y la conciliación de clases
19  de agosto de 2018
Peter Rosset*
 
Está de moda especular sobre qué esperar del próximo gobierno de México. Aunque nadie puede predecir el futuro, el análisis comparativo puede ayudar a establecer ciertos marcos para nuestras expectativas. Honduras, Paraguay, Uruguay, Argentina, Brasil, Ecuador, Venezuela, Bolivia, Chile, Perú, El Salvador y Nicaragua han tenido gobiernos que decían o dicen ser progresistas, y me gustaría hacer aquí un balance de lo bueno, lo malo y lo feo de sus resultados.
Cada uno de esos gobiernos aplicaba una estrategia de lo que se podría denominar conciliación de clases, ya que, excepto Cuba, la generación previa de lucha armada y lucha de clases había sido derrotada. Cada uno de los gobiernos, incluyendo las expresiones más radicales de Chávez, Morales y Correa, gobernaron de manera conjunta con sectores importantes de oligarquías, burguesías nacionales y grupos de capital.
 
El saldo frío de esos gobiernos, casi sin excepción aunque en menor o mayor grado, incluye sendos elementos en común. Todos lograron reducciones importantes de la pobreza extrema, sobre todo mediante programas de corte compensatorio y asistencialista, incluyendo las transferencias directas y la mal llamada inclusión financiera, que permite a los pobres acceder a un mayor nivel de consumo mediante el endeudamiento con el crédito. También lograron niveles significativos de democratización del acceso a la educación superior usando becas, cuotas y abriendo nuevas universidades públicas.

Todo esto, sin embrago, sin grandes cambios estructurales favorables a los intereses de las clases trabajadoras y campesinas o de las poblaciones indígenas y afrodescendientes. Más bien sus mandatos fueron escenarios de mayor trasnacionalización de las economías, la llegada del capital financiero internacional y el aumento exponencial de las concesiones mineras. A la par de crear pequeños ministerios o subsecretarías para atender la agricultura familiar y campesina con modestos presupuestos de crédito y compras públicas, entregaron los ministerios o secretarías de agricultura, con mega presupuestos, a los hombres y mujeres de Monsanto y del agronegocio. Liberaron los transgénicos y no avanzaron en la reforma agraria. En Brasil, los gobiernos de Lula y Dilma vieron la mayor expansión territorial del agronegocio en la historia del país. Han sido políticas de neodesarrollismo y neoextractivismo que justifican la expansión del agronegocio y la minería a cielo abierto con una mayor recaudación de impuestos y regalías por el Estado, modelo que ha entrado en crisis con el fin del boom de los commodities.
 
Cado uno de esos gobiernos ha sido asociado con el ascenso de nuevos sectores del capital ligados al presupuesto público (la Boliburguesía en Venezuela, Odebrecht y JBS en Brasil, etcétera) y la corrupción ha sido casi tan notaria como en los gobiernos de derecha. En estados, provincias y municipios han gobernado en nefastas alianzas electorales con las oligarquías locales de siempre.
Hoy día varios de esos gobiernos han llegado a tristes finales o se encuentran en situaciones complicadas. Los golpes blandos contra Zelaya, Lugo y Dilma, Lula preso; las derrotas electorales de Fernández de Kirchner y Bachelet, y las guarimbas del imperialismo en calles de Venezuela y Nicaragua levantan dudas legítimas sobre los límites reales de una estrategia de conciliación de clases.
 
Se puede argumentar, por ejemplo, que mediante la conciliación de clases Lula, Dilma y el PT alimentaron la serpiente que luego los mordió. El primer mandato de Lula, con popularidad en alrededor de 80 por ciento, habría sido el momento para hacer la reforma política que pedían los movimientos sociales. No lo hizo, permitiendo la continuación de un sistema parlamentario que fomenta la tiranía de pequeños partidos de derecha. Cuando TV Globo estaba en quiebra, Lula la rescató con dinero público. No cortaron la cabeza de la serpiente. Alimentaron el agronegocio y los ruralistas, con subvenciones públicas, pusieron a un conocido corrupto de derecha, Michel Temer, como vicepresidente de Dilma y terminaron víctimas de las fuerzas que ellos mismos mantuvieron.

Una interpretación dice que el poder siempre ha querido avanzar la agenda del capital. Que los gobiernos militares llegaron a sus límites y dieron lugar a los gobiernos democráticos pero neoliberales, que también llegaron a sus límites. Y que la única manera de avanzar más en la agenda del capital (minería, agronegocio, etc.) era bajo supuestos gobiernos de izquierda, con su capacidad de contención de las masas, que ahora llegan a sus límites, y regresa la derecha de nuevo.
 
Viendo la composición del gabinete propuesto por AMLO, futuros nombramientos y propuestas de políticas, ¿será tan diferente en México? ¿Es AMLO tan diferente de estos otros presidentes? México, sí, tiene particularidades, pero ¿serán tan distintos los resultados?
Profesor de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) en Chiapas.
 
 
Discutamos cómo teniendo en cuenta lo compartido por todos los gobiernos progresistas y la organización actual del de López Obrador, Rosset previene que el último no es el indispensable para México. También veamos cómo lo descalifica Pedro Echeverría V. y es que coincide con las izquierdas defensoras  del progresismo como, por ejemplo, el Foro de Sao Paulo. Todes acentúan la gravitación del imperialismo encabezado por EE.UU. (y lo reduce a su expresión exterior al capitalismo dependiente) en la crisis de gobiernos progresistas. Eluden analizar porqué resisten diversidades de abajo y descubrir la verdad compleja y calamitosa de los extractivismos.
 
Otros encubridores de los ecocidios-genocidios promovidos por los progresismos tanto como por los neoliberales, son quienes todavía más se empeñan en que los pueblos se mantengan sin deliberación ni toma de decisiones sobre el destino común. Circunscriben la situación de los gobiernos progresistas a que se persigue o estigmatiza a sus líderes. Convocan a creer en el pasado, no cuestionarlo, verlo como lo concedido por el presidente o la presidenta.
 
 
 
Rosset, AMLO y los yanquis
21 de agosto de 2018
Por Pedro Echeverría V. (Rebelión)
1. La Jornada publicó el domingo un buen artículo de Peter Rosset, “América Latina y la conciliación de clases”. Me pareció muy interesante por la crítica que hace sobre Venezuela, Bolivia y Ecuador en cuanto a sus limitaciones para construir lo que llamaron “el socialismo del siglo XXI”, acerca de las cambios limitados, indiscutibles, que realizaron en beneficio de la población, pero sobre todo por los retrocesos que tuvieron Chávez, Maduro, Correa, Morales, particularmente Lula y Dilma en Brasil. Esa parte crítica me pareció muy inteligente. 
 
2. Peter Rosset es un investigador en los EEUU que ha realizado como trabajos académicos en Nicaragua, Costa Rica, España y desde hace algún tiempo pertenece a la planta del Colegio de la Frontera Sur ubicado en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Por ello, desde que leí algunos artículos anteriores de él, donde hace ver sus posiciones políticas, he llegado a la conclusión de que coincide plenamente con el zapatismo del EZLN porque repite las mismas frases, apoya y rechaza lo mismo, particularmente su apoyo de la campaña presidencial de Marichuy. 
3. Tiene razón Rosset cuando señala: El saldo frío de esos gobiernos, casi sin excepción aunque en menor o mayor grado, incluye sendos elementos en común. Todos lograron reducciones importantes de la pobreza extrema, sobre todo mediante programas de corte compensatorio y asistencialista, incluyendo las transferencias directas y la mal llamada inclusión financiera, que permite a los pobres acceder a un mayor nivel de consumo mediante el endeudamiento con el crédito. También lograron niveles significativos de democratización del acceso a la educación superior usando becas, cuotas y abriendo nuevas universidades públicas. Todo esto, sin embrago, sin grandes cambios estructurales favorables a los intereses de las clases trabajadoras y campesinas o de las poblaciones indígenas y afrodescendientes. 
 
4. Hay una mayor transnacionalización de las economías, llegada del capital financiero internacional y el aumento exponencial de las concesiones mineras. A la par de crear pequeños ministerios o subsecretarías para atender la agricultura familiar y campesina con modestos presupuestos de crédito y compras públicas, entregaron los ministerios o secretarías de agricultura, con mega presupuestos, a los hombres y mujeres de Monsanto y del agronegocio. Liberaron los transgénicos y no avanzaron en la reforma agraria. En Brasil, los gobiernos de Lula y Dilma vieron la mayor expansión territorial del agronegocio en la historia del país. Han sido políticas de neodesarrollismo y neoextractivismo que justifican la expansión del agronegocio y la minería a cielo abierto con una mayor recaudación de impuestos y regalías por el Estado, modelo que ha entrado en crisis con el fin del boomde los commodities. 
5. Sin duda, esas denuncias que corresponden a cuatro países, cuyos gobiernos pusieron toda su voluntad para pensar y hacer transformaciones, ayudan a comprender que la política no es nada fácil cuando se hace en serio. México, gobernado en los últimos 100 años por el PRI, el PAN y el PRD, en lugar de ser centro de grandes transformaciones, ha sido cuna de los más grandes delincuentes políticos y empresarios. A pesar de esas fundamentales denuncias de Rosset, hay que decir que en los países del capitalismo clásico como en EEUU y México, la situación es 100 veces peor que en aquellos países que buscaban construir una sociedad justa y equilibrada. 
6. Lo que escribe Rosset es positivo para aquellos que son permanentes críticos del mundo que pasa por nuestra visión. Pero olvida Rosset el papel fundamental del imperialismo yanqui para frenar y destruir cualquier proyecto que no convenga a sus intereses como imperio. Nos sirve Rosset, pero nos debe un análisis a fondo sobre cómo los EEUU han buscado acabar con el BRICS, con cualquier país que busque comerciar con China, pero sobre todo con los bloques de países que crearon UNASUR, que echaron a la basura o mandaron al carajo el ALCA. Así que Rosset nos debe su análisis sobre EEUU y sus criminales intervenciones en países de América y el mundo.
 
 
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Destruir al progresismo y a sus líderes
27 de agosto de 2018
Por Ilka Oliva Corado (Rebelión)
 
Destruirlos para destruir al pueblo latinoamericano
 
Que no quede huella alguna de la Latinoamérica progresista, ninguna huella del Niño Arañero, de Néstor, de Lula, de Dilma, ninguna huella de Evo, de Correa, de Maduro, ninguna huella de Mujica, de Lugo, de Manuel Zelaya. Y por supuesto, ninguna huella de Cristina. Y que no quepa duda alguna que también intentarán destruir a López Obrador. Destruir a los líderes para destruir al pueblo. Destruir la Memoria Histórica porque destruyendo la raíz no hay retoño alguno y los pueblos yermos se vuelven marionetas y masa amorfa manejable para los criminales de la oligarquía latinoamericana y mundial.
 
Para destruir a los líderes hay que exponerlos como corruptos, ladrones, como traidores, hay que inventarles cuentas bancarias millonarias en el extranjero, falsificar sus firmas, manipular fotografías y videos y hacerlos parecer culpables de estafas millonarias. Hay que pagar fuertes sumas de dinero a los medios de prensa corporativos y sobornar periodistas para que creen un ambiente de desinformación y confundan a la población, para que minen el terreno y bombardearla día y noche, segundo a segundo hasta hacerla creer y repetir lo que las bandas criminales desean: odiar y atacar a los líderes que hicieron posible el cambio de 15 años de progresismo y derechos en la región.
 
No, ninguno se iba ir en blanco, quienes viven de la explotación y vieron en peligro sus mafias durante estos 15 años, ya se sabía que se irían con todo el poder de la impunidad contra ellos: acosándolos, atacándolos y violentándolos en sus derechos para que esa semilla en la que se convirtieron no floreciera.
 
Sin líderes, sin Memoria Histórica, sin información y conocimiento, sin herramientas de desarrollo los pueblos son masas amorfas. Ríos de aguas mansas, un pueblo que no sabe en dónde está parado es un pueblo en el limbo, que no sabe hacia dónde va, incapaz de defender sus derechos y exigir justicia. En eso están tratando de convertir a los pueblos que se vieron beneficiados con las políticas de inclusión de estos gobiernos. El poder de la impunidad es monumental pero el poder del pueblo es mayúsculo, es por esa razón que éste debe tener la conciencia y el análisis, debe crear el caos que provoque acción que haga temblar los bastiones del neoliberalismo que intenta aplacar toda dignidad y toda lucha; y debe por consiguiente defender la honra de los líderes que los dignificaron.
 
No pueden, nunca han podido con la fuerza, la indignación, la identidad y la rebelión de un pueblo que lucha por su soberanía. Es la soberanía la que intentan arrebatar, porque un pueblo dependiente, esclavizado en la ignorancia es tierra fértil para las oligarquías criminales.
 
Mucho han dado los líderes del progresismo por el pueblo latinoamericano que tal afrenta al poder del capital no se los perdonará. Sean los pueblos, agradecidos y rebeldes los que luchen contra toda imposición que intente arrebatarles lo logrado. Para eso nos debemos a la responsabilidad individual y colectiva de informar, cuestionar, investigar, analizar y movilizar: todos desde nuestros espacios y posibilidades. Todos los aportes son necesarios. El poder está en resistir.
 
Seamos los pueblos los que hagamos florecer la semilla de los líderes del progresismo. Seamos los pueblos los que defendamos sus derechos que también son los nuestros. Seamos los pueblos los que demostremos que en la Latinoamérica progresista jamás volverá la burla, el abuso, la exclusión y la desmemoria. Seamos los pueblos los que en un mismo grito de rebeldía defendamos la dignidad que nos devolvieron los líderes del progresismo. Y seamos los pueblos los que con todo el peso de la ley les hagamos pagar la traición y el abuso a quienes han intentado deshonrarnos.
 

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