Se enfrentan dos proyectos.
Uno es el capitalista e imperialista que
las elecciones lo hacen gobernable.
El otro nos convoca, abajo y a
la izquierda, a instalarlo en la agenda pública para que una creciente mayoría se sienta
interpelada por el desafío de ser parte de la creación de buenos vivires
convivires.
Comparemos los dos modelos
de desarrollo en disputa entre las comunidades Mapuche y los oligopolios
forestales:
Nación Mapuche.
Comunidades anuncian recuperación y
toma de posesión
de tierras aledañas al lago Lleu Lleu
Resumen Latinoamericano / 21 de diciembre de 2018 / Mapuexpress
Mediante un comunicado, 11 comunidades mapuche ribereñas del lago Lleu Lleu anunciaron la “toma de posesión” de tierras durante la jornada de este miércoles. En el documento expresaron que iniciaron “el proceso de recuperación y toma de posesión de nuestras tierras ancestrales que legítimamente nos pertenecen”.
“El objetivo de esta recuperación es proteger nuestro lago Lleu Lleu en todos sus ámbitos -espiritual, cultural y medioambiental- y poder decidir autónomamente cuál es el modelo de desarrollo que queremos, en pos del bienestar de nuestra gente en comunión con nuestra Ñuke mapu”, continúa el comunicado.
Comunicado público
Las comunidades ribereñas del lago Lleu-Lleu comunicamos a la opinión pública nacional e internacional que este miércoles 19 de diciembre del 2018 lo siguiente: A partir de la instalación del Estado chileno (proceso de pacificación 1870) el que solo ha traído miseria y sufrimiento para nuestra gente, donde además desde la instalación del proceso de dictadura (el que aún está vigente, debido a que nos sigue rigiendo la constitución del 80) el cual fue y es extremadamente violento para con nuestrxs hermanxs, en donde sistemáticamente el Estado a través de sus policías ha azuzado y perseguido, encarcelándonos y obligándonos a vivir dependiendo de sus políticas subsidiarias queriéndonos controlar hasta el modo de vida que nuestra gente debe seguir, dividiéndonos, transformándonos en consumistas e individualistas para mantenernos bajo su control de vida capitalista… hoy, decimos, con fuerza y unidad ¡BASTA!
Como consecuencia de lo anterior, declaramos lo siguiente:
Kiñe: 11 comunidades aledañas al lago Lleu Lleu han iniciado el proceso de recuperación y toma de posesión de nuestras tierras ancestrales que legítimamente nos pertenecen.
Epu El objetivo de esta recuperación es proteger nuestro lago Lleu Lleu en todos sus ámbitos; espiritual, cultural, medioambiental y poder decidir autónomamente cuál es el modelo de desarrollo que queremos, en pos del bienestar de nuestra gente en comunión con nuestra Ñuke mapu
Kula: Hoy hemos logrado autoconvocarnos de manera transversal, somos más de 500 hermanxs ( Papay, chachay, wechekeche, picheke, peñis, lamuen y wenuy) que hemos hecho ocupación del fundo Choke, para iniciar el proceso de repoblamiento de toda la ribera de nuestro lago Lleu Lleu, sacando a las fuerzas represivas del Estado en conjunto con cualquier atisbo de dominio empresarial – forestal.
Meli: Haciendo uso de nuestro legítimo derecho a decidir autónomamente respecto del qué hacer con la madera que se encuentra en nuestras tierras usurpadas, declaramos que no aportaremos a que se activen los seguros de las empresas forestales, por tanto no quemaremos las plantaciones, sino que las eliminaremos de modo que sirvan para la construcción de puentes, estacas, viviendas, muebles y cualquier otro subproducto que necesitemos para avanzar en re- habitar nuestro territorio usurpado. Además, declaramos que el objetivo es cambiar el modelo productivo, de silvícola a uno acorde con nuestro modo de vivir antiguo, desarrollando la agricultura, ganadería, apicultura, volver a ver renacer nuestros bosques que nos dotaban del lawen y frutos silvestres, hacer renacer nuestras quebradas para que el agua vuelva a nacer y a bajar desde la cordillera de Nahuelbuta, para así alimentar el equilibrio natural de nuestro lago.
Kechu: Los deslindes naturales por los cuales se regían nuestros antiguos son: fundo Becker por el norte, por el sur, el río Pallaco, por el oeste, la ribera del lago y por el este hasta Charrocura, totalizando 20.000 hectáreas en proceso de recuperación, donde reconstruiremos nuestros lob, respetando así, los procesos de resistencia que se han llevado a cabo durante estos años en nuestro territorio ancestral.
Kayu: Hacemos un enérgico llamado a todxs nuestroxs hermanos a apoyar y a no claudicar en la legítima lucha de nuestro pueblo nación mapuche, a estar firme al lado de nuestras familias que hoy sufren los embates del Estado chileno y de sus aparatos de seguridad. Exigimos la libertad de nuetrxs presos políticos y no permitiremos ningún atropello más en contra de nuestra infancia… hoy es el momento de levantar nuestro voz y gritar libertad y autonomía para nuestro pueblo, el Estado chileno ha perdido validez hasta entre su propia gente. Saludamos y solidarizamos además con todo el pueblo pobre que sufre el atropello y la persecución política, por el solo hecho de luchar.
Regle: Las comunidades exigimos el retiro inmediato de las forestales de nuestros territorios y de los aparatos represivos que solo cuidan los intereses del capital, nacional e internacional, colocándole precio y transando los mal llamados “recursos” naturales, los que son parte fundamental de nuestra cosmovisión y del modo de vida que desde tiempos remotos han sido tallados en nuestra memoria, los que seguramente volverán a renacer en cada una de las gotas de sudor que caerán producto de nuestro trabajo mancomunado en nuestra Ñuke y en cada conversación al lado del fuego eternizado de nuestras rucas.
Pura: Por último, declaramos que no permitiremos la intromisión de ningún aparato del Estado chileno, ni de ningún organismo que lo represente. Asumiremos nuestro destino a lo mapuche, tal cual nos enseñaron nuetrxs kuivikeche.
Amulepe taiñ weichan
Comunidades Venancio Ñeguey, sector choke / Juan Huichalao Porma, Choke, / Esteban Yevilao, Choke/ Lorenzo Lepin Millahual, Rankilwe Chico/ Jose Lincopan Lepuman, Rankilwe Grande/ Francisco Millabur Cau cau, Rankilwe Grande/ Lorenzo neculqueo, sector Txanakepe/ Humberto Millahual, Mikiwe/ Lorenzo Pilquiman, Mikiwe/ Salto Lorcura, sector Lorcura/Segundo yevilao, Rankilwe Chico/
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Incendios forestales y crisis hídrica centro sur Chile:
No más plantaciones de pinos y eucaliptus
19 de
febrero de 2015
Los
lugares con mayor concentración forestal de monocultivos de pino y eucaliptus,
son coincidentes con los lugares de mayores índices de pobreza - emigración,
crisis hídrica y también, incendios.
Por Alfredo Seguel
Este debacle social causado por
empresas forestales, mantiene en descontrol numerosos incendios forestales que
año tras año devastan miles de hectáreas del centro sur de Chile, esto, mientras
personeros empresariales y ciertos sectores políticos intentan eludir sus
responsabilidades, levantando cortinas informativas sobre “atentados organizados
y planificados”.
Sin embargo, un hecho
indesmentible es que las plantaciones de monocultivos de pino y eucaliptus, por
su composición y estructura, propician incendios que causan enormes daños en
los territorios. Más aún, el estado chileno año tras año invierte enorme
cantidades de recursos financieros para subsidiar a las empresas, a través de
instituciones públicas o universidades, ya sea para biotecnología, estudios de
mercado, control de plagas, bonificaciones para expandirse en tierras de
sectores campesinos y comunidades Mapuche, enormes contingentes policiales para
resguardar sus predios en el marco de reclamaciones de tierras y enormes
contingentes brigadistas para apaliar los incendios.
A pesar del desastroso
panorama, en Chile, continúa promoviéndose aumentar la forestación en
monocultivo de especies exóticas a nivel País por medio de la prórroga del
decreto 701 que fue creado a inicios de la dictadura militar y que pretende en
el presente, solapadamente, duplicar los monocultivos de plantaciones exóticas
de pino y eucaliptus, lo que intensificaría los graves impactos que viene
causando esta industria y que pretenden expandirlo en terrenos de los sectores
más vulnerables, estimándose llegar a 5, incluso 6 millones de hectáreas
forestadas con monocultivos.
Hoy, este cuadro legislativo
pone en el tapete la proyección de la herencia y el modelo de la dictadura
militar basado en la depredación, en el asesinato de la vida rural y la
acumulación de riquezas para ciertos grupos privilegiados (principalmente a
empresas como Mininco y Arauco), frente a las posibilidades de definir nuevas
formas de desarrollo que revitalicen la vida rural y que fortalezcan las
economías locales y de paso, poner en prioridad la seguridad del País, ya que
por un inviable modelo, se sigue poniendo en riesgo la vida de miles de
personas, junto a la destrucción de bienes naturales y materiales.
En enero del 2012, más de 70
organizaciones de todo Chile, a través de una carta pública pusieron en alerta a
diversos territorios de los intentos que tienen las empresas forestales e
instituciones públicas del estado para fomentar la introducción de especies
exóticas de pino y eucaliptos que, según señalaron “sólo traerá graves
consecuencias para la vida rural, mayor sequía, mayores impactos, y grave
exposición a la infección de plagas (como la avispa taladradora) con pérdidas
totales”.
Por tales razones, hicieron un
llamado a no aceptar los supuestos beneficios. “Hoy, hay más de 3 millones de
hectáreas en el centro sur de Chile de estas plantaciones y a corto plazo
pretenden duplicar esta cantidad. Su objetivo es la introducción de estas
plantas en terrenos de campesinos chilenos y de comunidades Mapuche con entrega
de supuestos beneficios, como plantas regaladas e incluso bonificaciones con
dinero por costos”, señalaban.
En otro punto señalaban:
“Los empresarios forestales
tienen fortunas en miles de millones de dólares a costa de la depredación de
territorios. Los pinos y eucaliptos son especies exóticas que a gran escala
succionan agua de esteros y napas subterráneas, erosionan las tierras y para su
introducción reemplazan tierras agrícolas y productivas ancestralmente, como
también bosques nativos. Así es, van matando progresivamente la vida rural. Por
lo tanto, con la creciente falta de tierras cultivables más la pérdida de aguas,
se va obligando que mucha población rural deba emigrar a ciudades, las que a su
vez están colapsadas por la falta de empleo, de verdaderas oportunidades”.
Pinos y eucaliptus
propician incendios
Sergio Donoso, Ingeniero
forestal de la Universidad de Chile y presidente de la Agrupación de Ingenieros
Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN) informó a Radio Universidad de Chile
este 18 de febrero 2015, que uno de los elementos facilitadores para la
propagación de incendios es el exceso de plantación de árboles exóticos, como
pino y eucaliptus: “Ese es un elemento facilitador, cuando uno tiene una gran
cantidad de combustible y es muy homogéneo, por supuesto que una vez que se
inicia el incendio, el control de estos se vuelve mucho más complejo, costoso,
difícil y adicionalmente este tipo de plantaciones de pino y eucaliptus, de
especies de rápido crecimiento conllevan un alto consumo de agua, dadas las
tasas de crecimiento que tienen estás especies. Por lo tanto, el nivel de
sequedad y de falta de agua que se presenta en esos ambientes es mucho más
intenso y por lo que facilita el proceso de propagación de estos incendios, en
ese sentido claramente no son elementos que permitan mitigar, sino que en muchos
casos facilitan la propagación” sentenció .
Como ya se ha destacado en
otras publicaciones, Mary T. Kalin Arroyo, premio nacional de Ciencias 2010 y
directora del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) de la Universidad de
Chile, publicó en abril del 2014 en el diario La Tercera una nota de opinión con
respecto al incendio que afectó a los cerros de Valparaíso y la relación con las
plantaciones forestales, señalando: “Un aspecto poco mencionado (con respecto al
incendio en el puerto) es la composición de la vegetación natural de las colinas
de Valparaíso, que es el típico matorral chileno, si bien inflamable, no tanto
como especies exóticas (eucaliptos, pino y acacia) que han sido sembradas en la
zona. El Eucalyptus globulus es considerado una de las plantas más pirofíticas
del mundo. Las hojas contienen compuestos volátiles que localmente producen
incendios explosivos. Una vez encendida, la corteza se desprende, produciendo
focos adicionales. Los pinos tienen un alto contenido de resina en las hojas. La
Acacia delata, que es común en Chile central, está incluida en la lista de
plantas más inflamables de Tasmania, de donde es nativa”.
Crisis hídrica
La mayoría de las comunas del
Maule, Bio Bio y la Araucanía que presentan concentraciones forestales, se ven
afectadas por el déficit hídrico que azota a esta parte del país. Gran parte del
problema según han denunciado comuneros, se debe a la presencia de plantaciones
forestales de empresas privadas, que consumen gran parte de las aguas
subterráneas, lo que es sufrido en carne propia por familias esforzadas, a
quienes no se les ofrece una solución integral.
Mientras diversos sectores
políticos y empresariales disfrutan de sus vacaciones, miles de familias no
tienen agua básica y la agricultura de menor escala literalmente ha desaparecido
en estas zonas.
Un estudio del 2010 sobre el
“Efecto de plantaciones de Pinus radiata y Eucalyptus globulus sobre el recurso
agua en la Cordillera de la Costa de la región del Biobío, Chile”, determina
ciertos niveles de impacto que las plantaciones tienen sobre los recursos
hídricos en el centro sur de Chile. Los autores e investigadores de la
Universidad Austral de Valdivia, Anton Huber, Andrés Iroumé, Christian Mohr,
Cristian Frêne, han determinado niveles de impactos, cuyo análisis de basó en
las siguientes hipótesis: las distintas características que tiene el dosel de
las plantaciones forestales afectan las pérdidas de agua por intercepción y, por
consiguiente, la cantidad total de agua que alcanza el suelo en cada cuenca; que
los desiguales montos de agua involucrados en la evapotranspiración repercuten
sobre el caudal de los efluentes; y, que las disimilitudes entre los valores de
los diferentes componentes del balance hídrico y las particularidades de las
cuencas definen la cantidad de sedimentos transportados.
La situación que viven
numerosos territorios hace ver que no es posible continuar con la expansión de
plantaciones de pino y eucaliptus y, por una cuestión de seguridad y bienestar
colectivo, se hace urgente cambiar los modelos de desarrollo para que tiendan
a la revitalización de la vida rural y no a su eliminación, como se viene
haciendo hasta ahora. Por ello,
resulta
indispensable que los legisladores y sectores políticos que han promovido el
negocio de las forestales, cambien sus actuaciones bajo principios y valores que
atiendan los derechos humanos.
Información relacionada
Polémica
desatada en la Araucanía por responsabilidades en incendios forestales /http://issuu.com/tiempo21_ediciondigital/docs/321#sthash.06lB0svt.l8OZabh2.dpuf
Efecto de
plantaciones de Pinus radiata y Eucalyptus globulus sobre el recurso agua en la
Cordillera de la Costa / http://mingaonline.uach.cl/scielo.php?pid=S0717-92002010000300006&script=sci_arttext
Los
incendios del negocio forestal – Ver Video / https://www.youtube.com/watch?v=X0qIfit2WTg
Crisis
hídrica en la región Araucanía, Chile / https://www.youtube.com/watch?v=DIHrTV4AnGg
Los Mega
Incendios Forestales son crímenes de Lesa Humanidad /http://www.mapuexpress.net/content/news/print.php?id=8042
Organizaciones de todo Chile hacen un llamado a Sectores Campesinos y
Comunidades Mapuche a No introducir más Pinos y Eucaliptus en los territorios /http://www.mapuexpress.net/content/news/print.php?id=8073
Las plagas
que desde 2001 arrasan con las forestales del sur de Chile /https://www.veoverde.com/2012/01/las-plagas-que-desde-2001-arrasan-con-las-forestales-del-sur-de-chile/
En la ONU:
El caso de Empresas, Incendios forestales y montajes al Pueblo Mapuche /http://olca.cl/articulo/nota.php?id=103416
Ecoportal.net
Equipo
Comunicaciones Mapuche
Descubramos cómo los pueblos del sur de Chile con los de la
mesopotamia tejen relaciones imprescindibles para la emancipación del Abya
Yala. Comparten
luchas para erradicar tanto los monocultivos de pinos-eucaliptos y sus
consecuencias como las mega represas. También sus
resistencias tienen alternativas mirando a la vida y la dignidad humana.
Argentina: “¡Sembrando lucha, cosechamos tierra!” Recuperación de tierras en Misiones
21 de octubre de 2018
28
Sep, 2018En los últimos 10 años, mediante la organización y la lucha, familias del noreste argentino lograron recuperar tierra acaparada por la multinacional Arauco. Ahora, cultivan allí alimentos.
Recuperar tierras acaparadas por empresas de plantaciones de árboles a gran escala y volver a cultivar alimentos es posible. Así lo demuestran organizaciones de base de Misiones, en Argentina. A fuerza de años de lucha, familias de Puerto Piray y Puerto Libertad evitaron ser expulsadas de su territorio. En algunos casos, lo hicieron mediante la expropiación; en otros, a través de tomas y ocupaciones. Ahora, con gran esfuerzo, devuelven vida al suelo compactado y sin nutrientes que dejaron los monocultivos de pinos y eucaliptos.
La provincia de Misiones se encuentra en el noreste argentino, en el límite con Brasil. La atraviesan caudalosos ríos y es territorio de la selva paranaense y de comunidades indígenas guaraníes, gravemente dañadas y amenazadas por el avance de los monocultivos de árboles.
Pinos, eucaliptos, cultivos, agricultura, tierras
En 1950 se instaló en Puerto Piray, a orillas del río Paraná, la planta Celulosa Argentina S.A. En las décadas siguientes, con el fomento del Estado, se levantaron otras dos plantas de celulosa, se extendieron las plantaciones industriales de pinos y se construyeron los aserraderos más grandes del país. Sólo entre 1950 y 1977, la expansión de la frontera agraria y de las plantaciones industriales de árboles avanzó sobre el 53 por ciento del bosque nativo (1). En los últimos 25 años, los monocultivos de pinos y eucaliptos continuaron avanzando sobre el bosque en la provincia: mientras que en 1992 había 7.347 hectáreas de plantaciones, en 2018 se alcanzaron las 405.824 has. (2).
Esta expansión se explica, en buena parte, por la implementación, desde 1998, de la ley nacional 25.080 que otorga enormes subsidios a las plantaciones industriales de árboles. En mayo de 2017, el Gobierno argentino anunció que prorrogará esos beneficios hasta 2030 y, en mayo de 2018, lanzó el plan “Forestar 2030” con el objetivo de incrementar en 800 mil has. las plantaciones en el país (hoy, la extensión de monocultivos de árboles a nivel nacional alcanza los 1,2 millones de has. El 60% se concentra en las provincias de Misiones y Corrientes). El plan es presentado como una supuesta solución al cambio climático y como generador de empleos. Detrás de esta iniciativa, además de las empresas del sector y el gobierno, está The Nature Conservancy Argentina (3), una organización internacional conservacionista que promueve proyectos de compensación y mitigación de emisiones de carbono en complicidad con grandes empresas y países industrializados, que continúan deforestando y quemando combustibles fósiles.
Arauco en Misiones:
La transnacional chilena Arauco desembarcó en Misiones en 1996, con la compra de la planta de celulosa Alto Paraná S.A. (ubicada en Puerto Esperanza) y luego instaló, en Puerto Piray, un aserradero y una planta de tableros de fibra de mediana densidad (MDF). Para 2014, Arauco era dueña del 39 por ciento de las plantaciones de monocultivos de árboles de Misiones (4).
La concentración
no fue solamente de la tierra sino también de la materia prima: los pequeños
aserraderos se fueron quedando sin acceso a la madera, rezagados en materia
tecnológica, y cerraron, aumentando el desempleo. Por otro lado, los
trabajadores no fueron necesariamente absorbidos por la nueva empresa ya que con
la creciente tecnificación, las tareas en las plantaciones de árboles, como la
plantación y la cosecha, que al principio generaban empleo, fueron
sustituyéndose por máquinas y agrotóxicos (5).
A partir de la década de 2000, cuando Arauco comenzó a reemplazar a los empleados por máquinas los trabajadores no sólo se quedaron sin empleo, sino que veían cómo las plantaciones empezaron a avanzar sobre sus casas. Muchos parajes desaparecieron por el accionar violento de la empresa y la complicidad del Estado, que dejaba de enviar servicios básicos a la población: sin trabajo, luz, salud ni transporte, los forzaban a abandonar las tierras.
La lucha de Piray:
En Piray, las familias desempleadas empezaron a organizarse en grupos de base a comienzos de 2000. Estaban preocupadas por la falta de trabajo y por el avance de los pinos sobre sus casas, que generaba contaminación con polen y agrotóxicos. Sus reclamos a las autoridades locales no eran oídos porque el municipio sólo respondía a la empresa.
“Ahí fue cuando empezamos a despertar y vimos que nuestro proyecto esencial tenía que ser buscar una salida: vivir mejor”, cuenta Miriam Samudio, integrante de Productores Independientes de Piray (PIP). Entonces comenzaron a decir: Necesitamos que los pinos se retiren y que en esas tierras podamos trabajar y producir alimentos. Esa se convirtió en su bandera.
En 2003 hicieron una reunión con Arauco. En el encuentro, los ingenieros de la compañía dijeron que la empresa no cedería ni un centímetro de tierra. En cambio, les ofrecían construir una fábrica de alpargatas, ropa o pañales. Pero las familias se negaron porque querían la tierra, querían producir.
Y empezó la batalla. “Lo primero fue concientizar a nuestra propia gente, a la comunidad y a la sociedad para que entienda nuestro pedido. Porque estábamos desafiando a una multinacional”, explica Miriam. Se hicieron reuniones, marchas y se creó una mesa de negociación con las autoridades. En esas reuniones, quedó en evidencia la complicidad entre el gobierno local y Arauco. “Nos dimos cuenta que el único objetivo era desgastarnos, entonces abandonamos la mesa.”Para ese entonces, eran unas 200 familias organizadas bajo el nombre de Productores Independientes de Piray (PIP). Fracasada la mesa de negociación, decidieron comenzar a vincularse con organizaciones de campesinos de otras localidades, como la Unión Campesina de Bernardo de Irigoyen o Unidos Ruta 20. “Ellos nos decían: ‘Ustedes no tienen que tener miedo. Siempre les van a decir que no. Pero nosotros tenemos derechos, es nuestra tierra, y las multinacionales vienen a robarnos lo nuestro’.” Uno de los temores de las familias de Piray era que los llevaran presos porque, en ocasiones, la Policía intentaba culparlos de supuestos delitos. “Tocar a Arauco era tocar al poder y a sus amigos”, afirman.
Un factor importante en la lucha fue la comunicación hacia dentro de la organización. “Nos juntábamos cada fin de semana. Eso ayudó a que la comunicación entre las familias siempre fuera clara. Y que lo que se decidía se hacía en conjunto”, explican. Otro hábito que mantuvieron fue llevar el reclamo a los medios de comunicación locales. “Denunciábamos que la comunidad de Piray está asfixiada por los pinos y planteábamos todos nuestros argumentos.”
Expropiación:
En 2012, tras 10 años de lucha, PIP decidió exigir al Gobierno la expropiación de tierras a Arauco. En ese año, la entonces presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, anunció la expropiación de la empresa petrolera YPF. “A partir de ese momento salimos a decir abiertamente ‘expropiación’”, cuenta Miriam. “Antes era una palabra prohibida porque iba contra la propiedad privada. Pero una vez que la presidenta lo dijo, lo tomamos como herramienta”.
A partir de allí y durante casi un año, PIP recorrió la provincia y el país juntado adhesiones al proyecto de expropiación. Continuaron con su lucha en el territorio, hicieron movilizaciones y se mantuvieron firmes en su reclamo: “Era la tierra o nada. Porque sino íbamos a desaparecer”, afirman. En junio de 2013, la Legislatura de Misiones aprobó la expropiación de 600 hectáreas a Arauco. Fue una primera gran victoria.
Cultivar donde hubo pinos y eucaliptos
La primera entrega de tierras fue recién en 2017 y el trabajo para los campesinos fue durísimo. La empresa cortó los árboles y entregó la tierra en un estado calamitoso, completamente degradada, con todos los tocones esparcidos por el campo, lleno de ramas y demás desechos dejados después de llevarse la madera. Se encontraron con que el terreno estaba muy compactado por los ciclos continuos de plantaciones de 8/9 años que no dejan recuperar el suelo y las toneladas de peso de las maquinarias que utilizaba la empresa. A ello se sumó que, tras años de aplicación de agrotóxicos, cuando apareció un cultivo sin químicos, se llenó de insectos y plagas que habían desaparecido por el uso continuado de los venenos.
Recibieron como primera entrega tan solo 166 hectáreas de las 600 expropiadas (Arauco entrega las tierras a medida que cosecha los pinos y eucaliptus). De esas 166, sólo unas 86 eran aptas para cultivo. El resto está ocupada por familias. La empresa incluyó dentro de la tierra a expropiar unas 80 hectáreas donde viven familias hace más de 20 años. PIP decidió aceptar esa parte como parte de la primea entrega para no caer en la estrategia de la empresa de hacer enfrentar a las familias. Pero explicaron que, más adelante, lucharán para que Arauco entregue otras 80 hectáreas aptas para cultivo en un lugar que no esté habitado.
El terreno se dividió en una parte para las familias y otra, para cultivo colectivo de la cooperativa. Sembraron zapallo, calabaza, maíz, mandioca y sandía, entre otros. “Donde había eucaliptus, la tierra parecía cemento (concreto)”, cuentan los campesinos. El trabajo es todo a mano porque no tienen recursos para comprar máquinas y el Estado no colabora. Intentaron usar un buey, pero el animal se murió de cansancio por el esfuerzo que implicaba labrar una tierra tan compactada durante tantos años.
Otro problema grave fueron las plagas. Apenas empezaron a crecer los cultivos, se llenaron de “bichos”. Con el asesoramiento de técnicos de la secretaría de Agricultura Familiar local (que acompañaron a PIP durante todo el proceso de recuperación), hicieron preparados naturales para combatirlas. Saben que llevará tiempo hasta que el ecosistema vuelva a su equilibrio natural y las plagas dejen de atacar los cultivos. Pero están decididos a no utilizar agrotóxicos.
Con la tierra dañada por los monocultivos y la falta de maquinarias, la primera cosecha rindió muy poco. Calculan que fue menos de la mitad de lo que hubieran cosechado en una tierra sana. Y afirman que esta cosecha fue posible gracias a la calidad de la tierra, ya que la empresa expande sus plantaciones en las tierras más fértiles y con mejor relieve. Esto lo denuncian los campesinos no sólo en Piray, sino también otras zonas de Misiones.
Reaparición del agua:
pinos, eucaliptos, cultivos, agricultura, tierras En una zona donde antes había un bañado, éste reapareció una vez que se cortaron los pinos. Cuentan los productores que el bañado siempre estuvo, sólo que cuando plantaron los eucaliptos y pinos en los campos que lo rodeaban el agua había casi desaparecido, el bañado estaba en su mínima expresión. De hecho, luego habían plantado pinos sobre el bañado ya que el agua había desaparecido. “Es un depósito natural de agua, si se seca el bañado, se seca la vertiente que llega a la casa de los vecinos”, explican los productores. Ahora, luego de meses de cortados los pinos, todavía pueden verse los tocones entre el pastizal de bañado que está resurgiendo. El agua está volviendo.
Por ahora, lo que cultivan alcanza para el autoconsumo y les permite permanecer en su territorio. Aún no llegan a producir un volumen suficiente como para vender en cantidad en los mercados locales. Pero ese es su proyecto a futuro, a medida que reciban la tierra que falta. “Sembrar lucha y cosechar tierra” es el lema de PIP.
Ocupaciones en Puerto Libertad
En Puerto Libertad, 70 kilómetros al norte de Piray, Arauco es propietaria de casi el 80 por ciento del territorio. De las 80 mil hectáreas que forman el municipio, 65 mil son de la empresa (6). El pueblo tiene unos 7000 habitantes y está literalmente rodeado de pinos.
Allí también la tecnificación de Arauco causó cientos de despidos en la década de 2000. La mayoría eran motosierristas que trabajaban para empresas contratistas de la multinacional. Por otra parte, a nivel del centro urbano de Puerto Libertad ya no había espacio para nuevas viviendas, calle por medio a la planta urbana comienzan las plantaciones de pinos. Todo esto llevó a que muchas familias buscaran espacio donde vivir fuera de la ciudad y al mismo tiempo poder cultivar la tierra para subsistencia y como una fuente de ingreso familiar. La recuperación de tierras para cultivo se dio aquí, sobre todo, mediante ocupaciones.
Unas 100 de esas familias conforman hoy la cooperativa “Parajes Unidos” de Puerto Libertad, mediante la cual organizan la producción de alimentos y los venden en diferentes mercados zonales. Las chacras familiares tienen entre dos y tres hectáreas cada una. Allí plantan mandioca, maíz, verdeos y crían animales.
Las tomas de tierras se dieron en varias etapas. Una ocupación fue en 2006, en tierra de “capuera”, (zona de selva que fuera abierta años atrás para cultivo). Luego, en 2015, se ocuparon tierras donde había plantaciones de Arauco, luego de que la empresa cosechara los pinos. En otros casos, ex motosierristas compraron “mejoras” de chacras (lo construido sobre un terreno, pero no el terreno), cuya tierra luego fue reclamada por Arauco como propia.
Al ser tierras ocupadas, muchos de estos campesinos enfrentan conflictos con la multinacional o con propietarios que cultivan pinos para la empresa (por una ley nacional que limita la tenencia de tierra en manos de extranjeros, Arauco no puede comprar más tierra en Misiones). Por estos conflictos, los campesinos suelen ser hostigados por la Policía local.
Devolver vida al suelo:
Nora Duarte es una de las mujeres que participó en varias recuperaciones y tiene la experiencia de cultivar en tierra donde antes hubo plantaciones. Explica que donde hubo pinares durante más de 20 años, la tierra queda seca y dura. “Ahí la verdura no sale. La cebolla puede ser, pero la mandioca no”. Cuenta que una de las formas de recuperar el suelo es sembrando legumbres. Luego de tres años de trabajar la tierra, logran cosechar aproximadamente la mitad de lo que cultivaron. En otros campos, donde hubo plantaciones de pinos solo por 10 años, pueden cosechar más variedad.
Los pequeños productores destacan la gran inversión de dinero y tiempo de su parte para recuperar la fertilidad de la tierra. Durante el tiempo que demora el suelo en recomponerse y producir lo suficiente como para vivir, las familias tienen que hacer “changas” (trabajos informales). Entre vecinos también se ayudan: se prestan parcelas de tierra aptas para cultivo y se intercambian alimentos. En algunos casos, les lleva hasta 10 años poder vivir únicamente de su propia producción.
Tampoco cuentan con apoyo del Estado: “No tenemos estudio, pero sabemos lo que está bien y lo que está mal”, dice uno de los campesinos. “¿Por qué el gobierno da tanta facilidad a las empresas para comprar máquinas y nosotros no tenemos ni para comprar un machete?”, se preguntan.
Los productores sostienen que si se pudieran tomar más tierras y transformarlas en quintas y chacras, muchas familias de localidades cercanas se sumarían a este proyecto de vida.
Emilio Spataro, Guardiantes del Iberá (Argentina), emiliospa@gmail.com
Lizzie Díaz, secretariado internacional del WRM, lizzie@wrm.org.uy
Lucía Guadagno, secretariado internacional del WRM, luciag@wrm.org.uy
Notas:
(1) Ramírez, Delia. Acorralados por los pinos. Consecuencias del avance de la forestación en el Alto Paraná misionero. En Cartografías del conflicto ambiental en Argentina 2 / Facundo Martín … [et
al.] ; compilado por Gabriela Merlinsky. – 1a ed . – Ciudad Autónoma de Buenos Aires :
Fundación CICCUS, 2016. Pág 115.
(2) Ministerio de Hacienda de la Nación. Informes productivos provinciales. Misiones, enero 2018.
(3) Dirección Nacional de Desarrollo Foresto Industrial. “El Gobierno nacional lanzó la plataforma Forestar 2030”
(4) Idem 1. p. 118.
(5) Grupo Guayubira. “Misiones, Argentina: pinos, pasteras y mentiras”
(6) Alvez, Sergio. “El 80% de la superficie del municipio Puerto Libertad le pertenece a una multinacional”
Fuente: https://wrm.org.uy/es/articulos-del-boletin-wrm/seccion1/argentina-sembrando-lucha-cosechamos-tierra-recuperacion-de-tierras-en-misiones/
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Votación popular contra las represas
23 de octubre de 2014
Por
Darío Aranda
Página12
Organizaciones sociales, campesinas, indígenas, sindicales y de DD.HH. llevan
adelante esta semana una consulta para protestar contra las represas
hidroeléctricas proyectadas.
Misiones
está de votación. Esta semana, en más de 1000 urnas en toda la provincia, los
mayores de 16 años deciden el rechazo o la aceptación de represas. Una sola de
las hidroeléctricas proyectadas (Garabí) inundará 40 mil hectáreas (dos veces la
ciudad de Buenos Aires) y de-salojará a 2500 familias. “Las represas son parte
del modelo productivo perverso que transforma la naturaleza de todos en lucro de
unos pocos”, explicó el activista socioambiental Juan Yahdjian y llamó a votar:
“La democracia actual no suele darnos muchas posibilidades de participar, pero
ahora tenemos una oportunidad concreta para decidir nuestro futuro”. Por ley
provincial, el plebiscito debe organizarlo el gobierno de Misiones, pero ante la
negativa a convocarlo fue instrumentado por organizaciones sociales, sindicatos,
partidos políticos e iglesias.
El Complejo
Hidroeléctrico Garabí es un mega emprendimiento entre Brasil y Argentina que
tiene su origen en la década del 80. Consiste en realizar una o más represas
sobre el río Uruguay, en la zona compartida por Misiones y Corrientes con el
estado brasileño de Río Grande do Sul. En 2011 se firmó un acuerdo de
cooperación entre Brasil y Argentina y relanzaron formalmente el proyecto. Otros
dos proyectos en carpeta son Panambí y Corpus.
La Mesa
Provincial No a las Represas nuclea a 46 organizaciones. Indígenas, campesinos,
organizaciones sindicales y de derechos humanos, iglesias (evangélica, luterana
y católica). Un amplio abanico y diversidad de posicionamientos políticos, con
la coincidencia de rechazar las represas. Denuncian los efectos sociales
(masivos desalojos forzosos), sanitarios (enfermedades), ambientales (inundación
de extensas superficies y pérdida de biodiversidad) y el “maldesarrollo”
(sacrificar territorios y producir energía de forma no sustentable).
La Mesa
Provincial exige que se cumpla la Ley IV-56 vigente en Misiones. El artículo 6
señala que “para la realización de emprendimientos hidroeléctricos y represas se
requiere la participación previa del pueblo de Misiones, a través del mecanismo
de plebiscito obligatorio, vinculante e irrenunciable”. El gobernador Maurice
Closs, desde hace tres años, rechazó llamar a votación.
Las
organizaciones sociales realizan actividades informativas desde 2011, exigen que
se cumpla la ley y poder votar. Ahora, la Mesa Provincial No a las Represas
organizó la consulta popular. “Que no represen tu voz. El pueblo decide. Vos
decidís”, es la consigna que convoca desde el lunes hasta el domingo 26 para
votar en toda la provincia. Hay mil urnas en plazas, escuelas, centros
comunitarios, sedes de organizaciones sociales y sindicales, universidades,
centros culturales y comunidades indígenas. La pregunta que convoca es: “¿Está
usted de acuerdo con la construcción de nuevas represas que afecten territorio
misionero?”. Hay dos boletas, una con el “Sí” y otra con el “No”. Votan todos
los misioneros mayores de 16 años, deben concurrir con DNI y cuentan con
planillas y un sistema informático que permitirá el control y que nadie vote más
de una vez. Las jornadas contarán con fiscalización de ONG y veedores nacionales
e internacionales. El lunes 27 se contabilizarán los sufragios.
Raúl
Aramendy, integrante de la Mesa Provincial, explicó que las represas ocasionaron
en Misiones “un conflicto profundo de aspectos sociales, económicos, políticos y
ambientales”. Detalló que la más publicitada es Garabí (que inundará 40 mil
hectáreas), pero son al menos cinco los proyectos en carpeta. Alertó que la
instalación de represas sin participación ciudadana “viola la ley, no es justo y
con injusticia no puede haber paz”. Llamó a votar para “ser escuchados y enseñar
democracia practicándola en las calle”.
La Mesa
Provincial No a las Represas puntualiza también en los efectos sanitarios. Los
lagos que generan las represas son el hábitat de vectores transmisores de
malaria, dengue, leishmaniasis y esquistosomiasis, entre otras enfermedades. “La
propagación de estas enfermedades es asociada con la alteración del régimen de
los ríos, por lo que ha sido llamada la enfermedad de las represas”, explica la
organización misionera Cemep-Adis, parte del Movimiento Agroecológico de América
Latina (Maela). La Mesa Provincial propone un gradual cambio hacia una matriz
energética nacional que apueste a energías renovables.
Nora De Dieu,
de ATE Misiones, se preguntó para quién será la energía producida con las
represas: “Necesitan más energía para asegurar las políticas extractivistas de
multinacionales que avanzan sobre territorios y vidas”. Juan Yahdjian, 80 años,
médico e histórico activista socioambiental de Eldorado, recordó la vinculación
directa entre represas y enfermedades y citó al pueblo guaraní: “Nos enseñan que
el río es para el ecosistema como la sangre para el cuerpo. Si la sangre no
llega, esa parte del cuerpo enferma. Donde el río no llega, esa zona morirá”. Y
vinculó las hidroeléctricas y las “hidrovías” (profundización de ríos para
grandes barcos) al modelo extractivo vigente en Latinoamérica y que fue
formalizado en el 2000 por doce gobiernos.
* Publicado el 23 de octubre de 2014 en el diario Página12.
En
el sur de Chile:
Mega-Represas Hidroeléctricas
¿Se construirán represas en los
ríos salvajes de la Patagonia para producir electricidad para mercados
distantes? Hidroaysén, una empresa controlada por el conglomerado internacional
de energía Endesa / Enel, proyecta construir cinco enormes represas
hidroeléctricas en los ríos Baker y Pascua, dos de los ríos más caudalososde
Chile. Existen muy pocos ríos en el mundo de esta magnitud que fluyan
libremente, sin represas.
Para transportar la energía al
norte, a Santiago, habría que construir un tendido eléctrico de alta tensión de
más de 1.200 km de largo. Esta gran franja de tala rasa, fragmentaría el hábitat
de la vida silvestre en más de una docena de áreas protegidas y reservas. Este
proyecto también abriría la puerta a otros proyectos de represas en ríos de la
Patagonia, dado que construir la línea de transmisión es el gasto más grande de
todo el proyecto.
Estas represas no afectarían directamente al futuro Parque
Nacional Patagonia, que seguirá siendo tan agreste y tan atractivo como siempre.
Sin embargo, recalca la necesidad de desarrollar una economía regional
alternativa, más amigable con el ambiente; de otro modo, proyectos industriales
de este tipo continuarán internándose en esta área. Conservación Patagónica está
luchando contra la construcción de la represa en los ríos Baker y Pascua porque
creemos que la espectacular belleza natural de la Patagonia, su abundante vida
silvestre y su cultura única son dignas de preservarse. Mediante la creación del
futuro Parque Nacional Patagonia, como pieza fundamental para el desarrollo del
ecoturismo en la región, Conservación Patagónica promueve una alternativa viable
al desarrollo industrial cortoplacista.
El Consejo de Defensa de la Patagonia, una coalición de más de 70
organizaciones conservacionistas, entre las que se cuenta Conservación
Patagónica, está llevando adelante esta lucha: la batalla ambiental más grande
de la historia de Chile. Esta coalición de ONGs locales, regionales, nacionales
e internacionales incluye a muchos de los conservacionistas más importantes de
Chile y ha realizado una acometida desde varios frentes para combatir la
construcción de las represas. Su campaña “Patagonia chilena ¡Sin represas!” ha
elaborado respuestas de detallada elaboración técnica a las Evaluaciones de
Impacto Ambiental que ha presentado Hidroaysén, y con esto se logró la
dilatación del proyecto y se forzó a la empresa y al gobierno a examinar con más
cuidado los impactos del proyecto. La oposición a las represas ha llevado
adelante una campaña mediática a gran escala, que con letreros en todo Chile,
avisos a página completa en los diarios locales y nacionales, avisos en radio y
televisión y uso de redes sociales han buscado generar conciencia y apoyo por
parte de la población. Según estudios de energías alternativas, Chile puede
cubrir sus necesidades de energía mediante energías renovables no convencionales
y de mayor eficiencia.
A pesar de que las protestas ciudadanas pusieron de manifiesto la
oposición local y regional al proyecto, Hidroaysén aún piensa llevar adelante
este proyecto avaluado en miles de millones de dólares. En 2010, la presión de
la ciudadanía logró que se pospusiera la concesión de permisos, fortaleciendo
así el movimiento ambientalista chileno y llamando la atención a nivel
internacional acerca de la amenaza inminente a los ríos salvajes de la Patagonia.
Pero esta campaña necesita de su ayuda. Para unirse a la lucha para
que los ríos de la Patagonia sigan siendo salvajes y libres, visite Patagonia
Chilena ¡Sin Represas!
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