martes, 22 de septiembre de 2015

Necesidad de deschavar el progresismo poniendo en evidencia qué mundo hizo y hace posible.


Es descentramiento de la mirada mayoritaria que la sitúa en 

el Consenso de commodities y el de Beijing.
 
Resulta fundamental esta toma generalizada de conciencia sobre:
 
«Consenso de los Commodities» y lenguajes de valoración en América Latina
Marzo - Abril 2013

El «Consenso de los Commodities» subraya el ingreso de América Latina en un nuevo orden económico y político-ideológico, sostenido por el boom de los precios internacionales de las materias primas y los bienes de consumo demandados cada vez más por los países centrales y las potencias emergentes. Este orden va consolidando un estilo de desarrollo neoextractivista que genera ventajas comparativas, visibles en el crecimiento económico, al tiempo que produce nuevas asimetrías y conflictos sociales, económicos, ambientales y político-culturales. Tal conflictividad marca la apertura de un nuevo ciclo de luchas, centrado en la defensa del territorio y del ambiente, así como en la discusión sobre los modelos de desarrollo y las fronteras mismas de la democracia.



Introducción
En el último decenio, América Latina realizó el pasaje del Consenso de Washington, asentado sobre la valorización financiera, al «Consenso de los Commodities», basado en la exportación de bienes primarios en gran escala. En este artículo utilizamos el concepto de commodities en un sentido amplio, como «productos indiferenciados cuyos precios se fijan internacionalmente»1, o como «productos de fabricación, disponibilidad y demanda mundial, que tienen un rango de precios internacional y no requieren tecnología avanzada para su fabricación y procesamiento»2. Ambas definiciones incluyen desde materias primas a granel hasta productos semielaborados o industriales. Para el caso de América Latina, la demanda decommodities está concentrada en productos alimentarios, como el maíz, la soja y el trigo, así como en hidrocarburos (gas y petróleo), metales y minerales (cobre, oro, plata, estaño, bauxita, zinc, entre otros)3.
 
Así, si bien es cierto que la explotación y exportación de materias primas no son actividades nuevas en América Latina, resulta claro que en los últimos años del siglo XX, en un contexto de cambio del modelo de acumulación, se ha intensificado notoriamente la expansión de megaproyectos tendientes al control, la extracción y la exportación de bienes naturales, sin mayor valor agregado. Por ende, lo que de modo general aquí denominamos «Consenso de los Commodities» subraya el ingreso en un nuevo orden, a la vez económico y político-ideológico, sostenido por el boom de los precios internacionales de las materias primas y los bienes de consumo cada vez más demandados por los países centrales y las potencias emergentes, lo cual genera indudables ventajas comparativas visibles en el crecimiento económico y el aumento de las reservas monetarias, al tiempo que produce nuevas asimetrías y profundas desigualdades en las sociedades latinoamericanas.
 
En términos de consecuencias, el «Consenso de los Commodities» es un proceso complejo y vertiginoso que debe ser leído desde una perspectiva múltiple, a la vez económica y social, política e ideológica, cultural y ambiental. En razón de ello, para ilustrar esta problemática proponemos al lector una presentación en tres partes.
  • En primer lugar, avanzaremos en una conceptualización de lo que entendemos por «Consenso de los Commodities» y las formas que asume el actual estilo de desarrollo neoextractivista. 
  • En segundo lugar, proponemos un recorrido breve por lo que hemos denominado el «giro ecoterritorial», como expresión de los nuevos lenguajes de valoración que atraviesan las luchas socioambientales en el continente.
  • En fin, cerraremos con una referencia a los desafíos que hoy afronta gran parte de las organizaciones sociales y del pensamiento crítico latinoamericano.
Hacia una conceptualización de la nueva fase
En primer lugar, desde el punto de vista económico y social, la demanda de commodities ha originado un importante proceso de reprimarización de las economías latinoamericanas, al acentuar la reorientación de estas hacia actividades primarias extractivas o maquilas, con escaso valor agregado4. Esta dinámica regresiva se ve agravada por el ingreso de potencias emergentes, como es el caso de China, país que de modo acelerado se va imponiendo como un socio desigual en lo que respecta al intercambio comercial con la región5. Asimismo, este proceso de reprimarización viene también acompañado por una tendencia a la pérdida de soberanía alimentaria, hecho ligado a la exportación de alimentos en gran escala cuyo destino es el consumo animal o, de modo creciente, la producción de biocombustibles, lo cual comprende desde la soja hasta los cultivos de palma o los fertilizantes.
En segundo lugar, desde el punto de vista de la lógica de acumulación, el nuevo «Consenso de los Commodities» conlleva la profundización de la dinámica de desposesión6 o despojo de tierras, recursos y territorios y produce nuevas y peligrosas formas de dependencia y dominación. Entre los elementos comunes de esta dinámica podemos destacar la gran escala de los emprendimientos, la tendencia a la monoproducción o la escasa diversificación económica y una lógica de ocupación de los territorios claramente destructiva. En efecto, en función de una mirada productivista y eficientista del desarrollo, se alienta la descalificación de otras lógicas de valorización de los territorios, los cuales son considerados como socialmente vaciables, o lisa y llanamente como «áreas de sacrificio», en aras del progreso selectivo.
 Fuente: http://nuso.org/articulo/consenso-de-los-commodities-y-lenguajes-de-valoracion-en-america-latina/
 
 
Es reflexionar sobre que China con EE.UU. impulsan el capitalismo mundializado y compiten en empobrecer a los países periféricos tanto por desindustrializarlos como por vaciarlos de recursos estratégicos. De este modo los amenazan en sus respectivas supervivencias.

¿Del Consenso de Washington al Consenso de Beijing?
30 de marzo de 2014
China se ha consolidado durante las últimas décadas como la segunda economía y el principal productor de manufacturas del planeta. 
 
Por Ariel M. Slipak
Adicionalmente a esta expansión económica, el país oriental viene incrementando su poderío militar y áreas de influencia política en el globo. 
Expone una relación simultáneamente tensa en lo geopolítico y simbiótica en lo económico con EE.UU., su primer destino de exportaciones y de quien es su principal prestamista.  
 
El crecimiento exponencial de su sector fabril, la acelerada tasa de urbanización y las crecientes necesidades alimenticias de una población que supera los 1300 millones de habitantes han llevado a que la provisión de productos básicos como minerales, alimentos e hidrocarburos resulte una cuestión estratégica.
 
En este contexto, China ha resultado el socio comercial de América Latina cuya relación comercial muestra los mayores índices de crecimiento durante la última década en detrimento de EE UU y Europa. Al mismo tiempo se muestra como uno de los emisores de IED más dinámicos hacia la región. China –que se ubica entre los tres principales destinos de exportaciones de Brasil, Chile, Perú, Colombia Argentina, Uruguay y Venezuela– es presentado por la mayoría de los gobiernos del Cono Sur y organismos como CEPAL como un socio estratégico con quien es posible entablar relaciones de mutuo beneficio y cooperación. Sin embargo, un análisis  detallado de los flujos de intercambio comercial mantenidos con aquel país exponen, por el momento, una profundización de la inserción de América Latina como proveedor global de productos primario-extractivos con reducido contenido de valor agregado a partir del incremento de las relaciones comerciales con China. 
Al mismo tiempo la IED recibida por los países de América Latina y Caribe del gigante asiático se orienta casi exclusivamente al aseguramiento estratégico de productos básicos por parte de aquel país o bien a actividades logísticas o financieras que sirvan de apoyo a la extracción productos primaros.
 
China se presenta en la región como una economía emergente, un país con el cual los de América Latina podrán entablar relaciones simétricas a partir de la cooperación sur-sur. Sin embargo, resultaría de suma importancia en la región que los gobiernos locales internalicen que China ya no es una economía emergente, sino una potencia económica. Fuente: http://tiempo.infonews.com/nota/9768/del-consenso-de-washington-al-consenso-de-beijing
 
 
Es, entonces, comprobar que el  progresismo ha favorecido  la acumulación gran capitalista de China y de los poderes locales a costa de desposeer totalitariamente a nuestros pueblos.
 
 

Argentina y China: mitos y realidades del “consenso de Beijing”
7 de febrero de 2015

La visita a China y los veintidós convenios firmados suscitaron tantos elogios como críticas. ¿Cuáles son las implicaciones del peso creciente del gigante asiático en el país?


Por Esteban Mercatante
@estebanm1870

En su visita a China, Cristina Fernández reforzó los lazos con el gigante asiático, y agregó nuevos acuerdos que junto con los que se habían concretado en julio pasado, cuando el presidente chino Xi Jinping visitó el país, suman ya 31 mil millones de dólares.
Las respuestas a los compromisos alcanzados suscitaron tantas críticas como elogios. Están los sectores empresarios que se frotan las manos porque esperan participar de alguna tajada de los negocios, y los que adelantaron preocupaciones por la opacidad de las condiciones (o su alto grado de generalidad), y por las consecuencias que tendrá la preferencia para el capital chino en las licitaciones de los proyectos involucrados en los convenios. Estas últimas pasarán a ser una mera formalidad, con garantías de que los prestamistas serán los adjudicados.
No obstante estas objeciones despertadas por las tratativas express realizadas por el gobierno en sus últimos dos años de gobierno, con consecuencias que se sentirán durante largo tiempo, e incluso las dudas sobre el grado en que puedan concretarse las obras expresadas ayer por Clarín, todos los sectores del empresariado y los partidos políticos que los representan, coinciden con pequeños matices, en el carácter estratégico de la relación con China.
 
Estratégico, ¿para quién? Nada más ni nada menos para que estas grandes empresas puedan seguir llenándose los bolsillos. Durante esta semana, mientras reflejábamos en La Izquierda Diario los actos de la presidenta y sus ministros con funcionarios chinos (que pueden leerse acá, acá y acá), hemos discutido el rol de China en la economía mundial, y particularmente en América Latina, contando con contribuciones de investigadores especializados.
 
Lejos del entusiasmo que guía el “consenso de Bejing”, el nuevo paraíso prometido para los países emergentes que sepan aprovechar sus “ventajas relativas” en su asociación con la economía asiática, la asociación estratégica con China en las actuales condiciones promete reforzar el carácter dependiente de las economías de la región, que es el que desde el vamos dicta los términos en los que esta asociación se viene desarrollando.
No puede sorprender que esto sea así, ya que, como reflejan los artículos de Ideas de Izquierda que reproducimos como parte de esta sección especial, el ascenso de China no pretende cuestionar el orden mundial capitalista trabajosamente forjado por las grandes potencias imperialistas para asegurar las ventajas del capital trasnacional. Lo que se propone China es traducir su creciente peso en un rol más gravitante. Su avance en los países mal llamados “emergentes” es una pieza central en ese objetivo.
A continuación, entonces, los artículos que conforman esta sección especial de La Izquierda Diario.(…)
 
Es, por último,  el viraje abajo desde la subordinación al liderazgo del progresismo hacia prestar atención a los pueblos originarios porque:
 

Pueblos del Abya Yala frente a los desafíos climáticos

LOS  PUEBLOS INDIGENAS TE LLAMAN A  LA ACCION
10 de diciembre de 2014

 
Nosotros, representantes de los pueblos indígenas del Abya Yala y del mundo, reunidos en la Maloca del Pabellón Indígena de la COP20, desde el 2 de diciembre para discutir y reflexionar las causas del Cambio Climático en el mundo y aportar a los caminos de solución que se deben asumir en las Cumbres Mundiales, elevamos nuestra voz para decir:
1° El Cambio Climático está enfermando nuestra Madre Tierra, está interrumpiendo la unidad entre humanos y naturaleza que durante siglos ha permitido la vida sobre el planeta.  Esta situación nos provoca un sentimiento profundo de tristeza porque impacta en la relación que los pueblos indígenas hemos desarrollado con la naturaleza; una naturaleza viva que la comprendemos como totalidad de la que formamos parte.  Así, si se enferma la Tierra,  los pueblos indígenas también nos enfermamos.
2° Los jefes de Estados están reunidos para discutir este problema, para buscar soluciones al desastre que se viene produciendo con la Madre Tierra.  Sin embargo, vemos con gran preocupación que las salidas que se están buscando no hablan del verdadero problema, y por lo tanto no cambiarán el destino de desastre en el cual estamos.  Estamos afectando la Madre Tierra y no se está encontrando soluciones verdaderas que reviertan el proceso, que protejan y defiendan la integridad de la naturaleza.
3° Para nosotros, los pueblos indígenas del Abya Yala y del mundo, el desastre que se está produciendo con la Madre Tierra tiene un origen, una causa estructural; tiene que ver con un modo de desarrollo que se ha instaurado y generalizado en el mundo, un modo de vida que busca incansablemente crear nuevas necesidades, aunque éstas sean fugaces.  Estamos ante un modelo de desarrollo que tiene como centro la producción de riqueza y la distribución profundamente desigual de ella.
El modelo de desarrollo que está enfermando la Madre Tierra tiene nombre y apellido, se llama capitalismo del siglo XXI, y aquí en el Abya Yala tiene un rostro perverso de largo aliento llamado extractivismo, extracción de riqueza y expropiación de territorios a favor del capital global, a favor de la concentración de la riqueza en unas cuantas manos y despojo de territorios para los pueblos indígenas.  Nos están despojando de nuestro Vivir Bien y Vida Plena que implica vivir en armonía con la naturaleza.
5° El extractivismo del Abya Yala se muestra en todas las iniciativas que toman los gobiernos de nuestra región y que implican: ampliación de la frontera hidrocarburífera, priorización de las actividades mineras y de hidroeléctricas respecto de las necesidades de los pueblos, crecimiento de la deforestación para la conversión de los bosques en zonas con cultivos agroindustriales.  Lo más triste de esta situación es que los gobiernos de izquierda y de derecha se comportan de manera similar ante la acumulación por despojo como característica fundamental del capital global, cuyas principales víctimas somos los pueblos indígenas.

Los gobiernos progresistas de nuestra región, los que acuñaron el horizonte del socialismo del siglo XXI, en realidad se han convertido en hacedores e impulsores del capitalismo del siglo XXI.  Usando frases populares como Revolución Ciudadana o Revolución Democrático Cultural, redistribuyendo riqueza de manera menos asimétrica y componiendo sus gobiernos con algunos sectores sociales que en un pasado formaron parte de las luchas, hoy en día pretenden mostrarse como alternativos sin modificar las claves y los compases de ese rostro reverso de larga data del capitalismo global que en nuestra región del Abya Yala se llama extractivismo.

7° Nosotros, los pueblos indígenas del Abya Yala, hemos resistido y luchado a lo largo de nuestra historia con este modelo de desarrollo, con este modelo de colonización, con este modelo de acumulación de riqueza fundamentado en el despojo de nuestros territorios y recursos naturales.  Con nuestras luchas hemos buscado dignificar el nacimiento colonizado de los Estados y Naciones que conforman el Abya Yala, que conforman la región de América Latina, por eso no nos sorprende que un derecho tan fundamental como es el de Consulta para el consentimiento libre e informado, hoy día sea utilizado como una herramienta que antes que proteger el Derecho de Consulta, lo desnaturaliza y usan a su antojo.

8° Este panorama nos lleva a convocar a todos los pueblos del mundo, y a quienes  se congregan en la Cumbre de los Pueblos en Lima-Perú, a tomar caminos alternativos que nos acerquen a las verdaderas soluciones del Cambio Climático, a las verdaderas soluciones que reviertan los impactos que está sufriendo la Madre Tierra.  La defensa de la Madre Tierra y sus derechos es también la defensa de los pueblos y la vida.  La acumulación de riquezas a cambio del despojo de nuestros territorios es la agenda de las grandes corporaciones financieras y económicas que están metidas dentro en los Estados.

9º Llamamos a persistir en nuestro  camino de la autodeterminación de los pueblos, de la sociedad civil organizada, como la alternativa principal que nos permitirá encontrar salidas al problema estructural del Cambio Climático. Consolidar y reconstituir nuestra Territorialidad y titularidad integral de nuestros territorios y el control de todos sus recursos. Detener  los grandes motores del calentamiento global como son las operaciones extractivas y agroindustriales. Exigir el acceso directo de los fondos climáticos, y en especial de las mujeres indígenas en las estrategias de adaptación. Detener la criminalización y judicialización de la libre determinación porque es imposible defender a la madre tierra persiguiendo a los que la defienden.
Ni  despojo  colonial  ni  desarrollismo extractivista.
Solución climática  global.
Territorialidad y libre determinación de los pueblos indígenas para el buen vivir y vida plena para el enfriamiento global.

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