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Argentina_Educación campesina y popular:
reflexión y acción para construir nuevas realidades
Por Nicolás Esperante Alonso
Agencia de
Noticias Biodiversidadla
6 julio 2020
#QuéAgroecologíaNecesitamos
Compartimos la experiencia de la Escuela Campesina
de Agroecología (UST-MNCI Somos Tierra). Memoria histórica,
cosmovisión, cultura y relaciones humanas como ejes de un proyecto educativo
que apunta a recuperar -y circular- saberes para transformar la realidad de las
comunidades. Entrevista a Marta Greco, coordinadora de la Escuela.
Preguntándonos qué agroecología necesitamos, tenemos claro que hablar de agroecología implica
pensar en mucho más que en el derecho a una alimentación saludable. El acceso a
la tierra, la soberanía alimentaria, el comercio justo para lxs trabajadorxs,
el cuidado de los bienes naturales y la recuperación de saberes ancestrales son
algunas de las cuestiones que suelen omitir en su discurso quienes hoy se
apropian del término y proponen, engañosamente, una nueva forma de producir alimentos; sin agrotóxicos,
pero perpetuando las desigualdades sociales, agotando los recursos de los
suelos y el agua, y siempre con la mira puesta en hacer negocios, sin pensar en
la razón misma de la práctica milenaria de la agricultura: la alimentación de
los pueblos. Con el gigante Bayer-Monsanto enfrentando
juicios multimillonarios por los graves daños a la salud que causan sus
productos, la situación actual de la principal productora de agrotóxicos es una
mera muestra de que todo el modelo agroindustrial está en crisis. Y la forma en
la que las empresas pretenden salir de esa crisis no es otra que maquillando
sus estrategias, pintando de verde las mismas prácticas capitalistas de
acumulación y explotación -humana y natural- que vienen llevando a cabo desde
hace décadas.
En este contexto, la educación popular emerge
como un frente de lucha imprescindible para recuperar saberes y adaptarlos a
las necesidades de cada territorio. Para esto, la acción de las organizaciones
territoriales es fundamental. La Vía Campesina así lo refiere: “La importancia de
discutir e implementar la formación política-agroecológica dentro de cada
movimiento y organización está en la posibilidad de la comprensión del proceso
histórico, de los avances, límites y desafíos que la praxis de la lucha
proporciona. La caracterización y análisis teórico desde los movimientos
sociales es fundamental para prepararnos y fortalecernos ante los embates que
tendremos en frente. Sin el conocimiento profundo de la realidad y de las
teorías, se torna difícil desarrollar las luchas por la transformación de las
estructuras de la
sociedad. En un contexto político global cada vez más
complejo y difícil, resulta imprescindible formar militantes, cuadros políticos
y técnicos que tengan la capacidad de interpretar críticamente la realidad para
transformarla” [1].
Enmarcada entre las más de 70 experiencias
educativas alrededor del mundo nucleadas en el proyecto de educación popular de
La Vía Campesina,
la Escuela Campesina de Agroecología -que la Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra (UST)
lleva adelante en Jocolí, provincia de Mendoza- es un espacio de formación
donde se enseña y aprende a valorar y cultivar la vida campesina, la producción
de alimentos sanos, la convivencia con la naturaleza, la importancia del
territorio local. Marta Greco, coordinadora de la Escuela, cuenta sus orígenes:
“La creación de
la escuela no fue algo aislado, sino que fue el proceso acumulado desde una
discusión sobre educación, sobre formación que tuvimos y tenemos dentro de
nuestro MNCI Somos Tierra, y también dentro de los espacios de formación y
debate sobre la educación en la CLOC y La Vía Campesina. Ese
ha sido un núcleo que nos nutrió para llevar adelante la creación de la Escuela Campesina. El
proceso de construcción de la escuela y la concepción de educación tiene sus
bases pensadas en un proyecto más amplio. Un proyecto de sociedad, de campo, de
agricultura, de concepción del mundo, trazado con los pilares y horizontes
políticos de la soberanía alimentaria y la reforma agraria popular, que son
constituyentes de nuestro movimiento. Y teniendo ese horizonte es
que empezamos a hacer un trabajo de base en nuestras comunidades
campesinas indígenas, para trabajar, para discutir, para analizar y leer qué
escuela hay (o había en ese momento) en el campo, qué escuela queríamos, por
qué queríamos estudiar en una escuela distinta. Cómo tenía que ser esa escuela.
Ese trabajo de base nos llevó bastante tiempo. Pero esa frase de Paulo Freire,
‘quien está dispuesto a enseñar debe estar dispuesto a aprender’, estaba
presente en todas esas mateadas. Fue una frase que nos identificó mucho en esa
trayectoria. Y en función de ese trabajo de base, de esa construcción, trazamos
los principios pedagógicos y filosóficos de lo que hoy es la Escuela Campesina
de Agroecología”.
La modalidad de cursada de la escuela está
basada en el diálogo y el intercambio de saberes y experiencias, y pensada
desde las necesidades del territorio y sus habitantes. “La pedagogía de la
alternancia [2] permite que tengamos momentos de
estudio, de creación, de recopilación, de análisis de nuestras comunidades, y
un tiempo en el cual nos encontramos en la escuela, en un predio en una finca
recuperada por la organización, donde nos encontramos una vez al mes, durante
diez días de trabajo, de estudio, de convivencia, donde dialogan todos esos
saberes y se ponen en común para construir nuevos conocimientos. Los contenidos
tienen un tronco -la agroecología- que atraviesa todo el estudio. También se
trabajan otras disciplinas, que se complementan para no sectorizar los saberes
ni encasillarlos en contenidos estancados, sino que puedan dialogar. Tenemos matemática,
lengua, historia, memoria histórica, territorio, comunidad campesina,
pensamiento político latinoamericano, trabajos de investigación y
acción. Todo ello trazado con la idea de trabajar esos contenidos y que
sean útiles a las transformaciones de la realidad que hoy nuestras comunidades
tienen en su memoria histórica”.
La recuperación de los saberes campesinos
representa para la Escuela un blanco al que apuntar constantemente, y para el
cual se desarrollan actividades que fomentan el intercambio dentro de los
grupos, conectando también los aprendizajes teóricos con las prácticas
concretas de la tierra. “Para
recuperar saberes tenemos un espacio que llamamos ‘tiempo comunidad en el
tiempo escuela’. Es un espacio donde se encuentran esos dos tiempos, y es el
momento donde sintetizamos y ponemos en común esos saberes para que, cuando los
compañeros y compañeras vuelvan a sus territorios, recuperen, reconstruyan e
investiguen. También tenemos talleres productivos, de jornada completa, donde
ponemos en común los saberes, como recuperación de semillas criollas, siembra,
cosecha, trabajo en el suelo, compostaje, realización de insumos, calendario de
siembra. Allí ponemos en común todos esos saberes para recuperarlos en la
memoria histórica de las comunidades”.
La educación es parte fundamental de las
grandes luchas de los movimientos territoriales. El derecho a la
educación en el campo y para el
campo, en todos sus niveles y modalidades es parte de la lucha del territorio.
“Es parte de la
construcción de una vida digna, de la vivienda, de la salud, del trabajo. Es
parte de ese todo en el cual surgió la organización, como tantos otros
movimientos hermanos. Y el trabajo de la soberanía alimentaria como
dimensión política es esencial en la agroecología, lo mismo que la reforma
agraria. Sin tierra tenemos que luchar por la reforma agraria, y sin
agroecología no podemos concebir la producción de alimentos sanos y para el
pueblo. Ese es el sentido que tratamos de poner en común con todos y todas los
que son parte de la escuela”.
Ante los constantes embates -cada vez más
arteros- de las corporaciones, nos preguntamos colectivamente qué estrategias y
qué caminos de resistencia tomar. En épocas donde el poder hegemónico parece reinventarse, reciclando estrategias y
renovando viejas prácticas, cabe resaltar -y afirmar- cuáles son nuestras
ideas. “La
agroecología, para nosotros, es un concepto sintetizador que incluye memoria
histórica, cosmovisión, cultura, relaciones humanas, relaciones del hombre y la
mujer con la naturaleza y entre ellos. Para nosotros esos conceptos, esa
dimensión económica, social y política son parte de la agroecología. Una
dimensión que muchas veces se desconoce, que es esa dimensión política que
plantea la disputa de modelos de producción, donde por un lado está el
agronegocio y por otro la agricultura campesina indígena. Esa dimensión es
fundamental, y es la que tratamos de colocar como marco global de la agroecología
para luego poder construir y reconstruir esas otras dimensiones. Para
nosotros el diálogo de saberes como parte del concepto sintetizador de la
agroecología es fundamental. Y esa totalidad es la que intentamos poner en
práctica en nuestra escuela”.
Preguntándonos qué agroecología necesitamos, tenemos claro que no se puede pensar en la
agroecología sin pensar en la soberanía alimentaria y en la redistribución de
la tierra; como tampoco puede concebirse sin poner el foco en la necesidad de
una educación popular integral, que materialice -recorriendo un camino
pedagógico humanista y liberador- las luchas de resistencia de los pueblos y
sus comunidades.
Referencias:
[1] La Vía Campesina:
Escuelas y Procesos de Formación en Agroecología. Disponible en ( https://viacampesina.org/es/escuelas/)
[2] En la pedagogía de la alternancia se
combinan el aprendizaje teórico con el aprendizaje experiencial en oficios,
técnicas y prácticas concretas.
Este artículo es parte del proyecto “Profundizando debates sobre
experiencias agroecológicas para la soberanía alimentaria” realizado con
el apoyo de la
Fundación Rosa Luxemburgo.
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#QuéAgroecologíaNecesitamos | La Escuela Campesina
de Agroecología -que la Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra (UST) lleva
adelante en Mendoza- es un espacio de formación donde se enseña y aprende a
valorar y cultivar la vida campesina.
#QuéAgroecologíaNecesitamos | Marta
Greco, coordinadora de la Escuela, sostiene “El proceso de construcción de la
escuela y la concepción de educación tiene sus bases pensadas en un proyecto
más amplio”.
#QuéAgroecologíaNecesitamos | “Un
proyecto de sociedad, de campo, de agricultura, de concepción del mundo,
trazado con los pilares y horizontes políticos de la soberanía alimentaria y la
reforma agraria popular”.
#QuéAgroecologíaNecesitamos | La
modalidad de cursada de la escuela está basada en el diálogo y el intercambio
de saberes y experiencias, y pensada desde las necesidades del territorio y sus
habitantes.
#QuéAgroecologíaNecesitamos | El derecho
a la educación en el campo y para el campo, en todos sus niveles y modalidades
es parte de la lucha del territorio. “Es parte de la construcción de una vida
digna, de la vivienda, de la salud, del trabajo”.
#QuéAgroecologíaNecesitamos | “La
agroecología, para nosotros, es un concepto sintetizador que incluye memoria
histórica, cosmovisión, cultura, relaciones humanas, relaciones del hombre y la
mujer con la naturaleza y entre ellos”, sostiene Marta.
Artículo por Nicolás Esperante Alonso
– nicolasesperante@gmail.com
Otros
artículos del proyecto:
Fuente: https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2020/07/06/argentina_educacion-campesina-y-popular-reflexion-y-accion-para-construir-nuevas-realidades/
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