lunes, 11 de junio de 2012

Gobierno-Estado CFK. Ideología en Conflictos desafía a instalar el debate perseverante sobre significados y características del socialismo como alternativa revolucionaria al capitalismo


No es fortuito que el gran capital financiero sea uno de los más beneficiados por el gobierno-Estado CFK y se debe ante todo a la impunidad de la extraordinaria rentabilidad en base al sistema de la estafa oficializada como deuda pública externa. Gastón Angel Varesien "El gobierno de Néstor Kirchner: característica y alcances de la recomposición hegemónica", nos aclara:(...)El gobierno reconoció la totalidad de la deuda pública como “deuda soberana”, es decir, que rechazó toda posibilidad de dar cauce a la investigación o auditoría de la deuda. 

Además debe considerarse que si en el plano discursivo el FMI era denostado, en el plano económico era reconocido por el gobierno como acreedor privilegiado, y que la decisión de ganar soberanía pagándole al FMI el total de la deuda 24 se correspondía con la política de desendeudamiento que este último impulsaba para reducir sus riesgos financieros. En este camino, el gobierno se convertia en el que  s deuda pagó a los  organismos multilaterales de crédito en la historia argentina. Al mismo tiempo, el fin de los acuerdos con el FMI limitó sus presiones, otorgando mayores márgenes de acción estatal. Con respecto a la salida del default, el gobierno comenzó proponiendo fuertes quitas, que fueron moderándose con el correr de las negociaciones. El canje, que con una aceptación superior al 76%, representó una quita final del 43,4% sobre el total canjeado. Uno de los elementos  más novedosos del canje son las Unidades Ligadas al PBI, cupones que, en las condiciones de crecimiento actual de la economía, vienen arrojando ganancias que se multiplican año tras año.
 
El segundo elemento que se destaca es que aproximadamente el 40% de la deuda se encuentra pesificada e indexada a la inflación, que año a año se acerca los dos dígitos, generando superganancias al capital financiero, efectuando un doble saqueo al bolsillo de las clases subalternas: el traspaso de riquezas que implica la inflación y la carga interminable de la deuda pública.(...)


¿Qué implicancias tiene esto? En principio amenaza con volver a impulsar la valorización financiera, una de las características fundantes del neoliberalismo argentino, ya que representa un negocio financiero a tasas sumamente elevadas respecto de los estándares internacionales. Aún con la importante quita del canje, queda un pesado calendario de pagos que conlleva desembolsos anuales de entre US$ 10.000 millones y US$20.000 millones. La magnitud del endeudamiento es tal que ya en 2007, sólo dos años después de realizado el canje, el Estado sólo pudo afrontar con los recursos del superávit fiscal sólo poco más de un tercio de los pagos, debiendo profundizar el endeudamiento con el solo fin de pagar deuda . Endeudarse a un ritmo mayor de lo que se paga, endeudarse  para pagar como clave del círculo vicioso del endeudamiento público. El canje y la continuidad del ciclo de endeudamiento representan la cristalización  de una nueva transferencia masiva de ingresos de asalariados a capitalistas, ya que recompone las relaciones en la clase dominante a costa del conjunto de la sociedad.

También vale recordar que el canje de deuda presentado como una causa nacional nos enfrenta con que finalizado el canje, la deuda total quedó aún por sobre los valores el 2001 y crece año tras año. El superávit fiscal de entre el 3% y el 4% que se ha destinado principalmente a deuda supera a la suma de las partidas presupuestarias de Salud, Educación, Vivienda y Agua potable, es decir el gasto social que define la calidad de vida de los sectores populares. El  gobierno de Kirchner mantuvo el ajuste en el gasto primario real, es decir, el total del gasto sin contar los interés de deuda y ajustado por índices de evolución de precios, derivando estos recursos al pago de deuda. Se debe indicar también que mientras el presupuesto real para educación se ha elevado en relación a lo destinado por gobiernos anteriores, el de salud presenta un profundo deterioro".
 
En la gestión K a favor del enriquecimiento de oligopolios mediante creciente desigualdad e injusticia social, Gastón Angel Varesi señala:"Otro aspecto donde las políticas del gobierno no han mostrado avances significativos es en materia de estructura impositiva . El IVA , impuesto de naturaleza regresiva ya que afecta al consumidor final y posee un mayor peso relativo sobre el ingreso de los que menos tienen, explica cerca de un tercio de la recaudación impositiva nacional (2006). El IVA se convierte así en el principal alimento de las cuentas públicas que acrecienta el superávit fiscal, seguido por el impuesto de Ganancias, que hasta la reforma de 2007 afectaba a amplios sectores de   trabajadores.  Esta estructura genera una brutal “paradoja de desigualdad: mientras los trabajadores, siendo la amplia mayoría de la población, no perciben más del 30% de la riqueza generada (gravitando cerca de su piso histórico) pagan diversos impuestos que representan más del 50% del total recaudado. Recién en cuarto lugar, luego del tributo de Seguridad Social, aparecen las Retenciones (principal insumo del tributo de  Derechos al comercio exterior), que con el  creciente dinamismo de las exportaciones, llega a representar un 12,9% de la recaudación. Este impuesto marca una novedad en la acciones del Estado: por un lado, busca desdoblar los precios del mercado externo y el interno procurando limitar la inflación que afecta principalmente a las clases subalternas; por otro lado, se grava a la fracción más dinámica del capital, los agentes económicos productivo-exportadores, para derivar riqueza, vía deuda, a la otra fracción de peso: el capital financiero. De este modo asistimos a un intento de construir gobernabilidad a partir de la garantía de los distintos intereses de clase. Por una parte, las retenciones, como medida que procuran limitar el proceso inflacionario, acompañan las medidas de apuntalamiento del salario. Por otra parte, las retenciones como medida que permite incrementar el superávit primario que será destinado a deuda acompaña otro conjunto de acciones: tanto las compensaciones a los bancos (en el gobierno de Duhalde) y la salida del default, que incluye cupones atados al crecimiento y bonos en pesos indexados a la inflación, representan momentos de este proceso conciliatorio;  las retenciones a las exportaciones capturan divisas que ha permitido al Estado balancear sus cuentas y volver a pagar la deuda pública apareciendo, en este sentido como un mecanismo de redistribución “por arriba” del ingreso (...)". Fuente: revista Espacio Crítico Nº 12 enero-junio 2010
 
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Frente a esta política e ideología de maximización de la concentración y centralización del capital:
¿Por qué hablar de socialismo hoy?
Por: Homar Garcés (especial para ARGENPRESS.info)
 
Autogobierno local, autogestión obrera de la producción, movimientos cooperativos y comuna son indicadores que prefiguran la sociedad de nuevo tipo y deben fomentarse, de manera que sea realidad el socialismo revolucionario que los sustenta.

Esto será posible en la misma medida que la participación y el protagonismo popular vayan sustituyendo los patrones de conducta que prevalecen en las relaciones de producción y de poder, alcanzando niveles de socialización necesarios que derriben esa “veneración supersticiosa del Estado” presente en cada sociedad, incrementando los derechos del pueblo y no la hegemonía de una minoría dirigente o gobernante. En tal sentido, tienen que crearse las condiciones objetivas y subjetivas que permitan ensayar nuevas formas organizativas que privilegien el poder popular en lugar de las razones de Estado, ya que generalmente éstas sólo están destinadas a fortalecer el poder de las clases dominantes. Esta realidad es la que marcará -de uno u otro modo-
el futuro del socialismo como alternativa revolucionaria al capitalismo, lo que obliga a impulsar un debate constante de su significado y características, dinamizando -en definitiva- su construcción a través de la participación efectiva de los sectores populares.
 
Es importante entender que la crisis que azota actualmente al mundo capitalista, incluyendo a Estados Unidos, convierte al socialismo en la opción más inmediata que tienen los pueblos a la mano para superar y erradicar las injusticias y desigualdades legitimadas por el sistema capitalista. Esta opción, sin embargo, no puede restringirse a un solo aspecto de la vida en sociedad sino que debe concebirse de forma integral, creyendo que basta con una reforma legislativa para que éstas desaparezcan, dejando intactas las diversas estructuras sobre las cuales se sostiene. No se trata, por consiguiente, de un simple “cambio”, al modo tradicional. Tampoco puede catalogarse de coincidencia que se apele al socialismo cuando la mayoría de la gente sabe que la lógica capitalista arrastra al planeta a una hecatombe sin precedentes, siendo sus primeros síntomas la desaparición de glaciares y de múltiples ecosistemas, las sequías, las inundaciones, la lluvia ácida y la disminución de la capa de ozono, entre otras graves consecuencias de la acción irracional y depredadora de las grandes corporaciones transnacionales que dominan la economía global actual. A ello se agrega el hecho que muchos pueblos ven pisoteada y amenazada su soberanía, víctimas de la prepotencia imperialista de Estados Unidos y de sus socios de la OTAN, por lo cual es vital derrotar colectivamente esa concepción de supremacía basado en la exclusión de los derechos colectivos de los pueblos imponiendo en su lugar el multilateralismo que surgiría de la práctica socialista.
 
Así, en medio de esta realidad es lícito hablar de socialismo hoy, entendiéndolo como un sistema conceptual y como un programa político que le permitiría alcanzar a la humanidad su emancipación integral, contradiciendo la propaganda de los apologistas del capitalismo, cuyo objetivo es convencernos a todos de lo natural e inevitable que resultaría la apropiación privada de las riquezas de la tierra. En función de esa emancipación integral de la humanidad, el socialismo revolucionario debe revitalizarse cada día con todos los aportes teóricos revolucionarios y las experiencias de lucha de los pueblos, de forma que el mismo sirva para transformar la historia y el orden establecido, haciendo realidad un mundo más justo, democrático e igualitario para todos.



















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