Caminos
abiertos por luchas de los pueblos
están creando
el
internacionalismo revolucionario
a consolidar y proyectar.
En el sistema mundo de hoy muchos pueblos están siendo exterminados. Israel
lleva más de medio siglo ocupando territorio palestino y oprimiéndolo al
extremo de amenazar su subsistencia. Reflexionemos sobre:
Entrevista con
Husni Abdel Wahed, embajador palestino en Buenos Aires
“Como todo pueblo digno, el pueblo palestino resiste”
6 de febrero de 2016
6 de febrero de 2016
Por
Mariano Pacheco (Rebelión)
Martes 2 de febrero. En horas de la siesta, Husni Abdel Wahed
recibe en la Embajada del Estado Palestino en Argentina a una delegación de
periodistas integrada por el director del periódico Resumen Latinoamericano,
Carlos Aznárez, el corresponsal de Hispan TV en el país, Sebastián Salgado, y el
Pro Secretario de Cultura del Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de
Córdoba (Cispren), Mariano Pacheco, quienes entregaron una carpeta con cientos
de firmas de personalidades de todo el mundo, en solidaridad con Muhammad Al-Qiq,
el periodista palestino que se encuentra detenido y realizando huelga de hambre
desde hace 70 días.
El embajador palestino en Buenos Aires, tras la reunión, conversa
con este cronista. Destaca la importancia de la solidaridad internacional, y más
específicamente, por la iniciativa desarrollada por Carlos Aznárez, con quien el
propio embajador se solidarizó hace semanas, a través de una carta pública, en
donde enfatizaba que la demanda judicial presentada por la Delegación de
Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) contra el periodista argentino,
atentaba contra la libertad de expresión y contra todos aquellos que “hacen de
la solidaridad una forma de vida de existencia y de resistencia”.
--¿Qué
valoración tiene de esta iniciativa embajador?
--América Latina en general, y el pueblo argentino en particular,
han sido un continente y un país solidario, siempre, no sólo con la lucha del
pueblo palestino, sino con la de todos los pueblos. Así que no esperamos menos.
En cuanto a la lucha de nuestro pueblo, una parte importante es la lucha por la
libertad de los prisioneros políticos. Hoy, lamentablemente, Al-Qiq es la
noticia. Ha sido encarcelado de una forma antojadiza por parte de las fuerzas de
ocupación israelí, sin cargo alguno.
Periodista de 33 años que venía trabajando para el canal “Al Majd”,
Al-Qiq fue arrancado de su casa de Ramallah hace tres meses y, como otros 4.500
palestinos (hombres y mujeres), confinado en una de esas cárceles que se parecen
más a una tumba que a una prisión. La “detención administrativa” que se
encuentra cumpliendo no es más que un secuestro realizado por el Estado Israelí,
bajo la figura que les permite, con el silencio de gran parte de la comunidad
internacional, tener prisioneros ya no sólo a los activistas y militantes de la
causa palestina, sino a todos aquellos que considere “sospechosos”, así sea
porque tan sólo informan sobre lo que ven y escuchan en los territorios
ocupados. Todo sin presentar cargos. Sin siquiera iniciar un proceso judicial.
Continúa Husni Abdel Wahed:
--Muhammad Al-Qiq se encuentra al borde de la muerte, de allí la
importancia de estos actos de solidaridad, porque no sólo lo alientan a él, sino
también a nuestro pueblo, para seguir con la lucha por la libertad, la justicia
y la paz.
--Por
último quería preguntarle cómo está caracterizando este momento de la histórica
lucha del pueblo palestino.
--Bueno, éste es un conflicto que se ha extendido por décadas y no
se vislumbra, lamentablemente, una solución pronta. En los últimos años ha
llegado al poder en Israel el fundamentalismo más extremista y está gobernando
una coalición de
extrema derecha. Podría decir “fascista”, que ha incrementado las
políticas represivas contra el pueblo palestino. Lo mismo que la confiscación de
tierras y la construcción de asentamientos en pleno territorio ocupado palestino
y el traslado de la población del Estado ocupante al territorio ocupado, en
clara violación al derecho internacional humanitario, además de las convenciones
de Ginebra. El pueblo palestino, como todo pueblo digno, resiste, y va a seguir
resistiendo a la ocupación, defiende su dignidad y, me atrevo a decir, defiende
la dignidad de la humanidad entera. Lamentablemente, las expectativas de paz son
cada día menores, producto de las políticas israelíes, con el consentimiento de
Estado Unidos y sus aliados occidentales. Pero nuestro pueblo, como todo pueblo
digno, está dispuesto a seguir con la lucha, sin resentimiento y sin
resignación, está dispuesto a una solución pacífica, siempre que respete sus
derechos, y el establecimiento de un Estado independiente y soberano, que
conviva pacíficamente con los otros estados de la región, incluido el Estado de
Israel. Si Israel se rehúsa a poner fin a la ocupación, esto prolonga el
sufrimiento de nuestro pueblo, pero no pone fin a la lucha del pueblo palestino
por su libertad.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=208631
No sólo sigue
adelante el estado terrorista de Israel sino también su ejemplo se ha
multiplicado. Prestemos atención a:
Erdogan y su política
de genocidio contra el pueblo kurdo
22 de
enero de 2016
En las últimas semanas la situación represiva en Turquía se ha
profundizado de manera extrema, ejecuciones, ataques, detenciones
ilegales, y frente a esto el pueblo kurdo entre la supervivencia y el
deseo de autogobierno, el pueblo turco que a pesar del terror ejercido
por Recep Tayyip Erdogan no quiere mirar hacia otro lado, y el silencio
de las potencias mundiales.
En consecuencia es perentorio enfocar a las campañas actuales de solidaridad
de los de abajo con pueblos objeto de genocidios como expresión del
internacionalismo revolucionario. Están yendo contra el orden capitalista e
imperialista. De modo que consolidarlas desafía a constituir
"espacios originales y flexibles de coordinación y acción común de todas las
fuerzas transformadoras del mundo y muy especialmente de sus componentes antisistémicos,
anticapitalistas, pro-socialistas".
Para, en principio,
"movilizar la opinión pública internacional y organizar la
solidaridad entre los trabajadores, los pueblos y las naciones con el
objetivo de alcanzar una Humanidad justa en una tierra habitable y previa
derrota de la nueva modalidad opresiva del capitalismo".
En este camino del Nunca Más al capitalismo (mediante ahondamiento en las
distintas formas de criminalidad de lesa humanidad del sistema mundo e
interpelación a las diversidades de abajo del planeta) se ha establecido
el Tratado internacional de los
pueblos para el control de las transnacionales. Es lucha contra la
arquitectura jurídica de la impunidad que es el nuevo Derecho Corporativo
Global:
¿Qué son
los crímenes económicos y ecológicos internacionales?
27 de enero de 2016
27 de enero de 2016
Por
Juan
Hernández Zubizarreta y Pedro Ramiro (La
Marea)
La Corte
Penal Internacional es una institución permanente facultada para
ejercer su jurisdicción sobre los crímenes más graves de trascendencia
internacional de conformidad con el Estatuto de Roma. Esta corte tiene
competencia respecto al crimen de genocidio, los crímenes de lesa
humanidad, los crímenes de guerra y el crimen de agresión. Todos estos
crímenes son violaciones muy graves de las normas imperativas del
Derecho Internacional; no obstante, el seguimiento de los mismos, a la
fecha de hoy, debe ser complementado con la persecución de los crímenes
económicos y ecológicos.
Las prácticas de las empresas transnacionales o de aquellas
personas que actúen en su nombre, así como de los Estados y de las
instituciones internacionales económico-financieras —y de las personas
físicas responsables de las mismas— que cometan actos o actúen como
cómplices, colaboradores, instigadores, inductores o encubridores, que
violen gravemente los derechos civiles, políticos, sociales, económicos,
culturales y medioambientales podrán ser tipificadas como crímenes
internacionales de carácter económico o ecológico.
El elemento internacional se configura cuando la conducta delictiva
afecta a los intereses de la seguridad colectiva de la comunidad mundial
o vulnera bienes jurídicos reconocidos como fundamentales por la
comunidad internacional. Veamos un par de ejemplos para ilustrar esta
cuestión.
La extinta troika —compuesta por la Comisión
Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional—
aprobó
planes
de ajuste vinculados a medidas de austeridad que han destruido la vida
de miles de personas y han generado auténticas crisis humanitarias.
El caso de Grecia
es paradigmático: aumento de la pobreza y del número de familias
sin hogar; desmantelamiento de las estructuras de salud pública y
mercantilización de la misma, provocando la disminución de la esperanza
de vida en dos años, que haya tres millones de personas sin cobertura de
seguridad social, miles de mujeres sin derecho a la prevención de
cánceres de mama y la eliminación de la salud reproductiva; aumento de
la mortalidad de los recién nacidos y ausencia de vacunas para quien no
puede pagarlas; incremento de la cifra de suicidios; empobrecimiento
generalizado de la población…
En Ecuador, la petrolera Chevron-Texaco se
dedicó a la extracción de crudo en la Amazonía durante tres décadas. En
ese periodo, entre 1964 y 1992, vertió 80.000 toneladas de residuos
petrolíferos, una cantidad 85 veces superior a la vertida por BP en el
Golfo de México. Después de salir del país, la multinacional dejó tras
de sí unos daños ambientales que, según peritos internacionales, han
provocado la muerte de más de mil personas, todas ellas afectadas de
cáncer. Y, a pesar de que los tribunales ecuatorianos han condenado a la
compañía estadounidense a indemnizar a las víctimas de sus prácticas,
Chevron-Texaco no acepta la sentencia ni los procedimientos judiciales,
no asume sus responsabilidades y ha puesto en marcha todos los resortes
de la lex mercatoria para
favorecer sus propios intereses. Dicho de otro modo, la empresa no
acepta la soberanía nacional del país y se aprovecha de un sistema
jurídico internacional completamente asimétrico.
Ambos hechos no son casos aislados, sino todo lo contrario: son
apenas un par de ejemplos para mostrar cómo funciona la
arquitectura jurídica de la impunidad,
ese nuevo Derecho
Corporativo Global del que se sirven las grandes empresas para asegurar
sus negocios por todo el planeta y que debe ser neutralizado con
propuestas jurídicas alternativas. Como, entre otras, el Tratado
internacional de los pueblos para el control de las empresas
transnacionales,
una iniciativa impulsada por organizaciones
sociales de los cinco continentes con el fin de avanzar en la regulación
de los crímenes económicos y ecológicos.
Según este Tratado de los pueblos, la
tipificación de los crímenes económicos internacionales —además de
valorar la dimensión cuantitativa o la extrema gravedad de los daños
sobre los derechos humanos— debe configurarse sobre premisas como la
corrupción, el soborno, el crimen organizado, el tráfico de personas, la
malversación de fondos, el blanqueo de dinero, el tráfico de información
privilegiada, la manipulación de mercados, la estafa organizada y la
falsedad de estados financieros. Se debe,
además,
valorar la opacidad del complejo entramado de bancos, empresas, grupos
de inversores, agencias de calificación, consultoras, comisionistas y
otros actores que operan en los mercados financieros, teniendo en cuenta
el movimiento especulativo de capitales y de los fondos de inversión, el
fraude y la elusión fiscal, la retribución de los altos directivos, el
secreto bancario, los flujos ilícitos de capital y de los servicios
financieros.
Para la definición de los crímenes económicos internacionales, se
considerarán igualmente las prácticas de los Estados, instituciones
internacionales económico-financieras, empresas transnacionales, bancos
y otras sociedades financieras dirigidas a la especulación e
intervención del mercado de los commodities,
es decir, de materias primas y de productos agrícolas; la
mercantilización de la ayuda humanitaria; las políticas de ajuste; el
uso abusivo de los paraísos fiscales y la especulación con la deuda
soberana; sobre cualquier intento de patentar las diversas formas de
vida presentes en la naturaleza y de establecer un derecho de
preferencia del dominio privado sobre las cuestiones fundamentales para
la salud.
Por su parte, los crímenes ecológicos
internacionales generados por las prácticas de las personas físicas o
jurídicas —como las empresas transnacionales—
incluyen el acaparamiento de tierras y
territorios, la privatización y contaminación de fuentes de agua y la
destrucción del ciclo hidrológico integral, el arrasamiento de selvas y
la pérdida de biodiversidad, la biopiratería, el cambio climático, la
contaminación masiva de los mares y la atmósfera, etc. Y es que la
distribución de todos estos impactos y las cargas de contaminación y
avasallamiento son recibidas por los territorios y, en consecuencia, se
produce lo que podríamos llamar un ecocidio. Esto tiene directa relación
con los derechos de la naturaleza y a su vez con los derechos humanos y
la posibilidad de gozar de un ambiente sano, premisa que resulta
fundamental para la garantía de los demás derechos consagrados en las
normas nacionales e internacionales.
En este marco, la aprobación y regulación de
los crímenes económicos y ecológicos internacionales es urgente.
Requiere, eso sí, una adecuada correlación de fuerzas en el ámbito de la
comunidad internacional; no podemos olvidar que su regulación colisiona
con los núcleos centrales del funcionamiento del capitalismo global.
Volviendo al ejemplo de la Troika: sus medidas sometieron a la
ciudadanía griega a condiciones extremas que pueden tipificarse como
crímenes contra la humanidad, con lo que las personas físicas
responsables de las mismas —los miembros del Consejo Europeo y los
presidentes de la Comisión Europea, del consejo de administración del
FMI y del consejo de gobierno del BCE— pueden ser denunciados ante la
Corte Penal Internacional.
Convenimos con el jurista argentino Alejandro Teitelbaum en que es
posible invocar ante los tribunales como Derecho vigente el artículo 7
del Estatuto de la Corte Penal Internacional (Roma, 1998), que establece
que “se entenderá por ‘crimen de lesa humanidad’ cualquiera de los actos
siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o
sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho
ataque”; entre ellos, el texto menciona “otros actos inhumanos de
carácter similar que causen intencionalmente grandes sufrimientos o
atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o
física”. A la vez, considera que el “exterminio” comprende “la
imposición intencional de condiciones de vida, la privación del acceso a
alimentos o medicinas entre otras, encaminadas a causar la destrucción
de parte de una población”.
No obstante, a pesar de que las denuncias de todos estos crímenes
económicos y ecológicos disponen de fundamento jurídico, las relaciones
de poder se imponen —los responsables políticos de los países centrales
y las clases dominantes se sitúan al margen de la responsabilidad penal
internacional— y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos queda
sometido al poder político y financiero. De ahí la necesidad de aprobar
una regulación y mecanismos para el control de los crímenes económicos y
ecológicos internacionales, que permita, al menos formalmente, procesar
a los responsables de tanta atrocidad.
Juan Hernández Zubizarreta y Pedro Ramiro (@pramiro_)
son autores de “Contra
la ‘lex mercatoria’. Propuestas y alternativas para desmantelar el poder
de las empresas transnacionales” (Icaria, 2015)
http://www.lamarea.com/2016/01/22/que-son-los-crimenes-economicos-y-ecologicos-internacionales/
http://www.lamarea.com/2016/01/22/que-son-los-crimenes-economicos-y-ecologicos-internacionales/
En la crisis climática o crisis ecológica que es esencia de la crisis
civilizatoria precisamos
ver el antagonismo irreconciliable de:
-
el capitalismo e imperialismo centrados en depredar los territorios y sacrificar los pueblos de Nuestra América con
-
los diversos de abajo del mundo que están avanzando a:
Esbozo de reflexión sobre
las estrategias del
movimiento por la justicia climática tras la cumbre de París
29 de enero de 2016
29 de enero de 2016
Por
Maxime
Combes y Nicolas Haeringer (Mouvements)
Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
¿Qué hacer para salvar el clima después de la cumbre del
clima de París (la COP21)? Maximes Combes (economista y miembro de
Attac)
y Nicolas Haeringer (encargado de la campaña de 350.org y
miembro de Mouvements) esbozan en este artículo unas pistas de reflexión
para seguir construyendo el movimiento por la justicia climática.
2015 fue claramente un año intenso en lo que concierne al clima. El
movimiento por la justicia climática se extendió y fortaleció, además de
lograr muchos éxitos: en el curso de esos últimos meses hemos
multiplicado las acciones, desde unas jornadas mundiales de la
desinversión (13 y 14 de febrero), a las acciones organizadas al cierre
de la COP 21 en París (12 de diciembre), pasando por la paralización
definitiva del proyecto de oleoducto de Keystone-XL en Estados Unidos
(anunciado por B. Obama el 6 de noviembre), el bloqueo de una mina de
carbón en Alemania (el 15 de agosto), la dinámica Alternatiba que
ha reunido en total a varios cientos de miles de personas o incluso las
movilizaciones contra las financiaciones que conceden los bancos a los
proyectos climáticos.
Así pues, 2015 es un año que nos ha servido para construir unas bases más sólidas de un movimiento capaz de emprender la gran transición hacia unas sociedades justas y sostenibles. En este sentido fue un año de esperanza, una esperanza concreta y tangible: a partir de ahora sabemos que podemos luchar eficazmente para evitar el caos climático.
Esto es tanto más importante cuanto que 2015 también fue un año de
extremos: se multiplicaron las catástrofes climáticas, se batieron uno
tras otro récord de emisiones de gases de efecto invernadero y de
calor…
Debemos, pues, continuar con nuestras movilizaciones y compromisos,
con la misma determinación. El acuerdo al que se llegó el pasado mes de
diciembre en París tras la COP21 no soluciona nada. Muchas de sus
disposiciones dejan el campo libre a los proyectos climaticidas, lo cual
no es una sorpresa. Pero una vez firmado y ratificado, el acuerdo de
París está ahí para durar: a corto y medio plazo no se emprenderá ningún
proceso de revisión. Por lo tanto, también tenemos que utilizarlo por lo
que abre como perspectivas y recursos para avanzar hacia la justicia
climática. Al ratificarlo los Estados se van a comprometer,
jurídicamente, a mantener el calentamiento climático bajo el límite de
los 2°C (un objetivo que aquí se concibe como un techo, no cómo un
mínimo, puesto que menciona la posibilidad de tender hacia el 1,5°C).
Ofrecemos a continuación algunas perspectivas que proponemos
debatir para 2016 y que constituyen otras tantas ocasiones para
reunirnos y construir juntos este vasto movimiento por la justicia
climática.
1/ El objetivo del 1,5°C se debe imponer a todos y todas. Por
supuesto, sabemos que un acuerdo no regula nada en sí mismo. Hace más de
20 años que la comunidad internacional negocia un plan «universal» de
reducción de las emisiones de gas de efecto invernadero. Sin embargo, en
ese mismo periodo de tiempo estas emisiones han aumentado más de un 60%
(esto es, el mayor crecimiento histórico). Salimos, pues, de dos décadas
extremadamente paradójicas: cuanto más negociaba la comunidad
internacional un acuerdo de reducción de las emisiones de gas de efecto
invernadero, más aumentaban estas emisiones. Evidentemente, no se trata
de una relación de causalidad, sino de un recordatorio extremadamente
importante: en política, las palabras (incluso cuando tienen un estatuto
teóricamente obligatorio) tienen dos destinos. Pueden quedarse en letra
muerta o volverse performativas. Las profecías nunca se autorrealizan, se construyen paso a paso, y
el resultado depende mucho de las movilizaciones, diversas y variadas,
de la sociedad civil. El después de la COP21 y el devenir del acuerdo de
París dependen en gran parte de lo que hagamos. Sabemos que el reto es
demasiado serio como para dejar este devenir en manos únicamente de los
Estados.
2/
Hace tiempo que Desmond Tutu estableció el paralelismo entre
el apartheid y el cambio climático. En efecto, el apartheid acabó únicamente
porque al cabo de 20 años de negociaciones, una Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre la lucha contra el régimen de apartheid adoptó un
texto que reconocía su carácter inaceptable y pedía a Sudáfrica que le
pusiera fin. El
régimen de apartheid cesó gracias a las movilizaciones y a las luchas
sociales y políticas en Sudáfrica, y a la solidaridad internacional de
los movimientos sociales, sindicales y asociativos que obligaron a los
Estados a actuar. Esto es lo que necesitamos también en materia
climática: crear las condiciones políticas y sociales para que los
Estados no tengan más opción que pasar, por fin, a la acción y emprender
la gran transición hacia unas sociedades justas y sostenibles.
3/
Reivindicamos la idea de una justicia climática, esto
es, de todo un conjunto de leyes, de normas, pero también de decisiones judiciales
(de la jurisprudencia) que condenen realmente a los responsables del
calentamiento climático. Por lo tanto, el movimiento por la justicia
climática debe proceder sobre todo por medio de «anticipaciones
normativas», una de cuyas modalidades privilegiadas para los movimientos
sociales es la desobediencia civil, en este caso la
desobediencia climática.
4/
Este giro hacia la
desobediencia climática se basa en tres pilares:
– las
resistencias (el bloqueo) – la no cooperación (la desinversión y
las diferentes formas de boicot a la industria fósil) – la construcción
(las alternativas).
5/ La «desobediencia climática»
es más legítima después de París de lo que lo
era antes de París. En adelante ya no nos movilizamos basándonos
únicamente en los informes del Grupo
Intergubernamental de Expertos
sobre el Cambio
Climático (IPCC, por sus
siglas en inglés) o de la Agencia Internacional de la Energía o de lo
que sabemos de las causas y consecuencias del cambio climático. En
adelante lo haremos porque tomamos en serio las declaraciones políticas
y los objetivos de calentamiento máximo fijados por medio del acuerdo de
París y estamos decididos y decididas a actual para que se cumpla su
objetivo clave (mantener el calentamiento por debajo del límite del
1,5°C). Ahora bien, este objetivo tiene unas consecuencias claras: la
paralización de todo proyecto de infraestructura fósil, ya se trate de
extracción o de consumo. A partir de ahora la situación está clara, ya
se trate desde la extensión de las minas de carbón hasta los nuevos
sondeos, pasando por Notre Dame des Landes (1): hay que paralizar estos
proyectos.
6/ En efecto, el objetivo fijado por el acuerdo
de París nos permite no quedarnos en «estado de urgencia climática»: en
adelante podemos reivindicar un «estado de necesidad climática». Este
cambio está lejos de ser anodino: la noción de estado de necesidad es
crucial. En efecto, permite a un juez hacer la distinción entre el móvil
(aunque sea fraudulento) y el acto: entre dos imperativos
contradictorios inscritos en la ley la justicia reconoce así que es
legítimo (por lo tanto, aceptable incluso respecto a la ley) elegir la
infracción menor.
7/ Por lo tanto, el movimiento por la justicia climática se podría
estructurar en torno a tres pilares: resistir, negarse a cooperar y construir. –
resistir: aquí el reto es trazar las líneas rojas ahí donde esté en
juego la destrucción del clima y bloquear, en un primer momento
temporalmente, todos los proyectos climaticidas. Pero la resistencia
también se lleva a cabo en otras partes: las colectividades locales
pueden negarse a la explotación del gas de esquisto (fracking) en
su territorio, los Estados pueden oponerse a los tratado tipo TAFTA y
TPP. – negarse a cooperar: la destrucción del clima ya no puede hacerse
en nuestro nombre y con nuestro dinero. Debemos recuperar nuestra
capacidad de tener peso en las decisiones importantes afirmando
claramente que nos negamos a que nuestro dinero (tanto privado como
público) sirva para financiar la destrucción del clima y que se debe
reorientar a la transición. Por consiguiente, 2016 debe permitirnos
tener un éxito aún mayor en el frente de la desinversión y de las
diferentes formas de boicot al mundo de las energías fósiles. –
construir: no faltan las iniciativas que prefiguran una sociedad justa y
sostenible, desde las ciudades en transición a la relocalización de la
actividad económica, pasando por el permacultivo o el hábitat ligero.
Son muchas las formas de establecer una red, desde Alternatiba a
las iniciativas vinculadas al decrecimiento. El reto es anclar mejor
estas prácticas en el movimiento por la justicia climática y, por
consiguiente, vincularlas a las dinámicas de resistencia y de no
cooperación.
8/ Evidentemente, no se trata de construir una organización o una
red que haga las tres cosas a la vez, sino de
construir un movimiento que ponga en
relación a unos colectivos y a unas organizaciones que actúen según una
u otra de estas modalidades, y que permita elaborar unas estrategias que
las articule de la mejor manera posible. Para ello no necesitamos tanto
construir un «movimiento de movimientos» (sobre el modelo
altermondialista) como construir un «movimiento de movilizaciones» que
articulen campañas, jornadas de acción y de resistencia, y luchas
locales, con unos movimientos internacionales de reagrupamiento y de
construcción.
9/ La cuestión de la construcción / de las
alternativas no es la de las soluciones, sino la
de las escalas. Por
ejemplo, el paso de un mix energético esencialmente fósil (o, en el caso
de Francia, nuclear) a un mix 100% renovables no es una cuestión
técnica. Es ante todo una cuestión democrática y social: ¿quién
controlará el sistema de producción y de distribución, unas
multinacionales de las energías renovables o unas cooperativas de
productores y consumidores?, etc.
Por consiguiente, el primer reto
es lograr articular los tres pilares del movimiento por la justicia
climática a unas escalas que tengan sentido y nos permitan tener
verdadero peso en el curso de las cosas para bloquear los proyectos
climáticos, actuando a la vez sobre nuestras formas de consumo y sobre
las estructuras en las que se basa el capitalismo fósil.
10/
Así pues, el movimiento por la justicia climática tiene ante sí
el reto de lograr crear unas formas “translocales” de solidaridad y de
lucha: no se trata, como en el caso del altermundialismo, de convertir
la escala transnacional en el lugar privilegiado de movilización y de
elaboración estratégica, sino de partir de la experiencia de los
territorios en lucha y de las alternativas concretas para construir la
transición hacia unas sociedades justas y sostenibles. En ese sentido la
movilización «Break Free» del próximo mes de mayo constituye una etapa
importante: en efecto,
se trata de construir una jornada mundial de
acción a partir de luchas locales, con el objetivo de bloquear unos
proyectos climaticidas.
(1) Notre Dame des Landes es una comuna situada en el noroeste de
Francia donde desde la década de 1970 existe un proyecto de construir un
gran aeropuerto internacional que ha suscitado una gran oposición entre
sus habitantes. (N. de la t.)
Esta
traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su
integridad y mencionar al autor, a la traductora y a Rebelión como
fuente de la traducción.
Examinemos algunas de las luchas contra el extractivismo que desde lo local se
encaminan al internacionalismo revolucionario por ir contra la acumulación gran
capitalista:
a.
La que construye
la oposición abajo contra la creciente institucionalidad del libre mercado
para los oligopolios que les da derechos de ir acaparando los bienes comunes
o a extender su violación de derechos humanos al punto de multiplicar
genocidios silenciosos.
Rechazo al Acuerdo
Transpacífico TPP y a la Ley Monsanto
congrega a miles de
manifestantes en todo Chile
23 de enero de 2016
23 de enero de 2016
Una serie de convocatorias en Chile se llevó a cabo este viernes con el objetivo de manifestar el rechazo de la ciudadanía a la próxima firma del TPP y las consiguientes consecuencias que tendrá en la reposición de la Ley Monsanto.
Por Observatorio Ciudadano.
Organizaciones
sociales y colectivos a lo largo de todo Chile se movilizaron este viernes en
las calles para denunciar y manifestar rechazo ante la eventual firma del
Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, el mismo que la presidenta
Bachelet sellará el próximo 4 de febrero en Nueva Zelanda.
Los opositores
denuncian que el acuerdo, forjado en negociaciones secretas, tendrá un fuerte
impacto sobre el precio de los medicamentos genéricos, además de conllevar otros
efectos como la privatización de las semillas, las restricciones en Internet y
la violación de los derechos de los pueblos indígenas, los cuales que han sido
consagrados internacionalmente.
La
convocatoria, que fue realizada por el Colectivo Ecológico y la plataforma Chile
Mejor Sin TPP contó con una amplia convocatoria en las ciudades de Iquique,
Valparaíso, Santiago, Concepción, Los Ángeles, Angol, Temuco, Valdivia, Puerto
Montt, Chiloé y Chaitén, donde denunciaron los efectos que tendrá el acuerdo y
llamaron a Bachelet y a los parlamentarios a desistir de la firma.
“Hoy Chile
dijo no al TPP, no a ceder soberanía bajo presión de Estados Unidos, no a los
remedios más caros. Chile estará mejor sin TPP y los parlamentarios deben
escuchar lo que está diciendo la gente en las calles”, recalcó Carlos Figueroa,
vocero de la plataforma.
ALTO AL TPP: EL CONTUNDENTE EMPLAZAMIENTO DE LA CIUDADANÍA
En la capital,
cerca de 1.500 personas se reunieron en Alameda con Ahumada pasadas las 18
horas, acompañados de pancartas, disfraces y consignas alusivas al acuerdo
comercial liderado por Estados Unidos y a la amenaza que implica su ratificación
para los defensores de las semillas, debido a la inminente vigencia del Convenio
UPOV91 que contiene el tratado.
“Somos
compañeras chilenas y argentinas que venimos acá a manifestarnos porque
consideramos que este acuerdo va profundizar la fase extractivista del modelo
capitalista. Nosotras luchamos desde el comienzo contra el UPOV91 y nos oponemos
a un tratado que profundizará la depredación de los recursos naturales”, comentó
Ana Téllez, directora de formación de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales
Indígenas (ANAMURI).
En Santiago, el
recorrido avanzó por Ahumada hasta llegar a Plaza de Armas, donde diversos
voceros realizaron sus discursos llamando a la ciudadanía a informarse sobre las
implicancias del TPP en los Derechos Humanos.
Lucio Cuenca,
director del Observatorio de Conflictos Ambientales, destacó la importancia de
la transversalidad de la convocatoria en todo el país y en organización con las
movilizaciones de Perú, México y Argentina en contra del TPP y la multinacional
Monsanto.
“Esto demuestra
que existe un nivel de consciencia importante de un sector de la ciudadanía de
cómo se hipoteca la soberanía de nuestros países en estos tratados. Cada uno de
nosotros ha ido concluyendo que el TPP va a afectar el conjunto de la vida de
nuestros países”, señaló.
Dentro de sus
polémicas normas, el tratado comercial habla de garantizar las expectativas de
ganancia de las empresas que invierten en los 12 países firmantes. Por lo mismo,
recordó Cuenca, cualquier amenaza a sus intereses va a ser considerada una
afectación de sus derechos. En este plano, el TPP contempla tribunales privados
extranjeros que pueden demandar al Estado chileno.
Otro de los
asistentes a la marcha, el economista y ex candidato presidencial Alfredo Sfeir,
señaló que “el TPP, en términos de derechos de propiedad, privatización de la
semilla y recursos naturales en general, choca fundamentalmente con nuestra
cultura”.
En opinión del
economista, “después de haber escuchado al presidente norteamericano decir
tantas cosas maravillosas sobre este tratado, es claro que para que alguien gane
otro tiene que perder. Y en este caso somos nosotros los que perdemos”.
Al finalizar
la convocatoria en Santiago, los opositores al Acuerdo Transpacífico TPP y
Monsanto aseguraron que realizarán una nueva convocatoria de cara al 4 de
febrero, día en que Bachelet, en principio, firmará el acuerdo. Sin embargo, la
resistencia ciudadana reflejada hoy en todo Chile
promete nuevas movilizaciones para emplazar a los parlamentarios, que jugarán un
rol fundamental al decidir si apoyan o rechazan el tratado.
Más información:
Vocera Chile Mejor Sin Tpp: Paulina Acevedo (89006515)
Vocera Colectivo Ecológico de Acción: Patricia Núñez (52446289)
Vocera Chile Mejor Sin Tpp: Paulina Acevedo (89006515)
Vocera Colectivo Ecológico de Acción: Patricia Núñez (52446289)
b.
La que
asume la
"Resistencia y Dignidad Nacional para la defensa de la soberanía del
territorio nacional y para visibilizar ante la comunidad internacional
nuestras luchas por la defensa del agua, la tierra, el derechos indígenas y
sociales."
Perú:
Encuentro macro regional sur de los pueblos afectados
por la
minería transnacional y por la descolonización
12 de enero de 2016
12 de enero de 2016
"En
nuestra condición de ser hijos herederos de la grandiosa cultura
milenaria del Tawantinsuyu, guardianes de la biodiversidad y la Madre
Tierra consensuamos las conclusiones de la macro región sur y
respaldamos la Lucha frontal del pueblo de Islay, Cotabambas, Grau
Apurímac, Puno y la lucha de los Guardianes del Agua de Cajamarca, son
el Símbolo de Resistencia y Dignidad Nacional, para la defensa de la
soberanía del territorio nacional y para visibilizar ante la comunidad
internacional nuestras luchas por la defensa del agua, la tierra, el
derechos indígenas y sociales."
Conclusiones
En el
auditorio del Colegio Nacional Ciencias en esta ciudad del Cusco, el día Jueves
17 de diciembre del 2015, se
realizó el ENCUENTRO MACRO REGIONAL SUR DE LOS PUEBLOS AFECTADOS POR LA
MINERIA TRANSNACIONAL Y POR LA DESCOLONIZACION, con la participación
de los líderes de las organizaciones Indígenas, Agrarias, Organizaciones
comunales, ligas Agrarias, Rondas campesinas, Frentes de Defensa,
organización de mujeres, jóvenes, Asociación de productores
Agropecuarios, Comunidades afectadas por la minería de departamento de
Cusco, Puno, Arequipa Apurímac, Huancavelica.
En
nuestra condición de ser hijos herederos de la grandiosa cultura
milenaria del Tawantinsuyu, guardianes de la biodiversidad y la Madre
Tierra consensuamos las conclusiones de la macro región sur y respaldar
la Lucha frontal del pueblo de Islay, Cotabambas, Grau Apurímac, Puno y
la lucha de los Guardianes del Agua de Cajamarca, son el Símbolo de
Resistencia y Dignidad Nacional, para la defensa de la soberanía del
territorio nacional y para visibilizar ante la comunidad internacional
nuestras luchas por la defensa del agua, la tierra, el derechos
indígenas y sociales.
PRIMERO: Desconocer las concesiones mineras
impuestas sin consulta previa en todo el territorio de la macro región
sur del Perú e Iniciar el proceso de Recurso de oposición a los
petitorios de concesión mineros metálicos, no metálicos, recursos
hídricos y otros.
Hacer prevalecer la Soberanía y la defensa de la Amazonia, la Defensa del Agua de Angostura Espinar, del Lago Titicaca, Declarando Patrimonio de las Comunidades Originarias y Rechazo de las Concesiones mineras, Hidrocarburiferas, hidroeléctricas e impactos ambientales en la región Cusco, Cotabambas Grau, Espinar, Chumbivilcas, Moquegua, Puno, Arequipa Revisión del contrato a las empresa mineras de Constancia de HUDBAY, MINSUR, BEAR CREECK, CIEMSA, ARASI, ARUNTANI, TIA MARIA, ANTAPACAY, que solo representan el saqueo y destrucción de la Naturaleza.
SEGUNDO: Crear el Tribunal nacional de Justicia Indígena del
Tawantinsuyu para establecer la Comisión de la Verdad sobre la Minería y
Extractivismo Transnacional que evalué los daños Ambientales ocasionados
por los proyectos mineros y petroleros.
Exigimos
la Derogatoria del D. S. 054-2013 MEM que viola los derechos de los
Pueblos Cotabambas de Grau-Apurímac del Perú, también rechazamos la
criminalización en la zona de influencia del megaproyecto MMG las BAMBAS
donde se perdieron vidas de humildes agricultores y 2 encarcelados 20
heridos de bala, 3 agricultores asesinados por la PNP en el Valle de
Tambo Arequipa, los 6 muertos por balas de PNP en el aeropuerto de
Juliaca el 2011.
DENUNCIAMOS ANTE LAS CORTES INTERNACIONALES DE DERECHOS HUMANOS estos
asesinatos que no deben quedar en la impunidad que recae en
responsabilidad directa del traidor Ollanta Humala Tasso.
TERCERO.- Rechazar a los candidatos, asesinos,
corruptos, vende patria traidores, de los partidos tradicionales
corruptos de la derecha PPK, KK, APRA, AP, PNP, Alianza para el Progreso
APP y borrar las pintas de las casas y paredes, reemplazándolo con
mensajes alusivos a la vida.
CUARTO: En
el marco del respeto y la dignidad de los pueblos y naciones
originarias, por reunificar el cuerpo de Tupaq Amaru, Micaela Bastidas,
que es el anhelo y deseo de la unidad de nuestros pueblos del
Tawantinsuyu, hacemos un llamamiento a los pueblos originarios de la
Macro Región Sur, y se acuerda ratificar la Constitución de la
organización denominada Consejo
de Autogobierno de los Pueblos Originarios del Perú,( CAPOP) instancia
del Pacto de Unidad, de los Derechos Políticos, Económicos, Sociales,
Ambientales, Alimentaria , Culturales, Espirituales y de lucha Sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación y Racismo, la
sede central se declara en la ciudad del Cusco, el
ejecutivo transitorio del consejo conforman los coordinadores a nivel
distrital, provincial y nacional para fortalecer nuestra organización.
QUINTO: Tomar las iniciativas y trabajo desde los Pueblos
Originarios, las convocatorias y elaboración de nueva Constitución
Política para un nuevo Estado Plurinacional del Perú.
SEXTO: Convocar al Encuentro Binacional de los Pueblos Originarios
de Bolivia y Perú y del Tawantinsuyu para tratar la situación
geopolítica y defensa de los recursos naturales del Lago Titicaca.
SÉPTIMO: Exigimos al gobierno peruano la
devolución de nuestro Patrimonio Cultural Sagrado como el Qoricancha,
Saqsaywaman, Macchu Piqchu, k’enqo, Pukapukara, Choquequirao, Sillustani
y tantos otros cuyos propietarios legítimos son los pueblos originarios,
así mismo exigimos la Repatriación del Patrimonio material e inmaterial,
los cientos de toneladas de oro y plata que fueron robado de los
territorios indígenas y que se encuentran en España y el extranjero,
demandamos la inmediata devolución del santuario Qorikancha y el
santuario de Qoylloriti injustamente usurpado y mercantilizado por la
Iglesia Católica.
OCTAVO: Denunciar e Iniciar el Juicio Histórico de Reparación,
Restitución e Indemnización por los Genocidios y las Matanzas
perpetrados por la invasión colonial durante los últimos 523 años al
Perú.
NOVENO: Denunciamos y rechazamos el ingreso de semillas y alimentos
transgénicos y/o comida chatarra en todo el territorio nacional.
Exigimos expulsar inmediatamente a Monsanto y otras empresas venenosas y
contaminantes.
DÉCIMO: Pedimos la Derogatoria de la Ley Agua
29338, Ley 30157 ley de organizaciones usuarios de Agua, D.L. 30230, Ley
30327 Paquetazo
Ambiental, D. S. No 001-2015 EM., D.L 1192, D.L.1120,
D.L. 1202, Vulnera el derecho a la propiedad territorial y autonomía de
las comunidades campesinas y otras disposiciones, normas, que violan los
derechos de las comunidades y pueblos originarios del Perú.
DÉCIMO PRIMERO: Denunciar ante los organismos internacionales la ley de
licencia para matar en Perú N° 30151, así mismo condenamos las demás
normas que criminalizan la justa lucha de nuestros Pueblos. Exigir el
archivamiento de los diversos procesos penales por extorsión, disturbio
contra los líderes indígenas y sociales judicializados y perseguidos por
el estado peruano.
DÉCIMO SEGUNDO: Exigir el retiro definitivo de las bases militares
norteamericanas, paramilitares de todo el Perú, pedimos la
desmilitarización de todos los territorios indígenas ancestrales, áreas
de conservación natural por constituir amenaza constante a la soberanía
de nuestros pueblos.
DÉCIMO
TERCERO: Iniciar nuevas escuelas políticas de
líderes de los pueblos originarios basados en el Buen Vivir, la
Descolonización para el nuevo Estado Plurinacional.
DÉCIMO CUARTO: Asumiendo los acuerdos de la Cumbre Planetaria por la
Descolonización y Despatriarcalizacion realizado en Bolivia, se acuerda
asumir la Convocatoria de la réplica de Escenificación del martirio y
asesinato a nuestro líder originario Julián Apaza Túpac Katari y
Bartolina Sisa el mismo en memoria al Levantamiento de nuestro padre y
Madre Túpac Amaru y Micaela Bastidas y a la lucha continua del
levantamiento de nuestros Pueblos en el Tawantinsuyu, para el próximo 18
de Mayo del 2016 con sede en la ciudad de Qosqo Perú y camino a la
escenificación del levantamiento para el próximo año 2017.
DÉCIMO
QUINTO:
Por ejercer un gobierno de los pueblos y para los pueblos Expresar
mediante un pronunciamiento de apoyo y respaldo sobre la iniciativa de
la propuesta de la Reelección del mandato del hermano EVO MORALES AYMA
en gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia
DÉCIMO SEXTO:
Frente a la Exclusión, corrupción, discriminación por mayoría se acuerda
fundar el Movimiento Político Plurinacional de los Pueblos Originarios,
la definición del nombre estará sujeto a los siguientes encuentros, para
participar en proceso electoral del año 2018 y 2021…
DÉCIMO SÉTIMO: Para seguir cumpliendo el proceso de fortalecimiento de la
organización se acuerda realizar los próximos encuentros
descentralizados en Abancay 15 enero, Puno 30 enero, Huancavelica 6 de
marzo, Arequipa 15 marzo, Cusco 30 Marzo del 2016.
Los
Participantes, Las autoridades y líderes de las organizaciones
Indígenas, Agrarias, Ligas Agrarias, Presidentes comunales, organización
de Mujeres, Jóvenes, Asociación de Productores, Frentes de Defensa,
Comités de Lucha, Rondas Campesina, colectivo de organizaciones,
Comunidades afectados de la Región Cusco, Madre de
Dios,
Puno, Moquegua, Tacna, Arequipa, Apurímac, Ayacucho, firman estos
mandatos, acuerdos y conclusiones en la ciudad de Cusco en señal de
conformidad.
Consejo de Autogobierno de los Pueblos Originarios
En
Defensa de la Pachamama, la Vida, los Derechos Indígenas y Sociales
Fundado
el 25-09-2015 en Arequipa en la 4ta Cumbre de los Pueblos Afectados por
la Minería Transnacional
_______________________
En consecuencia, toca la generalización de la deliberación y toma de decisiones respecto al destino común de nuestros pueblos y de la humanidad entera. En ese camino del Nunca Más al capitalismo mediante el internacionalismo revolucionario nos proponen:El pensamiento crítico latinoamericano es más vibrante que nuncaDesde abajo, por la izquierda y con la Tierra25 de enero de 2016Por Arturo Escobar (Sudamérica Rural)Las contribuciones teórico-políticas para repensar la región reverberan a lo largo y ancho del continente, en los encuentros de los pueblos, en las mingas de pensamiento, en los debates de movimientos y colectivos, en las asambleas de comunidades en resistencia, en las movilizaciones de jóvenes, mujeres, campesinos y ambientalistas, y sin duda también en algunos de aquellos sectores que tradicionalmente se han considerado los espacios del pensamiento crítico por excelencia, tales como las universidades, la academia y las artes.Un listado de las tendencias más notables del pensamiento crítico latinoamericano tendría que incluir, entre otras, las críticas a la modernidad y a la teoría decolonial; los feminismos autónomos, decoloniales, y comunitarios; la diversa gama de debates ecológicos y de economías alternativas, incluyendo la ecología política, la economía social y solidaria (ESS), las economías comunales; las posiciones autonómicas; otras y nuevas espiritualidades; y las diferentes propuesta de transiciones civilizatorias, el posdesarrollo, el Buen Vivir, y el post-extractivismo. Más importante aún, toda genealogía y catálogo del pensamiento latinoamericano debe incluir las categorías, saberes, y conocimientos de las comunidades mismas y sus organizaciones como uno de las expresiones más potentes del pensamiento crítico. Esta última proposición constituye el mayor desafío para el pensamiento crítico latinoamericano dado que la estructura epistémica de la modernidad (ya sea liberal, de derecha o de izquierda) se ha erigido sobre el borramiento efectivo de este nivel crucial del pensamiento, y es precisamente este nivel el que emerge, hoy en día, con mayor claridad y contundencia.Un análisis de la coyuntura regional y planetaria y de cómo ésta se refleja en los debates teórico-políticos del continente nos lleva a postular las siguientes hipótesis.
Primero, que el pensamiento crítico latinoamericano no está en crisis, sino en efervescencia. Segundo, que los conocimientos de los pueblos en movimiento, de las comunidades en resistencia y de muchos movimientos sociales están en la avanzada del pensamiento para las transiciones, y cobran una relevancia inusitada para la reconstitución de mundos ante las graves crisis ecológicas y sociales que enfrentamos, más aun que los conocimientos de expertos, las instituciones y la academia. (Aclaro que esto no quiere decir que estos últimos sean inútiles, sino que ya son claramente insuficientes para generar las preguntas y pautas para enfrentar las crisis).Para verlo de esta manera, sin embargo, es necesario ampliar el espacio epistémico y social de lo que tradicionalmente se ha considerado el pensamiento crítico latinoamericano para incluir, junto al pensamiento de la izquierda, al menos dos grandes vertientes que desde las últimas dos décadas han estado emergiendo como grandes fuentes de producción crítica: aquella vertiente que surge de las luchas y pensamientos ‘desde abajo’, y aquellas que están sintonizadas con las dinámicas de la Tierra.A estas vertientes las llamaremos ‘pensamiento autonómico’ y ‘pensamiento de la Tierra’, respectivamente. Mencionemos por lo pronto que el primero se refiere al pensamiento, cada vez más articulado y discutido, que emerge de los procesos autonómicos que cristalizan con el Zapatismo pero que incluyen una gran variedad de experiencias y propuestas a lo largo y ancho del continente, desde el sur de México al suroccidente de Colombia, y desde allí al resto del continente. Todos estos movimientos enfatizan la reconstitución de lo comunal como el pilar de la autonomía. Autonomía, comunalidad y territorialidad son los tres conceptos claves de esta corriente.Con pensamiento de la Tierra, por otro lado, nos referimos no tanto al movimiento ambientalista y a la ecología sino a aquella dimensión que toda comunidad que habita un territorio sabe que es vital para su existencia: su conexión indisoluble con la Tierra y con todos los seres vivos. Más que en conocimientos teóricos, esta dimensión se encuentra elocuentemente expresada en el arte (tejidos), los mitos, las prácticas económicas y culturales del lugar, y en las luchas territoriales y por la defensa de la Pacha Mama. Esto no la hace menos importante, sino quizás más, para la crucial tarea de todo pensamiento crítico en la coyuntura actual, a la cual nos referiremos como ‘la reconstitución de mundos’.Así, quisiera definir el pensamiento crítico latinoamericano como el entramado de tres grandes vertientes: el pensamiento de la izquierda, el pensamiento autonómico y el pensamiento de la Tierra. Estas no son esferas separadas y preconstituidas sino que se traslapan, a veces alimentándose mutuamente, otras en abierto conflicto. Mi argumento es que hoy en día tenemos que cultivar las tres vertientes, manteniéndolas en tensión y en diálogo continuo, abandonando toda pretensión universalizante y de poseer la verdad. Dicho de otra manera, a la formula zapatista de luchar “desde abajo y por la izquierda”, hay que agregar una tercera base fundamental, “con la Tierra” (hasta cierto punto implícita en el zapatismo).El pensamiento de la izquierda y la izquierda del pensamientoQué tantas cosas es la izquierda: teoría, estrategia, práctica, historia de luchas, humanismo, íconos, emociones, canción, arte, tristezas, victorias y derrotas, revoluciones, momentos bellos y de horror, y muchas otras cosas. Cómo no seguir inspirándonos en los momentos más hermosos de las luchas revolucionarias socialistas y comunistas a través de su potente historia; al menos para mi generación, cómo no seguir conmoviéndose por la carismática figura del Che, o de un Camilo Torres esperando la muerte con un fusil en la mano que nunca disparó, figuras estas que continúan engalanando las paredes de las universidades públicas de Colombia y el continente y que aún nos hacen sonreír al verlas. Cómo no pensar en el bello e intenso rojo de las banderas de las movilizaciones campesinas y proletarias de otrora, de campesinos aprendiendo a leer con los ubicuos libritos rojos, esperando marchar por el derecho a la tierra. Cómo no incorporar en toda lucha y en toda teoría los principios de justicia social, los imaginarios de igualdad de clase, y los ideales de libertad y emancipación de la izquierda revolucionaria.A nivel teórico, es imperante reconocer las múltiples contribuciones del materialismo dialéctico y el materialismo histórico, su renovación en el encuentro con el desarrollismo (dependencia), el ambientalismo (marxismo ecológico), el feminismo, la teología de la liberación, el postestructuralismo (Laclau y Mouffe), la cultura (Stuart Hall) y lo poscolonial. Sin embargo, aunque esta amplia gama de teorías sigue siendo claramente relevante, hoy en día, reconocemos con facilidad los inevitables apegos modernistas del materialismo histórico (como su aspiración a la universalidad, la totalidad, la teleología y la verdad que se le cuelan aun a través del agudo lente analítico de la dialéctica). Más aún, no se puede desconocer que vamos aprendiendo nuevas formas de pensar la materialidad, de la mano de la ecología económica, las teorías de la complejidad, la emergencia, la autopoiesis y la auto-organización y de las nuevas formas de pensar la contribución de todo aquello que quedó por fuera en la explicación modernista de lo real, desde los objetos y las ‘cosas’ con su ‘materialidad vibrante’ hasta todo el rango de lo no-humano (microrganismos, animales, múltiples especies, minerales), que tanto como las relaciones sociales de producción son determinantes de las configuraciones de lo real. En estas nuevas ‘ontologías materialistas’ hasta las emociones, los sentimientos, y lo espiritual tienen cabida como fuerzas activas que producen la realidad.Quisiera recalcar dos nociones de este breve recuento. Por un lado, la ruptura de los nuevos materialismos con el antropocentrismo de los materialismos de la modernidad. Del otro, y como corolario, el ‘desclasamiento epistémico’ a que se ven abocadas aquellas vertientes que usualmente consideramos de izquierda. Por desclasamiento epistémico me refiero a la necesidad de abandonar toda pretensión de universalidad y de verdad, y una apertura activa a aquellas otras formas de pensar, de luchar y de existir que van surgiendo, a veces con claridad y contundencia, a veces confusas y titubeantes, pero siempre afirmativas y apuntando a otros modelos de vida, en tantos lugares de un continente que pareciera estar cercano a la ebullición. Este desclasamiento convoca a los pensadores de izquierda a pensar más allá del episteme de la modernidad, a atreverse a abandonar de una vez por todas sus categorías más preciadas, incluyendo el desarrollo, el crecimiento económico y el mismo concepto de ‘hombre’. Los conmina a sentipensar con la Tierra y con las comunidades en resistencia para rearticular y enriquecer su pensamiento.El pensamiento desde abajoUn fantasma recorre el continente: el fantasma del autonomismo.El autonomismo, es una fuerza teórico-política que comienza a recorrer Abya Yala/Afro/Latino-América de forma sostenida, contra viento y marea y a pesar de sus altibajos. Surge de la activación política de la existencia colectiva y relacional de una gran variedad de grupos subalternos –indígenas y afrodescendientes, campesinos, pobladores de los territorios urbanos populares, jóvenes, mujeres solidarias. Es la ola creada por los condenados de la tierra en defensa de sus territorios ante la avalancha del capital global neoliberal y la modernidad individualista y consumista. Se le ve en acción en tantas movilizaciones de las últimas dos décadas, en encuentros inter-epistémicos, en mingas de pensamiento, cumbres de los pueblos, y en convergencias de todo tipo donde los protagonistas centrales son los conocimientos de las comunidades y los pueblos que resisten desde las lógicas de vida de sus propios mundos. Involucra a todos aquellos que se defienden del desarrollo extractivista porque saben muy bien que “para que el desarrollo entre, tiene que salir la gente”. Son los que luchan, como sostienen los zapatistas, por un mundo donde quepan muchos mundos. Aquellos “que ya se cansaron de no ser y están abriendo el camino” (M. Rozental), de los sujetos de la digna rabia, de todas y todos los que luchan por un lugar digno para los pueblos del color de la Tierra.A nivel teórico, el autonomismo se relaciona con una gran variedad de tendencias, desde el pensamiento decolonial y los estudios subalternos y postcoloniales hasta las epistemologías del sur y la ecología política, entre otros. Tiene un parentesco claro con nociones tales como la descolonización del saber, la justicia cognitiva y la inter-culturalidad. Pero su peso teórico–político gravita en torno a tres grandes conceptos: autonomía, comunalidad y territorialidad, solo el primero de los cuales tiene alguna genealogía en las izquierdas, especialmente en el anarquismo. El autonomismo tiene su razón de ser en la profundización de la ocupación ontológica de los territorios y los mundos-vida de los pueblos-territorio por los extractivismos de todo tipo y por la globalización neoliberal. Esta ocupación es realizada por un mundo hecho de un mundo (capitalista, secular, liberal, moderno, patriarcal), que se arroga para si el derecho de ser ‘el Mundo’, y que rehúsa relacionarse con todos esos otros mundos que se movilizan cada vez con mayor claridad conceptual y fuerza política en defensa de sus modelos de vida diferentes. El autonomismo nos habla de sociedades en movimiento, más que de movimientos sociales (R. Zibechi, refiriéndose a la ola de insurrecciones indígeno-populares que llevaran al poder a Evo Morales), y podríamos hablar con mayor pertinencia aun demundos en movimiento, porque aquello que emerge son verdaderos mundos relacionales, donde prima lo comunal sobre lo individual, la conexión con la Tierra sobre la separación entre humanos y no-humanos, y el buen vivir sobre la economía.En el lenguaje de la ‘ontología política’, podemos decir que muchas luchas étnico-territoriales pueden ser vistas como luchas ontológicas – por la defensa de otros modelos de vida. Interrumpen el proyecto globalizador de crear un mundo hecho de un solo mundo. Dichas luchas son cruciales para las transiciones ecológicas y culturales hacia un mundo en el que quepan muchos mundos (el pluriverso). Constituyen la avanzada de la búsqueda de modelos alternativos de vida, economía, y sociedad. Son luchas que enfrentan ‘entramados comunitarios’ y ‘coaliciones de corporaciones transnacionales’ (Raquel Gutiérrez A.), buscando la reorganización de la sociedad sobre la base de autonomías locales y regionales; la autogestión de la economía bajo principios comunales, aun si articuladas con el mercado; y una relación con el Estado pero solamente para neutralizar en lo posible la racionalidad del estado. En resumen, son luchas que buscan organizarse como los poderes de una sociedad otra, no-liberal, no-estatal y no-capitalista.La autonomía es de esta forma una práctica teórico-política de los movimientos étnico-territoriales – pensarse de adentro hacia afuera, como dicen algunas líderes afrodescendientes en Colombia, o cambiando las tradiciones tradicionalmente y cambiando la forma de cambiar, como dicen en Oaxaca. “La clave de la autonomía es que un sistema vivo encuentra su camino hacia el momento siguiente actuando adecuadamente a partir de sus propios recursos”, nos dice el biólogo Francisco Varela, definición que aplica a las comunidades. Implica la defensa de algunas prácticas así como la transformación e invención de otras. Podemos decir que en su mejor acepción la autonomía es una teoría y práctica de la inter-existencia, una herramienta de diseño para el pluriverso.El objetivo de la autonomía es la realización de lo comunal, entendida como la creación de las condiciones para la autocreación continua de las comunidades (su autopoiesis) y para su acoplamiento estructural exitoso con sus entornos cada vez más globalizados. Las nociones de comunidad están reapareciendo en diversos espacios epistémico-políticos, incluyendo las movilizaciones de indígenas, afrodescendientes y campesinos, sobre todo en México, Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. Cuando se habla de comunidad se usa en varios sentidos: comunalidad, lo comunal, lo popular-comunal, las luchas por los comunes, comunitismo (activismo comunitario). La comunalidad (la condición de ser comunal) constituye el horizonte de inteligibilidad de las culturas de la América profunda e igualmente de luchas nuevas, aun en contextos urbanos; es una categoría central en la vida de muchos pueblos, y continua siendo su vivencia o experiencia más fundamental. Todo concepto de comunidad en este sentido se entiende de forma no esencialista, comprendiendo ‘la comunidad’ en toda su heterogeneidad e historicidad, siempre surtiéndose de la ancestralidad (el tejido relacional de la existencia comunal), pero abierta hacia el futuro en su autonomía.Como dicen los comuneros indígenas misak del Norte del Cauca de Colombia, hay que “recuperar la tierra para recuperarlo todo … por eso tenemos que pensar con nuestra propia cabeza, hablando nuestro propio idioma estudiando nuestra historia, analizando y transmitiendo nuestras propias experiencias así como la de otros pueblos” (Cabildo Indígena de Guambia, 1980, citado en Quijano 2012: 257). O como lo expresan los nasa en su movilización, la minga social y comunitaria, "la palabra sin acción es vacía. La acción sin la palabra es ciega. La acción y palabra sin el espíritu de la comunidad son la muerte". Autonomía, comunalidad, territorio, y relacionalidad aparecen aquí íntimamente ligados, constituyendo todo un marco teórico-político original dentro de esta segunda vertiente del pensamiento crítico de Abya Yala/Afro/Latino-América.El pensamiento de la TierraLa relacionalidad – la forma relacional de ser, conocer y hacer – es el gran correlato de la autonomía y la comunalidad. Así puede verse en muchas cosmovisiones de los pueblos, tales como la filosofía africana del Muntu o concepciones de la Madre Tierra como la Pachamama, Ñuke mapu, o Mama Kiwe, entre muchas otras. También está implícita en el concepto de crisis civilizatoria, siempre y cuando se asume que la crisis actual es causada por un modelo particular de mundo (una ontología), la civilización moderna de la separación y la desconexión, donde humanos y no humanos, mente y cuerpo, individuo y comunidad, razón y emoción, etc. se ven como entidades separadas y autoconstituidas.Las ontologías o mundos relacionales se fundamentan en la noción de que todo ser vivo es una expresión de la fuerza creadora de la tierra, de su auto-organización y constante emergencia. Nada existe sin que exista todo lo demás (“soy porque eres”, porque todo lo demás existe, dicta el principio del Ubuntusurafricano). En las palabras del ecólogo y teólogo norteamericano Thomas Berry, “la Tierra es una comunión de sujetos, no una colección de objetos”. El Mandato de la Tierra del que hablan muchos activistas nos conmina por consecuencia a ‘vivir de tal forma que todos puedan vivir’. Este mandato es atendido con mayor facilidad por los pueblos-territorio: “Somos la continuidad de la tierra, miremos desde el corazón de la tierra” (Marcus Yule, gobernador nasa). No en vano es la relación con la Tierra central a las luchas indígenas, afro, y campesinas en el contexto actual.Desde esta perspectiva, el gran desafío para la izquierda y al autonomismo es aprender a sentipensar con la Tierra. Escuchar profundamente tanto el grito de los pobres como el grito de la Tierra (L. Boff, Laudato Si). Es refrescante pensar que de las tres vertientes mencionadas la más antigua es esta tercera. Viene desde siempre, desde que los pueblos aprendieron que eran Tierra y relación, expresiones de la fuerza creadora del universo, que todo ser es ser-Tierra. Podemos decir, sin caer en anacronismo alguno, que las ‘cosmogonías’ de muchas culturas del mundo son el pensamiento primigenio de la Tierra. Es el pensamiento cosmocéntrico de los tejidos y entramados que conforman la vida, aquel que sabe, porque siente, que todo en el universo está vivo, que la conciencia no es prerrogativa de los humanos sino una propiedad distribuida en todo el espectro de la vida. Es el pensamiento de aquellos que defienden la montaña contra la minería porque ella es un ser vivo (M. de la Cadena), o los páramos y nacimientos de agua porque son el origen de la vida, con frecuencia lugares sagrados donde lo humano, lo natural, y lo espiritual se funden en un complejo entramado vital.El pensamiento de la tierra subyace las concepciones de territorio. “Tierra puede tener cualquiera, pero territorio es otra cosa”, dicen algunos mayores afrodescendientes en el Pacífico colombiano, gran territorio negro. El territorio es el espacio para la enacción de mundos relacionales. El territorio es el lugar de aquellos que cuidan la tierra, como lucidamente lo expresaran las mujeres de la pequeña comunidad negra de La Toma en el Norte del Cauca, movilizadas contra la minería ilegal de oro: “A las mujeres que cuidan de sus territorios. A las cuidadoras y los cuidadores de la Vida Digna, Sencilla y Solidaria. Todo esto que hemos vivido ha sido por el amor que hemos conocido en nuestros territorios. Nuestra tierra es nuestro lugar para soñar con dignidad nuestro futuro. Tal vez por eso nos persiguen, porque queremos una vida de autonomía y no de dependencia, una vida donde no nos toque mendigar, ni ser víctimas” (Carta abierta de Francia Márquez, líder de La Toma, abril 24 del 2015). Marchando y defendiendo sus derechos, las mujeres de La Toma afirman que “el territorio es la vida y la vida no se vende, se ama y se defiende”.También encontramos el pensamiento de la Tierra en la cosmoacción de muchos pueblos indignas. El Plan de Vida del pueblo misak, por ejemplo, se explica como una propuesta de “construcción y reconstrucción de un espacio vital para nacer, crecer, permanecer y fluir. El plan es una narrativa de vida y sobrevivencia, es la construcción de un camino que facilita el tránsito por la vida, y no la simple construcción de un esquema metodológico de planeación” (en: Quijano 2012: 263). Por esto, muchos pueblos describen su lucha política como ‘la liberación de la Madre Tierra”. La pregunta clave para estos movimiento es: ¿cómo mantener las condiciones para la existencia y la re-existencia frente al embate desarrollista, extractivista y modernizador?Esta pregunta y el concepto de liberación de la Madre Tierra, son potentes conceptos para toda práctica política en el presente: para la izquierda y los procesos autonómicos tanto como para las luchas ambientales y por otros modelos de vida. Vinculan justicia ambiental, justicia cognitiva, autonomía, y la defensa de mundos (J. Martínez-Alier, V. Toledo).Para nosotros, los urbano-modernos, que vivimos en los espacios más marcados por el modelo liberal de vida (la ontología del individuo, la propiedad privada, la racionalidad instrumental y el mercado), la relacionalidad constituye un gran desafío, dado que se requiere un profundo trabajo interior personal y colectivo para desaprender la civilización de la desconexión, del economismo, la ciencia y el individuo. Quizás implica abandonar la idea individual que tenemos de práctica política radical. ¿Cómo tomamos en serio la inspiración de la relacionalidad? ¿Cómo re-aprendemos a inter-existir con todos los humanos y no-humanos? ¿Debemos recuperar cierta intimidad con la Tierra para re-aprender el arte de sentipensar con ella? ¿Como hacerlo en contextos urbanos y descomunalizados?¿Salir de la modernidad?El desclasamiento epistémico de la izquierda implica atreverse a cuestionar el desarrollo y la modernidad. Solo de esta forma podrá el pensamiento de izquierda participar en pensar y construir las transiciones civilizatorias que se adumbran desde el pensamiento autonómico y de la Tierra. Como es bien sabido, el progresismo de las últimas dos décadas ha sido profundamente modernizador, y su modelo económico está basado en el núcleo duro de premisas de la modernidad, incluyendo el crecimiento económico y el extractivismo.Tanto en el Norte Global como en el Sur Global, el pensamiento de las transiciones tiene muy claro que las transiciones deben ir más allá del modelo de vida que se ha impuesto en casi todos los rincones del mundo con cierta visión dominante de la modernidad. Salir de la modernidad solo se logrará caminando apoyados en las tres vertientes mencionadas. Sanar la vida humana y la Tierra requieren de una verdadera transición “del período cuando los humanos eran una fuerza destructiva sobre el planeta Tierra, al período cuando los humanos establecen una nueva presencia en el planeta de forma mutuamente enriquecedora” (T. Berry). Significa caminar decididamente hacia una nueva era, que algunos denominan como ‘Ecozoica’ (la casa de la vida; T. Berry/L. Boff). El cambio climático es solamente una de las manifestaciones más patentes de la devastación sistemática de la vida por la modernidad capitalista.La liberación de la madre Tierra, concebida desde el cosmocentrismo y la cosmoacción de muchos pueblos-territorio, nos invitan a ‘disoñar’ el diseño de mundos. Este acto de disoñacion y de diseño tiene como objetivo reconstituir el tejido de la vida, de los territorios, y de las economías comunalizadas. Como lo dice un joven misak, se trata de convertir el dolor de la opresión de siglos en espereza y está en la base de la autonomía. Para los activistas afrocolombianos del Pacífico, tan impactado por las locomotoras desarrollistas, esta región es un Territorio de Vida, Alegría, Esperanza, y Libertad. Hay un sabio principio para la práctica política de todas las izquierdas en la noción de tejer la vida en libertad.Las tres vertientes presentadas no constituyen un modelo aditivo sino de múltiples articulaciones. No son paradigmas que se reemplazan nítidamente unos a otros. Queda claro, sin embargo, la necesidad de que la izquierda y el autonomismo (y el humano) devengan Tierra. El humano ‘post-humano’ – aquel ‘humano’ que emerja del final del antropocentrismo – habrá de aprender de nuevo a existir como ser vivo en comunidades de humanos y no-humanos, en el único mundo que verdaderamente compartimos que es el planeta. La re-comunalización de la vida y la re-localización de las economías y la producción de los alimentos en la medida de lo posible – principios claves de los activismos y diseños para la transición – se convierten en principios apropiados para la práctica teórico-política del presente. En esto yace la esperanza; al fin y al cabo, “la esperanza no es la certeza de que algo pasará, sino de que algo tiene sentido, pase lo que pase” (G. Esteva).Aquellos que aun insistan en la vía del desarrollo y la modernidad son suicidas, o al menos ecocidas, y sin duda históricamente anacrónicos. Por el contrario, no son románticos ni ‘infantiles’ aquellos que defienden el lugar, el territorio, y la Tierra; constituyen la avanzada el pensamiento pues están en sintonía con la Tierra y entienden la problemática central de nuestra coyuntura histórica, las transiciones hacia otros modelos de vida, hacia un pluriverso de mundos. No podemos imaginar y construir el postcapitalismo (y el postconflicto) con las categorías y experiencias que crearon el conflicto (particularmente el desarrollo y el crecimiento económico). Saltar al Buen Vivir sin completar la fase de industrialización y modernización es menos romántico que completarla, ya sea por la vía de la izquierda o de la derecha. No podemos construir lo nuestro con lo mismo … lo posible ya se hizo, ahora vamos por lo imposible (Activistas indígenas, campesinos y Afrodescendientes, Tramas y Mingas por el Buen Vivir, Popayán, 2014).Podremos atrevernos a afirmar que Abya Yala/Afro/Latino-América hoy presenta al mundo, en la complejidad de su pensamiento crítico en las tres vertientes tan esquemáticamente resumidas, un modelo diferente de pensar, de mundo, y de vida. En esto – y a pesar de todas las tensiones y contradicciones entre las vertientes y al interior de cada una de ellas – radicaría ‘la diferencia latinoamericana’ para la primera mitad del Siglo XXI. Algo que si podemos decir con certeza, con la gran Mercedes Sosa, es que pueblos, colectivos, movimientos, artistas e intelectuales caminan la palabra ‘por la cintura cósmica del sur’ en ‘la región más vegetal del tiempo y de la luz’ que es el hermoso continente que habitamos. Gracias a la vida, que nos ha dado tanto…
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