lunes, 11 de junio de 2012

Gobierno-Estado CFK. Planteo en Comunicación atiende a cómo la visión dicotómica de la realidad cierra el debate y de ahí el desafío de multiplicar espacios en común de deliberación pública


El gobierno-Estado K ha reducido el debate sobre YPF (como siempre que busca interpelar a las mayorías) a un enfoque dicotómico para ocultar las decisiones tomadas en desmedro de necesidades e intereses populares y acortar la deliberación pública. Por el contrario, en vez de circunscribirlo a si el Estado debe intervenir o no en el control de los hidrocarburos o la recuperación de la renta petrolera, el Observatorio Petrolero Sur ( OPSur) ante el proyecto de ley de Soberanía Hidrocarburífera(19-04-2012) declara: "(...)Si bien celebramos la medida creemos que debe ser el puntapié inicial y no el cierre del debate energético, que se ha circunscripto a un abordaje económico. Consideramos que aún hay mucha tela para cortar". Propone instalar debates como los planteados por las siguientes preguntas: porqué la soberanía energética no es asegurada por la expropiación del 51% de YPF; cómo no hay cambio estructural del sector energético por priorizar el modelo de acumulación monopólica sobre la vida mayoritaria y qué grado de avasallamiento de los pueblos supone impulsar la extracción de hidrocarburos no convencionales
 
Raúl Zibechi, en "Ecuador: la construcción de un nuevo modelo de dominación" aporta a nuestra comprensión de cómo gobiernos-estados imponen la concentración y transnacionalización tanto económica como territorial: "(...) control de las organizaciones sociales y expulsión del aparato estatal. Pero la Revolución Ciudadana fija un nuevo mecanismo de participación, ya no anclado en los movimientos que eligen a sus representantes para participar en determinadas instituciones, sino en base a la selección de ciudadanos por concurso de méritos. Como el discurso oficial dice que el Estado es de todos, se apela al ciudadano individual no organizado para ocupar esos espacios. El Estado se cierra a los sectores organizados (porque son portadores de corporativismo y por lo tanto de ineficiencia y corrupción) y en su lugar elige, o coopta, a personas por goteo sin que tengan la menor representatividad social y política. Quienes los eligen conforman la alianza de funcionarios y tecnócratas que sustenta la Revolución CIudadana. El investigador Pablo Ospina concluye: “El gobierno ciudadano parece querer sustentarse en el puñado de intelectuales que forman su núcleo dirigente. Un núcleo cada vez más dependiente del liderazgo, la autoridad y el apoyo electoral de la intelectual y académica figura del Presidente de la República” (...)
Si la financierización del sistema puso fin al Estado benefactor, en el Sur la acumulación por desposesión frena y revierte el proceso de desarrollo por sustitución de importaciones. Más allá del color político de quienes administran el aparato estatal, son los megaemprendimientos mineros, los monocultivos y la explotación de los hidrocarburos lo que devuelve centralidad Estado. Pero no cualquier Estado, ni cualquier centralidad, sino aquella capaz de convertir a los movimientos en terroristas. O, en el menos agraviante de los casos (Lula, Mujica, Kirchner…), en obstáculos al progreso. En cualquier caso, enemigos a derrotar.
No sólo. También un Estado capaz de controlar e integrar, de infiltrar la sociedad y sus organizaciones autónomas, un “Estado capilar” complemento del “Estado fuerte”. El gobierno ecuatoriano creó el Registro Único de Organizaciones de la Sociedad Civil (RUOSC), vinculado al registro impositivo. El registro obliga a todas las organizaciones a inscribirse de modo que el régimen tiene ahora información detallada y ha sido capaz de advertir a dirigentes campesinos e indígenas por no haber pagado los impuestos de sus organizaciones (...)". Fuente: http://www.lahaine.org/index.php?p=54891
 
El desafío a la otra comunicación es facilitar la instalación de espacios en común de deliberación y su articulación en todo el país-mundo que derrote al Estado fuerte y al capilar.

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